Apelul de luptă

por **Mihăiță** Miér Ago 23, 2017 11:23 am

¡Malditos banquetes! ¡Maldita sea en el problema en el que se metió! Siempre atrayendo deshonra, siempre queriendo joder al licántropo. Después del conflicto entre Viola, ahora se avecina este caos, y nada menos que la familia Dómine quiere la celebración del nacimiento de la pequeña. Y todo por abrir ese hocico, había ido el padre de Lorraine a verla y se aprovechó de esto para liberarse del encierro, salvar a su mocosa del maltrato que le causa su supuesto padre. Y aun bajo amenazas se arriesgó, lo pagó muy caro, más esta vez no dejo marcas, ya que se aproximaba dicha reunión y debían acudir los tres. En el poco tiempo restante, les fue entrenando, lo que debían de decir y lo que claramente no, inculcando el temor para que ninguna de las dos abriera el hocico y le destruyan al decir la verdad, más tiene un as bajo la manga por si llegase a ocurrir, del mismo modo en el que llevó a esa familia a la bancarrota, no dudaría en acabar en caso de que quieran ponerse en su contra. Siempre previniendo el caos, alarmado en casos emergentes, pues de los errores se aprende y es imposible que quieran acabarlo, un animal como él, existiendo para vengarse, para destruir, divertirse sin importarle las consecuencias, era de temer, demasiado.

Por lo que comenzó con los tratos, expresando que forman una perfecta familia, llenos de alegrías y menos penas, siempre juntos y apoyándose mutuamente, realmente alegres como toda la sociedad espera verlos, y sobre todo, su familia política. Recalcando que la verdad debía esconderse, demostrando todo lo contrario de esto, y exponiendo su satisfacción al permanecer con Mihăiță. Aunque, ¿a quién le importaría aquello? Si el padre que es de la sangre de su esposa, le vendió con él, donde solo necesito de pintar riquezas, ofrecer ganancias y ya estuvo, obtenía todo solo con esta sencillez. Acaparando de esta negociación, al vestir bien a las dos mujeres de su casa, los mejores vestidos, caros, y del modista famoso de la época, debían lucir como todo un Hohenzollern-Sigmaringen; con la sangre de Mihăiță, y con el estatus de los Dómine se convirtieron en un linaje respetable, admirado y sumamente importante, no solo de Francia, sino del origen de este, en la Alemania entera. Ahí el meollo del matrimonio, extenderse en otro país para aumentar el poderío. ¡Maldita sea! La única dificultad era la mocosa Suka, ni caminar podía, parecía frágil, (¿quién no lo estaría tras permanecer encerrada y con ese maltrato?), luciendo algo demacrada, que debía pensar en algo, optando por hacerla pasar por enferma, que se explique su estado en esa condición. Tal para cual, ambas eran la misma imagen una de la otra, si así fuese con él, no le estuviera tratando de esa manera, pero no es así, debían pagar ambas por todo. Más, todo se estaba complicando, su esposa no parecía cooperar, terminaban en luchas, constantes luchas. Hasta que ejerció presión, no solo amenazando con la hija, sino hasta al maldito amante que generó toda esta batalla, ¡esa maldita puta!, solo así era domable, por lo que, ¿que pensaría su hija de ello? Mal, muy mal… pero después de eso se encargaría, ahorita el principal objetivo es terminar con esa jodida farsa.

Alistados; los tres de gala, tan estupefactos, se dirigen al carro y ahí todavía el teatrillo no iniciaba, y los tres permanecieron en silencio, con el aura pesada y con los pensamientos a asesinarse mutuamente, pero fue hasta que salieron de este frente al Palacio Royal, la actuación comenzó por el perro, al verse caballeroso y abrir la puerta a su esposa, sonrió y tomó de su mano, posando un beso y maldecido entre susurros por ella, por lo que fue motivo de la sonrisa sínica, y la entregó a su padre quien ya esperaba por ellos, de ahí, tomó la mano de la pequeña; la calidez, y el cuidado con la que le tomó de su muñeca, era su acompañante de esa velada, y mejor, era la que más debía cuidar, ya que andaba asustada al cambio drástico de su cautiverio, y así es como avanzan, subiendo los escalones y dirigiéndose a la puerta principal del salón, era la celebración de un integrante más, la anfitriona era Suka, la princesa de lobos que descubrió ahí quién era en realidad, y ante la música, y los aplausos, dieron la bienvenida, felicitando a la pequeña que dio sorpresas, púes a sus 13 años es que apenas se dio a conocer. Así su padre dio la presentación al situarse en el centro con la atención de muchos señoríos importantes, realeza pura como así aristócratas importantes, debía ser precavido, no quitarle los ojos de encima ninguna de las dos, y fue que el padre, termino de dar el discurso.

