AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Bakhit — Ficha
2 participantes
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Bakhit — Ficha
▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲
Bakhit▲EDAD▲
28 años▲ESPECIE▲
Humano▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲
Esclavo▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲
Heterosexual▲LUGAR DE ORIGEN▲
Sur de Sierra LeonaMucha de la personalidad de Bakhit queda oculta tras su papel de esclavo, a pesar de que el amo que en fortuna le tocó era uno de los más amables que podía haber tenido. De cara a la sociedad es un hombre callado y discreto que pasa completamente desapercibido —a pesar de su imponente cuerpo— y al que jamás se le verá en problemas. Su estatus de liberto podría peligrar si alguien se entera que lo es y lo ve envuelto en asuntos ajenos; para él, su libertad es lo más preciado que tiene, aunque no pueda gritarlo a los cuatro vientos por temor a perderlo.
Pesa sobre él un cargo de conciencia muy grande por lo que le pasó a su familia. Cree que, si no se hubiera arriesgado tanto, los esclavistas no los habrían atrapado. Aún así, no deja que esa pena lo derrote. Tiene la certeza —porque así lo siente— de que están bien en algún lugar, y eso es lo que consigue que se levante cada mañana.
Es un hombre de ideas claras al que, si algo no le gusta, no le convence, o siente que ya no lo satisface, lo apartará de su vida; al mismo tiempo, es una persona capaz de comprender y aceptar la forma de ser de los que lo rodean. Muchos ven en él un buen amigo, un confidente. Otros, sin embargo, puede que lo vean como una amenaza que siempre intenta quedar bien a costa de los demás, algo que no es para nada cierto. Nunca hará algo que dañe al prójimo, sea este quien sea, porque es una persona sumamente buena, amable y divertida, siempre dispuesta a ayudar a quien lo necesite. No pierde ni una oportunidad de juntarse con los suyos, de ir a bailar y escuchar música de su tierra, como una forma de seguir recordando lo que un día tuvo.
Echa mucho de menos a su mujer, pero sobre todo a sus hijas. Muchas noches sueña que el cuerpo caliente de Tiaret descansa a su lado, y ese momento de felicidad —que dura sólo hasta que alarga la mano y comprueba que no es así— es uno de los mejores del día. Añora tanto sus caricias como las que él le hacía a ella, puesto que ahora no tiene a nadie en quien volcar todo el amor que tiene para dar. Durante los días, hay momentos en los que escucha la risa de sus niñas, pero, al igual que con su esposa, su sonrisa se borra cuando se gira y se da cuenta de que no están allí.
Pesa sobre él un cargo de conciencia muy grande por lo que le pasó a su familia. Cree que, si no se hubiera arriesgado tanto, los esclavistas no los habrían atrapado. Aún así, no deja que esa pena lo derrote. Tiene la certeza —porque así lo siente— de que están bien en algún lugar, y eso es lo que consigue que se levante cada mañana.
Es un hombre de ideas claras al que, si algo no le gusta, no le convence, o siente que ya no lo satisface, lo apartará de su vida; al mismo tiempo, es una persona capaz de comprender y aceptar la forma de ser de los que lo rodean. Muchos ven en él un buen amigo, un confidente. Otros, sin embargo, puede que lo vean como una amenaza que siempre intenta quedar bien a costa de los demás, algo que no es para nada cierto. Nunca hará algo que dañe al prójimo, sea este quien sea, porque es una persona sumamente buena, amable y divertida, siempre dispuesta a ayudar a quien lo necesite. No pierde ni una oportunidad de juntarse con los suyos, de ir a bailar y escuchar música de su tierra, como una forma de seguir recordando lo que un día tuvo.
Echa mucho de menos a su mujer, pero sobre todo a sus hijas. Muchas noches sueña que el cuerpo caliente de Tiaret descansa a su lado, y ese momento de felicidad —que dura sólo hasta que alarga la mano y comprueba que no es así— es uno de los mejores del día. Añora tanto sus caricias como las que él le hacía a ella, puesto que ahora no tiene a nadie en quien volcar todo el amor que tiene para dar. Durante los días, hay momentos en los que escucha la risa de sus niñas, pero, al igual que con su esposa, su sonrisa se borra cuando se gira y se da cuenta de que no están allí.
Bakhit proviene de una familia originaria del sur de Sierra Leona, un territorio ocupado por el pueblo mendé, dedicado a la agricultura y la caza. Su familia se dedicaba a lo segundo, a llevar carne fresca a su pueblo, mientras que otros aportaban verduras y frutas. La única norma que allí había era no cazar ni cosechar aquello que estuviera dentro de las tierras del rey; todo lo demás estaba completamente permitido.
