Rowan Cojocaru

La rudeza en sus palabras contrasta con la calidez de su mirada, en ella se conforma una dualidad que pudiera confundir a muchos. De carácter fuerte e indomable, es una mujer dominante, razón por la cual su alfa -Răzvan Văcărescu- la mantiene como beta dentro de la manada.

Obediente con quien debe, podrá estar encolerizada y con sangre en la mirada, pero basta una sola palabra, un solo ademán del líder de la manada para que se trague la bilis y retroceda sin chistar. Leal hasta la médula con los que ella llama familia, capas de entregar su propia vida con tal de mantenerlos a salvo.

Ella no ataca sin motivo, no deja que su juicio se vea nublado por la rabia o la venganza ¿no la disfruta? nunca se dijo eso, pero para ella, tomarse su tiempo, planear, ser paciente y observar como aquella persona se ve arrastrada por medios propios a sus fauces, no tiene precio. El lado salvaje y agresivo que se desborda, se equilibra con la empatía que tiene para con otros, es reservada, callada, observadora y meticulosa, razón por la cual se le ha encomendado la tarea de vigilar a los rebeldes, de poner en regla a quienes intenten si quiera pensar en salirse del riel. Tiene mano firme pero palabras comprensivas, jamás te condonará o consentirá, es por ello que la siguen y que sirve al propósito de Răzvan, es a ella a quien acuden primero para obtener guía, es como una madre exigente que jamás te dirá palabras de apreció pero sabrá palmear tu espalda cuando cumplas un objetivo.

De la misma manera que reparte sanciones, también verá que recibas una recompensa, reparte con la misma vara de justicia lo que quita ante una falta. Es honesta, quizá demasiado, no tiene freno al decir las cosas y eso puede llegar a lastimar, aunque es algo que le viene sin cuidado Si no lo soportas, no lo mereces.

Sur de Rumania, en aquel condado llamado el no germánico cuna de revoluciones y estrategias militares basadas en ataques sorpresa. Podrán decir que los bulgaros y valcos no son de fiar, quizás tengan razón.

Hija única de una pareja que no tenía nada, mas que el amor que se profesaban. Anca, hija de un general, estratega militar que lidereo parte de la atracada contra los turcos en un afán por conservar intacto el territorio búlgaro; Velkan, un hijo de nadie que se enamoró de los ojos de la hija del general
y que logró lo que ninguno, conquistar su corazón.

Quizás la relación llegó a ser tachada por todo aquel que conocía de ella, hubo mas de uno que le reprocho al general por ser tan permisivo, cosa a lo que el solo respondía con esa sonrisa tan serena que ocultaba la furia que crecía en él. Años mas tarde Velkan tuvo el valor de preguntarle a su suegro el porque lo defendía, el porque jamas se opuso a el amor entre él y su hija —Por que solo tú la haces sonreír sin que su corazón quede vacío, por que solo tú logras comprenderla y protegerla porque es algo que te nace, no por que yo te lo ordene

Rowan creció con todo lo que su padre pudo darle, a pesar de que su abuelo ofreció una vida sin limitantes, tanto Anca como Velkan decidieron que sería la vida que ellos pudieran ofrecerle la que vivirían, sin llegar al punto en que la niña tuviera restricciones innecesarias.

En cuanto a afecto y educación, nada le faltó, creció cerca de las faldas de su madre bajo la vigilancia constante de su abuelo y las incontables historias de su padre; el temperamento de la niña se hizo notar desde temprana edad, honesta hasta la médula, es por eso que los regaños casi siempre fueron innecesarios, con un sentido de justicia y rectitud un poco sorprendentes en un capullo de su edad. Cuando el capullo floreció por fin, la rectitud de la joven no desapareció, al contrario, la ayudo a diferenciar entre lo que era correcto y lo que estaba mal, quizás eso la hizo tener una mente tan cerrada.

Pero el destino le tenía guardado lo mejor, su vida a penas comenzaba y ella lo ignoraba.

Su abuelo había insistido en que cuando cumpliera 19 años, debían comenzar a buscarle alguien que la protegiera, que viera por ella y velara por sus intereses, un prometido; sus padres no estaban del todo convencidos dado que Anca jamás paso por eso, pero el hombre que se los pedía ya estaba grande y lo único que quería era ver su último deseo hecho realidad. Así que llegaron a un acuerdo -mas por exigencia de Rowan- se comprometería si, pero no antes de los 23 años, a lo que su abuelo accedió siempre y cuando dejara presentarla a la sociedad mucho antes. Así fue como la pequeña niña criada fuera de las reglas de la alta sociedad, fue presentada a esta como la heredera de la familia Cojocaru.

Encontrarle un prometido no fue tarea fácil, ya que esa joven tenía mas exigencias de las que de una mujer de noble cuna podía esperarse, ella se iba mas por los anhelos, los ideales, la moral, cosa que es difícil encontrar en un joven. Pero siempre existe un rayo de sol entre las ramas del bosque, y ese era Gavril, un joven con una inteligencia inmensurable, un respeto propio y ajeno digno de admirar, y una personalidad encantadora. El compromiso no se hizo esperar y la boda se dio un año después, seis meses mas tarde, el abuelo de Rowan falleció.

Ella tenía 23 y él 25, quizás eran demasiado grandes como para tomarse con calma la decision de formar una familia -cosa que sus padres siempre les dijeron- pero estaban mas entretenidos en disfrutar el uno del otro como para romper con aquella ilusión. Un año después, les dieron la noticia de que un pequeño estaba en camino.

