AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Andrew Leroche - el úrsido bonachón
Página 1 de 1.
Andrew Leroche - el úrsido bonachón
por Andrew Leroche Mar Ago 22, 2017 4:17 am
▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲
Andrew Le Roche
▲EDAD▲
56 (aparenta 28)
▲ESPECIE▲
Cambiaformas úrsido
- Oso pardo:
- Oso negro americano:
- Oso polar:
▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲
Media
▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲
Homosexual
▲LUGAR DE ORIGEN▲
Nueva Francia
Su carácter se ve muy influenciado por los animales en los que se transforma. Y, al igual que los osos, es una persona tranquila, calmada y solitaria. Es difícil hacerlo enojar, pero es muy territorial y si siente que invaden su casa o espacio personal, es mejor echar a correr. Tiene una gran fortaleza física y mental. Tiene muy buena memoria, y aunque a veces finja no recordar algo en concreto, seguramente será por no meterse en líos que no le interesan.
No le gustan las complicaciones y suele ir directo al grano. Es educado dentro de sus posibilidades, aunque la rudeza es algo que siempre le caracteriza.
Disfruta de los trabajos manuales y muy físicos, ya sea la carpintería, que ejerce como hobby, la pesca o su trabajo real, que es socorrer edificios en llamas y la gente que se halla en su interior.
No le gustan las complicaciones y suele ir directo al grano. Es educado dentro de sus posibilidades, aunque la rudeza es algo que siempre le caracteriza.
Disfruta de los trabajos manuales y muy físicos, ya sea la carpintería, que ejerce como hobby, la pesca o su trabajo real, que es socorrer edificios en llamas y la gente que se halla en su interior.
Tras su nacimiento en Nueva Francia, Andrew estuvo viviendo toda su vida de orfanato en orfanato, ocultando así su condición de cambiante, hasta la cesión de los territorios a Gran Bretaña tras el Tratado de París de 1763, momento en el que decidió mudarse a Francia, teniendo ya 19 años, aunque aparentando a penas 10.
Para poder hacer semejante viaje, sin padres a la vista, se vio obligado a esconderse en las bodegas de un barco pesquero que cruzaría el océano atlántico en dirección a Europa. Obviamente, fue descubierto, pero habían pasado ya varios días en los que se había estado alimentando de pan duro y alguna que otra rata que había podido atrapar. No, no había sido un manjar delicioso ni sano, pero era lo único que allí se podía cazar y llevar uno a la boca. Para el momento en que fue encontrado, ya era demasiado tarde para regresarle a tierra firma en las Américas, por lo que se vieron obligados a permitirle permanecer a bordo y llevarle con ellos al otro continente.
Durante el largo viaje que duró varios meses, trabó amistad con algunos de los tripulantes del pesquero. Al aparentar ser únicamente un niño, le resultó fácil fingirse algo frágil e inocente, sacando a relucir el lado fraternal de más de un camarada. Aquellos vínculos le serían de mucha utilidad una vez pisaran tierra firme, pues no tenía dónde caer muerto, en realidad.
Uno de esos hombres le ofreció un hogar temporal, que terminaría siendo permanente, al menos hasta que alcanzó la edad aparente adulta. Obviamente, había confiado mucho en aquel grumete que le había ofrecido comida, una cama y muchas otras cosas. Le contó su secreto con los meses, y él jamás lo delató.
Una vez pudo empezar a trabajar, se dedicó a ayudar a su benefactor, que cuando no estaba en alta mar, llevaba una pequeña ebanistería. Aprendió mucho sobre tipos de madera y su parte animal le sirvió como un don para detectar enfermedades en los árboles, descartándolos así antes de talarlos para su uso. Le gustaba aquello y tenía buena mano para el trabajo. Sin embargo, con el paso de los años, el hombre que había cuidado de él de manera altruista, enfermó seriamente de algo desconocido, y terminó por perder la vida. Aquello afectó seriamente a Andrew, viéndose obligado a abandonar todo lo que conocía para evitar la tristeza. Vendió la tienda del que había ejercido como su tutor y se compró una pequeña cabaña en el bosque, cerca del río. Buscó otro empleo, uno que le hiciera sentir útil y bien consigo mismo. Se hizo bombero.
