Experiencias vividas

En un campamento de gitanos puedes encontrar de todo, y cuando digo todo es TODO lo que tu imaginación puede pensar; Hoy no es la excepción pues una linda pelirroja vestida de monja – le miro extrañada siendo rodeada por varios de mis hermanos - ¿Qué hace una monja en este lugar? No es realmente una sorpresa descomunal, simplemente… es muy extraños en verdad.

A paso suave, dirían mis hermanas, como si mis pies floraran o bailara junto a alguien llego a lado de mis consanguíneos y la chica que provoca tal alboroto – No sean pesados con la chica, seguro está aquí por un MUY buen motivo – afirmo tomándole del brazo jalándola para quedar a la par de ella – Dime ¿A quién buscas? Porque estoy segura que a ninguno de ellos – señalo a mis hermanos que aun le sueltan piropos indecentes a la chica que tiene el rostro igual de rojo que sus cabellos. – Ah… busco a Mat... Mat… – esta  o muerta de pena o muerta de miedo. Le miro dándome cuenta que es realmente bonita, con la piel blanca como la leche, los ojos expresivos y grandes y una calidez que emana de ella tan agradable que me quedaría a su lado por siempre. No, No que para eso tengo a mi Thoumas. – ¿A quien buscas lindura? – Pregunta mi hermano tomándola de la cintura pegándola a su cuerpo – A Thoumas – suelta de golpe… todos dejan de reír y me miran – ¿QUE? – grito fuerte y claro – Para que quieres a Thoumas – le miro entrecerrando los ojos cambiando mi tono de voz dulce y cantarina uno frio y plano, ella se muerde los labios y se acerca un poco a mi oído –Me dijo que si llegaba a tener algún… algún… amh... es difícil de explicar – susurra haciendo señas de incomodidad por mis hermanos – Ya escucharon ¿No? Ahuequen, déjenla respirar – les grito haciendo ademanes de que se larguen – No le vayas a pegar – bromea uno de ellos antes de irse junto a los demás aun jugando y bromeando – ¡Suéltalo! ¿Porque andas buscando a mi Thoumas? –  ella restriega los puños apretando las palmas en lo que parece su mandil – Thoumas muy amable me dijo que podía acudir a él si yo… creía que… los servicios de una partera… por si creía que está en … cinta… - cada palabra que dice es un tono más bajo que la anterior hasta llegar a la última que es más un susurro y ella está a punto de desmayarse igual que yo – Dijo que me llevaría con Rubí, ella sabría decirme si es verdad – no puedo creer lo que me dice, ¿Thoumas? ¿Mi Thoumas y una monja? ¿Seguro es otro Thoumas pero… nooooooo? – Chillo a punto de romper a llorar – Ah dicho mi nombre y que él la mando conmigo… ¿Acaso no puedo ser más desdichada? – Soy Rubí y soy con quien Tomy te mandaría…  ¿Eres la chica de Thoumas? Si estas en cinta… el estará muy feliz – ella me abraza y creo que ha comenzado a sollozar porque sus hombros tiemblan un poco – No, no. – Sonríe soltándome y me mira nuevamente roja de las mejillas – Él bebe es de Matyas – pensar que casi muero al creer que era de Thoumas. – Hay por todos los dioses – gimoteo casi sin voz tomando rápidamente su mano intentando concentrarme para saber…

Las personas siempre me dicen que soy una loca, atrabancada, explotaba pero sobretodo que soy la alegría andante, sip, es verdad, de alguna forma en si. No recuerdo mucho a mi madre, pero lo que si recuerdo es la hermosa sonrisa que tenia, siempre sonreía llenando de calidez los corazones de los demás, mi padre dice que así es mi sonrisa, yo no lo creo o no lo se.

Con manzana a la mano y sonrisa en los labios, camino por el bosque, un poco mas haya de lo que acostumbro. Se supone que hoy vería a Thoumas, para una de sus "clases" pero a la mera hora no se a podido porque su hermano nos a interrumpido diciendo que se había metido en no se que cosa y lo necesitaba, menuda estafa, Matyas siempre hacia lo mismo, siempre interrumpe. Refunfuño mordiendo de nuevo la manzana, role los ojos. No solo era su hermano, también la bola de pesados de los míos, siempre de tras de mi espantandome a todos los hombres, si ya saben que no hay quien aguante a su hermana y todavía se me ponen necios. Refunfuñando me agache a recoger un poco de manzanilla y menta para llevarla a la caravana antes de morder por ultima vez mi manzana.

Continuo caminando, mucho mas lejos de lo que alguna vez haya ido, recuerdo que alguna vez mi madre dijo que era peligroso por los altos barrancos -Y si que son altos- exclamo mirando los altos riscos que detienen mis pasos. -¡Rubi! ¡Mujer, porque diablos vienes hasta aqui!- Me regaña mi hermano mayor Dorjan. Le miro, muerdo mis labios y encojo mis hombros -Lo siento hermano, yo...- soy interrumpida por un quejido, pido silencio con un dedo en los labios de mi hermano, hago señas y continuamos.

Lo que miramos nos deja aparte de asqueados y desconcertados, los recuerdos del pasado se hacen presentes. Hay un hombre, cubierto de sangre boca abajo, y su caballo, doy gracias a los dioses que me hayan regalado un estomago fuerte y no expulse toda mi comida. Corro en auxilio al hombre suspirando aliviada al sentir su débil pulso -Ayúdame- mi hermano me detiene negando -Ayúdame, no pienso dejarlo aquí- en mi mirada hay decisión, si él no me ayuda yo sola lo llevare de regreso.


