N. Vanya Demídov (sin terminar)

por **N. Vanya Demídov** Sáb Dic 03, 2016 11:03 am

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Nina Vanya Demídov

▲EDAD▲

29 años

▲ESPECIE▲

Hechicera

▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲

Nobleza extranjera

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase alta, baronesa

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Heterosexual

▲LUGAR DE ORIGEN▲

San Petersburgo, Rusia

▲HABILIDADES/PODERES▲

Habilidades innatas de hechicera, además de encandilamiento, creación de ilusiones y dominación.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Cuando estás en presencia de Vanya, ella no pasa desapercibida. Da igual que no sea el centro de atención, y que se encuentre en una esquina de la sala. Hay algo en ella, algo sobrenatural que hace que te sientas fascinado por ella. Vanya lo sabe, y con tantos años a sus espaldas, ha aprendido a sacarle beneficio. Mujer manipuladora por naturaleza, sabe usar su encanto natural para conseguir aquello que desea, sin importarle, en ocasiones, los métodos empleados. Después de todo, el fin justifica los medios, ¿no?

Hosca y huraña por naturaleza, suele rehuir el trato con las personas a no ser que sea estrictamente necesario. No habla demasiado, y, cuando lo hace, jamás será para hablar de ella misma, a no ser que tenga mucha confianza en ti. Tiene una enorme dificultad para trabar amistades sólidas y duraderas, y para posar su confianza en una persona. Fría y cortante, no es natural de ella una respuesta amable fuera de sus círculos más cercanos. Es más, preocúpate si no es borde como de costumbre: Lo más probable es que quiera algo de ti. Carismática por definición, suele gustarle a la gente, a pesar de su extraña manera de ser. Suele ser considerada como una persona bastante graciosa, pero con un humor ácido y tan cruel como ella misma. No tiene problemas a la hora de criticar con completa frialdad a la gente, y esa es una de sus mejores cualidades. Es directa. No siente pena por prácticamente nadie. Es objetiva. Si hay algo que no le gusta, lo expone para librarse cuanto antes de lo que la molesta.

Aparte de exageradas cantidades de cinismo, otro ingrediente vital de la personalidad de Vanya es su determinación de hierro. Es una mujer muy trabajadora y decidida. No soporta a los holgazanes ni los intentos de escaqueo. Es más, esto la enfada muchísimo. La normalmente relajada Vanya, que no se perturba por prácticamente nada, se puede poner como una fiera en cuestión de segundos, tocando los temas apropiados o con ciertas actitudes. La discriminación (ya sea racial o en especial machista), la pereza y el abuso son temas tabúes para Vanya, que la hacen enfadar. Luego hay otro nivel de cabreo, el nivel 'ponle un dedo encima a mi hija y te arranco la cabeza de un mordisco', pero esa es otra historia.

La seducción y el romance es un auténtico hobby para Vanya. Llámala zorra y la harás sonreír, probablemente. Lo disfruta tanto como disfruta de los hombres. Esta mujer encaja a la perfección en la definición de femme fatal, pues te seducirá, se colará en tus sábanas y se marchará, dejándote hecho polvo. Hace mucho que Vanya no se enamora, y no entra en sus planes volver a hacerlo. Ella ya no cree en el amor.

En resumen, podríamos considerar a Vanya como el prototipo de heroína byroniana, cuyo único propósito en la vida es el hedonismo, disfrutar del momento y escandalizar lo máximo posible a la sociedad con sus actitudes promiscuas, feministas (causa con la que se siente muy comprometida), antisociales y revolucionarias liberales (pero en un ámbito moderado).

HISTORIA

Nina Vanya Demídov, hija primogénita del patriarca actual de los Demídov, nació hace 29 años en San Petersburgo, Rusia. Su padre, Prokofi Demídov había heredado, a la muerte del abuelo de Vanya en 1745 toda la fortuna familiar, incluyendo la innumerable cantidad de fábricas que se dedican a la producción de hierro. Su familia, una de las más ricas e importantes de toda la Rusia Imperial, contaba con varios títulos nobiliarios, entre los que destacaban el de príncipe y conde. Pero puesto que la joven Vanya era mujer, se tuvo que contentar con el título de baronesa, mientras que su hermanos menores Alexandr y Sergey se quedaban con el principado y el condado que ella considera que le pertenecían legítimamente.