Bakhit fue el segundo hijo varón del matrimonio, al que siguieron otras cinco niñas. Los siete hermanos se llevaban pocos años de diferencia entre ellos, así que los dos mayores aprendieron juntos los secretos de la caza de manos de su padre. La primera vez que salieron a la llanura fue en cuanto fueron capaces de sujetar una lanza con una sola mano, pero, siendo niños, ya comenzaron a recibir las nociones básicas.
El año que la más pequeña de las hermanas cumplía su primero de vida, una epidemia de fiebres —probablemente producida por consumir agua infectada con el cadáver de algún animal— azotó el pueblo. La niña, su madre y otras dos hermanas perecieron durante el tiempo que duró, y el hermano de Bakhit quedó cojo, con lo que no podía salir de caza. Así pues, fueron su padre y él quienes surtían la parte que les correspondía, mientras los hermanos que sobrevivieron se dedicaban a quehaceres domésticos o del campo.
Con el paso de los años, Bakhit creció y su cuerpo maduró, pasando de ser el de un niño flaco y larguirucho a un hombre fuerte y captor de todas las miradas. Ser el cabeza de familia —puesto que su padre sufrió un accidente en una de sus salidas de caza que lo dejó enclaustrado en su hogar— era algo que hacía que todas las mujeres lo desearan con fervor, pero sólo una consiguió lo que todas anhelaban. Tiaret, la tímida niñita que apenas lo miraba, fue la que terminó casada con él. A sus dieciséis años, Bakhit formó su propia familia, mientras cuidaba lo que quedaba de la suya, puesto que seguía siendo el único hombre que podía mantenerlos.
Un par de años más tarde llegó Malaika, la hija mayor de Tiaret y Bakhit, y con ella las primeras apariciones de los esclavistas. Durante los dos primeros años fueron sólo rumores e historias de asaltos a pueblos vecinos. Por suerte, el suyo se encontraba escondido en lo profundo del bosque, de manera que sólo se podía llegar allí si alguien de dentro los guiaba. Por ese motivo, y no por otro, tuvieron la paz suficiente para que la pareja concibiera otra niña, Tamura, viva y avispada como ninguna otra y el ojito derecho de su padre.
Siguieron disfrutando de una calma relativa durante unos cuantos meses más, pero las historias que les llegaban de aquellos pueblos a los que habían llegado los esclavistas ingleses eran cada vez más abundantes y terroríficas. La caza también se empezó a volver una tarea complicada, puesto que cada vez se encontraban menos animales en las inmediaciones del pueblo. Parecía como si hubieran huído, o como si alguien los hubiera cazado en masa. Lo más probable es que fuera una combinación de ambas, puesto que la cercanía de los esclavistas asustaba a las manadas de ciervos, sin contar con que estos hombres cazaban sin ningún tipo de consideración. Ni conocían la tierra que estaban conquistando ni les importaba en absoluto; si se acababan los recursos volverían a su patria, donde sus familias los esperarían con los brazos abiertos. Bakhit era muy consciente de eso, puesto que en sus salidas ya había visto —desde la lejanía— el desastre natural que los otros causaban a su paso. No obstante, poco podía hacer él más que buscar y buscar carne que llevar a su familia.
Un día se adentró demasiado en terreno desconocido, y ese fallo le salió caro. Uno de los ingleses que también andaba por allí lo vio, y se enzarzaron en una lucha que, afortunadamente, no duró demasiado. Bakhit consiguió escapar tras dejar al otro inconsciente de un mamporrazo, aunque ya los había puesto sobre aviso.
No volvió a esa zona nunca más, pero la comida seguía escaseando y, por ende, su familia pasaba hambre. Una noche, después de varias jornadas en las que había traído, tan sólo, un par de liebres, Bakhit decidió que se adentraría en los terrenos de su monarca, puesto que había visto unos cuantos jabalíes hurgando en la tierra. ¡Y pensar que con tan sólo uno su familia podría comer durante una semana entera! Era peligroso, y Tiaret se encargó de repetírselo hasta que cayó dormida junto a él, sin resultado; ver a sus hijas flacas y débiles fue lo que le dio valor, porque estaba dispuesto a hacer lo que fuera por ellas.
A la mañana siguiente salió temprano, antes incluso de que saliera el Sol. Dio caza a un jabalí no demasiado grande, de carne tierna y jugosa.Volvió cuando la gente todavía dormía, así que nadie se enteró de su incursión en tierras prohibidas. O eso es lo que él creía.
Unos días después, los hombres del rey asaltaron su casa y se lo llevaron preso. Iban a juzgarlo, y sabía bien que un acto así no quedaría impune. Mientras estuvo en los calabozos no dejaron que nadie lo visitara, así que cuando volvió a encontrarse con su familia fue en la sala de audiencias. Se derrumbó al ver a Tiaret con Tamura en brazos y Malaika pegada a ella, llorando las tres lágrimas densas en silencio. Les dedicó una última mirada que sólo pedía perdón y, de pronto, fuera de la sala se empezó a escuchar un barullo que terminó en lucha. Varios hombres entraron en la sala, arrasando con todo lo que encontraron. Bakhit se lanzó hacia su mujer con la intención de sacarla de allí, pero las manos atadas en la espalda le impidieron llegar a tiempo. Gritó como una maldita bestia mientras veía cómo se las llevaban a las tres a rastras, y después todo se volvió negro.