por **Suka** Mar Sep 12, 2017 8:22 pm

Temblaba. Si bien su existencia estaba signada por el terror, la pequeña Suka no era del todo ingenua y sabía que tenía motivos de sobra para temblar aquella noche primaveral.

La habían aleccionado, igual que habían hecho en las contadas ocasiones en las que había dejado su celda, esa que sentía su hogar. Suka repasaba mentalmente las directivas; qué decir, qué callar. Cómo moverse, cómo posar, cómo comer… no hablar a no ser que fuese imperioso. ¡Se sentía tan extraña con aquella ropa! Hermosa, por primera vez Suka se sentía hermosa, cuidada y valiosa. El vestido del mismo color que las manzanas parecía querer mostrar una figura que ella no tenía, capas y capas la envolvían con la intención de ocultar y disimular su delgadez. Los zapatitos negros brillaban y le quedaban perfectos en sus pies pequeños y acostumbrados a tocar con libertad la humedad de la tierra.

En silencio, siempre en silencio, Suka marchó tras sus padres hasta el interior del coche. En silencio, siempre en silencio, viajaron los tres. Solo la voz potente de él –semejante a un trueno nocturno-, dando alguna indicación o repasando el papel que cada uno debía seguir, rompía la monotonía del viaje. Suka no lo miraba, nunca lo hacía, pero mucho menos ahora que tenía tanta información que retener en su mente.

“No hablar, no mirar a nadie, comer con delicadeza, no aceptar bailar con nadie a menos que él me lo indique”, respiraba profundamente, y no de forma mecánica sino premeditando cada ejercicio de su diafragma, mientras repasaba todo aquello.

Jamás, nunca en sus años de vida, Suka había visto un lugar tan hermoso. Parecía brillar… ¡sí, luz salía del enorme palacio! Se sintió tan pequeña en comparación… Se hubiera quedado de una pieza, admirándolo desde lejos con la mandíbula desencajada si él –el causante de todos sus miedos- no la hubiese tomado de la mano para arrastrarla hasta las escalinatas que los conducirían al interior. El padre de su madre hablaba sin cesar, parecía feliz de estar allí junto a ellos y aquello, lejos de contagiar a la niña, la asustó. ¿Cómo podría no dejarse llevar? ¿Cómo podía no contagiarse voluntariamente de la alegría que se respiraba allí? Lo miró –a la bestia que la sujetaba-, y notó en sus ojos un brillo de advertencia… de inmediato se arrepintió y bajó la vista. Se dijo que mejor era ir contando los escalones, ejercicio que la distraería y la ayudaría pues, aunque tenía trece años, hacía muy poco que él le había permitido a su madre que le enseñase los números.

-La niña no habla –se quejó el padre de su madre mientras ingresaban en el salón, la música los rodeaba. Nunca había visto nada así-, ¿por qué la niña no habla? –Volvió a advertir el anciano y todos la miraron.

Cerró su mano izquierda en un puño para intentar calmarse. Esperaban que ella dijese algo, pero no sabía qué tenía que acotar.

-Me gustan mis zapatos –dijo, llena de dudas-. ¿Puedo quedarme con los zapatos luego de la fiesta? –Se lo preguntaba a él, al monstruo que era su padre, pero seguía sin poder mirarlo a los ojos.

De seguro había dicho algo estúpido, lo supo al oír la risa del viejo, pero no se le había ocurrido nada mejor.

por **Mihăiță** Sáb Sep 23, 2017 8:20 pm

— No está acostumbrada a este tipo de eventos, recuerde que es el primero al que acude. Debe estar nerviosa pero no se preocupe, ella lo hará todo bien, ¿verdad mi amor? Y por los zapatos puedes quedártelos, son exclusivamente para ti, no tienes por qué preguntarlo. Ahora, sé amable con el abuelo, parece ser un hombre horrible pero es de buen corazón.

