Colisiones

por **Nyx Blackhalo** Dom Abr 02, 2017 11:11 pm

Un día mas, uno sombrío y lluvioso. Las gotas de lluvia habían golpeado de forma constante y sin freno las ventanas produciendo un suave tamborileo, en la lejanía, se oía el retumbar de los truenos, señal de que la lluvia no tenía intención de cesar en las próximas horas, y eso era algo que no podía causarme otra cosa que no resultase desagrado. Bien era cierto que, en contadas ocasiones, podía disfrutar calmadamente del sonido de la lluvia mientras me encontraba enfrascada en una buena lectura delante de la chimenea, fuera de esa situación, la lluvia y el mal tiempo solo resultaban ser un problema, un contratiempo para nada agradable, algo que solo hacía que entorpecerme. Dejando escapar un suspiro, una extraña mezcla de frustración y resignación, fijé mi mirada sobre la mesa de madera que se encontraba delante de mis ojos, estaba claro que hoy ya no podría sacar nada de la búsqueda que me encontraba realizando y, para mi disgusto, con cada día que pasaba el rastro que me condujera hacia ése se hacía cada vez mas y mas difuso.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz del camarero que traía la comida que había encargado hacía varios minutos, mientras el cielo aún se encontraba oscuro y nuboso, pero sin una sola gota de lluvia. Con un ligero asentimiento de cabeza, respondí a sus palabras mientras éste colocaba los platos encima de la mesa y se retiraba. Sumida en mi silencio y observando cómo el humo de la comida ascendía con una perezosa lentitud en el aire, tenía que encontrar algo a que dedicar el resto del día ahora que estaba claro que no podría seguir, por mucho que quisiera con mi trabajo, no con este tiempo. Frustrada, le dirigí una mala mirada a la comida que seguía quieta, encima de la mesa, esperando que la comiera. Era estúpido que perdiera el apetito por encontrarme molesta por el tiempo cambiante, no cuando todas las señales habían mostrado que la lluvia estaba por caer, tan solo... tenía que encontrar aquello que pudiera mantener mi mente ocupada durante las suficientes horas en algo lo suficientemente interesante, capaz de captar mi atención para que no tuviera que dar el día por perdido.

Sabía bien que no sería adecuado volver a mi casa y ponerme a revisar y reorganizar las montañas de papeles llenos de apuntes que tenía ahí, puesto que eso tan solo conseguiría que mi frustración y mi ascendieran hacia límites insospechados. No, me gustara o no lo mejor era que encontrase un entretenimiento fuera de casa, algo que no me hiciera pensar en el trabajo y en el hecho de que la lluvia probablemente borraría cualquier huella o indicativo, haciendo que tuviera que, prácticamente, empezar de nuevo para localizar y encontrar la presa tras la cual me encontraba. Apartando mis pensamientos por un momento, centré mi atención a la comida que había dejado descuidada ya por el suficientemente tiempo para que enfriara. Después de eso, los minutos pasaron, aún en silencio mientras me disponía a comer con una calma renovada una calma que esperaba que pudiera hacer que se mantuviera por el resto del día. Tras finalmente terminar, mis pasos se dirigieron hacia la barra, dispuesta a pagar y marcharme del lugar. De nuevo sumida en mis propios pensamientos, y tras pagar, mis pasos se dirigieron hacia la salida mas, nada mas abrir la puerta algo del tamaño de un cuerpo humano chocó contra mi, dándome el tiempo justo de reaccionar y agarrarme a la puerta para evitar la caída al suelo. Con el ceño empezando a fruncirse, mi mirada se dirigió hacia aquel que en su prisa de entrar se había abalanzado sobre mi.