AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
La fruta del Cielo
2 participantes
Página 1 de 1.
La fruta del Cielo
Había una vez una mujer que había oído hablar de la Fruta del Cielo y la codiciaba. Entonces le preguntó a cierto derviche, a quien llamaremos Sabar:
¿Cómo puedo encontrar esta fruta, para conseguir el conocimiento de forma inmediata?
Harías mejor en estudiar conmigo, dijo el derviche. Si no lo haces, tendrás que viajar con determinación y sin descanso por todo el mundo.
La mujer lo abandonó y buscó a otro derviche, Arif el Sabio; y después encontró a Hakim, el Docto; luego a Majzub, el Loco; más tarde, a Alim, el Científico, y muchos más...
Pasó treinta años buscando, al cabo de los cuales llegó a un jardín. Allí se encontraba el Árbol del Cielo, de cuyas ramas pendía la resplandeciente Fruta del Cielo.
De pie junto al Árbol estaba Sabar, el primer derviche.
¿Por qué cuando nos encontramos por primera vez no me dijiste que tú eras el Guardián de la Fruta del Cielo?, le preguntó.
“Porque en aquel momento no me habrías creído. Además, el Árbol sólo produce fruta una vez cada treinta años y treinta días.”
¿Cómo puedo encontrar esta fruta, para conseguir el conocimiento de forma inmediata?
Harías mejor en estudiar conmigo, dijo el derviche. Si no lo haces, tendrás que viajar con determinación y sin descanso por todo el mundo.
La mujer lo abandonó y buscó a otro derviche, Arif el Sabio; y después encontró a Hakim, el Docto; luego a Majzub, el Loco; más tarde, a Alim, el Científico, y muchos más...
Pasó treinta años buscando, al cabo de los cuales llegó a un jardín. Allí se encontraba el Árbol del Cielo, de cuyas ramas pendía la resplandeciente Fruta del Cielo.
De pie junto al Árbol estaba Sabar, el primer derviche.
¿Por qué cuando nos encontramos por primera vez no me dijiste que tú eras el Guardián de la Fruta del Cielo?, le preguntó.
“Porque en aquel momento no me habrías creído. Además, el Árbol sólo produce fruta una vez cada treinta años y treinta días.”
Última edición por Epoch el Jue Sep 24, 2015 1:59 am, editado 2 veces
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Re: La fruta del Cielo
Se cuenta que una vez le preguntaron a Bahaudin Naqshband:
¿Por qué no discutes con los eruditos? Tal y tal sabio lo hacen con frecuencia. Ello causa la total confusión de los eruditos y la invariable admiración de sus propios discípulos.
Él respondió: Ve a preguntarles a quienes se acuerden de la época en que yo también discutía con los académicos. Solía refutar sus conjeturas y sus pruebas imaginarias con relativa facilidad. Te lo pueden decir los que presenciaron aquellas discusiones. Pero, un día, un hombre más sabio que yo me dijo: “Avergüenzas tan a menudo y de forma tan previsible a los hombres estudiosos, que acabas cayendo en la monotonía. Y eso sucede porque lo haces sin objetivo alguno, ya que los académicos no tienen capacidad de comprensión y siguen disputando mucho tiempo después de que sus opiniones han sido echadas por tierra.” Y añadió: “Tus alumnos están en continuo estado de admiración por tus victorias. Han aprendido a admirarte, y en vez de eso, deberían haber percibido la inutilidad y falta de consistencia de tus adversarios. Por tanto, esa victoria tuya no es completa; así que has fallado, pongamos, en una cuarta parte.
Además, tus discípulos gastan mucho tiempo en esa admiración, en vez de fijarse en algo más provechoso. Por lo que has fracasado quizá en otra cuarta parte. Dos cuartos son igual a una mitad.
Te queda media oportunidad.”
Eso ocurrió hace veinte años. He ahí la razón por la que ni me preocupo de los eruditos, ni molesto a los demás a cuenta de éstos, sea para alcanzar la victoria o para ser derrotado.
De vez en cuando, uno puede asestar un golpe a los que se autodenominan eruditos, para demostrar su vacuidad a los estudiantes: es como si se golpeara una olla vacía. Hacer algo más es una pérdida de tiempo, y sería equivalente a darles a los intelectuales, prestándoles una atención gratuita, una importancia que sin duda no podrían alcanzar por su cuenta.
