AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Desdén - [ R.H.] Prv.
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Desdén - [ R.H.] Prv.
La biblioteca Mazarino contenía ya 60.000 volúmenes cuando estalló la revolución francesa, y ahora que había finalizado contenía más de 80.000 volúmenes en perfecto estado, donados por los nobles y catedráticos que decidían donarlos para que estuviesen en un buen recaudo. Varek como Filólogo pasaba muchas horas en aquel lugar, acompañado y siendo buen amigo del administrador del lugar, llevaba a pasar horas debatiendo sobre algún tomo que ambos habían leído recientemente. En el día de hoy, la ocasión era diferente, al ser domingo poca gente se encontraba en el lugar y ni si quiera el Bibliotecario habitual estaba ejerciendo su labor. Varek había aprovechado la calma que conllevaba aquel día tan sagrado para ir a la biblioteca y buscar sin ningún tipo de presión algún libro sobre Brujería, o licantropia. Le gustaba estar informado, saber por donde agarrar, y siempre había considerado que el saber que más fuerte al guerrero.
Guardó el libro dentro de su chaqueta negra, y alzando su sobrero en señal de despedida bajó las grandes escaleras de la Biblioteca, saliendo de ella. En la calle, el ya habitual tiempo hacía que no hubiese ni rastro del sol en el cielo gris, sin embargo, el ambiente era húmedo y bastante caliente. Suficiente para sentirte a gusto con una chaqueta y un sombrero. Su carrocero no había llegado, así que pensó que compraría unas flores para su hermano, y después volvería al lugar de encuentro. Atravesó las calles con paso firme, evitando cruzarse con gente conocida para no tener que entablar conversación.
Guardó el libro dentro de su chaqueta negra, y alzando su sobrero en señal de despedida bajó las grandes escaleras de la Biblioteca, saliendo de ella. En la calle, el ya habitual tiempo hacía que no hubiese ni rastro del sol en el cielo gris, sin embargo, el ambiente era húmedo y bastante caliente. Suficiente para sentirte a gusto con una chaqueta y un sombrero. Su carrocero no había llegado, así que pensó que compraría unas flores para su hermano, y después volvería al lugar de encuentro. Atravesó las calles con paso firme, evitando cruzarse con gente conocida para no tener que entablar conversación.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Re: Desdén - [ R.H.] Prv.
Era domingo y ni ese día lo tenía libre. Tenían un encargo importante para el lunes y habían madrugado todas para, al menos, poder gozar del domingo por la tarde libre. Tendría que pagar las horas extras a sus costureras pero valía la pena. Ganarían más de lo que costarían las horas extras de sus trabajadoras. Con eso no no decía que pagara mal a sus trabajadoras, ni mucho menos, pero los negocios eran así. Si no te compensaba lo que ibas a cobrar por lo que ibas a trabajar, no se aceptaba el encargo y punto. Ella se lo podía permitir.
Habían acabado sobre las seis aquel precioso vestido de seda negro con un suave pero elegante bordado de flores con hilo de oro en la parte baja de la falda. Mira orgullosa su trabajo, viendo como quedaba encima del maniquí. Sonríe ampliamente, era una maravilla de vestido, había merecido la pena todo el esfuerzo. -Buen trabajo señoras, ya pueden irse. Enhorabuena a todas y buen domingo.-dice Rosalie mientras cerraba su tienda con llave a cal y canto. Pensaba aprovechar el domingo deleitándose con el mercadillo puesto cerca de la biblioteca. Traía las mejores flores del país y las que tenía en casa ya estaban a punto de morirse.
Camina con elegancia entre la multitud mientras su vestido tipo princesa color rosa palo de seda con un cinturón blanco rematado con un sofisticado lazo danzaba con cada uno de sus movimientos de cadera. Un mechón de su castaño pelo escapa de su moño alto mientras se para a observar unas hermosas rosas rojas, tocando sus pétalos con delicadeza, como si de fino cristal se tratara, absorbida por la belleza de aquella flor.
Habían acabado sobre las seis aquel precioso vestido de seda negro con un suave pero elegante bordado de flores con hilo de oro en la parte baja de la falda. Mira orgullosa su trabajo, viendo como quedaba encima del maniquí. Sonríe ampliamente, era una maravilla de vestido, había merecido la pena todo el esfuerzo. -Buen trabajo señoras, ya pueden irse. Enhorabuena a todas y buen domingo.-dice Rosalie mientras cerraba su tienda con llave a cal y canto. Pensaba aprovechar el domingo deleitándose con el mercadillo puesto cerca de la biblioteca. Traía las mejores flores del país y las que tenía en casa ya estaban a punto de morirse.
Camina con elegancia entre la multitud mientras su vestido tipo princesa color rosa palo de seda con un cinturón blanco rematado con un sofisticado lazo danzaba con cada uno de sus movimientos de cadera. Un mechón de su castaño pelo escapa de su moño alto mientras se para a observar unas hermosas rosas rojas, tocando sus pétalos con delicadeza, como si de fino cristal se tratara, absorbida por la belleza de aquella flor.
Rosalie B. Hanviton- Hechicero Clase Media
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Fecha de inscripción : 28/10/2016
Re: Desdén - [ R.H.] Prv.
Las calles de piedra impedían a las muchachas andar con la delicadeza y el empeño que ponían a sus delicados gestos, parecían ir montadas sobre un pequeño caballo torpe, que se paraba cada dos por tres para tender algo de su entorno. Esquivando a la gente y el mal olor que algunos de ellos desprendía, Varek se concentró en llegar hasta el puesto de flores, que frescas, llegaban a embriagar parte de la calle con un aroma fresco y dulce. Era muy usual adornar las casas y los rincones de estas con flores, para esconder el olor de los días, mascotas o por el hecho de que parís era una ciudad bastante húmeda y aquello contribuía a que el olor a madera fuera fuerte dentro de las casonas. La florista era una pequeña joven de apenas 18 años, preciosa de tez clara y sonrisa agradable. Solía tener flores frescas cada Domingo y con mucha gratitud creaba unos ramos que no eran para nada justos con el precio tan bajo que ella les ponía.
Cuando Varek paró frente al mercado, cada lado de este abarcaba casi dos metros, las flores recién cortadas aun guardaban algo de rocío sobre sus ojos, haciendo que el sol brillase en sus hojas, y quisieras llevarte una de cada. Al fondo se escuchaba un sonido de violín, suave, que animaba a todo el que cruzaba a reír alegre, y bailar al ritmo suave y melodioso de las cuerdas frotadas son suavidad. El cazador se colocó al lado de una preciosa mujer, que delicadamente elegía sus flores. Varek sacó la cartera y la muchachita se acercó apresurada hasta su comprador - Buenas tardes, mademoiselle. Me gustaría convidar a esta bella mujer, pongame a mi un ramo donde reine la ochrosia borbonica y quédese el restante de francos - El muchacho solía ser siempre tan agradecido, dando igual quien fuese el invitado de su compra, solía tener un gesto para todo el mundo. La niña miró a Rosalie expectante para ponerse a trabajar en ambos ramos.