No era momento de chistes, la primera falla y lo pagaría después. Tuvo que emitir una ligera risa, cambiando el ambiente, y ubicando a Suka a que no echara a perder nada, y con el abuelo era siempre así, por ello no debía extrañarse con ese comentario. Por lo que prosiguió con su esposa, mirando a la pequeña con advertencia. Siempre amenazante frente a Loraine, no tenía piedad ni tan siquiera en ese evento, y se desquitó al manosearla por lo que representa, (por supuesto, el rumano es bendito con la discreción) ¡Cuanta hipocresía en calidad se genera! Mihăiță era el que se llevaba el premio mayor; su naturaleza le hace lucir verdaderamente como un hombre casado, como un padre respetable y honrado por sus dos malditas acompañantes, ¿y qué decir de los invitados? Todos caen a la farsa cuando les ven, piden por más mentiras de esos tres, aclaman porque se presenten y abran el brindis ante la nefasta princesa de lobos. Porque así es como todo el mundo (referencia a todo al que sabe que ese es un maldito licántropo, por lo que no todos tienen la fortuna o desdicha de saberlo) que triste, pero el rumano tiene ganas de tomar. El mesero se paseaba de un lado a otro, y cogió la copa. Oh, casi se le pasaba. Se la entregó a su amada y hermosa esposa, y a su enorgullecedora hija, su copa de dulce de uva sin alcohol. Tan hermosas debía admitir que lucen, irreconocibles a la catástrofe en la que viven. Debería de darles vergüenza pero siendo ellas, se revuelcan por seguir cometiendo sus injurias. Y antes de que tomase su copa y la alzará brindando por su hija, al fin reconociéndola en ese instante, se hincó ante ella, sacando de una caja el anillo que representa su linaje, así es como se dan a conocer en sociedad. Dejó de ser cualquier niña para pasar a ser la hija de los Hohenzollern-Sigmaringen. Todos aplaudieron, y abrazó a su hija tras posar un beso en su frente y cargarle para situarse a un lado de su madre. La foto familiar tomarán, y del brazo su mujer le sujeta. El retrato de ese evento inolvidable, ¿a cuesta de que lo está permitiendo el rumano?

Y pidió la mano de la niña para abrir el baile. Un vals bellísimo, la nota sinfónica era del gusto del lobo, hasta en eso es criticable, se jacta de buenos modales ante todo y de temas muy interesantes para comentar. Le enseñó a su hija a sentir la melodía, por un instante se creería que olvido quien representaba para él. Y le trataba como si de verdad fuese de su sangre, de un lado a otro con una suavidad, girando y girando entre sus brazos hasta que le bajo, continuando el baile por el salón donde poco a poco salían las parejas a acompañarlos.

— Debes sentir la música para aprender a llevarla con los pies, si crees perder el ritmo, cierra los ojos y déjate llevar por ella. Porque la mayoría querrá bailar contigo, y tú, debes hacerlo. No es necesario que estés rígida, es tu fiesta después de todo. Disfruta porque al terminar este cuento, volveremos a la realidad. Como un cuento de princesas, más aquí hay un hechicero malvado que no dejara que tu felicidad sea eterna, mi adorable Suka.

Solo ellos dos, el secreto era la mejor sensación, yendo de un lado a otro, sonriendo y viéndose feliz. (Quedándose corto los aplausos, tanta alegría era despreciable), y como bien hizo mención, un cuento salido de la fantasía a la realidad, el hechicero malvado por supuesto que era él, y la princesa, la pobre princesa Suka debía gozar lo que le resta de esta felicidad.

por **Suka** Jue Oct 19, 2017 10:01 pm

¡Se podía quedar con los zapatitos! ¡No podía creérselo, tenía que ser una mentira de esas que esa bestia siempre le decía! Aún sabiéndolo, Suka bajó la vista hasta sus pies para disfrutarlos una vez más, eran hermosos y la hacían sentir hermosa, hermosa y segura.

Todo ocurrió muy rápido, al menos así lo sintió ella, porque estaba acostumbrada a una vida monótona y sin color, a hacer lo mismo una y otra vez cada día, a ser una cautiva y todo lo que descubría la tenía maravillada. ¿Música? ¿Baile? ¿Jugo de uva? El corazón se iba a salir de su pecho si seguía cosechando primeras veces… No acababa de asimilar una acción cuando de inmediato llegaba la siguiente, no podía procesar correctamente sus pensamientos ni recordar todas las recomendaciones, ¡se equivocaría en algo, estaba segura! ¡Fallaría y esa bestia la castigaría allí, delante de todas aquellas personas!

