.: Meredith :.

Le gusta dibujar.
Le gusta la lluvia pero no mojarse los pies.
Tiene un perro abandonado al que llama Floppy.

Le disgusta los truenos.
Odia con toda su alma a los hombres. Por ellos está mendigando.
Alguna vez quiso ser médico o profesora.

Simpática, generosa, Meredith tiene mucha personalidad y le encanta estar en primer plano. Preocupada por su imagen de marca, esencialmente aristócrata, tiene sentido del honor, del detalle. No pasa desapercibida, y eso es lo que quiere. Tener un rol, un público, ser admirada, mirada, o bien dar el ejemplo son situaciones que la atraen sobremanera. Activa, dinámica y emprendedora, Meredith es audaz y, si bien es sensible a los demás, no por eso deja de ser profundamente individualista. Tiene mucha voluntad y determinación, lo cual le permite alcanzar sus objetivos.

Sabe lo que quiere y tiene tendencia a apuntar alto. Su ideal la lleva a superarse. Si bien no siempre es tolerante y difícilmente perdona los errores de los demás, ella tampoco se perdona. No se permite ninguna debilidad ni fracaso. Además detesta la mediocridad, como así también la vulgaridad, solo aprecia la belleza, la pureza, la nobleza. Vivir, para ella, es identificarse con su ideal y prendarse de lo que la eleva. Meredith tiene un juicio certero y facultades de síntesis importantes, como así también dones para dirigir, organizar, administrar. Pero también es una mujer sensible, profundamente intuitiva y emotiva, aunque esto no siempre aparezca a primera vista. Una parte de ella, delicada, la lleva a soñar o a interesarse por el dominio de las emociones, las sensaciones, del arte o de lo irracional… De niña, Meredith es razonable y disciplinada, porque no le gusta que la critiquen. Apunta al primer lugar y, si no lo puede obtener, buscará llamar la atención de una u otra manera. Entonces, ¿por qué no aceptar si le pide que la inscriba en un curso de teatro? Susceptible, orgullosa, le cuesta compartir con sus hermanos y hermanas, a menos que se compenetre en el rol de hermana mayor, en tal caso sus reivindicaciones caerán por su propio peso.

A Meredith le gusta mandar, dirigir. Interesada por sí misma, es narcisista y busca mostrarse o tener el mejor papel. En amor, es exigente y necesita admirar a su compañero: no la decepcione, ya que inmediatamente caería de su pedestal ¡y todo se terminaría, irremediablemente! Por otro lado, Meredith es recta, franca, una anfitriona notable: casi perfecta…si no fuera tan autoritaria.

Meredith no fue nunca una muchacha de clase baja. Su estatus social comenzó siendo lo más alto de la creme de la creme, era la nueva joya de entre la realeza y era la hija de un Duque y una Duquesa de respeto pero el destino envidioso iba a ser traicionero para Meredith.

Ella fue creciendo entre la multitud de la gente de alta alcurnia y en armonía con sus padres. Ella aprendía de todo, también un poco de lucha cuerpo a cuerpo, esgrima y demás artes de pelea, los libros los tenía entre sus artículos favoritos, pero un incendio provocado se los llevó por delante además de la mansión en la que los Duques y ella vivían. Fueron a palacio como invitados del rey y la reina hasta que se les diera otra mansión o sus padres encontraran otro hogar donde vivir, mientras tanto Meredith seguía con sus lecciones y mientras seguía aprendiendo, ella seguía descubriendo cosas que desconocía.

Una de estas cosas fueron el odio hacia los hombres que fue causado por el trato a las doncellas que había en aquel palacio. Los hombres o invitados varones podían hacer de ellas lo que quisieran, más de una vez Meredith se interpuso entre alguna pelea defendiendo a las doncellas y ella salía mal parada alguna vez. Para cuando tenía 17 años y ya había vuelto a vivir en otra mansión, fue presentada en sociedad de manera oficial, aunque algunos ya la conocían por ser defensora del género femenino tanto, que se le llego a acusar a la misma Meredith de bicho raro y de sinónimos incluso mucho más fuertes.

Ignorando dichos comentarios, el destino le preparaba a Meredith un bache que tendría que superar con muchísima voluntad. Mismamente la noche de su vigésimo cumpleaños, cuando sus padres partían para una misión en el Cairo, ella recibió la visita de un amigo suyo, un sirviente con el que había hecho buenas migas junto con otra de las doncellas. Los tres se habían hecho amigos, los sirvientes se quedaron en la mansión de Meredith a pasar la noche, pero cuando Meredith dormía plácidamente, se despertó siendo sorprendida por dos hombres que su amigo había dejado pasar sin su consentimiento. Estos dos hombres la dejaron atada de manos y pies mientras su amigo sirviente la violaba sin previo aviso y pudo ver que su amigo, o quien creía que era su amigo la estaba violando con todo el placer y todas las ganas del mundo que finalmente, la dejó con el regalo de su semen en el interior de su cuerpo.

A la semana siguiente, cuando sus padres volvieron del Cairo, ella no dijo nada, pues había sido amenazada con que sus padres morirían si ella decía algo de lo ocurrido. Fue entonces cuando a causa de esos tres hombres que se fue a la mansión de su amiga bruja la cual le hizo el favor de darle un brebaje, un veneno que te hacia parecer muerta pero que solo duraba 48hrs. Pudo pedir ayuda para matar a esos hombres, pero eran personas, malas personas pero tenían almas oscuras y malas intenciones, por lo que no podía arrebatar otras vidas por la venganza. Tendría que esperar. Sus padres la enterraron en un ataúd precioso de cristal. Su amiga bruja estaba presente y cuando el ataúd fue conducido hasta el fondo de la tierra, ella misma junto con la ayuda de otras personas la sacaron de allí esa misma noche.

Fue llevada a una cripta especial de la familia de la bruja y cuando Meredith despertó de su sueño, estaba triste. Se mudó de Marsella hasta París donde reside en una casita a las afueras de París, con un trabajo mediocre y rezando todos los días con que sus padres no la encuentren.