AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Figth Club //LIBRE//
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Figth Club //LIBRE//
*Sigrid tenia una semana de haber cumplido años, todo el año pasado habia estado en su amada tierra de la nieve eterna Rusia, habia decidido hacerce unos tatuajes en representacion al servicio de la corona Rusa, y tambien habia añadido en su espalda el tatuaje de un dragon que abarcaba toda la espalda, esto como simbolo de que su cuerpo ya no tenia apariencia de una pequeña de 12 años, ahora se veia mas como una jovencita de mas edad de unos 15 años todavia con una algunos rasgoz de niña, estaba comoda con su cuerpo pues no tenia mucho busto y que bueno, ahora se le notaba la esbelta cintura y tambien las caderas que no muy prominentes seguia siendo interesante para la cambiaformas ver todos estos cambios habia pasado 5 años con el cuerpo de una niña de 12 años y una inteligencia digna de una joven de 20, ahora a sus 23 años su cuerpo porfin mostro signos de que ya era una hermosa joven alvina, mas a ella nunca le importo el fisico o como se veia, ella seguia siendo la mercenaria exmilitar que trabajo para la corona Rusa, y que todavia ocacionalmente brindaba servicio de proteccion a ciertos seres con rangos altos. A decir verdad no le interesaba la realeza, ni sus chismes e intrigas solo el que le pagaran quien le pagara mas mejor.*
*Para este entonces ya llevaba una semana en Paris, y buscaba alojamiento en algun lugar alejado de la sociedad, nunca fue una niña muy sociable, la accion en los campos de batalla era lo unico que le daba alegria, el ver como la vida se escapaba de las personas a la hora de matarlas, el olor a sangre y polvora, el ver correr entre sus manos sangre, y que estas tiñeran su descolorida piel, tan blanca que se camuflajeaba a la perfeccion con esta, si tenia que regresar a paris a reportar con un inquisidor el trabajo hecho y que este le pagara con lo acordado, asi lograria tener su casa alejada de la sociedad*
*Venia de cobrar el dinero, vestia unos pantaloncillos cortos, unas botas largas, una blusa de tirante ancho encima traia un armamento de piel de distintos colores rojo, verde, amarillo mostaza, varios tomos de cafe, gris y negro, estos estaban unidos de manera que parecieran escamas de dragon que le protegia la espalda, todo un brazo, despues se convertian en cintos que cruzaban para todas partes, en el otro brazo una hombrera de metal forjado en color cobre y encima de todo esto traia una tunica con capucha de color negro con el simbolo de una cruz en la parte de atras, su baston de plata del que ya despues se armaba su guadaña estaba en la espalda detenido con otro cinto que atravezaba un hombro y hasta ahorita era lo unico de cuero que se veia., y unos guantaletes de cuero con los dedos cortados, usaba un par de trensas gruesas y sin mucha atencion si le quedaron iguales, con la capucha arriba cubriendo su rostro y resto de la vestimenta en incognita, entro a la taberna y se sento en la barra, era noche de peleas clandestinas en el bar*
*Al sentarse su amigo Hagrid un hombre que le doblaba la altura, le dio un tarro de cerveza*
-Wolfkang llegas justo a tiempo...ya va a empezar la pelea....deberias de meterte....se que les patearias el trasero a todos aqui......valla que has crecido.....
*Ella sonrio, le dio un trago al tarro y se rio*
-Vamos Hag...no quiero problemas con tu jefe o contigo....y si recien cumpli años.....
*Hagrid rio de manera sonora y le puso la mano sobre la cabeza y se la soba*
-...Deberias de patear traseros como cuando estabas mas joven...
