AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
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FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
"I'll be the watched for the eternal flame,
I'll be the guard dog of all your fever dreams,
please, don't go".
I'll be the guard dog of all your fever dreams,
please, don't go".
Sentado en su recámara, con la cabeza echada atrás mirando el techo, a tres horas de que Lynae hubiese partido, su mente sigue buscando respuestas. Si bien debió ir a la base inquisitorial donde tiene sus libros o quizá a la mansión que comparte con su gemelo, algo se lo impidió. Apenas la magia de la fémina escapó por la puerta, media hora después cuando supone, sus magias dejaron de darse equilibrio, vinieron los espasmos de su cuerpo. Como si su magia que le tuviera en pie para terminar el rito y darle la joya para su protección, ahora le abandonara a su suerte. Y duele. Vaya que duele. Ocupado en atender a la Hechicera, olvidó hacerlo consigo mismo. Falso, fue que se sentía tan bien, que ignoró todos los golpes que su propia magia le prodigó. Sí, ¡Su propia magia defendió a esa mujer!
Los cardenales de su cuerpo empezaron a aparecer, la bocanada de sangre a mitad de la habitación es constancia de cuán herido está. Se siente más apaleado que nunca. Como si sus peores combates hubieran sido un juego de niños comparado a que tu propia magia te ponga en tu lugar. Se mira las manos que están tan raras, como si se hubiera quedado sin poder. En la siguiente hora y media, estuvo prodigándose los cuidados que necesitaba. Las pociones ingeridas empiezan a dar resultado tan lento que le frustra. Echa atrás de nuevo la cabeza apoyándola en las almohadas, alarga la mano con una mueca en su costado izquierdo, puede apreciar que quizá hay una costilla rota.
¿Cómo es que se golpeó tanto y durante el tiempo que estuvo ella a su lado, ignoró todo? ¡Hasta sexo tuvo con la fémina! ¡Dos veces! Un sonido de dolor escapa por sus labios cuando por fin toma el habano que está consumiendo quemando el tabaco dejando un ligero olor a opio. Al menos así podría soportar el dolor. Deberá esperar a que la servidumbre llegue en la mañana para que manden un mensaje a Sephirot. Hasta pensar en escribir la carta le causa sufrimiento. Las marcas violáceas abarcan gran parte de su abdomen del lado izquierdo, el hígado podría estar comprometido. Y la espalda. No recuerda cuándo tuvo más contracturas que hoy. Un sonido en la puerta le alerta de la presencia de alguien. No espera a nadie. Se incorpora a duras penas metiendo la mano bajo la almohada para sacar la pistola.
¡Sí, la pistola! Se siente incapaz de invocar a su magia al tiempo que su mano afirma el arma apuntando hacia la puerta que se abre. Su cuerpo en tensión espera unos instantes para ver quién asoma la cabeza antes de disparar. Cuando en el umbral aparece un traje blanco que reconocería hasta en el mismo infierno, entorna los ojos sin comprender del todo - ¿Sephirot? ¿Qué haces aquí? - se alegra de verle, sólo que no comprende cómo es que sabe que lo necesita. ¿Cómo es que llega en el momento justo y hasta esta casa que utiliza para sus noches de pasión o de soledad?
Última edición por Tohrment Fairchest el Sáb Jun 23, 2018 12:04 pm, editado 1 vez
Tohrment Fairchest- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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Re: FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
Pain!; you made me a believer, believer
Pain!; You break me down, you build me up, believer,
Pain!; I let the bullets fly, oh let them rain
My luck, my love, my God, they came from... Pain!
Pain!; You break me down, you build me up, believer,
Pain!; I let the bullets fly, oh let them rain
My luck, my love, my God, they came from... Pain!
La noche había caído de nuevo sobre la ciudad Parisina y como ya era casi una práctica habitual el salir a cazar algo por las noches, no era un cazador y tampoco era algo que tuviera que hacer por obligación pero había veces en que lo necesitaba. Descargar adrenalina, volcar lo que llevaba dentro en una presa para la Inquisición o simplemente hacer lo que quisiera con esta ya que no me habían dado ninguna orden ni ninguna misión. También lo hacía para mantener mi mente ocupada y despejarme, llevábamos tiempo planeando un ataque contra tres vampiresas y no era tan fácil como suponíamos en un principio por lo que despejar la mente y serenarse era algo casi obligatorio. Cada cual encontraba su forma de hacerlo y la mía en particular era salir de caza, ¿cuánto tardaría en encontrar un ser impuro, un hereje el cual castigar para saciar así el “peso” que muchas veces llevaba dentro? Porque mi gemelo y yo compartíamos una misma carga desde hacía ya muchísimos años, esta carga no era otra que el hecho de que nuestras vidas estaban unidas por un ritual que hizo Tohrment cuando yo estuve a punto de perder la vida con tan sólo once años. El resultado de aquello fue que ambos ganamos una marca que enlazó nuestras vidas y que además nos alertaba cuando el otro estaba en apuros para que lo supiéramos. Mi marca brillaba de un tono plateado mientras que la de mi gemelo lo hacía de color dorado, quizás porque él había sido el que hizo el ritual y por eso el color dorado como dando a entender que había sido el primero en realizarlo o, en su defecto, en compartir su alma con la mía. Era un tanto extraño pero nosotros nos habíamos acostumbrado, de hecho, nos habíamos vuelto tan idénticos que nadie podía distinguir quién era quién salvo por las ropas que utilizábamos para salir de misión. Ya llevaba casi media hora vagando por las calles en busca de la presa perfecta, las armas escondidas bajo los ropajes que siempre utilizaba cuando salía de misión, algo captó mi atención y me dirigí hacia el interior del callejón donde me encontré la presa que estaba buscando; un vampiro que había salido de caza y había seducido a una pobre ingenua la cual pretendía hincarle el diente.
