HAMILTON ID

por **V. Dierk Hamilton** Lun Nov 23, 2015 11:37 pm

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Valerius Dierk Hamilton

▲EDAD▲

29 años aparentes/ 85 reales

▲ESPECIE▲

Vampiro.

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase alta

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Homosexual

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Alemania

▲HABILIDADES/PODERES▲

→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.

→ Atributos: Colmillos afilados, uñas afiladas (en algunos casos), piel y cuerpo resistentes (aunque suave al tacto y a la vista), e inmortalidad.

► PODERES INNATOS:

→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento, si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.

→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros vampiros e identificar a los licántropos gracias a su aura colorada y su característico olor.

→ Seducción: Esta habilidad hace que cualquier persona se sienta atraída ya sea físicamente o emocionalmente a la persona poseedora del poder. El vampiro seduce a los demás hasta lograr controlar las emociones de su adversario a su antojo. Funciona en cualquiera de los dos sexos. Este poder funciona únicamente como atracción.

→ Bloqueo mental: Es la habilidad para bloquear su mente y nadie (ni siquiera los vampiros que leen mentes) pueden saber lo que piensa.

→ Telepatía: Habilidad para sondear los pensamientos superficiales de cualquier sujeto cercano y escucharlos como escucharía hablar a esa persona. Con el tiempo suficiente, puede enterarse casi de cualquier cosa sobre el sujeto.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Es extremadamente complicado y para muchos podría ser considerado como un demente. Esa no es la impresión que puede tener alguien normal al verlo por primera vez, pues normalmente actúa con buenos modales y de forma amable e incluso simpática, utilizando alguna que otra broma, siempre recurriendo a la ironía. Podría decirse que en el exterior es algo cínico. Nunca se lo ha visto manteniendo algún tipo de vida social, fuera de la interacción que pueda tener en su trabajo.

La verdad es que es capaz de procesar casi cualquier cosa sin inmutarse. Paradójicamente, en su interior se preocupa bastante de todo, pues ha heredado la cautela y ordenada perfección de su creador. Su don y ese afán por actuar siempre como supuestamente debería, ha desencadenado cierta tendencia paranoide y antisocial en él. No por el hecho de que no sea divertido o que no le guste relacionarse con los demás, sino por algunas de sus reacciones espontáneas.

De vez en cuando, sufre ataques de ira y arranques extremadamente violentos, que no agresivos. Podría decirse, que en ese sentido, es algo bipolar, aunque no padezca realmente dicha patología. Se fija en pequeños detalles en los que nadie más da importancia, lo cual da pie a que sospese las posibles consecuencias que ello podría conllevar, entre las cuales, casi siempre hay alguna que lo perjudica. Detesta ser incomprendido y como no puede expresarlo de ninguna manera, reacciona de forma premeditadamente violenta.

En cuanto a nervios, es bastante frío. Controla todos sus impulsos y todo lo que hace, antes lo sospesa. Puede parecer no reaccionar ante una provocación, pero en realidad estar pensando cómo responder a la misma. Es paciente hasta cierto punto; si encuentra inútil discutir de un asunto o continuar haciendo cualquier cosa, preferirá dejarlo y no perder el tiempo, aunque no tenga nada que hacer.

Por otra parte, está su orgullo. Es extremadamente orgulloso y por ende, vulnerable a cualquier tipo de ataque. Por esa razón, tiene cierto miedo a estrechar relaciones con cualquiera.

Es egoísta y en cuanto a ideología sobrenatural se refiere, comparte la de su creador, que es la misma que la mayoría de vampiros antiguos y conservadores. Considera que ellos están en la cima de la pirámide evolutiva y que los humanos están en la más baja, aunque no por ello los subestima. Con el tiempo ha perdido toda moral humana; se rige únicamente por el suyo propio que es uno de cuestionable moralidad, sin sentido ético, lo cual lo hace bastante abierto de mente y tolerante, en cuanto a gustos uno se refiere, que no asuntos sobrenaturales. Quizá demasiado.

La muerte de su creador le afectó de sobremanera y hasta la fecha, nadie ha igualado su presencia, en ningún aspecto. Hay quien cree que el don de Aldreich - su creador - estaba relacionado con algún tipo de encantamiento y que Valerius, fue siempre y aún es, víctima de él. Sea cual sea la verdad, con su muerte cerró sus sentimientos a cualquiera y por lo tanto, es todo un reto ver algo bueno en él. Por otra parte, dice siempre no recordar nada de su pasado como mortal. Su final como humano, fue demasiado traumático para él y cuando fue convertido, su parte humana quedó por siempre malherida. En general, no le gusta hablar de si mismo.

