AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Haralamb Rajhko "El coyote de las carrozas"
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Haralamb Rajhko "El coyote de las carrozas"
por Haralamb Rajhko Miér Ene 11, 2017 11:37 pm
▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲
Haralamb Rajhko.▲EDAD▲
35 años▲ESPECIE▲
Humano/Gitano.▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲
Ninguna.▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲
Baja.▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲
Heterosexual.▲LUGAR DE ORIGEN▲
Hungría/Río Drava.▲HABILIDADES/PODERES▲
*Adivinación del futuro*Control del humor
*Percepción del aura
De carácter pasivo, pero aun así alegre siempre con esperanza y una mirada positiva al mundo que le rodea a pesar de que las circunstancias no le favorezcan. Decisivo e insistente cuando de lograr una meta se trata, siempre lo logra a pesar de tener que poner en riesgo hasta su propia existencia, es una persona sumamente reservada cuando de algún desconocido se trata lo cual esconde solo su carácter real del cual algunas personas se han aprovechado, de su paciencia y amabilidad como el anciano adinerado al cual no puedo hacerle nada a pesar del coraje que contenía, no pudo dejar salir su ira y devolverle ojo por ojo lo que le hizo a su familia.
A pesar de todo esto es una persona que suele buscar la justicia para los demás como anteriormente se comenta el arriesgaría la vida por salvar a algún desdichado como lo ha sido en algunos momentos de su vida.
Tiene la implacable idea de buscar alguna solución a todo lo que le atormenta en su pasado, la cual tiene un fin que será llevar a cabo la justicia que dejó de lado aquel día, lo cual ni él mismo conoce, no conoce el misterio de cómo terminará todo eso, solo sabe que la justicia siempre tendrá cabida en el mundo sea por obra divina o por mano humana ya sea el llevarlo a la cárcel como lo merece tal inmundo y desalmando hombre o…
A pesar de todo esto es una persona que suele buscar la justicia para los demás como anteriormente se comenta el arriesgaría la vida por salvar a algún desdichado como lo ha sido en algunos momentos de su vida.
Tiene la implacable idea de buscar alguna solución a todo lo que le atormenta en su pasado, la cual tiene un fin que será llevar a cabo la justicia que dejó de lado aquel día, lo cual ni él mismo conoce, no conoce el misterio de cómo terminará todo eso, solo sabe que la justicia siempre tendrá cabida en el mundo sea por obra divina o por mano humana ya sea el llevarlo a la cárcel como lo merece tal inmundo y desalmando hombre o…
Un desdichado niño nacido de una humilde familia con muchas carencias y bajo una imagen social negativa de la comunidad en la cual pertenecían el ocultismo, las artes paganas, por ejemplo, de robar, de echar mal de ojo, de oficios deshonrosos, de vagancia: “una raza indomable, inescrutable, infatigable, inasimilable e inexterminable, tan temida como odiada”.
Todo esto dado por la carencia de conocimiento de las otras personas. Y no hacían mucho por desmentirlo ya que en cierta manera eso les hacía salvaguardarse un poco, ya que, aunque los demás les pudieran temer a ellos por esas leyendas, ellos (los gitanos) sí que tenían verdaderos motivos para temerle a los demás.
Eran tiempos en los que en algunos lugares eran perseguidos, incluso hasta casi querer su exterminio y era lógico que hicieran lo que fuera por tal de sobrevivir más no lo suficiente ya que muchos de ellos no lograrían llegar más que a contar más que unos cuantos y jóvenes años como marginados, dentro de esta carrera en contra del destino que acechaba a este pueblo con ganas de vivir; y la familia de Haralamb no fue la excepción ellos siempre fueron una familia de gitanos en estas mismas condiciones y aunque a los ojos fríos de la sociedad fueran viles ladrones simplemente trataban de subsistir como cualquier familia gitana de la región.
Haralamb el menor de dos hermanos, hijo de padres gitanos de los cuales desconocía sus raíces de la misma manera en que la gente desconocía los orígenes de este pueblo. Eran unos humildes fabricantes de muebles (sillas, mesas, estantes, etc.) los cueles los fabricaban sacando el material de viejas carretas y madera abandonada todo con esa astucia innata por subsistir que hacía que los fabricaran con la mejor mano de obra que estuviese a su alcance lograr todo ello para poder llegar a venderlos en los mercados de los pueblos cercanos de los caminos que solían recorrer haciéndolos pasar por los muebles de mejor calidad.