Ni siquiera lo pensé una vez la joven estaba inconsciente en acercarme hacia donde estaba para apresar al vampiro, no tenía misión por lo que podía divertirme un rato de cacería, ¿por qué correr cuando podría disfrutar de la presa? El vampiro se dio cuenta de que me había acercado y me mostró sus colmillos al reconocer quizá la cruz que había bordada en rojo en la capa blanca que formaba el atuendo, aunque llevaba la capucha puesta para ocultar mi rostro y quizás no vio mi sonrisa ladina por ello, sus ojos rojizos fijos en los míos dejó caer la presa para encararme dispuesto a darme caza... pobre iluso que pensaba que vería otra luna la próxima noche cuando esa sería la última. La lucha empezó y aunque podría utilizar mis poderes quería algo de adrenalina y de acción pero siempre cuidando que no me hiciera nada para no alertar a mi gemelo. Fue a mediante lucha cuando lo sentí, mi marca brilló iluminando el callejón con su luz plateada sintiendo como la marca parecía arder en mi propio omoplato, gruñí apretando la mandíbula porque tenía que ser justo en ese maldito momento, porque eso solo significaba una cosa: Tohrment estaba en peligro. Tenía que deshacerme rápido del vampiro así que utilizando mi magia y con las palabras adecuadas de mis manos brotaron dos esferas de fuego que lancé contra el vampiro para ganar tiempo, no podía perderlo cuando cada vez la marca brillaba y quemaba alertándome de que mi gemelo corría peligro, ¿en qué andaría metido ahora? ¿Qué le estaría pasando? No lo sabía pero tendría que ir a su encuentro rápido para ayudarlo, costara lo que costara.
Me llevó algo más de tiempo del esperado el matar el vampiro pero al final una estaca atravesó su corazón acabando con su no-vida, el traje manchado de sangre con la respiración agitada. Tres, ese era el número de veces que mi marca había ardido y brillado esa noche haciéndome ver que estuvo en peligro tres veces en una sucesión de apenas minutos, gruñí porque no me gustaba no saber qué ocurría así que puse rumbo a la mansión cuando un “estoy bien” fue lo único que obtuve como respuesta por parte de mi gemelo para no volver a saber nada más. Gruñí, ¿se creía que aquello era un maldito juego de niños? Sabía que le había pasado algo y su intento por esconderlo no iba a dar resultado. Me encaminé hacia la mansión pensando que allí podría estar pero para cuando llegué una hora más tarde no había nadie, las sirvientas no lo habían visto llegar y volví a gruñir cuando no tuve comunicación con mi gemelo golpeando la pared con rabia. El ardor de la marca había sido intenso por lo cual el peligro había sido grande y seguramente estuviera herido. Por norma general respetaba su intimidad tanto como él respetaba la mía, pero no pensé cuando salí por la puerta y me encaminé hacia ese lugar que él solía tener donde se quedaba y que era privada para él, no golpeé la puerta sino que la abrí de golpe cuando una media hora más tarde llegué a la casa sintiendo la presencia de mi gemelo en el lugar. A grandes pasos me dirigí hacia la puerta de su habitación y cuando la abrí asomándome lo vi, tumbado en la cama y apuntándome con una pistola. Fruncí el ceño por ello dándome cuenta de que si no se había levantado es que estaba más jodido de lo que me quería hacer creer. Su rostro de extrañeza por tenerme allí fue más que evidente así que pasé a su cuarto y cerré la puerta apoyando mi espalda contra esta, observándolo. Estaba hecho una mierda y podía notarlo solamente con su aura, crucé mis brazos por el pecho recostándome contra la puerta.
-¿Qué que hago aquí? ¿Dónde querías que estuviera después de lo que ha pasado esta noche y tu escueto “estoy bien”? –Gruñí las palabras cabreado, ambos sabíamos que las marcas habían brillado con fuerza esa noche, quizás la que más vez lo habían hecho evidenciando el peligro de muerte... ¿y me preguntaba qué hacía allí?- Sabías que vendría a ver cómo estabas, estaba preocupado porque te hubiera pasado algo y ahora que te veo en persona me doy cuenta de que no estaba equivocado –me aparté de la puerta acercándome a la cama observándolo, era como observarme a mí mismo en un espejo que me devolvía el reflejo, acabé sentándome en el borde de la cama haciendo un rápido chequeo a su estado- ¿qué ha pasado? Y no me vengas con que “nada” porque solo con verte sé que es mentira. Sé que tenías una misión esta noche, ¿qué es lo que ha ocurrido Tohrment? Debe de haber sido una bastante peligrosa para tenerte así –notaba un olor más en el ambiente aparte del de mi hermano, sin embargo como sabía que aquel lugar lo utilizaba para llevar a sus amantes no le di demasiado importancia. Tampoco pasó desapercibido el pequeño matiz de su aura aunque no era eso lo que me preocupaba exactamente, sino qué demonios había pasado.
