AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Gaela Vouri
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Gaela Vouri
▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲
Gaela Vouri ▲EDAD▲
Más de 1000 Aprox. / 19 aparentes.▲ESPECIE▲
Vampiro.▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲
Ninguna.▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲
Clase Alta.▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲
Pansexual.▲LUGAR DE ORIGEN▲
Italia.▲HABILIDADES/PODERES▲
→Persuasión: - Habilidad para controlar las acciones o el razonamiento de otra persona. Este poder logra que otras personas realicen acciones, sin que éstas puedan negarse o incluso darse cuenta, mediante palabras con entonación imperativa, es decir, ordenándolas.
→ Fortaleza: Capacidad de resistencia extrema al dolor físico.
→ Rastreo: Poder de rastrear la localización de un objeto o criatura. El personaje puede descubrir la situación de cualquier persona a la que conozca, donde quiera que esté el blanco en un radio de veinte kilómetros.
Una doncella impredecible. Gaela puede significar crueldad y bondad a la vez, nunca se rige a un solo parámetro y tampoco gusta el caminar en línea recta, sabe que es un ángel con las alas rotas, por lo tanto un ser corrompido, lo que es divertido. Se muestra risueña, fina, un tanto arrogante y por sobre todo cordial, de vez en cuando humorista pero, cuando algo le ha molestado genuinamente, pierde la cabeza, llegando a convertirse en un ser que abraza su bestial naturaleza en todo sentido; es demasiado orgullosa. Defiende firmemente sus ideales, lo que le convierte en una persona necia en extremo, no se le puede doblegar por lo que ciertamente es alguien indócil; es honesta, rechaza definitivamente la traición a quien le ha entregado su lealtad.
De impasible, belicosa, rencorosa y vengativa, a atenta, tolerante, benevolente y afectuosa, todos aquellos aspectos que parecen estar tan desligados entre sí, se desenvuelven en su carácter con tal imprevisto que incluso es particular. Únicamente depende del humor que consienta en ese momento.
Ama elegir atavíos y tesoros tanto como juguetear con su cena, pese a que suele ser bastante pulcra a la hora de tomar los aperitivos, es cuando se encuentra aburrida o enfurecida que le da por recrearse de forma brutal con sus mártires. Los cuales si está contenta, suelen ser objetos de sus caprichos y genialidades, ya que los admira casi como si fueran preciosas piezas esculpidas, muñecas de porcelana a las que viste de forma ostentosa, adorna y cuida hasta que llega el momento en el que pierde el interés y debe deshacerse de ellas.
Es exclusiva con sus víctimas, no tomará a cualquiera. Detesta la ingenuidad, aunque suele alabar la espontaneidad, se anima cuando encuentra algo en común con otra persona ya que debido a su crianza difícilmente pudo congraciar con los demás, se avergüenza con poca sutileza pero casi nunca y es que a pesar de su instinto, todavía conserva ese rasgo infante.
De impasible, belicosa, rencorosa y vengativa, a atenta, tolerante, benevolente y afectuosa, todos aquellos aspectos que parecen estar tan desligados entre sí, se desenvuelven en su carácter con tal imprevisto que incluso es particular. Únicamente depende del humor que consienta en ese momento.
Ama elegir atavíos y tesoros tanto como juguetear con su cena, pese a que suele ser bastante pulcra a la hora de tomar los aperitivos, es cuando se encuentra aburrida o enfurecida que le da por recrearse de forma brutal con sus mártires. Los cuales si está contenta, suelen ser objetos de sus caprichos y genialidades, ya que los admira casi como si fueran preciosas piezas esculpidas, muñecas de porcelana a las que viste de forma ostentosa, adorna y cuida hasta que llega el momento en el que pierde el interés y debe deshacerse de ellas.
