Aundria Cannif - El ying

Psicologia e Historia

PSICOLOGÍA:

Dalka y Aundria son gemelas. No hace falta ser muy listo para darse cuenta, basta con disfrutar del maravilloso don de la vista para saberlo. Sin embargo, aunque por fuera son prácticamente idénticas, a no ser que alguien se dedique a desnudarlas y comparar allí donde tienen distribuidas ciertas pecas, por dentro son muy distintas, casi polos opuestos. Pero al igual que el ying y el yang se complementan. Juntas forman un todo, un ser complejo y, a falta de una palabra que lo describa mejor, perfecto.

Aundria es la personificación de la osadía. Es directa, impulsiva, optimista, extrovertida, habladora… No se corta un pelo en decir lo que piensa o lo que quiere. Siempre se puede pedir perdón por un error, pero no se puede volver atrás en el tiempo y tener agallas cuando en su día se fue un cobarde. Su lema es “aprovecha el momento mientras puedas, se escurre rápido entre los dedos”. Y vive acorde a eso, arriesgando en cada partida, apostando todo lo que tiene. Si pierde, ya volverá a remontar más adelante.

Pero no todo son cosas buenas, pues esa impulsividad que la domina tiene a veces consecuencias desastrosas y es su hermana, Dalka, la que intenta inculcarle algo de cordura en esa alocada cabeza que tiene. Algo ha conseguido con el paso de los años, pero rara vez razona antes de actuar, porque por su sangre corren la acción y la aventura.

HISTORIA:
Dalka y Audria nacieron más allá de Akershus, aún más al norte. Machteld, su madre, pertenecía a una orden de mujeres guerreras que se dedicaban a la caza de seres sobrenaturales. Vivían en un asentamiento alejado, enclavado en el valle que se ocultaba tras las montañas más inaccesibles de la zona. Con los años, el poblado se fue quedando sin hombres, todos marchaban a la guerra y nunca regresaban, lo que instó a las mujeres a hacer frente a las labores de la tierra, aprender a defenderse y a ser autosuficientes. Machteld, hija de un gran soldado, se erigió como la cabecilla de dicho poblado y todas aquellas mujeres capaces de empuñar un arma fueron entrenadas con la misma dureza que cualquier soldado perteneciente al ejército noruego. Durante mucho tiempo, su hogar fue seguro, defendido  sin cesar con uñas y dientes por las guerreras en las que se habían convertido, pero cuando la gran guerra estalló, esta llamó también a las puertas de sus hogares.

La guerra les demostró que a pesar de ser buenas en el combate, solas no podían hacer frente a los ataques y que necesitaban ayuda. Durante años, la Machteld había mantenido correspondencia con el conde Cannif, un hombre que luchaba por su pueblo y que no negó socorrer a quien le necesitaba en un momento de guerra cruenta. Así que con algunos de sus hombres se dirigieron al valle y juntos, tras varias semanas de asedio, lograron hacer recular al enemigo. De ese modo se formaba una alianza entre los rebeldes y las guerreras. Durante una noche de borrachera por la celebración de los acontecimientos, el conde yació con Machteld y, nueve meses después de que se marchasen los héroes, nacieron Dalka y Aundria, las cuales fueron criadas por su madre sin ayuda alguna, porque no la necesitaba.

Aundria nació primero y Dalka diez minutos después, fueron como dos gotas de agua, idénticas de aspecto y muy parecidas a su padre, el conde Cannif. Crecieron en una zona peligrosa y siempre acechada por los ejércitos de Randulf, que contaba con hechiceros y licántropos entre sus filas; así que desde muy pequeñas se acostumbraron a trabajar duro, a aprender el arte de las armas y la caza y a consagrarse para la guerra en la que vivirían y posiblemente morirían. Su estilo de combate no es el de un ejército al uso, son mujeres, son menos, pero cuentan con la ventaja de conocer el terreno. Son estrategas, inteligentes y prefieren los ataques a distancia, aunque si se requiere un enfrentamiento cuerpo a cuerpo, pelean con garras y dientes sin miedo a morir en la lucha.

sus personalidades empezaron a cambiar con los años, y no porque se rodearan de enseñanzas distintas, sino porque las dos conformaban una sola alma y, como tal, antes de nacer había sido dividida. Por lo que Aundria se convirtió en la positiva, osada e insensata, mientras que Dalka se vio como la más cuerda de las dos, la razonable, la meticulosa y precavida. La mayor de las hermanas era la que siempre actuaba sin pensar, la que se metía en líos, la que debía recurrir al final a la pequeña para que la ayudara y salvara su culo de las brasas.

Han vivido siempre unidas y se respaldan, además de complementarse perfectamente la una a la otra. Aundria ayuda a Dalka a ser menos estirada, a experimentar de otra manera la vida, mientras que la menor se encarga de inculcar sensatez en la cabeza loca de su hermana. Son su propio apoyo moral, su fuerza y su felicidad. Porque no son capaces de imaginar una vida sin la otra, por mucho que sean contrarias en casi todas las decisiones que toman.

HABILIDADES Y ARMAS:

Aundria es bastante insensata en el combate y no se corta en usar puños y piernas para los enfrentamientos. Sin embargo, es muy buena con el arco y también con el bastón largo. En cuanto a armas de filo, lo suyo son las dagas con rompepuntas oculto y siempre lleva dos ocultas en los caños de sus botas.