Morain Damondred

por **Moraine Damondred** Vie Mayo 08, 2015 1:05 pm

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Moraine Damondred.

▲EDAD▲

23 años

▲ESPECIE▲

Hechicera.

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase social alta.

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Heterosexual.

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Amsterdam, Holanda.

▲HABILIDADES/PODERES▲

PODERES INNATOS: Hechicería y Percepción del aura.
OTROS PODERES: Apatía, Nigromancia y Dominación

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Dicen que un niño es el vivo rostro de la inocencia y la pureza, pero cuando un niño ha visto y vivido entre la oscuridad, ¿dónde queda esa pureza? Moraine, siempre fue una buena niña, siempre estaba sonriendo, ya fuese alegremente o porque le emocionaba cualquier reto que se le pusiera por delante. Tenía un orgullo, quizás demasiado grande para una niña, pero era obediente con las órdenes que se le daban y nunca defraudó a nadie. Siempre que se caía, lograba levantarse con una sonrisa y aún con más ganas de aprender. Sin embargo, ¿qué alegría puede superar un trauma tan grande como la muerte de un ser querido? Desde que Yennefer fue asesinada, junto con sus hijos, por los lealistas a la corona, la joven Moraine de 14 años y llena de vitalidad, murió con ellos. En su corazón apareció un nuevo sentimiento, uno que un adolescente no debería experimentar nunca: la ira y la sed de venganza.
A pesar de que su padre adoptivo se encargó de la muerte de aquellos que tanto sufrimiento les habían causado. Moraine se fue a los Alpes donde, un brujo oscuro la reeducó en las artes de la magia negra. Gracias a sus métodos y a las experiencias vividas, la joven creció aumentando su orgullo, volviéndose rebelde, fría ante cualquier sentimiento, con un semblante serio en el que raras veces se veía una sonrisa y, si esta aparecía, era sarcástica y malvada. De su nuevo maestro experimentó la crueldad, la tortura y la completa oscuridad. Guardó en lo más profundo de su ser, todos aquellos recuerdos felices, los cuales solo dejaba salir cuando estaba a solas. Su punto de vista del mundo cambió drásticamente, llegando a odiar por completo a los humanos y elevando en gran medida la imagen que tenía de ella misma. Al ser hechicera, no se consideraba humana, sino otro ser sobrenatural equiparable a un vampiro y un licántropo. Se volvió perfeccionista consigo misma y con todos los que le rodeaban; y siempre quería que sus planes salieran bien.
Como persona orgullosa que es, no se le puede llevar la contraria y, cuando no tiene razón, será capaz de darle la vuelta a los acontecimientos, de tal manera que sea ella quien acabe ganando la discusión. Siempre sabe qué decir, cuándo decirlo y cómo decirlo. Si alguien no le cae bien, no se quedará callada y sonreirá falsamente, sino que lo humillará y se encargará de que esa persona no sea afortunada con la vida que le ha tocado vivir. No pone reparos a la hora de matar, si lo hace es porque no hay otra forma, pero no sufre por ello y tiene arrepentimiento. Si alguien quiere ser amig@ de Moraine, tendrá que trabajarlo mucho y deberán haberse conocido muchos años atrás pues ella considera que la amistad está sobrevalorada. Los amigos, son aquellos que nunca te darían la espalda, moverían cielo y tierra para ayudarte y te contarán todas las verdades habías y por haber. Nunca te mentirán para hacerte entender que tienes razón, si estás equivocado, un buen amigo se encargará de decírtelo sin pensárselo dos veces. Por desgracia, muy pocos son verdaderos amigos, pues siempre habrá un momento en que te traicionarán.

