No temas al segador. [Privado]

por **Helli Von Goethe** Vie Feb 16, 2018 3:29 pm

Los días transcurrían moribundos durante el frió invierno, las calles se tornaban grises anticipadamente, los cuervos buscaban lecho en los mausoleos, el viento alejaba las pocas nubes que pintaban los últimos colores purpura en el cielo y con ello el sonido de los arboles chocando ramas sin follaje se apoderaban del cementerio.

Caminaba taciturna entre las tumbas, empeñada en leer cuidadosamente cada lapida desquebrajada, acariciando las flores marchitas por la nieve. Descuidada recogí mi cabello con una peineta, esa noche vestía con un clásico atuendo rojo que, por momentos, se disipaba convirtiendo en polvo los bordados y encajes al final de la falda y mangas, no era mi intención aquella tarde la de gastar energías convenciéndome de mi propia ilusión.

Fue de un momento a otro que todo pareció despreciable, me sentía con rabia e intentaba controlar mi corporeidad, lo que resultó inútil y frustrante, era como no poder respirar y aun así seguir en pie, levité un puñado de rocas y las arroje con tal fuerza al suelo que perforaron algunas estatuas mortuorias...me tranquilice volviendo al camino, la paz que traía el viento se posó tan solo un instante sobre mi rostro parecía que el destino se encargaba de no dejarme en soledad con mis agonías, inquietantes energías se aproximaban. Curiosa desvanecí de inmediato y me dirigí a su encuentro.

por **Helli Von Goethe** Dom Abr 01, 2018 12:04 am

por **Lestat De Lioncourt** Miér Abr 11, 2018 11:36 pm

Camino sin rumbo ni propósito en pleno barrio, fuera de los recintos de la capital con dirección al Cimetière de Montmartre, deseando contemplar secretamente el París artístico y quijotesco que anhelo. El terrero de una hectárea en donde se enterraron debidamente a más parisinos luego del cierre de todos los cementerios en París se encuentra construido sobre una vieja mina. A mí me gustan mucho los cementerios; responden a la necesidad que rara vez siento de sosiego y de melancolía. Este cementerio es un lugar casi caprichoso, desordenado y bohemio como lo había sido el legendario barrio de Montmartre, habitado por artistas.

Ingresé sin ser visto por el empleado a cargo y vagué entre las tumbas de algunos escritores mientras recuerdo que el principal camposanto de la ciudad estaba ubicado en el centro, junto al mercado. Fue clausurado después una epidemia terrible originada por el manejo inapropiado de los cuerpos. Desde entonces se prohibió enterrar a los muertos dentro de la ciudad. «¡Cuántos cadáveres hay debajo del suelo que pisamos todos los días!» Recuerdo que pensé. Concluí que vivir en París, donde quiera que uno este, es vivir sobre la sepultura de alguien. La ciudad es un gran cementerio. Les Innocents destruido. Armand no lo podía creer en aquel entonces cuando en una acalorada discusión le dije frente a su asamblea que el territorio donde se ocultaban iba a ser eliminado. «Ni siquiera los huesos de vuestros ancestros han perdido su carácter sagrado de esta época secularizada.» Fue lo que dije.

Continué avanzando entre las tumbas, teniendo una extraña sensación al atravesar un pequeño túnel de árboles. Sin embargo, distingo una presencia desconocida que me deja más confuso. Esta, fuese quien fuese, era inquietante.

por **Helli Von Goethe** Mar Abr 17, 2018 3:08 pm

La forma en que se definiría la noche era incierta. Se delata inevitablemente un ser que expectora oscuridad con apariencia de humano, ¿hechicero, vampiro, cambiante? tenía muchas dudas. Llegué de golpe y de frente como siempre suelo hacerlo pero aun sin mostrarme, no confió en el visitante. Lo examiné rondando en círculos por un instante; una vista rápida en caso de que pudiera portar alguno de esos artefactos mágicos que tanto dolor me habían causado en el pasado, observe sus ropas, su apariencia, el andar, alguna señal de quien era o pretendía ser, pude concluir que tenía buen gusto y que no tenía temor del cementerio; todo muy obvio.

