No busques fuera, busca más adentro [priv]

por **Harrison Craig** Vie Mar 20, 2015 7:53 am

Buscando tan solo una pizca de salvarse a su mismo, había dejado la compañía de la hermosa pelirroja con la que yacio varias noches seguidas viajando en barco sobre la mar, con la que compartió algo más que un simple roce en la cama. Parecía que le faltaban las vitaminas que necesitaba para sobrevivir, y ahora estaba ahogando sus penas con el amargo sabor del alcohol, quejándose mentalmente de su maldita mala suerte. Echaba de menos a la pelirroja, pero cuando le mostro un retrato de la morena con la que vivía la pelirroja, entonces su cuerpo reacciono aún más depravadamente, buscando el contacto de esa desconocida como si su vida dependiera de ello.

Había conocido en una fiesta a la pelirroja cuando esta estaba antes en Paris. Él se iba a América para visitar a unos familiares y lo que se les ocurrió fue que Harrison yaciera con la morena, así hizo, después se fue en un barco directo hacia América, su amante pelirroja ya partió hacia las Américas pero cuando él iba, ella volvía... A Harrison se les quitaron las ganas de ir a América y el navío de la pelirroja y en el que iba Harrison coincidieron en un pueblecito modesto y cuco de Escocia, Allí ambos se subieron en un mismo barco de vuelta hacia Paris y ahora, él estaba solo y bebiendo alcohol como un cosaco.

Se rozó la palma de la mano sobre la nuca a modo de pesadez, sintiendo un ardor en el estómago que creía que se le iba a deshacer de un momento a otro –Ponme otro Monsieur – Y aun casi borracho seguía siendo un caballero educado, aunque su acento francés no era muy afinado, se le entendía perfectamente – Y doble, quiero dormir bien esta noche.

-¿Un día duro?

-No…-Harrison se recoloco apoyando los codos sobre la barra de la taberna, observando cómo le ardían los ojos del puro cansancio – Solo que demasiado tranquilo, demasiado…-aspiro las narices como si las tuviera taponadas, se echó el cabello hacia atrás – tiempo conmigo mismo y mis pensamientos salen como si la casa fuera de ellos – El tabernero se perdía en las palabras del americano, el mismo solo quería un milagro para el aburrimiento que estaba sufriendo en ese instante y que al parecer la bebida doble que enseguida vio frente a su rostro, no ayudaría nada de nada en animarle por completo.

Se acercó al tabernero para poder susurrarle donde se encontraba el mejor burdel de Paris, si no encontraba a la pelirroja o si no la vería en una temporada, ni tampoco a la morena que se trabajó demasiado bien en aquella habitación de aquella gran mansión, gritando y rogándole que se detuviera. Aquello le hizo mostrar su dentadura en una sonrisa socarrona, dio un trago al trago y saco unos francos para poder pagar enseguida al tabernero, pero para cuando se iba al burdel aconsejado, observo en lo más profundo de la taberna, como se elevaba una pelea, Harrison se apoyó en la barra donde al lado suya se colocó el tabernero.

No supo si estaba asustado o demasiado acostumbrado a las peleas en su taberna.

-¿Otro trago? Invita la casa – El tabernero levanto la botella de Jack Daniells con una sonrisa socarrona igual a la de Harrison –Esto va para largo.

por **Mickaella Sunder** Vie Mar 20, 2015 2:21 pm

Negocios ilicitos me llevaban a frecuentar lugares poco recomendables para una señorita de mi categoria, pero cuando no quedaba mas remedio debia acudir, pues un favor se paagaba con otro favor y eso siempre venia bien.Asi pues acudi a la taberna,como siempre oculta bajo mi capucha para no ser reconocida en caso de que alguien pudiese haberme visto en los eventos sociales y me acerque a la barra con sigilo.

-¿Esta el ya aqui? -El tabernero me reconocio en seguida y tras una inclinacion de cabeza a modo de saludo y respeto me indico con el dedo una pequeña sala escondida en la parte trasera. Me dirigi sin prisa al lugar indicado,donde me esperaba el hombre que me traia ciertos productos que aqui no podia encontrar, un mercader de dudosa reputacion que a su vez me hacia de transportista.La conversacion no duro mas de 15 minutos y tras intercambiar los frascos por el dinero, sali apresuradamente de aquel apestoso lugar, el cual se habia llenado de la "fragancia" de mas de un mes sin lavarse del hombre.

