Kaleeh de Piampont

por **Kaleeh** Lun Mar 27, 2017 5:58 pm

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Kaleh de Piampont

▲EDAD▲

25

▲ESPECIE▲

Hechicero

▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲

❋

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Media

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Heterosexual

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Lago de Piampont, Francia

▲HABILIDADES/PODERES▲

► PODERES INNATOS:

► HABILIDADES:

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Imagina un girasol nacido en las dificultades del desierto: inquebrantable sin importar el ambiente asfixiante, animado y absorbiendo luz ignorando la inevitable soledad de las dunas, audaz cada vez que se enfrenta a la luna y las temperaturas gélidas al caer la noche. Kaleeh, huérfana de las aguas, lleva sin temor “Carpe diem” escrito en la frente. La euforia y la adrenalina danzan en todo su ser, convirtiéndola en una cazadora de emociones. Lleva en las palmas un energético “Aquí y ahora”, sin contemplar consecuencias o futuras complicaciones. Aquel temperamento con el cual nació la convierte en ese enérgico y vivaz girasol y definirá, a lo largo del tiempo, su carácter.

Si Kaleeh es una flor, hablemos de sus pétalos—o sus llamativas cualidades— que adornan lo más notable y admirable de su personalidad: goza de espontaneidad y una libertad para soñar hasta las estrellas y de regreso. Y no es que el idealismo esté anexado a su forma de existir, en lo absoluto, más bien es referido a su capacidad de desenvolverse sin miedo, sin temor a lo “imposible”. Si has visto a una flor agitarse con el viento, sabrás que está riendo; la castaña deleita con su excelente humor y es muy difícil que se deprima, dado que hasta el vuelo de una mariposa la puede entusiasmar. Y si una flor es calificada por su agradable fragancia, Kaleeh se ve dispuesta en el caso contrario: se impresiona y suscita un impaciente interés a primera vista, se ve atraída o retraída en detalles que hurtan su atención en silencio; en vez de que se centren en ella, Kaleeh se fascina con su alrededor inmediato. Su naturaleza es cálida, inclusiva y con tacto. No es sorpresa que vaya creando lazos con cualquier desconocido que se topa, ya que dice lo que siente sin temor y te envuelve en pláticas infinitas, originadas justo al mismo instante del encuentro.

Hablamos ya de los pétalos, y sólo mencionaremos brevemente su tallo liso y firme: su soporte. Kaleeh no tiene ambición alguna más que poder emocionarse con todo. Sentir y experimentar. Un optimismo subjetivo adorna sus pestañas, deseando—más que intuyendo—que todo saldrá bien y un final feliz engalanará su día al terminar. La amabilidad sale por sus poros y se mezcla con el aire: aquello, en vez de dificultarle la vida, se la facilita. Más aún cuando lleva inocente una sonrisa que hipnotiza y trasmite la misma vitalidad con la cual está colmada su existencia. Era persuasión hecha mujer.

Por último, vayamos a las raíces. Muchos pensarán que bajo tierra se halla aquello encargado para sobrevivir, mantener con vida a la bella flor. No obstante, no hay mayor equivocación que pensar ello en este enfoque que vamos dándole. Lo que se halla bajo tierra es lo que se esconde si no se escarba: los temores, defectos y toda clase de características que hacen marchitar a nuestra flor. Para empezar, posee muy poca capacidad de retórica, lo cual la hace una burla para que pueblo gitano, al no poder embaucar ni engañar con la facilidad que ellos manejan. Es inconstante y supera lo que es justificablemente responsable. Dado que no repara ni un segundo en las consecuencias es seguro y habitual en ella saltar de una cosa a otra sin siquiera terminar lo anterior. Kaleeh no tolera las discusiones y enfrentamientos ya que reacciona muy torpemente y termina empeorando la situación. Además, es menester mencionar que su recalcado optimismo es parcial, incapacitándola para abordar la realidad de los hechos y su magnitud. Es usual que desconfíen de ella al momento de encargarle una tarea, motivo que la puede llegar a entristecer por breves momentos hasta que se distraiga con cualquier otra emoción y vuelva a saltar como liebre. ¿Mencioné que era increíblemente ruidosa? El sigilo nunca será un buen amigo para ella. Cuando ella entra en una instancia, se anuncia con trompetas y violines. Y es que Kaleeh no es alguien que pasaría desapercibida, con sus trajes llamativos y muy coloridos y esa gran sonrisa de gentileza.