Su hermano mayor Jesulé le apodaba el “Coyote de las carrosas” ya que un día fue tan sigiloso al hurtar un licor del bolsillo de su padre sin que se diese cuenta, cuan sigiloso coyote se acerca a su presa sin siquiera dar una mínima señal de su presencia, ese día fue memorable en su vida, fue el día que logro captar la atención de su preciado hermano que tanto admiraba, del cual quería seguir sus pasos y del cual quería constantemente llamar su atención, en honor a esto ese día fue a pasar a ser unos de sus recuerdos más preciados no por el hecho de que hubiera sido la primera vez que se embriagó o la primera vez que hurto, si no más que ello fue la primera vez que sintió que lo que hacía le hacía sentirse amado.
Ya habiéndose convertido en un hombre Haralamb junto con su hermano eran quienes apoyaban a su padre para sostener a la familia, que con el tiempo se amplió, pues Haralamb había contraído matrimonio con una mujer de nombre Hajna, él contando con treinta años de edad y ella con veintinueve, la cual conoció en una de las regiones donde normalmente se instalaba el circo gitano.
Un día como cualquier otro donde la gente trabajaba, donde todo era ordinario, donde los ricos eran ricos y los pobres eran pobres, en donde nadie se percataba siquiera de que hay más allá de sus vidas cotidianas llenas de rutina, nadie siquiera tendría el pensamiento de que ocasionalmente se entrelazan estos dos tipos de vida en este mundo, ya fuese por valor, odio, amor, coraje u honor, seguían siendo cada una parte de la otra, parte de la misma humanidad (de la decadencia o la indiferencia) Ni siquiera una familia versada como lo eran las familias gitanas se imaginaba que podrían cruzarse estos dos tipos de vida y menos como el destino se los tenía preparado.
Ese día tan particular, el hermanos y el padre de Haralamb se encontraban en el mercado de un pueblo el cual solían frecuentar en cierta época del año, ya que en esa época en especial se acercaban algunos criados trabajadores de familias de la élite, en busca de toda clase de objetos curiosos y valiosos por su rareza, objetos que solo los gitanos podían portar por su misma naturaleza errante que los llevaba por diversos países y zonas no muy cotidianas para este tipo de gente, tales como eran sus tan exuberantes muebles con diseños, molduras y costuras nunca vista por esa región (lo cual sería una dicha para un lacayo el decir que los encontró especialmente para su amo y por su rareza sus amos podrían alardear con las demás familias de la élite de esa zona)
En un momento mientras los hermanos aceitaban los muebles para la venta, su padre observó a un hombre el cual miraba cuidadosamente como sus hijos trabajaban dándole brillo a esos artefactos tan exuberantes. Mientras su padre seguía observándolo con la esperanza de obtener una venta el hombre se acercó a su padre diciendo:
- Que buena mano de obra se ve que portan estos bártulos, ¿tal vez sea acaso que son de alguna región lejana de esta zona?
El padre de Haralamb respondió tratando de conseguir el negocio:
-Claro, por supuesto que son del extranjero, ¿que no ve que tal mano de obra no se ve por algún lugar de esta región?
El hombre con gesto de asombro y una gran sonrisa en su rostro de inmediato no dudó en ofrecer una jugosa cantidad por tales obras de arte contemporáneas las cuales serían un placer mostrarles a sus amos.
Al llegar con su amo con tales bártulos él se sorprendió y dio un salto diciendo:
-Oh que HERMOSOS! Te felicito por esta compra que has hecho, te verás recompensado por ello. El hombre por dentro saltaba de alegría pensando en su jugosa recompensa (no solo económica sino también por el estatus que tendría dentro de la servidumbre de su patrón) Pero oh sorpresa que se llevaría al ver en ese mismo momento mientras pensaba en cómo gastarse su pago el caer de su amado patrón de una de las ¨preciadas piezas¨ (silla) y romperse un brazo por ser una persona de avanzada edad.
-¡Dios mío pero que idiota que clase de basura has traído a mis aposentos, estos nunca debió haber pasado y tú y nadie más que tu tiene la culpa de esto inútil!!!! - Le dijo mientras gemía de dolor por la grave fractura que se había hecho al caer el decadente anciano.