Es exclusiva con sus víctimas, no tomará a cualquiera. Detesta la ingenuidad, aunque suele alabar la espontaneidad, se anima cuando encuentra algo en común con otra persona ya que debido a su crianza difícilmente pudo congraciar con los demás, se avergüenza con poca sutileza pero casi nunca y es que a pesar de su instinto, todavía conserva ese rasgo infante.
Gaela Vouri Lo Bue, hija única de terratenientes adinerados. Alexandros y Dahlia de Europa del sur en el siglo X; es también la sexta hija de siete hermanos mayores, por lo que al ser la menor y la última de su descendencia, su infancia fue verdaderamente agridulce.
Siempre la favorita de su gallardo padre, al nacer su existencia dentro del cúmulo familiar fue a ser la más importante y especial, debido a que su madre había perdido a su primera hija mujer dejando un vacío irreparable en su corazón. Desde luego con la llegada de Gala, todo cambió para bien.
En su niñez las tradiciones de la guerra y la costumbre que prevalece aún con el paso del tiempo, fue a impedirle de tener participación en donde sus bien dotados hermanos se desenvolvían impecablemente, prácticas como la caza, el despiadado entrenamiento con espada, las feroces y violentas luchas cuerpo a cuerpo, los innumerables torneos que más tarde se convirtieron en simulacros de combate a campo cerrado dando origen a verdaderas batallas entre las tropas.
Sus ojos admiraban lo que veía con gran perdición, dejándose llevar por la diversión que daba goce a aquellos momentos en los que su querido padre y hermanos eran felices; muchas veces deseó poder ser tan hábil y hermosa como ellos al sostener la empuñadura de un arma, poder combatir y pelear cuando lo necesitara, deseaba con todas sus fuerzas protegerse y proteger a los suyos, su anhelo era tener la misma valía, fortaleza y reconocimiento que el de un hombre pero, antes de que pudiese darse cuenta, se había convertido en un ave cautiva, siempre bien portada, educándose por gracia de la luz de una vela entre interminables murallas sin fin y bajo las opresoras leyes del violento patriarca que con dureza la confinaría a vivir una vida lejos del exterior, claramente aquella decisión había sido tomada luego de que Gaela perdiera a su hermano menor por nacer, una mañana tormentosa en la que fervientemente se le hubo encomendado cuidar del parto de su madre pero, estando ausente jugaba a batallar en los campos de cosechas con un par de sus hermanos, la tragedia fuera a sacudir a su familia esa tarde, negándole el privilegio de la libertad y siendo constantemente reprendida e incluso violentada por sus aptitudes independientes.
Su crianza fue la más insoportable ya que si bien era educada fervientemente en las tradiciones de casa y alta sociedad, nunca pudo desenvolverse como realmente deseaba debido a la sobreprotección exagerada al ser la única mujer joven. Todavía era una niña, pero sabía más de lo que necesitaba y presumía de ello cada vez que podía, después de todo pasar interminables horas encerrada le hacía enloquecer y para no perder la cordura completamente, buscaba paz en los escritos e historias que su madre y otras mujeres mayores de la casa, -sequito.- le proporcionaban, practicaba frecuentemente todo lo que se podía ejecutar en acciones, llegando a superarse en expectativas.
De esa forma los años transcurrieron, a menudo lograba escabullirse por gracia de su astucia, complicidad de sus hermanos, los más pequeños y la bendición de la bellísima mujer quien la había alumbrado en un doloroso parto que duró más de un día; por supuesto su padre estaba enterado de sus frecuentes huidas del cautiverio el cual había decretado y por lo tanto debía obedecer; sin embargo su amor por la última de sus sucesores era tan inexorable e incondicional que simplemente actuaba su ignorancia cada vez que la encontraba con la melena alborotada y llena de escombros.
Tanto en esa época como en las venideras, nada nunca cambió hasta que cumplió los 19 años de edad, aquel fue el detonante de una noticia que nadie nunca podría haber avecinado. Uno de sus hermanos, Kirios y ella eran el resultado infame de la infidelidad que su madre había cometido en contra de su padre, siendo aquel hombre tan amoroso y entregado a su familia que luego de enterarse de la traición de su mujer fue a perder por completo la cordura, entregándose a la ferocidad y descomunal fervor hacia la venganza que tanto acostumbraba despertar en cada una de sus sanguinarias batallas.