Despertó en la bodega de un barco rodeado de otros hombres que no conocía. Callado y con una sensación de vacío en su interior, se dejó llevar allí donde las cadenas lo empujaran. Terminó siendo exhibido en un mercado de esclavos del centro de Londres, donde su cuerpo y su aparente fuerza fueron muy admiradas entre los asistentes. Mikolaj Lennox fue, finalmente, quien pagó por él. Nunca lo trató mal, al contrario; se convirtió en un gran amigo para Bakhit y alguien a quien, en el fondo, siempre agradecerá la vida que le dio.
Bakhit fue el segundo hijo varón del matrimonio, al que siguieron otras cinco niñas. Los siete hermanos se llevaban pocos años de diferencia entre ellos, así que los dos mayores aprendieron juntos los secretos de la caza de manos de su padre. La primera vez que salieron a la llanura fue en cuanto fueron capaces de sujetar una lanza con una sola mano, pero, siendo niños, ya comenzaron a recibir las nociones básicas.
El año que la más pequeña de las hermanas cumplía su primero de vida, una epidemia de fiebres —probablemente producida por consumir agua infectada con el cadáver de algún animal— azotó el pueblo. La niña, su madre y otras dos hermanas perecieron durante el tiempo que duró, y el hermano de Bakhit quedó cojo, con lo que no podía salir de caza. Así pues, fueron su padre y él quienes surtían la parte que les correspondía, mientras los hermanos que sobrevivieron se dedicaban a quehaceres domésticos o del campo.
Con el paso de los años, Bakhit creció y su cuerpo maduró, pasando de ser el de un niño flaco y larguirucho a un hombre fuerte y captor de todas las miradas. Ser el cabeza de familia —puesto que su padre sufrió un accidente en una de sus salidas de caza que lo dejó enclaustrado en su hogar— era algo que hacía que todas las mujeres lo desearan con fervor, pero sólo una consiguió lo que todas anhelaban. Tiaret, la tímida niñita que apenas lo miraba, fue la que terminó casada con él. A sus dieciséis años, Bakhit formó su propia familia, mientras cuidaba lo que quedaba de la suya, puesto que seguía siendo el único hombre que podía mantenerlos.
Un par de años más tarde llegó Malaika, la hija mayor de Tiaret y Bakhit, y con ella las primeras apariciones de los esclavistas. Durante los dos primeros años fueron sólo rumores e historias de asaltos a pueblos vecinos. Por suerte, el suyo se encontraba escondido en lo profundo del bosque, de manera que sólo se podía llegar allí si alguien de dentro los guiaba. Por ese motivo, y no por otro, tuvieron la paz suficiente para que la pareja concibiera otra niña, Tamura, viva y avispada como ninguna otra y el ojito derecho de su padre.
Siguieron disfrutando de una calma relativa durante unos cuantos meses más, pero las historias que les llegaban de aquellos pueblos a los que habían llegado los esclavistas ingleses eran cada vez más abundantes y terroríficas. La caza también se empezó a volver una tarea complicada, puesto que cada vez se encontraban menos animales en las inmediaciones del pueblo. Parecía como si hubieran huído, o como si alguien los hubiera cazado en masa. Lo más probable es que fuera una combinación de ambas, puesto que la cercanía de los esclavistas asustaba a las manadas de ciervos, sin contar con que estos hombres cazaban sin ningún tipo de consideración. Ni conocían la tierra que estaban conquistando ni les importaba en absoluto; si se acababan los recursos volverían a su patria, donde sus familias los esperarían con los brazos abiertos. Bakhit era muy consciente de eso, puesto que en sus salidas ya había visto —desde la lejanía— el desastre natural que los otros causaban a su paso. No obstante, poco podía hacer él más que buscar y buscar carne que llevar a su familia.
Un día se adentró demasiado en terreno desconocido, y ese fallo le salió caro. Uno de los ingleses que también andaba por allí lo vio, y se enzarzaron en una lucha que, afortunadamente, no duró demasiado. Bakhit consiguió escapar tras dejar al otro inconsciente de un mamporrazo, aunque ya los había puesto sobre aviso.