- ¡Tráeme de inmediato a los ladrones que te han timado y se han llevado mi dinero, MI PRECIADO Y VALIOSO DINERO!!!......
- SI NO TU PAGARAS ESTA BURLA CON TU CUELLO!
De inmediato el lacayo comenzó la búsqueda de aquellos que le habían privado de su recompensa, del gozo y el privilegio de haber sido el consentido de su jefe y a aquellos que solo arrebatándoles lo único que tienen podrían apaciguar la furia de su tan intolerante patrón y esto sería su vida. Esto no sería nada fácil ya que ellos nunca se encontraban en un solo sitio, era como hallar una aguja en un pajar, pero había una ventaja para él y una desventaja para la pobre familia gitana, había un rastro que podían seguir ya que Haralamb se había hecho popular por esa zona y algunas otras que visitaban por negociar y realizar muy buenos trueques con hierbas medicinales que no se encontraban tan fácilmente en muchas regiones, estas las intercambiaba siempre por alguna mercancía que iban necesitando para fabricar sus muebles como, cola, clavos, y cuervas (esto lo aprendió una ocasión que conoció a una persona en su infancia en el circo gitano, una anciana adivinadora del tarot la cual le encomendó seguir con esta tan preciada y escondía tradición que vivía en las entrañas misteriosas de su pueblo, esto seguido de haberle regalado un libro de herbolaria el cual estudiaría por los siguientes años)
Por esta razón no fue difícil encontrarlos, solo fue cuestión de que el lacayo fuese con alguno de los herreros de la ciudad los cuales tenían la fama de negociar algunas de sus mercancías con los gitanos cuando se encontraban en la ciudad. Mientras tanto Haralamb se encontraba en la soledad retirado de su amada familia reflexionando entre los montes y buscando sus tan preciadas especias mientras su madre, esposa e hijo se encontraban en la carroza terminando de coser y zurcir los tapices de sus sillas y su padre y hermano estaban recabando cerca de ellas trozos de madera de carrozar abandonadas como solían hacerlo al instalarse en una nueva zona.
- Hola buenas tardes, disculpe caballero tiene un minuto, solo le pido un momento y disculpe lo moleste. Se acercó una persona con la cara cubierta por una túnica oscura con capuchón, acompañado de hombres, uno de ellos con una cicatriz que le dividía el rostro y que lo hacía ver junto con sus compañeros como los más desalmados y fríos que habían sido vistos por esa región, éstos estaban en una carreta cubierta por una lona en la parte de atrás.
- Claro que sí señor dígame ¿en que le puedo ayudar? Respondió el padre de Haralamb en tono amable pero fuerte.
-¿Me podrían ayudar a decirme si le es familiar este tipo de bártulos, acaso será de algún conocido de usted? El hombre había hecho esta misma cuestión a todo gitano por esa región mostrándoles los muebles que llevaba en la parte trasera de la carreta
- Claro los fabricamos nosotros, mi esposa, mis hijos y yo los hacemos. Le dice alegre al pensar en haber conseguido un buen cliente el cual pudiera darle un par de monedas más para poder alimentar a su familia.
-Oh ya veo, entonces SON USTEDES AQUELLOS QUIENES LOS FABRICAN!!! Respondió el lacayo dando una orden con su escuálida mano a sus acompañantes. De pronto y de golpe ya se encontraban aquellos hombres con cicatrices en sus rostros y sus expresiones de gozo al ver el miedo del padre de Haralamb y su hermano.
- ¡Amárrenlos de inmediato, quiero que nos acompañen un poco más de tiempo estos humildes trabajadores JA JA JA!
Diciendo esto el lacayo sarcásticamente, los ataron de manos y pies y amordazándolos los anudaron a la parte posterior de la carreta mientras dando una orden a sus corceles le indica ir a toda velocidad en donde se veía una fogata y la única carroza cercana donde suponía encontraría al resto de estos ladrones.
- Por favor!, ¿qué pasa?, ¿qué piensan hacer?? Gritó el padre de Haralamb
- ¡Hagan lo que quieran con nosotros, pero déjenlas a ellas!! Dijo Jesulé el hermano de Haralamb.