Siguiendo con el torrente de hechos inesperados, el demonio se arrodilló ante ella y le obsequió un anillo. ¿Qué debía hacer? No le habían dicho nada sobre aquello, ¿qué cara debía poner? ¿Qué palabras pronunciar?

-Oh, yo… es algo muy bonito –dijo, notando que la música había cesado y que todos se arremolinaban alrededor de la pequeña familia de tres que ella integraba-. ¿Debo llevarlo siempre? ¿Qué significa?

Antes de que pudiese decir algo más, su padre la abrazó y besó. Era una farsa, él no la amaba nunca lo había hecho ni lo haría… le habían llegado rumores que aseguraban que había querido matarla de pequeña. Sabía bien que esas muestras afectuosas no eran sinceras, pero aún así Suka se abrazó a él. Sintió la fuerza con la que su corazón latía y apoyó en su pecho tibio la mejilla. Cerró los ojos durante un instante porque no quería que eso acabase, no quería que ese sentimiento tan hermoso la abandonase.

Pero acabó, porque todo lo bueno acaba rápido, y le dio paso al baile… ¡Ella bailando con su padre! ¡Él dándole indicaciones amorosas sobre como moverse! Por varios minutos se dedicó a no pensar, solo a sentir. Mas Suka era curiosa por naturaleza y no pudo evitar preguntar:

-¿Nada cambiará? –Seguía sin mirarlo a los ojos, porque ni todas las muestras de cariño, sinceras o no, podían apagar el fuego feroz del miedo que le tenía-. ¿Es mentira que soy su hija, señor? ¿No soy la princesa de los lobos?

Después de todo la fiesta era para ella ¿cómo no iba a estar confundida si algunos la felicitaban y la llamaban princesa? Decían su nombre con respeto aunque el significado no era nada halagüeño. Jamás había estado más confundida.

por **Mihăiță** Mar Nov 28, 2017 4:27 pm

— Esto es lo que tendrías que llevar en la sangre, la de un Hohenzollern-Sigmaringen;, significa que ya eres parte de nuestro linaje, eres la princesa de Alemania, esto es lo que representas para la nación, lo que te da identidad, no eres una ordinaria niña, ni eres hija de tu madre, solo eres la hija de nuestra dinastía, tu familia a partir de ahora es la gente. Vivirás para ellos, por estas tierras tú crecerás así, y durará hasta que yo diga. Por eso, a partir de este momento, tendrás dos vidas; una que ya conoces, y la otra que apenas estas comenzando…

El juego comenzó, un secreto entre ellos dos, viendo cuánto duraría sin que ella lo hablara con nadie. Le dio secretos para ponerla a prueba porque ni su madre sabia eso, que el infeliz con el que cree que se casó, no es un mediocre como su amante, estaba frente al señor de las tierras alemanas, y quiso darle ese regalo a la niña. Simplemente porque jugara con ella de la peor manera que una madre solo moriría.

Así que, se mira y se observa al maldito perro haciendo creer su propia farsa a todos y a su vez a ella, ahí está, bailando al compás de minué con la dichosa hija, al final siempre se es capaz de ver lo que las fantasías, los anhelos y esas esperanzas deparadas desde un fondo del pensamiento recaen. Su hija a su lado, como una perfecta familia, todo aquello que no es real, y jamás lo será pero la mente miente, se empeña en asegurar que es de él esa pequeña. Sin querer matarla o humillar, la mantiene en su regazo, acudiendo a la duda, que quizás la decisión de su encierro no era la correcta pero ante sus palabras, ante el mismo rostro de su maldita madre, le encaran que es correcto el camino que le otorgo, que no se blande porque la mantenga entre sus brazos. La hará suya, pero no por placer, sino por daño; el solo castigar a quien la parió, hacerle la vida miserable y que mejor que esa arma filosa y mortal. Su propia hija era perfecta para denigrar, hacerla infeliz.

