Dawnfall [Borishka]

por **Judith Velázquez** Jue Oct 13, 2016 5:08 pm

Qué bonito día hacía para desperdiciarlo. Un trabajo que adquirió, cerca del mercado, consistía en mantener organizada la fruta sobre las cestas que mostraba esa mañana el mercado principal. Aileen lo hacía bien, quien la vigilaba parecía agradecerle su ayuda, una mujer de avanzada edad que ahora estaba en una silla y con su bastón a su lado, pero la tarde se estaba yendo a tal velocidad que si cerraba los ojos y respiraba profundamente, posiblemente la noche llegaría a sus puertas sin que ella se diera cuenta.

Aileen era una muchacha que había pasado por mucho y necesitaba un comienzo nuevo, necesitaba nuevas amistades que pudieran brindarla algo nuevo, diferente, probablemente algo peligroso a su vida, como lo siguiente que vio frente al mercado.

El crepúsculo llegó sin que se diera cuenta, ya lo sabía y ya era momento de recoger. Aileen se disponía a poner mantas sobre las fuentes de fruta para protegerlas de la suciedad y del frio que se levantaba por la noche, la gente pasaba por su lado y de vez en cuando, le daban algunas monedas para que pudiera comprarse de comer. Ella agradecida, se lo pagaba con una afable sonrisa, pero para terminar finalmente, Aileen al dirigirse hacia un puesto de pan caliente para comer la anciana y ella, un grupo de gente que llega corriendo hacia la zona del mercado que choca contra Aileen, está quejándose levemente del dolor se levanta y para su suerte, el dinero aun lo tiene en mano.

Compra el pan, con paso lento regresa hacia el lado de la anciana que la mira con una sonrisa mientras se sienta en una de las sillas detrás del pequeño puesto y de nuevo mira hacia el grupo que comenzaba a pelearse entre sí. Algunos utilizaban los puños, otros sin embargo preferían darse golpes con mazas y algún que otra barra de metal. Aileen pensaba que la locura se había desatado de repente, ahora se estaban comiendo entre ambos.

¿Pero qué locura era esta?

Y como de la nada, una mujer cae de lo alto del edificio. ¿No se habrá hecho daño?

No, separa al grupo de una sola vez, no necesita ayuda y con increíble fuerza golpea al resto del grupo, pero ¿Qué poder tan fuerte tiene? Aileen se queda prendada y sorprendida de la mujer que ve luchar con valentía, era increíble, pero no se da cuenta de que uno del grupo va acercándose hacia ella misma, poco a poco, silenciosamente y para cuando se da cuenta, puede que sea demasiado tarde.

por **Børiska K. Hercžog** Vie Ene 06, 2017 10:39 pm

El viento de las calles amenazaba con enfriar a todo ser humano viviente en la tierra pero de todos esos grupos había uno que no sentía el más mínimo contacto gélido, incluso se paseaban con ligeras prendas en tonos negros lo que caminando por la ciudad a la vista de todos, sin importarle que los vean; pero eh ahí el detalle, nadie los miraba ellos pasaban como si no estuvieran ahí ¿cómo? Sus habilidades hacían en los mortales y no tan mortales que ellos no estaban cruzando que era una enorme ráfaga de viento que iba creciendo a medida que avanzaba por las empedradas calles.

El repique de las campanas anunciaba la hora pérdida, llevaba ese grupo horas merodeando la ciudad con ojos muy atentos y sus sentidos alerta, ¿qué hacían? Buscaban a una mujer, una que llevaba el brazo lastimado por lo que deseaban encontrarla a toda costa. La catedral fue la primera en ser revisada pero nada, solo encontraron un párroco dando la misa final y unos que otros fieles tomando la eucaristía, uno que otro de esos presentes los alcanzó a ver y no les despegaba la vista, al parecer un semejante creyente. Se burlaron de él saliendo de ahí con las manos vacías; mientras, por los callejones dando tumbos iba la silueta de una mujer que oculta entre las sombras buscaba refugio alguno.

Un grito y un cuerpo sin vida cayendo al suelo es lo que alarmó a los cazadores que iban tras de ella, con pasos agiles y por los techos iban tras la pista dejada pero no había nada en los callejones más que solo cuerpos cayendo en cenizas, la mujer que seguían estaba por los techos disparando balas de plata directo a los corazones de sus captores, solo le quedan cinco por acabar. Corriendo por las tejas de la ciudad iban dando saltos disparándose como si fuera una cacería, pero esta se desarrollaba en plena urbe aunque nadie oía ni veía solo los semejantes. Sabía la mujer que podían herir a alguien y entre su saltos decidió doblar una de las esquinas lanzándose al vació a uno de los comercios de la zona, ya estaba cerca de su objetivo, cerca al a zona comercial estaba el Sena y con ello su oportunidad de escapar por unas hora tanto de sus captores como de quienes tratan de darle caza por ser lo que es.

Pero antes de poder hacerlo uno de ellos se lanza contra ella cayendo directo a la zona de negocios es ahí donde la verdadera pelea se lleva a cabo, golpes, balas perdidas, cuerpos desplomándose al ser devorados por los enemigos de la noche que por el hambre y su naturaleza buscan entre los cazadores sus próximas víctimas. La mujer se levanta limpiado los restos de polvo con sus armas alzadas apuntando a la cabeza de sus semejantes disparando contra ellos hasta que se hace cenizas, los cazadores quedan absortos en la movilidad de la mujer y en su ayuda.

El grupo de va reduciendo y antes de darse cuenta uno de esos seres va tras una joven mortal, en un segundo el arma de la mujer se introdujo en la boca de aquel ser disparándole, más esa hazaña la ha lastimado, el hombre que le ha atacado a la mortal a sabiendas de la reacción de la vampira ha incrustado un cuchillo de plata en su vientre debilitándola lo suficiente como para apoyarse contra la pared observando cómo se desarrolla una batalla enfrente de sus ojos, por su culpa; mira a la mujer sonriéndole cono un poco de dolor

—Toma tus cosas y vete a casa, no es hora de que las niñas salgan es peligrosos—

Susurra adolorida y eso llama a uno de sus enemigos que le apunta pero falla, aunque no del todo porque la herida le ha dejado en el brazo. Toma a la mujer de la mano corriendo lo más lento posible entre los callejones de la ciudad buscando un momento de descanso; ahora su único escape era el llegar al Sena y desaparecer, ahora tenía que buscar otra forma.

por **Judith Velázquez** Vie Ene 13, 2017 8:09 pm

Sin saber cómo o cuando, se vio envuelta en una persecución cuando la mujer de los cielos nocturnos me había agarrado de la mano sin darme opción a huir, pero la seguí, seguí su camino bien ligero de mis pies. Escuche a la mujer. Estaba herida, me sentía con la necesidad de ayudarla pero enseguida vi de su boca aquello que sobresalía y me asusto. Unos colmillos. Si, vi unos antes y no es que fueran de alguien muy agradable o amigable.