-Entonces ahí es en donde está el resto de ustedes eeeh!!! Dijo esto el lacayo percatándose de que ahí se encontraba el resto de su familia por lo que había dicho Jesulé el Hermano de Haralamb. De pronto de la nada uno de los hombres dio un salto apresurado con ojos llenos de locura y sediento de muerte. -Alto espera aun no doy ordenes!! Dijo el lacayo mientras veía correr al hombre el cual caso omiso le hizo.
-FUEGO!! ¡ME ENCANTA EL FUEGO, QUE ARDA TODO!!!! - Dijo el hombre de la cicatriz con voz desquiciada y malvada mientras atracaba la puerta de la carroza con un tronco y comenzaba a incendiarla con ellos dentro. De pronto Haralamb a lo lejos escucho los gritos de su hijo y su familia e inmediatamente corrió hacia donde se hallaban, sólo para encontrarse con la trágica escena de una carroza consumiéndose en llamas a la vez que veía como se alejaba una carreta con la silueta de unos hombres que la conducían, llevando a su padre y a su hermano al pie de la misma siendo arrastrados por completo sobre el pedregoso camino.
Ese día fue uno que Haralamb jamás olvidaría, fue el día que le arrebataron todo, no solo su familia, si no toda su vida, sus sueños e ilusiones, se dio cuenta que su vida ahora carecía de sentido alguno, su mundo se había terminado, el ya no sería nunca el mismo. Pero aun en lo más profundo de sí mismo quedaba una pequeña llama encendida que alimentaba la ferviente pregunta de saber quién fue el que estuvo detrás de esta siniestra escena de muerte y el cual fue el responsable de arrebatarle todo lo que tenía, todo lo que fue su mundo, todo lo que él conocía y amaba, y se juró que no descansaría hasta encontrar al responsable semejante atrocidad, así es como se convirtió en una sombra, un hombre sin sentido en su vida, errante por cada tierra del mundo…
Todo esto dado por la carencia de conocimiento de las otras personas. Y no hacían mucho por desmentirlo ya que en cierta manera eso les hacía salvaguardarse un poco, ya que, aunque los demás les pudieran temer a ellos por esas leyendas, ellos (los gitanos) sí que tenían verdaderos motivos para temerle a los demás.
Eran tiempos en los que en algunos lugares eran perseguidos, incluso hasta casi querer su exterminio y era lógico que hicieran lo que fuera por tal de sobrevivir más no lo suficiente ya que muchos de ellos no lograrían llegar más que a contar más que unos cuantos y jóvenes años como marginados, dentro de esta carrera en contra del destino que acechaba a este pueblo con ganas de vivir; y la familia de Haralamb no fue la excepción ellos siempre fueron una familia de gitanos en estas mismas condiciones y aunque a los ojos fríos de la sociedad fueran viles ladrones simplemente trataban de subsistir como cualquier familia gitana de la región.
Haralamb el menor de dos hermanos, hijo de padres gitanos de los cuales desconocía sus raíces de la misma manera en que la gente desconocía los orígenes de este pueblo. Eran unos humildes fabricantes de muebles (sillas, mesas, estantes, etc.) los cueles los fabricaban sacando el material de viejas carretas y madera abandonada todo con esa astucia innata por subsistir que hacía que los fabricaran con la mejor mano de obra que estuviese a su alcance lograr todo ello para poder llegar a venderlos en los mercados de los pueblos cercanos de los caminos que solían recorrer haciéndolos pasar por los muebles de mejor calidad.
Su hermano mayor Jesulé le apodaba el “Coyote de las carrosas” ya que un día fue tan sigiloso al hurtar un licor del bolsillo de su padre sin que se diese cuenta, cuan sigiloso coyote se acerca a su presa sin siquiera dar una mínima señal de su presencia, ese día fue memorable en su vida, fue el día que logro captar la atención de su preciado hermano que tanto admiraba, del cual quería seguir sus pasos y del cual quería constantemente llamar su atención, en honor a esto ese día fue a pasar a ser unos de sus recuerdos más preciados no por el hecho de que hubiera sido la primera vez que se embriagó o la primera vez que hurto, si no más que ello fue la primera vez que sintió que lo que hacía le hacía sentirse amado.
Ya habiéndose convertido en un hombre Haralamb junto con su hermano eran quienes apoyaban a su padre para sostener a la familia, que con el tiempo se amplió, pues Haralamb había contraído matrimonio con una mujer de nombre Hajna, él contando con treinta años de edad y ella con veintinueve, la cual conoció en una de las regiones donde normalmente se instalaba el circo gitano.