¿Por qué no discutes con los eruditos? Tal y tal sabio lo hacen con frecuencia. Ello causa la total confusión de los eruditos y la invariable admiración de sus propios discípulos.
Él respondió: Ve a preguntarles a quienes se acuerden de la época en que yo también discutía con los académicos. Solía refutar sus conjeturas y sus pruebas imaginarias con relativa facilidad. Te lo pueden decir los que presenciaron aquellas discusiones. Pero, un día, un hombre más sabio que yo me dijo: “Avergüenzas tan a menudo y de forma tan previsible a los hombres estudiosos, que acabas cayendo en la monotonía. Y eso sucede porque lo haces sin objetivo alguno, ya que los académicos no tienen capacidad de comprensión y siguen disputando mucho tiempo después de que sus opiniones han sido echadas por tierra.” Y añadió: “Tus alumnos están en continuo estado de admiración por tus victorias. Han aprendido a admirarte, y en vez de eso, deberían haber percibido la inutilidad y falta de consistencia de tus adversarios. Por tanto, esa victoria tuya no es completa; así que has fallado, pongamos, en una cuarta parte.
Además, tus discípulos gastan mucho tiempo en esa admiración, en vez de fijarse en algo más provechoso. Por lo que has fracasado quizá en otra cuarta parte. Dos cuartos son igual a una mitad.
Te queda media oportunidad.”
Eso ocurrió hace veinte años. He ahí la razón por la que ni me preocupo de los eruditos, ni molesto a los demás a cuenta de éstos, sea para alcanzar la victoria o para ser derrotado.
De vez en cuando, uno puede asestar un golpe a los que se autodenominan eruditos, para demostrar su vacuidad a los estudiantes: es como si se golpeara una olla vacía. Hacer algo más es una pérdida de tiempo, y sería equivalente a darles a los intelectuales, prestándoles una atención gratuita, una importancia que sin duda no podrían alcanzar por su cuenta.
Última edición por Epoch el Vie Oct 02, 2015 11:18 am, editado 1 vez
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Re: La fruta del Cielo
Cierta mujer de la desventurada familia de los Omeya se había hecho sufí, y fue a visitar a la reina del clan de El-Mahdi, que había reemplazado a los Omeya.
La misma reina era conocida como una mujer llena de delicadeza y de compasión. Cuando vio la famélica y harapienta figura de la pobre princesa de los Omeya ante la puerta, le rogó que entrase y se preparó para proporcionarle palabras de consuelo y presentes que aliviasen su evidente penuria.
Pero en cuanto la princesa de los Omeya dijo: - Soy hija del clan Omeya...-, la reina olvidó su caridad y gritó: “¡Una mujer de los malditos Omeya! Has venido, sin duda alguna, a mendigar, olvidando las cosas que tu gente hizo a nuestra familia, cómo los oprimieron y trataron sin piedad, dejándolos sin más recursos que la misericordia de Dios...” - No - dijo la princesa de los Omeya - no he venido a pedir simpatía, perdón o dinero. Vine a ver si la familia de El-Mahdi había aprendido a comportarse igual que sus predecesores, que no sabían cómo hacerlo: los despiadados hijos de los Omeya o la conducta que deploráis fue una enfermedad contagiosa que terminará sin duda con la caída de los que la contraigan - La princesa de los Omeya se marchó y desde entonces nunca se la encontró en ninguna parte.
Pero sólo conocemos esta historia a través de las palabras de la reina de El-Mahdi, y tal vez haya sido así la causa de algún avance en la conducta humana, en algún lugar.
La misma reina era conocida como una mujer llena de delicadeza y de compasión. Cuando vio la famélica y harapienta figura de la pobre princesa de los Omeya ante la puerta, le rogó que entrase y se preparó para proporcionarle palabras de consuelo y presentes que aliviasen su evidente penuria.
Pero en cuanto la princesa de los Omeya dijo: - Soy hija del clan Omeya...-, la reina olvidó su caridad y gritó: “¡Una mujer de los malditos Omeya! Has venido, sin duda alguna, a mendigar, olvidando las cosas que tu gente hizo a nuestra familia, cómo los oprimieron y trataron sin piedad, dejándolos sin más recursos que la misericordia de Dios...” - No - dijo la princesa de los Omeya - no he venido a pedir simpatía, perdón o dinero. Vine a ver si la familia de El-Mahdi había aprendido a comportarse igual que sus predecesores, que no sabían cómo hacerlo: los despiadados hijos de los Omeya o la conducta que deploráis fue una enfermedad contagiosa que terminará sin duda con la caída de los que la contraigan - La princesa de los Omeya se marchó y desde entonces nunca se la encontró en ninguna parte.