Pero eso era otra historia para dormir. Me centré en la mujer y rasgue un trozo de mi falda oscura y lo puse en la herida, presionando con fuerza a no ser que sirviera de algo. Aileen veía a la mujer bastante herida.

– Ven, tengo mi residencia cerca. No es gran cosa pero me ayuda para cuidarme del frio –

Intento ayudar a la mujer con heridas hasta que pudo sostenerla alrededor de sus hombros de un brazo. Caminaron, Aileen con más esfuerzo que nadie hasta la residencia de la que metió con cuidado a la desconocida mujer de los cielos. Sabía poco de “ellos” pero si sabía que la luz solar era muy, pero que muy mortífera para los de la especie de la mujer si estaba en lo cierto.

La dejo sobre la cama y cerro enseguida la puerta. Acostumbraba a cerrar la puerta y a poner muebles contra ella. Hizo aquello y cerro ventanas y cualquier hueco por le que pudiera entrar la luz cuando el sol saliera – Espero que estés bien a la noche siguiente – Dijo esperanzada, dando a entender a la desconocida que se dio cuenta de lo que era ella – Te daré….un poco de licor…bueno ya sabes…y no te conozco pero no puedes andar y estás perdiendo mucha sangre –Se dio prisa. Cogió un cuchillo de la cocina y lo uso en el baño para cortarse y echar un poco de sangre sobre un cuenco de mármol que encontró entre la basura (Que obviamente limpio antes).

Cuando termino, se vendo rápidamente el brazo y se acercó a la desconocida con el cuenco de sangre – Luego te cuento porque no me sorprendo de lo que eres mujer –Dijo segura de lo que estaba haciendo en ese instante. Era pobre y no tenía mucho, pero no tenía miedo. Después de las atrocidades que ha pasado hasta este momento, cree que es mejor olvidarse del miedo, ya que es lo único que te hace fracasar como persona.

por **Børiska K. Hercžog** Lun Feb 06, 2017 6:02 pm

Pensar en su próximo paso para conseguir el tiempo requerido que facilite su escape que la conduzca hasta las catacumbas y así hasta la comodidad de su hogar, un refugio bien alejado de la ciudad casi a los límites, el sitio perfecto para vivir alejado de la mirada y rumores de los humanos curiosos o de sus enemigos. Estaba cansada por la herida ocasionada, su consumo de sangre se había limitado en dos días, las pocas energías las utilizó en aquel enfrentamiento y rescate de una muchacha que a esa altura el parecía deliciosa como latía su corazón, como las venas resaltaban el oxígeno que inhalaba y exhalaba, el pecho que no paraba de subir y bajar palpitando.

Tenía que sacar las ideas erróneas de su cabeza o terminaría cometiendo el acto más barbárico de todos, en su cordura y auto control no pudo sellar sus colmillos que se mostraron ante la inocente humana; el viento era él único que gritaba, esa fría ventica que agitaba los negros cabellos de la vampira como los ropajes finos de la humana. De pie buscó el continuar su camino hasta el río más cercano, ni un paso dio cuando la muchacha la detuvo invitándola a su hogar.

Preguntas aparecieron pero se quedaron en un intento fugaz, solo enarcó su ceja conteniendo con sus manos la herida ocasionada que le costaba ponerse de pie y por lo que la ayuda humana fue más que recibida para continuar con el camino hasta la morada humilde de aquella joven, guiada por otra especie, a quien se consideraría su alimento, sonrió por ello dejando el silencio imperar entre las dos por seguridad, de ella y de la humana. La mujer aqueja un agudo dolor por la herida en su vientre, siente que cicatriza muy lento a sabiendas que algo más le han incrustado, veneno, plata o quizás sangre humana.

El silencio la seguía aun con las declaraciones de la muchacha sobre su condición, los ojos de la mujer se posaron sobre aquel cuenco con sangre del que dudaba beber pero el dolor, el hambre, el cansancio y su herida se lo estaba pidiendo aun contra su voluntad la mujer tomó el cuento percibiendo el dulce aroma de la sangre humana. Un solo bocado bastó, sus pupilas se dilataron completamente con el deseo arrasados de beber más que un bocado; arrojó el cuenco que se estrelló con la pared rompiéndose en pedazos por la fuerza empleada. La mujer se levantó acorralándola a la humana contra la pequeña y sucia mesa, el aroma de sangre de ella era lo que le atraía. Tomó la muñeca entre sus manos rasgando el vendaje improvisado acercando la herida a sus labios que mostraban esos colmillos.

La sangre fue tomada directa con la lengua que lamía la piel de la joven, la mujer clavó los ojos en los de la joven sin dejar de lamer la piel herida tomando la sangre y entonces el silencio se rompió y la voz oscura y profunda salió de su garganta —¿Cómo sabes lo que soy y lo que necesito?— soltó la muñeca frágil con la herida semi abierta dejando su cuerpo pegarse al de la humana hasta que este término casi sobre la mesa —Me asombra que los humanos sepan de nosotros, cuando se tiene prohibido interactuar con ellos más que solo como alimento— el rostro de la joven era del quien miraba con miedo a un monstruo, alejó un poco su cuerpo pero su mano se mantuvo sobre el vientre de ella —No tomaré de ti, aunque necesite una gran cantidad de sangre para recuperar mi estado completamente, no salgas quédate aquí hasta el amanecer, tengo que irme ya—

Decidida a abandonar a la joven estaba la mujer ella sabía que estando ahí su aroma atraería a sus cazadores y por ende terminaría nuevamente la muchacha en medio de una guerra que no le pertenecía, el dolor y que su herida no esté completamente curada era lo que la detenía a un nivel casi lastimero y fácil de atrapar.

por **Judith Velázquez** Lun Mar 13, 2017 6:38 pm

Instintivamente su cuerpo se movió hacia la mesa pero acabó siendo acorralada contra la pared. Estuvo escuchando las preguntas pero estando asustada detenía su habla pero tenía que reaccionar rápidamente, se quedó en el sitio, sentía la mano en su barriga pero para cuando miro fijamente a la mujer, Aileen la acerco para lamer con su lengua los restos de sangre de la boca de la mujer, pero luego se separó un poco para susurrarle...

– Os conozco lo suficiente para saber que os odio con toda mi alma… -dijo primero – que con uno de vosotros basta para haber quitado la vida de mi esposo…me da igual si fue un brujo o un licántropo, sois todos iguales – Acabo por separarse en lágrimas de la mujer, se las seco y rápidamente volvió a acostar a la mujer desconocida sobre el colchón ahora ensangrentado por la sangre ajena – Tienes que curarte esa herida o sangrarás más de la cuenta, entoncés si que no podrás defenderme si te encuentran aqui – suspiro – No te odio –se arrodilló – Es solo tu raza – Dijo sin mirarla a la vez que desvestía la mujer con o sin su permiso, esa bala o lo que tuviera la mujer dentro de su cuerpo tenía que quitárselo como fuera - …. –gimoteo en silencio por sus lágrimas y la tristeza al recordar como aquel brujo mato a su esposo, pero ¿Qué diferencia había entre vampiros, lobos y brujos?

