Trevor Wooler

Historia

La joven, que no revelaba más de 15 primaveras, apuraba el paso, luchando contra las capas de tela de su vestido y las espigas de trigo que se interponían entre ella y su objetivo. A lo lejos divisaba las dos figuras que pretendía alcanzar, dos enormes bestias de formidables colmillos y atemorizantes garras que se siseaban y atacaban mutuamente. Era un duelo del cual solo uno saldría victorioso, llevándose su propia vida como el trofeo obtenido. Ella tenía claro quién quería que venciera, pero las posibilidades de que su deseo se viese cumplido disminuían con cada nuevo zarpazo del poderoso contendiente. En el mismo instante en el que alcanzaba el claro en donde se desarrollaba el enfrentamiento uno de los enormes felinos cerró la poderosa mandíbula sobre el cuello de su adversario, desgarrando piel y carne y concluyendo para siempre la querella. En medio de un grito lastimero la joven transformó su propio cuerpo y arremetió contra el vencedor. No tenía oportunidad alguna, sin embargo su corazón reclamaba por una venganza que difícilmente alcanzaría.

Al término del día la joven cambiaformas, Maire, tenía heridas en su corazón y cuerpo. El amor de su vida había muerto en manos de hombre impuesto por su padre como su prometido y futuro esposo, Trevor Wooler. El mismo hombre que días después rompiera el compromiso debido a las feas cicatrices que tendría Maire por el esto de su vida… cicatrices causadas por sus propias garras.
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– ¿Qué piensas de vivir un tiempo en Paris? – Arlan lanzó la pregunta tan pronto divisó a su hijo en el umbral de entrada del salón - ¿Paris? ¿Por qué habría de interesarme Paris? – el tono displicente no ofendió a Arlan, conocía lo suficiente el temperamento de sus cachorros como para permitir que aquello le alterara – Porque allá es donde se encuentran los Blackraven – Trevor giró los ojos. Sabía que tarde o temprano el patriarca abordaría una vez más la cuestión de la unión marital, sin embargo había albergado la esperanza de que le diera tregua al menos por un par de años antes de hostigarlo de nuevo con el tema. Solo habían pasado un par de meses desde la muerte de Sean y la posterior anulación del compromiso con Maire y el ambiente entre las dos manadas era más tenso que nunca. Arlan y Lyam, el hermano mayor de Trevor, habían tratado de convencerlo de contraer nupcias con Maire, pero él se había negado categóricamente. No compartiría su vida con una criatura arruinada y poco le importaba que fuese él el causante de las líneas irregulares que ahora marcaban el rostro y cuello de la muchacha.

– Al parecer están en busca de un prometido para una de las hembras. Ya envíe la carta anunciando tu llegada, partes en dos días – La furia subió por la garganta de Trevor pero su padre reaccionó primero – No te lo pido Trevor, te lo ordeno. Iras a Paris, desposaras a la Blackraven y engendraras tu propia estirpe – el brillo en los ojos de Arlan anunciaba el peligro que representaba el negarse al ultimátum y Trevor era consciente de lo mucho que dependía aún de su progenitor. Sin mediar palabra Nuala, su madre, le tomó por el brazo y le guió fuera del salón mientras le cuchicheaba la necesidad de complacer al patriarca.

Los Wooler eran una familia de cambiantes felinos que, como otros de su misma raza, buscaban emparentarse solo con sus iguales. En todo el árbol familiar de Trevor se podían contar con los dedos de una sola mano las ramas descarriadas que había decidido perder el rumbo. Los que no murieron a manos de sus parientes se alejaron en un permanente exilio autoimpuesto, perdían la herencia que les pertenecía por derecho y eran marcados como indeseables por su propia sangre. Muchas décadas habían transcurrido de uniones impolutas pero fue el hermano mayor de Arlan quien rompió la racha. Keegan decidió huir con una cambiaformas no felina (Trevor ignoraba que alter ego animal poseía la fémina) con quién tuvo una hija. No perecieron gracias a su rápida huida pero la impura unión aún escocía en el orgullo de toda la familia. El mismo Trevor formaba parte de la comitiva de búsqueda cuando 20 años atrás casi les atrapan. Apenas pudo vislumbrar la silueta de la niña de 12 años descendiente de la pareja antes de que se desatara el caos que al final les dio la ventaja a los fugitivos.

Así Arlan se convirtió en el heredero de la fortuna de los Wooler y sus hijos, a su vez, serían los encargados de velar por que el linaje prevaleciera. Lyam contaba ya con tres descendientes, eso debería bastar, pero las múltiples disputas y la violencia con la que eran éstas abordadas no permitían asegurar que tres vástagos fueran suficientes para garantizar la sobrevivencia de la estirpe. Era imperativo que Trevor contrajera matrimonio, tanto como lo era que se alejara de su natal Irlanda y de la manada a la que pertenecía su airada y ultrajada ex prometida. En cualquier momento los hermanos de la joven tigresa podrían querer ajustar cuentas y de nada le valdría a Trevor su fuerza y violencia contra un frente numeroso de enemigos.

Finalmente, y con la apatía propia de su carácter, Trevor abordó el navío que le llevaría hasta su nueva vida, confiando en que la unión con la hembra elegida fuese suficiente para sosegar a su padre. Pensaba en su destino con calma mientras el oleaje balanceaba a su antojo la estructura del barco y no demoró en encontrar las ventajas a su futura situación. Sería poseedor de una mujer que tendría que satisfacer todas sus necesidades, aseguraría su posición y a los recursos de su propio apellido se sumarían los de la manada de ella. Además, la idea de contar con una esclava personal fue haciéndose cada vez más dulce en su mente hasta el punto de anhelar que el barco llegase finalmente a puerto.

Habilidades/Poderes

Descripción psicológica

Descripción Física