HISTORIA

Moraine nació el 3 de Febrero de 1976 en Amsterdam, Holanda. Por aquel entonces, vivía con su madre, en una casa a las afueras de la ciudad, donde fue criada durante los tres primeros años de su vida. Aira, su madre, era una de las brujas más poderosas del país, por lo que nada más nacer, Moraine ya mostraba tener las habilidades necesarias para la práctica de la magia. Desde que era un bebé, hacía florecer plantas marchitas con solo tocarlas. De esta forma, Aira, comenzó a educarla para que fuera una gran bruja blanca. Sin embargo, sus planes no llegaron a cumplirse, pues cuando la niña solo tenía tres años, fueron descubiertas por la Santa Inquisición. Su madre, consiguió esconderla en uno de los pasadizos secretos que se encontraban bajo la casa donde vivían. Mientras la niña estaba escondida y llamando a gritos a su madre, Aira fue asesinada en la hoguera delante de toda la ciudad. Durante los próximos 2 días, en los que Moraine lloraba y pasaba hambre, los inquisidores trataron de encontrarla pues habían oído rumores de que La Gran Bruja de Amsterdam, había tenido una hija. No fue hasta el tercer día que pasó en aquellos túneles, cuando fue encontrada por una mujer de cabello negro y de sonrisa tranquilizadora llamada Yennefer. Esta la acogió entre sus brazos y, afirmando ser una amiga de su madre, se la llevó a París, incluyéndola en su aquelarre y prometiéndole que continuaría con el propósito de Aira de convertirla en la nueva Bruja de Amsterdam.
Durante los siguientes 11 años de la vida de Moraine, ésta fue educada y criada por las demás brujas del Aquelarre, en el cual también había estado su madre, varios años antes de que ella naciera; y bajo la atenta mirada de Yennefer. Ésta la enseñó los secretos de la magia blanca, la curación de enfermedades tanto en humanos como animales y plantas. Le enseñó la historia de Francia, Holanda y Europa, para que pudiera entender que las circunstancias políticas en las que se encontraban no eran las mejores, sino más bien una de las peores que habían vivido. La joven Moraine, aprendía con extrema rapidez, y desde muy pequeña demostró tener unas habilidades innatas para ser una gran hechicera, tanto como de las más poderosas que existían. Yennefer se convirtió en su segunda madre, ya que al ser muy pequeña, pronto olvidó el rostro de Aira y todo lo relacionado con su vida en Holanda. Se crió como una más del Aquelarre, incluso llegó a jugar con los cinco hijos que Yennefer había adoptado con su marido Domenic, del cual logró aprender que se trataba de un vampiro. Así fue cómo vio que el mundo no solo estaba compuesto por humanos, animales y vegetales, sino que también existían un gran número de seres sobrenaturales, como los propios hechiceros, los vampiros y los licántropos. Moraine aprendió cómo defenderse de cada uno de ellos, concretamente de los vampiros, gracias a las enseñanzas que Domenic inculcó en ella. Desde que Moraine llegó a París, ambos la aceptaron como una hija más y ésta se asentó en su casa cuando cumplió los 5 años. Era una más de la familia.
Al cumplir los 14 años la adolescente, ya había alcanzado a muchas de las hechiceras más antiguas del Aquelarre e incluso ya había logrado matar a algún vampiro que amenazó con destruir al clan que tanto quería. La niña se había convertido en una persona querida por todos, era completamente feliz, siempre sonriendo y soltando bromas a todos. Alguna que otra vez se llevó más de una reprimenda por hacer travesuras con pequeños y sencillos hechizos. Sin embargo, esta alegría duro poco, pues se desató, en 1790, la Revolución Francesa. Moraine se encontraba a las afueras de la ciudad con otras brujas, en una misión, cuando se enteró de que Yennefer y toda su familia, salvo el vampiro, habían sido asesinados por los lealistas a la Monarquía. La hechicera volvió a París y lloró por la muerte de su madre adoptiva, así como de los que habían sido sus hermanos. Desde ese momento, su personalidad cambió radicalmente, y en su interior solo había un sentimiento: la ira. Tras meditarlo mucho consigo misma y con Domenic, el cual decidió vengarse apoyando al pueblo para que se hiciera con el poder, Moraine se marchó a los Alpes, donde se decía que vivía un poderoso nigromante, el cual aceptó convertirse en su maestro si es que ella era capaz de soportar los métodos que él utilizaba para enseñarle. Estos métodos eran crueles y oscuros, pero la joven se mantuvo firme y, a pesar de estar al borde de la muerte en más de una ocasión, siempre se levantaba con más ganas de las que tenía al caer.
Con los diez años siguientes, Moraine aprendió todo lo que pudo sobre la magia negra. Además, bajo la amenaza de su nuevo maestro, su personalidad fue moldeada, de tal forma que la joven alegre y humilde, paso a ser una mujer de 24 años, fría, cruel y despiadada. Mientras vivía en las montañas, su imagen de los humanos cambió. Comenzó a considerarlos escoria, destruyendo el planeta que les permitía vivir, al igual que a sí mismos. Desde las sombras, mató a muchos miembros de la Inquisición, vampiros y otros seres sobrenaturales, sin que nadie pudiera relacionarla con aquellas muertes. Con el paso de los años, logró sobrepasar a su maestro, por lo que llegó a pensar que ya no podría aprender más de él. De esta forma, un día, lo obligó a quitarse la vida. Fue en ese momento, cuando se puso en contacto con Domenic y volvió a París, con una única misión: el poder.

por **Doreen Jussieu** Vie Mayo 08, 2015 10:40 pm

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