AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Some common sense it's need.
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Some common sense it's need.
"I keep breathing but my lungs feel no air and my heart have no beat"
Cameron Luca D’Lizoni solía ser un mortal atiborrado de responsabilidades. Un apellido que enaltecer, negocios que aprender y relaciones que sostener con personas cuya simple mención le disgustaban. Empero, al recibir la maldición por parte de su difunda madre fue admitido en un mundo completamente diferente en el que podía ser libre, no como normalmente lo era, no, como en realidad el universo pedía. Era capaz de jactarse sobre lo perfecta que iba su vida en Francia, lejos de su progenitor hasta la noche en que llegó tal fatídica carta con noticias de la muerte de su madre que, a boca y juicio de su padre había sido un desafortunado asalto. De esos sacados de obras de temáticas mas él bien supo la verdad a mano de la manada que la difunta frecuentaba: cazadores. Fue desde aquella noche que su corazón ensombreció con sed de sangre y deseos de venganza dando por muerto el espíritu risueño que desde pequeño le acompañó, temiendo no ser lo suficientemente capaz de recuperar tal aura que solía hacer sonreír a su madre.
Tal parece, desde entonces el universo ha decidido posar sobre él lo que muchos se dan el lujo de llamar mala fortuna. Toma trago largo de la copa en sus manos con la que por más de cinco minutos jugaba, en otras circunstancias estaría bebiendo en compañía de su mejor amigo o permitiendo que el alcohol surta efecto con alguna dama en sus piernas, sin embargo, hoy tan solo anhelaba ahogar sus penas a solas. De buenas a primeras decidió abalanzarse sobre los cazadores, tantos a la vez como le fuera posible, altanero involucró el único hermano que tuvo la dicha de encontrar y persiguió a una cazadora en particular, ella, que de todas, se entrometió en su cabeza y amenazaba con afectar sus latidos ¿para qué? Terminar en un bar de mala muerte con la ineludible verdad que le gritaba como fue tan incauto e insensible para lastimar a dos personas en una misma noche: una de ellas el único refugio que le quedaba no solo en París sino en el mundo y la otra…, la otra disponía de juegos mentales en su contra sin siquiera percatarse de sus efectos en él.
Deja la copa sobre la barra, entierra las manos en su cabellera castaña y por centésima vez se maldice sin cesar ¿a donde vino a terminar? Con seguridad ha perdido quien en el pasado fue, sumergido en el más oscuro de los pozos, confuso sin saber a dónde ir y es que aun algo fuerte dentro de él le ordenaba mantener la vista fija en sus planes recientes, una fuerza aún mayor luchaba por apelar a su conciencia.
Agotado sostiene la copa una vez más cuando un par de delicadas manos la arrebata de las suyas.
—No me interesa quien seas, será mejor que busques favores en otro por esta noche…
Años, meses, incluso semanas atrás un Cameron distinto habría sonreído y dejado el lugar con las más amables palabras mas hoy su mentón cayó la atención a quien había enviado tales palabras.
—Ayshane —dice, sorprendido más de lo que creyó estar de volver a ver a la loba.
Cameron D’ Lizoni- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 65
Fecha de inscripción : 20/04/2016
Localización : Francia
Re: Some common sense it's need.
Otra noche más en una discreta taberna de la capital francesa, degusto con calma una copa de vino tinto sin otro objetivo que pasar las últimas horas del día antes de retirarme, al hotel donde todavía me alojo, a descansar tras un largo y tedioso día donde la búsqueda de ese fantasma que se hace llamar mi prometido sigue sin dar sus frutos. Después del desafortunado encuentro en el bosque con esa pareja de cazadores que sabían más de mí de lo simplemente probable por mi condición, comienzo a pensar que la única razón por la que estoy en París es por alejarme de mi manada.
La casualidad de haber encontrado a un semejante en París que se ha ofrecido a ayudarme en mi contienda y averiguar la razón de lo sucedido con esos cazadores que finalmente dejamos con vida, ha provocado en mí una sensación de plena confianza que llevaba tiempo sin sentir; y es que desde que hace meses me marché de Rusia para emprender mi cometido, he tratado de mantenerme oculta en el anonimato. Pero mi encuentro con el conde ha supuesto un soplo de aire fresco, la posibilidad de entender porque a pesar de mis dotes de rastreo no consigo dar con dicha persona y el porqué alguien contrató a esos cazadores para terminar con mi vida, lejos de la razón de que su trabajo sea tal y mi condición no les haga poner excusas.
Pero esa noche me he propuesto no pensar más en ello, disfrutar de esa copa antes de retirarme y no meterme en más altercados. A la mañana siguiente tengo una cita con el conde Romanovs, en la que prometió proporcionarme la información que necesitaba.
Acomodada en uno de los reservados de la taberna, donde el asiento se reduce a un pequeño sofá de cuero oscuro, tengo controlada la visión de toda ésta sin necesidad de ser descubierta a simple vista. Lugar elegido minuciosamente para continuar con esa costumbre tan bien arraigada de mantener siempre las espaldas cubiertas y todos los frentes controlados.