Es extremadamente protector con quienes le pueden llegar a importar y por regla general, respeta a todo el mundo, siempre que se ganen su respeto o al menos, sea recíproco. En un momento de urgencia, sería capaz de sacrificarse por algo que considere superior a él.

Familia: Sus padres muertos. Su hermana se casó y engendró una nueva generación, pero estos fueron asesinados por Valerius. Otros muchos parientes murieron durante las guerras. Su familia es, pues, totalmente inexistente.

HISTORIA

.: Alemania. 2 de octubre de 1715 nace Valerius.

.: Varsovia. 24 de Septiembre 1738

Un mar de personas son forzadas a avanzar hacia un futuro incierto, pero previsiblemente negro. Algunos gritan, lloran o se lamentan, otros se preocupan por cosas que en aquellas circunstancias, ya han perdido todo el sentido, como asegurar el equipaje o pedir explicaciones a los oficiales polacos, que colaboran estrechamente con el gobierno, que observa en un segundo plano el espectáculo, con una chispa de diversión en sus miradas. Otros tantos, simplemente se dejan llevar, desprovistos ya de cualquier tipo de derecho, de ganas de vivir, transformados en lo que los han forzado a ser. Serán despojados de sus pertenencias y echados a la calle. A un futuro incierto. El terreno ha sido vendido a un poderoso terrateniente y ha decidido que quiere limpio el lugar a la brevedad. Si hay necesidad de eliminarlos, que lo hagan sin miramientos. Estorban.

Los gritos aumentan, el pánico finalmente florece en su pecho, que late desenfrenado. La sangre circula con fuerza por todo su cuerpo, que inconscientemente se prepara para actuar de alguna manera. Hay forcejeos, los hombres arrebatan el equipaje de las personas, que en un inútil aferro a la dignidad, se resisten. Lo empujan, todo el mundo se empuja. De las estrechas ventanas de los carretones, surgen muchas manos de entre, como si intentaran respirar a través de ellas. Intenta escapar, con todas sus fuerzas, pues no quiere morir. Aún tiene muchas cosas que hacer, mucho que conocer y sentir...pero no parece que eso le importe a nadie, mortal o superior.

Algo duro lo golpea en la cabeza. Siente como la sangre mana de su cabeza, por el ardor que siente en la misma. Se tambalea, golpeado por las personas que entran al pequeño sitio. La visión se nubla, los sonidos se entremezclan por completo, haciéndole imposible comprender nada. Sus piernas dejan de responder, pero alguien lo sujeta por debajo de los brazos y lo guía antes de que caiga inconsciente y sea aplastado. Un hombre, un escuálido anciano, es lo único que consigue ver antes de que todo se oscurezca.

El carretón se pone en marcha. Los gritos continúan, pasando más tarde a lamentos y luego, a un profundo e inquietante silencio.

.: Treblinka, 2 de octubre de 1738.

Llegaron a su destino; era de noche. Los dejaron bajar de los carretones por un meticuloso orden. Los caciques los alumbraron con sus antorchas, directo a sus ojos, que se habían acostumbrado demasiado a la penumbra. Los sacaron a todos, a base de amenazas e insultos a viva voz.
Valerius salió de ahí, no sin antes lanzar una mirada al viejo que salvó su vida y que no había sobrevivido al viaje, que también podría considerarse una tortura más. Tenía sed y hambre, pero sobretodo, muchísima sed. Nada más salir al exterior, pudo apreciar con horror el intenso hedor a muerte y podredumbre que abundaba en el aire. Comprendió, que aquello no era un lugar común. Y en parte, lo intuía. Durante todo el viaje, ya se había hecho a la idea de que su muerte tan solo se había pospuesto, pero que era inevitable. ¿Se trataba de la santa inquisición? ¿De qué los habían acusado? ¿Los llevaban a las mazmorras? ¡Por Dios dónde!

Fueron separados por género. Los propios presos pasaron a encargarse de ellos, trabajadores, que hacían tan bien como podían lo que les pedían con la esperanza de volver a ver el sol o las estrellas al día siguiente. Procedieron a quitarles toda la ropa, destruyendo la poca dignidad física que pudiese quedarles, aunque eso era lo de menos, pues hacía muchísimo frío. Después, los metieron a todos en unas celdas mal olientes.

.: Treblinka, 4 de octubre de 1738.

Se despertó de madrugada por los gritos de unos guardias que habían irrumpido y se estaban llevando a algunos prisioneros. Uno de ellos lo vio e intercambió una sonrisa con uno de sus compañeros y ambos se acercaron al joven, arrastrándolo al exterior junto a los demás. Los obligaron a formar un círculo, simulando una arena de combate. Todos eran elegidos por capricho a salir y pelearse contra otro contrincante. Quien perdía, era ejecutado.