Ahora únicamente talla madera como hobby, cuando quiere recordar al hombre que le tendió la mano sin pedir nada cambio, aquel que le protegió de las malas lenguas y protegió su secreto. El único hombre al que, aunque quiso, jamás llegó a llamar padre.
Para poder hacer semejante viaje, sin padres a la vista, se vio obligado a esconderse en las bodegas de un barco pesquero que cruzaría el océano atlántico en dirección a Europa. Obviamente, fue descubierto, pero habían pasado ya varios días en los que se había estado alimentando de pan duro y alguna que otra rata que había podido atrapar. No, no había sido un manjar delicioso ni sano, pero era lo único que allí se podía cazar y llevar uno a la boca. Para el momento en que fue encontrado, ya era demasiado tarde para regresarle a tierra firma en las Américas, por lo que se vieron obligados a permitirle permanecer a bordo y llevarle con ellos al otro continente.
Durante el largo viaje que duró varios meses, trabó amistad con algunos de los tripulantes del pesquero. Al aparentar ser únicamente un niño, le resultó fácil fingirse algo frágil e inocente, sacando a relucir el lado fraternal de más de un camarada. Aquellos vínculos le serían de mucha utilidad una vez pisaran tierra firme, pues no tenía dónde caer muerto, en realidad.
Uno de esos hombres le ofreció un hogar temporal, que terminaría siendo permanente, al menos hasta que alcanzó la edad aparente adulta. Obviamente, había confiado mucho en aquel grumete que le había ofrecido comida, una cama y muchas otras cosas. Le contó su secreto con los meses, y él jamás lo delató.
Una vez pudo empezar a trabajar, se dedicó a ayudar a su benefactor, que cuando no estaba en alta mar, llevaba una pequeña ebanistería. Aprendió mucho sobre tipos de madera y su parte animal le sirvió como un don para detectar enfermedades en los árboles, descartándolos así antes de talarlos para su uso. Le gustaba aquello y tenía buena mano para el trabajo. Sin embargo, con el paso de los años, el hombre que había cuidado de él de manera altruista, enfermó seriamente de algo desconocido, y terminó por perder la vida. Aquello afectó seriamente a Andrew, viéndose obligado a abandonar todo lo que conocía para evitar la tristeza. Vendió la tienda del que había ejercido como su tutor y se compró una pequeña cabaña en el bosque, cerca del río. Buscó otro empleo, uno que le hiciera sentir útil y bien consigo mismo. Se hizo bombero.
Ahora únicamente talla madera como hobby, cuando quiere recordar al hombre que le tendió la mano sin pedir nada cambio, aquel que le protegió de las malas lenguas y protegió su secreto. El único hombre al que, aunque quiso, jamás llegó a llamar padre.
-Es un espléndido ebanista, pero se niega a ejercer como tal.
-Jamás se lo ha contado a nadie, pero conoce la verdadera identidad de sus padres, aunque no le importa quienes sean, realmente.
-Jamás se lo ha contado a nadie, pero conoce la verdadera identidad de sus padres, aunque no le importa quienes sean, realmente.
Andrew Leroche- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 9
Fecha de inscripción : 22/08/2017
Localización : El bosque
Re: Andrew Leroche - el úrsido bonachón
por Invitado Mar Ago 22, 2017 10:39 am
FICHA APROBADA
bienvenido/a a victorian vampires
¡ENHORABUENA! YA ERES PARTE DE VICTORIAN VAMPIRES Y TE DAMOS LA MÁS CORDIAL BIENVENIDA.
ANTES DE HACER CUALQUIER OTRA COSA, TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADO/A DE CÓMO MANEJAMOS TODO EN ESTE SITIO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MALOS ENTENDIDOS. A CONTINUACIÓN TE DEJO LOS LINKS MÁS IMPORTANTES PARA QUE PUEDAS CONOCER LA INFORMACIÓN, Y SI DESPUÉS DE LEER SIGUES TENIENDO ALGUNA DUDA, PUEDES CONTACTARME A MÍ O A OTRO DE LOS ADMINISTRADORES; ESTAMOS PARA SERVIRTE.
¡QUE TE DIVIERTAS!
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