Pero sólo conocemos esta historia a través de las palabras de la reina de El-Mahdi, y tal vez haya sido así la causa de algún avance en la conducta humana, en algún lugar.
Última edición por Epoch el Miér Nov 25, 2015 11:07 am, editado 1 vez
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Re: La fruta del Cielo
Estábamos de pie sobre una pequeña altiplanicie en lo alto de las montañas de Kohistán.
Mi maestro dijo:
“Mira esas coníferas y observa cómo unas son pequeñas y otras grandes. Algunas han enraizado bien y otras se inclinan mal sesgadas. Otras, sin razón alguna, tienen sus ramas estropeadas.”
Yo pregunté:
“¿Qué podemos inferir de esto?”
Él respondió:
“Las altas están llenas de aspiración.”
“¿Lo logran todas?”
“De ninguna manera.”
“¿ Y las dañadas?”
“Son las que buscan justificarse.”
“¿Son las pequeñas menores que las altas?”
“Algo puede ser pequeño por herencia, falta de oportunidades, ausencia de nutrición o a causa del deseo.”
“¿Y las profundamente enraizadas?”
“Todo depende de su naturaleza y de la selección que hacen sus raíces para obtener verdadero alimento: Algunas de las bien enraizadas lo están porque no tienen la codicia innecesaria de consumir. A veces son ésas las que los leñadores cortan y utilizan para sacar madera...”
Mi maestro dijo:
“Mira esas coníferas y observa cómo unas son pequeñas y otras grandes. Algunas han enraizado bien y otras se inclinan mal sesgadas. Otras, sin razón alguna, tienen sus ramas estropeadas.”
Yo pregunté:
“¿Qué podemos inferir de esto?”
Él respondió:
“Las altas están llenas de aspiración.”
“¿Lo logran todas?”
“De ninguna manera.”
“¿ Y las dañadas?”
“Son las que buscan justificarse.”
“¿Son las pequeñas menores que las altas?”
“Algo puede ser pequeño por herencia, falta de oportunidades, ausencia de nutrición o a causa del deseo.”
“¿Y las profundamente enraizadas?”
“Todo depende de su naturaleza y de la selección que hacen sus raíces para obtener verdadero alimento: Algunas de las bien enraizadas lo están porque no tienen la codicia innecesaria de consumir. A veces son ésas las que los leñadores cortan y utilizan para sacar madera...”
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Re: La fruta del Cielo
Que un hombre sabio te diga: "tienes una oportunidad" vale mas que si mil eruditos te dijeran: "Eres el hombre más sabio del mundo"
Rahman Al'Ramiz- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 05/04/2012
Re: La fruta del Cielo
Si os doy un libro vacío, diciendo: “No podéis todavía aprovecharos de él”, tal vez penséis: “Nos está insultando.”
Pero si distribuyo un libro lleno de contenido y comprensible, todos los lectores tomarán sus superficialidades para estimularse, exclamando: “¡Qué magnífico y qué profundo!” La gente seguirá estas cosas externas cuando me vaya, haciendo de ellas una fuente de estímulo y debate. En ellas encontrarán enseñanzas didácticas, poesía, ejercicios o historias.
Si no doy ningún libro, o doy uno pequeño, los eruditos académicos se mofarán y arruinarán los espíritus de los estudiantes potenciales y vulnerables con otros libros, todavía más de lo que ya lo hacen. Los estudiantes desconcertados se vuelven destructivos, imaginando soluciones e intentando, después, imponérselas a los demás.
Si distribuyo un voluminoso libro, algunas personas imaginarán que es pretencioso. Si distribuyo un libro críptico, la gente imaginará que contiene extraños secretos. O quizá se vuelvea innecesariamente astuta intentando descifrarlo.
Todas estas suposiciones están ahí, habéis de notar, porque conviene a la gente tenerlas, no porque exista la mínima posibilidad de que sean verdad.
Y cuanto más se dicen estas cosas, más dice la gente de manera petulante o desdeñosa: “No nos entiendes. Nosotros no nos comportamos de esa manera. La falta de entendimiento es tuya.”
Pero si digo todas estas cosas y las consideráis todas ellas, incluso por un tiempo, dando a cada afirmación igual atención, estaré contento.