Como muchachita de clase alta, Vanya fue educada en casa. Se trató de una enseñanza compartida, pues era impartida por una institutriz y por su madre, que tenía conocimientos de música, literatura y hechicería. Exactamente, fue de su madre de quien Vanya heredó la capacidad de realizar conjuros, y fue su madre quien le ayudó a dar los primeros pasos en este mundo. Cuando Vanya recibía clases de hechicería de su madre a los 10 años se sentía realmente especial, puesto que sus hermanos jamás recibieron esta clase de educación. Fue esta tutela lo que provocó que se formase un fuerte vínculo entre madre e hija, con un apego más considerable que el que Vanya sentía por su padre. Este siempre se había mostrado frío con ella, y bastante más interesado en sus hijos varones que en su pequeña, de la cual solo esperaba conseguir que se casase con algún noble importante, a ser posible en el extranjero.

Con 12 años fue enviada a París a una academia de señoritas, con el propósito de que fuese adoctrinada para convertirse en una señorita ideal. Sin embargo, el efecto no fue precisamente el esperado. En París se daba el caldo de cultivo ideal para las revoluciones populares, por las cuales la adolescente Vanya se sentía fascinada. Fue en sus 16 años cuando, enfrentándose a la autoridad de su escuela, la joven baronesa se sumó a la causa feminista, a sus protestas y a sus manifestaciones, y se empapó del liberalismo y sus ideas. En secreto y con mucha cautela para no ser descubierta, la joven Vanya siguió practicando su hechicería, hasta llegar casi a perfeccionarla sin más ayuda que la de uno de los grimorios que su madre le había entregado antes de marchar.

Cumplidos los 18 años y alcanzada la cumbre de sus conocimientos literarios, musicales y de protocolo, Vanya regresó a la casa que la vio nacer. Sin embargo, las cosas habían cambiado mucho desde que se había ido. Su madre había fallecido, y tanto su padre -ya muy débil y envejecido- como sus hermanos se negaban a explicarle las circunstancias de dicha muerte. Sin embargo, la verdad no se puede ocultar para siempre, y tras seis meses de estancia en San Petersburgo, fue capaz de sonsacarle la información a una criada (a cambio de una buena y tintineante bolsa): La madre de Vanya había sido delatada por su padre y sus hijos a la Iglesia por bruja, y esta había sido condenada a muerte. Presa de cólera y completamente fuera de si, Vanya hizo uso de todo su poder para tomar venganza de aquellos que habían traicionado a su madre: Utilizó sus habilidades para controlar a el mayor de sus hermanos, que bajo los efectos del hechizo de Vanya, asesinó a todos los que se encontraban en la casa, tanto a sus familiares como a los pocos criados que quedaban en el palacete.

Como era de esperar, ninguna culpa recayó en la indefensa muchachita de 18 años que sollozaba por la pérdida de su familia en el juicio. A medida que su hermano chillaba que ella le había obligado a hacerlo, más evidente se hizo para el jurado que el joven sufría algún trastorno mental y que debía ser internado. Y la muchacha, con nadie que dejar atrás en la vieja y anticuada Rusia, decidió volver a emprender un viaje a Francia, en esta ocasión con la esperanza de no volver jamás.

La vida de recién estrenada libertad en París de Vanya se puede resumir en manifestaciones y revolución por el día, y excéntricas y lujosas fiestas de noche. La joven se permitía el lujo de codearse con las más altas esferas de la nobleza y burguesía en Francia gracias al poder de su apellido, y de luchar codo con codo con el resto de feministas y liberales. Poco tiempo después de su regreso a París, conoció en una de las muchísimas manifestaciones a las que asistía a Keegan Donoghue, un muchacho de 17 años de origen irlandés, hijo de unos importantes burgueses de Reino Unido y que estaba estudiando en Francia. El flechazo fue instantáneo, pese a la diferencia de edad de 2 años. La problemática en la relación fue más bien por la visión que tenía la sociedad, que se escandalizaba ante la idea de que una importante noble rusa se relacionase con un miembro del pueblo llano. Sin embargo se casaron a los nueve meses de relación de manera precipitada y alocada, tan alocadamente que Vanya se quedó embarazada. No pudiendo hacer frente a semejante responsabilidad tan joven, Keegan huyó del país a los seis meses de embarazo, dejando a Vanya destrozada. Sin embargo quería mantener su orgullo, y fingió la muerte de su cónyuge, funeral incluido.

DATOS EXTRA

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por Invitado Dom Dic 04, 2016 10:56 am

FICHA EN PROCESO

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