Valerius ganó tres combates, aún preguntándose si realmente todo aquello valía la pena. Aún a sabiendas de que era cuestión de tiempo que le llegase la muerte, había luchado una y otra vez para continuar con ella. Pero eso no pareció gustarles a los guardias.

Uno de ellos, el que parecía ser el cabecilla, lo golpeó hasta que no pudo volver a incorporarse. En cuestión de unos instantes, sus ojos estaban fijos en la boca de la pistola que sostenía aquel hombre, que lo miraba con desdén. Pero eso él no podía apreciarlo. No podía apartar la mirada de aquella arma, aquel objeto que arrebataría su preciada vida...y lo condenaría al olvido eterno. Sintió miedo, muchísimo miedo. Pero...extrañamente, sintió también una profunda rabia y no cerró los ojos, esperando al disparo, a la muerte.

Y llegó. Pero no en forma de disparo. Una voz interrumpió al verdugo, autoritaria y gélida. Esa fue la primera vez que vió con desconcierto y esperanza al que, pocas horas después, pasaría a ser su creador. Aldreich.

.: Berlín, 20 de enero de 1739.

Respondió a la mirada de su propia imagen, reflejada en el espejo. No pudo reprimir esbozar una sonrisa, al verse de aquella forma, embutido en el "uniforme" de la Inquisición. En algunas ocasiones, aún creía estar en algún tipo de vida paralela, un sueño. Que en realidad, hubiese muerto en aquel repugnante campo de exterminio y aquello, fuese una retorcida broma del infierno.

Pero la llamada de la sangre, era muy real. Después de todo, había sido lo que lo había llegado a transformar en lo que era. Ahora formaba parte de los que él mismo había odiado cuando era mortal, tan enclenque y preocupado por cosas, que ahora ya no le inspiraban absolutamente nada. Y eso, como le había explicado Aldreich en muchas ocasiones, demostraba su condición como vampiro, su superioridad. Los asuntos de los humanos, estaban a otro nivel. Eran simples peones, que con sus manos podían guiar hacia donde lo desearan. Al principio, no lo había entendido, pero ahora lo veía muy claro. La ideología del nacionalsocialismo era insulsa y absurda a sus ojos, en términos humanos, pero no en términos vampíricos. Aldreich le había enseñado e inculcado bien, que eran completamente superiores a ellos, a todos ellos...independientemente de su etnia o nacionalidad.
Aprendió, que en los últimos momentos de su mortalidad, había cometido errores estúpidos. Que toda acción desencadenaba una reacción. Se había dejado manipular por aquella chica que tuvo oportunidad de conocer, había dado toda su vida por ella y aún recordaba la inexistencia de alegría por su parte, al volver a verla, una vez fue convertido. Cada vez que recordaba como la drenó y luego le arrancó el corazón, se ponía iracundo. En cuanto a sus padres, bueno, huyeron hacia algún lugar, lejos de Polonia, supuso pues no volvió a saber nada de ellos. Y no le importó. Y aunque lo hubiese hecho, Aldreich no le habría permitido volver a verlos. Jamás.

No lo había convertido para que tuviese una segunda oportunidad, sino para empezar una vida completamente nueva, dijo. Buscaba a alguien y vio en él, a la persona idónea. Alguien con una fuerza de voluntad y constancia como la que había visto, no podía desperdiciarse. De todas formas, nunca había llegado a comprender del todo a su creador; si había otra razón por la cual lo eligió a él, la desconocía.

Un poder superior, permanecía en la sombra. Y él, lo servía, junto a su creador. La inquisición extendía su red por todo el mundo y en secreto, dominaba a la humanidad, que era el tablero de aquellos maestros del ajedrez. Como vampiros, era su deber asegurar el orden y la ley, por encima de todas las cosas, para así mantener siempre estable y en continuo auge, el reinado de la Orden. Siempre tenían que fluir por algún medio humano, sin embargo, para mantener así la máscara que los ocultaba de la verdad. Y hasta entonces, para Aldreich y también para él, dicho medio había sido el extremista y genocida gobierno alemán.

Pero la situación estaba poniéndose difícil y Europa, cada vez estaba más sumida en la miseria y la destrucción. Algo, que empezaba a ser peligroso para ellos. Incluso para seres como ellos, las armas eran un peligro bastante a considerar. Por no mencionar la posibilidad de que los expusieran al sol o fuesen descubiertos de algún modo. Las cosas estaban demasiado alteradas y Aldreich, quien siempre había sido matemáticamente calculador y cauto, no quería arriesgarse.

