Clemence Belcourts ID

por **Engel Edelweiss** Sáb Jul 11, 2015 7:32 pm

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

CLEMENCE BELCOURTS

▲EDAD▲

22 AÑOS

▲ESPECIE▲

HUMANA

▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲

NO CORRESPONDE

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

CLASE MEDIA

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

HETEROSEXUAL

▲LUGAR DE ORIGEN▲

FRANCIA

▲HABILIDADES/PODERES▲

NO CORRESPONDE

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Su carácter es dulce, es cariñosa y comprensiva tanto con sus más cercanos, como la familia que la acogió cuando era una pequeña niña abandonada, como con los seres más sencillos y humildes, sean humanos o no.

De carácter pensativo, siempre pareciera que está intentando entender cual fue el problema que la llevó a perderlo todo. ¿fue acaso en verdad una peste, la que le quitó a sus padres? ¿o habrá tenido algo que ver, aquellas pesadillas, en donde una mujer aparecía en la noche y susurraba cosas a su oído, cuando se despertaba. Aquella pesadilla siempre era igual, una mujer hermosa, unos labios rojos con dientes blancos como la nieve, pero de colmillos puntiagudos y mirada fría.

Tal vez, de tanto pensar en ese pasado que no logra dejar atrás, es que poseer esa faceta melancólica, que la lleva a pasar horas, observando como las hojas se mecen en los arboles, como los cantos de los pájaros, tal vez mañana no vuelvan a sonar así. Será por esa melancolía, que en sus tiempos libres, luego de visitar a su familia adoptiva. Se toma el tiempo de vicitar el cementerio y ofrendar alguna flor silvestre, en las tumbas que parecen abandonadas. Tal vez, como jamás supo que fue el destino de los despojos de sus padres, ella logra en ese acto, entregar de algún modo, una ofrenda para ellos.

Siempre se presenta servicial, lista para ayudar, en las tareas que le competen, pero también en las que por alguna razón, cree que su ayuda será útil.

No es de soñar mucho, pues es bastante realista y es consiente que tuvo mucha suerte en su vida, pero que no vendrá ningún príncipe azul a rescatarla. Tal vez, porque ella no lo espera, o porque se ha cerrado a la posibilidad de llegar a tener algún día, ese ser especial que logre borrar tantos temores, tantas ausencias y sufrimientos.

Apariencia Física :

HISTORIA

Pequeña, así solían llamarle sus padres, y la mayoría de los que la han conocido terminaron llamándole así. Tal vez porque su rostro, pareciera mostrar lo frágil y delicada que es. Sí, no se equivocan e ese sentido. Tal vez por el hecho que su infancia fue mísera, pero plena de amor en los primeros seis años. Su salud jamás fue la mejor. Aunque después perdiera a su madre y a su padre, por un brote de la peste negra, su salud llegó a quebrantarse mucho más, pero la muerte pasó a su lado, rozándola, acariciándole. Tal vez se enamoró de sus ojos tristes, de su boca pequeña, o simplemente no la vio, pensando que era un alma en pena.

La verdad es que con tan solo seis años, la dulce y melancólica Clemence, tuvo que sobrevivir, cada día, sin mirar atrás, sin extrañar las caricias de sus padres, que más pronto que tarde, quedaron sepultadas en sus recuerdos más profundos. Dos semanas después de que unos hombres se llevaran los cadáveres de sus padres y la buscaran con insistencia, sin encontrarla, pues ella había huido por miedo a que la llevaran a un hospital, creyendo que también estaba infectada, cuando por fin volvió a su antiguo hogar, no encontró más que cenizas, pues éste había sido devorado por las llamas, en precaución de un posible brote de la enfermedad. Así pues la niña quedó desamparada, sin dónde ir, o a quien pedir ayuda.