Volvi a la barra, necesitaba un trago para olvidar ese horrible rostro que me comia con la mirada justo cuando estaba invitando al hombre con cara de cansancio que tenia sentado al lado.

-Tal vez... - Dije con voz melosa. -La casa tambien podria invitarme a mi ¿no cree? .- Me volvi para mirar al hombre y suavemente le pregunte . -A veces los dias son demasiado largos, ¿No le parece?

por **Harrison Craig** Lun Abr 20, 2015 6:00 pm

En cierto modo se sentía raro cuando aquella mujer entro en la taberna y después se quedó cerca de él y el tabernero. Se dirigió hacia él de un modo viperino, insinuándose con lo que Harrison solamente dedico una mirada de indiferencia completa hacia la mujer y después de cierta confianza con el tabernero. Estaba dispuesto a despedirla, a irse a otro lugar en las calles de Paris cuando se le ocurrió lo siguiente. Se detuvo frente a la mujer, y por muy ocasional que pareciera, sonrió socarronamente a la mujer – Depende de con quien pases los días, encanto –Dijo continuando con su sonrisa de delincuente seductor, con la misma que no se detuvo mientras se acercaba a una mesa, apartaba una silla de la mesa - ¿señorita? –Pregunto alzando una ceja, mostrándose vigoroso, educado a la vez de seductor.

El tabernero observo lo que hacía Harrison y solamente siguió sonriendo, riéndose interiormente por lo que ya sabía que haría el cazador. Siempre estaban los mismos, de la misma personalidad en la que siempre hacían las mismas cosas como para impresionar a una dama - ¿Me acompaña? –Dijo Harrison tranquilo y aun con la vista en la figura femenina que momentos atrás le había hablado.

Mientras Harrison intentaba convencer a la joven que se había acercado a ambos, allá, más atrás de la taberna, la pelea que estaban observando estaba elevándose a un tono demasiado violento para que los demás de alrededor pudieran soportarlo. En la pelea estaban enfrentándose dos hombres corpulentos, de diferentes alturas pero con la misma necesidad de soltar ira. Harrison mientras esperaba, observo la pelea, seguía mirando atentamente con lo que no espero a poder tomar las cartas en el asunto, pero cuando se acercaba, uno de los hombres elevo al contrario en el aire con lo que parecía que eran poderes mágicos, no le tocaba y lo elevaba a distancia desde su persona y desde el suelo.

Era un brujo, un hechicero de Lucifer - ¡Suéltale! –insistió Harrison de repente, observo que el brujo lo miro por un instante y al siguiente, aquel hombre estaba ahora sobre su cuerpo, aplastándolo contra el suelo – Yo me voy de aquí –Y como por obra de sus artes, aquel hechicero desapareció en una espesa nube de humo. Quito al otro hombre de encima suya y bufó por haber perdido la oportunidad de atrapar al hechicero.

por **Mickaella Sunder** Vie Mayo 08, 2015 5:09 pm

Alce la ceja bastante indignada ante el aura de aquel hombre que pensaba algo muy obsceno acerca de mi persona.Le mire de soslayo y con una fria indiferencia le conteste lentamente.

-Me temo que la compañia que aqui hay hace que mi dia sea mas largo.

Incluso antes de salir a la calle ya habia notado a uno de los mios alli,cuya tension podia notar desde lejos,incluso antes de haber visto como elevaba al hombre por los aires y luego desaparecia en un visto y no visto, no sin antes advertirme con la mirada que la compañia que tenia no era la mas adecuada para mi.
Mi cuerpo se tenson al entenderlo todo, al ver como el aura de ese hombre se volvia siniestra y llena de odio,odio hacia mi semejante y seguramente hacia mi si llegaba a enterarse de quien y que era.
Le mire de reojo y con una cara angelical, llena de dulzura e inocencia puse cara de preocupacion.

-Cada dia es mas peligroso andar por las calles, no sabes con quien puedes encontrarte.

por **Harrison Craig** Miér Mayo 20, 2015 7:41 pm

Harrison se sacudía las ropas apartando la suciedad del cuerpo que se puso sobre él. Estaba escuchando a la joven y para cuando se le acerco sonrió con su típica sonrisa socarrona – Entiendo, las calles se han vuelto más seductoras.