Ando rodeando con mi dedo índice el contorno de la copa, ensimismada en mis propios pensamientos, cuando el aura de un hombre en particular apoyado en la barra llama mi atención. No sé el tiempo que llevará allí, pero estimaría que más que suficiente por sus movimientos de desesperación. Una media sonrisa aparece en mis labios cuando tras estudiar bien su aura y comprobar que se trata de otro igual, me doy cuenta de que conozco a ese lobo que en más de una ocasión he coincidido con él. Y es que es difícil de olvidar al heredero de un apellido tan distinguido de Italia, donde su fama le precede. Una familia extraña la suya, donde la mitad de sus miembros guardan el secreto de la licantropía mientras que el resto lo ignora por completo.
Me pongo en pie sin tener muy claro la razón de mi acercamiento, acortando con sigilo la distancia que nos separa, tomando su copa con rapidez antes de que sea capaz de beber de nuevo de ésta. Algo me dice que ese lobo no está en su mejor momento y encontrar una cara amiga siempre se agradece.
- Señor D´Lizoni, ¿nunca le han dicho que no es recomendable ahogar las penas en el fondo de una botella?- sugiero con una sonrisa ladina ante su sorpresa por encontrarme allí. Es obvio que ninguno de los dos esperaba la presencia del otro, pero es lo que tienen las casualidades, que no sabes cuando te sorprenderán. Cameron y yo hemos coincidido en más de una ocasión en esas típicas fiestas de gala que se organizan con asiduidad en más de una ocasión en las altas esferas de nuestros países y a las que, por ser los mayores de cada familia hemos tenido que asistir.- ¿Le importa si tomo asiento a su lado? Es agradable ver una cara amiga estando tan lejos de nuestros hogares, ¿no le parece? - y es que aunque Cameron y yo seamos tan distintos en nuestros caracteres, es esa misma distinción la que hace que nos llevemos bien.
La casualidad de haber encontrado a un semejante en París que se ha ofrecido a ayudarme en mi contienda y averiguar la razón de lo sucedido con esos cazadores que finalmente dejamos con vida, ha provocado en mí una sensación de plena confianza que llevaba tiempo sin sentir; y es que desde que hace meses me marché de Rusia para emprender mi cometido, he tratado de mantenerme oculta en el anonimato. Pero mi encuentro con el conde ha supuesto un soplo de aire fresco, la posibilidad de entender porque a pesar de mis dotes de rastreo no consigo dar con dicha persona y el porqué alguien contrató a esos cazadores para terminar con mi vida, lejos de la razón de que su trabajo sea tal y mi condición no les haga poner excusas.
Pero esa noche me he propuesto no pensar más en ello, disfrutar de esa copa antes de retirarme y no meterme en más altercados. A la mañana siguiente tengo una cita con el conde Romanovs, en la que prometió proporcionarme la información que necesitaba.
Acomodada en uno de los reservados de la taberna, donde el asiento se reduce a un pequeño sofá de cuero oscuro, tengo controlada la visión de toda ésta sin necesidad de ser descubierta a simple vista. Lugar elegido minuciosamente para continuar con esa costumbre tan bien arraigada de mantener siempre las espaldas cubiertas y todos los frentes controlados.
Ando rodeando con mi dedo índice el contorno de la copa, ensimismada en mis propios pensamientos, cuando el aura de un hombre en particular apoyado en la barra llama mi atención. No sé el tiempo que llevará allí, pero estimaría que más que suficiente por sus movimientos de desesperación. Una media sonrisa aparece en mis labios cuando tras estudiar bien su aura y comprobar que se trata de otro igual, me doy cuenta de que conozco a ese lobo que en más de una ocasión he coincidido con él. Y es que es difícil de olvidar al heredero de un apellido tan distinguido de Italia, donde su fama le precede. Una familia extraña la suya, donde la mitad de sus miembros guardan el secreto de la licantropía mientras que el resto lo ignora por completo.
Me pongo en pie sin tener muy claro la razón de mi acercamiento, acortando con sigilo la distancia que nos separa, tomando su copa con rapidez antes de que sea capaz de beber de nuevo de ésta. Algo me dice que ese lobo no está en su mejor momento y encontrar una cara amiga siempre se agradece.
- Señor D´Lizoni, ¿nunca le han dicho que no es recomendable ahogar las penas en el fondo de una botella?- sugiero con una sonrisa ladina ante su sorpresa por encontrarme allí. Es obvio que ninguno de los dos esperaba la presencia del otro, pero es lo que tienen las casualidades, que no sabes cuando te sorprenderán. Cameron y yo hemos coincidido en más de una ocasión en esas típicas fiestas de gala que se organizan con asiduidad en más de una ocasión en las altas esferas de nuestros países y a las que, por ser los mayores de cada familia hemos tenido que asistir.- ¿Le importa si tomo asiento a su lado? Es agradable ver una cara amiga estando tan lejos de nuestros hogares, ¿no le parece? - y es que aunque Cameron y yo seamos tan distintos en nuestros caracteres, es esa misma distinción la que hace que nos llevemos bien.
Ayshane Yuri- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 157
Fecha de inscripción : 25/09/2016
Localización : Paris
Re: Some common sense it's need.
Media sonrisa, un tanto nostálgica y otro tanto divertida nace en su rostro. Siente que una pequeña parte de quien fue en el pasado regresa, pues con ella llegan recuerdos no solo de los compromisos impuestos con los que que debía cumplir, sino, por igual, memorias de un tiempo donde tenía a su madre y el mundo de los licántropos le daba la bienvenida. Junto con Ayshane arribaron recuerdos de un Cameron en todo sentido distinto al que perfilaba en la actualidad, uno herido y desequilibrado; un Cameron indigno de portar el apellido de la familia, pero sobre todo, no merecedor de portar el linaje de su difunta madre.