Todos eran unas bestias igual de sanguinarias que no se detienen nada en cuanto estos tienen un poco de poder delante de ellos.

Volvió al baño en donde en el armarito pequeño del lavabo había un pequeño botiquín. Volvió al lado de la mujer desconocida y colocándose a horcajadas para que esta no pudiera moverse y su peso corporal fuera mas pesado, Aileen aprovecho para ir sacando con unas pinzas de madera lo que parecía una bala de plata – Vaya….-puso la bala en el interior de un pequeño recipiente circular dentro del botiquín y cosió torpemente la herida.

- Por cierto, me llamo Aileen.

por **Børiska K. Hercžog** Jue Abr 06, 2017 5:08 pm

Abruptamente su mano se para para detener la acción de cosido de aquella humana, miró a los ojos de la muchacha negando con lentitud con la cabeza tirándola hacia atrás contra aquel lugar para descansar; no soltó la mano delicada de la joven pero sin sostenerla con demasiada fuerza, al final su fuerza era muy poca, tanto nula como para haber sido tumbada por una simple mortal y forzada a dejarse atender, pero aun quedaba su consciencia de “monstruo”.

Soltó aquella mano sentándose con su herida que comenzaba a cerrarse de manera lenta, casi agónica y dolorosa para ella —No tienes que hacer más, cerrara solo, con que hallas quitado la bala era todo— su mirada se apagaba, la falta de aquel vitae la estaba poniendo en una peligrosa situación. Sin más, se levantó de aquel lugar colocándose sus ropas de nuevo tratando de mantenerse en pie, solo tenía una cosa más que hacer, alejarla de ahí ya que ella no podría huir con la muchacha en brazos si ellos llegaban, y estaban a punto de hacerlo sus sentidos le anunciaban de nuevo una batalla. De espalda a la mujer tuvo una idea, terminó de ponerse sus armas encima con las pocas balas y giró su cabeza sobre su hombro sonriéndole a la mujer —¿Odias a mi raza? Entonces también me odias, y como tal te pediré un favor que quizás no lo hagas por odiarme— soltó una risa ante su comentario sarcástico —Ve al pueblo, en el burdel de madame Peek, hay una muchacha de cabellos negros, una joven cuyo nombre es Athenea, dile lo siguiente— buscó entre sus cosas tomando una bala de plata con una cruz tallada en la munición —“Ella te necesita” dile eso y entrégale la bala, ella sabrá que hacer, ella te ocultará unos días y luego podrás volver aquí, es lo menos que puedo hacer por el pago de tu odio a los míos, a estos monstruos que somos, aunque más monstruos son los humanos que tanto defiendes, pero, cada quien ve a sus monstruos como desea— el dolor venía atacándola nuevamente, su fuerza mermaba y tenía pronto que consumir algo de vida o la suya sería tomada.

Un ruido llegó, ellos habían localizado a la mujer; salió de la casa casi a tumba pies riéndose al sacar sus armas en sus manos, la batalla estaba a punto de comenzar y le superaban en número, dos lycanos y cuatro vampiros de los antiguos como ella —Vete ahora o te comerán, es todo lo que haré por ti, vete ya.— Salió de aquel refugio saludando a sus “amigos” que no la recibieron muy alegres —Qué tenemos aquí, pero si es la bella Kofska, la hermosa Kofska. Espero que te hayas despedido de tu amante porque esta noche moriras, Boriska— uno de los lycanos se abalanza sobre ella que lo esquiva no sin antes llevarse un golpe en su hombro, aparece a la espalda del lycano subiendo hasta con sus manos y esas garras destrozarle el cuello, pero también se ha llevado golpes fuertes a su mal herido cuerpo.

Dos de los vampiros se lanzan sobre ella con armas filosas y son las pistolas de ella lo único que tiene a mano, les dispara pero no seguido, sus balas son pocas y no quiere gastarlas todas en ellos; la batalla se vuelve de mano a mano, su cuerpo no resiste mucho y no tiene otra opción que tomar la vida de uno de ellos frente a los compañeros. Sus colmillos se clavaron en el cuello de uno de los vampiros tomando su sangre hasta el punto de la muerte para romperle el cuello tronando sus huesos, ha recuperado algo de fuerza, pero no será suficiente; ante ese acto los demás horrorizados atacan juntos tratando de desgastar aquella energía. Solo espera que la mujer vaya por aquella otra para poder terminar con todo. Al menos en silencio y secreto podría ella salvarse.

por **Ebony A. Cassia** Mar Abr 11, 2017 8:48 pm

Ebony había observado de lejos toda la batalla entre los vampiros y la fugitiva, pero se dio cuenta de la presencia de una muchacha de cabellos largos que parece tener algo perteneciente de la fugitiva, por lo que aprovecho para esconderse con rapidez y para cuando la joven estaba saliendo corriendo de la casa, Ebony la atrapó por el brazo, la rodeo por la cintura y después la noqueo dejando a la muchacha inconsciente.

Pasada unos minutos la muchacha se recuperó satisfactoriamente y para cuando vio a la vampira estar peleando con más de su especie, Ebony traía arrastrando del cuello a la muchacha que seguía manteniendo algo entre sus brazos. Ebony veía a la muchacha jadear de miedo, intentando zafarse pero continuando y fallando.

-Vaya, vaya, mira lo que tenemos aquí – Dijo con sinceridad – Demostrando que tienes valor para succionar la sangre de tus compañeros y la de esta joven, creo que también lo tendrías para poder enfrentarte a mi maldito cadáver andante – Dijo Ebony hacia la vampira que había estado peleando con el resto de los vampiros. Ebony tenía varios trucos en la manga que posiblemente estarían de más enseñarlos ahora. Esperaría hasta que ninguno pudiera sostenerse en pie y/o seguir luchando en la larga noche que les esperaba a continuación. El primer arte que deben aprender los que aspiran al poder es el de ser capaces de soportar el odio. Todo aquel que aspira al poder ya ha vendido su alma al diablo, los que avarician no tienden a ir por ninguna via sana a excepto de vías entre la cumbre y el odio.

Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.

- ¿Qué pasará cuando el cuerpo de esta muchacha esté igual de muerto como el tuyo? – Observo que la muchacha cuidaba algo con recelo, intento zafárselo, lo consiguió viendo una bala con una marca particular – Vaya….-dijo sonriendo – Creo que esta noche, la buena suerte me sonríe, asquerosa sangre sucia – Dijo con una sonrisa sarcástica de lado a lado, ladeando el rostro, se guardó la bala y cuando tiró al suelo a la muchacha sin mucho cuidado, Ebony guardo lo que obtuvo de la muchacha y saco su propia pistola, apunto a la muchacha que se cubrió con los brazos – dime…-miro a la vampira - ¿Vas a entregarte o simplemente dejarás que muera esta inocente muchacha por tu culpa?

por **Judith Velázquez** Jue Abr 13, 2017 9:13 pm

Aileen pretendía desobedecer en aquella noche a la vampira que al parecer le decía que huyera, le dio una bala para que se la diera a otra persona, pero estaba confusa ¿Adónde quería realmente que fuera ella sola en mitad de todo el caos que estaba pasando en la salita de su apartamento. Que se diera prisa, le decía la vampira, que encontrara a aquella persona rápidamente en lo que quedaba de noche, que sus pies echaran a volar en la prisa que le concernía en ese momento, en esas horas o segundos que estaba contemplando a la vampira combatir con otros vampiros o de su misma especie. La prisa y el necio se topan frecuentemente, era extraño cuando era ella una desconocida para la vampira y en la mayoría de las veces cuando tenía prisa siempre le ocurrían cosas malas.