Aquel día, el de su último cumpleaños es un día remarcado en las remembranzas de Gaela ya que si bien no recuerda demasiado de lo que sucedió, puede asegurar que nada de eso fue un sueño y que cada cosa de la que vio, oyó y percibió fue la crudeza de una realidad que estaba esperando, tal vez no de la manera en la que se fue a desenlazar pero, sí con el final de un nuevo comienzo que amenazaba con llegar desde siempre.
Siempre la favorita de su gallardo padre, al nacer su existencia dentro del cúmulo familiar fue a ser la más importante y especial, debido a que su madre había perdido a su primera hija mujer dejando un vacío irreparable en su corazón. Desde luego con la llegada de Gala, todo cambió para bien.
En su niñez las tradiciones de la guerra y la costumbre que prevalece aún con el paso del tiempo, fue a impedirle de tener participación en donde sus bien dotados hermanos se desenvolvían impecablemente, prácticas como la caza, el despiadado entrenamiento con espada, las feroces y violentas luchas cuerpo a cuerpo, los innumerables torneos que más tarde se convirtieron en simulacros de combate a campo cerrado dando origen a verdaderas batallas entre las tropas.
Sus ojos admiraban lo que veía con gran perdición, dejándose llevar por la diversión que daba goce a aquellos momentos en los que su querido padre y hermanos eran felices; muchas veces deseó poder ser tan hábil y hermosa como ellos al sostener la empuñadura de un arma, poder combatir y pelear cuando lo necesitara, deseaba con todas sus fuerzas protegerse y proteger a los suyos, su anhelo era tener la misma valía, fortaleza y reconocimiento que el de un hombre pero, antes de que pudiese darse cuenta, se había convertido en un ave cautiva, siempre bien portada, educándose por gracia de la luz de una vela entre interminables murallas sin fin y bajo las opresoras leyes del violento patriarca que con dureza la confinaría a vivir una vida lejos del exterior, claramente aquella decisión había sido tomada luego de que Gaela perdiera a su hermano menor por nacer, una mañana tormentosa en la que fervientemente se le hubo encomendado cuidar del parto de su madre pero, estando ausente jugaba a batallar en los campos de cosechas con un par de sus hermanos, la tragedia fuera a sacudir a su familia esa tarde, negándole el privilegio de la libertad y siendo constantemente reprendida e incluso violentada por sus aptitudes independientes.
Su crianza fue la más insoportable ya que si bien era educada fervientemente en las tradiciones de casa y alta sociedad, nunca pudo desenvolverse como realmente deseaba debido a la sobreprotección exagerada al ser la única mujer joven. Todavía era una niña, pero sabía más de lo que necesitaba y presumía de ello cada vez que podía, después de todo pasar interminables horas encerrada le hacía enloquecer y para no perder la cordura completamente, buscaba paz en los escritos e historias que su madre y otras mujeres mayores de la casa, -sequito.- le proporcionaban, practicaba frecuentemente todo lo que se podía ejecutar en acciones, llegando a superarse en expectativas.
De esa forma los años transcurrieron, a menudo lograba escabullirse por gracia de su astucia, complicidad de sus hermanos, los más pequeños y la bendición de la bellísima mujer quien la había alumbrado en un doloroso parto que duró más de un día; por supuesto su padre estaba enterado de sus frecuentes huidas del cautiverio el cual había decretado y por lo tanto debía obedecer; sin embargo su amor por la última de sus sucesores era tan inexorable e incondicional que simplemente actuaba su ignorancia cada vez que la encontraba con la melena alborotada y llena de escombros.