— ¿Quieres que sea un padre para ti? Lo haré, serás mi pequeña, pero debes hacer todo lo que se te ordena, ¿Te gustaría? Ya que no te has convertido en un lobo, sé que no eres mi hija, culpa a tu madre por ello, ella te trajo a mí sabiendo que amaba a otro, que se entregó a ese, quien es tu verdadero padre. Pero como te dije, esto es un juego, toda una farsa de que soy tu padre. Y que eres la princesa de lobos, pero nadie puede saberlo, solo nosotros dos lo sabremos. Y los demás deben seguir creyendo que eres mía. Y a esa mujer, no debes decirle madre, no lo merece.

Jugaba sucio, tratar de poner en contra a la niña de su madre, que comience a despreciarla. Que no la ame, ni le llame madre. Ese es el mejor golpe contra ella, arrebatarle lo único que cree suyo, quitarle su más preciado tesoro. Así la destruiría. Y era eso o seguir pudriendo en la humillación, el maltrato y ser golpeada por su odio. Sabía que ella podría elegirle, y si era así, podría conocer quién es Mihăiță, así sea que no le llamen padre, la comenzara a ver como solo un instrumento, y vaya que unión, si su padre lo viese en ese instante, sí que estaría en su total contra. Pero, tan pronto la música ceso, el movimiento finalizo a darle una voltereta a la niña, tomando su mano y caminando hacia la familia, familia de ella, y apreciando la multitud de estúpidos festejando dicha reunión, sin soltar a Suka, le susurra algo en el oído a su madre. Y es que, solo le amenazó: te la quitaré, después de todo ya saben que es mía. Y le posó un beso en su mejilla. Sonriendo como el vil hipócrita entre las dos.

Y el abuelo, se le acercó, pidiendo un baile a su mentirosa hija, y se la entregó, mientras él seguía al lado de la niña, y le platica de la gente que está presente, quienes eran unos y otros, adentrandole poco a poco a su mundo.

por **Suka** Dom Dic 17, 2017 11:48 pm

La confusión era un estado constante en Suka. Siempre dudaba y temía, siempre estaba insegura. ¿Cómo no estarlo ahora que ese hombre le hablaba de una doble vida? ¿Cómo podía no confundirse esa pobre niña que no había vivido más que horrores al contemplar por primera vez la libertad y la belleza? Bailó y se permitió disfrutar, pero muchas cosas rondaban su cabeza. Fantasmas, que susurraban y le recordaban viejas angustias, momentos del pasado donde había sido golpeada y humillada en arranques violentos de aquel hombre con el que ahora bailaba. No podía olvidar todo aquello, no podía dejar de lado el pasado y a la vez necesitaba hacerlo si quería que su vida cambiase por fin.

Si para preservarse debía ignorar a su madre lo haría, pues tampoco podía decirse que el vínculo entre ellas era fuerte, de hecho ese hombre no se los había permitido, nunca habían podido pasar tiempo juntas. No la odiaba, pero tampoco le tenía ya el cariño o el respeto de antaño.

-Sí, podré hacerlo –le aseguró, sin mirarlo a los ojos pues rara vez lo hacía-, ella no me importa en realidad –le dijo, mientras seguían el compás de la música.

¡Qué fácilmente se aprenden las cosas bonitas de la vida! Suka había llegado sin saber bailar y ahora lo disfrutaba como pocas cosas había disfrutado antes en sus trece años de vida.

¿Sería cierto lo que él le decía? ¿Acaso su madre había mentido y ella no era hija de ese hombre? ¿Cómo podía ser posible algo así? Suka no lo comprendía y, de manera absurdamente fácil, un enojo hacia esa mujer comenzó a trepar su pecho. No quería verla, no la quería porque ella no la había protegido, porque por su culpa a ella le habían pasado todas esas cosas malas. La vio disfrutar de la música y eso no le gustó, le pareció que estaba mal que su madre disfrutase tanto como lo había hecho ella hacía unos momentos.

-No quiero que ella baile, no quiero que sea feliz –susurró, sin saber si su padre la estaba oyendo, mas se volvió hacia él y le preguntó-: ¿Podemos cenar ya? Tengo hambre.