Aileen pensando en que las cosas cambian a veces, pues no pasó en realidad, al haberse tropezado con un par de escalones, repentinamente se cae y nota que tiran de su cabello, unas manos firmes y enguantadas de las que provienen de una hermosa joven de cabellos rojizos y en la que de reojo y al mismo tiempo que guardaba con recelo su encargo, pudo ver a una hermosa mujer pelirroja y con una tez perfecta. Se preguntó si era un ser como la mujer que había socorrido, pero era muy normal, estaba sangrando de un golpe amoratado y Aileen se pensó que si se habría dado cuenta, entonces vio como la inquisidora se tocaba la frente pero a pesar de ello no la soltó en absoluto.

¿Dónde voy a encontrar la belleza del mundo?

En la gota de lluvia que se detiene en una hoja, en la mariquita que trepa por una brizna de hierba, en las nubes de algodón y el tronco esculpido de los árboles, en el aroma de una flor, o el canto de un ave, en la suavidad del aire que respiras y en la luz que te baña, en la pulpa de un fruto carnoso y en el sonido cristalino del agua, en los ojos de los animales y en los de los hombres, en las arrugas de los ancianos y en la risa de los niños. La belleza está en todas partes y tú no la ves, porque estás ocupado corriendo tras tus ilusiones…..encontrar una belleza que nos haría a todos iguales pero que esta belleza sería peligrosa e inaudita, difícil de poder controlar.

Aileen nota como la inquisidora le quita lo que tendría que haber cuidado con más cuidado, Aileen intenta recuperarlo pero la empuja y cae sobre el suelo frio de la noche, de París, de un momento a otro se encuentra atrapada entre el suelo y la bota llena de barro de la inquisidora y un poco más arriba una pistola de fuego apuntándole a la cabeza, estaba completamente en pánico, no sabía cómo poder reaccionar ¿Qué podría hacer?

por **Børiska K. Hercžog** Sáb Mayo 06, 2017 1:26 am

Con fuerza se escuchó el ultimo huso siendo roto, el cansancio estaba nublando la visión de la vampira que se mantenía de pie con un cadáver en su mano, un cadáver de sus perseguidores y semejantes, el cuerpo de los lobos terminaron igual, con una bala en la cabeza y otro con el cuello completamente volteado, sus garras impregnadas de la sangre ajena, aún tenía un cuerpo joven de un neófito del cual beber, lo cual hizo delante de la mujer que apareció frente a ella retándola al usar a su mensajera para traer a aquella mujer de la vida placentera que siempre le ayudaba en momentos como esos.

Sus fuerzas eran pocas, si ella disparaba estaba segura de retener la bala pero si la alcanzaba a ella seguro terminaría por desplomarse al desfallecer frente a la humana, solo tenía un camino que tomar. Arrojó el cadáver del vampiro al que bebió la sangre, alivió la fatiga y hambre por el momento al acercarse a la inquisidora sonriéndole por la bala que guardaba —Es solo una bala, una bala de plata que uso para matar a vampiros ¿tanto deseas tener algo mío, Ebony?— su mirada se muestra seria, fría y asesina. Esa mirada del monstruo que es —Esa mujer no es nada para mi, Ebony, por mi puedes matarla no significa nada solo te llenarás de sangre de una humana y sabes que, me harías un favor si la matas así ella morirá sabiendo que los monstruos no son los vampiros sino los humanos, alguien como tu Ebony— soltó una sonrisa alzando sus armas contra la inquisidora retirando el gatillo de ambas —Te has vuelto tan débil y patética, tan rastrera como una rata para usar a una humana para enfrentarte a una vampira, para enfrentarte a mi ¡que bajo has caído, mujer!— guardo sus armas en sus fundas riéndose —No pienso pelear con alguien que es muy inferior a mi como para hacer eso, menos entregarme. Lo hare a los otros inquisidores no sé tal vez uno que si esté a la altura como lo era Benvolio, él si era un inquisidor de verdad no el juego que tu pretendes ser— dio la espalda a la mujer arriesgando su seguridad.

Un brillo rojo apareció en los ojos de la vampira al usar su velocidad al empujar con un puño el vientre de la inquisidora. Ese fue el uso de la mayor parte de su energía; el brillo rojo se apagó volviendo a los azules claros al ver a la mujer alejada de la humana —No te será fácil llevarme, Ebony. Además solo fue una noche lo nuestro, una noche deliciosa de placer que compartimos en Italia, no pasará de eso Ebony y lo sabes ¿o lo que buscas es repetir eso gemidos?— susurró mostrando la mayor seriedad en su rostro al acompañar esas palabras frías que haría sonrojar a cualquiera.

por **Ebony A. Cassia** Jue Mayo 11, 2017 7:26 pm

Ebony tan solo queria encontrarse con una victoria, queria dedicarse a ser la mejor inquisidora del momento, del lugar y en cuanto nombro la vampira el nombre de Benvolio, su antiguo mentor, algo en su interior se tambaleo, haciendo perder el equilibrio para poco despues ser alejada de un puñetazo en el estomago del que escupio sangre, del cual se tuvo que quedar en el suelo.

- No es una bala cualquiera, no se la habrias confiado a no ser que fuera un mensaje para alguien a quien posiblemente ni puedas contactar con ella....- Dijo entre tosiendo, entre buscando algo para poder sostenerse y en cuanto consiguio levantarse un poco con ayuda de una farola, Ebony observo a Borishka - Borishka, sabes que te costo despedirte por la cantidad de sangre que me quitaste casi dejándome anémic - Tosio y miro a la humana - Corre, llévatela antes de que pida mas refuerzos o vengan más...y te sea imposible huir, pero ve por el puente del Sena, esta abierto pero ahora lo cubre la niebla, estareis ocultas - dijo intentando coger respiracion desde alguna parte de sus pulmones. Estaba dolorida. Le habia atizado con demasiada fierza. tanta. que su estomago parecia haber cobrado vida propia en un sentido raro de decirlo.

Y en efecto, Ebony tenía razón. Como siempre.