-....Si extraño esos tiempos cuando todavia no crecia...y cabia en cualquier parte....-.-
*Dijo de manera fria y sarcastica a Hagrid mientras, se daba la vuelta para ver la pelea y para tomar cerveza de su tarro, mientras se notaba que el banco de la barra le quedaba alto lo que detonaba una de dos cosas, era alguien de poca estatura o un niño, pues media 1.60m*
*Para este entonces ya llevaba una semana en Paris, y buscaba alojamiento en algun lugar alejado de la sociedad, nunca fue una niña muy sociable, la accion en los campos de batalla era lo unico que le daba alegria, el ver como la vida se escapaba de las personas a la hora de matarlas, el olor a sangre y polvora, el ver correr entre sus manos sangre, y que estas tiñeran su descolorida piel, tan blanca que se camuflajeaba a la perfeccion con esta, si tenia que regresar a paris a reportar con un inquisidor el trabajo hecho y que este le pagara con lo acordado, asi lograria tener su casa alejada de la sociedad*
*Venia de cobrar el dinero, vestia unos pantaloncillos cortos, unas botas largas, una blusa de tirante ancho encima traia un armamento de piel de distintos colores rojo, verde, amarillo mostaza, varios tomos de cafe, gris y negro, estos estaban unidos de manera que parecieran escamas de dragon que le protegia la espalda, todo un brazo, despues se convertian en cintos que cruzaban para todas partes, en el otro brazo una hombrera de metal forjado en color cobre y encima de todo esto traia una tunica con capucha de color negro con el simbolo de una cruz en la parte de atras, su baston de plata del que ya despues se armaba su guadaña estaba en la espalda detenido con otro cinto que atravezaba un hombro y hasta ahorita era lo unico de cuero que se veia., y unos guantaletes de cuero con los dedos cortados, usaba un par de trensas gruesas y sin mucha atencion si le quedaron iguales, con la capucha arriba cubriendo su rostro y resto de la vestimenta en incognita, entro a la taberna y se sento en la barra, era noche de peleas clandestinas en el bar*
*Al sentarse su amigo Hagrid un hombre que le doblaba la altura, le dio un tarro de cerveza*
-Wolfkang llegas justo a tiempo...ya va a empezar la pelea....deberias de meterte....se que les patearias el trasero a todos aqui......valla que has crecido.....
*Ella sonrio, le dio un trago al tarro y se rio*
-Vamos Hag...no quiero problemas con tu jefe o contigo....y si recien cumpli años.....
*Hagrid rio de manera sonora y le puso la mano sobre la cabeza y se la soba*
-...Deberias de patear traseros como cuando estabas mas joven...
-....Si extraño esos tiempos cuando todavia no crecia...y cabia en cualquier parte....-.-
*Dijo de manera fria y sarcastica a Hagrid mientras, se daba la vuelta para ver la pelea y para tomar cerveza de su tarro, mientras se notaba que el banco de la barra le quedaba alto lo que detonaba una de dos cosas, era alguien de poca estatura o un niño, pues media 1.60m*
Última edición por Sigrid Alexi Wolfkang el Vie Ago 07, 2015 12:34 am, editado 1 vez
Alexi Wolfkang- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 04/10/2010
Localización : En la cantina del Budel sirviendo tragos / o en mi casa del bosque cerca de la mansion Morel
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Re: Figth Club //LIBRE//
"Tierna soledad de azares incomprendidos, tierna eres que ensimismada me envuelves en un tejar unisono de tragedia y tinieblas, que pierden mi alma en este inmenso bosque que es mi corazón taciturno, en esta alma en pena que es mi sueño nocturno." U.Übermensch
El lobo escapaba de su inmenso palacio, de su enorme soledad cubierta de paredes y sirvientes en una mansión ya olvidada por su corazón y aunque corrió tan lejos como pudo, parecía que París tampoco era la respuesta. Día y noche salía de su tristeza a recorrer las añejas calles de la ciudad que lo sitiaban a cada esquina con recuerdos de su prometida a quien tal vez nunca volvería a ver y entonces el corazón palpitante, la respiración jadeante y el deseo muerto obligaban a aquella poca fuerza de voluntad a desfallecer entre la bebida, los pleitos y el sexo. Ya no... no era perfecto y un titulo jamás valdría el sacrificio que su corazón tan puro padeció. Para él, para su corazón, aquello había robado pedazo por pedazo una parte del mismo que jamás podría ser reparado ya.