No sabía cómo ni por qué, pero conforme pasaban las noches ella se sentía más hambrienta que de costumbre. Algunas otras cosas en su cuerpo iban cambiando también, podía percibirlo pero callaba por miedo y por no tener a quién comentárselo. Pero el hambre… ah, el hambre se le había hecho muy difícil de controlar, como si en lugar de una niñita de trece años fuese una bestia de cuatrocientos.

por **Mihăiță** Dom Ene 21, 2018 9:40 pm

Victorioso se proclama, siente como la confusión, el interés, y la intriga corre por las venas de Suka; aturdida del mundo ante sus ojos. Haciendo bien en ponerla en contra de su madre con las palabras exactas, y el momento justo para solo festejar entre ellos dos, que el beneficio de Mihăiță, es el gozar su venganza, tanto en su esposa como en la hija, porque de cualquier manera. Aunque le dé una corona, solo esta vivirá en el calabozo. Y esa maldita mujerzuela, su único tesoro, la razón de su jodida existencia, se estaba yendo de sus manos para pesar a las de él. ¡Qué tan dichoso se sentía, poderoso, sin nada más que alegrarse!, porque se ve, en la manera en que se dedica a explicarle de las personas en el lugar, desde un varón hasta el mismo rey (porque estaban ambos parados, frente a todos, en la mesa de honor, teniendo una vista clara de ellos) Desde la servidumbre y el cómo catalogar a la gente por su perfil y gestos.

Era de esperarse que la princesa no pueda procesar la gama de información otorgada por su padre. Inclinando la cabeza cuando pasaban los caballeros para hacer oficial su saludo a la princesa, y solo comienza a instruir. Debiendo Suka tomar los costados de su vestido y hacer una leve reverencia. Tan diferente se veía, tan parecida a una misma pequeña de clase. Poco a poco el cambio es notorio. Y sus palabras fueron el punto de atracción. — No te preocupes, terminando esta actuación, dejare que tú seas quien se lo diga, y podrás pedir todo lo que ella ha tenido mientras tú estás encerrada en ese calabozo. —Sonrió, iniciando una caminata hacia la mesa del otro lado, era el lugar donde aperitivos y postres se situaban para la audiencia, quienes podían tomar lo que más deseasen. Y mientras avanza con ella, comenzó a ser el padre que una vez quiso ser. — Observa, en cada celebración, siempre habrá baile, bebidas, y comida. Solo tú debes de desplazarte para comenzar a distinguirte. Y aquí, es donde puedes tomar lo que llame tu atención, lo correcto es solo tomar la prueba y si conquista tu paladar, tomar en un plato lo que crees suficiente para estar satisfecha. La mayoría de las mujeres, solo con las pruebas le son suficiente. Pero siéntete a gusto de elegir. Así es como debes de hacerlo—. Tomó uno y con este comenzó a seleccionar la comida, tomando primeramente una especie de panecillo relleno de un trozo de carne (a la miniatura de sus dedos, lo sujeta y muerde la mitad de éste), disfrutándolo y la otra parte la dirige a Suka, que iniciara a probar. — Lentamente se va masticando, sintiendo la textura del pan y se irá desprendiendo el sabor de la carne. ¿Te gustó? ...Así es como se debe de hacer con cada alimento. No te abrumes, mañana comenzaras a instruirte como se debe, para que no te sorprendas. Desde lo más mínimo a lo más culminante, y por placer, me gustaría enseñarte a cazar.

Le declaro su deseo, no porque el momento lo esté ablandando sino porque viene de linaje que el padre (si llegase a serlo) heredere los trucos a su descendiente, sin importar género, y es lo que haría. Por lo que a partir de mañana comenzará a educarse como toda una princesa que debió de ser desde el inicio. ¿Por qué razón? Solo así le aseguraba su triunfo con ella, y para qué negarlo, le agrada después de todo, pero eso es un secreto.

por **Suka** Miér Feb 21, 2018 6:34 pm

Todo para Suka era nuevo, hasta el hecho de confiar en su padre. Pero qué más daba si su madre tampoco había sido importante en su vida. Siempre que la había visto, ella se había arrojado a abrazarla y a jurarla que la amaba. ¿Podía Suka creer eso? Por mucho tiempo había elegido hacerlo, porque pensaba que no tenía motivos para mentirle, porque creía que ella padecía a la par suya… Pero ahora, ante las palabras de su padre –del que tampoco podía olvidar cientos de cosas horrendas, ni todos los castigos que le había infringido- creía que si su madre la hubiera amado tanto como había dicho la hubiera ayudado. Si en verdad había amor uniéndolas ella no habría pasado tanto tiempo sola y con miedo.