- Bahaudin
Pero si distribuyo un libro lleno de contenido y comprensible, todos los lectores tomarán sus superficialidades para estimularse, exclamando: “¡Qué magnífico y qué profundo!” La gente seguirá estas cosas externas cuando me vaya, haciendo de ellas una fuente de estímulo y debate. En ellas encontrarán enseñanzas didácticas, poesía, ejercicios o historias.
Si no doy ningún libro, o doy uno pequeño, los eruditos académicos se mofarán y arruinarán los espíritus de los estudiantes potenciales y vulnerables con otros libros, todavía más de lo que ya lo hacen. Los estudiantes desconcertados se vuelven destructivos, imaginando soluciones e intentando, después, imponérselas a los demás.
Si distribuyo un voluminoso libro, algunas personas imaginarán que es pretencioso. Si distribuyo un libro críptico, la gente imaginará que contiene extraños secretos. O quizá se vuelvea innecesariamente astuta intentando descifrarlo.
Todas estas suposiciones están ahí, habéis de notar, porque conviene a la gente tenerlas, no porque exista la mínima posibilidad de que sean verdad.
Y cuanto más se dicen estas cosas, más dice la gente de manera petulante o desdeñosa: “No nos entiendes. Nosotros no nos comportamos de esa manera. La falta de entendimiento es tuya.”
Pero si digo todas estas cosas y las consideráis todas ellas, incluso por un tiempo, dando a cada afirmación igual atención, estaré contento.
- Bahaudin
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Re: La fruta del Cielo
Cierto hombre decidió que tenía que buscar al Maestro Perfecto.
Leyó muchos libros, visitó sabio tras sabio, escuchó, conversó y observó sus prácticas espirituales, pero siempre acababa dudando o sin estar seguro.
Transcurrieron veinte años hasta que encontró a un hombre del que cada palabra y cada acción correspondía a su idea del hombre totalmente realizado.
El viajero no perdió el tiempo: “Tú”, dijo, “me pareces el Maestro Perfecto. Si lo eres, mi búsqueda ha terminado”.
“Ciertamente, se me describe con este nombre”, replicó el Maestro.
“Entonces, te ruego que me aceptes como discípulo.”
“No puedo hacer eso”, contestó el Maestro, “porque mientras que desees el Maestro Perfecto, él, a su vez, requiere sólo al Discípulo Perfecto”.
Al principio creía que un Maestro debe tener razón en todo.
Después, imaginé que mi maestro se equivocaba en muchas cosas.
A continuación, me di cuenta de lo que era correcto y de lo que era equivocado.
Lo equivocado era permanecer en cualquiera de las dos primeras fases.
Lo correcto era hacer comprender esto a todo el mundo.
Leyó muchos libros, visitó sabio tras sabio, escuchó, conversó y observó sus prácticas espirituales, pero siempre acababa dudando o sin estar seguro.
Transcurrieron veinte años hasta que encontró a un hombre del que cada palabra y cada acción correspondía a su idea del hombre totalmente realizado.
El viajero no perdió el tiempo: “Tú”, dijo, “me pareces el Maestro Perfecto. Si lo eres, mi búsqueda ha terminado”.
“Ciertamente, se me describe con este nombre”, replicó el Maestro.
“Entonces, te ruego que me aceptes como discípulo.”
“No puedo hacer eso”, contestó el Maestro, “porque mientras que desees el Maestro Perfecto, él, a su vez, requiere sólo al Discípulo Perfecto”.
Al principio creía que un Maestro debe tener razón en todo.
Después, imaginé que mi maestro se equivocaba en muchas cosas.
A continuación, me di cuenta de lo que era correcto y de lo que era equivocado.
Lo equivocado era permanecer en cualquiera de las dos primeras fases.
Lo correcto era hacer comprender esto a todo el mundo.
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Re: La fruta del Cielo
Había una vez un rey violento, ignorante e idólatra. Un día juró que si su ídolo personal le concedía cierto beneficio, él apresaría a las primeras tres personas que pasaran por su castillo y las obligaría a consagrarse al culto del ídolo.
Naturalmente, el deseo del rey se cumplió, y enseguida envió a unos soldados a la carretera para que le llevaran a las tres primeras personas que encontraran. Las tres personas fueron un erudito, un Sayed (descendiente de Mahoma, el Profeta) y una prostituta.