Toma otro trago como quien reúne fuerzas para enfrentar el pasado. Y le mira firme, decidido..., ha de estar derrotado, empero, sabe y reconoce que debe yacer de pie y luchar por traer de regreso su alma por más machada que esta se encuentre. Aun al tanto de que Ayshane es alguien en que puede confiar, que es, como la recuerda desde la ultima vez que sus caminos se cruzaron, se debatía en sí gastar las pocas fuerzas que le quedaban en ocultar una verdad inegable o mostrarse tal como estaba en estos momentos al unico recuerdo de su vida pasada que por azar del destino ha encontrado con vida.
Las personalidades de ambos jovenes siempre han sido polos opuestos, mas tal cosa no impidió que se forjaran lazos entre ellos, siendo la primogénita de la casa Yuri, el sentido común y de la prudencia que el licántropo nunca tuvo, Ayshane lo personificaba hecho mujer, dando a la relación que mantenía cierto equilibrio. Irónico que vuelva a verla en estas circunstancias, donde una vez más ha perdido tal cosa de la forma más estúpida y peligrosa posible.
Niega llevando ligeramente la cabeza de un lado a otro ante la pregunta enunciada y dice:
—Por favor, hazlo antes que te crea una mera ilusión —sus ojos cansados gritan lo que sus labios callan, sin embargo, se esfuerza en encender la sonrisa con la cual la despidió la última vez. Sus esfuerzos, siendo de esperarse, caen en acto fallido. Está cansado.
Una vez establecidas las presentaciones de lugar que jamás han necesitado muchas condecoraciones entre ellos, ordena una copa para su nueva compañera y agrega: — Asumo que tampoco te han dicho tal consejo, dado que estás aquí. ¿Qué te trae tan lejos de casa a tan deplorable taberna?
Toma otro trago como quien reúne fuerzas para enfrentar el pasado. Y le mira firme, decidido..., ha de estar derrotado, empero, sabe y reconoce que debe yacer de pie y luchar por traer de regreso su alma por más machada que esta se encuentre. Aun al tanto de que Ayshane es alguien en que puede confiar, que es, como la recuerda desde la ultima vez que sus caminos se cruzaron, se debatía en sí gastar las pocas fuerzas que le quedaban en ocultar una verdad inegable o mostrarse tal como estaba en estos momentos al unico recuerdo de su vida pasada que por azar del destino ha encontrado con vida.
Las personalidades de ambos jovenes siempre han sido polos opuestos, mas tal cosa no impidió que se forjaran lazos entre ellos, siendo la primogénita de la casa Yuri, el sentido común y de la prudencia que el licántropo nunca tuvo, Ayshane lo personificaba hecho mujer, dando a la relación que mantenía cierto equilibrio. Irónico que vuelva a verla en estas circunstancias, donde una vez más ha perdido tal cosa de la forma más estúpida y peligrosa posible.
Niega llevando ligeramente la cabeza de un lado a otro ante la pregunta enunciada y dice:
—Por favor, hazlo antes que te crea una mera ilusión —sus ojos cansados gritan lo que sus labios callan, sin embargo, se esfuerza en encender la sonrisa con la cual la despidió la última vez. Sus esfuerzos, siendo de esperarse, caen en acto fallido. Está cansado.
Una vez establecidas las presentaciones de lugar que jamás han necesitado muchas condecoraciones entre ellos, ordena una copa para su nueva compañera y agrega: — Asumo que tampoco te han dicho tal consejo, dado que estás aquí. ¿Qué te trae tan lejos de casa a tan deplorable taberna?
Cameron D’ Lizoni- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 65
Fecha de inscripción : 20/04/2016
Localización : Francia
Re: Some common sense it's need.
No me hacía falta ser una adivina para saber que Cameron no estaba pasando por su mejor momento. La expresión de sus ojos gritaba lo perdido que se sentía; igual que un joven cachorro que no encuentra el camino hacia su casa. Las últimas y fatídicas noticias que había recibido de su familia habían sido que su madre había fallecido; razón por la cual infería que estaba así. No podía ni imaginar lo doloroso que debía ser perder a un ser querido, y más si era tan cercano a uno. Además, a esto había que añadirle que los lobos teníamos un sentido de la familia y de la manada mucho más fuerte y profundo que el resto de humanos. Algo que nos unía de por vida a los nuestros, pero que cuando faltaban, se convertía en un verdadero infierno.
Me acerqué con una sonrisa, sentándome en el taburete que estaba junto al suyo. A ambos nos vendría bien poder hablar con una cara amiga. Yo me sentía abatida e impotente por esa ardua búsqueda que empezaba a afectar a todos mis sentidos, y por el aspecto del lobo, apostaría que él no se encontraba mucho mejor. Acaricié con suavidad su brazo mientras me sentaba.- De todas las ilusiones que podrías crearte, ¿me imaginarías a mí? Eres un hombre muy extraño.- sonreí con calidez, aceptando la copa que había tenido la amabilidad de pedir por mí.