Un día como cualquier otro donde la gente trabajaba, donde todo era ordinario, donde los ricos eran ricos y los pobres eran pobres, en donde nadie se percataba siquiera de que hay más allá de sus vidas cotidianas llenas de rutina, nadie siquiera tendría el pensamiento de que ocasionalmente se entrelazan estos dos tipos de vida en este mundo, ya fuese por valor, odio, amor, coraje u honor, seguían siendo cada una parte de la otra, parte de la misma humanidad (de la decadencia o la indiferencia) Ni siquiera una familia versada como lo eran las familias gitanas se imaginaba que podrían cruzarse estos dos tipos de vida y menos como el destino se los tenía preparado.
Ese día tan particular, el hermanos y el padre de Haralamb se encontraban en el mercado de un pueblo el cual solían frecuentar en cierta época del año, ya que en esa época en especial se acercaban algunos criados trabajadores de familias de la élite, en busca de toda clase de objetos curiosos y valiosos por su rareza, objetos que solo los gitanos podían portar por su misma naturaleza errante que los llevaba por diversos países y zonas no muy cotidianas para este tipo de gente, tales como eran sus tan exuberantes muebles con diseños, molduras y costuras nunca vista por esa región (lo cual sería una dicha para un lacayo el decir que los encontró especialmente para su amo y por su rareza sus amos podrían alardear con las demás familias de la élite de esa zona)
En un momento mientras los hermanos aceitaban los muebles para la venta, su padre observó a un hombre el cual miraba cuidadosamente como sus hijos trabajaban dándole brillo a esos artefactos tan exuberantes. Mientras su padre seguía observándolo con la esperanza de obtener una venta el hombre se acercó a su padre diciendo:
- Que buena mano de obra se ve que portan estos bártulos, ¿tal vez sea acaso que son de alguna región lejana de esta zona?
El padre de Haralamb respondió tratando de conseguir el negocio:
-Claro, por supuesto que son del extranjero, ¿que no ve que tal mano de obra no se ve por algún lugar de esta región?
El hombre con gesto de asombro y una gran sonrisa en su rostro de inmediato no dudó en ofrecer una jugosa cantidad por tales obras de arte contemporáneas las cuales serían un placer mostrarles a sus amos.
Al llegar con su amo con tales bártulos él se sorprendió y dio un salto diciendo:
-Oh que HERMOSOS! Te felicito por esta compra que has hecho, te verás recompensado por ello. El hombre por dentro saltaba de alegría pensando en su jugosa recompensa (no solo económica sino también por el estatus que tendría dentro de la servidumbre de su patrón) Pero oh sorpresa que se llevaría al ver en ese mismo momento mientras pensaba en cómo gastarse su pago el caer de su amado patrón de una de las ¨preciadas piezas¨ (silla) y romperse un brazo por ser una persona de avanzada edad.
-¡Dios mío pero que idiota que clase de basura has traído a mis aposentos, estos nunca debió haber pasado y tú y nadie más que tu tiene la culpa de esto inútil!!!! - Le dijo mientras gemía de dolor por la grave fractura que se había hecho al caer el decadente anciano.
- ¡Tráeme de inmediato a los ladrones que te han timado y se han llevado mi dinero, MI PRECIADO Y VALIOSO DINERO!!!......
- SI NO TU PAGARAS ESTA BURLA CON TU CUELLO!
De inmediato el lacayo comenzó la búsqueda de aquellos que le habían privado de su recompensa, del gozo y el privilegio de haber sido el consentido de su jefe y a aquellos que solo arrebatándoles lo único que tienen podrían apaciguar la furia de su tan intolerante patrón y esto sería su vida. Esto no sería nada fácil ya que ellos nunca se encontraban en un solo sitio, era como hallar una aguja en un pajar, pero había una ventaja para él y una desventaja para la pobre familia gitana, había un rastro que podían seguir ya que Haralamb se había hecho popular por esa zona y algunas otras que visitaban por negociar y realizar muy buenos trueques con hierbas medicinales que no se encontraban tan fácilmente en muchas regiones, estas las intercambiaba siempre por alguna mercancía que iban necesitando para fabricar sus muebles como, cola, clavos, y cuervas (esto lo aprendió una ocasión que conoció a una persona en su infancia en el circo gitano, una anciana adivinadora del tarot la cual le encomendó seguir con esta tan preciada y escondía tradición que vivía en las entrañas misteriosas de su pueblo, esto seguido de haberle regalado un libro de herbolaria el cual estudiaría por los siguientes años)
Por esta razón no fue difícil encontrarlos, solo fue cuestión de que el lacayo fuese con alguno de los herreros de la ciudad los cuales tenían la fama de negociar algunas de sus mercancías con los gitanos cuando se encontraban en la ciudad. Mientras tanto Haralamb se encontraba en la soledad retirado de su amada familia reflexionando entre los montes y buscando sus tan preciadas especias mientras su madre, esposa e hijo se encontraban en la carroza terminando de coser y zurcir los tapices de sus sillas y su padre y hermano estaban recabando cerca de ellas trozos de madera de carrozar abandonadas como solían hacerlo al instalarse en una nueva zona.