HISTORIA

Marzo de 1783| Lago de Paimpont

Una caravana de gitanos fugitivos bordeaban el gran lago, huyendo de los últimos rezagos de persecución de la que se habían visto implicados por años, siglos. Escapaban en medio de la noche, evitando que las luces resplandecientes de la Abadía Notre-Dame, fundiéndose con las sombras. Un refugio seguro se encontraba a unas pocas millas, y aunque riesgoso, ese era el camino más corto para llegar. De pronto, cerca del líder y guía—Jakobé, esbelto y con unos ojos azules que brillaban en la oscuridad—se escucha un ruido. No era como el quebrar de una rama o el soplar del viento sobre la hierba. Era…burbujeante. Al lado derecho de Jakobé se hallaba el lago y cerca de la orilla empezaba a oírse con más fuerza aquel sonido. Jakobé se detuvo y con él toda la caravana; comenzaban a intercambiar miradas de extrañeza entre ellos y la preocupación emergió en el ambiente. Hizo una seña con la mano, llamando a alguien. Se acercó su esposa, Alba, y su hermano menor, Kilino. Susurraron brevemente antes de que el bullir del agua se hiciera más notorio y ruidoso. « ¡Es como una olla hirviendo!», el hermano menor estaba sorprendido y asustado. El líder, sin temor, se acercó a las aguas, intentando descifrar qué era lo que estaba sucediendo. Sin reparar en consecuencias, alzó su mano hasta donde las burbujas carcajeaban y se revolvían, para luego sumergirla. De inmediato, el bullir se detuvo. Jakobé dirigió su mirada hacia su hermano y Alba, a unas varas detrás de él, con desconcierto legible en todo su ser. Pero ellos no se la devolvieron, seguían mirando aquella porción de agua inquieta hace unos instantes. No, en su mirada había algo más: miedo…Toda la caravana observaba el fenómeno que acababa de ocurrir: una cápsula acuosa y transparente del tamaño de una sandía flotaba donde antes rugía el agua burbujeante. Había algo. Alguien. Jakobé alzó la mano nuevamente, pero su esposa fue más rápida. Llegando a su lado, alzó ambas manos a la altura de la cápsula cristalina y cual burbuja se rompió, y suavemente en sus manos acogió a un pequeño bebé, que empezó a llorar con fuerza. El rostro de Alba se iluminó con felicidad y esperanza, pero todos en el lugar, incluyendo al líder, miraban a esa criatura con desconcierto y temor. «Jekobé, yo te lo dije. Creí que ese sueño se refería a otro asunto, pero ahora lo entiendo todo. ¡Estaba previsto!», musitó Alba, mirando a su esposo. Era cierto. Ella tenía el don de la premonición.

«¿Cómo? Alba, ella es…inusual », Jekobé ya no estaba asustado, pero no entendía nada en lo absoluto. Los ojos verdes de su esposa lo miraron sin desconcierto alguno y sólo se limitó a acercar más a su pecho a la criatura, arropándola, mientras cesaba su llanto ante el calor que le ofrecía. Tal vez la gitana sabía algo más, pero era el momento de moverse y no de formular preguntas. Seguían huyendo. No podían detenerse ni un minuto más.

Siglo XVI |Fuente de Barenton, Bosque de Paimpont

Jugueteando en las aguas, resplandeciente cual rayo de sol, Niniane se divertía en medio del bosque. Era una primavera demasiado calurosa y ella andaba refrescándose en el manantial que los lugareños llamaban Fuente de Barenton. Tranquila y despreocupada canturreaba una melodía suave y enigmática. Su mirada, azulina-turquesa cual mar caribeño, y su larga cabellera castaña llamaron la atención de un joven que caminaba por el lugar. Lejos de encontrarse perdido—aquel hombre de ojos oscuros y complexión delgada e incluso con apariencia enteca—, se veía impresionado por tan hermoso lugar encontrado. Era un viajero, portador de una magia muy poderosa y pura, como su corazón. Un corazón cautivado por la belleza de aquella castaña, que hurtó su suspirar con ver su gracia y hermosura.