- Estan viniendo refuerzos Borishka, llevatela, ahora esta metida en tu estupido juego de malabares - Ebony acabo sentandose en wl suelo apoyandose contra la farola - Tan solo....un....una última vez.....un último...una última despedida...-sonrio con ternura en dirección hacia Borishka - Déjame sentir tus labios sobre los mios una vez más....- Imploraba casi aquellos roces de nuevo con los de su amante, pero esperando que le concediera su deseo, Ebony se guardaba un As en la manga.

por **Judith Velázquez** Sáb Mayo 13, 2017 8:18 pm

Todo para ella pasaba demasiado rápido y sinceramente no le gustaba ser la segunda opcion de nadie ni si quiera aninicamente hablamdo. Se sentia un objeto usado solo que esta vez no la han usado para el sexo pero si la habian tirado al suelo. Observando la escena desde el suelo de donde intentaba levantarse, Aileen estaba cualificada para lanzarse y abordar a la pelirroja para poder ayudar a la morena, a Borishka pero vio que no hacia falta su ayuda y fue cuando algo incómodo la atravesó su cuerpo, fue cuando todo le parecio demasiado extraño para ella.

Se quedo viendo a las dos chicas que la ignoraban por el momento, la una a la otra, Aileen estaba en el suelo todavia, apoyada sobre sus manos a una altura que estaba sentada pero no tirada en el suelo, para despies ver a la otra intentar levantarse sin exito por lo que solamente se quedo en un rincon, esperando que la cosa pudiera solventarse entre las indicadas a muerte esa noche, se quedaria en silencio para poder observar su mala suerte o simplemente que ningún acto de benevolencia hace que nada demuestre que hay esperanza para alguien como ella y que pudiera salir de esa situacion.

Estaba sintiendo que no encajaba en el mudno, posiblemente tendria que dejarlo pasar, suicidarse, en realidad ya nonle quedaba nada en absoluto, no necesitaba que nadie le dikera lo que ya sabia. Dekaría que esas dos se pusieran a fecha y que pudieran tener un bonito final juntas, ella sobraba en la ecuación, no importaba en absoluto, era un cero a la izquierda pero ¿como lo haria? no tenia ni las ganas de poder cometer suicidio a si misma obviamente pero pensandolo mejor, era....sería mejor desaparecer ¿no?

Aileen consiguio levantarse con esfuerzo. Sus pies fueron pisando cada adoquin de las calles por las que andaban, Aileen parecia estar alejandose mas y mas, dejando de ser un problema en la ecuación.

por **Børiska K. Hercžog** Mar Jun 06, 2017 7:29 pm

El viento de la noche se llevó en ese momento todo el sonido en ese momento, incluso aquellas palabras que la inquisidora emanaba con tanta dulzura y dolor que acabaron por destruir aún más la fuerza de aquella vampira. Vió como la humana huía tratando de alcanzarla pero no podía dejar a aquella mujer ahí tirada en el suelo, tensó los dientes chasqueando la lengua corrió en ayuda de aquella que estaba débil.

—¡Callate!—

Toma a la mujer entre sus brazos apartando los cabellos del rostro, acaricia los labios sonriéndole para dejar un beso entre las dos, un beso que va elevándose conforme pasan los segundos. Jadea al alejarse de la inquisidora acariciándole la cabeza suavemente, limpia sus labios que tienen sangre, su sangre. Aun con su herida y la poca cantidad de ingesta de sangre ha dado algo a la inquisidora para que se alivie. Sonríe con ternura a aquella mujer ayudándola a ponerse de pie.

—No te dejaría sola, Ebony, lo nuestro fue porque nos sentíamos solas y más cuando ya están tan cerca de mi como para matar a gente importante para ti. Tenía que irme de tu lado y lo sabes, sabes que yo jamás podré ser feliz hasta que ellos mueran, hasta que él muera, es imposible y por lo tanto es imposible para mi tener un final feliz con alguien— pega su frente contra la de la inquisidora suspirando algo adolorida

—Pero, promete algo Ebony, cuida a esa niña por mi, la dejaré en un lugar seguro y luego te enviaré la dirección. En tres noches te buscaré y tendremos nuestra despedida ¿Quieres? Luego de eso podrás matarme si deseas porque tendrás que cumplir la misión que esos malditos te dieron, matar a la hija de Viktor el Grande— la deja de pie cuando los demás inquisidores y asesinos a suelto contratados por su padre llegan.

Sonríe alejándose lo más rápido que le permite su herida, corre con sus armas en el cinto hasta tomar el brazo de la pequeña niña a la que sonríe y de quien se apoya en el hombro sintiendo el dolor de su herida que no cierra rápido.

—Te llevaré a mi casa por esta noche, el sol saldrá y no podré ayudarte luego, además debo descansar y si andas por la noche te mataran porque tienes mi aroma en ti, los lobos pueda que te destrocen pensando que soy yo, tienen órdenes de destruirme completamente—
Un gesto de cansancio aparece en su rostro, pero camina guiando a la mujer hasta el cementerio.

por **Ebony A. Cassia** Dom Jun 11, 2017 6:11 pm

Ebony iba a ponerle un chivo expiatorio en alguna parte del traje de Borishka cuando estaba así de cerca pero se alejó y volvió a acercársele y entonces le metió disimuladamente en el interior de la herida de la vampira un pequeño artefacto rastreador que con el toque de la sangre ajena el artefacto se activaba dejando un rastro que la llevaría hasta ella. Ebony actuó asintiendo a lo que le pedía la vampira, actuando como la enamorada que fue en aquella noche desarraigada en la que no volvió a ver a la vampira y tuvo que fijarse en el idiota de Colm que para colmo también la hizo daño.

Todos la hacían daño pero Ebony siguió al pie del cañón, aguantando todo lo que le echaban y ahora traicionaba por un poco de dinero. Bueno, en cuanto llegaría para cuidar a la muchacha a la que se aferraba la vampira mientras las observaba, se dispondría a torturar a la joven de cabellos largos y rubios, probablemente la mataría para así poder quedarse con Borishka para ella sola. Estaba loca. Lo mismo no eran los hombres lo que le atraía, lo mismo eran ¿las mujeres?

Ebony se levantó del suelo mientras seguía escuchando a las otras dos hablar mientras la otra escucha y finalmente vio cómo se iban alejándose entre las sombras. Ebony dejó de actuar pero el estómago le dolía mucho. Un miembro de la inquisición le ofreció una poción que le hacía un efecto curativo por todo su cuerpo y enseguida se dispuso a esperar a que el rastro de Borishka comenzase a guiarla hacia la residencia de la vampira.

De un momento a otro, un humo rojo comenzó a mostrarse delante del grupo de personas vestidos con cuero oscuro. Ebony se quitó la ropa de inquisidora y se puso un disfraz de pordiosera. Dio instrucciones de que mantuvieran la ropa a salvo y que la siguieran de cerca mientras ella interpretaba su papel de vagabunda bajo el disfraz y la capa de gruesa tela oscura. Siguió el rastro que de un momento a otro desaparecía y aparecía, hasta que finalmente llegaron a una mansión acomodada, con una gran plaza en la entrada principal y una fuente que no funcionaba y en efecto, uno de los inquisidores que poseía unos anteojos con aumento de visión, visiono a Borishka dentro de la mansión con la joven de momentos atrás.