- Hola buenas tardes, disculpe caballero tiene un minuto, solo le pido un momento y disculpe lo moleste. Se acercó una persona con la cara cubierta por una túnica oscura con capuchón, acompañado de hombres, uno de ellos con una cicatriz que le dividía el rostro y que lo hacía ver junto con sus compañeros como los más desalmados y fríos que habían sido vistos por esa región, éstos estaban en una carreta cubierta por una lona en la parte de atrás.
- Claro que sí señor dígame ¿en que le puedo ayudar? Respondió el padre de Haralamb en tono amable pero fuerte.
-¿Me podrían ayudar a decirme si le es familiar este tipo de bártulos, acaso será de algún conocido de usted? El hombre había hecho esta misma cuestión a todo gitano por esa región mostrándoles los muebles que llevaba en la parte trasera de la carreta
- Claro los fabricamos nosotros, mi esposa, mis hijos y yo los hacemos. Le dice alegre al pensar en haber conseguido un buen cliente el cual pudiera darle un par de monedas más para poder alimentar a su familia.
-Oh ya veo, entonces SON USTEDES AQUELLOS QUIENES LOS FABRICAN!!! Respondió el lacayo dando una orden con su escuálida mano a sus acompañantes. De pronto y de golpe ya se encontraban aquellos hombres con cicatrices en sus rostros y sus expresiones de gozo al ver el miedo del padre de Haralamb y su hermano.
- ¡Amárrenlos de inmediato, quiero que nos acompañen un poco más de tiempo estos humildes trabajadores JA JA JA!
Diciendo esto el lacayo sarcásticamente, los ataron de manos y pies y amordazándolos los anudaron a la parte posterior de la carreta mientras dando una orden a sus corceles le indica ir a toda velocidad en donde se veía una fogata y la única carroza cercana donde suponía encontraría al resto de estos ladrones.
- Por favor!, ¿qué pasa?, ¿qué piensan hacer?? Gritó el padre de Haralamb
- ¡Hagan lo que quieran con nosotros, pero déjenlas a ellas!! Dijo Jesulé el hermano de Haralamb.
-Entonces ahí es en donde está el resto de ustedes eeeh!!! Dijo esto el lacayo percatándose de que ahí se encontraba el resto de su familia por lo que había dicho Jesulé el Hermano de Haralamb. De pronto de la nada uno de los hombres dio un salto apresurado con ojos llenos de locura y sediento de muerte. -Alto espera aun no doy ordenes!! Dijo el lacayo mientras veía correr al hombre el cual caso omiso le hizo.
-FUEGO!! ¡ME ENCANTA EL FUEGO, QUE ARDA TODO!!!! - Dijo el hombre de la cicatriz con voz desquiciada y malvada mientras atracaba la puerta de la carroza con un tronco y comenzaba a incendiarla con ellos dentro. De pronto Haralamb a lo lejos escucho los gritos de su hijo y su familia e inmediatamente corrió hacia donde se hallaban, sólo para encontrarse con la trágica escena de una carroza consumiéndose en llamas a la vez que veía como se alejaba una carreta con la silueta de unos hombres que la conducían, llevando a su padre y a su hermano al pie de la misma siendo arrastrados por completo sobre el pedregoso camino.