Retrocedí, pensé en la naturaleza del ser humano y su tendencia a ser problemática, llena de emociones efímeras pero suficientes para entretenerme, estaba casi segura, no es humano, me confunde y eso no me agrada, había tomado una decisión y volvería a mi lugar de origen pero… ¿y esa esencia a muerte? la había sentido antes… no una, varias veces, ahora me intriga saber de él.

Materialice mi forma a un lado del camino, cuide en extremo los detalles, que cada parte fuera tangible y creíble, di un paso en dirección hacia él, recogí mi vestido como cualquiera en mi situación lo haría; seguiría fingiendo pasos y movimientos mortales por lo que me fuera posible y mi fuerza lo permitiera.

-Es una agradable noche para visitar a los muertos- pronuncie sin ninguna expresión, pero con naturalidad en el tono. Continúe caminando hasta guardar una prudente distancia. –Busca alguna tumba en específico Monsieur, puedo ayudarle si gusta- era de esperarse que cualquiera dudara sobre mis propósitos, en esta época de hombres fuertes y damiselas disminuidas a simples adornos, prostitutas, brujas y criaturas de la noche, quien no pensaría que no era de fiar, por otro lado hablar de más explicando mi presencia sin haberla pedido sería fastidioso. Me limite a esbozar una leve sonrisa, solté la falda de mi vestido, mostré mis manos entrelazadas y al frente y como si no tuviera que ocultar lo mire fijamente esperando una respuesta.

por **Lestat De Lioncourt** Sáb Mayo 12, 2018 4:01 pm

Veo una mujer en el cementerio. Una mujer que parece haber perdido la cuenta de las horas. Me preparé para el encuentro. Era una mujer esplendida de larga cabellera negra poderosa anatomía de generosas y exuberantes curvas, que contrastaban con lo anguloso de sus facciones, bellas y estilizadas. Me recordaba a alguien, pero no supe realmente a quién. Ella no llevaba ninguna luz consigo y no temía tropezarse. La Luna ofrecía una claridad insuficiente para un humano, pero no daba la impresión de ser una amenaza. Sin embargo, desconfié. Nadie visitaría un cementerio en tales condiciones, sola y a esas horas de la noche. —La persona que busco no está aquí. —Dije, tendría que haber estado más atento. Escrutar la obscuridad, descubrir al intruso. Nadie debería poder acercarse tanto sin que yo lo advirtiera. —Un sitio extraño para pasear ¿No cree?

Me volví hacía la dama, manteniendo en alto mi sonrisa como un escudo entre nosotros. —Señorita... —Le hice una reverencia. —Me llamo Lestat, encantado. —Bien, creo que una presentación es lo que procede cuando dos personas se encuentran en un cementerio. —Ahora, sino es molestia, me gustaría saber que está haciendo aquí. En efecto, no es la hija de un guarda del cementerio. ¿Me equivoco? —Lo dije con la mayor de las tranquilidades, con naturalidad.

por **Helli Von Goethe** Lun Mayo 14, 2018 12:48 pm

Sus interrogantes eran las esperadas, su actitud en cambio era diferente… llena de seguridad, arrogancia me atrevería a concluir, sin duda suspicaz, dice mucho al afirmar su conclusión descartando la presunción menos probable; de haber sido humana y en otras circunstancias seguramente me habría forzado a mantener la cordialidad, pero no lo soy y detesto a casi todos los hombres, no discrimino ni a los de buena cuna o con elegante porte, a los descalzos o mendigos igual todos escondían algo, todos merecían mi desprecio en igualdad de condiciones hasta demostrar lo contrario. Con una sonrisa forzada respondí a la cordialidad de presentarse –Puede llamarme Helli- respondí tajante mientras correspondía la reverencia –No me parece extraño pasear en donde sea si es que se tiene un propósito – le expliqué, acentuando pasear con sátira y un ademan involuntario de mi mano derecha haciendo giros como si mostrara lo hermoso del cementerio. –A diferencia de usted… Lestat , busco algunas tumbas o personas…- había cambiado mi tono sin pretenderlo, me afectaba todo lo relacionado a lo que había sido mi vida, probablemente no medite lo suficiente mi respuesta y en algún momento de la conversación baje la mirada y descuide al visitante por un instante, volví recobrando la postura –¿Qué hace usted aquí?– indague para cambiar mis pensamientos, estaba enojada conmigo misma por ser tan descuidada, divise un tronco tumbado al otro lado del camino, más cercano a él, me aproxime para sentarme, a pesar de todo seguía siendo una agradable noche, era de admitir que Lestat es atrayente y aun no demostraba su naturaleza.

