Las entrañas de la bestia — Roth

Nombre: Jacques Benjamin – Roth

Edad: no se tiene documentación de ello

Especie: Nosferatu

Origen: Se deconoce

O. Sexual: Heterosexual.

Ocupación: Granjero – Devorador de almas destructor de cuerpos.

→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.

→ Atributos: Colmillos afilados, uñas afiladas, piel y cuerpo resistentes e inmortalidad.

→ Poderes: Sanación acelerada, Percepción del aura, Visión compartida y visión remota, Bloqueo mental, Fortaleza, Rastreo, Levitar, Telepatía, Clarividencia, Seducción, Persuasión, Confusión, Inflingir dolor por medio de la mente, Manipulación de la memoria, Ilusión, Capacidad para soportar la luz solar

¿Quién es Roth?, no es un hombre, no es un ser, es una bestia que se alimenta de sangre con miedo, si, a él le gusta que sus presas sientan el terror en sus ojos porque su sangre sabe mejor. No tiene humor y no sabe reconocer bromas, por ello no soporta a otros seres, mucho menos a los de su propia especie le gusta vivir solo en su cueva en los bosques. Su paciencia se extinguió cuando fue convertido en la bestia que ahora es, no razona ni entiende de muchos emociones, su entendimientos se marchó el día que se alejó en los bosques de parís. No emite palabra alguna solo gruñidos y cuando las emite nadie las comprende porque no es claro en lo que dice, mezcla letras antiguas con las actuales. Tiene un trastorno de límite de la personalidad. Aun cuando odia convivir con otros seres también le tiene odio a la soledad por eso caza en las noches sin luna y mantiene a sus presas en cautiverio hasta que las considera completamente embargadas por el miedo y se las cena. ¿Cómo las aterroriza?, simple, con el método de la tortura, es un ser que le encanta torturar a sus víctimas de la forma física y psicológica. Su apariencia dicta mucho de su trastorno con cortes y cicatrices que no deja cerrar, tiene incrustado en su cuerpo partes de metales y huesos para evitar que se cierren las heridas, las marcas en su rostro, pecho y espalda son las muescas que ha realizado por cada víctima de las que se ha alimentado. Su mayor placer es torturar a sus víctimas pero en algunas ocasiones no lo hace el mismo sino que con sus habilidades hace que sus propias víctimas se torturen para él, es un sádico enfermo que disfruta del dolor ajeno y los gritos.

No hay palabra que defina a un monstruo más que solo los gritos de horror y terror que infunde a sus víctimas.

Hace varios años atrás, cuando no había reyes ni tantas naciones divididas, había una familia cuya aldea estaba cerca del monte pirineo, ahí las leyendas abundaban sobre seres deformes que cazaban niños en las noches sin luna, a todo niño huérfano de diez años ellos se lo llevaban como comida. Claro que este tipo de cuentos de ancianos a algunos no los asustaba y decidían probar suerte, algunos volvían y otros no pero nadie sospechaba que aquellas historias eran reales, aunque luego, unos cuantos años después sabrían que todo es verdad.

Aquella familia tenía dos niños, una parejita muy hermosa, el pequeño tenía cabellos dorados como su madre y la pequeña los cabellos castaños de su padre. Una familia muy feliz según como lo verían, pero esa felicidad se acabó cuando el padre murió dejando a los niños pequeños, ya iba un padre muerto. El pequeño, como era costumbre a su edad se hizo cargo de su propia familia olvidándose que solo era un niño y tomándose más como un hombre, rudo y dedicado al trabajo. Al cabo de unos cuantos años su madre fallece de tuberculosis. Quedaron ahora aquellos hermanos casi de la misma edad, él joven dos años mayor a la niña.