Aquella noche no sería diferente, su camino proseguía en la terrible soledad de una fortuna por gastar y una vida por derrochar en la incapaz e idiota excusa de aguantar los azares de los excesos, que en gula de sinrazón habían convertido al barón escondido entre capas de ropajes ajenos a su posición, en aquel lobo herido que en busca de venganza o consuelo llevaba la lujuria y las afrentas en la empresa incomparable de morir en el intento. El aturdido lobo se levanto ya al oscurecer, en tiempo vespertino que indicaba la caducidad del inconcluso día y presuroso se coloco sus botas y aquella capa que más parecía una chaqueta mal cosida, desgastada por las caídas y enfrentamientos de cada noche. Salió en argumentos con el dueño de la posada y tomando una botella de ron, se dedico a la bebida pasando cabizbajo a quienes se encontraba en el camino, dispuesto a encontrar un nuevo bar donde tomar, follar y luchar en la cruzada para hallar su muerte o la cura de aquella pena que su alma cargaba.
El camino empedrado de la ciudad me hacían tambalearme entre el camino y la oscuridad que acaecía me llenaba de ímpetu, sentía como mi corazón presuroso palpitaba en mi pecho y como mi cuerpo magullado aún recuperándose apenas podía arrastrarse en son a las ordenes de mi mente. Poco a poco me fui acercando a una esquina donde el bullicio llamaba mi atención. Ya lo encontré - Pensé para mis adentro mientras una tenue sonrisa se dibujaba en mi rostro y mis ojos entrecerrados se abrían en un esfuerzo por enderezar mi adolorido cuerpo para evitar cualquier dejo de debilidad que pudieran denotar la decadencia de un guerrero, de un barón, de un licántropo...
Al entrar logre ver lo que parecía una arena, donde los vástagos apostaban por su luchador preferido y entre copas disfrutaban de su velada, las armas tampoco eran extrañas a la vista y todo transcurría con normalidad, la vista se me perdía entre la gente y la búsqueda de un rincón tranquilo donde ordenar un poco de licor para quemar la tristeza y ahuyentar los miedos. Cuando al fin lo encontré, logre notar algo extremadamente raro, era una chica albina, algo disfrazada para mi, pero aunque con extravagantes gustos, se veía bastante cómoda en el lugar. Un poco de curiosidad me entro, pero aquello no iba a arruinar mi noche. Al llegar, me senté con cuidado, dejando mi aparatosa capa a un lado, dejando ver mi fino sable y mi mosquete traslucir entre la luz de las velas y el resplandor del metal.
Sentí como una chica se acercaba y al voltearme la vi venir hacía mí dejandose caer sobre mi regazo y abrazando mi cuello. Una sonrisa se dibujo en mi rostro, olvidando la albina por un momento.
- ¿ Qué va a tomar el caballero ? - Pregunto con tono picaresco y un dejo de coquetería en la expresión de su rostro y la caricia de sus dedos en mi cuello
- Traedme vodka y whisky si tenes - Respondí, dejando una bolsa de dinero más que suficiente para pagar el licor de todo el bar, deteniendome para ver su cara - Pero que sea nuestro secreto, anda - le ordené mientras ella se levantaba de mi regazo-
- Claro mi señor - Respondió con una reverencia al intuir que tal cantidad de dinero solo venía de un noble linaje y con una sonrisa aún más coqueta se levanto un poco su falda larga, dejando ver parte de sus muslos -
- Hoy no, solo vengo a relajarme - susurre para ella acercándome, mientras con un golpe en la espalda baja, la despachaba a por el licor.
Me recosté entonces sobre el mueble que daba contra una pared y me relaje cerrando los ojos por un instante, sentía que alguien me observaba, aquello finalmente era más interesante, la luna llena se acercaba y mi fuerza y frenesí me dominaban poco a poco. El lobo quería sangre, deseaba sangre, anhelaba el aroma de la muerte recién parida de sus garras.