Teníamos una larga velada por delante, y poder sanar esa herida que le dañaba el alma sería uno de mis objetivos esa noche. Al fin y al cabo siempre se me había dado bien aconsejar y dar ofrecer mi hombro a quien lo necesitase. Si ésto sucedía con un amigo, pues todo cobraba más sentido.
-Vengo todas las noches a tomarme una copa antes de retirarme al hotel donde me hospedo durante mi estancia en París- bebí despacio del vidrio que portaba en mis manos mientras barajaba hasta que punto confesarle la verdadera razón por la que estaba allí. Decirle que dudaba de la existencia de mi prometido y que mi misión parecía un fraude me resultaba muy tedioso para comenzar una conversación, así que opté por tratar el tema a grandes rasgos. Siempre podía más adelante confesarle mis temores y pedirle que me ayudase.- Mi hermano me mandó aquí hace varios meses con la intención de que encontrase a una persona, que hasta ahora no ha dado señales de vida. ¿Y tú?¿Estás también por algun encargo familiar?
Me acerqué con una sonrisa, sentándome en el taburete que estaba junto al suyo. A ambos nos vendría bien poder hablar con una cara amiga. Yo me sentía abatida e impotente por esa ardua búsqueda que empezaba a afectar a todos mis sentidos, y por el aspecto del lobo, apostaría que él no se encontraba mucho mejor. Acaricié con suavidad su brazo mientras me sentaba.- De todas las ilusiones que podrías crearte, ¿me imaginarías a mí? Eres un hombre muy extraño.- sonreí con calidez, aceptando la copa que había tenido la amabilidad de pedir por mí.
Teníamos una larga velada por delante, y poder sanar esa herida que le dañaba el alma sería uno de mis objetivos esa noche. Al fin y al cabo siempre se me había dado bien aconsejar y dar ofrecer mi hombro a quien lo necesitase. Si ésto sucedía con un amigo, pues todo cobraba más sentido.
-Vengo todas las noches a tomarme una copa antes de retirarme al hotel donde me hospedo durante mi estancia en París- bebí despacio del vidrio que portaba en mis manos mientras barajaba hasta que punto confesarle la verdadera razón por la que estaba allí. Decirle que dudaba de la existencia de mi prometido y que mi misión parecía un fraude me resultaba muy tedioso para comenzar una conversación, así que opté por tratar el tema a grandes rasgos. Siempre podía más adelante confesarle mis temores y pedirle que me ayudase.- Mi hermano me mandó aquí hace varios meses con la intención de que encontrase a una persona, que hasta ahora no ha dado señales de vida. ¿Y tú?¿Estás también por algun encargo familiar?
Ayshane Yuri- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 157
Fecha de inscripción : 25/09/2016
Localización : Paris
Re: Some common sense it's need.
Por primera vez en días, desde que perdió el rastro de su amigo y hermano, desde que la cazadora se inmiscuyó en su mente y vida descaradamente, se siente en casa. Siente que puede bajar la guardia y permitir que el dolor flote en el alcohol y la reconfortante sonrisa de Ayshane que sin esfuerzo alguno le lleva de regreso a un tiempo en el que vivió plácidamente en su tierra natal sin importar las recriminaciones de su padre, un tiempo en el recorría los bosques junto a la única hija de la luna que reconoció como alfa, hacia la única mujer que jamás lastimaría su corazón.
Ha perdido la cuenta de los tragos en su mano, mas no le interesa a la hora de tomar otro y sonreír sumergido en la melancolía que aún así valora pues ciertamente había olvidado cuando fue la última vez que siqueira sonrió.
—Creí que habíamos dejado claro lo extraño que soy —suspira antes de ser consciente de ello—. Pero sí, de todo lo inimaginablemente posible he de imaginarte…, no es como que queden muchos recuerdos gratos que pueda relacionar con lo que alguna vez llamé hogar.
Media sonrisa torcida se apodera de sus labios ante tal confesión que ha brotado sin aviso previo.
Daba por seguro que la loba no estaba al tanto de ello pero en aquel momento con todos los muros derrumbados y arrastras invirtiendo todas las fuerzas restantes en mantener los pocos que quedaban y construir nuevos, el verla representaba alguna clase de suspiro que perdió en el instante que partió a Italia y le ha acompañado desde el instante en que regresó. Empero, no era propio de él abordarla con tal directas confesiones, por más perdido y devastado que estuviera ni siquiera la bestia que daba rienda suelta en su ser y retozaba con el demonio que plácidamente tomó control de sus instintos Ayshane era la prueba palpable del Cameron que alguna vez corrió en praderas bajo la luz de la luna, de ese que alguna vez se permitió ser.
La escucha articular su discurso con detenimiento, se pregunta qué le habrá traído hasta París con tanta determinación como para convertirla en cliente frecuente en un establecimiento de tan baja categoría para una dama de tan alta alcurnia como ella; luego recordó el temperamento humilde de la licántropa trayendo a su memoria uno de los principales por qué se sentía agusto a su alrededor.
—Ambos sabemos que jamás he sido devoto a los encargos de mi padre —elige contestar comprendiendo que Ayshane le contará a detalle en el momento que lo crea prudente, cuando la noche lo indique—. En realidad, estoy llegando a creer que aquello no luce tan mal.., me he convertido en la bestia que él siempre esperó que fuera —confiesa por primera vez.
No sabe identificar a la perfección el por qué siente que el demonio de cierta forma ha apaciguado sus impulso y no repara en el cuestionarlo por el momento.