Cuando los arrojaron a los pies del ídolo, el rey trastornado les contó su voto y les ordenó que se doblegaran ante la imagen. El erudito dijo: “Esta situación cae, sin duda, dentro de la doctrina de fuerza mayor. Hay numerosos precedentes que permiten que uno parezca estar de acuerdo con una costumbre si se le obliga, sin que exista en modo alguno una culpabilidad real de tipo legal o moral.” Así que le hizo una profunda reverencia al ídolo.
El Sayed, cuando llegó su turno, dijo: “Como persona especialmente protegida, por cuyas venas corre la sangre del Santo Profeta, mis propias acciones purifican todo lo que haga, y por tanto nada impide que actúe como me pide este hombre.” Y se inclinó ante el ídolo.
La prostituta dijo: “¡Ay de mí!, yo no tengo ni formación intelectual ni prerrogativas especiales, y por ese me temo que, me hagas lo que me hagas, no puedo adorar a este ídolo, ni siquiera de forma fingida.” Ante esta respuesta, la enfermedad del rey loco desapareció súbitamente. Como por arte de magia se dio cuenta del engaño de los dos adoradores de la imagen.
Mandó decapitar al erudito y al Saya y liberó a la prostituta.
Naturalmente, el deseo del rey se cumplió, y enseguida envió a unos soldados a la carretera para que le llevaran a las tres primeras personas que encontraran. Las tres personas fueron un erudito, un Sayed (descendiente de Mahoma, el Profeta) y una prostituta.
Cuando los arrojaron a los pies del ídolo, el rey trastornado les contó su voto y les ordenó que se doblegaran ante la imagen. El erudito dijo: “Esta situación cae, sin duda, dentro de la doctrina de fuerza mayor. Hay numerosos precedentes que permiten que uno parezca estar de acuerdo con una costumbre si se le obliga, sin que exista en modo alguno una culpabilidad real de tipo legal o moral.” Así que le hizo una profunda reverencia al ídolo.
El Sayed, cuando llegó su turno, dijo: “Como persona especialmente protegida, por cuyas venas corre la sangre del Santo Profeta, mis propias acciones purifican todo lo que haga, y por tanto nada impide que actúe como me pide este hombre.” Y se inclinó ante el ídolo.
La prostituta dijo: “¡Ay de mí!, yo no tengo ni formación intelectual ni prerrogativas especiales, y por ese me temo que, me hagas lo que me hagas, no puedo adorar a este ídolo, ni siquiera de forma fingida.” Ante esta respuesta, la enfermedad del rey loco desapareció súbitamente. Como por arte de magia se dio cuenta del engaño de los dos adoradores de la imagen.
Mandó decapitar al erudito y al Saya y liberó a la prostituta.
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Re: La fruta del Cielo
Ibn al Rawandi atravesó el desierto, encontró su último respiro. Modificó sus rasgos en al cumbre de su aventura y en plena posesión de sus fuerzas abandonó las palabras para correr detrás de la música.
Era una creación esplendorosa el encuentro ejemplar del ingenio y la negación. Descubrió la voluptuosidad de estar sin cadenas y el inmenso placer de comunicar su alegría.
Paseaba a la manera de principe-niño adentro de un universo luminoso. La parte detenida - la parte que gustaba de los desafíos y de las verdades - esta necesidad insaciable de desaprobar su propia vida, el movimiento irresistible hacia la soledad rompieron el espacio. Salieron de los caminos, mezclaron el libertinaje y la gloria, el sarcasmo y las disputas. Ilustraron sus testimonios y su inocencia. Nadie recuerda muy bien que pasó al terminarse el siglo nueve.
Ibn al Rawandi vivió nueve años más.
Era una creación esplendorosa el encuentro ejemplar del ingenio y la negación. Descubrió la voluptuosidad de estar sin cadenas y el inmenso placer de comunicar su alegría.
Paseaba a la manera de principe-niño adentro de un universo luminoso. La parte detenida - la parte que gustaba de los desafíos y de las verdades - esta necesidad insaciable de desaprobar su propia vida, el movimiento irresistible hacia la soledad rompieron el espacio. Salieron de los caminos, mezclaron el libertinaje y la gloria, el sarcasmo y las disputas. Ilustraron sus testimonios y su inocencia. Nadie recuerda muy bien que pasó al terminarse el siglo nueve.
Ibn al Rawandi vivió nueve años más.