Estire la falda de mi vestido, me acomode cruzando las piernas y recline apoyándome en mis brazos; el cielo no era portador de mensajes esotéricos, ni la luna ni las estrellas parecían querer brillar, los sonidos del viento habían cesado… no estoy segura si nosotros éramos los espectadores de la noche o si la oscuridad se había interesado en el casual encuentro, de cualquier manera todo lo que acontecía en el cementerio era más de lo que se podía juzgar a simple vista.

por **Lestat De Lioncourt** Vie Jul 13, 2018 1:05 am

No sé, estoy confuso. Por un lado, tengo la total seguridad de haberla visto y hablado con ella, pero por otro es como si sólo formara parte de un sueño. Lo más desconcertante es que no emitía el menor olor. Me acerqué a una sepultura, el suelo era duro y el césped que rodeaba la tumba era tan corto que era imposible distinguir el rastro de pisadas humanas. —¿Qué hago aquí? —Me puse a examinar la cruz y el bloque de mármol de cuadrado sobre el que esta se apoyaba y en donde estaba tallado el nombre del difunto. La blancura de la lápida se veía algo empañada por las manchas naturales del tiempo. Prácticamente la mitad de todas las tumbas en el cementerio estaban igual, pero esta tenía algo en particular que llamó mi atención. Había sido limpiada, pero no por completo. ¿Quién habría comenzado a limpiar el mármol y lo habría dejado a medio hacer? La persona que la empezó podría muy bien regresar para terminarla. —Dar un paseo. He descubierto que es casi el único lugar donde puedo caminar sin peligro. —La vi avanzar, caminó y pasó junto a mí. Al girar la veo ponerse cómoda sobre un tronco caído. Ofrecía un aspecto de lo más normal. Percibí de ella algo similar a un sonido, un ruido emitido por un ser vivo, aunque no un ser humano que estaba vivo y respiraba. Dudé un momento si debía seguirla y sentarme a su lado o no.

—¿A quién busca, Helli? —Le pregunté, aprovechando aquella confianza que parecía inspirarle. Observé su rostro con atención y curiosidad. En el trazo general de sus facciones y en las proporciones entre ellas, en el color del cabello, en sus pestañas y en la silueta de su cuerpo. No era humana, pero mis ojos no me daban ninguna prueba de ello. Aquella misteriosa mujer carecía de olor y leve sonido que podía percibir de ella nada tenía que ver con los pulmones o el corazón de un ser humano. Sin embargo, a pesar de la lúgubre escena y la lúgubre hora, la compañía era muy agradable.

por **Helli Von Goethe** Vie Jul 13, 2018 5:19 pm

-Usted fue quien me dijo que era un extraño lugar para pasear- lo veo de soslayo tratando de inquirir más de lo que expresan sus palabras -…pero afirma que se siente seguro- no pude evitar esbozar una leve sonrisa –Es el primero con quien concuerdo sobre lo extrañamente reconfortante de este lugar- me vuelvo hacia él para responder a su interrogante, no tan convencida de entregarle información pero algo me hacía confiar -¿A quién busco? Por el momento, creo que lo buscaba a usted y su particular esencia a muerte- la luz era escasa pero las nubes comenzaban a despejar una pálida luna en lo alto del cielo, me levante súbitamente y extendí mi brazo invitándolo a acompañarme –Estoy buscando una tumba en particular, debe estar más adelante- allá en la zona más alejada se encuentra mi cuerpo pútrido, el último vestigio de mi vida, tal vez quiero presentarme como es debido o quizá solamente deseo compañía, de cualquier modo me intriga saber de qué peligros puede refugiarse aquel que tiene una esencia a muerte; quería hablarle sin rodeos, arrojar preguntas y cuestionarle, tomar posesión y observar con sus ojos el mundo que le rodeaba; seguía pensando, con gran ansiedad, sobre las posibilidades que tenía para encontrar los motivos de la particularidad que él representaba, pero me limite a sonreír. Me aproxime tan confiada que apenas pude darme cuenta, no podía absorber su energía vital, trate de ocultar mi asombro, pero reconozco que me ha tomado por sorpresa.
Eso representaba un inconveniente para mantener mi corporeidad, necesitaba energía vital, alguien con vida para consumir.