-Ya os tenemos – susurro para sí misma y se volvió hacia un inquisidor para decirle que mandaran una nota a su cliente y que le dijeran que tenían al objetivo listo para actuar. En el tiempo que estuvieron observando, Ebony volvió a vestirse con su uniforme y se hizo una coleta alta para tener retirado el cabello y poder tener mejor visión. Solo quería que todo saliera como habían planeado.

por **Børiska K. Hercžog** Jue Jul 06, 2017 7:30 pm

En su hogar, llegó por entre los pasadizos que conectaban su tumba con su hogar, apareciendo en una zona algo alejada de la zona residencial, casi al final de la calle de villas elegantes estaba la mansión de ella, y aunque no tenía entrada por ningún lado había una que conectaba al hermoso jardín que poseía. Era la única casa amurallada y lejana que encontraría pero no darían con ella por estar rodeada de magia con árboles y arbustos.

Al llegar su herida no cerraba del todo y comenzaba a dolerle más de lo habitual, terminó por dejarse caer en el jardín descansando unos momentos, miró a la humana apenas y sonriéndole —Vete a casa muchacha, este lugar no es para ti— señaló sus muros. El sonido de una pequeña explosión contenida en la puerta principal de su hogar la alertó, sus sentidos aunque lentos todavía estaban en perfecto estado, sin pensarlo más metió a la mujer por donde habían llegado empujando sobre la puerta de aquel pasadizo una estatua de un querubín, su sangre goteaba con fuerza, se arrodillo ante la entrada y salida que tenía sonriendo tristemente —Al menos a ti si te salve— susurró tomando sus armas entre sus manos.

Su visión se nublaba, entró a su casa acercándose a una de las ventanas pudiendo observar la destrucción de su muro de magia y ladrillos dejando ver a un grupo de inquisidores entre ellos a la mujer que había dejado antes, el dolor de su herida aumento y tuvo que meter sus dedos en ella sacando un pequeño artefacto, lo rompió en sus manos alzando sus armas.

De frente a la puerta estuvo esperando al menor ruido de la manivela dispararía sin importar quien fuera la persona detrás de ella, lo único malo era su hambre y eso le ponía las cosas en doble sentido porque su sed de sangre aumentaba sabía que iba a ser peligrosa para todos en ese momento.

por **Ebony A. Cassia** Mar Jul 11, 2017 4:40 pm

No se daría ninguna prisa en capturar a Borishka. En cuanto algunos de sus hombres cayeran muertos y Borishka se quedara sin armamento, entraría ella bien orgullosa de su premio, pero siempre sus hombres estaban bien entrenados y sabrían reaccionar correctamente. En el momento en que Ebony se terminaba de recoger el pelo y los inquisidores hacían explotar una de las bombas cerca de las verjas, pero no hicieron mucho efecto por lo que Ebony pensó que tendría una protección mágica alrededor de la casa.

De nuevo lo intentaron y esta vez sí funciono, las verjas se desmoronaron, se recolocaban en posición para entrar, pero se le ocurrió lo siguiente. Mando a unos inquisidores que fuesen por la parte de atrás, los más sigilosos, entonces cuando comenzó a escuchar los vampiros, por las ventanas podía ver que la vampira estaba luchando bien, al parecer aun tenia fuerzas para mantenerse de pie. Maldijo en un idioma desconocido, solamente tenía que entrar ahí y dispararle en la cabeza, pero su munición la lleno con un dardo tranquilizante – Esperad aquí – Ordenó tajante y sus pies se dirigieron hacia la puerta en donde las abrió de golpe y con buena puntería alcanzó el cuello de la vampira.

Vio como el dardo se clavaba más en la fuerte piel de la vampira, Ebony se cubrió las espaldas - ¡Ríndete! – Gritó con arma en guardia - ¡No estás a tu completa capacidad Borishka – miro un poco y de nuevo se cubrió tras una columna – Tú y tu putita rendíos ahora mismo y seremos severos con vosotras – Diciendo esto vio de reojo que la muchacha no estaba y entonces Ebony dio la orden de que la buscasen antes de que esta pudiera andar más lejos.

Mientras tanto, esperando que el efecto de un somnífero que podía tumbar a un elefante hiciera efecto en Borishka, Ebony esperaba aun las respuestas sarcásticas de la vampira. Siempre tan independiente, tan creer que tiene el peso del mundo sobre sus hombros cuando en realidad no es así y no confió en ella. Tan solo la dejo aquella noche en Venecia, sola y con la promesa de una vida inmortal a su lado para después ver que aquello fue tan solo una treta para ganarse el cuerpo de la pelirroja. La había usado solo para satisfacerla, se había llevado su mayor virtud…aunque físicamente tuviera aun la posibilidad de poder pasar por una virgen. La verdad no venía al caso.

Ebony la miro y sin bajar el arma la fue rodeando poco a poco. Los inquisidores compañeros le decían que no se acercara más, pero Ebony sabía que no le haría nada, porque sabe, que a pesar de que la dejara abandonada aquella noche en Venecia, la noche tórrida que tuvieron no se la puede quitar a nadie de lo salvaje que fue – Borishka…deja el arma…- No se acercó más pero quería hacerlo, apuntaba a la vampira a una cierta distancia de precaución.

por **Judith Velázquez** Jue Jul 13, 2017 6:35 pm

Aileen no tuvo palabras si quiera para poder despedirse de Borishka que era como se llamaba aquella vampira. Tardo un poco en reaccionar y se dio cuenta de que estaba en la entrada y salida de aquel pasadizo. ¡NO! ¿Por qué la dejo fuera de lugar? - ¡NO! ¡NO! –Sus palabras no serían escuchadas ya que probablemente no llegara el sonido de su voz a través de las puertas de piedra negra que habían frente a su rostro. Entonces pensó en que tal vez aquella mujer de la que le hablo, de la que le diera la bala que ya no tenía entre sus manos, si al menos se pudiera acordar de donde quedo más o menos la buscaría por aquellos rincones.

Tenía que intentarlo al menos. Por lo que esperanzada de que la vampira resistiera, Aileen fue pasadizo abajo y yendo hacia la salida, salió por un arco de piedra y en silencio fue caminando por las escaleras de piedra que conducían al pasadizo que estaba dejando atrás, llego hasta una verja que traspaso con facilidad y para su mala suerte, esta chirrió haciendo un sonido desagradable, quizás podría alertar a quien pudiera estar buscándola o probablemente sería su imaginación, a ella para que la querrían si solo era una pordiosera ya que su vida estaba completamente patas arriba.

Al parecer iba a tener suerte en que no se encontrase con ninguno de la inquisición, pero se equivocaba, unos miembros de la inquisición pasaban de cerca haciendo un poco de vigía, uno miro en su dirección y ella se escondió detrás de un arbusto. El inquisidor le dijo a su compañero que volviera que cree haber visto algo, entonces el segundo de los inquisidores va hacia otro sitio y ahora el inquisidor que pareció divisarla comenzó a acercarse hacia donde estaba ella.