—¿Has tenido suerte? —escoge preguntar.
Ha perdido la cuenta de los tragos en su mano, mas no le interesa a la hora de tomar otro y sonreír sumergido en la melancolía que aún así valora pues ciertamente había olvidado cuando fue la última vez que siqueira sonrió.
—Creí que habíamos dejado claro lo extraño que soy —suspira antes de ser consciente de ello—. Pero sí, de todo lo inimaginablemente posible he de imaginarte…, no es como que queden muchos recuerdos gratos que pueda relacionar con lo que alguna vez llamé hogar.
Media sonrisa torcida se apodera de sus labios ante tal confesión que ha brotado sin aviso previo.
Daba por seguro que la loba no estaba al tanto de ello pero en aquel momento con todos los muros derrumbados y arrastras invirtiendo todas las fuerzas restantes en mantener los pocos que quedaban y construir nuevos, el verla representaba alguna clase de suspiro que perdió en el instante que partió a Italia y le ha acompañado desde el instante en que regresó. Empero, no era propio de él abordarla con tal directas confesiones, por más perdido y devastado que estuviera ni siquiera la bestia que daba rienda suelta en su ser y retozaba con el demonio que plácidamente tomó control de sus instintos Ayshane era la prueba palpable del Cameron que alguna vez corrió en praderas bajo la luz de la luna, de ese que alguna vez se permitió ser.
La escucha articular su discurso con detenimiento, se pregunta qué le habrá traído hasta París con tanta determinación como para convertirla en cliente frecuente en un establecimiento de tan baja categoría para una dama de tan alta alcurnia como ella; luego recordó el temperamento humilde de la licántropa trayendo a su memoria uno de los principales por qué se sentía agusto a su alrededor.
—Ambos sabemos que jamás he sido devoto a los encargos de mi padre —elige contestar comprendiendo que Ayshane le contará a detalle en el momento que lo crea prudente, cuando la noche lo indique—. En realidad, estoy llegando a creer que aquello no luce tan mal.., me he convertido en la bestia que él siempre esperó que fuera —confiesa por primera vez.
No sabe identificar a la perfección el por qué siente que el demonio de cierta forma ha apaciguado sus impulso y no repara en el cuestionarlo por el momento.
—¿Has tenido suerte? —escoge preguntar.
Cameron D’ Lizoni- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 65
Fecha de inscripción : 20/04/2016
Localización : Francia
Re: Some common sense it's need.
Me puse en pie de nuevo durante unos segundos para acercar unos cuantos centímetros mi taburete al de Cameron. A pesar de que la taberna no tuviese el aforo al completo ni mucho menos, habían otros clientes próximos a nosotros, y algo me decía que nuestra conversación terminaría siendo más íntima de lo que hubiésemos planteado en un principio.
Rocé la mano de Cameron al sentarme de nuevo, mirándolo con ternura.- Creo que ese es uno de los halagos más preciosos que me han hecho jamás.- apunté con una cálida sonrisa ocupando de nuevo mi lugar, quedando esta vez nuestras rodillas rozándose por el acercamiento.- También yo tengo buenos recuerdos con vos; sin duda fueron buenas épocas sin más preocupación que correr bajo la luna- aunque ambos sabíamos que yo nunca había gozado de tal libertad, que durante muchos años había sido entrenada como alfa y habían sido pocas las veces las que me había dejado llevar por los aires despreocupados de la juventud.
No podría asegurar que la melancolía que destilaban los ojos de mi amigo fuese provocada solamente por la muerte de su madre, o también acrecentada por la cantidad de bebida espiritual que debía haber en esos momentos en su organismo, y que podía identificar por la dilatación de sus pupilas. Sopesé bien sus palabras y el desdén con que las pronunciaba; no era un secreto que al revelarse su verdadera naturaleza su padre, simple humano, hubiese sentido cierto rechazo hacia su hijo; y ahora con su madre muerta, no quería ni imaginar por lo que estaría pasando mi desdichado amigo.
– No permitas que te hagan creer por desesperación lo que no eres. Jamás serás una bestia mientras sigas manteniendo tu corazón intacto. El corazón de un lobo es más fuerte que el de cualquier humano, más noble y mucho más racional que el de cualquier otra especie. Porque nosotros no luchamos por egoísmo, luchamos para ser leales a los nuestros.- aposté mi mano sobre la suya, entrelazando nuestros dedos inconscientemente. Ese joven necesitaba tanto cariño como yo en esos momentos, pero no me atrevía aún a dárselo.
Negué con la cabeza antes de comenzar mi historia, sintiendo que tal vez compartiéndola dejase de parecer tan sub realista.- Hace unos meses mi hermano, tras convertirse en alfa de la manda por la muerte de mis padres, me encargó atravesar toda Europa para llegar hasta París con el fin de encontrar a un noble con el que me había cedido en matrimonio.- suspiré lentamente, soltando su mano y cogiendo mi copa de vino que descansaba en la barra, para humedecer levemente mis labios.
- Después de varios meses de intenso y tedioso rastreo, no he encontrado ni una sola pista. No existe tal caballero, de forma que lo único que se me ocurre pensar es que mi hermano me tendió una trampa para alejarme de la manada. – una manada que no lo querían a él como líder, pensé. Busqué con mi mirada la suya; necesitaba que me dijese que ahora que nos habíamos encontrado ninguno de los dos estaría solo, que no estaba loca, y que me ayudaría a llegar al final de esa extraña desaparición.