* * *


Han pasado dos semanas desde que le encontré, limpio su rostro con la barba insipiente de días ¿Debería afeitarle? ¿Me pregunto de que color serán sus ojos? ¿Como sera su voz? ¿Qué es lo que le habrá pasado?. Recargando mi codo en mi rodilla que esta cruzada, apoyo mi mentón en la palma de mi mano. -¿Cuando me mostraras tu mirada?- pregunto al viento admirando sus rasgos. Es guapo, eso no puedo negarlo en verdad.

Al mirar a mis sobrinas jugar suelo preguntarme que es lo que estarán pensando o simplemente solo disfrutan el momento sin remordimiento alguno, asi bien suelo pensar lo mismo cuando miro a las demás personas, a cada una de ellas, sea uno de mis hermanos o una de mis alegres hermanas ¿Qué nos hace únicos y especiales? ¿Qué hay en el fondo de nuestra mente para provocar daño a alguien ajeno a nuestro ser? Al escuchar a mis guías mostrar los dones curativos y cuando hablan tan apasionadamente de la mente humana me imagino que no solo soy un insignificante grano de arena ante todas las personas que existen en este mundo, el ser que me representa, el que mira y sonríe todos los días es solo una pequeñísima parte del profundo abismo que ni yo misma conozco y soy.

Mi mirada curiosa va a dar justo a la mano que me sostiene la muñeca con fuerza, no la necesaria para lastimarme pero su la suficiente para sentirme incomoda por la acción. Abre lo ojo y parece no enfocar del todo. Guardo silencio pues no estoy acostumbrada a tratar con personas que no sean gitanas y él claramente no lo es aun así no me parece malo, claro que peligroso no me aventuraría a ser tan optimista.

–Espera, te vas a lasti.. – él continua moviéndose brusco –¿En el cielo? – mi corazón se agita por un momento temiendo que sea un inquisidor, el nerviosismo se apodera de mi. No, no so en necesario que lo sea, hay muchos crellentes en la iglesia y no por ello tiene que ser un soldado descorazonado a las ordenes de su “Santa madre iglesia” como le llaman. –Tranquilízate por favor. Estas a salvo mi nombre es Rubí y para nada soy un ángel – sonrió acercándome con las palmas de las manos mostrándose intentando que se calme –Mira, puedes comprobarlo, no soy ninguno de esos seres celestiales en los que creen – intento ayudar que se pare y se recueste nuevamente –Aun no estas del todo bien, te encuentras en la tienda de Oszcar, mi hermano ¿Tienes hambre, sed? ¿Te duele algo? – no me atrevo a tocarlo, no por el momento hasta que el este mas tranquilo y familiarizado, hasta ese omento pediré si le puedo revisar. Sin querer e usado es pequeño poder en mi ayudando a crear una atmosfera de tranquilidad y paz a ver si eso puede ayudar a que confié en mi.

El llanto aun lo escucho repetirse una y otra vez en mi mente, si por mi hubiera sido jamas me abría lavado las manos, claro eso hubiera sido realmente asqueroso si pensamos que había demasiada sangre y fluidos corporales jeje. Pero no seguiré pensando en eso, pues la dicha y alegría de traer un nuehvo bebe a este mundo es una experiencia -suspiro ensoñada deteniendo mis pasos por el bosque- Es algo mágico, maravilloso, espectacular, y con cada palabra que mi cabeza piensa mi felicidad se infla mas y mas sintiéndome como una de esas hermosas aves que hay en el jardín botánico llamada pavo-reales. Muero por contarle a Thoumas la buena nueva. Una nueva gema a llegado a la familia.

Los arboles comienzan a menguar dejando el bosque atrás abriéndose paso a la explanada en donde alberga decenas de carrosas, un mercado improvisado, decenas y decenas de gitanas leyendo la mano y augurando el futuro de aquel que se dejara engatusar por la mayoría y en medio de aquel lugar alegre lleno de vida, estaba la gran carpa de circo gitano, en donde bailo desde hace unos meses teniendo un trabajo y algunas monedas a gastar a mi antojo.

Entre pequeños brincos que dan mis pies, sonrisas que regalo a mi paso mientras saludo con palabras igualadas llamando a cada uno por sus nombres llego a mi destino, la parte trasera de la carpa donde aguarda mi amigo de infancia. Thoumas. Mis ojos se abren enormes mirándolo con adoración, ensanchando la sonrisa como el gato rison de aquel libro que escuche contar a la rubia leer hace unas semanas en el orfanato, es como le recuerdo siempre con aquella melancolía, su inseparable violín y aquellos ojos hermoso llenos de misterio como el mar en una noche de tormenta y que decir de su cuerpo, un cuerpo que... detengo mis pensamientos, aunque sea gitana soy una señorita, eso siempre lo dicen mis hermanos.

Corro sin darme cuenta que me e aventado a sus brazos gritando su nombre como cada que lo veo -¡¡Thoumas!!- abrazada a su cuello con los pies volando, beso sus labios en un impulso descarado de aquellos que tanto me caracterizan y antes de que me rechace muerdo un poco su labio alejándome sonriendole como si acabara de besarme él por gusto propio -¿Adivina que?- mi mirada brilla mientras encojo los hombros a la altura de mi pecho con los puños cerrados -¡Fue niña! ¡Hay una nueva gitanita en la familia! ¡Le enseñare a bailar y a cocinar y a hacer un montón de cosas a mi nueva sobrina!- explico alzando las manos emocionadisima. Lo miro, no se si esta pasmado o asustado, asi que le tomo de la mano -Ven, ven hay que entrar- pido jalándolo mas a la de a fuerza que de gana llevándolo al interior de la carpa.