Estuvo quieta por unos instantes y para su suerte el inquisidor no se acercó más, escucho en silencio “Aquí no hay nadie!” por lo que cuando se fue esta respiro aliviada. Entonces pudiendo ir libremente cruzo la verja para poder ir hacia donde quería ir, pero fue atrapada por sorpresa por el inquisidor de antes, al parecer si la había visto y prefirió esconderse para poder sorprenderla, taparle la boca con la mano y llevársela hacia un rincón oscuro, contra el frio de la pared.

-Ssh…- Escucho intentando zafarse de aquel inquisidor, pero para su mayor sorpresa está estaba siendo hurtada por el interior de su ropa superior, una de las manos del inquisidor estaban bajándole lo que eran los hombros del vestido, sus senos notaba que estaban fuera, notaba como los estaban masajeando y este se restregaba contra su culo sin pudor alguno, pero para cuando quiso decir nada, el inquisidor le abrió las piernas y enseguida la penetró, comenzando a montarla contra aquella pared fría y llena de musgo podrido finalmente hasta que termino en el interior de Aileen, dejándola caer con cuidado sobre el suelo mientras se recolocaba la vestimenta y ya fue entonces cuando la cogió al hombro como tal saco de patatas y fue yendo hacia el interior de la mansión en donde estaban todos apuntando a la vampira y la líder de cabellos de fuego parecía estar mandando órdenes.

- Aquí está jefa – dijo el inquisidor con aire satisfecho y por lo que mando una maliciosa cara hacia la vampira – Que pena que aguantara tan poco – Dijo antes de volver a su puesto mientras los demás inquisidores se reían a costa del chiste.

por **Børiska K. Hercžog** Dom Ago 06, 2017 7:25 pm

Los inquisidores fueron tras de ella, podia oir sus pasos por más que se ocultaran en sigilo, el latido de sus corazones y pies estruendosos podían ser oídos por sus sentidos sobrehumanos, además del aroma de su sudor y sangre que corría por sus cuerpos, no necesitaba tener los ojos abiertos. Cuando entraron a su mansión no encontraron nada, ella los emboscó desde el techo, cayéndoles encima y disparándoles en la cabeza. Fue entonces que dejó de cuidar la puerta de entrada para ver como la pelirroja ingresaba y le disparaba, trató de dispararle pero no pudo. Ella tenía un plan.

De rodillas cayó en silencio pero sin soltar sus armas, diez inquisidores le rodearon a ella y la otra se ocultaba. Ella se mantuvo en silencio con las armas de todos apuntando siguiendo el sonido de aquella humana pero algo le hizo tomar con fuerza su arma, era el sonido de gemidos, de un pequeño quejido de rechazo, de un aroma asqueroso de sexo. Apretó con fuerza sus armas y cuando se acercó la inquisidora con aquel nuevo que ingresaba y traía a la human en brazos aguardó unos minutos en completo silencio.

Sonrió en ese momento —Nunca he usado mis habilidades, Ebony y lo sabes, pero ahora creo que vale la pena hacer uso de aquello que temen ustedes— murmuró y levantó sus armas con sus manos por encima de su cabeza, era cierto que aquel dardo que había lanzado la mujer podía dormir a quien sea, pero a un inmortal solo lo droga. Ella había olvidado eso, a los de su especie era muy difícil ponerlos a dormir si no es con algo de plata o agua bendita. Se levantó tambaleando y en el momento que abrió sus ojos mostraron estar completamente rojos, sus pistolas resonaron impactando una bala en la cabeza del hombre que había violado a la humana, a su protegida, otra en un inquisidor que estaba cerca de la mujer que hace varios años compartió una pasión. Se acercó a tientos torpes a la humana cubriéndole con su cuerpo, una bala se impacto en su espalda al responder ella con una de sus armas impactando en el pecho del hombre. Todos comenzaron a disparar a la vampira que cubrió a la humana.

Se levantó levantando a la humana sin dejar de serle escudo frente a la inquisidora que la mira con pesar y lástima. Con sus últimas fuerzas sacó de entre su americana una bomba arrojándola hacia el techo. Estalló la bomba dejando que escombros cayeran sobre los inquisidores matan a la mayoría, tomó el brazo de la humana casi sin fuerza sacándola por el patio —Vete, vete de verdad y no vuelvas. Por mi causa te han violado así que vete y sigue odiando a los míos.— en ese momento se escuchó un caballo llegar y aquella mujer que había sido su aliada y de quien se alimentaba la vampira quedó horrorizada al ver el estado de su querida amiga —Llévatela y escóndela, cuídala bien. Yo iré otro día por ti y por ella, hasta mientras debo despistar a todos estos.—

La mujer entre lágrimas tomó a la humana y se la llevó lejos de la mansión de la vampira. Esta tenía solo cinco balas en una de sus armas y tres en la otra. Sabía que no iba a poder ganar y la sangre que estaba perdiendo no la recuperaba fácil, sus heridas se cerraban pero no de manera rápida. Quedó frente a Ebony mirándose y cinco inquisidores más frente a la vampira, arrojó sus armas, estaba cansada y ahora tendría que descansar y con el último esfuerzo vio cómo se alejaban las dos humanas —A ella nunca la tendrás y no es mi putita, es mi protegida porque me ha ayudado, ella no es nada para mi más que solo una humana que se quedó atrapada en un fuego cruzado, déjala y no los mataré, soltaré mis armas pero si la tocan y la vuelven a violar como aquel hijo de puta al que mate, los mataré a todos en especial a ti Ebony, te mataré de la forma más dolorosa que puedas imaginar. Dejen en paz a esa humana, su pelea es conmigo no con ella, o es que son celos los que hablan Ebony.—

Sus armas cayeron así como ella de rodillas justo cuando uno de los soldados le disparó en el hombro y otro se apresuraba a acercarse para ponerle los grilletes en las muñecas. Uso manipulacion de la memoria para que todos los de ahí olvidaran a la humana y a asu amiga que le había sacado a la pobre humana, con sus útlimas fuerzas logró usar su habilidad en todos viendo que los que iban tras ella regresaban, al oir que el caballo estaba lejos y ellas estaban completamente a salvo perdió el conocimiento en ese momento.

por **Ebony A. Cassia** Vie Ago 11, 2017 6:04 pm

Ebony solamente ladeaba de lado a lado su pelirroja melena a modo de satisfacción inmediata mientras la vampira era apresada por los demás vampiros. Cuando todos estuvieron listos para la siguiente orden, Ebony enseguida saco sus pistolas de fuego y disparó a todos los inquisidores que había alrededor quedándose solamente ella y la vampira Borishka. Ebony sonreía complacida por que el plan había salido perfectamente, del cual consistía en engaño y astucia. Cierta fuerza rebelde había encontrado apoyo en un grupo de vampiros y los vampiros en el grupo de los humanos. Ambos se complementaban y ayudaban mutuamente.