La felicidad de Rowan era mas grande de lo que se creía merecer, tenía el apoyo de sus padres, un esposo cariñoso y admirable, y ahora, el mas grande de sus tesoros, un hijo. El varón fue llamado Dastan en honor a su abuelo, aquel hombre que siempre velo por ella, incluso desde antes de que ella existiera al defender el amor que su padre profesaba a su madre. Ahora lo tenía todo, salud, una vida fruto del esfuerzo y dedicación de ambos y una familia a la cual proteger y amar.

Tres años transcurrieron antes de que el verdadero destino de Rowan se mostrara. Era tarde ya, la morena se había mostrado inquieta, como si supiera que algo iba a pasar por lo que Gavriel los llevó a un claro cercano a la casa, donde había construido una pequeña terraraza; vieron el atardecer, Gavriel se aferró a ella intentando mantener las piezas en su lugar, sus ojos fijos en su hijo, hasta que decidió cerrarlos por un segundo, solo un segundo e inhalar el aroma tan familiar de su marido, cuando volvió a abrirlos, el niño no estaba.

La desesperación se apoderó de su cordura, Gavriel tampoco entendía como había desaparecido, no había arboles cercanos en donde el niño pudiera esconderse, le habría tomado bastante alejarse de ellos y desaparecer en el bosque. Lo llamaron a gritos, Rowan se desgarró la garganta y el alma, se adentró corriendo al bosque con Gavriel de cerca, fue él quien le impidió verlo, fue él quien la jalo para que no se desbordara la locura.

Todo eso sucedió tan rápido, mientras su esposo se aferraba a ella obligándola a darle la espalda al pequeño cuerpo inerte de su hijo, aquella sombra aterradora se irguió frente a sus ojos, la garra de aquella bestia desgarró la carne de la espalda de Gavriel, el grito de dolor y desesperación se quedó atascado en su garganta, una segunda bestia apareció, ella estaba tirada entre la hojarasca y la tierra húmeda, y los ojos brillantes y color miel de aquel apabullante animal se posaron sobre ella, el vaho que salía del hocico le dio de lleno en la cara, la bestia la olfateo y decidió cambiar de objetivo, arremetió contra aquel que atacó a su marido, fue testigo de la lucha de poderes entre dos animales que no sabía que existieran. Todo su mundo se desplomó, se desvaneció ante sus ojos, solo recuerda fragmentos, el pequeño cuerpo entre sus manos, las manos manchadas de sangre un susurro de un Te amo y después, silencio.

El porque ella sobrevivió, no podía entenderlo, enterró al amor de su vida y al motivo de su existir, le lloró a su esposo y a su hijo hasta que las lagrimas se secaron por completo de su cuerpo. Ahora no tenía motivo ni razón para continuar ¿o si?.

Pero no se encerró en si misma, se aisló de los demás, pero solo para poder cumplir con un objetivo... encontrar a aquella bestia que le arrebató la vida de lo que mas amaba en el mundo. Pasó noches en vela, frecuentó lugares a los que jamás creyó entrar, hasta que una palabra le dio sentido a todo lo que vio esa noche hacía dos años licántropos. Ahora que lo sabía ¿que haría? ¿darles caza? no era tan fuerte y agotaría los recursos que heredó de su abuelo, y cuando lo enfrentara ¿como saber que era ese quien le quitó lo mas preciado?

Ahora que sabía lo que fue culpable de su desgracia estaba ¿tranquila? ¿satisfecha? ¿perdida?, si, esa era la palabra, no había mas que hacer. Fue al claro, a la terraza aquel que le recordaba a su marido, una noche similar a aquella, un escalofrío recorrió todo su cuerpo. El animal se irguió a sus espaldas, ella ya lo esperaba, se giró, aquella mirada era la misma de aquel que le perdonó la vida ¿que quedaba ahora? cerró los ojos y se entregó.

Despertó como una nueva mujer, después de soportar el dolor de la transformación, agradeció a aquel hombre que le dio una nueva vida, que cuidó de sus heridas y que le brindó un nuevo sentido a su existencia. Ahora tenía un nuevo propósito, una nueva familia gracias a Răzvan, su nuevo padre

❋Aún lleva el dije que Gavril le regaló en la noche de bodas
❋No culpa a su alfa por la muerte de Gavril
❋Respeta y protege a Inna, la pareja de su alfa.
❋Es fiel, quizá demasiado, a su progenitor Răzvan, aunque la lealtad y admiración no la vuelven ciega y sabe cuando toma una decisión que perjudicará a toda la manada y no sin temor, se lo hace saber, ejemplo de ello fue el aceptar trabajar con vampiros.
❋Quizás a la única persona a la que le tenga miedo, es a Răzvan.
❋Cuando llegaron con los Szèkely, fue ella quien se ofreció para entrenar a Ilona.
❋Desde entonces, Ilona se ha convertido en su mejor y única amiga, en su confidente, en su igual.
❋Su abdomen -hacia el costado- y su muslo derecho, tienen la cicatriz de su transformación, la mordida que Răzvan dejó al atacarla -en su costado- y la presión de las garras, es algo que porta con orgullo.
❋Como recuerdo y en honor a su abuelo, lleva su apellido Cojocaru en lugar de Dalca que es el de su padre