El lobo escapaba de su inmenso palacio, de su enorme soledad cubierta de paredes y sirvientes en una mansión ya olvidada por su corazón y aunque corrió tan lejos como pudo, parecía que París tampoco era la respuesta. Día y noche salía de su tristeza a recorrer las añejas calles de la ciudad que lo sitiaban a cada esquina con recuerdos de su prometida a quien tal vez nunca volvería a ver y entonces el corazón palpitante, la respiración jadeante y el deseo muerto obligaban a aquella poca fuerza de voluntad a desfallecer entre la bebida, los pleitos y el sexo. Ya no... no era perfecto y un titulo jamás valdría el sacrificio que su corazón tan puro padeció. Para él, para su corazón, aquello había robado pedazo por pedazo una parte del mismo que jamás podría ser reparado ya.
Aquella noche no sería diferente, su camino proseguía en la terrible soledad de una fortuna por gastar y una vida por derrochar en la incapaz e idiota excusa de aguantar los azares de los excesos, que en gula de sinrazón habían convertido al barón escondido entre capas de ropajes ajenos a su posición, en aquel lobo herido que en busca de venganza o consuelo llevaba la lujuria y las afrentas en la empresa incomparable de morir en el intento. El aturdido lobo se levanto ya al oscurecer, en tiempo vespertino que indicaba la caducidad del inconcluso día y presuroso se coloco sus botas y aquella capa que más parecía una chaqueta mal cosida, desgastada por las caídas y enfrentamientos de cada noche. Salió en argumentos con el dueño de la posada y tomando una botella de ron, se dedico a la bebida pasando cabizbajo a quienes se encontraba en el camino, dispuesto a encontrar un nuevo bar donde tomar, follar y luchar en la cruzada para hallar su muerte o la cura de aquella pena que su alma cargaba.
El camino empedrado de la ciudad me hacían tambalearme entre el camino y la oscuridad que acaecía me llenaba de ímpetu, sentía como mi corazón presuroso palpitaba en mi pecho y como mi cuerpo magullado aún recuperándose apenas podía arrastrarse en son a las ordenes de mi mente. Poco a poco me fui acercando a una esquina donde el bullicio llamaba mi atención. Ya lo encontré - Pensé para mis adentro mientras una tenue sonrisa se dibujaba en mi rostro y mis ojos entrecerrados se abrían en un esfuerzo por enderezar mi adolorido cuerpo para evitar cualquier dejo de debilidad que pudieran denotar la decadencia de un guerrero, de un barón, de un licántropo...
Al entrar logre ver lo que parecía una arena, donde los vástagos apostaban por su luchador preferido y entre copas disfrutaban de su velada, las armas tampoco eran extrañas a la vista y todo transcurría con normalidad, la vista se me perdía entre la gente y la búsqueda de un rincón tranquilo donde ordenar un poco de licor para quemar la tristeza y ahuyentar los miedos. Cuando al fin lo encontré, logre notar algo extremadamente raro, era una chica albina, algo disfrazada para mi, pero aunque con extravagantes gustos, se veía bastante cómoda en el lugar. Un poco de curiosidad me entro, pero aquello no iba a arruinar mi noche. Al llegar, me senté con cuidado, dejando mi aparatosa capa a un lado, dejando ver mi fino sable y mi mosquete traslucir entre la luz de las velas y el resplandor del metal.
Sentí como una chica se acercaba y al voltearme la vi venir hacía mí dejandose caer sobre mi regazo y abrazando mi cuello. Una sonrisa se dibujo en mi rostro, olvidando la albina por un momento.
- ¿ Qué va a tomar el caballero ? - Pregunto con tono picaresco y un dejo de coquetería en la expresión de su rostro y la caricia de sus dedos en mi cuello
- Traedme vodka y whisky si tenes - Respondí, dejando una bolsa de dinero más que suficiente para pagar el licor de todo el bar, deteniendome para ver su cara - Pero que sea nuestro secreto, anda - le ordené mientras ella se levantaba de mi regazo-
- Claro mi señor - Respondió con una reverencia al intuir que tal cantidad de dinero solo venía de un noble linaje y con una sonrisa aún más coqueta se levanto un poco su falda larga, dejando ver parte de sus muslos -
- Hoy no, solo vengo a relajarme - susurre para ella acercándome, mientras con un golpe en la espalda baja, la despachaba a por el licor.