Cuando Varek paró frente al mercado, cada lado de este abarcaba casi dos metros, las flores recién cortadas aun guardaban algo de rocío sobre sus ojos, haciendo que el sol brillase en sus hojas, y quisieras llevarte una de cada. Al fondo se escuchaba un sonido de violín, suave, que animaba a todo el que cruzaba a reír alegre, y bailar al ritmo suave y melodioso de las cuerdas frotadas son suavidad. El cazador se colocó al lado de una preciosa mujer, que delicadamente elegía sus flores. Varek sacó la cartera y la muchachita se acercó apresurada hasta su comprador - Buenas tardes, mademoiselle. Me gustaría convidar a esta bella mujer, pongame a mi un ramo donde reine la ochrosia borbonica y quédese el restante de francos - El muchacho solía ser siempre tan agradecido, dando igual quien fuese el invitado de su compra, solía tener un gesto para todo el mundo. La niña miró a Rosalie expectante para ponerse a trabajar en ambos ramos.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Re: Desdén - [ R.H.] Prv.
Las calles parecían estar más llenas que nunca ese domingo y la verdad es que no le extrañaba nada. Era una de las calles principales de la ciudad y los puestos combinados con la música y el aire alegre que las recorrían animaban a la gente a pasar el día en la calle, disfrutar del ambiente hasta que anocheciese y el cansancio reinase en su cuerpo. Era un ambiente que le gustaba disfrutar, ver a la gente feliz y alegre, sin preocupaciones al menos por unos instantes.
Entre todos esos puestos se encontraba su puesto de flores favorito. Tenían flores de todos lados, flores que a veces era raro ver en otros sitios. Aquella tarde, las rosas que había traído eran especialmente hermosas, cosa que pensaba aprovechar aparte de comprar unas delicadas orquídeas. Eran su planta preferida, le parecía bella y delicada a la vez que fuerte y resistente, además el aroma que desprendía era inigualable... Iba a pedir lo que deseaba cuando un amable hombre se ofrece a regalarle un ramo compuesto por ochrosia borbónica, una planta medicinal entre otras de sus virtudes. Mira ligeramente sonrojada al hombre, rubor que contrata con su blanca piel de porcelana. -Muy amable señor, ¿con qué aconseja combinarla?pregunta la joven con curiosidad, clavando su mirada azul en la del hombre con interés.
Entre todos esos puestos se encontraba su puesto de flores favorito. Tenían flores de todos lados, flores que a veces era raro ver en otros sitios. Aquella tarde, las rosas que había traído eran especialmente hermosas, cosa que pensaba aprovechar aparte de comprar unas delicadas orquídeas. Eran su planta preferida, le parecía bella y delicada a la vez que fuerte y resistente, además el aroma que desprendía era inigualable... Iba a pedir lo que deseaba cuando un amable hombre se ofrece a regalarle un ramo compuesto por ochrosia borbónica, una planta medicinal entre otras de sus virtudes. Mira ligeramente sonrojada al hombre, rubor que contrata con su blanca piel de porcelana. -Muy amable señor, ¿con qué aconseja combinarla?pregunta la joven con curiosidad, clavando su mirada azul en la del hombre con interés.
Rosalie B. Hanviton- Hechicero Clase Media
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Re: Desdén - [ R.H.] Prv.
La mirada de Varek estaba atenta a la muchacha que con habilidad creaba ambos ramos. Era usual decir que planta querías que reinara y a raíz de ese olor, ella era capaz de elegir las que mejor combinaban y no llevar a casa algo que a pesar de tener un orlo fresco, no fuese agradable.
Los dedos de Varek rozaron las hojas de una orquídea preciosa de color lila. La joven al verlo agarró un par y las introdujo en ambos ramos, dedicándole a el Cazador una amplia sonrisa con un fin mas allá del de ser vendedora de flores.
Varek devolvió la sonrisa con otra, pero desvió su atención a la voz de la mujer a la que había regalado el ramo. Cuando su mirada se cruzó con la de ella, sintió toda su sangre helarse. Ella le habló con naturalidad, quizás después de 4-5 años no le reconocía, pero Rosalie no había cambiado, seguía siendo preciosa, delicada y con aquella vestimenta parecía de clase alta e intocable para muchos de su misma clase.
Varek no contestó ante la pregunta, se limitó a acariciar su mejilla con los dedos, mientras recordaba su último encuentro.
****FlashBack****
Por primera vez en mucho tiempo, agradecía haberle contado a su ahora "compañera" su secreto, y que llegar a casa lleno de heridas, con la ropa rota o un revolver en su cintura no fuese algo extraño y alarmante. Aquella noche había sido dura y llegaba más magullado de lo normal. Apenas 2 meses atrás que compartía una pequeña casa con la mujer, lejos de su mansión en la que también pasaba muchas horas. La desconfianza le obligaba a mantener aun a aquella chica lejos de su vida real. Y no es que lo ocultara, pues se dejaban ver paseando los domingos, o comiendo en algún restaurante francés con un buen vino acompañándoles, simplemente prefería seguir guardando de forma recelosa su vida como Varek Lachance.
El cazador frenó frente a la puerta de madera, eran ya las 23.40 de la noche, muy tarde para andar por la ciudad, pero la cacería se había alargado en contra de Varek y casi medio muerto llegaba a casa sin poder ni golpear la puerta. Apoyó una mano sobre la madera de esta y entró cayendo de bruces sobre el hall.
Los dedos de Varek rozaron las hojas de una orquídea preciosa de color lila. La joven al verlo agarró un par y las introdujo en ambos ramos, dedicándole a el Cazador una amplia sonrisa con un fin mas allá del de ser vendedora de flores.
Varek devolvió la sonrisa con otra, pero desvió su atención a la voz de la mujer a la que había regalado el ramo. Cuando su mirada se cruzó con la de ella, sintió toda su sangre helarse. Ella le habló con naturalidad, quizás después de 4-5 años no le reconocía, pero Rosalie no había cambiado, seguía siendo preciosa, delicada y con aquella vestimenta parecía de clase alta e intocable para muchos de su misma clase.
Varek no contestó ante la pregunta, se limitó a acariciar su mejilla con los dedos, mientras recordaba su último encuentro.
****FlashBack****
Por primera vez en mucho tiempo, agradecía haberle contado a su ahora "compañera" su secreto, y que llegar a casa lleno de heridas, con la ropa rota o un revolver en su cintura no fuese algo extraño y alarmante. Aquella noche había sido dura y llegaba más magullado de lo normal. Apenas 2 meses atrás que compartía una pequeña casa con la mujer, lejos de su mansión en la que también pasaba muchas horas. La desconfianza le obligaba a mantener aun a aquella chica lejos de su vida real. Y no es que lo ocultara, pues se dejaban ver paseando los domingos, o comiendo en algún restaurante francés con un buen vino acompañándoles, simplemente prefería seguir guardando de forma recelosa su vida como Varek Lachance.
El cazador frenó frente a la puerta de madera, eran ya las 23.40 de la noche, muy tarde para andar por la ciudad, pero la cacería se había alargado en contra de Varek y casi medio muerto llegaba a casa sin poder ni golpear la puerta. Apoyó una mano sobre la madera de esta y entró cayendo de bruces sobre el hall.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Re: Desdén - [ R.H.] Prv.