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Re: La fruta del Cielo
La presunción de que cualquier persona de valía puede explicarse con plenitud y lucidez en el tiempo que le conceden quienes quieren aprender, o bien es una broma, o bien es una estupidez.
Mir Abu Tahir atrajo a muchos estudiantes con sus discursos iluminadores y haciendo circular epístolas que eran comentadas favorablemente por todos los mejores pensadores de su tiempo.
Sin embargo, cuando la gente empezaba a escucharlo hablar en persona, sólo podían oírle repetir una única frase:
“El deseo del mérito no es para el ser humano"
Esta recomendación fue dada varias veces al día durante cinco años. Alguien fue al sabio Ibriqui rogándole que le ayudase a obtener alguna explicación sobre la extraña conducta de Abu Tahir.
Ibriqui dijo: “Te quejas porque el emir dice algo de manera repetitiva, pero no te quejas de que el sol salga y se ponga en el mismo día. Sin embargo, las dos cosas son lo mismo. Al igual que el sol, el mir está haciendo algo de valor. Si no haces uso de ello, continuará “brillando” en beneficio de quienes pueden provecharse, o de ti mismo, para el momento en el que tú puedas servirte de ello.”
Mir Abu Tahir atrajo a muchos estudiantes con sus discursos iluminadores y haciendo circular epístolas que eran comentadas favorablemente por todos los mejores pensadores de su tiempo.
Sin embargo, cuando la gente empezaba a escucharlo hablar en persona, sólo podían oírle repetir una única frase:
“El deseo del mérito no es para el ser humano"
Esta recomendación fue dada varias veces al día durante cinco años. Alguien fue al sabio Ibriqui rogándole que le ayudase a obtener alguna explicación sobre la extraña conducta de Abu Tahir.
Ibriqui dijo: “Te quejas porque el emir dice algo de manera repetitiva, pero no te quejas de que el sol salga y se ponga en el mismo día. Sin embargo, las dos cosas son lo mismo. Al igual que el sol, el mir está haciendo algo de valor. Si no haces uso de ello, continuará “brillando” en beneficio de quienes pueden provecharse, o de ti mismo, para el momento en el que tú puedas servirte de ello.”
Última edición por Epoch el Miér Feb 28, 2018 1:38 am, editado 1 vez
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Re: La fruta del Cielo
Cierto derviche planeó una lección con una intención poco humilde. Pagó a un actor para que fuese a la ciudad y se estableciese como un maestro religioso. “Reúne a todos los discípulos que puedas”, le dijo, “haciéndote pasar por un hombre de una gran santidad. Cuando yo llegue, te desenmascararé. La gente se dará cuenta de que ha sido engañada, y escuchará mis enseñanzas, una vez que le haya enseñado qué superficiales son sus creencias”.
Algunos meses después el derviche entró en la ciudad y se encaminó hacia la casa del místico. Allí estaba el actor, rodeado de discípulos adoradores que le colmaban de presentes y le alababan cada palabra que decía.
El derviche empezó a hablar: “Escuchad, buena gente. Sabed que he venido a explicároslo todo. Yo envié a este hombre a probar cómo la gente cree en cualquier cosa si está dispuesta a ello. Ahora, por el contrario, os daré una verdadera enseñanza.”
El actor no dijo nada en absoluto. La gente agarró al derviche y lo llevó a un asilo de locos. Una noche, el actor llegó hasta la ventana con barrotes y le dijo: “Aunque yo tenía la apariencia de un vagabundo, fui suficientemente sensato para seguir tu consejo. Aunque te consideras un hombre sabio, fuiste lo bastante loco para creer en tus propios planes. Un plan retorcido sólo beneficia a la gente retorcida, y un plan sensato sólo a la gente sensata."
Algunos meses después el derviche entró en la ciudad y se encaminó hacia la casa del místico. Allí estaba el actor, rodeado de discípulos adoradores que le colmaban de presentes y le alababan cada palabra que decía.
El derviche empezó a hablar: “Escuchad, buena gente. Sabed que he venido a explicároslo todo. Yo envié a este hombre a probar cómo la gente cree en cualquier cosa si está dispuesta a ello. Ahora, por el contrario, os daré una verdadera enseñanza.”
El actor no dijo nada en absoluto. La gente agarró al derviche y lo llevó a un asilo de locos. Una noche, el actor llegó hasta la ventana con barrotes y le dijo: “Aunque yo tenía la apariencia de un vagabundo, fui suficientemente sensato para seguir tu consejo. Aunque te consideras un hombre sabio, fuiste lo bastante loco para creer en tus propios planes. Un plan retorcido sólo beneficia a la gente retorcida, y un plan sensato sólo a la gente sensata."
