A un simple movimiento en el Grand Châtelet [Constantine Le Blanc]

por **Orson Le Blanc** Miér Sep 13, 2017 7:42 pm

Prision Grand Châtelet

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El bullicio producido por el vulgo que andaba por la calle llegaba hasta mis oídos causandome así un pequeño dolor de cabeza. La primavera había empezado y esta había llegado acompañada del lento aumento de la temperatura en el ambiente, y aunque no eran días tan calurosos como los eran en el verano era suficiente para abrir una de las ventanas de la oficina... mon Dieu, no quería imaginar el olor a orines que tendría que soportar en el verano.

Moví con lentitud la pluma de cisne que sostenía mi mano derecha para poder dar así el último trazo de mi firma en el papel. Tras terminar la firma deje la pluma en su lugar y vi con cuidado el documento que tenía escrito en si una orden para empezar el traslado de un peligroso prisionero hacia la guillotina que había sido puesta al otro lado de Paris - A veces la distancia entre la mort et la vie está a un simple movimiento de mano- susurre las palabras que le había dicho a mi sobrino hace ya mucho tiempo al ver lo cierto que podría ser dicha frase

Con cuidado agarre el documento recién firmado y lo deje en la cima de una pequeña torre de papeles formada por otros doce documentos (que eran del mismo tipo que el que ahora era primero) que se encontraban en en la esquina superior derecha de mi escritorio. Pase la palma de mi mano por la madera marrón oscuro como si estuviera limpiándola de alguna miga que tuviera por encima.
Mire hacia delante y como si no tuviera nada más importante que hacer me puse a ver los detalles del cuarto donde me encontraba: las paredes eran de piedra color gris apenas poco más pulidas que las que tenían las celdas individuales de esta prisión, a un metro de mi escritorio por el lado derecho había una librería de quizás dos metros de altos con unos siete estantes todos llenos de libros, del lado izquierdo de la silla donde me encontraba sentado había una puerta que daba a otro cuarto en el cual hacia las reuniones con personas más "importantes".

De repente alguien llamo a la puerta logrando interrumpir mi momento de paz, con un simple “pase” de mi parte la puerta se abrió y dejo entrar a uno de los guardias que había contratado personalmente – Seigneur, lamento la molestia pero una persona se encuentra en la entrada del patio principal pidiendo una reunión con usted… dice ser vuestro sobrino Constantine. – reporto el soldado

- Gracias por informarme. Déjenlo pasar y guíenlo hasta la sala de reuniones – ordene para que rápidamente el hombre diera un “sí señor” y saliera la del cuarto cerrando la puerta tras él.

por **Constantine Le Blanc** Dom Sep 24, 2017 6:21 pm

No me gustaba demasiado adentrarme en Paris, no si no era para cazar, pues esta era una ciudad de depravación como prácticamente todas las grandes ciudades del mundo, lugares donde las criaturas de la noche campaban a sus anchas, sin embargo durante el día era complicado tener algún tipo de enfrentamiento, al menos contra los amos, los esclavos ya eran otro cantar por ello seguía siendo bastante cauto en mi andar por las calles.

No tarde en llegar a mi destino, la prisión de Paris, donde trabajaba mi tío, aquel que me crió hasta los trece años, aquel que me enseñó prácticamente todo lo que sabía para luchar contras las aberraciones de la noche, es mas el mismo lo hacía pero de una forma un tanto diferente, como alcaide de la prisión no era raro que los encarcelados allí, no me parecía la mejor solución pero no se podría negar que algo era algo.

Llegue hasta los portones y peté con fuerza. Una pequeña trampilla se me abrió uno de los guardias. No tenían soldados en la calle era normal, pues un intento de fuga se podría saldar con las dos primeras muertes de los guardias que estuviesen fuera, a fin de cuentas, era una dilapidación de recursos pues era raro que alguien intentase entrar por voluntad propia en la cárcel.

Finalmente, le dije mi nombre y al poco me dejaron pasar, haciéndome esperar en una sala durante un rato, hasta que me condujeron a una sala de reuniones, bastante bien decorada con buenos ventanales que daban a la calle. Poco después mi tío entro por la puerta -Hola tío- le saludé de forma cordial.

por **Orson Le Blanc** Lun Sep 25, 2017 1:11 pm

Apenas el soldado salió del cuarto mi mente empezó hacer algunos cálculos apresurados para intentar pensar cuanto tiempo tenía antes de que mi sobrino llegara al cuarto “Es alguien que le gusta hacer las cosas rápidamente, algo heredado de su padre, solo por eso podría sacarle tres minutos que una persona común tiene de retraso al quedarse viendo algunas cosas… pero el guardia no vendrá corriendo solo porque es impaciente y necesita ser guiado hasta el salón, eso son dos minutos más…” como si fuera una de las nuevas máquinas que se empezaron a crear en Inglaterra hace poco mi mano derecha agarre uno de los papeles que tenía a mi izquierda, lo puse delante de mí y luego tomar la pluma, la moje cuidadosamente en tinta para luego empezar a firmar otra ejecución, a la cual no preste atención alguna debido a mi ocupada mente. Todo era automático.

Escuche la puerta del cuarto del lado abrirse para luego cerrarse “casi a tiempo” pensé al saber quién había entrado, aunque este hubiera llegado con un minuto de antelación ante mi especulación. Tome cuidado el papel que había terminado de firmar y lo deje sobre la pila que se encontraba a la recha. Me levante con cuidado de no hacer mucho ruido para luego dirigirme a la puerta que se encontraba a la izquierda de mi escritorio.

- Mon neveu… - salude mientras cerraba la puerta de tras mío – Se que te enseñe modales hijo, pero no recuerdo que los hayas puesto en práctica nunca ¿acaso el ejército logro enderezarte? – El humor en mi voz era claro como el agua sin contaminar a millas de distancia de Paris - ¿deseas algo para tomar? Bah, para que pregunte dicha stupidité, claro que deseas algo para tomar – no dude en ir a la bandeja de plata tapada que se encontraba en uno de las tantas mesitas, saco la tapa dejando así ver la botella de cristal ornamentada con un líquido verde, dos copas vacías, un pequeño jarroncito turrones de azúcar y una pequeña jarra de agua fría, deje la tapa en la mesita de alado y luego empecé a servir – Y dime mon neveu ¿Qué has estado haciendo últimamente? –

Tome ambas copas y fui a la mesa de pequeño tamaño que se encontraba entre tres sillones blancos leche con bordados dorados y algún que otro detalle que poco me importaba – espero que te guste el Fée Verte – digo dejando una de las copas en dicha mesa.

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