Observa la habilidad con la que la mujer crea un ramo a partir de la nada, escogiendo unas hermosas orquídeas que el hombre toca con delicadeza. Las orquídeas eran su flor favorita como había mencionado anteriormente. Se queda observando el hermoso ramo que acaba formando la joven, pudiendo presentir las segundas intenciones detrás de la sonrisa de la jovencita.
No puede evitar reír sutilmente, escogiendo algunas rosas y lirios blancos para componer su segundo ramo con despreocupación, volviendo hacia la joven para darle el ramo y que envolviese ambos para llevárselos cuando se fija algo más en el hombre. Aquella voz... Aquellas facciones. Le recordaban a alguien pero ahora mismo no caía en quién podría ser cuando de repente siente la caricia del hombre en su mejilla. No podía ser él... Hacía tanto que no sabía nada de él... Seguía vivo gracias a Dios...
-----------------------------------------FLASHBACK------------------------------------------
Llevaba meses compartiendo su vida con un hombre un tanto peculiar, un hombre con el que se sentía protegida pero por cuya vida temía cada vez que salía de casa o que no sabía nada de él. Aún no vivían del todo juntos, ella seguía manteniendo su independencia, independencia que apreciaba demasiado como para mudarse con el hombre. Además, prefería ir poco a poco con él, jamás se sabía lo que podía pasar o cuando las cosas se podían torcer.
Habían quedado esa noche, el hombre se pasaría por su casa pero cada vez era más tarde y no había llegado. Baja al salón, encendiendo un suave incienso para relajarse mientras admiraba el crepitante fuego de la chimenea hasta que escucha un sordo golpe en el suelo. Se levanta con rapidez y preocupación, viendo a Varek moribundo en el suelo. -Dios, Varek...-dice a media voz, agachándose a su lado, dándole unos suaves golpes en su hermoso rostro. Comprueba su pulso, algo aliviada al sentirlo, ligero pero existente. Lo coge com puede, llevándolo hasta el sofá del salón, cerrando la puertas tras ella con un pie. Lo tumba con cuidado, abriéndole la camiseta para ver unas profundas heridas. -Te pondrás bien, te lo prometo...-le susurra con seguridad, dándole un suave beso en la frente mientras iba a buscar vendas, un cubo de agua y varios ungüentos. Empieza a limpiarle las heridas con delicadeza, y le unta en las heridas un ungüento a base de ajo, miel y aloe vera, envolviéndole las heridas con cuidado. Incorpora ligeramente a Varek, humedeciendo sus labios con agua... -Varek por favor, abre los ojos...- susurra al oído del hombre, casi con desesperación.
No puede evitar reír sutilmente, escogiendo algunas rosas y lirios blancos para componer su segundo ramo con despreocupación, volviendo hacia la joven para darle el ramo y que envolviese ambos para llevárselos cuando se fija algo más en el hombre. Aquella voz... Aquellas facciones. Le recordaban a alguien pero ahora mismo no caía en quién podría ser cuando de repente siente la caricia del hombre en su mejilla. No podía ser él... Hacía tanto que no sabía nada de él... Seguía vivo gracias a Dios...
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Llevaba meses compartiendo su vida con un hombre un tanto peculiar, un hombre con el que se sentía protegida pero por cuya vida temía cada vez que salía de casa o que no sabía nada de él. Aún no vivían del todo juntos, ella seguía manteniendo su independencia, independencia que apreciaba demasiado como para mudarse con el hombre. Además, prefería ir poco a poco con él, jamás se sabía lo que podía pasar o cuando las cosas se podían torcer.
Habían quedado esa noche, el hombre se pasaría por su casa pero cada vez era más tarde y no había llegado. Baja al salón, encendiendo un suave incienso para relajarse mientras admiraba el crepitante fuego de la chimenea hasta que escucha un sordo golpe en el suelo. Se levanta con rapidez y preocupación, viendo a Varek moribundo en el suelo. -Dios, Varek...-dice a media voz, agachándose a su lado, dándole unos suaves golpes en su hermoso rostro. Comprueba su pulso, algo aliviada al sentirlo, ligero pero existente. Lo coge com puede, llevándolo hasta el sofá del salón, cerrando la puertas tras ella con un pie. Lo tumba con cuidado, abriéndole la camiseta para ver unas profundas heridas. -Te pondrás bien, te lo prometo...-le susurra con seguridad, dándole un suave beso en la frente mientras iba a buscar vendas, un cubo de agua y varios ungüentos. Empieza a limpiarle las heridas con delicadeza, y le unta en las heridas un ungüento a base de ajo, miel y aloe vera, envolviéndole las heridas con cuidado. Incorpora ligeramente a Varek, humedeciendo sus labios con agua... -Varek por favor, abre los ojos...- susurra al oído del hombre, casi con desesperación.
Rosalie B. Hanviton- Hechicero Clase Media
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Fecha de inscripción : 28/10/2016
Re: Desdén - [ R.H.] Prv.
Cuando recuperar la conciencia y abre los ojos el dolor le golpea con fuerza, ardiente por todo su pecho, alza una mano hasta tocar el ungüento que hay sobre sus heridas - Otra más - susurra con voz ronca, tratando de darle un toque de humor a la situación. Tiene el pecho lleno de cicatrices, al igual que la espalda y piernas. Pero no le importaba. Normalmente nadie veía su cuerpo desnudo y quien lo hacía, sabía porque estaban ahí. Sus ojos se clavan en los de Rosalie, que llenos de preocupación parecen no querer parpadear por no perder de vista a su paciente - Estoy bien, agotado - la sonrisa se vuelve dulce y tranquila. Y alzando un poco su cabeza, besa los labios de su amante. Con suavidad, los nota algo temblorosos y al lado de lo secos que están los de Varek pese a haber sido hidratados, el beso queda triste.
Realmente no entiende porqué se siente tan cansado, no es la primera vez que llega con aquel tipo de heridas, o a aquella hora. Pero es verdad que apenas se veía capaz de levantarse de aquel cómodo sofá. Podía ser por llevar más de 3 días de caza continua y vida social por el día. Además aquella sensación de no querer separarse de Rosalie cada vez le estaba volviendo más loco.
Varek agarró la mano de ella, y la ayudó a tumbarse a su lado - Quitaros ese gesto de vuestro rostro, estoy bien - le repite, besándola de nuevo suavemente en los labios, y convidandola a que apoye su cabeza en su hombro - ¿Habéis tenido un día tranquilo? - pregunta, acariciando la espalda de su chica, mientras espera mantener una conversación normal y volver a poner los pies sobre la tierra.
Realmente no entiende porqué se siente tan cansado, no es la primera vez que llega con aquel tipo de heridas, o a aquella hora. Pero es verdad que apenas se veía capaz de levantarse de aquel cómodo sofá. Podía ser por llevar más de 3 días de caza continua y vida social por el día. Además aquella sensación de no querer separarse de Rosalie cada vez le estaba volviendo más loco.