Los años pasan, los días y las noches, hasta que aquella noche cayó silenciosa sin que ellos se la esperen, su casa alejada de las demás de la villa era el blanco perfecto para ser considerada como comida, el aroma de dos jóvenes solos en mitad de una aldea rodeada de bosque con las montañas a sus espaldas es el manjar que están esperando. Irrumpen a media noche en la cabaña, los gritos de desesperación y los ataques del “hombre” de la casa, le da con un hacha en la cabeza a uno de ellos y a otro le golpea el rostro deforme, pero eran más fuertes y lo derriban sin saber él como lo hacen, su cabeza contra el suelo y el filo de una especie de cuchillo rudimentario apuntándole el cuello.

–Aaaargh son solo huesos, deja a ese tipejo y llévate a la mujer es más jugosa la carne de una jovencita–

–No yo quiero al hombre– la voz de una mujer grotesca retumba tras de ellos. Los niños no comprenden el idioma de las bestias y asustados solo ven los ojos de la mujer antes de caer soñados.

Al despertar se encuentran en cuevas subterráneas, una colmena de cuevas y conductos que unen la tierra con la montaña. Pasaron días, semanas donde se ven atados a las paredes de un horrible lugar. Estaban rodeados de esqueletos humanos, pequeños, medianos, grandes incluso algunos estaban todavía frescos con algo de carnes sobre los huesos, las moscas y el aroma era nauseabundo. Las lágrimas de los niños era todo lo que se oía por las mañanas y en las noches recibían carne chamuscada, trozos de panes y agua sucia. Sabían que los estaban viendo pero ellos no podían verlos.

Al caer la noche las bestias ataron al niño con cadenas a la pared donde estaba y a la jovencita la dejaron atada cuerdas en una especie de altar de piedra rodeado de cráneos con velas dentro, era hora del sacrificio. Cuando despertaron y se vieron así sabía que venía su muerte aquella noche, la niña no paraba de llorar y tirar con fuerza de las sogas lastimando su piel, lacerándosela al punto de cortarse la piel y comenzar a sangrar, el pequeño también se hacía cortes con los cadenas en sus muñecas y tobillos. El sol comienza a ocultarse, ambos niños cansados, lastimados y sin esperanza alguna aceptan en silencio su destino. La luna se alza ya en el alto cielo y comienzan a llegar las bestias, ellos los oyen pero no los ven, hasta que la mujer grotesca aparece y algo le dice al joven que no comprende.

–Tu, tú serás el destructor, tu verás el dolor y el odio en su más puro estado, serás testigo de tu conversión y de tu nueva vida en este lugar con tu nueva familia–

Lo que fue solo puede ser descrito como el mayor horror, pasaban días torturando a su hermana, desollándola viva, pedazo a pedazo y comiéndosela frente a él, lamiendo la carne arrancada, unos trozos eran cortados y otros eran por mordidas, la mujer solía cortar un poco y luego tirar del pellejo. Los gritos fueron por días, semanas hasta que el silencio se hizo inminente. Era obligado a comer la misma carne que ellos en aquel banquete hasta que solo quedaron los cabellos y esqueletos de su hermana, sus órganos tirados por todo lado siendo devorados lentamente.

Su terror no terminó ahí, pasaba año tras años viendo tantas torturas hasta que su cabeza, encerrada en ese mundo de tinieblas comenzó a disfrutar de lo que veía. Ya no era un niño, ni un joven aldeano era otra bestia más, perdió el habla y empezó a entender a sus nuevos miembros de familia. Hasta que su “madre” decide transformarlo ya con la edad de un hombre en la treintena, que ha pasado cazando como uno de ellos aun sin serlo, ella lo convierte en aquella criatura.

A partir de ahí, su figura de hombre ha cambiado por una figura escalofriante, tiene cortes en su cuerpo, marcas que se ha hecho él y el tiempo, su mano derecha fue cortada y remplazada por una especie de arma. Sigue viviendo en las cuevas profundas de los bosques que colindan con los pirineos. Las cuevas subterráneas y los pantanos son sus hábitats preferidas.