Rocé la mano de Cameron al sentarme de nuevo, mirándolo con ternura.- Creo que ese es uno de los halagos más preciosos que me han hecho jamás.- apunté con una cálida sonrisa ocupando de nuevo mi lugar, quedando esta vez nuestras rodillas rozándose por el acercamiento.- También yo tengo buenos recuerdos con vos; sin duda fueron buenas épocas sin más preocupación que correr bajo la luna- aunque ambos sabíamos que yo nunca había gozado de tal libertad, que durante muchos años había sido entrenada como alfa y habían sido pocas las veces las que me había dejado llevar por los aires despreocupados de la juventud.
No podría asegurar que la melancolía que destilaban los ojos de mi amigo fuese provocada solamente por la muerte de su madre, o también acrecentada por la cantidad de bebida espiritual que debía haber en esos momentos en su organismo, y que podía identificar por la dilatación de sus pupilas. Sopesé bien sus palabras y el desdén con que las pronunciaba; no era un secreto que al revelarse su verdadera naturaleza su padre, simple humano, hubiese sentido cierto rechazo hacia su hijo; y ahora con su madre muerta, no quería ni imaginar por lo que estaría pasando mi desdichado amigo.
– No permitas que te hagan creer por desesperación lo que no eres. Jamás serás una bestia mientras sigas manteniendo tu corazón intacto. El corazón de un lobo es más fuerte que el de cualquier humano, más noble y mucho más racional que el de cualquier otra especie. Porque nosotros no luchamos por egoísmo, luchamos para ser leales a los nuestros.- aposté mi mano sobre la suya, entrelazando nuestros dedos inconscientemente. Ese joven necesitaba tanto cariño como yo en esos momentos, pero no me atrevía aún a dárselo.
Negué con la cabeza antes de comenzar mi historia, sintiendo que tal vez compartiéndola dejase de parecer tan sub realista.- Hace unos meses mi hermano, tras convertirse en alfa de la manda por la muerte de mis padres, me encargó atravesar toda Europa para llegar hasta París con el fin de encontrar a un noble con el que me había cedido en matrimonio.- suspiré lentamente, soltando su mano y cogiendo mi copa de vino que descansaba en la barra, para humedecer levemente mis labios.
- Después de varios meses de intenso y tedioso rastreo, no he encontrado ni una sola pista. No existe tal caballero, de forma que lo único que se me ocurre pensar es que mi hermano me tendió una trampa para alejarme de la manada. – una manada que no lo querían a él como líder, pensé. Busqué con mi mirada la suya; necesitaba que me dijese que ahora que nos habíamos encontrado ninguno de los dos estaría solo, que no estaba loca, y que me ayudaría a llegar al final de esa extraña desaparición.
Ayshane Yuri- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 157
Fecha de inscripción : 25/09/2016
Localización : Paris
Re: Some common sense it's need.
No hace mucho tiempo atrás, la especialidad de Cameron solía ser escuchar los problemas de sus amigos y conocidos, simpatizar con ellos, dar algún consejo y seguir por la vida con una sonrisa en los labios, el descaro como fiel amigo en el rostro y una vida aparentemente perfecta. No hace mucho tiempo atrás, no existían problemas tan grandes ni aguas tan turbulentas para quitarle el sueño, escuchaba a los demás, es cierto, mas no fue como en esa noche luego de incontables lunas que volvía a ver un rostro amigo que la simpatía pasó a ser empatía y el niño italiano comprendió que no estaba escapo a los verdaderos infortunios del universo, que no era tan fuerte como para caminar sobre la tierra sin una pizca de dolor.
Escuchó con atención mientras Ayshane pronunciaba su discurso, tomó varios tragos más y por un instante cesó en escuchar las palabras de su interlocutora que aunque en caminos diferentes, al igual que él andaba en busca. Fue cuando en verdad comprendió en su totalidad el origen de la sintonía, y quizás minutos antes hubiera dicho que era mero asunto de lobos, sin embargo, la misma se daba lugar en la más insólita de las formas tanto frente a vampiros, como cambiantes e incluso…, cazadores.
—Ese es el problema de las manadas —dice, una vez Ayshane concluye—, te hace mezclar familia con enemigos. Nuestros corazones son nobles, en ocasiones más de lo que debería pero también nos hace competentes…, desafiantes —chasquea la lengua, las palabras de la cazadora han hecho tanto eco en su interior que puede claramente escucharla tacharlo de bestia mientras le mira directo a los ojos. Habían tantas cosas que le faltaba aprender, tantas lecciones que ya no podrá ir a casa a buscar de mano de su madre—. Ayshane —desvió la mirada de la copa y la dejó recaer sobre la licana—, ¿Cómo es que existe tanta lealtad y traición, todo junto en un solo ser? —pregunta sincero.
En realidad eran otras las preguntas que rondaban en la cabeza del licántropo ¿cómo ha de matar a la asesina de su madre si ha resultado ser la dueña del abatimiento de emociones que ha despertado en él? ¿Cómo regresar a casa con las manos vacías o…, si era adecuado regresar del todo? Cómo, necesitaba saber cómo maldición regresaría las cosas a su curso habitual. Ansiaba saber como recoger aquella expresión rota y retornarle su antiguo esplendor.