Sentada en la pequeña plaza de aquel pueblo sin nombre, llorando amargamente, un hombre se acercó a ella. Con solicitud, intentó ayudarle, era un hombre extraño, sus ropas parecían las de un guerrero, pero la paz que imponía a la vez, podían hacer dudar a cualquiera. Fue así como en ese lugar, apartado de la mano de Dios, se acercó a la niña, dispuesto a mejorar su vida. La pequeña lo contempló, aquella mirada clara, con una sonrisa ancha y bonachona, lograron conquistarla, de cierta forma, pues al fin de cuentas, nadie preguntaría por su desaparición, por su destino. Fue así que aceptó la ayuda de aquel extraño, que se brindaba a ella, sin dobles intenciones. Tal vez simplemente se había condolido, por verla tan pequeña, o recordó a sus pequeños hijos, fuera cual haya sido el detonante de su accionar, el soldado decidió llevarla a su propio hogar. Pues bien sabía él, que la pequeña no podía hacer ninguna elección, ¿a quién podría acudir por ayuda? ¿Quién sería capaz de enfrentarse a un hombre que portaba armas, espada, daga y pistolas? El hombre esperó paciente, la contestación de la niña, que aunque no dijo nada, y solo asintió con un gesto de su cabeza, cuando le propuso llevarla hasta un lugar donde podrían cuidarla, aquellos ojos cargados de tristeza, lograron desprender un brillo de gratitud, haciendo que el corazón del inquisidor, decidiera amarla y protegerla con su vida.

A pesar de que todo podía hacer pensar que tras tanta bondad, se encontraba un ser despreciable, no fue así. Bruno, como se llamaba el inquisidor, la llevó hasta su propia casa, donde su esposa lo esperaba, junto a sus dos hijos. Clara, apenas verla intentó hacerla sentir lo mas cómoda posible, demostrarle que podría llegar a ser feliz, a pesar de las tragedias vividas, he igual que su esposo, fue incapaz de no amarle, de no entregarle su cariño de madre. Aunque no eran personas de muchos recursos, intentaron por meses, sobrellevar la carga de un hijo más. Pero aunque la iglesia pagaba bien, cinco bocas que alimentar, no llegaba a ser tan fácil. A si pues, con todo el dolor del mundo los esposos, tuvieron que decidir y lograron que la niña entrara en un instituto el que se dedicaba a dar cobijo a las jovencitas sin recursos. Allí, podría vivir y estudiar, para un día poder llegar a ser una institutriz.

Cuando cumplió los diecinueve años, Bruno volvió por ella, las cosas habían mejorado económicamente y ahora sí podían recibirla en su hogar. Así volvió con aquel hombre, quien la había adoptado legalmente años atrás, convirtiéndola en su hija. Él fue quien le dio su apellido Belcourts, y le ayudó a buscar un buen trabajo, mientras terminaba los últimos meses de estudios, para poder graduarse.

Los años pasaron, pronto dejó el hogar de los Belcourts, para vivir sola, aunque a su padre no le gustó la idea. Fue en esa época, cuando entró a trabajar, en el hogar de otro inquisidor, un compañero de su padre, cuidando la pequeña hija de éste hasta que volviera su madre, la que ha regresado. por lo que, con mejores referencias ha encontrado un nuevo trabajo que le permitirá vivir holgadamente, ayudar a su familia y buscarse un mejor futuro.

DATOS EXTRA

Posee una biblia que le entregó Bruno, el día que la dejó en el instituto de señoritas, con el tiempo llegó a poderla leer, entender algunas cosas, aunque existen muchas que no entiende. En ella ha escrito el árbol familiar, sus padres, los padres adoptivos y sus hermanos.

Trabaja en un colegio para señoritas.

usa su tiempo libre para disfrutar de la naturaleza y emprender algunos viajes.

Es una mujer independiente, no deja que los demás la dominen, ella decide que es lo que quiere hacer con su vida.

por **Nigel Quartermane** Dom Jul 12, 2015 3:02 pm

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