Melina Kuvenko

En apariencia calmada; arrogante en ciertos momentos, callada y misteriosa sin igual pues jamás se sabrá realmente lo que piensa, reservada, analítica, lógica y extremadamente observadora, adictiva, pragmática, sensual y seductora.

Mantiene un rostro sereno y paciente, aunque por dentro su mente sea la jaula de una loca; sadismo oculto tras una máscara de serenidad, su sonrisa pasiva no es más que el reflejo del frio abismo que es su alma, capaz de exasperarse liberando la bestia sádica e incontrolable que hay en su interior, ausente de toda calidad y rastro de humanismo al momento de atarcar.

De cara a la gente se comporta de manera educada, aunque manteniendo las distancias y cierto aire de frialdad según la persona a la que se dirija; en ocasiones resulta un tanto brusca, es una mujer culta y educada, criada bajo las normas de una buena cuna.

Un amante sin igual que utiliza a su antojo a quien le profesa cariño, manipuladora y orgullosa, pero aun así no hay nada que no logre, indomable, calmada y un poco reservada… si la dejas en paz, de otra forma sufrirás su dulce tortura y beberás de sus labios la ira de su alma.

Su mente encierra secretos que pocos han logrado decifrar y que nadie ha podido contar, misteriosa, sádica y complicada, así es su retorcida mente.  Goza de la muerte como el placer más exquisito;  su eterno amante y compañero.

Se puede oír el llanto de un recién nacido que parte con su calidez el viento frígido de esa noche de invierno; hija de un adinerado ruso de nombre Aleksey y de una hermosa y bien acomodada irlandesa que tenía por nombre Niahm, un pequeño niño se asomo a la orilla de la cama donde yacía su madre poniéndose sobre las puntas de sus pies para intentar ver a la que le dijeron era su pequeña hermanita, mientras cargaba al pequeño Blas y lo subía cuidadosamente a la cama para que pudiese acercarse y ver mejor a su hermana, sus pequeñas manitas tomaron con ternura y delicadeza una de las diminutas manos que se asomaban por entre las finas sábanas de seda y sucedió, que un vinculo inquebrantable se formó.

Siendo la niña pequeña, la más querida, creció siendo mimada por su familia dentro de un entorno en que nada le era negado, jamás derramó una sola lágrima, el lazo con su hermano se acrecentó con los años, entre mimos, cariños y caprichos Melina se convirtió en una joven atractiva, sencilla, deleitaba con su voz a su hermano que recostaba su cabeza en su regazo, creció siempre rodeada de libros, por lo que su sed de conocimiento siempre iba en aumento por lo que comenzó a instruirse en las artes de la medicina, gozaba de leer bajo la sombra de un encino viejo que estaba en una de las fincas de su casa lo que despertó en ella una pasión inimaginable por la escritura.

Al ser una joven atractiva, culta y carismática, despertaba en los hombres un sentimiento de atracción, enamoramiento y sorpresa, las colas para presentaciones eran interminables, su amado padre y su querido hermano se encargaban de ahuyentar a todo aquel que solo buscaba utilizar a la joya de la familia, Melina se encargaba de despedir al resto.

- Dime porque debo de hacerlo, si mi alma quiere ser libre y no pertenecer a nadie
- Porque nuestro padre estaría realmente contento de verte unida a alguien que valga la pena
- Más puntos a mi favor, ninguno lo vale
- Jajajaja, me has matado

Pero como todo, llego el hombre que fue capaz de apaciguar a la fiera, aquel que logro penetrar sus infalibles murallas y conquistó aquel corazón que algunos anhelaban y poseyó aquel cuerpo que todos deseaban, un elegante caballero que fue su perdición, cuyo nombre fue enterrado en lo más profundo de su mente pero su rostro aún permanece presente.

Supo como llegar al corazón de la familia, supo manipular y derrotar, “Juntemos a nuestras familias” fueron las mágicas palabras, y los preparativos comenzaron, una noche antes de la boda, cuando el nerviosismo no la dejaba dormir, escucho los alaridos de una voz familiar… su madre, gritos de desesperación y temor, luego silencio total, se enredo en sus sábanas, sigilosa y a la espera, vio entrar una figura familiar a sus aposentos, era su amado, pero algo en el había cambiado, su mirada era aterradora y fascinante, se sintió aliviada y protegida pero… porque estaba el ahí ¿a esas altas horas de la noche?; la figura masculina se abalanzó sobre ella, cubierto de sangre y poseyó su cuerpo, se sintió sofocada, sintió que el alma abandonaba su cuerpo… Y llego su salvador, su querido y amado hermano con cuchillo en mano… y todo se volvió borroso. Despertó, bañada de sangre, con retazos de tela a su alrededor, asomo su temerosa y desubicada cama, el horror y el llanto sobrevino, corrió hasta toparse con su hermano, frío y descolorido, lo tomo entre sus brazos, beso su cara y lleno de lágrimas ese rostro tan preciado para ella.

Enloqueció en ese momento, tomó el cuchillo de su hermano y como bestia salvaje se dedicó a buscar en todos los rincones a aquel profanador, a aquel asesino, el cual no dejo ningún rastro mas que la masacre de su presencia…

-TODOS!!! TODOS!!!,TE HAS LLEVADO A TODOS!!!

Deambuló por la noche, con nada más que su ropa desgarrada y ensangrentada, mirada perdida y cuchillo en mano

-Ven a mi dulce criatura, no llores mas, busca consuelo en el abrigo de mi sombra, apacigua tu alma con el dulce sabor de mi esencia
-¿Y porque debo de confiar?, ¿Por qué?
-Porque es inevitable, porque deseas venganza, porque deseas todo y nada…

Aun no encuentra a su salvador, al que le dio la opción de renacer y la entregó a un mundo inmortal, pero aquella mirada, aquellos ojos grises profundos, aquella voz ronca y sensual que le dio una nueva vida y con el que estará eternamente agradecida.