Alucinando (+18)

por **Ander Vlad** Dom Nov 28, 2010 9:33 am

Entré en aquél lugar... no había tenido necesidad desde hace tiempo, pero algo en mi interior me lo pedía. No había luna llena, ni sentía instintos asesinos, pero una parte de mi se aferraba a mi yo animal.
Me senté en una mesa vacía, alejada de la multitud y pedí una pinta. Mientras bebía me divertía con las caras de los hombres que se entregaban al placer. Todo aquello era una comedia bastante entretenida.

Se fijó en una chica que se acercaba a él. Nunca había mirado a una mujer con tanta intensidad. Parecía que iba a perforarla con la mirada. Sonrió pícaro mientras se acercaba el vaso a los labios.

por **Cassie Abelli** Dom Nov 28, 2010 9:51 am

Salía de una de las habitaciones medio colocándome la ropa de nuevo. Había sido intenso y, para mi gusto, el hombre se encontraba demasiado desesperado cuando me había tomado. Aunque claro, como siempre, había pagado una buena suma de dinero. El corsé color morado estaba aún desabrochado por los botones superiores, dejando ver parte de mis pechos, cuando corrí la cortina y salí a la sala principal.

Aquella estaba siendo una noche animada, muchos hombres con ganas de fundir sus cuerpos con los de alguna hermosa mujer. He de reconocer, que la mayoría de las muchachas que había en el burdel eran hermosas. Sin embargo, yo era la preferida de todos aquellos hombres ansiosos.

Me alisé la falda violeta y, con un caminar elegante y grácil, me encaminé hacia la barra. Por el camino me percaté de que unas cuantas miradas se posaban en mí pero... uno de ellos me miró con una intensidad demasiado pronunciada. Por tanto, no pude hacer otra cosa que devolverle la mirada. Alto, apuesto, ojos azules, cabellos castaños. Joven... Qué extraño encontrar a un hombre como aquel en un lugar tan inhóspito como era el burdel. Me paré un momento antes de cambiar mi ruta, andando ahora en su dirección.

Tenía una pequeña sonrisa dibujada en los labios y la mirada brillante, llena de curiosidad.

-Buenos días caballero... ¿Podría ayudarlo en algo? -Pregunté en un susurro, apoyando una de mis manos sobre la mesa.

por **Ander Vlad** Dom Nov 28, 2010 10:02 am

-¿Podría yo ayudarle en algo a usted?- pregunté. Llevaba una suma de dinero importante del último envío de opio que había entregado. No quería muebles, ni ropa elegante, ni lujos, ni perfumes, ni la comida de un restaurante elegante de París... sólo quería perder la noción del tiempo y ahogar las preocupaciones que se expandían desde mi pecho, arrasando mi garganta y liberándose en lágrimas. No quería pensar en nada. No quería volver a sufrir. ¿Porqué intentar conseguir a una mujer, conseguir amor... si ese amor es el que duele cuando acaba?

Si tenía algo claro era que quería darle una vuelta radical a la situación. Que no quería ser el típico pervertido que solía ir a los burdeles. Si tenía algo claro, es que quería permanecer en la memoria de aquella chica como realmente era, y no como la necesidad biológica quería que fuera.

-Hágame una promesa, mademoiselle- dije, dejando la bolsa de monedas sobre la mesa: -Esta noche será usted la que lleve las riendas ¿de acuerdo? No haga nada que no quiera hacer-

No me importaba en absoluto que la chica no quisiese hacerlo conmigo y que no lo hiciésemos. Sólo quería pasar una velada con una mujer, y ante mi incapacidad de querer volveme a enamorar, aquella era la mejor estratajema posible.

por **Cassie Abelli** Dom Nov 28, 2010 12:42 pm

Alcé una ceja extrañada por el comportamiento de aquel joven chaval. Nunca antes había visto algo como lo que acababa de presenciar. ¿Que yo llevase las riendas? ¿Cómo? ¿Qué? ¿Sería virgen? Bueno, ya había tenido noches con hombres vírgenes pero nunca me habían dicho que no hiciese nada que no quisiera hacer o simplemente que llevase las riendas. Por ello me parecía extraño su comportamiento.