Al percatarse de este sigiloso espiar, Niniane dejó en paz a las aguas y levantó la mirada hasta donde se escondía el joven. Detrás de un arbusto, Myrdhinn, sintiéndose ya descubierto, abandonó su escondite. El viajero no temía a nada, ni siquiera al rechazo de la joven o la sorpresa que pudieran causarle sus habilidades. Sentía en su interior el deseo de mostrarle su ser y su magia.

Con galantería y confianza se presentó ante la dama y en su mano hizo surgir una rosa dorada, dejando impresionada a Niniane. Con curiosidad naciente entre sus entrañas, la castaña formulaba una y mil preguntas al viajero, las cuales Myrdhinn respondía sin chistar, con tal de ver su sonrisa al final de cada respuesta dada. Ella era encantadora, humilde e inmensamente bondadosa. El joven mago vio en ella pureza y un destino común, una vida que podría compartir con la bella Niniane.

Fue un romance intenso y puro. Ambos encontraban en el otro soporte. Un día, recostados a la sombra de un gran roble, Niniane le pidió a Myrdhinn que le enseñara a crear rosas doradas, a hacer crecer manzanas de los árboles o a cambiar el clima. Él accedió sin chistar.

Maravillado por su gran aprendizaje de encantamientos, pronto notó que la magia de Niniane era innata y sólo hacía falta despertarla. Encontró en ella una peculiaridad: su magia se impulsaba con sus emociones. Cuan más grande era su sentir, más poderosa era su magia. La bella castaña no se percató de esto. Poco a poco le invadió el deseo de ser más poderosa y cuando descubrió que la emoción más potente era la ira y el sentirse temida, descubrió al fin que el potencial de esas emociones impulsaba su poder. Al contrario de Myrdhinn, ella pensaba que la emociones destructivas eran más poderosas. Él joven mago se vio decepcionado, y guiado por el amor que le tenía, trató de opacar aquella oscuridad que la empezaba a dominar. Su historia de amor era interrumpida por las ansias de poder de Niniane. Aunque Myrdhinn se esforzaba por mantener su esencia, la oscuridad empezaba a corromperla. En sus momentos más lúcidos, Niniane sufría y se deprimía al ver cómo las tinieblas reclamaban su corazón, aún con luz en su interior. Dispuesta a no dejarse llevar y siendo consciente de lo que le estaba ocurriendo—aunque a veces perdía la conciencia y no recordaba lo que había sucedido—, visitó a un oráculo en el bosque junto con Myrdhinn, para que le revelara su futuro.

«Llevas en la sangre una maldición antigua y poderosa: el Sello Oscuro. Pronto le pertenecerás a las tinieblas y asesinarás al que una vez amaste. El fruto de tu amor te perseguirá para darte el mismo destino y su corazón se impregnará con la misma maldición una vez que te destruya con una magia superior a la tuya. Perecerás por esa misma oscuridad que se apodera de tu corazón.
La única forma de destruir la maldición es preservando la luz y evitando que el Sello Oscuro llegue al hijo que llevas en tu vientre. Al tercer aniversario de tu primer encuentro con tu creador, nacerá tu hija, la cual deberás hundir en las aguas del lago a la espera de que algún otro guía evite que la oscuridad se apodere de su corazón y mente.»

Las palabras reveladas por el oráculo les dieron esperanza y durante esos meses prepararon un encantamiento para romper la maldición. Tres grandes hechizos fueron lanzados en el nacimiento de Kaleeh, conocidos únicamente por ambos. El primer gran hechizo fue el más importante y laborioso. El segundo gran hechizo fue uno de contención y conservación en las profundidades del Lago de Paimpontm, que la mantendría congelada: pronunció un encantamiento que la haría despertar y emerger sólo si ante ella se presentaba aquel con el poder de guiar a Kaleeh por el camino de la luz, de la magia blanca. El último hechizo fue un encantamiento de glamour permanente para que Kaleeh adoptara parte de la apariencia de aquel descubridor para que su identidad se mantenga oculta y sus rasgos acordes, y así nadie sospechara de su origen y así nadie conozca su destino.

