Stan McQuinn

ASPECTOS

PSICOLÓGICOS

Stan siempre ha sido un derroche de buen humor y energía. Es escandaloso y divertido como todos los highlanders, bruto, sinvergüenza y provocador. Con los extraños mantiene el tipo, porque fue educado por su familia que pertenece a la clase alta de los clanes escoceses, pero en cuanto coge confianza, da rienda suelta a su naturaleza vivaracha. Es poco frecuente verle perder los estribos, suele manejar las situaciones difíciles tirando de buen humor porque no le gusta la confrontación seria. Más que nada porque su condición de cambiante úrsido lo dota de una ventaja y una potencia física sin igual; digamos que cuando se cabrea tiemblan hasta los cimientos, así que es mejor no cabrearlo y evitar el peligro de desatar al oso. De joven era mucho más rebelde, ahora ha madurado un poco, la vida le ha puesto algunas zancadillas y se ha templado su carácter. Se supone que los osos son los cambiantes más sabios junto a los cuervos, pero la mollera de McQuinn es algo dura, ha necesitado cuarenta de sus sesenta años para empezar a tener buen juicio. En ocasiones se sigue comportando como un crío, haciendo el payaso y sin tomarse en serio las cosas, pero la mayor parte del tiempo es lo que se espera de él: el jefe. Su clan está dirigido ahora por sus hermanos mayores, así que él salió en busca de aventuras en su juventud y se ha pasado media vida batallando como mercenario bajo banderas que no son la suya. Cuenta con un pelotón de buenos valientes que le siguen a donde vaya. Ha desarrollado un cierto agrado por ser el jefe, manejar los negocios y ser el jefe de su extraño clan de soldados con kilt. Es honesto, franco y leal con los suyos, pero los enemigos no pueden esperar honor, porque primero está la supervivencia de su gente y después el resto, así que si ha de ser pragmático, lo es.

HISTORIA

DEL PERSONAJE

El nacimiento de Stan es un misterio, sólo se sabe de él que llegó en un barco con pocas semanas de nacido y la mujer que lo portaba falleció poco después de depositarlo en las manos de Breogan McQuinn sin poder explicarle nada, tan sólo que cuidase de él. Tiene un hermano gemelo del que no conoce su existencia y que vive al otro lado del continente. La familia McQuinn ya contaba con tres hijos y una hija: los gemelos Logan y Allistair, Aidan y Glenna. Así que el pequeño Stan fue el único que no ostentaba el cabello pelirrojo de lo suyos.

Se convierte en Oso Grizzly Rubio y Oso Pardo


Breogan era el jefe del clan y un patriarca respetado en la isla de Lewis, una de las más grandes de las Hébridas orientales escocesas. A dia de hoy tiene ocho sobrinos y sólo su madre vive, su padre murió trenta y cinco años atrás en un enfrentamiento contra los invasores noruegos.

Con quince años descubrieron su naturaleza cambiante y fue un buen susto para su madre, cuando encontró al osezno saqueando su cocina. Su padre trató de inculcarle disciplina y autocontrol pues veía que el joven Stan podía ser muy peligroso si no controlaba ese don, así que le dedicó más tiempo que a sus otro hijos. Los gemelos, que eran los primogénitos, siempre le tuvieron algo de resquemor, unos celos silenciosos por haber sido el favorito sin ni siquiera compartir sangre real con ellos. Su hermano Aidan es su compañero de fatigas y su hermana Glenna está llamada a ser la nueva matriarca del clan pues es la única que consigue mantener unida la familia, pues las mujeres de sus hermanos mayores no valen para ello: una es una arpía y la otra es un felpudo sin opinión.

Ha perseguido faldas desde su más tierna juventud, a veces con gran éxito y otras se ha llevado calabazas por su enorme bocaza y su tendencia a ser inoportuno. Se enamoró perdidamente de Amarie McGregor, una bruja vidente con la que se casó y que llegó a darle un hijo, pero su relación siempre fue muy difícil. Madre e hijo lo abandonaron marchándose en un barco que naufragó cerca de las costas de las isla de Skye. Ese capítulo de su vida lo sumió en un dolor incomprensible para el oso, en una apatía gris que aniquiló su buen humor y lo volvió agrio y serio. Han pasado ya quince años de aquello y aunque lo ha superado, no es del todo el mismo que fue. Ha madurado un poco y se ha vuelto un poco más tranquilo y menos crédulo.

Lleva tatuados en los brazos y el pecho los símbolos de su clan escocés en color azul, como está mandado por tradición celta. Lo único que conserva de la mujer que lo llevó hasta aquellas islas es un pequeño broche que suele llevar prendido sobre el tartan, junto al badge.