Me recosté entonces sobre el mueble que daba contra una pared y me relaje cerrando los ojos por un instante, sentía que alguien me observaba, aquello finalmente era más interesante, la luna llena se acercaba y mi fuerza y frenesí me dominaban poco a poco. El lobo quería sangre, deseaba sangre, anhelaba el aroma de la muerte recién parida de sus garras.
Ulrich Übermensch- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 05/01/2015
Localización : París
Re: Figth Club //LIBRE//
*Sigrid habia Pedido un tarro de cerveza obscura, Hagrid se lo estaba preparando en el momento que vio entrar a alguien que le parecio familiar, su olor ya lo habia olido antes, hace un par de años en una mision cuando todavia pertencia al ejercito ruso, antes de hacerce mercenaria y asesina a sueldo. Si habia sido hace ya tiempo y ella era solo una niña de 10 años, parecia que fue ayer cuando todavia su cuerpo le habia recordado el año anterior que todavia era una niña. Tomo el tarro de vidrio entre sus manos y dio un trago, mientras se le colgaban los pies del banco de la barra, se bajo la capucha y dejo ver su rostro y sus facciones, asi como tambien sus ojos purpuras, un borracho al ver la piel tan palida, mas palida incluso que un muerto, tan blanca como la nieve de sus tierras natales rusas donde el invierno era eterno y se camuflajeaba en ella con el blanco de su piel. Buenas epocas eran aquellas, pero no tan buenas como las que estaba viviendo, en eso un hombre borracho grito*
-Vampiro!!!!...Demonio!!!
*Sigrid sin prestar mucha atencion siguio tomando de su tarro, mientras la taberna entera por unos instantes se quedo muda y sentia los ojos de todos sobre ella, derrepente como si nada hubiera pasado el ruido continuo pero el hombre que habia gritado habia lanzado una botella entera de Vodka en direccion a la cabeza de Sigrid, quien de pura casualidad se agacho y escucho el crujir del cristal estrellandose contra la pared, los que estaban peleando en la arena improvisada observaron a la pequeña mujer que no pasaba de 1.63 y que parecia una chica de 16 o 17 años de edad, Hagrid habia logrado esquivar el botellazo y los demas peleadores junto con el que habia lanzado la botella se levantaron y la rodearon.*
-Dejenme en paz....
*Dijo inexpresivamente mientras le daba un trago al tarro*
-Mirad que es linda....valla y pensar que una criatura tan monstruosa puede ser tan bella....dan ganas hasta de follar con ella.....
-Y si no te dejamos en paz... que nos vas a hacer si apenas sos una Niña...
-Vamos Demonio muestranos tus garras.....
*Ella solo suspiro cancinamente y repitio*
-Dejadme en paz....no quiero problemas con nadie...
*En eso uno de los hombres la tomo del brazo firmemente y la atrajo hasta el haciendola bajar de un salto del banco de la barra, mientras el inexpresivo rostro de Sigrid los veia divertida pero serena*
-Vamos chiquilla ya que sos mujer deverias estar entreteniendo a los hombre que no?
-Si vamos baila para nosotros...
-No mejor llevemosla a un cuarto....
*Mientras ellos decidian que hacer con ella, ella ya estaba poniendo los ojos en la botella de Vodka y de Whisky que traia la mesera para el caballero que recien habia llegado, safandose del brazo del hombre con una patada en la entrepierna de este e impulsandose de la misma para caer en una silla de madera vacia enfrente del hombre que acababa de llegar, tomando las dos botellas mientras los otros dos hombres agarraban la silla y la llevaban al centro del circulo para atrapar a la mujer de cabello blanco, les estrello a los dos las botellas en la cabeza*
-Lo lamento .... le repondre las botellas....
