M á s c a r a s

por **Hagen** Jue Sep 24, 2015 2:24 am

¡La comedia del arte no ha muerto! Sentado en el fondo del lujoso salón admiro el desfile de máscaras que ante mí representa su teatro cotidiano. Curiosamente quienes mejor encarnan sus personajes no siempre esconden el rostro, su máscara la llevan por debajo del rostro, como aquella muchacha que de pronto llama mi atención, aquella a quien los altaneros dueños de la casa se refieren con un dejo de desprecio como "la pequeña paloma", mote que esconde una secreta envidia de su inexplicable orgullo.

¿Es Colombina la que limpia la casa? ¿O una damisela que se divierte jugando con el polvo? No es fácil responder. Es una camarera, sí, pero elegante y refinada como una princesa.

Esta bella muchacha maneja el plumero como un objeto de porcelana preciosa. Camina a pequeños pasos como si danzase, y se ajusta la pequeña coffietta y un rizo en cada espejo y en cada vidrio de ventana. Piensa en cualquier cosa menos en quitarle el polvo a los muebles y a los cuadros

Es vivaz, espirituosa, simpática. No será seguramente una gran dueña de casa pero en compensación es lista y elocuente como pocos. Es una muchacha que jamás pierde el ánimo, no usa sólo la lengua para hablar de las estrellas, de sonrisas y de miradas, sabe también afrontar con cara dura a un patrón demasiado severo.

por **Hagen** Sáb Sep 26, 2015 12:19 pm

¿Y quién es ese hombrecito disfrazado de tracagnotto? Parece de goma, con sus saltos y cabriolas, con las piruetas que mezcla con las palabras. Usa una máscara de cuero con dos pequeños orificios para los ojos. Bello ciertamente no es, más bien al contrario. ¿Puede dar miedo? ¡No!Mira qué divertida es la forma cómo se mueve, su voz de papagayo, sus gestos vivaces que mezcla con los despropósitos que salen de su boca.

No se sabe si es un poco estúpido o si pretende serlo, y sus enredos ciertamente los crea sin maldad, y termina siendo él mismo el más enredado en ellos. No tiene mucho deseo de trabajar, más bien poco, su oficio es el de servidor, sin jamás encontrar un patrón que esté contento de él. Su salario a menudo está hecho de patatas y bastonazos. Merecidos o no, allí está el problema. Que soy ignorante no es culpa mía, sostiene, y cuenta a quien quiere escucharle que "cuando iba a la escuela ocurrió un curioso accidente: una vaca le comió los libros con mucho
apetito. ¿Cómo podría interrumpirle una comida tan sustanciosa? No tuvo coraje. Dejó que la vaca le comiese el silabario, la tabla pitagórica y todas las demás fuentes de la ciencia, hasta la última página. Desde aquel día en adelante, pobrecito, no ha podido estudiar." No será una buena excusa, pero para Lecchino la historia funciona, y él mismo es el primero en creérsela. Una cosa no le falta nunca: el hambre. Es un eterno hambriento. Ahora es cuando está finalmente por llenar esa gran vorágine que siente en el estómago, y sueña.

«Soy Arlecchino Batocio, de Bérgamo, humilísimo siervo de los señores.»

por **Hagen** Miér Sep 30, 2015 8:20 am

Aquí viene un tipo de ojos brillantes y maliciosos bajo una máscara de cuero, con labios gruesos y bigotes vueltos hacia arriba, y una vestimenta blanca. Le conozco por sus ademanes ya que no encuentra mejor ocasión para dar muestras de su desvergüenza que cuando hay una fiesta pública.

Sí, mi vestimenta es blanca, dice Brighella, significa que tengo carta blanca para hacer y deshacer como me place. ¿Y el verde de los adornos? Ah, eso es otra cosa. Verdes quedarán siempre los deseos de mis clientes: es decir, insatisfechos.

Promesas hago muchas, pero otra cosa es mantenerlas

Suele hacer su ronda por las tabernas, las pescaderías y las tiendas de salazón, y las ganancias que va obteniendo de su recaudación las guarda en su boca. - Si hablan los honestos, él mantiene que la honestidad es innatural y que todos los hombres son iguales, y recrimina a quien es honrado. Afirma con toda tranquilidad que el malvado es un hombre que se ha liberado de prejuicios - Su nombre, Brighella Cavicchio, de la alta Bérgamo, reputada por la gente astuta. Engaña a los demás por gusto; es un gran cocinero de engaños: los hace grandes y decorados como tartas de novia.

Es así como proclama, sin vergüenza, en la plaza pública: »tengo talismanes para todos, piedras triangulares perfectas, recogidas en la lejana India, salva de todo peligro a quien la posee, también preparo emplastos magnéticos que sanan en veinticuatro horas el reumatismo o el mal del hígado, fabrico lociones para los calvos, y filtros mágicos para las jóvenes que buscan marido.»