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Re: La fruta del Cielo
Un hombre fue a Wahab Imri y le dijo:
“Enséñame humildad.”
Se cuenta que recibió la siguiente respuesta:
"No puedo hacerlo, porque la humildad es una maestra en sí misma. Se aprende por medio de su misma práctica. Si no la puedes practicar, no la puedes aprender. Si no la puedes aprender, no quieres realmente aprenderla en absoluto dentro de ti.”
“Enséñame humildad.”
Se cuenta que recibió la siguiente respuesta:
"No puedo hacerlo, porque la humildad es una maestra en sí misma. Se aprende por medio de su misma práctica. Si no la puedes practicar, no la puedes aprender. Si no la puedes aprender, no quieres realmente aprenderla en absoluto dentro de ti.”
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Re: La fruta del Cielo
Un Buscador Errante vio a un derviche en una casa de reposo y le dijo: He estado en cientos de ambientes y oído las enseñanzas de multitud de guías. He aprendido cómo distinguir cuando un maestro no es un guía espiritual. No puedo decir cuándo alguien es un Guía, ni encontrar a uno, pero completar la mitad del trabajo es mejor que nada. El derviche rasgó sus vestiduras y dijo: ¡Desgraciado! Volverse un experto de lo inútil es como ser capaz de detectar las manzanas podridas sin aprender las características de las sanas.
Pero todavía existe una posibilidad peor ante ti. Presta atención a no llegar a ser como el doctor de esta historia:
Para probar el conocimiento de un médico, cierto rey envió a varias personas sanas a que fuesen examinadas por aquél. El doctor le dio una medicina a cada una de ellas. Cuando el rey le amonestó y le acusó de fraude, la sanguijuela respondió: “¡Gran Rey! Hacía tanto tiempo que no veía a nadie, excepto enfermos, que había llegado a imaginar que todo el mundo estaba enfermo: ¡tomé el brillo de los ojos de la buena salud por un síntoma de fiebre!”
Pero todavía existe una posibilidad peor ante ti. Presta atención a no llegar a ser como el doctor de esta historia:
Para probar el conocimiento de un médico, cierto rey envió a varias personas sanas a que fuesen examinadas por aquél. El doctor le dio una medicina a cada una de ellas. Cuando el rey le amonestó y le acusó de fraude, la sanguijuela respondió: “¡Gran Rey! Hacía tanto tiempo que no veía a nadie, excepto enfermos, que había llegado a imaginar que todo el mundo estaba enfermo: ¡tomé el brillo de los ojos de la buena salud por un síntoma de fiebre!”
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Re: La fruta del Cielo
Yaqub, el hijo del juez, contaba que un día le había dicho a Bahaudin Naqshband: Cuando estaba con Murshid de Tabriz, vi cómo éste solía hacer un gesto, cuando se encontraba en un estado de meditación especial, para que no se le dirigiera la palabra. Sin embargo, tú estás accesible para nosotros todo el tiempo. ¿Estoy en lo cierto si deduzco que esta diferencia se debe a que tu capacidad de desapego es indudablemente mayor, siendo una capacidad que dominas en vez de ser pasajera?
Bahaudin le respondió:
No, tú siempre estás buscando comparaciones entre las personas y los estados. Siempre estás buscando pruebas y diferencias, cuando no te dedicas a buscar semejanzas. No hay muchas explicaciones que dar acerca de una cuestión que se escapa a esas mediciones. Cuando hablamos de sabios, distintas maneras de comportarse deben considerarse debidas a diferencias de su individualidad, no en sus cualidades.
Se cuenta que la gente que le rodeaba decía de Ibn el-Arabi:
Tú círculo está compuesto sobre todo por mendigos, labradores y artesanos. ¿No puedes encontrar gente de cultura que te siga, para que se preste una atención más cualificada a tus enseñanzas?
a lo que Él respondía:
Cuando haya hombres influyentes y eruditos cantando mis alabanzas, el Día de la Calamidad estará muchísimo más cerca; porque sin duda lo estarán haciendo por su propio bien, ¡y no por el bien de nuestra obra!