No volvió a esa zona nunca más, pero la comida seguía escaseando y, por ende, su familia pasaba hambre. Una noche, después de varias jornadas en las que había traído, tan sólo, un par de liebres, Bakhit decidió que se adentraría en los terrenos de su monarca, puesto que había visto unos cuantos jabalíes hurgando en la tierra. ¡Y pensar que con tan sólo uno su familia podría comer durante una semana entera! Era peligroso, y Tiaret se encargó de repetírselo hasta que cayó dormida junto a él, sin resultado; ver a sus hijas flacas y débiles fue lo que le dio valor, porque estaba dispuesto a hacer lo que fuera por ellas.
A la mañana siguiente salió temprano, antes incluso de que saliera el Sol. Dio caza a un jabalí no demasiado grande, de carne tierna y jugosa.Volvió cuando la gente todavía dormía, así que nadie se enteró de su incursión en tierras prohibidas. O eso es lo que él creía.
Unos días después, los hombres del rey asaltaron su casa y se lo llevaron preso. Iban a juzgarlo, y sabía bien que un acto así no quedaría impune. Mientras estuvo en los calabozos no dejaron que nadie lo visitara, así que cuando volvió a encontrarse con su familia fue en la sala de audiencias. Se derrumbó al ver a Tiaret con Tamura en brazos y Malaika pegada a ella, llorando las tres lágrimas densas en silencio. Les dedicó una última mirada que sólo pedía perdón y, de pronto, fuera de la sala se empezó a escuchar un barullo que terminó en lucha. Varios hombres entraron en la sala, arrasando con todo lo que encontraron. Bakhit se lanzó hacia su mujer con la intención de sacarla de allí, pero las manos atadas en la espalda le impidieron llegar a tiempo. Gritó como una maldita bestia mientras veía cómo se las llevaban a las tres a rastras, y después todo se volvió negro.
Despertó en la bodega de un barco rodeado de otros hombres que no conocía. Callado y con una sensación de vacío en su interior, se dejó llevar allí donde las cadenas lo empujaran. Terminó siendo exhibido en un mercado de esclavos del centro de Londres, donde su cuerpo y su aparente fuerza fueron muy admiradas entre los asistentes. Mikolaj Lennox fue, finalmente, quien pagó por él. Nunca lo trató mal, al contrario; se convirtió en un gran amigo para Bakhit y alguien a quien, en el fondo, siempre agradecerá la vida que le dio.
— Acompañaba a Mikolaj en muchos de sus viajes. Uno de ellos fue a América del Sur, donde Lennox sufrió una herida que a punto estuvo de matarlo. Los cuidados de Bakhit le salvaron la vida, y a cambio le dijo que podía pedirle lo que quisiera. El esclavo pidió su libertad, y él se la concedió, así que ahora Bakhit es un liberto.
— Sigue trabajando para Mikolaj. Todo el dinero que consigue —que no es mucho— lo ahorra con la intención de poder darse una vida mejor.
— Lleva siempre un colgante hecho con un trozo de marfil que encaja perfectamente con uno que lleva Tiaret, formando un círculo perfecto cuando ambos se unen.
— Sigue trabajando para Mikolaj. Todo el dinero que consigue —que no es mucho— lo ahorra con la intención de poder darse una vida mejor.
— Lleva siempre un colgante hecho con un trozo de marfil que encaja perfectamente con uno que lleva Tiaret, formando un círculo perfecto cuando ambos se unen.
Bakhit- Esclavo
- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 08/03/2018
Re: Bakhit — Ficha
FICHA APROBADA
bienvenido/a a victorian vampires
¡ENHORABUENA! YA ERES PARTE DE VICTORIAN VAMPIRES Y TE DAMOS LA MÁS CORDIAL BIENVENIDA.
ANTES DE HACER CUALQUIER OTRA COSA, TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADO/A DE CÓMO MANEJAMOS TODO EN ESTE SITIO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MALOS ENTENDIDOS. A CONTINUACIÓN TE DEJO LOS LINKS MÁS IMPORTANTES PARA QUE PUEDAS CONOCER LA INFORMACIÓN, Y SI DESPUÉS DE LEER SIGUES TENIENDO ALGUNA DUDA, PUEDES CONTACTARME A MÍ O A OTRO DE LOS ADMINISTRADORES; ESTAMOS PARA SERVIRTE.
¡QUE TE DIVIERTAS!
ANTES DE HACER CUALQUIER OTRA COSA, TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADO/A DE CÓMO MANEJAMOS TODO EN ESTE SITIO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MALOS ENTENDIDOS. A CONTINUACIÓN TE DEJO LOS LINKS MÁS IMPORTANTES PARA QUE PUEDAS CONOCER LA INFORMACIÓN, Y SI DESPUÉS DE LEER SIGUES TENIENDO ALGUNA DUDA, PUEDES CONTACTARME A MÍ O A OTRO DE LOS ADMINISTRADORES; ESTAMOS PARA SERVIRTE.
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CODE BY NIGEL QUARTERMANE
Administración- Admin
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