Amos Kavanaugh ID

→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.

→ Atributos: Garras afiladas, dentadura afiliada, rasgos lobunos (en su forma transformada) y longevidad.

→ Transformación: Habilidad de cambiar de forma humana a animal y viceversa. Cuando el licántropo está en su forma transformada aumenta un 50% su potencia física.

→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento; si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.

→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros licántropos cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida y su característico olor.

→ Fortaleza: Capacidad de resistencia extrema al dolor físico.

→ Aullido: Habilidad para aturdir y dejar paralizado, por algunos instantes, a sus enemigos por medio de un aullido ensordecedor. En ese momento, el sonido golpea fuertemente el oído del enemigo y en ocasiones puede llegar a destrozarle los tímpanos o incluso causarle algunas lesiones cerebrales. El aullido también sirve para llamar otros de su misma raza.

→ Telepatía y comunicación con los animales: Habilidad para comunicarse con otros licántropos por medio de la mente (cuando están transformados) y con otros animales que no sean parte de su raza (incluidos los cambiantes). Funciona únicamente a cortas distancias.

Bajo una apariencia calma y un poco flemática, es un ser nervioso, complejo e indefinible a primera vista. Frío e inhibido, es totalmente cerebral. Es un pensador y un intelectual. Es muy curioso, tiene un espíritu crítico y analítico, y tiende al escepticismo. Si posee un camino de vida, por el contrario, mostrará más sociabilidad y calidez. Aparecen divergencias entre sus aspiraciones profundas y lo que concretiza. Una parte de él lo incita a actuar rápido, mientras que su vida en realidad pasa lentamente.

Tras numerosos titubeos, una vez que encuentra su camino, se precipita en él con determinación. Será un trabajador empedernido, que no se detendrá hasta no lograr sus objetivos, con el riesgo, a veces, de tener una visión demasiado limitada o demasiado estrecha. Su salud es frágil, o su vitalidad débil. Este gran nervioso, necesita ejercicio físico y descanso. No obstante, cuando alguien emerge en peligro allá que él va en su auxilio, allá que va él a ayudar en caso de que haya paz siempre entre sus amistades que no son muchas pero tampoco son pocas.

Finalmente, cuando le hables del amor, escoge bien sus palabras pues no sabrás si te está entendiendo. Es un poco corto en ese sentido, no tiene conocimiento de dicha materia por lo que puede estar algo despistado. Su familia tiene la esperanza de que algún día le vean con una muchacha pero él mismamente no se siente de esa manera. Su corazón, es un cascarón duro que alguien especial romperá poco a poco sin que este se dé cuenta apenas.

Amos Kavanaugh nace después de nueve meses siendo el resultado de una relación amorosa entre un príncipe y una prostituta. Amos de hecho fue abandonado por su madre a los pies de la puerta de la mansión en donde dicho príncipe residía pero el pequeño fue enviado a los brazos de una pareja amiga del príncipe, los Kavanaugh, quienes residían en la misma mansión durante unas breves vacaciones de verano. Poca después dicha pareja volvía a su hogar, a Escocia con el pequeño Amos entre los brazos y desde ese punto, su vida daría comienzo.

Amos, nunca supo que era de sangre azul o de sangre mezclada para que tuviera una vida normal y corriente, pero a la edad de los 14 años, sus padres adoptivos murieron en un terremoto natural cuando la casa se les vino abajo y el pequeño lo protegieron todas las doncellas y sirvientes de la casa para que el “heredero” pudiera vivir una larga y próspera vida. Amos, se salvó. Fue recogido por los clanes aliados a los Kavanaugh pero de aquella tragedia, no pudo recuperarse de su siguiente problema que lo acompañaría durante el resto de su vida. Su temor hacia las mujeres.

Fue entonces cuando empezó a sentir que cuando estaba con una mujer o alguna amiga suya, él estaba atemorizado, no se sentía bien con ninguna mujer a su lado del clan Graham quien le había acogido por lo que pidió refugio en el Clan Fraser por lo que le quedaba hasta la mayoría de edad y cuando cumplió la mayoría de edad, se mudó él solo a París donde ha residido desde entonces trabajando como secretario anónimamente dentro de la sucursal de un pequeño banco parisino, pero lo peor estaba por venir.

Cuando por fin salía una noche del trabajo después de haber tenido una redada demasiado larga, salía cansado, vio por las calles algo que se movía entre las sombras y para su forma de ser, él era algo curioso por lo que decidió seguir a eso que se estuviera moviendo, pero la curiosidad mató al gato y a sus 29 años de edad, perseguía cuentos de fábula tanto, que para cuando se encontró que estaba entre la arboleda de las afueras de París el miedo se apoderó de él, pero cuando aquello se dio cuenta que le perseguían, se echó encima de Amos, mostrando finalmente su cara peluda llena de afilados colmillos. Amos intento zafarse de la criatura pero todo lo que se llevó fue un arañazo en la inmensidad de su brazo izquierdo, un disparo de alguien lo salvó y solo pudo llegar a ver la criatura huir entre los árboles de las afueras de París.


Para cuando despertó, se encontró en su hogar parisino y le estaba atendiendo su más fiel sirviente que le dijo lo que ahora era y que sería para el resto de su vida.

Un licántropo.