Tanto en esa época como en las venideras, nada nunca cambió hasta que cumplió los 19 años de edad, aquel fue el detonante de una noticia que nadie nunca podría haber avecinado. Uno de sus hermanos, Kirios y ella eran el resultado infame de la infidelidad que su madre había cometido en contra de su padre, siendo aquel hombre tan amoroso y entregado a su familia que luego de enterarse de la traición de su mujer fue a perder por completo la cordura, entregándose a la ferocidad y descomunal fervor hacia la venganza que tanto acostumbraba despertar en cada una de sus sanguinarias batallas.
Aquel día, el de su último cumpleaños es un día remarcado en las remembranzas de Gaela ya que si bien no recuerda demasiado de lo que sucedió, puede asegurar que nada de eso fue un sueño y que cada cosa de la que vio, oyó y percibió fue la crudeza de una realidad que estaba esperando, tal vez no de la manera en la que se fue a desenlazar pero, sí con el final de un nuevo comienzo que amenazaba con llegar desde siempre.
- Spoiler:
Unas horas antes de que se celebrara su cumpleaños, todos los preparativos estaban hechos, desde el ostentoso banquete hasta los floridos y primorosos ornamentos que decoraban cada espacio de la enorme residencia, la bebida abundaba cual caudal de ríos embravecidos, los postres hechos a mano y con los mejor de las siembras, la carne, la más fina y cara del ganado, todo era sentido de celebración.
Dhalia su madre, tomaba la peineta hecha de caoba tallada y en delicados trazos pasaba los dientes de esta, por la espesa y ondulante melena azabache que se derramaba concupiscente por los desnudos, delgados y pálidos hombros de su hermosa hija, ésta a penas y traía ropas presentables ya que acababa de abandonar la pureza de las aguas para detenerse a tomar el tiempo de arreglarse adecuadamente; no obstante, mientras su madre se distrajo escogiendo algunos tocados para trenzar sus interminables cabellos, los de su hija, advirtió que las flores que había cortado esa misma mañana con razón de colocarlas en Gaela, habían perecido hasta marchitarse. Lo que era una pena ya que las había elegido con mucho esmero, cuidado y cariño, así mismo la mujer decidió salir a por una nueva tanda, todavía era algo temprano y su marido no se daría cuenta al pensar que madre e hija juntas se encargaban de embellecerse, pero eso no sucedió y en su lugar la muchacha de exquisita preciosidad se ofreció.
Se vistió rápidamente, antes de salir se puso una capa encima, ocultando el bellísimo atavió que escondía parte de su desnudez como el de sus ovalados hombros, busto y clavículas, envolviendo su delineada figura en un manto satinado de brocados diamantinos y listones de floridos impresos, todavía tenía el cabello a medio trenzar por lo que buena parte estaba suelto, sus labios habían sido teñidos del color de pequeños frutos rojizos mesclados con el almíbar dulce de la miel, se relamió un poco antes de salir y luego de despedir a su madre con un beso en la frente y está imitando el gesto en el blanquecino torso de sus manos; el escenario que la tarde presentaba le invitaba a perderse entre la luz del atardecer diluyéndose entre tonalidades cobalto, rosa coral y ámbares dorados. Una perfecta y blanquecina capa de nieve cubría los espesos campos y dunas, apresurando a sus aldeanos por la baja temperatura que los obligaba a buscar refugio en sus hogares o en uno que otro establecimiento. La frialdad en el sendero que venía transitando le daba una cordial bienvenida, como lo haría una amiga de toda la vida. La acogía con una muy contradictoria calidez, haciéndola sentir por completo feliz. Había mantenido un paso lento, pausado. Como si se encontrara dando un pequeño paseo en el jardín o algo por el estilo. Se entretenía escuchando sus pisadas sobre la nieve, era un sonido peculiar que siempre le había agradado.
