Amalek Taranis Karkarov

por **Amalek T. Karkarov** Mar Ene 10, 2017 2:39 pm

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE▲

Amalek Taranis Karkarov

▲EDAD▲

Aparenta 26 años ( 1528 reales)

▲ESPECIE▲

Vampiro

▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲

-

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase alta (Duque)

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Bisexual

▲LUGAR DE ORIGEN▲

España

▲HABILIDADES/PODERES▲

→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.

→ Atributos: Colmillos afilados, uñas afiladas (en algunos casos), piel y cuerpo resistentes (aunque suave al tacto y a la vista), e inmortalidad.
→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento, si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.

→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros vampiros e identificar a los licántropos gracias a su aura colorada y su característico olor.

→ Ilusión: Capacidad para alterar la relativamente la realidad por medio de alguna ilusión, algo no real para confundir a las personas.

→ Levitar: Habilidad para alzarse desde el suelo, para navegar las corrientes de aire. Permite mejor ángulo para patadas y demás golpes.

→ Inflingir dolor por medio de la mente: Capacidad que consiste en infringir dolor a una persona. Esto sólo funciona por medio de la concentración mental y el contacto visual.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Resulta una tarea compleja describir a un hombre como Amalek, héroe y villano a la vez. Su vida ha sido tan longeva que su carácter ha ido modelándose con el paso del tiempo para limar todas sus asperezas. Por desgracia, el resultado es espeluznante.

En primer lugar, insistiré en su redomada polivalencia, ese don que le hace adaptarse a cualquier situación con actitud resuelta y que resulte increíblemente verosímil a ojos de sus víctimas. El hombre de las mil máscaras, a cada cual más aberrante, en continua antítesis, y eso es precisamente lo que le torna tan peligroso. Nadie fue capaz de alcanzar su verdadera esencia, de ver las fisuras a través de su atractiva imagen, esas que revelan una identidad negra y putrefacta.

Aparentemente, es de naturaleza reverente y tiene un don de palabra sorprendente, lo que suele degradar la crueldad que en realidad lo conforma como persona. Sabe exactamente qué decir y cómo decirlo, porque la labia siempre fue lo suyo, aunque su lengua esconda un filo con sed de sangre; sería capaz de hacer estallar la revolución francesa diciendo las palabras exactas en el momento exacto, sin ser salpicado en el proceso.

Con todo, no confundamos su cortesía y sus modales con timidez o recato, oh no. En realidad, es un canalla sinvergüenza que puede hacer verdadero alarde de una desfachatez y sarcasmo enmascarado de una maravillosa grandilocuencia, tan llena de eufemismos. Le encanta dramatizar y el carisma es su arma favorita; para Amalek, el mundo es un escenario y él carece de miedo escénico, así de sencillo. Y es que, allá donde camina siembra su semilla, plasma su huella inexorable, su asombrosa capacidad retentiva viene dada por el tiempo y la madurez. Nunca nadie tuvo el poder de hacerle verdadero daño moralmente y quizás es por eso que su optimismo es férreo y odioso. ¿Amedrentarse? Ya ha visto el mundo y viaja de la mano con la muerte, además se le da demasiado bien manipular su entorno y moverse entre las sombras. Es un seductor nato al que a veces le encanta hacerse el imbécil para desnudar el alma de los desventurados, y un tunante vestido de príncipe capaz de arrebatarte hasta el alma como te descuides. Así que... ¡Ojo con él!

HISTORIA

Había una vez, el príncipe azul que todas buscaban
en el bastión de la Tormenta, en solitaria grandeza habitaba.
Era el color cerúleo de sus ojos, el cielo que la reina contemplaba;
en un mundo de ranas, donde la ponzoña sangre patricia helaba.
Un buen día, el azul destiñó y blanco opalino se tornó,
Con el manto de la noche, La Muerte tiernamente lo cubrió
para darle el único beso de verdadero amor.

Castillo Dunvegan, La Isla de la Niebla. Diciembre de 1620

Estaba claro que Alfred McLeod no estaba preparado para lo que aquella fatídica noche le depararía.

¿Qué era lo que escondían sus padres en lo más profundo del oscuro pasadizo? A sus veinte años, jamás habían sospechado que un muchacho tan zopenco y examine pudiera poseer una mente tan perspicaz. Quizá por eso no se molestaron en poner medios para proteger su codiciado tesoro, quizá también era la razón fundamental por la cual ningún lacayo prestó verdadera atención a lo que el enfermo estaba haciendo. No era sospechoso que se encaminase a paso expedito dirección la biblioteca para internarse hasta bien entrada la madrugada, sosteniendo en alto el candil que arrojaba grotescas sombras desde sus pies hasta los altos techos de piedra maciza.

Pero no había ido a husmear entre la gigantesca pila de libros polvorientos o pergaminos enrollados. Tampoco titubeó al presionar la pared y sentir la algidez del suelo aterir su piel de alabastro. Descalzo, pisando el polvo, las ratas muertas y el moho, se internó en el atiborrado habitáculo que ostentaba mil y una maravilla. Tesoros amontonados que eran suficiente para alumbrar la estancia sin necesidad de la lámpara de aceite, y más allá, tras las reliquias de Damasco, un impresionante sarcófago antropomorfo de unos tres metros de alto, elaborado de oro bruñido. La máscara funeraria representaba al temible demonio Abraxas, con gigantescos colmillos e incisivos puntiagudos, y sus ojos no eran más que dos esferas vacuas; Alfred sabía que no debía estar ahí, pero su curiosidad era mucho más poderosa, y por eso se aproximó a paso comedido con la intención de contemplar la momia que seguramente custodiaba ese majestuoso sarcófago de origen incierto.

Lo que se encontró estaba lejos de ser una momia común.