Se ríe Brighella del público, de la fiesta, de los asentados en el salón, de los sirvientes credulones y los patrones ancianos.

por **Hagen** Jue Oct 01, 2015 10:27 am

*El lobo disfrazado de humano, como uno mas entre los hijos de adán, continúa deambulando por el palacio, observando a cuantos que le rodean.

- ¿Es inteligente o tonto, corajudo o vanidoso, es ignorante o sabio este gentilhombre vestido con tanta elegancia, con un tricornio de terciopelo ornamentado de pequeñas valiosas plumas y bien apoyado con la mano experta sobre la peluca rizada? No se sabe bien, depende de las ocasiones. - Tal vez no se interese en saberlo. Lo que sí se puede decir sin vacilación es que es elegante y refinado, que busca muy bien las palabras, los gestos y elige con mucho cuidado que prendas vestir. Sus dedos están cargados de anillos, de la panza le pende una cadena con muchos dijes y dos relojes. Sí, dos; porque este señor quiere que se note que siempre tiene la hora exacta, pues puede controlar con un reloj más que el común de las personas.

Ante las damas es largo en las ceremonias. Fijaos qué obra maestra es su manera de inclinarse —apoya una mano sobre el corazón mientras que con la otra hace un amplio semicírculo con el tricornio emplumado, mientras los ciondoli que penden de su cuello tintinean armoniosamente - Su elocuencia está hecha de complicados discursos, de palabras bien buscadas, que sobrepasan el lenguaje de todos los días.

Se corta el pelo con mucha frecuencia y cuida que sus dientes estén bien blancos; se cambia de ropa, aunque se encuentre en buen estado y va muy perfumado.
Este Florindo es aquel que cuando se le invita a una cena quiere sentarse al lado del anfitrión. Cuando paga una mina de plata, procura que sea con monedas nuevas. Tiene un grajillo domesticado en su casa para el que ha comprado un escudito de bronce, y le ha hecho una escalerilla a fin de que suba a saltitos los peldaños. Es el tipo de persona que siempre llega tarde para que todos crean que es el dueño de lugar. Rodeandose siempre de los adinerados, para que se le reconozca como uno, tal es su afán. Detrás de esa máscara esta el deseo infeliz de distinción.

por **Hagen** Dom Oct 04, 2015 6:58 am

¿De quién es la grosera voz que hace bromas crueles sobre las mujeres con ese tono de erudito? Lleva Un abrigo largo hasta los tobillos, zapatos y medias y un gran sombrero, todo negro. - Es bastante gordo y se mueve con lentitud y torpeza. Para desplazarse dibuja ochos en el suelo - Su máscara, solo cubría la nariz, la parte de los ojos y la frente. La nariz redonda e imponente y la frente bastante alta - y para rematar el cuadro un bigote enorme que apunta al cielo.

Il Dottore Graziano Balanzone: La parte del cuerpo que le guía es su barriga, que mantiene hinchada con su gusto por la comida y la bebida.

Procede de Bolonia aunque clama haber sido educado en Pádua. Se pasa todo el rato mostrando sus conocimientos, pero realmente no sabe nada. Es un completo ignorante, se suele dudar de si realmente fue a la universidad o no. Pero le encanta darse importancia y parecer un sabio, para lo que usa extrañas expresiones en latín, que realmente son inventadas, pero que dado el bajo nivel cultural de los criados le funcionan bastante bien. Este latín lo mezcla con su acento boloñés y quedan unas expresiones bastante curiosas. Intenta también dictar sentencia con frases que son demasiado lógicas, demasiado obvias, y que él pretende que resulten grandes descubrimientos, pero realmente quedan ridículas.

Este Boloardo Se permite hablar de todo, ya que todo lo sabe. Cuando está en escena no suele parar en su discurso. No realiza grandes desplazamientos cuando habla, sólo gesticula intentando abarcar el espacio mientras suelta sus saberes.

No se sabe bien de qué habla Don Graziano, tiene tendencia a la exageración y a la verborrea sin sentido; en más de una ocasión, se le puede sorprender diagnosticando enfermedades e intentando curarlas. Sugiriendo hacer experimentos en nombre de la medicina o la ciencia. Pretendiendo que alguien tome una pócima o alguna medicina. Se ofrece voluntario a las curaciones ya que entiende de todo y presume de poderes curativos. Aunque sea para comentar el suceso más insignificante, recurre a largos discursos llenos de palabras latinas. Declara conocer a fondo las leyes, la gramática, la lógica, el derecho, la filosofía, la física, la matemática y la geografía.

por **Hagen** Mar Oct 06, 2015 5:47 am

[06:35:49] Hagen : me despierta de mi banalidad que haya horas

(* clausura que la vida social impone a la continuidad del tiempo, frontera en lo abstracto, límite en lo desconocido.)

despierto en mí y, mirando hacia todo, ahora colmado de vida y de humanidad acostumbrada , veo a través de los ventanales la niebla que abandonó por completo el cielo, a no ser por lo que en el azul flota en forma de algo que no es muy azul, se adentró realmente en mi alma y al mismo tiempo penetró en el interior de todas las cosas. Me había abstraído en la contemplación de esta maravilla cuando una voz altisonante interrumpió mi silencio.