por **Lestat De Lioncourt** Miér Ago 22, 2018 11:23 pm

Aquella información obtenida de una respuesta corta y firme me hizo descubrir que eso no era todo lo que deseaba. Quería acercarme e iniciar una conversación, pero ella se levanta y avanza nuevamente hacia mí. Cuando estuvo apenas unos pasos le dijé con toda la serenidad de la que fui capaz. —Al igual que usted, soy diferente a cualquier otro humano. Puedo sentir que estoy vivo cuando me despierto al inicio de la noche y sé que estoy muerto cuando me acuesto en el cajón antes de que llegue el día. —Advertí que mantener esa apariencia sólida y estable le consumía una enorme cantidad de energía. Su mirada intensa, sus ojos brillantes clavados en los míos, ese era su rasgo más vital. ¿Qué era? ¿Un fantasma, un espíritu? ¿Cuál es la diferencia entre un espíritu y un fantasma?

Admitiendo la existencia de vampiros y otras criaturas, parecía consecuente admitir que pudieran existir otros seres, alimentándose de cosas distintas a la sangre. Me sonrió y mientras más se aproxima un oscuro escalofrío me recorrió el cuerpo. Entrecerré los ojos, ladeé la cabeza y entendí que no era miedo lo que sentía. Llevaba toda mi existencia aceptando como normales cosas en las que la inmensa mayoría de personas ni siquiera creía. Existen los fantasmas. Existen los espíritus. ¿Todos los espíritus son fantasmas? Nadie lo sabe. El final es siempre: «nadie lo sabe».

por **Helli Von Goethe** Jue Ago 30, 2018 4:14 pm

Un vampiro, como envidiaba la fortuna de ellos, a los que se lamentaba por nimiedades de su existencia y a los que abusaban de su condición. –Vampiro- vocifere, con la cabeza gacha, se había esfumado junto a mi sonrisa lo tangible de mi cuerpo, «no tiene caso» pensé mientras levantaba la mirada y se desvanecían mis pies, - Es usted uno de los que puede disfrutar de ciertos placeres y aun así quejarse de la muerte- murmure con desaire.
Alguien interrumpió la escena, era el enterrador, para ese momento estaba cansada y el anciano no era suficiente para recuperar fuerzas, además el viejo me caía bien, a menudo lo escuchaba mascullando quejas sobre los demás.
Volví mi atención al vampiro, colocándome a su lado le susurre al oído –Eres un segador – apoyando mi mentón en su hombro y viendo al viejo continúe con un tono un tanto insolente –y tú esencia me es familiar- sé que no es mi verdugo, de ello tengo fragmentos en mi memoria, él era reciente, de mi fantasmal periodo.
-¿a cuántos habrás sentenciado a muerte? ¿de cuántos eres el responsable de haber convertido? No puedo evitar envidiar la fuerza que poseen y las sensaciones de las que gozan- me volvía a distanciar, no necesitaba una respuesta eran pensamientos al aire -Seguramente lo he visto antes en algún teatro o alimentándose en los callejones- ya no intentaba arrastrarlo a mi desgraciada tumba, era inútil intentar adquirir energía de alguien como él, no podía poseerlo o nunca lo había intentado con un vampiro, de cualquier modo quiero pedirle algo – La próxima vez que de un paseo por el cementerio, podría arrojar uno o dos tragos de whisky, los que si estamos muertos tenemos sed- despuntaba el alba, no era que no pudiera seguir deambulando con el sol en lo alto, pero era realmente cansado por no decir fastidioso.

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