Varek agarró la mano de ella, y la ayudó a tumbarse a su lado - Quitaros ese gesto de vuestro rostro, estoy bien - le repite, besándola de nuevo suavemente en los labios, y convidandola a que apoye su cabeza en su hombro - ¿Habéis tenido un día tranquilo? - pregunta, acariciando la espalda de su chica, mientras espera mantener una conversación normal y volver a poner los pies sobre la tierra.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Re: Desdén - [ R.H.] Prv.
Acaricia con suavidad el cabello de su hombre, esperando a que recuperase poco a poco la conciencia, deseando que la recuperara. Era como si estuviese conteniendo su respiración hasta notar que el hombre volviese a la normalidad. Afortunadamente, un suspiro de tranquilidad se escapa de sus labios casi de forma instantánea cuando ve los ojos del hombre abrase poco a poco, escuchando su débil voz, sin poder evitar esbozar una suave y dulce sonrisa. -A este paso no te va a quedar cuerpo para más cicatrices.-bromea en voz baja y confidente, retirándole suavemente un mechón de pelo de la frente. -Deberías descansar durante unos 3 días por lo menos-aconseja la joven, correspondiendo con suavidad al beso del moreno, como con miedo a hacerle daño con un gesto tan inofensivo.
Estrecha la mano de su amante como si fuera a perderlo en cualquier momento, recostándose en el sofá, apoyando su cabeza con cuidado en el hombro del hombre, mirándole con intensidad a los ojos, con cariño. Corresponde al beso del hombre con mas intensidad, separándose ligeramente para hablar tranquilamente con él. Tenía sentimientos fuertes por ese hombre y no sabía que haría si le perdiera. -Pues la verdad es que ha sido un día bastante ajetreado, he tenido que quedarme algo más tarde para acabar un encargo importante de un vestido-le explica la joven con tranquilidad, trazando círculos con la yema de su dedo índice en el pecho del hombre. -Deberías quedarte estos días en mi casa-sugiere la joven, alzando ligeramente el rostro para mirarle fijamente a los ojos.
Estrecha la mano de su amante como si fuera a perderlo en cualquier momento, recostándose en el sofá, apoyando su cabeza con cuidado en el hombro del hombre, mirándole con intensidad a los ojos, con cariño. Corresponde al beso del hombre con mas intensidad, separándose ligeramente para hablar tranquilamente con él. Tenía sentimientos fuertes por ese hombre y no sabía que haría si le perdiera. -Pues la verdad es que ha sido un día bastante ajetreado, he tenido que quedarme algo más tarde para acabar un encargo importante de un vestido-le explica la joven con tranquilidad, trazando círculos con la yema de su dedo índice en el pecho del hombre. -Deberías quedarte estos días en mi casa-sugiere la joven, alzando ligeramente el rostro para mirarle fijamente a los ojos.
Rosalie B. Hanviton- Hechicero Clase Media
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Re: Desdén - [ R.H.] Prv.
Los dedos del cazador se movían por la espalda de la hechicera como si estuviese tocando una suave melodía en el piano. Descansado y armonioso, disfrutaba de cada segundo que empleaba en la compañía de aquella muchacha. Hacía menos de unos meses que había abandonado a Helenna por diferencia de opiniones, por considerar que aquello era una relación toxica, y que caría, sin duda, de amor.
¿Era amor lo que sentía por Rosalie? O era consuelo? Compañía? Varek era un ser frío y egoísta, y muchas veces se había dado cuenta de cuan débil era necesitando a alguien ha su lado. Y ahora no quería pararse a pensar si realmente estaba actuando como un codicioso o realmente se estaba enamorado.
Cerró los ojos y disfrutó del calor de la yema de los dedos en su pecho, del aroma dulce y delicado, fresco que ella desprendía y recordó, por unos segundos... que era lo que siempre había soñado. Su sentencia de muerte.
Su lengua, mojó sus labios y esbozó una débil sonrisa, para volver a mirarla, y pegarla un poco más a él - No - susurró sin dar más detalles.
No podía permitirse enamorarse.
Agarrándola de la cintura, se incorporó llevándola con él, sentándola sobre su regazo. Su torso desnudo había dejado de sangrar y constaba ya de un color rosado, recuperado. Al igual que su temperatura, que pese a rondar aun un par de décimas por arriba, ya podía considerarse normal. Su frente se posó en la de ella, y cerró los ojos unos segundo para besarla con suavidad. Sus manos se deslizaron por su espalda hasta su cadera, y colocando una mierda a cada costado, la sentó bien sobre su regazo. El calor iba aumentando, al igual que la pasión empleada por el cazador, y como si la necesitase para respirar, no dejaba más de 5 segundos sus labios alejados de sus labios o piel.
¿Era amor lo que sentía por Rosalie? O era consuelo? Compañía? Varek era un ser frío y egoísta, y muchas veces se había dado cuenta de cuan débil era necesitando a alguien ha su lado. Y ahora no quería pararse a pensar si realmente estaba actuando como un codicioso o realmente se estaba enamorado.
Cerró los ojos y disfrutó del calor de la yema de los dedos en su pecho, del aroma dulce y delicado, fresco que ella desprendía y recordó, por unos segundos... que era lo que siempre había soñado. Su sentencia de muerte.
Su lengua, mojó sus labios y esbozó una débil sonrisa, para volver a mirarla, y pegarla un poco más a él - No - susurró sin dar más detalles.
No podía permitirse enamorarse.
Agarrándola de la cintura, se incorporó llevándola con él, sentándola sobre su regazo. Su torso desnudo había dejado de sangrar y constaba ya de un color rosado, recuperado. Al igual que su temperatura, que pese a rondar aun un par de décimas por arriba, ya podía considerarse normal. Su frente se posó en la de ella, y cerró los ojos unos segundo para besarla con suavidad. Sus manos se deslizaron por su espalda hasta su cadera, y colocando una mierda a cada costado, la sentó bien sobre su regazo. El calor iba aumentando, al igual que la pasión empleada por el cazador, y como si la necesitase para respirar, no dejaba más de 5 segundos sus labios alejados de sus labios o piel.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Re: Desdén - [ R.H.] Prv.
Disfruta de las caricias del hombre por la espalda, sintiendo como un escalofrío de placer recorría su columna vertebral como si de una descarga eléctrica fuera. Nunca había estado tan a gusto con un hombre como lo estaba con Varek. Confiaba en él aunque aún no le había confiado su mayor secreto. Tenía miedo a perder lo que mantenían en esos momentos, sobre todo teniendo en cuenta lo que era Varek.
Deposita un suave beso en el cuello del hombre, fijándose en cómo las heridas del hombres estaban ya prácticamente curadas mientras seguía dibujando círculos en el magnífico torso del moreno, al menos habían cicatrizado ya, lo cual era importante.
Se pega un poco más al cuerpo del hombre, sintiendo el calor que irradiaba su cuerpo, disfrutando del magnífico contacto cuerpo a cuerpo, completamente relajada en su regazo, sintiéndose protegida y a salvo entre sus fornidos brazos. Le encantaba esa sensación que sólo le proporcionaba él. ¿Le quería? No lo sabía y, la verdad, tenía miedo de descubrirlo. Tuerce ligeramente sus labios al escuchar la negativa del hombre, suspirando con cierta resignación. -Como quieras-responde la joven, respetando su decisión. la verdad es que con esas respuestas no sabía lo que pensar. ¿Él sentía algo por ella o simplemente la estaba usando? Estaba algo confusa en ese aspecto y, a pesar de lo bien que se sentía junto al hombre, no quería depender de él, al menos no hasta que supiera los sentimientos del hombre hacia ella.