El plan era liberar a Borishka de las manos de aquel que la quería muerta. Ebony no pregunto de quien se trataba pero se veía que quería la cabeza de la vampira muerta en una estaca y ahora no la iba a perdonar pero su parte del trato estaba hecho. Ahora esperaba recibir una cantidad de dinero en la que cuando se retirase prematuramente de la inquisición, podría pagarse una residencia propia y un negocio de confitería. Pero ahora no era momento de soñar. Era momento de sacar a Borishka de aquel lugar antes de que mas refuerzos llegaran al lugar.

Se acerco hasta Borishka y con las pocas fuerzas que esta tenia la tumbo sobre el suelo y apoyando la cabeza ajena sobre su regazo, Ebony despilfarraba su sangre de la muñeca sobre los labios de Borishka, pero antes, las balas que había en el cuerpo de la vampira, algunas las había podido quitar, luego le dio forzadamente un poco de su sangre y alzándola como pudo del suelo, rodeo un brazo detrás de sus hombros y como pudo fue sacándola de aquel lugar en el que se habían desarrollado muchos disparos.

No dijo nada hasta que llegaron a una colina en lo alto de un prado. Ebony dejo a Borishka en el prado y dio unos pasos para poder sacar un caballo el cual se agacho para que Ebony pudiera subir a Borishka y ella se subió detrás de la vampira. Cuando estuvieron listas Ebony se lamio los dedos y suspiró:

- Sé que me odias ahora y que quieres arrancarme la cabeza, pero todo ha sido para liberarte….en realidad te he hecho un favor…-sonrió levemente y el caballo comenzó a andar hacia donde supuestamente estaba aquella fuerza rebelde que trabajaba con aquella comunidad pequeña vampira – Vamos a llevarte a un sitio seguro allí podrás reunirte con las de tu harem, yo tendré mi parte y todos felices – se mofa – Tranquila, después de que me vaya no tendrás que verme más – El caballo iba a paso adecuado para seguir con la conversación – Sé que quieres eso la verdad – miro al horizonte – Te quedan como mucho unas horas antes del sol, démonos prisa.

Ebony, que quería a Borishka a pesar de lo que le hizo en Venecia se alió con un grupo de gente que la quiere muerte y otros viva, y aquellos que la quieren viva, los ayudaría en cualquier cosa.

por **Børiska K. Hercžog** Vie Oct 06, 2017 11:24 pm

La consciencia le falló para ese momento, apenas y fue consciente cuando su cuerpo frío chocó contra la fría y sucia tierra sonando en ese momento como la suave y fría muerte de los caídos. Ella se sentía para ese momento derrotada, sin fuerzas y ánimos de continuar, quizás por la pérdida de sangre o tal vez porque no se sentía segura de ganar a sus enemigos, pero sea cual fuera la razón ella solo terminó inconsciente en el suelo esperando lo peor.

Pocos momentos tuvo de lucidez antes de entregarse de nuevo al sueño eterno, a la muerte. Pensó por un momento que su padre y creador había ganado realmente y ahora la tenía de nuevo en sus manos. Sus ojos se cerraron cuando escuchó los estallidos de arma y en su cabeza solo quedó el triste recuerdo de su vida siendo extinguida. Volvió en si pero muy poco cuando ciertas gotas cálidas que olían a sangre caían a su boca pero no las bebió, se limitó a escupirlas por inercia en pensar que los inquisidores le estaban engañando, su vida se estaba apagando lento y preferiría morir antes que entregarse a ellos. Volvió al sueño de la inconsciencia.

Despertó con el mover de algo, asumió que estaba en medio de una jaula y recibía las burlas de los inquisidores, no entendía bien las palabras y apenas alcanzó a balbucear —entonces al amanecer van a ejecutarme— apenas formuló palabras antes de caer completamente inconsciente en manos de la inquisición. Ella no sabía ni entendía lo que ocurría.

Cuando despertó se encontró en un lugar diferente, una muchacha le estaba atendiendo las heridas con una sonrisa. Era de día y ella estaba en una habitación de una enorme mansión oculta tras enormes paredes que no dejaban ver la luz. Alejó a la joven buscando sus armas pero no las encontró, se levantó, aunque lento, de aquel camastro empujando a la chica —Mis armas, y dime ¿dónde estoy?.— las vendas de sus costillas y el dolor que sentía se hizo evidente. La joven se asustó y gritó y ella la soltó con pesadez saliendo de aquella habitación tambaleándose. Caminaba por un pasillo entre tumbos y golpes hasta llegar a un puerta grande de metal en color negro, la golpeó pero nadie abrió, pero entre los lados que dejaba pasar luz pudo ver el sol y retrocedió. Regresó a su habitación mirando de nuevo a la chica —Dime que es este lugar o te mataré, y donde están mis armas.— nuevamente el dolor le hizo retroceder hasta caer en la cama.

Se sentía desorientada, perdida y confundida, pero más que nada temía que estuviera en su antiguo hogar o dentro de la inquisición.

por **Ebony A. Cassia** Miér Oct 11, 2017 7:37 pm

No tenia remedio.

Ebony, despues de dejar a Borishka en la cama de una habitacion, bajo rapidamente las persianas y cerro las ventanas por lo que todo se quedo completamente a oscuras. No había cabida para que la luz entrara por la puerta. Todos estaban dispuestos a mantener el secreto que Ebony diera en la casa en la que se refugiaban antes de ir a la mansion donde la organización rebelde en contra del creador de Borishka. Dejo un par de doncellas al cuidado de Borishka y a la segunda se la llevo aparte donde le dio instrucciones mas especificas de que tenia que dar comida a la vampira cuando esta se levantara.

Ebony se quedo un rato observando a Borishka - debes descansar…- susurro sobre la frente y beso la frente de la vampira, pronto le acomodo la cama y la almohada y ya la dejo dormir con ella a su lado. Cuando el dia llego, Ebony siguio durmiendo pues ella tambien estaba cansada pero a eso del mediodia se desperto, se acicalo y se vistio cómoda para poder limpiar sus armas a la vez que observaba a Borishka ademas de estar ir y viniendo las doncellas. En un momento dado, una de las doncellas fue obligada a donar sangre mediante una transfusión hacia el interior de Borishka. Sabis que eran del mismo signo asi que no habria errores ni rechazos de sangre.

Cuando entonces ya parecia que se despertaba, Ebony fue avisada de que Borishka estaba despertandose, pero Ebony no despertaba. No fue que desperto hasta soñó de nuevo con esa pesadilla de que Colm la quemaba siempre en el interior de la mansión de los Colms. Fue entonces cuando la escucho quejarse y cuando se asomo por la puerta casi rompe a llorar de la alegria.

- Que bueno que estas despierta - se acerco un poco - Estas a salvo. La Orden de los Serafines guardianes nos ha cedido unas habitaciones para que podamos descansar y mañana por la noche ir hasta la organización que te quiera viva….- ladeo su rostro y se acerco un poco más - te hemos hecho una transfusión de sangre….por lo que te habrás sentido o te sientes ahora bastante rara.

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