—Solo miranos, buscando personas que posiblemente siquiera existen. Vos con un hermano que seguramente te quiera lejos de casa; yo con un padre que no espera por verme atado al cuello en el jardín —carcajea pues ya nada le queda.
Empero, no es al observarla con atención que realmente es consciente que ha conocido eso que su madre tanto reclamaba como empatía, no aquel pobre intento que existía entre los humanos sino aquel entre los suyos. Y es que Ayshane tenía razón, en formas que dolían como un millón de punzadas sus palabras semejaban a una de esas tantas lecciones que su madre intentó enseñarle bajo la luna.
—¿Qué tan ebrios debemos estar para que me creas si te ofrezco mi ayuda o para que la aceptes? —dice, más sincero de lo que alguna vez pudo ser. Desde la madrugada que abandonó Italia puede decir airoso que corrió con la suerte de encontrar amigos como Malachai que sin titubeos es el hermano con el que nunca se vio agraciado, mas así como era incapaz de verlo a él en apuros y no extender su mano, tampoco era capaz de hacer lo mismo ahora con Ayshane cuya mirada, que durante años recordó fiera y altiva, hoy se mostraba tan transparente como era posible…, más sincera que nunca.
—Eres el primer atisbo de cordura en semanas, sería un idiota si te dejo salir por esa puerta en busca de sabrá la Luna el qué sin al menos persuadirte…, va encontra de nuestros principios, ¿no? —da lo mejor de sí por brindarle su más sincera sonrisa. Sin saber si es él quien brinda la ayuda, o ella de aceptarlo.
La única verdad que yace en el aire es que, por primera vez en semanas siente que no está obligado a deambular solo. Que puede, sin importar que dure lo que un suspiro, acompañar a una vieja amiga mientras se aferra a la vida que con desespero buscaba recuperar. Y es que no sabe con certeza si es el alcohol y sus efectos mas deseaba que ahora que se habían encontrado por alguna treta del destino, no era imperioso el que separan sus caminos a prontitud.
Escuchó con atención mientras Ayshane pronunciaba su discurso, tomó varios tragos más y por un instante cesó en escuchar las palabras de su interlocutora que aunque en caminos diferentes, al igual que él andaba en busca. Fue cuando en verdad comprendió en su totalidad el origen de la sintonía, y quizás minutos antes hubiera dicho que era mero asunto de lobos, sin embargo, la misma se daba lugar en la más insólita de las formas tanto frente a vampiros, como cambiantes e incluso…, cazadores.
—Ese es el problema de las manadas —dice, una vez Ayshane concluye—, te hace mezclar familia con enemigos. Nuestros corazones son nobles, en ocasiones más de lo que debería pero también nos hace competentes…, desafiantes —chasquea la lengua, las palabras de la cazadora han hecho tanto eco en su interior que puede claramente escucharla tacharlo de bestia mientras le mira directo a los ojos. Habían tantas cosas que le faltaba aprender, tantas lecciones que ya no podrá ir a casa a buscar de mano de su madre—. Ayshane —desvió la mirada de la copa y la dejó recaer sobre la licana—, ¿Cómo es que existe tanta lealtad y traición, todo junto en un solo ser? —pregunta sincero.
En realidad eran otras las preguntas que rondaban en la cabeza del licántropo ¿cómo ha de matar a la asesina de su madre si ha resultado ser la dueña del abatimiento de emociones que ha despertado en él? ¿Cómo regresar a casa con las manos vacías o…, si era adecuado regresar del todo? Cómo, necesitaba saber cómo maldición regresaría las cosas a su curso habitual. Ansiaba saber como recoger aquella expresión rota y retornarle su antiguo esplendor.
—Solo miranos, buscando personas que posiblemente siquiera existen. Vos con un hermano que seguramente te quiera lejos de casa; yo con un padre que no espera por verme atado al cuello en el jardín —carcajea pues ya nada le queda.
Empero, no es al observarla con atención que realmente es consciente que ha conocido eso que su madre tanto reclamaba como empatía, no aquel pobre intento que existía entre los humanos sino aquel entre los suyos. Y es que Ayshane tenía razón, en formas que dolían como un millón de punzadas sus palabras semejaban a una de esas tantas lecciones que su madre intentó enseñarle bajo la luna.
—¿Qué tan ebrios debemos estar para que me creas si te ofrezco mi ayuda o para que la aceptes? —dice, más sincero de lo que alguna vez pudo ser. Desde la madrugada que abandonó Italia puede decir airoso que corrió con la suerte de encontrar amigos como Malachai que sin titubeos es el hermano con el que nunca se vio agraciado, mas así como era incapaz de verlo a él en apuros y no extender su mano, tampoco era capaz de hacer lo mismo ahora con Ayshane cuya mirada, que durante años recordó fiera y altiva, hoy se mostraba tan transparente como era posible…, más sincera que nunca.
—Eres el primer atisbo de cordura en semanas, sería un idiota si te dejo salir por esa puerta en busca de sabrá la Luna el qué sin al menos persuadirte…, va encontra de nuestros principios, ¿no? —da lo mejor de sí por brindarle su más sincera sonrisa. Sin saber si es él quien brinda la ayuda, o ella de aceptarlo.