Prontamente se alejó lo suficiente como para no hallar más ni un ganado o pastor, conocía muy bien el camino, hacia donde llevaba y lo que se encontraba allí. Parpadeaba lentamente mientras que, su cerebro reaccionaba con rapidez y por instinto, su mirada recorrió su alrededor en un rápido escaneo el cual iniciaba desde su derecha a la izquierda respectivamente. Incluso había volteado para cerciorarse de que nadie se encontraba detrás de sí misma, aunque era una acción muy paranoica ya que hubiera escuchado sus pisadas sobre la nieve al igual que las propias. Dejaba escapar un ligero suspiro de entre sus labios, causando que el respectivo vaho de su aliento se creara momentáneamente, disipándose luego de algunos segundos; se inclinó justo bajo la copa invernal de un gran pino, extendiendo las manos a los que parecía ser una pequeña cueva en donde la nieve a penas y había entrado, pero donde un animal, como una liebre o ardillas pudiesen haber hecho su hogar.
Profundizó su tacto dentro de aquella hornacina, no pasó ni un segundo antes de que un guiño se proclamará en uno de sus dos parpados, sí que había sentido aquel mordisco con agudiza, paulatinamente, fruncía el ceño con una graciosa expresión mientras que retrocedía paso a paso con la idea de poder darle espacio a aquel quien fuere tan osado, al mismo tiempo se fijó en sus manos, tenía un soberano ramillete de columbines pétalo cárdeno limonado en medio, sencillamente esplendoroso. Pronto dio un salto en cuanto vio asomarse dos largas orejas deslizarse por entre la oscuridad y la claridad de afuera, aquellas rivalizaban con la pureza de la nieve, y para su no sorpresa, se trataba nada más y nada menos que de un par de liebres jóvenes nariz manchada, y ni medio segundo transcurría y junto a ella se percataba que se encontraba un ceremonial desconocido el cual, en ningún momento había visto venir. Se sobresaltaba, naturalmente.
Que precioso rostro era el que tenía. Embelesada, totalmente extasiada con tan solo poder apreciar un ser tan hermoso como lo era aquel hombre… Porque, en apariencias, él era bastante mayor que ella, probablemente tenía la misma edad que el del mayor de sus hermanos, al menos en apariencia. Ahogaba un pequeño suspiro en su propia garganta, conteniendo lo más que podía sus reacciones de forma natural. Detallaba cada rincón de ese perfecto rostro como si se tratara de una majestuosa obra de arte la cual estaba hecha para admirarse de todas las formas posibles. El aroma provenía de él, era su perfume. Y vaya que dulce aroma era el que la envolvía en una dimensión desconocida de la cual no se permitía salir ni siquiera despertar de sus ensoñaciones; tenía que volver pero, – Inesperada nevada, pero muy oportuna ¿No lo crees? –¿Oportuna? ¿Por qué era oportuna? Apenas entreabría sus corintos labios con intención de responder pero, en primer lugar; sus ideas se encontraban aturdidas debido al maravilloso ángel que tenía frente a sus ojos. Pero, ¿lo era?
Desde luego que ella era del tipo de persona fantasiosa y esperanzada, ferviente a cierto credo celestial sobre la existencia de los ángeles pero en realidad ¿Se trataba de uno? O simplemente, se trataba de una hermosa criatura venida de entre la frialdad de las nevadas, únicamente para presentarse ante quienes se encuentren a su merced. En el instante en el reaccionaba para poder responderle al hermoso hombre de fino rostro, penetrantes orbes verde turquesas que parecían querer absorber por completo sus pensamientos y que, a su vez, expresaban historia. Porque solo existen unos pocos que pueden expresar demasiado con tan solo una mirada, y aquella, esos profundos orbes, la hipnotizaban completamente. Envolviéndola con delicadeza en una muy delgada capa de seda la cual, siendo tan suave al contenerla, la atraía como una abeja a la miel. Sin embargo, justo antes de poder emitir palabra alguna, las cosas que sucedían, todo parecía dejar de tener sentido.