*Dijo al recien llegado, y mientras el que estaba en el suelo la sujetaba de la tunica ella ya se estaba safando para salirse de ella revelando el resto del ropaje. los demas comenzales comenzaron a gritar alaridos de emocion mientras los tres hombres que le doblaban la estatura y el peso trataban de hacerle algo a la joven Sigrid*
*Hagrid en la barra reia a carcajadas mietnras recordaba los años en que sigrid todavia parecia una niña de 12 años*
-Bienvenida de vuelta Wolfkang....
*Dijo Hagrid entre carcajadas y risas de emocion. En el cuellos de la chica derrepente salieron volando unas placas de acero inscritas en ruso donde venia su nombre, el lugar de origen, la raza y el lugar en el ejercito en el que estuvo junto con otras que no le pertenecian a ella, las cuales habian caido en la mesa del joven recien llegado, lo que estaba curioso era que ambos pertenecian a "las fuerzas Especiales" y junto con ellos venian unos numeros que parecian no tener nada que ver.*
-Vampiro!!!!...Demonio!!!
*Sigrid sin prestar mucha atencion siguio tomando de su tarro, mientras la taberna entera por unos instantes se quedo muda y sentia los ojos de todos sobre ella, derrepente como si nada hubiera pasado el ruido continuo pero el hombre que habia gritado habia lanzado una botella entera de Vodka en direccion a la cabeza de Sigrid, quien de pura casualidad se agacho y escucho el crujir del cristal estrellandose contra la pared, los que estaban peleando en la arena improvisada observaron a la pequeña mujer que no pasaba de 1.63 y que parecia una chica de 16 o 17 años de edad, Hagrid habia logrado esquivar el botellazo y los demas peleadores junto con el que habia lanzado la botella se levantaron y la rodearon.*
-Dejenme en paz....
*Dijo inexpresivamente mientras le daba un trago al tarro*
-Mirad que es linda....valla y pensar que una criatura tan monstruosa puede ser tan bella....dan ganas hasta de follar con ella.....
-Y si no te dejamos en paz... que nos vas a hacer si apenas sos una Niña...
-Vamos Demonio muestranos tus garras.....
*Ella solo suspiro cancinamente y repitio*
-Dejadme en paz....no quiero problemas con nadie...
*En eso uno de los hombres la tomo del brazo firmemente y la atrajo hasta el haciendola bajar de un salto del banco de la barra, mientras el inexpresivo rostro de Sigrid los veia divertida pero serena*
-Vamos chiquilla ya que sos mujer deverias estar entreteniendo a los hombre que no?
-Si vamos baila para nosotros...
-No mejor llevemosla a un cuarto....
*Mientras ellos decidian que hacer con ella, ella ya estaba poniendo los ojos en la botella de Vodka y de Whisky que traia la mesera para el caballero que recien habia llegado, safandose del brazo del hombre con una patada en la entrepierna de este e impulsandose de la misma para caer en una silla de madera vacia enfrente del hombre que acababa de llegar, tomando las dos botellas mientras los otros dos hombres agarraban la silla y la llevaban al centro del circulo para atrapar a la mujer de cabello blanco, les estrello a los dos las botellas en la cabeza*
-Lo lamento .... le repondre las botellas....
*Dijo al recien llegado, y mientras el que estaba en el suelo la sujetaba de la tunica ella ya se estaba safando para salirse de ella revelando el resto del ropaje. los demas comenzales comenzaron a gritar alaridos de emocion mientras los tres hombres que le doblaban la estatura y el peso trataban de hacerle algo a la joven Sigrid*
*Hagrid en la barra reia a carcajadas mietnras recordaba los años en que sigrid todavia parecia una niña de 12 años*
-Bienvenida de vuelta Wolfkang....
*Dijo Hagrid entre carcajadas y risas de emocion. En el cuellos de la chica derrepente salieron volando unas placas de acero inscritas en ruso donde venia su nombre, el lugar de origen, la raza y el lugar en el ejercito en el que estuvo junto con otras que no le pertenecian a ella, las cuales habian caido en la mesa del joven recien llegado, lo que estaba curioso era que ambos pertenecian a "las fuerzas Especiales" y junto con ellos venian unos numeros que parecian no tener nada que ver.*
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