Siente como Varek la agarra, rodeando entonces el cuello del hombre con sus brazos, entrelazando las manos en su nuca mientras le miraba a los ojos con intensidad, frente con frente, a la par que una sonrisa pícara se dibujaba en su angelical rostro. Se coloca bien a horcajadas sobre él mientras iba intensificando cada vez más los besos que daba, mordiendo de vez en cuando el labio inferior del moreno, entre juguetona y provocadora.
Deposita un suave beso en el cuello del hombre, fijándose en cómo las heridas del hombres estaban ya prácticamente curadas mientras seguía dibujando círculos en el magnífico torso del moreno, al menos habían cicatrizado ya, lo cual era importante.
Se pega un poco más al cuerpo del hombre, sintiendo el calor que irradiaba su cuerpo, disfrutando del magnífico contacto cuerpo a cuerpo, completamente relajada en su regazo, sintiéndose protegida y a salvo entre sus fornidos brazos. Le encantaba esa sensación que sólo le proporcionaba él. ¿Le quería? No lo sabía y, la verdad, tenía miedo de descubrirlo. Tuerce ligeramente sus labios al escuchar la negativa del hombre, suspirando con cierta resignación. -Como quieras-responde la joven, respetando su decisión. la verdad es que con esas respuestas no sabía lo que pensar. ¿Él sentía algo por ella o simplemente la estaba usando? Estaba algo confusa en ese aspecto y, a pesar de lo bien que se sentía junto al hombre, no quería depender de él, al menos no hasta que supiera los sentimientos del hombre hacia ella.
Siente como Varek la agarra, rodeando entonces el cuello del hombre con sus brazos, entrelazando las manos en su nuca mientras le miraba a los ojos con intensidad, frente con frente, a la par que una sonrisa pícara se dibujaba en su angelical rostro. Se coloca bien a horcajadas sobre él mientras iba intensificando cada vez más los besos que daba, mordiendo de vez en cuando el labio inferior del moreno, entre juguetona y provocadora.
Rosalie B. Hanviton- Hechicero Clase Media
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Re: Desdén - [ R.H.] Prv.
El salón alumbrado por la tenue luz parpadeante del fuego, daba un entorno acogedor y hogareño a la vez que nostálgico. Y parecía que ambos tanto ella como él, sentían que aquella vez sería diferente. La necesidad y el deseo se habían echado a un lado, y el cariño se había adueñado de la situación.
Varek soltó el cordel que ataba la camisa de Rosalie provocando que su manga derecha se deslizara por su hombro abajo. Los labios del cazador bajaron por su cuello hasta el y ayudado con sus dedos lo bajó hasta dejar la camisa en su cintura y liberar su pechos. Metió uno de ellos en su boca, para jugar con su pezón, tirando levemente de el con sus labios mientras que con sus manos soltaba el pantalón.
Fue entonces cuando la magia se rompió. La puerta debía de haberse quedado entre abierta, y de pie en el hall, con el rostro desencajado se encontraba Helenna. Varek reaccionó como pudo, alzando el cuerpo de Rosalie con el suyo, para ocultar sus senos desnudos. Pero la ira y la descompresión de Helenna fue más rápida pronto ambos se encontraron bajo el cañón del revolver de la cazadora.
*****FIN DEL FLASHBACK*****
El cazador alcanzó los dos ramos, dándole el suyo a Rosalie - Que tenga buena tarde, mademoiselle - le dijo a la vendedora y echó a andar junto a la hechicera. Para tener un poco más de intimidad - ¿Vivís en Paris? - le preguntó antes de nada, necesitaba prepararse y estar dispuesto a todo, esta vez sí.
Esta vez la mataría
******FLASHBACK 4 AÑOS ATRÁS - 7 DE AGOSTO - PARIS - ******
La puerta se abrió con fuerza y Varek la atravesó de mala ostia - Ro - dejó la ballesta en el suelo, apoyada contra la pared y entro en la cocina cogiendo el primer paño que encontró y poniéndolo sobre su brazos - Tengo veneno en el brazo - le dijo mirándola - Voy a perderlo - le avisó, con algo de terror en los ojos. Se había hecho un rápido torniquete a la altura casi del hombro, para tratar que el veneno no recorriera todo su cuerpo.
El cuerpo del Cazador se dejó caer en una silla de madera de la cocina, y apoyado en su brazo derecho, hundió su rostro en la mano. Tratando de contener el dolor y el ardor que estaba sufriendo por el brazo izquierdo. Sus músculos estaban tensos y su mandibular apretada. Tenía que llamar a un curandero, que le amputar el brazo antes de que fuese tarde, pero no tenía valor a perder lo que le ayudaba a ser quien era. Cuando finalmente la miró, con los ojos inyectados en sangre una lagrima calló de uno de ellos - Llama al doctor, por favor - susurró con voz quebrada.
Varek soltó el cordel que ataba la camisa de Rosalie provocando que su manga derecha se deslizara por su hombro abajo. Los labios del cazador bajaron por su cuello hasta el y ayudado con sus dedos lo bajó hasta dejar la camisa en su cintura y liberar su pechos. Metió uno de ellos en su boca, para jugar con su pezón, tirando levemente de el con sus labios mientras que con sus manos soltaba el pantalón.
Fue entonces cuando la magia se rompió. La puerta debía de haberse quedado entre abierta, y de pie en el hall, con el rostro desencajado se encontraba Helenna. Varek reaccionó como pudo, alzando el cuerpo de Rosalie con el suyo, para ocultar sus senos desnudos. Pero la ira y la descompresión de Helenna fue más rápida pronto ambos se encontraron bajo el cañón del revolver de la cazadora.
*****FIN DEL FLASHBACK*****
El cazador alcanzó los dos ramos, dándole el suyo a Rosalie - Que tenga buena tarde, mademoiselle - le dijo a la vendedora y echó a andar junto a la hechicera. Para tener un poco más de intimidad - ¿Vivís en Paris? - le preguntó antes de nada, necesitaba prepararse y estar dispuesto a todo, esta vez sí.
Esta vez la mataría
******FLASHBACK 4 AÑOS ATRÁS - 7 DE AGOSTO - PARIS - ******
La puerta se abrió con fuerza y Varek la atravesó de mala ostia - Ro - dejó la ballesta en el suelo, apoyada contra la pared y entro en la cocina cogiendo el primer paño que encontró y poniéndolo sobre su brazos - Tengo veneno en el brazo - le dijo mirándola - Voy a perderlo - le avisó, con algo de terror en los ojos. Se había hecho un rápido torniquete a la altura casi del hombro, para tratar que el veneno no recorriera todo su cuerpo.