En tan solo un parpadeo el hombre se encontraba justo enfrente, sembrando el desconcierto en la más joven. La delicada fémina de finos mechones atezados se veía inmovilizada entre los brazos de quien ahora pasaba de ser su fascinación, a su agresor. El macho acercaba sus labios hacia su propio cuello y, yendo en contra de todo pensamiento que pudiera tener en el momento, sentía perfectamente cómo el filo de un par de agujas muy filosas penetraban su epidermis con la más grande sutileza, obligando con ello a la dulce morena de emitir un quejido el cual, en cuestión de nada, desaparecía, disipando toda molestia en todo su ser para dar lugar a un sinfín de sensaciones de las cuales, solo una, predominaba sobre las demás: Placer. Jadeos y apenas uno que otro quejido eran los que emitía una y otra vez mientras que todo su cuerpo se sumergía en una oleada de placer nunca antes sentida en toda su vida. ¿Cómo podría compararlo? No es como si en toda su vida hubiera tenido la oportunidad de sentir algo similar. Todo su cuerpo se encontraba sobre-estimulado, era como si le hubieran inyectado alguna especie de sustancia que causara la sensación más maravillosa de todo su cuerpo; pero no deseaba dejar de sentirla, quería sentir mucho más, quería dejarse cegar por completo, ceder el control a esa persona que le estaba.. Le estaba… Le estaba robando la vida. Porque, a pesar de sentir esa deliciosa sensación, el cuerpo de la menor comenzaba a perder fuerza poco a poco. De sus rosadas mejillas ahora resaltaba una tonalidad pálida, sin vida y marchita. Comenzaba a irse de este mundo.
Cuando finalmente Gaela regresó a casa, ya era de noche, ni las flores, ni su respiración y mucho menos su corazón habían sobrevivido, todo había sido dejado atrás, allí junto al tronco y la sombra de un par de árboles nevados y cubiertos por hielo. Sentía la insaciable sed que había despertado junto a su nueva naturaleza, la misma que estaba siendo cruelmente tentada con el aroma de la sangre fresca derramándose cercanamente, sí, justo en lo que habría sido su fiesta de cumpleaños, el desastre, la tragedia y la venganza habían cobrado temibles proporciones, incluyendo la de su familia o al menos eso llegó a creer ya que ni el cuerpo de su padre y algunos de sus siete hermanos nunca se halló y en su lugar se velaron únicamente su cuerpo y el de sus abuelos.
De eso han pasado ya muchos siglos. Italia siempre fue su mayor punto de partida y llegada, Roma su hogar y Venecia su amor, porque a pesar de que su deseo siempre fue su libertad, la nostalgia la lleva a ser muchas veces contradictoria.
Actualmente está establecida en París, Francia, la razón es la misma de siempre, alejarse lo suficiente hasta volver a añorar, ausentarse para no olvidar y recordar para odiar, porque el amor que alguna vez sintió por los suyos es tan apasionado como los crudos recuerdos que se mezclan con la traición, las eternas decepciones y la violencia que marca la piel, llevándose consigo una buena parte de uno mismo.
Su hermano de pura sangre también en su mellizo.
Conserva una lechuza alba de mascota.
Gusta en demasía del arte y las antigüedades.
Le fascinan las joyas, más no por su costo, sino por la belleza enigmática que representan.
Posee bajo su protección a un humano, lo ha criado desde niño.
Sólo dos personas en el mundo la llaman "Gala".
Conserva una lechuza alba de mascota.
Gusta en demasía del arte y las antigüedades.
Le fascinan las joyas, más no por su costo, sino por la belleza enigmática que representan.
Posee bajo su protección a un humano, lo ha criado desde niño.
Sólo dos personas en el mundo la llaman "Gala".
Gaela Vouri- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 5
Fecha de inscripción : 17/02/2016
Re: Gaela Vouri
FICHA APROBADA
bienvenido/a a victorian vampires
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¡QUE TE DIVIERTAS!
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Nigel Quartermane- Vampiro/Realeza [Admin]
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Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour