El descuido [A.B.]

por **Varek J. Lachance** Jue Mayo 04, 2017 5:32 am

El viento azota los árboles, y la luz de la luna apenas consigue filtrase entre el follaje para iluminar el camino, que es cambiante por la velocidad en la que el caballero galopa sobre su caballo. Su atuendo no es de cazador, ni si quiera porta una espalda como muchos otros podrían llevarla los días que ejercen de herederos de sus casas. Los arreos del caballo están adornados con el escudo de la familia Lachance, y de forma elegante son alzados para después volver a dejarlos caer, ordenado más rapidez a la marcha.

Una manto suave de lluvia comienza a caer sobre los hombros del muchacho, que se inclina hacía delante para dar impulso, y avanzar con más rapidez. En su cabeza sólo hay una idea "llegar a casa". Lo único que le preocupa ahora, después del día tan duro que ha tenido ejerciendo de el mismo. La poca costumbre a tener que lidiar con cosas mundanas provoca que cada vez que tiene que hacerle frente durante más de 3 horas, le agote. La concentración se basaba en ayudar al corcel a ser guiado por la espesura del bosque, pero ambos fueron interrumpidos por un disparo sordo, que hizo al caballo alzarse sobre sus dos patas y parar en seco, casi tirando a Varek de sus lomos. Tras un rato de lucha, consiguió tranquilizarlo y lo ató a una rama alta, para buscar de donde provenía aquella descarga.

Se paró detrás de un árbol y se sorprendió por quien encontró detrás de él. Se trataba de la mismísima Aveline Blackmore, que ahora mismo se encontraba totalmente acorralada ente un árbol y su agresor, un hechicero que parecía haber estado acompañado de un vampiro al que Aveline ya había aniquilado. En una situación más tranquila, Varek no hubiese interferido, pero la idea de interrumpir a Aveline haciéndose cargo de la situación le embriagaba. Cargó su arma con cuidado y tomándose el tiempo necesario para que no fuese audible por el hechicero, y cuando salió de detrás del árbol y Aveline alzaba la vista para observar de quien se trataba, el hechicero siguió su mirada para encontrarse con una bala que iba a una velocidad pasoma hasta su pecho. El cual atravesó sin tener punto de salida, pero si salpicando de su sangre maldita el rostro de Aveline. El cuerpo cayó a sus pies mientras que Varek recargaba y guardaba el revolver - Buenas noches Blackmore - la saludó, esbozando una sonrisa ladina. Sabía lo del hechicero, sabía todo lo reciente que había ocurrido en la vida de la mujer, y no podía dejar de verlo cómo ridículo.

por **Aveline Blackmore** Jue Mayo 04, 2017 2:23 pm

La inglesa lo miró entre el estupor y la furia que estaba todavía en auge debido a la lucha inconclusa que se había llevado a cabado.

— Señor Lachance... Maldita sea!! ya lo tenía!!.— resopló y se agachó a registrarle los bolsillos al brujo, iba buscando algo en concreto, encontró un papel y se lo guardó en un bolsillo. Ese estúpido petulante no había dado señales de vida desde aquel encuentro en la azotea y se atrevía a interrumpir de esa forma su caza.

Limpió la estaca que había usado con el vampiro en las ropas del hechicero y la devolvió a la cincha que llevaba atada al muslo y después caminó ignorando a Varek hasta que pasó por su lado.

— Espero que el manuscrito que le di fuera de su interés, porque a menos que se lo hayan robado, sólo me queda la hipótesis de que es tan aburrido que ni lo ha leido. O bien que es tan desconsiderado que lo ha hecho y ha pasado de mi.

Su forma de marcar las distancias y remarcar su incipiente enfado, era tratarle de usted, como si no hubieran tenido nunca un momento de complicidad. Se detuvo y ladeó la cabeza entrecerrando los ojos.

— Al menos tenga la decencia de llevarme a casa, el tiro ha espantado a mi caballo.

por **Varek J. Lachance** Jue Mayo 11, 2017 5:59 am

Un trueno partió el cielo en dos, en el momento que Varek salió de entre los árboles. El estruendo vino acompañado de una fuerte lluvia, que como un velo transparente separó a ambos cazadores. Se paró a ver como Aveline desvalijaba al muchacho hasta que se apartó y Varek se acercó a él. Lo giró con el pie y apoyó su pie en el pecho, para sacar la bala que le había incrustado entre los omóplatos. El disparo se había efectuado con su arma, registrada como Lachance y no quería problemas - Traté de ir dos veces, pero debías de estar muy ocupada - pronunció sin mirarla, guardando el casquillo en su bolsillo y limpiando su mano en las ropas del joven inerte.

Varek frunció el ceño ante un extraño brillo en un cuchillo que había cerca de la mano de la victima. Se agachó unos segundos, la lluvia debía de haber desencadenado una reacción, activando algún químico que a simple vista era inexistente. Preocupado e ignorando la demanda de la cazadora, caminó hasta ella - ¿Donde te ha rasgado?- le preguntó, claramente preocupado - El filo está envenenado, Blackmore - Esperaba que hablase para succionar parte de esa herida, liberándola del veneno superficial, y esculpirlo después. Lo segundos eran oro.

por **Aveline Blackmore** Jue Mayo 11, 2017 11:29 am

¿El filo envenenado? eso si que era un contratiempo. El veneno nunca era cosa de broma, pero estaba a una semana se casarse, con todo el lío que habían organizado no era cuestión de morirse ahora y dejar al novio en el altar.

— Mierda!! joder!! creía que lo había esquivado...— se revisó y no encontró a priori ningun desgarrón en la ropa hasta que lo halló, allí, ofendiendo su determinación de vivir. Justo en el costado, encima de cinturón donde el peto de cuero se hundía en lugares privados de la anatomía femenina, había una tro de piel rasgado. Apenas la había rozado, ni lo había sentido a decir verdad. Se apresuró a desatar las correas que unían aquel corsé a modo a de armadura de cuero, tachonado con algunos remaches de metal para ser resistente y flexible a la vez.

uniforme de cazadora:

Bajo el peto se encontraba la fina camisa pegada al cuerpo, rasgada por el filo envenenado a la altura de la primera costilla, donde su inmaculada piel estaba manchada de rojo. El corte no era profundo pero suficiente para absorber el veneno y dependiendo de su potencia, causarle suficientes problemas.

— Aquí, tendrás que absorberlo…yo no llego, si no lo haces tú se expandirá y me joderá viva.— En ese momento no se trataba de tú o yo, de si me caes bien o no me caes, de si la piel a la vista es de buen gusto o no. Se trataba de vida o muerte, de ser prácticos, de ser eficaces y solucionarlo antes de que supusiera una desgracia irreparable.— ¡¡Varek por favor!! date prisa!!.—ahora sí estaba asustada, si al cazador le daba por girar los talones y dejarla allí, seguramente no regresaría a casa, o lo haría ya muy tocada.

por **Varek J. Lachance** Mar Mayo 16, 2017 4:29 am

El nerviosismo con el que Aveline trataba de deshacerse de la ropa, provocó que cada gesto fuese torpe y longevo. Varek aprovechó para clavar el cuchillo en la tierra y limpiar el filo, antes de que algún idiota lo encontrase y se pusiese a jugar con él, hiriéndose de gravedad. Cuando alzó la vista hacía la mujer, esta ya se encontraba con la camisa que llevaba bajo su uniforme - Tranquila - le explicó clavando una rodilla en el suelo.

Colocó sus manos sobre el cuerpo de ella, podía prácticamente rodearlo con ambas. El calor de ellas era un contraste fuerte al cuerpo helado de Blackmore, recorrido por un sudor frío a causa del nerviosismo y el veneno. Agarró con fuerza y unió sus labios a la herida, succionandolo, pero esta era tan pequeña, que apenas conseguí con sus pulmones expulsar algo. Apartó su rostro del su cuerpo para escupir y tiró de ella - Túmbate - le ordenó. No podía ejercer fuerza sin un eje de sujeción, movía el cuerpo de Aveline como si de una una pluma se tratase, la inestabilidad originaba que ella se moviese y la fuerza ejercida quedase en nada.

Cuando se hubo tumbado, Varek apretó con todas sus fuerzas la herida, horizontal y verticalmente, para luego volver a succionar, ahora si notaba el sabor metálico con el podrido. El veneno había comenzado a hacerse hueco en el cuerpo de la muchacha. Varek escupió y se limpió la boca con la manga, buscando con la mano izquierda un cuchillo - Voy a hacer una herida algo más arriba, quiero saber la magnitud de la situación, y a donde tengo que llevarte una vez estabilizada - Su mano derecha se poso sobre su piel, algo más arriba. Cada vez notaba más lo fría que estaba y aquello le preocupada. Hizo un fino corte donde la sangre, de forma algo recelosa comenzó a salir, Varek no perdió el tiempo, y pegó sus labios, para escupir y hablarle después - Esta creado coagulosos, te provocará trombosis y quizás un derrame cerebral, vamos, aun tenemos tiempo - La levantó con facilidad - Necesito que te mantengas relajada - La cogió en brazos con facilidad. No quería que su corazón diese más ordenes de las necesarias para que la sangre recorriera todo su cuerpo, atacando donde no debía. La defensa era la perdida de la batalla.

La colocó sobre el caballo, y soltó este subiéndose tras de ella, deslizó una mano con su cintura con cuidado a la vez que comenzaban a galopar - ¿Tienes contactos? o he de llevarte yo ? - le preguntó al oído. Sabía su romance con el hechicero.

por **Aveline Blackmore** Mar Mayo 16, 2017 12:41 pm

El veneno al parecer ya campaba a sus anchas...maldita su suerte. En el último año había recibido una puñalada en el abdomen que le había costado un ovario y una peritonitis, y ahora un envenenamiento que podía matarla o dejarla tonta para siempre. ¿Serría que estaba llegandole la hora de jubilarse en eso de la caza?

Varek la hizo tumbar y aplicó succión, pero apenas consiguió sacar nada, así que optó por hacer otro corte. No se quejó, estaban entrenados para aguantar el dolor, lo que la tenía inquieta era la incertidumbre de ese enemigo invisible dentro de su cuerpo. No se podía hacer frente a lo que no se conocía ni era tangible y al final era lo que más miedo daba.

— derrame cerebral el que te dará a ti del hachazo que pienso propinarte como no corras más!!! vamos a la Sede a la plaza de Tertre!! Aurelius hará su magia wiccana mientras localizan a Stein.

El hermano Aurelius estaba acostumbrado a lidiar con heridas de todo tipo de gravedad y fue el que la había salvado cuando lo de la puñalada. Pero quería que avisaran a Stein, primero porque era su prometido, evidentemente, pero tambien porque aunque no tenía magia curativa, manejaba los elementos y cuando limpió el aire y el agua de su cuerpo, la ponzoña salió al exterior, podía ayudar.

El caballo de Varek alcanzó más velocidad pero llevaba a lomos a dos adultos que pesaban los suyo, así que milagros a Lourdes. La pobre bestia resoplaba y sacaba vaho por los ollares a la vez que sudaba profusamente marcando con sus trancos aquel ritmo acelerado. Tenía media hora para que esa mierda llegase a todo el organismo y causase estragos en riñones, hígado, corazón o pulmón.

La perspectiva de morirse o quedarse vegetal no era muy halagüeña, no ahora que tenía la ilusión del enlace inminente y de que por fin había conseguido liberar su alma al abrirse a otra persona. ¿Tanto esfuerzo para acabar asi? La vida de los cazadores erauchas veces un chiste de mal gusto; se pasaban la vida entrenando, enfrentándose al peligro en el anonimato, sin que nadie les agradeciera su sacrificio, y de pronto un buen día un paso en falso, un traspiés y todo acababa sin más.

— algún día recordaremos esto entre dos copas de brandy y nos reiremos... pero confieso que estoy cabreada y aterrada, tengo un vestido de novia esperándome... así que date prisa, por dios!!