El cuerpo del Cazador se dejó caer en una silla de madera de la cocina, y apoyado en su brazo derecho, hundió su rostro en la mano. Tratando de contener el dolor y el ardor que estaba sufriendo por el brazo izquierdo. Sus músculos estaban tensos y su mandibular apretada. Tenía que llamar a un curandero, que le amputar el brazo antes de que fuese tarde, pero no tenía valor a perder lo que le ayudaba a ser quien era. Cuando finalmente la miró, con los ojos inyectados en sangre una lagrima calló de uno de ellos - Llama al doctor, por favor - susurró con voz quebrada.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Re: Desdén - [ R.H.] Prv.
Le deseaba con locura pero con un cariño cada vez más y más presente. ¿Era amor? Creía que sí, que ella le amaba o le estaba empezando a amar o quizás lo había hecho desde el principio... La verdad es que no lo sabía y, en aquellos momentos no quería saberlo. Simplemente deseaba disfrutar del momento aunque no podía evitar que aquel sentimiento empañara aquel momento tan íntimo.
Sigue con la mirada los gestos del hombre, sonriendo ligeramente al ver lo que hace mientras los dedos juguetones de la joven se dirigen al botón del pantalón del hombre, desabrochándolo con soltura. Un leve suspiro de placer se escapa de los labios de la joven cuando siente le jugueteo del hombre en sus pechos, arqueando ligeramente la espalda mientras se muerde el labio inferior.
Pero de repente todo se paró. Eso pasaba por dejarse la puerta abierta; era lo malo de las urgencias. Siente como el hombre la pega a su cuerpo, cubriéndola y, al mismo tiempo, protegiéndola. Se abrocha la camisa disimuladamente mientras mira a la joven que los apuntaba con la pistola con incredulidad y sorpresa. ¿Qué pasaría ahora?
-------FIN DEL FLASHBACK--------
Sonríe cordialmente al hombre, cogiendo el ramo que le correspondía. -Muchas gracias señorita-le dice con simpatía a la joven vendedora de flores, comenzando a andar con tranquilidad al lado del apuesto hombre, que le sonaba de algo. Se muerde ligeramente el labio inferior, intentando recordar de qué; sin embargo, la voz del hombre irrumpe en su cabeza. -Sí, ¿y usted?-pregunta con interés, mirándole con cierta curiosidad a los ojos, intentando que aquella mirada le dijera quien se escondía detrás.
-------FLASHBACK (4 AÑOS ATRÁS)--------
Agosto había llegado con fuerza. Incluso la noche era calurosa y lo pasaba bastante mal con tanto calor. Cada vez que podía, se daba un baño frío, lo que apenas le duraba unas horas. Realmente horrible. Estaba leyendo en el salón, cuando de repente escucha como la puerta de su casa se abre con fuera, oyendo a continuación la voz de Varek. No tenía buena pinta... Se levanta con rapidez, dejando el libro tirado en la mesita del salón junto a su juego de té. Lo busca, viéndole entrar en la cocina, siguiendo mientras miraba con horror el brazo. Tenía muy mala pinta. -¿De qué es el veneno Varek?-pregunta intentando mantener la calma, con firmeza y seguridad en su voz. Aquello no se iba a curar sólo con ungüentos y eso suponía un problema para ella. Esperaba que, pasara lo que pasase, no repercutiese en lo que ambos tenían. Le limpia la lágrima con delicadeza, dedicándole una sonrisa tranquilizadora. -Tranquilo, sólo dime de qué veneno se trata y todo irá bien-le asegura la joven con una voz dulce y segura, mirándole a los ojos con cariño.
Sigue con la mirada los gestos del hombre, sonriendo ligeramente al ver lo que hace mientras los dedos juguetones de la joven se dirigen al botón del pantalón del hombre, desabrochándolo con soltura. Un leve suspiro de placer se escapa de los labios de la joven cuando siente le jugueteo del hombre en sus pechos, arqueando ligeramente la espalda mientras se muerde el labio inferior.
Pero de repente todo se paró. Eso pasaba por dejarse la puerta abierta; era lo malo de las urgencias. Siente como el hombre la pega a su cuerpo, cubriéndola y, al mismo tiempo, protegiéndola. Se abrocha la camisa disimuladamente mientras mira a la joven que los apuntaba con la pistola con incredulidad y sorpresa. ¿Qué pasaría ahora?
-------FIN DEL FLASHBACK--------
Sonríe cordialmente al hombre, cogiendo el ramo que le correspondía. -Muchas gracias señorita-le dice con simpatía a la joven vendedora de flores, comenzando a andar con tranquilidad al lado del apuesto hombre, que le sonaba de algo. Se muerde ligeramente el labio inferior, intentando recordar de qué; sin embargo, la voz del hombre irrumpe en su cabeza. -Sí, ¿y usted?-pregunta con interés, mirándole con cierta curiosidad a los ojos, intentando que aquella mirada le dijera quien se escondía detrás.
-------FLASHBACK (4 AÑOS ATRÁS)--------
Agosto había llegado con fuerza. Incluso la noche era calurosa y lo pasaba bastante mal con tanto calor. Cada vez que podía, se daba un baño frío, lo que apenas le duraba unas horas. Realmente horrible. Estaba leyendo en el salón, cuando de repente escucha como la puerta de su casa se abre con fuera, oyendo a continuación la voz de Varek. No tenía buena pinta... Se levanta con rapidez, dejando el libro tirado en la mesita del salón junto a su juego de té. Lo busca, viéndole entrar en la cocina, siguiendo mientras miraba con horror el brazo. Tenía muy mala pinta. -¿De qué es el veneno Varek?-pregunta intentando mantener la calma, con firmeza y seguridad en su voz. Aquello no se iba a curar sólo con ungüentos y eso suponía un problema para ella. Esperaba que, pasara lo que pasase, no repercutiese en lo que ambos tenían. Le limpia la lágrima con delicadeza, dedicándole una sonrisa tranquilizadora. -Tranquilo, sólo dime de qué veneno se trata y todo irá bien-le asegura la joven con una voz dulce y segura, mirándole a los ojos con cariño.
Rosalie B. Hanviton- Hechicero Clase Media
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Re: Desdén - [ R.H.] Prv.
Varek se tira hacía atrás en el respaldo de la silla, su pelo se ha pegado a su frente por el sudor de la fiebre que se eleva poco a poco. No puede creerse lo que ocurre, no puede creerse que Rosalie mantenga de aquella manera la calma, como si escondiese algo, como si tratase de engañar a Varek con sus gestos y tranquilidad - No lo sé - masculla él, medio cabreado. No puede mantener la calma, no mientras comienza a sentir el hormigueo de un brazo medio dormido. Se incorpora tirando la silla detrás de él, y golpea con el puño derecho la mesa de madera - ¡Ostia! - no puede creerse que todo esté apunto de acabar, ni cuando ella le mira segura y borra la lagrima de su mejilla - ¿Qué pasa Ro? - pregunta aturdido, desorientado - Qué pasa...- La mente del cazador, embriagada por la fiebre, la adrenalina de la situación y contagiada por la actitud de ella comienza a avanzar a una velocidad atronadora, regalandole a Varek miles de imágenes, en las que algunas situaciones cobran un doble sentido. En ellas está la calidez de ser familiares, pero también tienen algo diferente que no llamaba la suficiente atención del joven como para darse cuenta o querer reparar en esos detalles cuando fue el precioso momento.