Tras quince minutos de intentar retirar la tapa, con mucho esfuerzo un rostro patricio asomó, y Alfred se vio cara a cara con un hombre joven, de unos dos metros de altura, descansando plácidamente sobre el mullido soporte de terciopelo carmesí. La melena, de un rubio feérico se desparramaba uniforme, enmarcando una fisionomía por la que Adonis habría matado; solemne, mayestático. La piel de marfil se abría en pico del brial blanco hasta el inicio de un abdomen de granito tallado. Una capa negra ribeteada de oro con motivos celtas se abrochaba por medio de una fíbula sobre su hombro derecho. Las finas calzas apenas se entreveían tras montones de gemas de crisólito, empleadas para espantar espíritus malignos en la Edad Media. Extrañas runas de distribuían por la frente del varón y creaban aristas hasta su pecho, donde un trozo de papel se adhería.

¿Estaría muerto?

Boquiabierto, Alfred bebió de la imponente visión del ilustre joven. Olía a especias y a humo de turba, y no hacía falta tomarle el pulso para saber que estaba aparentemente en otro mundo. De cualquier forma, su cuerpo estaba conservado con tal perfección que si había perecido, debió ser muy recientemente ¿Y de qué manera?.
Inquieto y preso de una creciente curiosidad, se dedicó a borrar delicadamente algunas marcas de las runas que tatuaban la piel del desconocido, con éxito, y cuando su mano trató de despegar el papel de su pecho, su ceño se frunció abruptamente. ¿Y si lo besaba? ¿Y si era una especie de ángel y se curaba? Había escuchado historias, historias de amor que su madre contaba, tan antiguas como los árboles milenarios. Él era un hombre crédulo que vivía de sueños excéntricos, pero quizás estaba embrujado y no podía hacer algo por él ¿Era posible? Para el devoto Alfred no era inverosímil, así que se inclinó despacio, titubeó y, finalmente, rozó sus labios contra los del enigmático joven de pelo rubio, en un beso casto, tímido.

Y estornudó.

La sangre se propagó a través de su boca y se filtró muy lentamente por la del desconocido. Sólo hacía falta una gota, y ella haría abrir ambos ojos, empañados de la negrura del abismo. Quizás, si Alfred no hubiera aparecido aquel día, Amalek jamás habría vuelto a despertar. Quizás, si Alfred no fuese víctima moribunda de la tuberculosis, ni siquiera su beso le habría devuelto el aliento. Débil y agonizante, Amalek Taranis Karkarov había sido, posiblemente, víctima de un poderoso hechizo arcano en la Edad Media que lo había sellado durante siglos, pero desde su vuelta jamás ha recordado su procedencia y el conflicto que originó su eterno sopor en el sarcófago. ¿Cómo había recompensado a Alfred por su ayuda brindada? Si bien no podía apenas moverse por su energía nula a falta de sangre, pudo ser capaz de morderlo y recuperar una pequeña parte de compostura sin llegar a matarlo.

Como muestra de su gratitud, lo transformaría en vampiro para congelarlo en el tiempo y así, jamás sucumbiría a su enfermedad. Desde entonces ambos vampiros han convivido juntos, y siguen haciéndolo hoy.

Año 1800. París

Amalek Karkarov es viudo, y no es la primera vez que lo ha sido. Viste de luto desde tiempos inmemoriales y se baña en una fortuna considerable gracias a su matrimonio. La última y mayor adquirida al ser propietario de un ducado en España. Su mujer falleció víctima del tifus y Alfred es su mayordomo en la actualidad. A menudo visita Francia vecina, alojándose en París, donde posee una mansión para sus vacaciones, mas no solamente sale de su ducado por un motivo tan ordinario; sus intereses son un enigma.

DATOS EXTRA

→Su voz de tenor es muy sibilante, algo que le favorece cuando trata de persuadir a los demás.
→Posee un esclavo de sangre, llamado Leonel.

→Debida a su longevidad, resulta un hombre anodino que se aburre fácilmente de absolutamente todo... casi todo.

→Debido a su antigüedad, habla diversos idiomas con fluidez: Inglés, francés, alemán, español, italiano y coreano.

→Disfruta del tabaco y el buen vino.

→No recuerda buena parte de su pasado.

©Facilis Descensos Averni RPG

por Invitado Mar Ene 10, 2017 3:56 pm

OBSERVACIONES

favor de corregir

HOLA, TU FICHA ESTÁ CORRECTA, SIN EMBARGO ES NECESARIO QUE HAGAS LOS REGISTROS DE AVATAR, NOMBRE Y APELLIDO. (EL AVATAR SOLO LO RESERVASTE)

DEBIDO A QUE PONES QUE ERES UN DUQUE DEBES REGISTRARLO (EN CASO DE QUE HAYA ALGO DESOCUPADO, CREERÍA QUE REALMENTE NO LO HAY, PERO POR LAS DUDAS VE A FIJARTE A LA ZONA DE REGISTRO DE REALEZA)
EN CASO DE QUE LO HAYA REGÍSTRALO TAMBIÉN Y PASA A AVISAR POR AQUÍ. EN CASO CONTRARIO DEBES EDITAR ESA INFORMACIÓN Y PONER CLASE ALTA PARA PODER APROBARTE LA FICHA.

SALUDOS

CODE BY NIGEL QUARTERMANE

por **Amalek T. Karkarov** Miér Ene 11, 2017 6:36 am

Listo, he solicitado el cargo pero estoy pendiente de que me lo asignen o no.

por Invitado Miér Ene 11, 2017 3:40 pm

FICHA APROBADA

bienvenido/a a victorian vampires

¡ENHORABUENA! YA ERES PARTE DE VICTORIAN VAMPIRES Y TE DAMOS LA MÁS CORDIAL BIENVENIDA.

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