En la sede de la plaza Tertre la actividad había decaído, los cazadores estaban de cacería y los que no, estaban descansando o en sus casas, pero el hermano Aurelius y el personal interno siempre estaban allí, al pie del cañón, dispuestos a enmendar cualquier desacato que pudiera acontecer.

por **Varek J. Lachance** Miér Mayo 31, 2017 5:38 am

El humor de Aveline y su forma de hablarle le enfermaban. Le recordaba a Shine con tanta poca vergüenza y aquel desparpajo. Pero no iba a tirarla ahora mismo del caballo y dejarla morir. No por que no quisiera si no por las consecuencias de tener que lidiar después con Axel o con el prometido de la cazadora. La vagueza a hacer frente a aquellas dos situaciones le consumían más que las ganas de tirarla.

Agarrándola de la cintura con cuidado, deslizando su mano caliente por el vientre helado de ella, golpeó a su corcel con fuerza para que este avanzara lo más rápido posible - Tendrás tu paripé - le contestó al oído, mientras se acercaban a donde se encontraba Aurelius. Desde hacía unos meses se había puesto de moda casarse en la secta que tenían los Blackmore montada. Y aun que Varek había sido invitado a alguna que otra, simplemente había dejado su detalle y no había acudido a ninguna. Lo mundano no iba con él, y menos el enlace entre hechiceros y cazadores.

El caballo clavó sus patas en la tierra mojada para frenar. Varek saltó del caballo para después bajar a Aveline con sumo cuidado de sus lomos. Con ella en brazos subió las escaleras dando la voz de alarma nada más atravesar el umbral. Apoyó el cuerpo de la cazadora en un sofá, acomodándole la cabeza con un cojín mientras esperaban que Aurelius llegase. Varek deslizó la yema de sus dedos por la herida, apretándola levemente para observar si esta se volvía blanca por unos segundos para recuperar después su color rojizo-salmón - Está mejor de lo que esperaba - parecía que el primer gesto que el cazador tuvo con la herida, había hecho una buena labor.

por **Aveline Blackmore** Miér Mayo 31, 2017 3:24 pm

El hermano Aurelius apareció correteando, con ese aspecto de artesano más que de monje, las mangas arremangadas, las lentes sujetas en la nariz y el ceño fruncido del esfuerzo mental al que le obligaban aquellos tozudos cazadores. No había día de descanso para el sanador, siempre venía alguno con heridas de todo tipo de gravedad, envenenamientos, males que les aquejaban, torceduras y dolores.

— Maldita sea Aveline!! ¿otra vez? no tuviste suficiente con la puñalada? si quieres venir a verme, puedes hacerlo a la hora del té pero no te pongas en peligro sólo para eso!!

El ex-monje era un brujo wiccano y su inestimable ayuda la había sacado adelante en el momento más oscuro de su vida, cuando aquel vampiro hundió el puñal en sus tripas y seccionó algunas cosas importantes.

Examinó la herida con cuidado y desvió los ojos hacia Lachance.— ¿Has hecho tú esto?.— se refería al corte que había agrandado para succionar. No le trataría de usted porque para él todo ese elenco de cazadores no eran más que niños grandes jugando con las criaturas inmortales que al final se hacían daño.— Bien hecho! te acaba de salvar la vida, pero no saques aún el brandy para celebrarlo, te voy a dar una lavativa, necesitas expulsar el veneno porque es ricino, si no lo expulsamos pronto tendrás hemorragias internas y morirás.

Aurelius preparó un brevaje que olía a pies de muerto putrefacto y se lo dio a beber. Aveline puso cara de "¿en serio?" porque no veía como podía eso ayudarla, más bien iba a enfermarla. Pero asintió y se lo bebió de un trago, intentando no poder cara de acelga, pero estaba realmente vomitivo...y al poco necesitó del barreño para vomitar. Al parecer ese veneno se acumulaba en la bilis y el hígado y sacar la bilis era bueno. Y tanto que la sacó, hasta la última gota. Estaba mareada y nauseabunda y el monje recomendó reposo mientras realizaba los rituales wiccanos para que el mal saliese de aquella habitación.

Cuando Aurelius acabó se fue a por algunos potingues que necesitaba y Aveline se quedó allí tendida, con la cabeza dando vueltas.

— Lachance...gracias.

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