Un sudor frío recorre la espalda de Varek, de pie en medio de la cocina, con la silla de madera sobre sus pies tirada. La mirada fija en ella y con el resonar de su propio corazón en sus oídos que le impiden volver a la realidad.
Rosalie no es quien dice ser, Rosalie es alguien que no puede ser amada por un Cazado.
Rosalie es la antagonista en su historia.
Pero si algo reina en la personalidad del joven Cazador es la frialdad. Y con firmeza, y la poca fuerza que le queda, estira el brazo herido hasta ella - Sáname - le pide - Haz lo que debas - susurra. Y sin perder la compostura ni un segundo, vuelve a apretar su mandíbula, sabiendo que, aquello, sería lo último que compartirían.
Un sudor frío recorre la espalda de Varek, de pie en medio de la cocina, con la silla de madera sobre sus pies tirada. La mirada fija en ella y con el resonar de su propio corazón en sus oídos que le impiden volver a la realidad.
Rosalie no es quien dice ser, Rosalie es alguien que no puede ser amada por un Cazado.
Rosalie es la antagonista en su historia.
Pero si algo reina en la personalidad del joven Cazador es la frialdad. Y con firmeza, y la poca fuerza que le queda, estira el brazo herido hasta ella - Sáname - le pide - Haz lo que debas - susurra. Y sin perder la compostura ni un segundo, vuelve a apretar su mandíbula, sabiendo que, aquello, sería lo último que compartirían.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Re: Desdén - [ R.H.] Prv.
El hombre se encontraba en un punto crítico... Igual de crítica era la situación que golpeaba la mente de la joven morena sabiendo que el hombre no saldría de esa situación sin su ayuda. Sabía lo que él era; sin embargo, él siempre la había tenido como la joven dueña de un local de costureras que estaba empezando y que no le estaba yendo nada mal. Pero él nunca había sabido lo que era realmente, es más, estaba segura que ni siquiera se lo había olido. Deposita un suave beso en la ardiente frente del cazador, yendo a por un paño y empapándolo de agua fría para colocarlo en la frente del hombre. -Todo irá bien, te lo prometo.- le susurra al hombre con dulzura, viendo como la mirada del hombre era cada vez más seria mientras la miraba. Ya sabía lo que era... Y parecía que lo suyo no acabaría bien... Pero la fiebre cada vez era más alta y a cada segundo que pasaba, el brazo iba a peor... No podía dejarle morir de esa manera y menos si ella podía hacer algo para salvarle. No era tan cruel como para dejar morir a un ser humano, no si ella podía hacer algo para evitarlo, aunque aquello fuera a conllevar graves consecuencias.
La historia parecía repetirse y, la bonita historia que vivían los dos parecía que acabaría como acabó la anterior... Esperaba no tener que huir aunque lo más seguro fuera que sí ya que él era un cazador y nada lo pararía... Ni siquiera que le salvara la vida como iba a hacer. Hierve unas hierbas con rapidez y se acerca al hombre con precaución, posando las hierbas ardiendo en la herida del veneno. Un silencio sepulcral reinaba en la casa hasta que sus palabras resonaron -Sum corp sanctis-dice con suavidad la joven mientras estaba concentrada en el hombre, sabiendo que aquella sería la última vez... Aquello era el fin de la bonita historia que estaban viviendo... Pero no podía dejarle morir a pesar de saber que aquello acabaría con todo... Fue idiota al pensar que él la quería y que la aceptaría como era...
La historia parecía repetirse y, la bonita historia que vivían los dos parecía que acabaría como acabó la anterior... Esperaba no tener que huir aunque lo más seguro fuera que sí ya que él era un cazador y nada lo pararía... Ni siquiera que le salvara la vida como iba a hacer. Hierve unas hierbas con rapidez y se acerca al hombre con precaución, posando las hierbas ardiendo en la herida del veneno. Un silencio sepulcral reinaba en la casa hasta que sus palabras resonaron -Sum corp sanctis-dice con suavidad la joven mientras estaba concentrada en el hombre, sabiendo que aquella sería la última vez... Aquello era el fin de la bonita historia que estaban viviendo... Pero no podía dejarle morir a pesar de saber que aquello acabaría con todo... Fue idiota al pensar que él la quería y que la aceptaría como era...
Rosalie B. Hanviton- Hechicero Clase Media
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Re: Desdén - [ R.H.] Prv.
Varek se deja caer en al silla, y lleva su mano derecha algo torpemente hasta su frente, para apartar el pelo mojado que cae por su frente y le molesta. No consigue mantener la mirada centrada en nada. Trata de pensar y no es capaz de escuchar su propia voz entre todos los susurro que le dicen que Rosalie es una hechicera y que tiene que acabar con ella, no sólo por mentirle... si no por romperle el corazón.
Rosalie le puso un paño en la cabeza, tratando de bajarle la fiebre mientras cocinaba algunas hierbas en un pequeño puchero. O eso es lo que se imaginaba Varek, ya que había cerrado sus ojos y no conseguía elevar los parpados por mucho que se concentrar. Quería gritar, tirar todo por los aires, llamarla traidora. Pero nada, ni si quiera un dedo era participe de provocar todo aquello y des-ahogarlo. Además, no podía perder la calma, no quería acabar con ella, y si la provocaba y la vía hacer magia no le quedaría más remedio que no fallarse a si mismo dejándola viva.
Cuando siente en su brazo algo más caliente que el ardor que le provocan las heridas consigue abrir los ojos y deja caer el paño al suelo. Los ojos de Varek miran durante unos segundos el ungüento para después mirarla a ella, y su corazón se parte definitivamente cuando pronuncia el hechizo que suena a simples palabras en latín.
El dolor comienza a remitir y prácticamente el ardor ha desaparecido. Ella sabe tan bien como él que aquello es el final. Apoyando la mano derecha sobre la mesa, Varek se alza sobre sus pies quedando parado frente a ella. Con su mandíbula apretada, posa sus ojos en los de ella, y acaricia su rostro, dejando posada su mano sobre su mejilla. No quiere despedirse con palabras, así que apoyando su frente contra la de ella, posa un dulce y suave besos sobre sus labios, para separarse después y caminar hacía la salida de la casa. Donde coge su chaqueta, dejada allí días atrás, y un sombrero.
Rosalie le puso un paño en la cabeza, tratando de bajarle la fiebre mientras cocinaba algunas hierbas en un pequeño puchero. O eso es lo que se imaginaba Varek, ya que había cerrado sus ojos y no conseguía elevar los parpados por mucho que se concentrar. Quería gritar, tirar todo por los aires, llamarla traidora. Pero nada, ni si quiera un dedo era participe de provocar todo aquello y des-ahogarlo. Además, no podía perder la calma, no quería acabar con ella, y si la provocaba y la vía hacer magia no le quedaría más remedio que no fallarse a si mismo dejándola viva.
Cuando siente en su brazo algo más caliente que el ardor que le provocan las heridas consigue abrir los ojos y deja caer el paño al suelo. Los ojos de Varek miran durante unos segundos el ungüento para después mirarla a ella, y su corazón se parte definitivamente cuando pronuncia el hechizo que suena a simples palabras en latín.
