Cerise Fyrëll ID

Cerise es una mujer independiente, individualista y enemiga de cualquier obligación, a menudo se muestra indisciplinada, corre riesgos, sin pensar demasiado en las consecuencias de sus actos. Lo desconocido es muy atractivo… A menudo orgullosa y altanera, Cerise a veces es desconcertante. A Cerise le atraen muchísimo todos los tipos de placeres. Su avidez y su sensualidad, junto con su impulsividad, a veces la llevan más lejos de lo que querría… Le gustan los contactos y las negociaciones, y su adaptabilidad le hace más fácil la tarea. De un gran nerviosismo aunque en algunos casos consigue controlarse con ligero tónico, es impaciente, y lo compensa mediante una importante movilidad, que hace que parta lejos, a descubrir nuevos horizontes.

Cuando está motivada, es capaz de movilizarse con todo su furor y su energía y puede manifestar una potencia de trabajo impresionante, pero irregular. Dominante, autoritaria y persuasiva, también tiene cierto sentido práctico y capacidad para organizar y administrar. No le gustará ejecutar órdenes, ¡sino impartirlas! Es un pequeño demonio, bastante masculina en la personalidad pero feminismo en apariencia, con agallas y que convendría domar antes de que ocurra lo irremediable. Utiliza su encanto, que todavía no maneja aunque siempre sabe usar la inocencia como parte de su encanto, sin imaginar siquiera lo que puede ocasionar. El deporte, la danza y las actividades grupales le convienen perfectamente. Tiene mucha necesidad de acción.

Brillar, ser el centro del mundo, estar al origen de las cosas, libre de actuar como quiera, son alegrías e imperativos para esta persona individualista, orgullosa, a veces egoísta. En amor, es una conquistadora y ella elige y dirige. Conoce bastante de flechazos y de arrebatos pasionales. Es una tigresa violenta y celosa, y no tiene una fidelidad a toda prueba… ¡Pero es tan encantadora cuando ronronea! Le bastará con encontrar un compañero que la idolatre, que le haga sentir que ella es lo único que gira alrededor de él o ella, que le bese los pies cuando ella lancé una mirada de desagrado, que le haga sentir la reina de todas las reinas.

“這是比較容易彎曲身體的意願。”
"Es más fácil doblar el cuerpo que la voluntad."

Liu Fang , que para entonces se llamaba así, fue concebida en una noche de lluvia y tormenta en uno de los hogares de los bajos fondos de Taiwán. Los gritos desgarradores adornaban la habitación mientras que el hermano –ahora mayor- esperaba ansioso junto a su padre. Liu fue acogida en la familia mientras que su hermano mayor sentía cierto recelo hacia la pequeña. Con los años venideros, Liu Fang, a la edad de cinco años descubrió que tenía ciertos poderes mágicos, cosa que el mayor tampoco tenía. En lugar de tener la compañía de su hermano, tenía soledad, pero habiendo aprendido a dominar sus poderes con solo seis años, se hacía con las hojas y ramas del jardín un acompañante de materiales de la naturaleza. Hubo momentos en los que temía dormir por si su hermano la separaba de su hogar. No. Nada de eso pasó.

Siguió creciendo.

Su personalidad dulce y tranquila, fue adquiriendo toques picantes y zalameros para con los jóvenes del pequeño pueblo de Taiwán. Ella vendía sus dones para la beneficencia del pequeño pueblo, con tal solo diez años más, atrajo la atención de un empresario francés del cual se quedó prendado de la belleza de Liu Fang. Esta, embriagada por el apuesto empresario se enamoró rápidamente y en menos de un año contrajeron matrimonio al modo tradicional de Taiwán y adquiriendo un nuevo nombre, Cerise Fyrëll, ambos se encaminaron hacia el lugar de residencia de su nuevo esposo, Paris. Los padres de Liu Fang, ahora Cerise, la iban a extrañar, pero cuando su hermano la abrazó eso hizo que rompiera en llanto. El apoyo de su hermano del cual nunca disfrutó lo tuvo antes de irse de su hogar.


Parece hermoso como un buen cuento de hadas acaba, pero….no todo acabó bien para la pareja….

Cuando ambos llegaron a París, lo que parecía una buena actuación de parte de su esposo había llegado a un final del cual ella no se esperaba. Ella, pensando en una vida perfecta después de haber estado entre tierra y barro no parecía que fuese a ser perfecta de verdad. Cuando llegaba el momento de consumar su matrimonio –el cual habían mantenido aparte por las costumbres de Liu- ella lo rechazaba. No se sentía preparada hasta una noche que él la tomo a la fuerza, provocando un gran despertar de sus poderes de bruja, pero que por la pura tristeza que en ese momento sentía, no supo sacarlos al exterior.

¿Asi era la vida de casada?

Noche tras noche, su esposo la obligaba a ponerse contra la pared, doblándola contra su voluntad hasta que se vaciaba en su interior y siempre con la frase “Espero que me des un hijo” No había lugar para el romanticismo. Se escapó de Paris una vez, pero al ser su esposo un inquisidor, la encontró en un abrir y cerrar de ojos. Esa vez entonces por poco pierde la vida de la paliza que le dio.

Finalmente, la última noche que su esposo viviría para contar las estrellas fue cuando su esposo acabo descubriendo la furia y la fuerza que Liu escondía en su interior, descubrió el secreto del que su hermano le advirtió que su hermana tenía en su interior. Cerise esperaba al inquisidor vestida con ropa muy provocativa. La mirada de Cerise no era asustada, se había ocultado los golpes y los había transformado en la fuerza y el valor que tendría que demostrar esa noche si quería que su esposo dejara de pegarla. De los suelos de la madre naturaleza, Liu sacó las temibles garras del inframundo, con su gran experimentado don de titiritera agarro cada extremidad de su esposo y en el trance aun en el que estaba, lo separó brutalmente de sus extremidades, incluida la cabeza. Sangre y huesos siendo esparcidos por la habitación, el grito antes del crujir el alma en pedazos, todo era un buen impulso de adrenalina para Liu.

Cuando todo había acabado, se despertó en el suelo, cubierta de sangre y de los restos de su esposo que abarcaban toda la sala. El grito desgarrador despertó a los sirvientes que aun dormían en sus camas. De repente, no sabía que había pasado. Aceleradamente su corazón palpitaba, rápidamente fue sacada de aquella habitación por la ama de llaves con una bata mucho más gorda y el dolor de las puntas de sus dedos escocían. ¿Qué había ocurrido? No lo recordaba. Bien que se había tomado una poción de vitamínico para poder darle el último toque a su esposo con su magia pero ella ahora mismo no sabía que era lo que había pasado….O al menos actuaba ante la plebe, una buenísima actuación ante inquisidores que después de la policía preguntaron qué era lo que había ocurrido y ella mentía para salirse con la suya. Al final, el extraño caso fue dado por asesinato por alguna bestia descomunal, librándose ella de tal embrollo.


Desde entonces, cada vez que la viuda negra tiene hambre, esta da caza a caballeros que han recibido una importante herencia y después mueren de manera sospechosa quedándose ella con la recompensa de una asquerosa cantidad de dinero, pero siempre acaba queriendo  más cuando está a punto de acabarse la recompensa. De momento, regresa a París desde el día en que….su esposo murió por una bestia descomunal. Han pasado varios años desde aquella brutal noche y ahora está…..Sedienta de compañía…