D. Alyth Maxwell ID

por **D. Alyth Maxwell** Dom Ago 30, 2015 1:06 pm

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Dinah Alyth Maxwell

▲EDAD▲

20 años.

▲ESPECIE▲

Humana

▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲

-

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase baja.

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Heterosexual.

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Escocia.

▲HABILIDADES/PODERES▲

-

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Alyth es una muchacha que, a pesar de su condición y edad, destaca sobre las otras personas debido a la aguda inteligencia que es capaz de exhibir ante los demás. Siempre sobresaliendo gracias a un aprendizaje autodidacta con los libros que era capaz de obtener. Para no llamar la atención de nadie indeseable, sus padres siempre han intentado hacer que la joven no sobresaliera de los demás, sin embargo a duras penas podían lograrlo. La mayor parte de los valores que sus padres le inculcaron desde pequeña son un fuerte pilar para ella. Entre ellos había que contar con que las vidas de las personas eran preciosas, lo que significaba ayudar a cualquiera cuando se encontrase en un apuro.

Desde muy pequeña fue una joven muy querida en la pequeña y recóndita aldea donde nació gracias a su carácter dulce y amable con los demás. Siempre fue alguien que buscaba el lado bueno de las cosas, intentando animar a la gente hasta en los peores momentos. Su sonrisa, y el brillo en sus ojos, denotan la inocencia que guarda en su interior. Es una persona confiada, que no guarda expectativas del mundo exterior y no espera nada de él. Se trata de una joven bastante introvertida con los desconocidos que llegan a la aldea, sin embargo eso no impide que preste su ayuda para todo lo que sea necesario.

Alyth siempre ha sido una joven muy silenciosa en cuanto a sus problemas, con la costumbre de soportar ella sola el peso de todo lo malo que le ocurre. Mientras que su sonrisa parece algo perenne en sus labios, sus lágrimas son algo que no muchas personas han tenido el placer de observar.

HISTORIA

Alyth nació en una pequeña y recóndita aldea en Escocia, una aldea de la que ni siquiera ella es capaz de recordar el nombre. La joven fue criada en el seno de una familia que, aunque no tenía dinero para caprichos, si era capaz de subsistir sin pasar penurias. Gracias a esto pudo ser la risueña y soñadora joven que, desde siempre, había correteado por las calles de aquel recóndito paraje escocés donde nació. Aprendió a leer, de forma autodidacta, con los complejos libros que podía encontrar en casa escritos por su padre. Poco a poco aprendía las recetas para preparar los medicamentos, era capaz de diferenciar las plantas medicinales de las venenosas, y podía preparar los ungüentos más sencillos.

Con los diez años ya cumplidos su padre tuvo que salir a un largo viaje que, según calculaban, duraría unos cuantos meses. Tras su partida parecía que nada podía alegrar realmente a la pequeña. Los mercaderes que cruzaban la villa con prendas, telas y otras cosas se sucedían, y con ellos también el tiempo. Pronto llegó el invierno y, con él, la fecha límite que había dado su progenitor para su regreso. Habían hablado por carta, escribiéndose y contándose las cosas que habían ocurrido. La primera vez que recibió su carta corrió por las calles, desesperada por llegar a casa y poder leerla con su madre.

A su vuelta, la alegría de Alyth volvió con él. Todo eran risas y besos. El pequeño regalo que había traído para ella pronto pasó a segundo plano cuando le pidió que contase todas sus aventuras. La pequeña muñeca que le había comprado pasó a ser su mejor amiga.

Así como pasaban mercaderes, de vez en cuando, también hacían su aparición bandidos. Hombres que parecían disfrutar cuando asaltando los carruajes o, siendo más atrevidos, las casas asesinaban por error a alguna persona. Su padre, más de una vez, se había visto en la obligación de atender a algún niño moribundo por el fiero ataque de un bandido. O algún hombre herido por sus armas. Los niños eran lo peor.

Había cumplido los trece años cuando se enteró de que iba a tener un hermano pequeño. El bebé nació unos meses después, sano y robusto. Ante los ojos de Aly, era perfecto. Ella le cuidó cuando su madre enfermaba, cada vez más a menudo, mientras su padre trataba a los enfermos. El tiempo pasaba y el pequeño crecía.

Contando ya con dieciséis años, un día que corría por el bosque que colindaba con la villa, encontró a un hombre que parecía herido. Este le pidió ayuda y, aunque esquivaba su pregunta sobre que le había ocurrido, ella no dudó un momento antes de ofrecerle su ayuda. Llegó a su hogar con él cargado sobre su hombro, habiendo cubierto su pierna herida con un trozo de la falda de su vestido. Su padre no tardó mucho en atenderlo y curar de forma adecuada sus heridas, para luego cubrirlas correctamente. Un buen descanso y podría volver a su hogar. Todo el mundo allí había supuesto que se trataba de un comerciante que había sido asaltado por los bandidos. Sin embargo, esa misma noche sus dudas fueron aclaradas cuando el herido entro de forma sigilosa al cuarto de la joven Aly y cubrió su boca antes de que pudiera gritar. La joven fue obligada a levantarse y a caminar. Fuera de su dormitorio se encontró con la escena más horrible que nunca había podido imaginar. Sus padres yacían muertos en el pequeño salón, se retorció y pataleó contra el hombre que la retenía, tratando de ver donde se encontraba su hermano, asustada por la muerte de sus padres. Se preguntó entonces que harían con ella mientras era arrastrada fuera de la casa, en mitad de la noche.

Aquel hombre en el que había confiado no era más que un bandido que había masacrado a su familia sin piedad alguna después de que estos le ayudasen. Tras un largo viaje se encontraba en un lugar desconocido, ya sabiendo cual iba a ser su destino. Un burdel, le habían dicho, pagarían bien por alguien como ella. Además estaba muy lejos de su hogar, aturdida, aterrorizada y sola. Su mente trabajaba rápido, buscando una forma de escapar de aquellos hombres que se habían encargado de llevarla sana y salva hacia su destino. Poco tardó en llevar a cabo su plan, escapó. Sin embargo no tenía un destino fijo, solo deseaba alejarse de las garras de aquellos hombres que habían hecho de su vida un infierno en unos cuantos meses.

DATOS EXTRA

— Alyth, aunque nunca ha sentido los efectos, padece de una enfermedad en el corazón.

por **Nigel Quartermane** Dom Ago 30, 2015 11:29 pm

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