Cuando la oscuridad se apoderó completamente de Niniane, usó el hechizo que Myrdhinn se resistió a darle: uno con el cuál pudieras encerrar eternamente a alguien. Lo usó en ella misma, y el joven mago, al ver cómo su amada desaparecía en otra dimensión, se unió a ella para no sufrir en aquella tierra la ausencia de Niniane y Kaleeh.

1788 | Francia

Un día Kaleeh jugaba a las escondidas por el bosque, cerca de la caravana gitana, junto con unos chiquillos. Detrás de un manzano, la pequeña se puso en cuclillas y esperó a que la encontraran. En ese instante sonó el crujir de una rama rota. Escuchó una voz fuera de su cabeza «No te muevas. Aún no te ha encontrado». En vez de sentir miedo, Kaleeh estaba confundida, ¿de dónde provenía esa voz? Siguiendo el consejo de esa voz, no se movió. Luego escuchó a uno de sus amigos gritar: « ¡Ella no está aquí! », corriendo de vuelta al campamento. La pequeña Kaleeh se levantó feliz de que no la hayan descubierto. No obstante, escuchó reír a la voz, « ¡No se dieron cuenta! Qué tontos» Kaleeh levantó la vista en dirección de la voz para luego caer sorprendida sobre su trasero. Frente a ella se alzaba una materia azulina, como si una esfera amorfa, flotando a la altura de sus ojos. « ¿Qué eres? », esta vez Kaleeh estaba muy asustada. «¿Qué crees que soy? ». Ella se puso pensativa: « ¿Un amigo? ». La voz no respondió, en vez de eso se transformó en el brazalete que siempre llevaba. Otra vez volvió su desconcierto… ¡Era su brazalete azul cristalino!, no se había percatado de la ausente presión en su muñeca mientras hablaba con esa voz. ¿Era parte de esa magia que la envolvía? Al menos eso decía el pueblo gitano. Que ella había nacido como hechicera entre ellos. Sin entender nada, no le contó a nadie sobre ese extraño suceso

Actualidad

La damita loca. La huérfana de las aguas. La parlanchina Kaleeh. Eran apodos que sus amigos y casi todos los gitanos le habían dado. La querían mucho, sí, pero admitían que tenía un tornillo zafado. Pero no era de ese modo. Ellos no sabían la verdad. El primer hechizo lanzando por Niniane fue único: separó la conciencia de Kaleeh de su cuerpo para que la oscuridad nunca llegase a corromperla. Y ni ella lo sabe. Sólo sabe que Lume, como llamó a esta voz misteriosa, era más que el amigo imaginario que todos creían que tenía.

DATOS EXTRA

❋ Lume es completamente inofensivo. Puede cambiar de forma, dado que es pura materia. Sólo Kaleeh la puede ver cuando está en su verdadera forma: un orbe amorfo azul cristalino, que es cuando puede comunicarse con ella. Aunque pueda transformarse en lo que sea, es intocable, tal como si fuera inexistente o una ilusión.
❋ Kaleeh tiene fama de loca porque su único comportamiento raro es hablar sola. Ocasionalmente, no siempre anda hablándole al aire.

❋ Hay una única habilidad que Kaleeh no sabe que conoce: Dominación. A veces la gente hace lo que desea, pero sólo cuando Kaleeh es impulsada por grandes emociones.

❋ Al igual que Niniane, Kaleeh tiene su fuente de poder en sus emociones; en su mayoría es magia blanca o de luz.

❋ Nunca tuvo sólo un par de padres adoptivos. Toda la comunidad gitana la acogió y enseñó sus costumbres, por ello Kaleeh se siente gitana y actúa casi como una.

❋ Le gusta llevar flores en el cabello. Tiene una extraña atracción a las rosas doradas, aunque no sean naturales, a veces las convierte a ese color por puro gusto.

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por Invitado Miér Mar 29, 2017 4:20 am

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