-¿Podré aprender a bailar? –le preguntó con inocencia porque, ahora que parecía que tenía carta libre para pedir, quería pedir bien-. Me gustaría ser una bailarina especial…

Eso y los zapatitos, era todo lo que por el momento se le ocurría que podía pedirle a su padre. La conversación derivó en comida luego de eso y Suka en verdad lo agradeció porque estaba hambrienta… Siguió al demonio que tenía por progenitor –aunque él dudase de eso- y lo imitó en sus movimientos probando bocadillos maravillosos, por lo general, y otros que no le agradaron tanto pero que por temor a ofenderlo, tragó.

Otra novedad… comenzaría a tomar lecciones. No pudo evitar la sorpresa, todo aquello abrumaría a cualquier en su situación. Suka nunca había sido instruida, ni siquiera sabía leer ni escribir. No sabía idiomas, no tenía más que noción de los modales básicos… Todo iba demasiado rápido para la niña y su mente no podía evitar abrumarse ante tantas revelaciones. Su vida comenzaría a cambiar y si para eso debía romper relaciones con su madre, lo haría.

-¿Cazar? ¿Juntos? –dijo, ilusionada. No porque le gustase la práctica en sí, sino porque eso implicaba pasar tiempo con él, sin castigos sino con consideraciones-. ¿Y qué vamos a cazar? –Inocente, Suka siempre inocente.

Hacía casi dos semanas que un mal la aquejaba. No se lo había mencionado a nadie, era un secreto que las paredes de su celda bien guardaban. Cuando pasaba la medianoche, y durante algunos minutos, un ahogo le sobrevenía y Suka podía sentir que los huesos de su espalda y cadera se movían lentamente como si quisieran ensancharse. En esos momentos no estaba en su celda, sino en una fiesta en su honor, con un vestido hermoso y a la vista de todos. Pero el extraño mal le sobrevino de todos modos y Suka, con un grito de dolor cayó al suelo.

por **Mihăiță** Sáb Feb 24, 2018 10:02 am

Suka, Suka...Suka, tan perdida y hallada al mismo tiempo, si desconocía quien era, ahora ya tiene noción de quién debía ser, lo que lleva a esto y lo que sacrificaría por ello. En un evento es que termino la recompensa de tanto sufrimiento, debía ya comenzar a vivir el mundo ensoñado bajo el estímulo de la realidad, tenía que descubrir las cosas para poder seguir adelante y no estancarse en un maldito hoyo que había conocido por años, ya el momento saboreo la libertad, una escasa pero después de todo, lo sentía, se vivía como una princesa que su castigo después de la media noche era regresar a su origen, a esas cuatro paredes y permanecer encerrada en lo que el monstruo llega y le obsequia su liberación. Así el lobo feroz podría jugar con ella, un maravilloso cuento, que ya estaba tomando la redacción. Porque tan pronto uno muestra piedad, y ya quieren el perdón, así era con el baile, ella aclama ser una bailarina, lo será pero no será lo suficiente para él, la llevaría a la cima, donde el baile solo será un recuerdo, porque es inmemorial, pasara a ser solo un sueño.

— A bailar, a cazar cualquier animal, y todo conforme te sea instruido, me cerciorarse de que así sea, seré el primero en apreciar tu avance, el aprendizaje y el desarrollo mismo. Eso es seguro.

Con una comodidad superior lo anunció, observando el hecho de que se estaba ahogando, lo noto en su rostro, en su respiración, y el sonido del corazón que hace un eco a través del pecho, se estaba formando el imperio para ella, para él. Aseguro su futuro cuando cayó presa de un dolor, tronando sus huesos, ya comenzaba el mundo salvaje y esa mirada que sostuvo el padre hacia su hija, así como se movió a sujetarla de la cabeza y la cadera para que no se golpeara contra el suelo, estaba ahí, reflejándose en esas iris, un brillo singular, un oro que primeramente se distinguió de ella, y después paso al de Mihăiță, despertó la princesa de los lobos, pues así debió de ser, brillaron con intensidad todos las irises de la manada, su manada. Su dolor pasó a ser el llamado a los lobos, los presentes se inclinaron (Solo aquellos pertenecientes al linaje del perro, y a su creador) es así como se le dio la bienvenida a ella, al miedo mismo, primero el de ella, por lo que encaró a su padre al fin, y a él, por la maldita culpa, al fin descubrió que era suya. Y con su metamorfosis, a sus 13 años, debía completar la maldición, era el llamado a su padre, a su creador, estaban listos para cuando llegara la novena luna. Pero tenía que sacarla de ahí, y la alzo entre sus brazos, pero ya su madre había corrido para impedir y asegurar la vida de su amada hija. Mihăiță la evadió, no quería compartir esa felicidad con esa maldita, y cuando con el mismo cuerpo la empujo, giro a mirar a su fiel trabajador y solo con ese gesto lo dijo todo. Quería devuelta a Lorraine a su prisión, que le cuidaran mientras él está lejos, y sin disponer más del tiempo, se fue con la pequeña, sacándola de la fiesta, despidiéndose en esa partida. ¡Nadie podía ya impedirlo!