Me senté a su lado cruzando una de mis piernas sobre la otra y me quedé mirándolo interrogante. Solo quería que se explicase... aunque bueno, dado que era una prostituta, tampoco me veía con el derecho de exigirle nada a nadie. Era parte de la escoria, de aquellas personas con las que ni los religiosos se metían por el simple hecho de que el sufrimiento ya les llegaría cuando muriesen. ¿Me llegaría dicho sufrimiento algún día? Quiero decir... ¿Realmente existía? Eran tantas preguntas sin respuesta... Me negaba a dejar que mi vida estuviese manejada por un ser omnipresente que vigilaba cada uno de mis movimientos desde el más allá.

-Permítame caballero preguntarle que a qué se debe su comportamiento. Si usted me responde a mi pregunta, juro que haremos todo lo que a mi pobre persona se le ocurra. Como incluso no llegar a la cama... -Susurré esperando no ser muy irrespetuosa por hablarle a un cliente de aquella manera. -Así pues, ¿Cuál es su historia? -Pregunté dudosa. He de decir que yo nunca me comportaba de aquella manera pero... me sentía tentada a saber qué era realmente lo que sucedía y, mi alma curiosa, me impedía comportarme como debía.

por **Ander Vlad** Dom Nov 28, 2010 1:21 pm

-Mi comportamiento no se debe a mucho en concreto... quizás se deba a que estoy cansado de sufrir por las mujeres, ya que he tenido dos relaciones serias y ninguna de ellas me trae buenos recuerdos- Dije, mirando hacia la nada con los ojos perdidos.- Símplemente espero a que todo este mal que llevo dentro se cure, o se apacigüe un poco, y por eso he decidido entrar- Dije, mirándole a los ojos y perdiéndome en ese mar azul en calma del que no quería salir.

Me pregunté si la chica estaba incómoda por mi comportamiento inusual en aquellas estancias. Empecé a ponerme nervioso, el corazón me latía apresuradamente. Tragué saliva y miré el vaso de cerveza negra que tenía delante. Miré su mano, al lado de la mía, y el mero hecho de rozarla por un instante, o incluso de cojerla, me hizo sentir impotente y me puso aún más nervioso.
Intenté cambiar de tema para salir del aprieto.
-Me llamo Alan Vlad, mademoiselle, sería un honor conocer su nombre- dije, mirándole de nuevo a sus ojos aguamarina, intentando parecer sosegado.

por **Cassie Abelli** Dom Nov 28, 2010 2:06 pm

Posé una de mis manos sobre la suya y lo miré directamente a los ojos. La verdad es que yo no sabía mucho de amor... bueno, por no decir que no sabía nada, pero lo veía bastante dolido y mis clientes, siempre acababan felices.

-Caballero, creo que nunca debería de rendirse nunca y.... bueno, dicen que un clavo saca otro clavo, ¿no? -Sonreí de forma tímida, nunca había mantenido una conversación como aquella en todos mis años y, como tampoco era una experta ni sabía nada referido a aquello pues... -Bueno, la verdad es que yo no le puedo ayudar en ese tema. Nunca he sentido nada tan fuerte por nadie -Sonreí de medio lado.

Le hice un gesto con la mano a Marie para que se acercase a nosotros y, cuando ella se encontró lo suficientemente cerca le pedí que me trajese un vaso de ron.

-¿Quiere tomar algo, monsieur? -Le pregunté con una pequeña sonrisita volviéndome hacia él. Había visto hacía un rato que tenía un vaso entre las manos, pero parecía que ya le quedaba poco de aquel líquido alcohólico.

-Mi nombre es Cassie -Dije en un susurro. Nunca había hablado con un cliente y... me resultaba extraña aquella situación, aunque en ningún momento la podría clasificar de incómoda. Más bien, me daba bastante curiosidad el saber cómo acabaría aquella noche y si sería diferente del resto.

por **Ander Vlad** Dom Nov 28, 2010 2:29 pm

-Vaya... Cassie... me gusta su nombre... no, eh, no quiero nada, gracias... me apetece estar sereno ésta noche- dije, con timidez, mordiéndome las uñas.
La chica había colocado su dulce mano sobre la mía y mi corazón latía como nunca antes lo había hecho. Sin pensar, apreté su mano y comencé a acariciar su palma con el pulgar. Siempre había pensado que un contacto así, levantaba muchas emociones... era un beso... entre dos manos, pero era un beso al fin y al cabo, al igual que el roce de nariz con nariz o de dos labios...

Hacía tiempo que no sentía aquella extraña sensación en el estómago, como si me descolocasen el cuerpo, como si me hubiese tragado unas mariposas y como si fuese a flotar. Me gustaba mucho aquella sensación tan cálida, pero también me entraban ganas de llorar.