–Harrison hablaba conforme se acercaba a la mesa de antes y se sentaba de golpe, quedándose después observando a la joven sonriente, estudiándola lentamente de arriba abajo - ¿No debería de estar de vuelta con alguien que la tenga aprecio o que desee que usted ande viva hasta que le salgan arrugas en el culo? –Pregunto sin pelos en la lengua, de una manera en que estaba pendiente de echarse hacia adelante, apoyándose con los codos sobre la mesa mientras entre sus dedos bailaba una copa de coñac del barato y que sabía a rayos pero era un desfogue mientras soportaba la noche solitaria sin la morena y la pelirroja.

Cuanto deseaba tenerlas a las dos encima de él, teniéndolas a su merced, primero dominaría a la morena que era su pequeña obsesión y después a la pelirroja. Tan solo de pensarlo la temperatura corporal se elevó un par de grados haciéndole estar algo incómodo – Dios santo, Grois, ponme otro! –Dijo Harrison hacia el tabernero señalándole lo que deseaba, quizás un poco más del licor del placer, quizás quería desatarse un poco más y la muchacha con la que antes había cruzado palabra estaba al parecer en estado estático - ¿Te comió la lengua el gato? –Rio mientras llegaba el tabernero nuevamente hasta donde estaba Harrison, haciéndole entrega de un papelito junto con la bebida.
-Paga o lárgate Monsieur Craig.
-Tranquilízate hombre, al final siempre eres una liebre.
-Y usted la tortuga.
-Ya, ya, te haré un resumen Grois. Al final yo gano. Lograrás subestimarme, como siempre.

por **Mickaella Sunder** Jue Mayo 28, 2015 11:49 am

Aquel hombre era sin duda un maleducado, pero no podia esperar otra cosa de aquel sitio atroz.Lentamente bebio de su copa,una que ella misma le habia entregado al tabernero para su uso excusivo, sin dejar de mirarle a los ojos.

-Tanto mi lengua como mi culo estan en perfectas condiciones señor,puedo asegurarselo.

Alce una ceja y termine de beber.La puse en la barra y comprendieron de inmediato que tenian que rellenarla, sin mas demora de lo que tarda un soplo de aire.

-Fijese que hoy me siento hasta generosa, yo misma pagare su deuda de hoy,pero no se preocupe, no se avergüence de que una mujer le saque de un apuro.

Sabia que eso le doleria asique sin mas demora deje la copa en la barra y di media vuelta para dirigirme a la puerta de aquel antro infernal,abriendome paso entre aquellos rudos trogloditas que me deboraban con la mirada.

por **Harrison Craig** Sáb Jun 20, 2015 7:01 pm

No estaba esperando a que aquella mujer se pusiera de rodillas y se pusiera a hablarle de manera educada. Sentía entonces que no podría salir de acuerdo con lo que estaba planeada en la noche, pero posiblemente aquella mujer pudo herirle aunque fuese un poco. Ahora echaba de menos a aquella morena que se tiraba cuando le apetecía. Si, era un juguete de la pelirroja, pero esperaba que aun estuviera ausente para poder tirársela el mismo.

Le gustaba tanto como gritaba cuando la embestía, cuando sufría entre sus manos pero siempre la trataba desde el respeto y cuando decía basta con un aire de dolor, paraba. Posiblemente estaba enamorándose de la morena, de aquella muchacha que se llamaba Naomi. A Sophitia no le haría gracia ya que fue un plan de ella misma y le dejó bien claro que Naomi era de su propiedad. Aun le dolía su hombría cuando recuerda aquella amenaza, como le mordió el glande intentando que quedara claro.

-Naomi…-susurró entre sus dientes agotando la última gota que le quedaba en el vaso. Se levantó y fue a la barra para pagar lo que era de él pero el tabernero le dijo que la mujer de antes lo pago. Suspirando se fue y entonces el tabernero le dijo que tuviera de ahora en adelante. Sabia de los planes de la aristócrata y de él de torturar a la pobre muchacha, pero también se dio cuenta de que Harrison estaba comenzando a sentir algo por la morena. Le dijo con la mirada que tuviera cuidado y que se atuviera a cosas más peligrosas. Sintió la necesidad de atarlo a una silla pero sinceramente Harrison era demasiado alto y joven como para que un viejo y decrepito tabernero lo detuviera.

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