Había otros objetivos. Objetivos, que no podrían realizarse hasta que alcanzaran su nuevo destino.

. Paris. Francia El lugar que, con el paso de los años, descubriría que había terminado por ser una flor carnívora.

.: Cronología

- 1745-1750: Aldreich y Valerius se unen a los demás vampiros italianos y alemanes. Deciden no marcharse y establecerse allí, colaborando con los demás afiliados a la inquisición. Valerius continua con los estudios que dejó a medias como mortal: literatura. También aprende perfectamente el inglés.

- 1750-1755: Valerius continua con su entrenamiento y aprende a controlar sus dones, bajo la constante supervisión de su tan cercano creador, que no deja de inculcarle ideas radicales e incluso fanáticas respecto a la Inquisición. Pone en práctica sus habilidades en las pequeñas disputas entre razas y misiones diversas.

- 1755-1763: Valerius y Aldreich desaparecen, trabajando como inquisidor y ayudante en Europa. Su verdadero objetivo, es mantenerles informados de los movimientos de los aquelarres soviéticos.

- 1764: Vuelven a Paris. Aldreich es asesinado por una matriarca de una cofradía de hechiceros. Valerius jura venganza contra todos los hechiceros de París y no vuelve a tener una relación seria con ningún vampiro.

- 1765-1774: Valerius deja la inquisición, ganándose una buena fortuna vendiendo toda la información al mejor postor. Recorre toda Norteamérica, visitando de vez en cuando Francia, solo para controlar la extraña nostalgia que siente hacia él. Se licencia como historiador.

- 1775-1780: Visita España. Aprende el español y se licencia en derecho. Entra en contacto con algunos aquelarres anteriormente afiliados al nacionalsocialismo y viaja también a Argentina para lo mismo.

- 1781-1790: Recorre Italia, Francia e Inglaterra, visitando discretamente sus muchos aquelarres. Se licencia en música e interpreta de vez en cuando con el piano y el violín. Visita una vez Paris. Aprende el italiano y un poco de francés.

- 1790-1800: Vuelve a Alemania y Polonia. Encuentra a la descendencia de su familia mortal y la asesina, incluyendo a los niños. Todo, por supuesto, de forma muy sutil. Su muerte queda cerrada como un desafortunado accidente. Parientes lejanos resultan muertos poco después, presuntamente asesinados a manos de un grupo armado.

Se asenta temporalmente en un aquelarre austríaco, en Viena. Se dedica a la música clásica. Intenta mantener una relación con una vampiresa. Matan licántropos juntos y ello mantiene la relación por un tiempo, hasta que Valerius se cansa y sintiéndose culpable por traicionar al difunto Aldreich, hace que la inquisición la ejecute, de manera que unos humanos la descubren rodeada de los cadáveres humanos.

Vuelve a París. Ya que todos sus registros estaban borrados, vuelve a entrar en la universidad. Se licencia en psicología. Se mantiene fuera de cualquier aquelarre, por el momento, manteniendo en secreto sus amistades con los inquisidores. Al terminar con la universidad, ocupa el puesto de bibliotecario de turno nocturno.

DATOS EXTRA

-Su creador, Aldreich, era bastante antiguo, rozando los 600 años.
-Conoce el polaco, alemán, inglés, ruso, húngaro, castellano, italiano (oral) y un poco de francés (oral).
-Está licenciado en literatura universal o filología, historia, música y psicología. En París, sin embargo, solo consta la última.
-Está entrenado y es versado en el combate cuerpo a cuerpo, sobretodo en el uso de las armas blancas, puesto que las capacidades físicas de un vampiro son superiores a las de un humano. Igualmente, sabe utilizar también todo tipo de armas de fuego, aunque no sea experto. El combate lo ha acompañado desde que fue convertido y en realidad, a eso se dedica. Es un asesino.
-Con el tiempo y sus servicios, ha ganado una buena suma de dinero, naturalmente siempre supervisado por sus superiores.
-Está instalado en un ático en el cuadrante norte.
-Siente un odio acérrimo hacia los hechiceros y no se esforzará en cambiar de opinión.
-La lectura es su mayor adicción, así como escribir, de vez en cuando. Pero nunca muestra sus escritos a nadie.
Tiene la peculiar manía de llevar siempre un dado de seis caras encima, por el azar que representa y que él no puede aceptar a causa de su don.

por **Tarik Pattakie** Jue Nov 26, 2015 12:59 am

FICHA APROBADA

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