Ese día fue uno que Haralamb jamás olvidaría, fue el día que le arrebataron todo, no solo su familia, si no toda su vida, sus sueños e ilusiones, se dio cuenta que su vida ahora carecía de sentido alguno, su mundo se había terminado, el ya no sería nunca el mismo. Pero aun en lo más profundo de sí mismo quedaba una pequeña llama encendida que alimentaba la ferviente pregunta de saber quién fue el que estuvo detrás de esta siniestra escena de muerte y el cual fue el responsable de arrebatarle todo lo que tenía, todo lo que fue su mundo, todo lo que él conocía y amaba, y se juró que no descansaría hasta encontrar al responsable semejante atrocidad, así es como se convirtió en una sombra, un hombre sin sentido en su vida, errante por cada tierra del mundo…
*El adinerado se da cuenta de que lo estafaron, pero los gitanos no saben a quién han estafado, lo hicieron con uno de los más poderosos y adinerados de esa región el cual no solo tenía fama por ser adinerado si no por haber obtenido su riqueza de la manera menos honesta y aceptable
*Casado con una gitana llamada Hajna la cual conoció en alguna región de las que frecuentaba su familia cuando él era niño (la zona favorita de Haralamb siempre fue en las regiones donde se solía instalar el circo gitano, posiblemente ahí la conoció por ello el ferviente deseo de no dejar atrás lo que la anciana le encomendó)
*Haralamb tuvo un hijo de 3 años llamado Bajnok el cual falleció, al igual que su madre, a manos de los sirvientes que se encontraban al mando del lacayo, ambos desquiciados y que tomaron venganza por orden de un rico resentido.
*Casado con una gitana llamada Hajna la cual conoció en alguna región de las que frecuentaba su familia cuando él era niño (la zona favorita de Haralamb siempre fue en las regiones donde se solía instalar el circo gitano, posiblemente ahí la conoció por ello el ferviente deseo de no dejar atrás lo que la anciana le encomendó)
*Haralamb tuvo un hijo de 3 años llamado Bajnok el cual falleció, al igual que su madre, a manos de los sirvientes que se encontraban al mando del lacayo, ambos desquiciados y que tomaron venganza por orden de un rico resentido.
Haralamb Rajhko- Gitano
- Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 03/11/2016
Re: Haralamb Rajhko "El coyote de las carrozas"
por Invitado Jue Ene 12, 2017 9:14 am
OBSERVACIONES
favor de corregir
ESTÁ TODO CORRECTO, SALVO EL TEMA DEL APELLIDO QUE TE HE COMENTADO EN EL REGISTRO. CUANDO LO REGISTRES CORRECTAMENTE, POSTEA AQUÍ PARA QUE TE ACEPTEMOS LA FICHA Y TE DEMOS COLOR.
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Invitado- Invitado
Re: Haralamb Rajhko "El coyote de las carrozas"
por Haralamb Rajhko Dom Ene 22, 2017 6:15 pm
Listo ya he corregido el tema del apellido, se mando como ¨Rajhko (1)¨
Haralamb Rajhko- Gitano
- Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 03/11/2016
Registro de Apellido Haralamb Rajhko
por Haralamb Rajhko Dom Ene 22, 2017 6:19 pm
Amanda Smith escribió:
Listo ya he corregido el tema del apellido, se mando como ¨Rajhko (1)¨ una disculpa por la tardanza en contestar que aun estoy aprendiendo a manejar las opciones del foro y toda la pagina en si, saludos
CODE BY NIGEL QUARTERMANE
Haralamb Rajhko- Gitano
- Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 03/11/2016
Re: Haralamb Rajhko "El coyote de las carrozas"
por Invitado Lun Ene 23, 2017 4:17 pm
FICHA APROBADA
bienvenido/a a victorian vampires
¡ENHORABUENA! YA ERES PARTE DE VICTORIAN VAMPIRES Y TE DAMOS LA MÁS CORDIAL BIENVENIDA.
ANTES DE HACER CUALQUIER OTRA COSA, TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADO/A DE CÓMO MANEJAMOS TODO EN ESTE SITIO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MALOS ENTENDIDOS. A CONTINUACIÓN TE DEJO LOS LINKS MÁS IMPORTANTES PARA QUE PUEDAS CONOCER LA INFORMACIÓN, Y SI DESPUÉS DE LEER SIGUES TENIENDO ALGUNA DUDA, PUEDES CONTACTARME A MÍ O A OTRO DE LOS ADMINISTRADORES; ESTAMOS PARA SERVIRTE.
¡QUE TE DIVIERTAS!
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