Bahaudin le respondió:
No, tú siempre estás buscando comparaciones entre las personas y los estados. Siempre estás buscando pruebas y diferencias, cuando no te dedicas a buscar semejanzas. No hay muchas explicaciones que dar acerca de una cuestión que se escapa a esas mediciones. Cuando hablamos de sabios, distintas maneras de comportarse deben considerarse debidas a diferencias de su individualidad, no en sus cualidades.
Se cuenta que la gente que le rodeaba decía de Ibn el-Arabi:
Tú círculo está compuesto sobre todo por mendigos, labradores y artesanos. ¿No puedes encontrar gente de cultura que te siga, para que se preste una atención más cualificada a tus enseñanzas?
a lo que Él respondía:
Cuando haya hombres influyentes y eruditos cantando mis alabanzas, el Día de la Calamidad estará muchísimo más cerca; porque sin duda lo estarán haciendo por su propio bien, ¡y no por el bien de nuestra obra!
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Re: La fruta del Cielo
El venerable Yusuf Hamadani solía decir que una persona tendrá acceso a la experiencia y al conocimiento superiores en estrecha correspondencia con su valía, su capacidad y sus merecimientos: De ahí que si un asno ve un melón, se come la cáscara; las hormigas se comen todo lo que pueden; el ser humano consume sin saber qué ha consumido.
Nuestro objetivo es adquirir, mediante la comprensión del Origen, el Conocimiento que procede de la experiencia. Esto lo consiguen, como en un viaje, sólo quienes ya conocen el Camino.
La justicia de esta situación es la mayor que existe: porque este conocimiento no puede negarse a quien lo merece, pero no puede concederse a quien no es digno de él.
Este Conocimiento es el único bien con capacidad discriminatoria, que aplica su propia justicia inherente.
Nuestro objetivo es adquirir, mediante la comprensión del Origen, el Conocimiento que procede de la experiencia. Esto lo consiguen, como en un viaje, sólo quienes ya conocen el Camino.
La justicia de esta situación es la mayor que existe: porque este conocimiento no puede negarse a quien lo merece, pero no puede concederse a quien no es digno de él.
Este Conocimiento es el único bien con capacidad discriminatoria, que aplica su propia justicia inherente.
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Re: La fruta del Cielo
Sin importar cuan lejos se encontraba Bahaudin Shah, fui yo mismo a buscaro a su Durbar para escuchar al maestro:
“Permíteme sentarme en tu corte y oír tus palabras, porque con verdad se ha dicho que leer no puede sustituir al oír.”
Bahaudin respondió:
“Por desgracia, a no ser que seas sordo, es triste que haya tenido que esperar tanto tiempo para darte la bienvenida. Pero, mira, actualmente nunca doy charlas.”
Cuando le pregunté por qué Bahaudin contestó:
“Yo nunca he dado ninguna charla desde que vino un día un grupo de personas parcialmente sordas. Yo dije: “No seáis como una rata o un puerco...”, y cuando me dejaron se pelearon discutiendo si yo había dicho: “Sed como un rata...”, o incluso: “comed carne de puerco...”. Con las palabras escritas esto no es posible. Aún si eres ciego, siempre podrá leerte alguien.”
“Permíteme sentarme en tu corte y oír tus palabras, porque con verdad se ha dicho que leer no puede sustituir al oír.”
Bahaudin respondió:
“Por desgracia, a no ser que seas sordo, es triste que haya tenido que esperar tanto tiempo para darte la bienvenida. Pero, mira, actualmente nunca doy charlas.”
Cuando le pregunté por qué Bahaudin contestó:
“Yo nunca he dado ninguna charla desde que vino un día un grupo de personas parcialmente sordas. Yo dije: “No seáis como una rata o un puerco...”, y cuando me dejaron se pelearon discutiendo si yo había dicho: “Sed como un rata...”, o incluso: “comed carne de puerco...”. Con las palabras escritas esto no es posible. Aún si eres ciego, siempre podrá leerte alguien.”
Epoch- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 574
Fecha de inscripción : 29/08/2010
Localización : Omnipresente
Temas similares
» Cielo & Infierno
» El Escuadrón del Cielo
» De los árboles sureños cuelga una fruta extraña. Hay sangre en las hojas, hay sangre en la raíz | Privado
» El cielo se cae .
» Cielo || Privado
» El Escuadrón del Cielo
» De los árboles sureños cuelga una fruta extraña. Hay sangre en las hojas, hay sangre en la raíz | Privado
» El cielo se cae .
» Cielo || Privado
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour