AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Halley M. Wells
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Halley M. Wells
Era el girasol de su mundo que en un segundo de vida se marchito…se murió cayendo en la mas atrapante locura.
Nombre:
Halley Margaret Wells.
Edad:
23 años.
Especie:
Bruja.
Tipo y Nivel Social:
Clase baja.
Lugar de Origen:
Nueva Orleans – Luisiana
Habilidad/Poder:
Hechiceria: Sus conocimientos le permiten crear pociones, hechizos o conjuros para su uso en cualquier situación.
Ilusión: Altera le realidad mediante ilusiones creíbles y de apariencia real, logrando confundir sin percances a quien lo desee.
Nigromancia o Necromancia: Adivina y mantiene contacto con los muertos, por sueños o en presencia. A favor o en contra le resulta este don oscuro o así mismo, maldición que puede llegar a debilitarla.
Descripción Física:
Simple y poco cuidadosa, solo si te esmeras por detallar el iris grisáceo de sus ojos te darás cuenta de su belleza pura y única. Estatura media y complexión delgada y de apariencia frágil, tez pálida y cremosa, cálida al tacto. Piernas perfiladas y rasgos femeninos definidos y equilibrados a su físico (caderas y curvas pronunciadas, un busto carnoso y misterioso, clavícula pronunciada…), un cuello delgado, rostro ovalado y labios delgados y sonrosados, ojos medianos y grises, finaliza con una cabellera castaña oscura.
Descripción Psicológica:
Joven solitaria y callada, cabizbaja y perdida en sus propios pensamientos, en el mundo que alguna vez fue y en el que se encuentra. Débil, frágil y soñadora; sus ilusiones van más allá de una fantasía, es lo que se empeña en sentir y demostrar. Aun así es culta e inteligente, sabia y paciente, no discute y piensa antes de hablar ya que no le gusta equivocarse y demostrar su torpeza ante los demás. Intenta demostrar fortaleza ya que poco le agrada demostrar su ser interno frente a sus conocidos, así mismo su normalidad ya que se desconoce de su pasado y para los ojos que la ven solo es una figura perdida trasladada por el viento. Creativa, y aun en el silencio logra mantener una pobre sonrisa con sus ocurrencias. Sincera y respetuosa a las figuras de autoridad, obediente pero aun así curiosa y busca por todos los medios se saciar lo que llama su atención. Se preocupa por el bienestar de los demás a distancia e intenta ayudar con sus conocimientos si es posible pues se considera muy poca cosa, su orgullo no existe pero sabe de la fuerza que está dentro de sí, sin embargo el temor al mundo es tal que se apresa bajo las sombras de los caídos que las atan a sus letales brazos.
Su locura no llega a la demencia pero sus juveniles recuerdos, marcados por escenarios tenebrosos la hacen pensar y ser de una manera poco convencional. Puede estar segura de la existencia de un bosque seguro y pacifico hallándose solo en la ruidosa cocina del restaurant, de igual modo puede ser atacada repentinamente por sus recuerdos e iniciar una lucha por la paz. Aun así logra mantener la compostura correcta pues no comparte, no emite opinión para que no sospechen de su estado y menos aun de su doloroso pasado.
Historia:
El postulante Thomas Greenwood sabía que no era de justos la trampa hacia sus adversarios, y más tratándose de un asunto tan serio como la magia negra. Su desesperación a la grandeza era tal que sus ojos no se nublaron de duda cuando acudió a una carpa en la espesura del bosque de los gitanos. Lo que menos pensó es que esas sesiones que hacían erizar su tez inocente y poco crédula traerían consigo al aflorar de una pasión inolvidable entre él y Margaret Wells, la hechicera de ojos azules.
Las noches se le hacían cortas y míseras, cada vez le parecía menos lo que el cuerpo de la dama le podía ofrecer, los jadeos de placer ya eran una melodía cansina y continua, se hastiaba con facilidad mas era una mujer prohibida para los hombres de la sociedad americana. Dejo que el pasar de los días decidiera su futuro; la extrañaba y eso lo hacía sentir débil, rendido ante los encantos de una mujer cualquiera indigna de su posición social de Gobernador, a quien debía enormemente. Fueron cinco meses de soledad en los que los tragos y los burdeles eran sus más fieles acompañantes, el ansia pudo con su alma y el anciano cochero lo traslado a la carpa color carmín de hileras doradas, su sorpresa fue entrar y ver la larga cabellera en la espalda del fruto de su obsesión, pero su pesadilla se hizo realidad cuando esta volteo a su encuentro y llevaba un bulto pronunciado en lo que antes era un vientre plano y terso. El galope de los caballos y el polvo del camino marcaron las lágrimas en los ojos de Margaret que contemplaba la huida de su amado, bañando en gotas cristalinas, amargas y punzantes el vientre materno, sellando el futuro de su hija.
La pequeña creció, hermosa, radiante e inteligente, los gitanos eran sus acompañantes y fieles amigos y muchos jóvenes cargados de buenas intenciones la pretendían ante cada baile que realizaba con esmero y precisión. Era educada por su sabia madre y la Gran Madre de su aquelarre que la mantenían lejos del mundo de misteriosos asesinatos y hurtos del pueblo. Su martirio comenzó un 7 de diciembre, lo recuerda claramente, contaba con veinte años exactos y se disponía a dormir luego de una jornada del festival gitano. Pasadas las horas las sabanas le parecían una tortura, se adherían a su cuerpo y luchaba como si se tratara de frazadas de fuego, el sudor se perdía en su pecho y en su frente; agitada gritaba que no mas, el niño se acercaba a ella como si fuera real, quería abrir sus ojos pero parecían cerrados por algún extraño magnetismo, era el pequeño Henry, hallado muerto a las orillas del lago, sin ropa, la llamaba y cuando entreabrió sus labios un tacto elido hizo despertar a la joven para darse cuenta que estaba sola.
Se repetía continuamente aunque ella tratara de cerrar sus pensamientos. Llego el momento en que la líder le explico de lo que se trataba; en ella reinaba una maldición que la condenaba, los muertos la acompañarían, la tomarían como su mensajera, como una diosa a la cual utilizar y otorgar clemencia y favores, la guiarían como espíritus encerrándola en su propio mundo mortal. Serian su salvación y condena. El dolor no cesaba por ello y un año doloroso paso entre confusos sueños, aun era prematura y se perdía en el cómo manejar ese don. Su éxito en la magia no le sirvió de nada con esa cadena perpetua que la ataba de manera punzante. Y mayor fue su fracaso al recibir una carta, un pergamino de letras doradas de parte del Gobernador Thomas Wells, su padre.
El acudir a Paris en el gran buque Roleei no les preparaba un buen augurio a las mujeres que; convencidas del arrepentimiento del hombre, prepararon su equipaje y navegaron en aguas profundas con destino a Francia, donde seria recibidas y escoltadas hacia el perdón y reconocimiento del hombre.
Esa noche Halley durmió tranquila, recordando el rostro de la Vieja Madre mostrarle las estrellas, explicándole a la péquela de tres años su nombre especial permanente en el cielo, inconstante como el cometa. Todo finalizo con un resplandor blanco.
Un roce en la piel desnuda de su brazo la hizo despertar. Un grito alarmante broto de sus labios, era la figura de su madre, tan real como cualquier otra, con una daga que atravesaba su cuello y bañaba su cuerpo en viscosa sangre. Temerosa se levanto ignorando el cauce del movimiento del barco, abría la puerta pero cuatro hombres marineros de aura oscura impidieron su huida, los reconocía; el cocinero, el conserje…un golpe la hizo reaccionar y cayó al suelo. Halaron sus cabellos y la desvistieron con brusquedad manejándola a su antojo y a la perversión de sus deseos. Una y otra, y otra vez, el dolor era punzante, gritaba pero nadie la escuchaba, las graves y diabólicas risas la aturdían, el movimiento de la tormenta en el mar la debilitaba convirtiéndose en la cárcel de su abismo, la oscuridad la cegaba, estaba sola…
La luz del sol la hizo despertar con violencia, se perdía en sus orbes que reclamaron por el dolor. Su cuerpo no reaccionaba por sí solo y necesito la piedad de su fe para levantarse y abrir sus ojos grises a la vida cuando creía estar muerta. Recordó las manos sucias recorrer sus piernas perfiladas, perderse bajo lo que el blanco albornoz escondía, apretarla, lograr gemidos de dolor y misericordia. La lagrimas empañaros sus mejillas, solo llevaba puesto un vestido del color de la tierra y el liviano equipaje, lo comprendía; su mente débil sabia que aquello solo había sido un atentado para acabar con los obstáculos en el camino de aquel que se hacía llamar su padre. Se levanto humillada y perdida, su mente divagaba en un lago, en la música gitana y el olor de la comida condimentada, sus pies descalzos en el suelo y los abrazos…la tocaban, no, grito como si la muerte la alcanzara y cayo rendida al suelo.
Aun reconoce a la familia, un par de ancianos que la cobijaron en su casa de campo, humildes y que curaron sus heridas. Le pedían explicaciones pero de sus labios solo salía un monologo poco creíble que ni los registros del puerto lograron confirmar; entremezclaba con facilidad y pacifico sendero y el movimiento del navío, los hombre y los rostros que amaba. El crepúsculo la animo a levantarse y el solo susurro de un manicomio entre la conversación hizo que huyera despavorida de la casa. Sabe que aun la buscan pero ha escapado con un éxito que no puede reconocer.
Medio año de soledad y tortura, de poco comer y vivir en las calles demacrada y sin vida, dando lastima cual andrajosa. Entre sus caminos se topo con un edificio antiguo, parecía caerse y eso le dio la sensación de ver una cascada en los bosques de Nueva Orleans. Entro y se percato de su abandono, con solo dos pisos le pareció el lugar perfecto, el segundo junto al gran ventanal del paisaje parisino seria su castillo. El crepúsculo ilumino la anatomía agotada de la joven, bañando su marchito corazón con el matiz de esperanza que necesitaba para iniciar.
Ya limpia y educada, Halley encontró, tras varios meses de búsqueda, un trabajo de mesera en un restaurant común. No gana lo suficiente, pero puede comer y mantenerse. No está en este mundo ni en otro, está perdida en un universo desconocido, ahogada en su dolor pero sabe qué pasos debe dar, sabe de su magia, sabe manejarla, es una excelente bruja de ánimo cambiante cual astro lunar. Aun los ve, siente sus gritos y la habitación es testigo de la presencia de los difuntos que se comunican con ella y que apartan a la princesa en la sombría torre del contacto humano.
Datos extras:
No recuerda ni mantiene el apellido paterno.
Las paredes del pequeño cuarto están pintadas por ella con colores vivos y paisajes que toma como su paraíso.
Le agrada leer y sus ahorros los toma para pedir libros de la biblioteca.
Practica su magia a solas y guarda un libro de hechizos en el equipaje de su madre.
Presa del masoquismo intenta conectarse con ella mediante su don, pero es imposible, los sueños se presentan involuntariamente y requiere de mucha fuerza para ser ella quien inicie el dominio.
No conoce a nadie y a muy pocos ve a los ojos.
Halley Margaret Wells.
Edad:
23 años.
Especie:
Bruja.
Tipo y Nivel Social:
Clase baja.
Lugar de Origen:
Nueva Orleans – Luisiana
Habilidad/Poder:
Hechiceria: Sus conocimientos le permiten crear pociones, hechizos o conjuros para su uso en cualquier situación.
Ilusión: Altera le realidad mediante ilusiones creíbles y de apariencia real, logrando confundir sin percances a quien lo desee.
Nigromancia o Necromancia: Adivina y mantiene contacto con los muertos, por sueños o en presencia. A favor o en contra le resulta este don oscuro o así mismo, maldición que puede llegar a debilitarla.
Descripción Física:
Simple y poco cuidadosa, solo si te esmeras por detallar el iris grisáceo de sus ojos te darás cuenta de su belleza pura y única. Estatura media y complexión delgada y de apariencia frágil, tez pálida y cremosa, cálida al tacto. Piernas perfiladas y rasgos femeninos definidos y equilibrados a su físico (caderas y curvas pronunciadas, un busto carnoso y misterioso, clavícula pronunciada…), un cuello delgado, rostro ovalado y labios delgados y sonrosados, ojos medianos y grises, finaliza con una cabellera castaña oscura.
- Spoiler:
Descripción Psicológica:
Joven solitaria y callada, cabizbaja y perdida en sus propios pensamientos, en el mundo que alguna vez fue y en el que se encuentra. Débil, frágil y soñadora; sus ilusiones van más allá de una fantasía, es lo que se empeña en sentir y demostrar. Aun así es culta e inteligente, sabia y paciente, no discute y piensa antes de hablar ya que no le gusta equivocarse y demostrar su torpeza ante los demás. Intenta demostrar fortaleza ya que poco le agrada demostrar su ser interno frente a sus conocidos, así mismo su normalidad ya que se desconoce de su pasado y para los ojos que la ven solo es una figura perdida trasladada por el viento. Creativa, y aun en el silencio logra mantener una pobre sonrisa con sus ocurrencias. Sincera y respetuosa a las figuras de autoridad, obediente pero aun así curiosa y busca por todos los medios se saciar lo que llama su atención. Se preocupa por el bienestar de los demás a distancia e intenta ayudar con sus conocimientos si es posible pues se considera muy poca cosa, su orgullo no existe pero sabe de la fuerza que está dentro de sí, sin embargo el temor al mundo es tal que se apresa bajo las sombras de los caídos que las atan a sus letales brazos.
Su locura no llega a la demencia pero sus juveniles recuerdos, marcados por escenarios tenebrosos la hacen pensar y ser de una manera poco convencional. Puede estar segura de la existencia de un bosque seguro y pacifico hallándose solo en la ruidosa cocina del restaurant, de igual modo puede ser atacada repentinamente por sus recuerdos e iniciar una lucha por la paz. Aun así logra mantener la compostura correcta pues no comparte, no emite opinión para que no sospechen de su estado y menos aun de su doloroso pasado.
Historia:
El postulante Thomas Greenwood sabía que no era de justos la trampa hacia sus adversarios, y más tratándose de un asunto tan serio como la magia negra. Su desesperación a la grandeza era tal que sus ojos no se nublaron de duda cuando acudió a una carpa en la espesura del bosque de los gitanos. Lo que menos pensó es que esas sesiones que hacían erizar su tez inocente y poco crédula traerían consigo al aflorar de una pasión inolvidable entre él y Margaret Wells, la hechicera de ojos azules.
Las noches se le hacían cortas y míseras, cada vez le parecía menos lo que el cuerpo de la dama le podía ofrecer, los jadeos de placer ya eran una melodía cansina y continua, se hastiaba con facilidad mas era una mujer prohibida para los hombres de la sociedad americana. Dejo que el pasar de los días decidiera su futuro; la extrañaba y eso lo hacía sentir débil, rendido ante los encantos de una mujer cualquiera indigna de su posición social de Gobernador, a quien debía enormemente. Fueron cinco meses de soledad en los que los tragos y los burdeles eran sus más fieles acompañantes, el ansia pudo con su alma y el anciano cochero lo traslado a la carpa color carmín de hileras doradas, su sorpresa fue entrar y ver la larga cabellera en la espalda del fruto de su obsesión, pero su pesadilla se hizo realidad cuando esta volteo a su encuentro y llevaba un bulto pronunciado en lo que antes era un vientre plano y terso. El galope de los caballos y el polvo del camino marcaron las lágrimas en los ojos de Margaret que contemplaba la huida de su amado, bañando en gotas cristalinas, amargas y punzantes el vientre materno, sellando el futuro de su hija.
La pequeña creció, hermosa, radiante e inteligente, los gitanos eran sus acompañantes y fieles amigos y muchos jóvenes cargados de buenas intenciones la pretendían ante cada baile que realizaba con esmero y precisión. Era educada por su sabia madre y la Gran Madre de su aquelarre que la mantenían lejos del mundo de misteriosos asesinatos y hurtos del pueblo. Su martirio comenzó un 7 de diciembre, lo recuerda claramente, contaba con veinte años exactos y se disponía a dormir luego de una jornada del festival gitano. Pasadas las horas las sabanas le parecían una tortura, se adherían a su cuerpo y luchaba como si se tratara de frazadas de fuego, el sudor se perdía en su pecho y en su frente; agitada gritaba que no mas, el niño se acercaba a ella como si fuera real, quería abrir sus ojos pero parecían cerrados por algún extraño magnetismo, era el pequeño Henry, hallado muerto a las orillas del lago, sin ropa, la llamaba y cuando entreabrió sus labios un tacto elido hizo despertar a la joven para darse cuenta que estaba sola.
Se repetía continuamente aunque ella tratara de cerrar sus pensamientos. Llego el momento en que la líder le explico de lo que se trataba; en ella reinaba una maldición que la condenaba, los muertos la acompañarían, la tomarían como su mensajera, como una diosa a la cual utilizar y otorgar clemencia y favores, la guiarían como espíritus encerrándola en su propio mundo mortal. Serian su salvación y condena. El dolor no cesaba por ello y un año doloroso paso entre confusos sueños, aun era prematura y se perdía en el cómo manejar ese don. Su éxito en la magia no le sirvió de nada con esa cadena perpetua que la ataba de manera punzante. Y mayor fue su fracaso al recibir una carta, un pergamino de letras doradas de parte del Gobernador Thomas Wells, su padre.
El acudir a Paris en el gran buque Roleei no les preparaba un buen augurio a las mujeres que; convencidas del arrepentimiento del hombre, prepararon su equipaje y navegaron en aguas profundas con destino a Francia, donde seria recibidas y escoltadas hacia el perdón y reconocimiento del hombre.
Esa noche Halley durmió tranquila, recordando el rostro de la Vieja Madre mostrarle las estrellas, explicándole a la péquela de tres años su nombre especial permanente en el cielo, inconstante como el cometa. Todo finalizo con un resplandor blanco.
Un roce en la piel desnuda de su brazo la hizo despertar. Un grito alarmante broto de sus labios, era la figura de su madre, tan real como cualquier otra, con una daga que atravesaba su cuello y bañaba su cuerpo en viscosa sangre. Temerosa se levanto ignorando el cauce del movimiento del barco, abría la puerta pero cuatro hombres marineros de aura oscura impidieron su huida, los reconocía; el cocinero, el conserje…un golpe la hizo reaccionar y cayó al suelo. Halaron sus cabellos y la desvistieron con brusquedad manejándola a su antojo y a la perversión de sus deseos. Una y otra, y otra vez, el dolor era punzante, gritaba pero nadie la escuchaba, las graves y diabólicas risas la aturdían, el movimiento de la tormenta en el mar la debilitaba convirtiéndose en la cárcel de su abismo, la oscuridad la cegaba, estaba sola…
La luz del sol la hizo despertar con violencia, se perdía en sus orbes que reclamaron por el dolor. Su cuerpo no reaccionaba por sí solo y necesito la piedad de su fe para levantarse y abrir sus ojos grises a la vida cuando creía estar muerta. Recordó las manos sucias recorrer sus piernas perfiladas, perderse bajo lo que el blanco albornoz escondía, apretarla, lograr gemidos de dolor y misericordia. La lagrimas empañaros sus mejillas, solo llevaba puesto un vestido del color de la tierra y el liviano equipaje, lo comprendía; su mente débil sabia que aquello solo había sido un atentado para acabar con los obstáculos en el camino de aquel que se hacía llamar su padre. Se levanto humillada y perdida, su mente divagaba en un lago, en la música gitana y el olor de la comida condimentada, sus pies descalzos en el suelo y los abrazos…la tocaban, no, grito como si la muerte la alcanzara y cayo rendida al suelo.
Aun reconoce a la familia, un par de ancianos que la cobijaron en su casa de campo, humildes y que curaron sus heridas. Le pedían explicaciones pero de sus labios solo salía un monologo poco creíble que ni los registros del puerto lograron confirmar; entremezclaba con facilidad y pacifico sendero y el movimiento del navío, los hombre y los rostros que amaba. El crepúsculo la animo a levantarse y el solo susurro de un manicomio entre la conversación hizo que huyera despavorida de la casa. Sabe que aun la buscan pero ha escapado con un éxito que no puede reconocer.
Medio año de soledad y tortura, de poco comer y vivir en las calles demacrada y sin vida, dando lastima cual andrajosa. Entre sus caminos se topo con un edificio antiguo, parecía caerse y eso le dio la sensación de ver una cascada en los bosques de Nueva Orleans. Entro y se percato de su abandono, con solo dos pisos le pareció el lugar perfecto, el segundo junto al gran ventanal del paisaje parisino seria su castillo. El crepúsculo ilumino la anatomía agotada de la joven, bañando su marchito corazón con el matiz de esperanza que necesitaba para iniciar.
Ya limpia y educada, Halley encontró, tras varios meses de búsqueda, un trabajo de mesera en un restaurant común. No gana lo suficiente, pero puede comer y mantenerse. No está en este mundo ni en otro, está perdida en un universo desconocido, ahogada en su dolor pero sabe qué pasos debe dar, sabe de su magia, sabe manejarla, es una excelente bruja de ánimo cambiante cual astro lunar. Aun los ve, siente sus gritos y la habitación es testigo de la presencia de los difuntos que se comunican con ella y que apartan a la princesa en la sombría torre del contacto humano.
Datos extras:
No recuerda ni mantiene el apellido paterno.
Las paredes del pequeño cuarto están pintadas por ella con colores vivos y paisajes que toma como su paraíso.
Le agrada leer y sus ahorros los toma para pedir libros de la biblioteca.
Practica su magia a solas y guarda un libro de hechizos en el equipaje de su madre.
Presa del masoquismo intenta conectarse con ella mediante su don, pero es imposible, los sueños se presentan involuntariamente y requiere de mucha fuerza para ser ella quien inicie el dominio.
No conoce a nadie y a muy pocos ve a los ojos.
Invitado- Invitado
Re: Halley M. Wells
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Tarik Pattakie- Vampiro/Realeza
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