La única verdad que yace en el aire es que, por primera vez en semanas siente que no está obligado a deambular solo. Que puede, sin importar que dure lo que un suspiro, acompañar a una vieja amiga mientras se aferra a la vida que con desespero buscaba recuperar. Y es que no sabe con certeza si es el alcohol y sus efectos mas deseaba que ahora que se habían encontrado por alguna treta del destino, no era imperioso el que separan sus caminos a prontitud.
Cameron D’ Lizoni- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 65
Fecha de inscripción : 20/04/2016
Localización : Francia
Re: Some common sense it's need.
No podía evitar en parte estar de acuerdo con Cameron en algunos aspectos de su oratoria. Bien era cierto que éramos leales a los nuestros, a nuestra manada, pero en algunas ocasiones tener que mantener tal lealtad con algunos miembros con los que no compartíamos ideales nos llevaba a que pequeñas rencillas pudiesen convertirse en grandes odios si no se sabía canalizar toda esa rabia y aprender a dejarla pasar.
Me acomodé ligeramente en mi taburete, bebiendo despacio mientras escuchaba a mi querido amigo que parecía un mar de dudas y que, como yo, no comprendía como dentro de un mismo ser pudiesen encontrarse sentimientos tan opuestos. Cuandio formuló su pregunta, el recuerdo de mi hermano vino a mi mente, lealtad y traición al mismo tiempo; lo que desconocía era por qué experiencia propia estaría hablando él.
-Imagino querido amigo que ambas formas siempre están latentes en todos nosotros, solo depende de con quien nos encontremos en nuestro camino o la forma que se comporten con nosotros lo que hará que surja una u otra cara.- respondí sin tener la certeza de haber contestado a lo que Cameron parecía necesitar saber.
Sonreí con melancolía la ser consciente que el lican tenía razón. La única posibilidad de que mi hermano me hubiese mandado tan lejos con un falo pretexto era librarse de mí y de la sombra que mi presencia le suponía; puesto que mientras yo estuviese en Rusia, la manada se sentiría dividida por aceptar a quien querían como líder.
Coloqué la mano sobre el hombro de Cameron, que aunque con una sonrisa, había confesado uno de los miedos que tenía al volver a casa. Y es que por si no fuese bastante doloroso perder a una madre, además tener que enfrentarse con un padre humano que no entiende de nuestra naturaleza, le causaría pavor a cualquiera. Presioné ligeramente sobre éste, tratando de transmitirle mi confianza y mi más sincero apoyo, cuando nuestras miradas se cruzaron y esbocé una tímida sonrisa al escuchar como me ofrecía su ayuda.
-Y yo sería una necia si desestimase tu ayuda.- mi mano se deslizó con suavidad por su brazo, hasta colocarla sobre su mano, apretándola con fuerza.- Pero con una condición, si yo permito que me ayudes en mi infructuosa búsqueda, permíteme que sea yo tu apoyo en aquello que has venido a hacer a París y que te tiene tan perdido.
Reflejos ámbar refulgieron en mi mirada, la cual tenía clavada en la suya. Aquello ya no era un acuerdo entre amigos, era un acuerdo entre lobos, mucho más fuerte y leal que cualquier tratado entre simples humanos.
Me acomodé ligeramente en mi taburete, bebiendo despacio mientras escuchaba a mi querido amigo que parecía un mar de dudas y que, como yo, no comprendía como dentro de un mismo ser pudiesen encontrarse sentimientos tan opuestos. Cuandio formuló su pregunta, el recuerdo de mi hermano vino a mi mente, lealtad y traición al mismo tiempo; lo que desconocía era por qué experiencia propia estaría hablando él.
-Imagino querido amigo que ambas formas siempre están latentes en todos nosotros, solo depende de con quien nos encontremos en nuestro camino o la forma que se comporten con nosotros lo que hará que surja una u otra cara.- respondí sin tener la certeza de haber contestado a lo que Cameron parecía necesitar saber.
Sonreí con melancolía la ser consciente que el lican tenía razón. La única posibilidad de que mi hermano me hubiese mandado tan lejos con un falo pretexto era librarse de mí y de la sombra que mi presencia le suponía; puesto que mientras yo estuviese en Rusia, la manada se sentiría dividida por aceptar a quien querían como líder.
Coloqué la mano sobre el hombro de Cameron, que aunque con una sonrisa, había confesado uno de los miedos que tenía al volver a casa. Y es que por si no fuese bastante doloroso perder a una madre, además tener que enfrentarse con un padre humano que no entiende de nuestra naturaleza, le causaría pavor a cualquiera. Presioné ligeramente sobre éste, tratando de transmitirle mi confianza y mi más sincero apoyo, cuando nuestras miradas se cruzaron y esbocé una tímida sonrisa al escuchar como me ofrecía su ayuda.
-Y yo sería una necia si desestimase tu ayuda.- mi mano se deslizó con suavidad por su brazo, hasta colocarla sobre su mano, apretándola con fuerza.- Pero con una condición, si yo permito que me ayudes en mi infructuosa búsqueda, permíteme que sea yo tu apoyo en aquello que has venido a hacer a París y que te tiene tan perdido.
Reflejos ámbar refulgieron en mi mirada, la cual tenía clavada en la suya. Aquello ya no era un acuerdo entre amigos, era un acuerdo entre lobos, mucho más fuerte y leal que cualquier tratado entre simples humanos.
Ayshane Yuri- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 25/09/2016
Localización : Paris
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