El dolor comienza a remitir y prácticamente el ardor ha desaparecido. Ella sabe tan bien como él que aquello es el final. Apoyando la mano derecha sobre la mesa, Varek se alza sobre sus pies quedando parado frente a ella. Con su mandíbula apretada, posa sus ojos en los de ella, y acaricia su rostro, dejando posada su mano sobre su mejilla. No quiere despedirse con palabras, así que apoyando su frente contra la de ella, posa un dulce y suave besos sobre sus labios, para separarse después y caminar hacía la salida de la casa. Donde coge su chaqueta, dejada allí días atrás, y un sombrero.
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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Re: Desdén - [ R.H.] Prv.
Todos los momentos que habían compartido juntos pasan por la cabeza de Rosalie, como si fueran simples fotos, fotos que retrataban el pasado tan bonito y emocionante que habían compartido. Todo aquello no iba a volver a ocurrir en ningún momento, nunca jamás se volverían a ver ni se cruzarían. Intenta contener las lágrimas, al menos hasta que Varek se fuera. Sabía que aquella noche no la volverían a pasar juntos, ninguna noche más. Sería como si nada de lo que había pasado entre ellos hubiese pasado. ¿Y si no hubiese usado su magia? No, no podía dejarlo morir.
Se intenta concentrar todo lo que puede, intenta no pensar en lo que conllevaría aquello que estaba haciendo; salvarle la vida tendría un precio demasiado alto para ella. No era justo... No era justo tener que perderle por ser lo que era... No era justo para ninguno de los dos... Era la segunda vez que le ocurría algo de eso en su vida, pensaba que Varek, a pesar de ser lo que era, recapacitaría y la aceptaría tal y como era. Pero se equivocó...
El ungüento actúa rápidamente sobre la herida de varen, actuando como una esponja con el veneno, absorbiéndolo todo. Se muerde el labio inferior con rabia a la par que cierra los ojos. Todo había acabado para siempre. Observa como el hombre, recuperado, se pone en pie, a lo que ella reacciona poniéndose en pie poco después, preparada para verle marcha. Lo que no se esperaba es que se fuera a despedir como lo hizo. Disfruta de aquella última caricia y de aquel último beso, saboreándolo para nunca olvidarse de él, depositando todo su amor en él. -Te amo-le susurra antes de que se marchase,viendo como desaparecía por la puerta. Para siempre.
----------------------FIN DE FLASHBACK-----------------------ACTUALMENTE----------
Seguía caminando junto a aquel hombre que le sonaba tanto. Aún no sabía de qué pero le conocía de algo, de ello estaba segura. La situación le resultaba algo extraña ya que nunca solía sentir ese feeling con un hombre de primeras...Se sentía algo atraída por él y no sabía por qué... Eso le molestaba ya que no le conocía de nada, al menos que ella supiera... No era algo normal..
La verdad es que aún no se habían presentado por lo que en su fino rostro se dibuja una cálida y encantadora sonrisa, capaz de encandilar a cualquiera-Por cierto, creo que no me he presentado. Rosalie Hanviton-se presenta la joven, haciendo una ligera reverencia mientras mantenía su intensa mirada en el hombre. La verdad es que estaba siendo una buena tarde tras ese largo día de trabajo.
Se intenta concentrar todo lo que puede, intenta no pensar en lo que conllevaría aquello que estaba haciendo; salvarle la vida tendría un precio demasiado alto para ella. No era justo... No era justo tener que perderle por ser lo que era... No era justo para ninguno de los dos... Era la segunda vez que le ocurría algo de eso en su vida, pensaba que Varek, a pesar de ser lo que era, recapacitaría y la aceptaría tal y como era. Pero se equivocó...
El ungüento actúa rápidamente sobre la herida de varen, actuando como una esponja con el veneno, absorbiéndolo todo. Se muerde el labio inferior con rabia a la par que cierra los ojos. Todo había acabado para siempre. Observa como el hombre, recuperado, se pone en pie, a lo que ella reacciona poniéndose en pie poco después, preparada para verle marcha. Lo que no se esperaba es que se fuera a despedir como lo hizo. Disfruta de aquella última caricia y de aquel último beso, saboreándolo para nunca olvidarse de él, depositando todo su amor en él. -Te amo-le susurra antes de que se marchase,viendo como desaparecía por la puerta. Para siempre.
----------------------FIN DE FLASHBACK-----------------------ACTUALMENTE----------
Seguía caminando junto a aquel hombre que le sonaba tanto. Aún no sabía de qué pero le conocía de algo, de ello estaba segura. La situación le resultaba algo extraña ya que nunca solía sentir ese feeling con un hombre de primeras...Se sentía algo atraída por él y no sabía por qué... Eso le molestaba ya que no le conocía de nada, al menos que ella supiera... No era algo normal..
La verdad es que aún no se habían presentado por lo que en su fino rostro se dibuja una cálida y encantadora sonrisa, capaz de encandilar a cualquiera-Por cierto, creo que no me he presentado. Rosalie Hanviton-se presenta la joven, haciendo una ligera reverencia mientras mantenía su intensa mirada en el hombre. La verdad es que estaba siendo una buena tarde tras ese largo día de trabajo.
Rosalie B. Hanviton- Hechicero Clase Media
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Re: Desdén - [ R.H.] Prv.
El sol golpeaba con fuerza iluminando las calles y las hojas de diferentes tonos por el otoño bañaban las esquinas crujiendo cada vez que uno de los dos pisaba una por casualidad. Las tonalidades de los árboles podía variar desde verde hasta un fuerte marrón oscuro, una de las estampas más peculiares del año. El silencio reinaba, para Varek incomodo, que desde hacía un rato se había percatado de que la mujer que le acompañaba no le había reconocido ¿Podía ser por la largura de su cabello? por sus ropajes de clase alta y no de cazador? La cabeza del Heredero de los Lachance comenzó a recorrer cada uno de los recuerdos guardados junto a la hechicera hacía años y le ayudó a cerciorarse que efectivamente jamás se había dejado ver por ella como Varek Lachance, es más, no recordaba si en algún momento se había presentado utilizando su apellido.
No quiso anticiparse a la reacción que ella podía tener, prefería la incertidumbre a hacer mil teorías, es por eso que al saludar la mujer agarró su mano y depositó un cordial beso en ella - Lachance, Varek - susurró alzando su mirada desde su mano hasta sus ojos. Soltó suavemente su mano, y esperó. Ella seguía ahí parada, viva por que una vez le había salvado la vida y en señal de "favor" la había perdonado. ¿Qué podía evitar que la vida de la Hechicera no acabase esta vez en manos del Cazador?
No quiso anticiparse a la reacción que ella podía tener, prefería la incertidumbre a hacer mil teorías, es por eso que al saludar la mujer agarró su mano y depositó un cordial beso en ella - Lachance, Varek - susurró alzando su mirada desde su mano hasta sus ojos. Soltó suavemente su mano, y esperó. Ella seguía ahí parada, viva por que una vez le había salvado la vida y en señal de "favor" la había perdonado. ¿Qué podía evitar que la vida de la Hechicera no acabase esta vez en manos del Cazador?
Varek J. Lachance- Cazador Clase Alta
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