Me sonrojé e intenté girar la cabeza de modo que no se notase.
-¿Nunca se ha enamorado, mademoiselle Cassie?- dije, mirando sus ojos azules que me atraían a ella con intensidad. Lo cierto es que una cortesana no debía enamorarse, para no sufrir... pero no veía porque no podían salir de aquél mundo por amor... sería una bonita historia para una obra de Sir William Shakespeare... al igual que el Mercader de Venecia, o Sueño de una Noche de Verano... o incluso Otelo... adoraba aquellos libros y cómo aquél amor tan intenso llevaba a sus protagonistas a actuar como unos locos... pero realmente el amor lleva a perder la cordura.

por **Cassie Abelli** Dom Nov 28, 2010 3:07 pm

-Como usted prefiera, señor Alan -Dije con una pequeña sonrisa mientras él acariciaba la palma de mi mano con cuidado. Podía incluso decir que me producía pequeñas descargas eléctricas aquel contacto. No es que fuesen unas descargas incómodas, para nada... más bien llegaban incluso a gustarme y eso era muy pero que muy raro.

Cogí el vaso de ron cuando Marie me lo trajo. Oh... mi adorado ron... hacía tanto que no te probaba... Me lo llevé a los labios y al darle un trago fui notando como aquel sabor agrio y fuerte iba recorriendo mi garganta. Quemaba, sí que quemaba... Hacía demasiado tiempo que no probaba aquella bebida y ya no estaba tan acostumbrada como antes.

Dejé rápidamente el vaso de cristal sobre la mesa con una pequeña forma de mis labios sobre él. El maldito pintalabios se me había corrido un poco. Mala suerte la mía, mucha mala suerte. Al ver mi reflejo sobre su superficie pude descubrir cómo todavía continuaba manteniendo un poco de aquel color carmín. Algo es algo.

-¿Enamorarse? ¿Una prostituta? -Alcé una de mis cejas. -Eso está prohibido Alan. Una prostituta jamás debe de enamorarse o acabará viviendo en las calles. De todas formas... ¿De verdad piensas que pueda haber algún hombre que se enamore de una muchacha que vende su cuerpo cada noche? Permítame decirle que no... -Aquella última frase se escapó de mis labios como un susurro. Mis labios dibujaban una sonrisa demasiado falsa y mis ojos parecían tristes.

Yo, por suerte, nunca jamás me había enamorado pero, conocía a cientas de prostitutas que sí que lo habían acabado haciendo. La mayoría dejaban el burdel y se iban con su amado príncipe azul que las rechazaba pasadas unas semanas por su pasado. Siempre era igual.

por **Ander Vlad** Lun Nov 29, 2010 12:05 pm

Me enfadé ante la respuesta de la señorita Cassie. ¿Cómo era posible que una persona no pudiese enamorarse?¿Cómo que un hombre no podría enamorarse de ella? El amor no tiene fronteras, el amor es libre, no distingue ni de raza, ni de religión, ni de cultura, ni de sexos... el amor es puro, hermoso y ,sobretodo, inevitable. En cuanto Cupido lanza una flecha, ya puedes intentar correr...
Le miré fijamente a los ojos, frunciendo las cejas como extrañado, confuso... e incluso disgustado por su respuesta... pero no podía mirarle mal... y no sabía exactamente el porqué. Sujeté su mano aún con más fuerza y tragué saliva, pues me dolía la garganta, y la presión que sentía en el pecho era tan fuerte que me entraron ganas de llorar.

Reparé en cada detalle de su cara tallada en piel de ángel... en cada poro... acaricié su rostro con las yemas de los dedos, casi sin rozar su piel, pero el cosquilleo que sentí recorrió todo mi cuerpo. Sujeté su barbilla y acerqué mi cabeza a la suya lentamente, fundiendo mis labios con los suyos en un beso... demasiado tierno. No pude contener las lágrimas que se deslizaban por mis mejillas mientras besaba los labios de Cassie. Quería más y más de sus labios, de esos labios tan dulces y carnosos que encajaban perfectamente con los míos.
Suspiré y alejé mi rostro del suyo con cuidado, para secarme las lágrimas. Me quedé mirándola como si estubiese contemplando la criatura más hermosa del universo y mis ojos reflejaban todos mis sentimientos, sin poder ocultar ningún rincón de mi alma.

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