Io sono il Capitano Spavento da Valle Inferna, soprannominato il Diabolico, Principe dell’ordine equestre, Termigisto cioè grandissimo bravatore, grandissimo feritore e grandissimo uccisore, domatore e dominator dell’universo, figlio del Terremoto e della Saetta, parente della Morte, e amico strettissimo del gran Diavolo dell’Inferno.

Asi se presenta la máscara del miedo. Arrojado fanfarrón que grita: - "Arderán mis enemigos" - pero al que nadie le ha viso en verdad enfrentar a uno. Es el juez justiciero, rey de reyes que en el ardor de la batalla, y cuando la infantería entra en combate, dice a sus camaradas que con la prisa se ha olvidado la espada; va corriendo a su tienda y esconde la espada debajo de su almohada y deja pasar mucho tiempo como si estuviera buscándola. Si ve a un amigo que lo traen herido, va corriendo hacia él, le da ánimos y le coge debajo de los brazos y ayuda a cargarlo. Después le atiende y quita la sangre de sus heridas y, sentado a su cabecera, le aparta las moscas. En una palabra, hace de todo menos luchar contra los enemigos.

Cuando el trompeta llama a combate, él, sentado en la tienda, protesta diciendo: "¡Cállate!, es que no vas a dejar que este pobre hombre coja el sueño por culpa de tu estruendoso ruido." Cubierto de la sangre del otro hombre, sale de la tienda para ir al encuentro de los soldados que vuelven del campo y cuenta que ha salvado a uno de sus compañeros como si hubiese puesto en juego su propia vida.

Que curioso que sea aquí, que el mismo Spavento, se presente agresivo caballero, dispuesto a acabar en duelo a quien tenga la osadía de mirarle con mala actitud. ¡Esta es la naturaleza humana! dentro de sí, desconfiado; vive en forma especialmente aguda la pugna entre un tirano y un esclavo, un acusador y un acusado, un perseguidor y un perseguido, un culpador y un culpado, también en la sociedad funcionamos de esta manera, y es fácil comprender que la prevalencia de tipos como el Capitan Spavento que a la menor provocación pide piedad de rodillas y se echa al suelo a que lo Pise cualquiera a quien considera más encumbrado; pero al mismo tiempo, exige que alguien más bajo que él le haga lo mismo.

[06:39:35] Hagen : Perdí la visión de lo que veía. Me enceguecí sin dejar de ver. Siento ya con la banalidad del conocimiento. Esto ahora ya no es la Realidad. Es simplemente La vida.

por **Hagen** Dom Nov 22, 2015 3:03 am

Quisiera llamar la atención sobre un joven que anda como si sus pies no tocaran el suelo. Quisiera decir que es un tipo especial, pero lo cierto es que si me detengo a meditar sobre él me doy cuenta que es la viva imagen de toda la humanidad. Los muchachos en la calle se burlan de su ensimismamiento, de sus ropas y su aspecto de sonámbulo. Solo a medias en lo que está, con poco o ningún interés en quienes le rodean, es un simple observador de la vida, sin apenas vivida y desperdiciando tanto oportunidades como talentos.

Extrañas palabras y símbolos cubren su chaqueta como señal de su interés por la magia y los conocimientos misteriosos, sin embargo esta desgastada, vieja, al igual que los zapatos y el resto de su indumentaria. Sterentello, es mezquino y no quiere gastar "cosas superficiales"

No sólo demuestra su deseo de no gastar y el sacrificio de los deseos personales en favor de su avaricia, sino además una negación de las necesidades y los deseos de quien le rodea por cuanto no se cuida de incomodarles con sus hoscas maneras.

El egoísmo nos inspira tal horror que hemos creado la urbanidad para ocultarlo, como una parte vergonzosa que sin embargo sobresale a través de todos los velos y se denuncia en cualquier encuentro.

Tal como este burdo Sterentello, El hombre solo tiene un deseo absoluto: "Conservar la existencia" aunque puesto con palabras mas enriquecedoras: "Librarse del dolor y de toda privación"
...El mayor bienestar, la posesión de todos los goces que pueda imaginar, los cuales cambia y desarrolla de manera incesante.

Quisiera gozar todo, poseerlo todo y por lo menos, dominarlo todo. "Todo para mi, nada para los demás" Esa es su divisa.

[02:38:01] Hagen : El egoísmo es colosal, no cabe en el universo.

Cada persona se hace centro del mundo, todo lo refiere en relación a si. Hasta los grandes trastornos de los imperios se consideran desde el punto de vista del propio interés. ¿Existe algún contraste más pasmoso?

Por una parte ese interés superior y exclusivo que cada cual se toma por sí mismo y por la otra, esa mirada indiferente que se lanza a todos.

El convencimiento de tantas personas que obran como si fuesen las únicas con una existencia real y que actúan como si sus semejantes fueran sombras o fantasmas, es cómico.

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