— Espera pequeña lobita, ya pronto conocerás la marca de nuestro linaje, espera a que lleguemos a casa.

La resguardo entre sus brazos, calmando ese dolor profundo, comenzaba a arder su cuerpo, ya más de la medianoche era, ambos con los ojos de un oro espectacular, y corrió, corrió tan rápido como le fue posible, llevándola al carruaje, donde les llevaría a una pequeña cabaña, el escondite del perro para cuando la luna llena se asoma, pero debía instruir, endurecer su carácter, no cambiaba nada no al menos el trato con ella, no quería ablandar su corazón, necesitaba una guerrera. Y conforme la observaba, el mantenerla en sus piernas, ya pronto, en cuanto la novena luna llegue, ella será completamente una Hohenzollern-Sigmaringen.

— Ya pronto nacerás bajo el flujo de la luna llena, pronto se escuchara la historia de la bestia con las cuatro patas sucias. Soporta ese dolor, hazlo tuyo y hazte fuerte.

por **Suka** Miér Mar 07, 2018 1:59 pm

Los huesos le dolían, la inocente niña podía sentir cómo se movían en su interior, reacomodándose con violencia por momentos y lentamente en otros. Tal vez algo realmente malo estuviera ocurriéndole, ¿cómo podía saberlo? ¿Quién le daría certezas a la niña? Tampoco lo pensaba, Suka en esos momentos se esforzaba por no perder el aire, cada bocanada implicaba un esfuerzo inusual pues su pecho se abría y cerraba de continuo, el diafragma se le contraía enloquecido en espasmos que nunca había sentido, como si su naturaleza de niña no comprendiese lo que estaba pronto a sucederle.

Su padre la llevaba en brazos y ella lloraba de miedo. Se abrazaba al cuello suyo, confiando en esa bestia pues no tenía más opciones, solo sabía que él quería ayudarla y confiaba de manera ciega porque así de obediente siempre había sido ella. ¿A dónde se dirigían? ¿Qué iba a hacerle? ¡No quería dejar la fiesta tan hermosa y tan suya, no quería volver a su prisión! Pero no podía hablarle, no tenía el valor para suplicarle; debía concentrarse en respirar. Aquello ya le había ocurrido antes -pero nunca de manera tan prolongada- y siempre había acabado, nada duraba para siempre ni siquiera las torturas y con esa certeza en mente Suka había vivido siempre. Eso pasaría, en algún momento acabaría, solo tenía que resistir.

Llegaron al carruaje y, como si fuese el más amoroso de los hombres, él no la soltó. Le explicó con mimo –si acaso era posible eso en alguien como él- lo que ocurriría, aunque Suka no llegaba a entenderlo del todo. Se esperaba que fuese una princesa, eso requerían de ella pero en esos momentos se sentía frágil, vulnerable, confusa y temerosa. Sentimientos que ninguna princesa valiente confesaría, por eso callaría sus dolores, no le hablaría de lo que estaba padeciendo.

-¿A dónde vamos? –preguntó, escondiendo su rostro en el cuello de su padre, cuando pudo al fin hablar.

El dolor de huesos remitía poco a poco, ya podía respirar mejor también, pero su cabeza no se aclaraba porque sentía un calor asfixiante que la estaba sofocando. Tenía sed, tenía hambre y deseos de gritar al cielo, todo al mismo tiempo mientras el carruaje corría veloz por el bosque, rumbo a un destino desconocido para la pequeña Suka.

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Re: Apelul de luptă

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