Sephirot Fairchest- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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Re: FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
El rictus de su gemelo sería una calca del suyo en caso de intercambiar papeles. Sólo que esta vez, le provoca un hueco en el estómago porque su presencia, si bien esperada, era justo lo que menos necesita ahora. ¿Qué iba a decirle? ¿Que su propia magia rebotó y le causó todas estas heridas? ¿Que había sido él mismo, el causante de mis penares actuales? Echa atrás la cabeza contra las almohadas que logró poner antes de sentirse más desvalido, como si todo lo vivido fuera un sueño y hasta que ella se retiró, pudiera ser consciente de las heridas. Frunce los labios, los aprieta formando líneas alrededor de éstos. Con su gemelo, en soledad, puede relajar sus mohines y ademanes. Nadie los observa, por eso es que relaja todo.
Cierra los ojos ante su reclamo pasivo que si bien suena ríspido, sería esperable por la situación que él vivió. Porque si las señales fueron claras como la quemadura en su runa, tres veces se le advirtió de lo que acontecía. Estira el brazo para tomar el habano dando otra aspiración profunda, sintiendo cómo lento el opio va ocupando su lugar como anestésico para dejar su cuerpo con esa relajación que hará más fácil que soporte el dolor. - Dije que estoy bien, estaba mucho mejor cuando te mandé el mensaje - y es cierto, estaba tan bien que podía caminar, incluso hasta follarse a esa hechicera. De sólo recordarlo, pasea el músculo bucal por sus labios recordando su sabor. Una punzada en el costado le castiga en ese mismo instante. Entrecierra el siniestro ojo con el fin de evitar el gemido - cuando te mandé el mensaje estaba muy bien, llegué a casa solo, mira mi traje, podrás ver que las heridas no fueron de consideración. Fue hace dos horas que todo empezó - se queda callado.
Ni siquiera mira de reojo la marca de sangre en el piso, ese fue el primer anuncio. El peso de Sephirot en la cama le obliga a apretar los dientes - la última misión, la hechicera del norte, me enfrenté a ella hoy - y vaya que lo hizo, de sólo recordar el combate cuerpo a cuerpo en esa cama. Otra punzada le obliga a exhalar audible. Echa la cabeza atrás, le está matando. Como si cada vez que pensara en ella de forma lasciva, su magia le diera una lección. Maldita sea - ¿Traes al menos alguna poción? Las mías están a medio hacer y pocas ganas tengo de levantarme - toma el habano por tercera vez en lo que lleva su gemelo en casa. Señal de cuánto duele, de cómo se siente. El arma descansa sobre la cama al lado de su muslo.
Cierra los ojos ante su reclamo pasivo que si bien suena ríspido, sería esperable por la situación que él vivió. Porque si las señales fueron claras como la quemadura en su runa, tres veces se le advirtió de lo que acontecía. Estira el brazo para tomar el habano dando otra aspiración profunda, sintiendo cómo lento el opio va ocupando su lugar como anestésico para dejar su cuerpo con esa relajación que hará más fácil que soporte el dolor. - Dije que estoy bien, estaba mucho mejor cuando te mandé el mensaje - y es cierto, estaba tan bien que podía caminar, incluso hasta follarse a esa hechicera. De sólo recordarlo, pasea el músculo bucal por sus labios recordando su sabor. Una punzada en el costado le castiga en ese mismo instante. Entrecierra el siniestro ojo con el fin de evitar el gemido - cuando te mandé el mensaje estaba muy bien, llegué a casa solo, mira mi traje, podrás ver que las heridas no fueron de consideración. Fue hace dos horas que todo empezó - se queda callado.
Ni siquiera mira de reojo la marca de sangre en el piso, ese fue el primer anuncio. El peso de Sephirot en la cama le obliga a apretar los dientes - la última misión, la hechicera del norte, me enfrenté a ella hoy - y vaya que lo hizo, de sólo recordar el combate cuerpo a cuerpo en esa cama. Otra punzada le obliga a exhalar audible. Echa la cabeza atrás, le está matando. Como si cada vez que pensara en ella de forma lasciva, su magia le diera una lección. Maldita sea - ¿Traes al menos alguna poción? Las mías están a medio hacer y pocas ganas tengo de levantarme - toma el habano por tercera vez en lo que lleva su gemelo en casa. Señal de cuánto duele, de cómo se siente. El arma descansa sobre la cama al lado de su muslo.
Tohrment Fairchest- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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Re: FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
Si él creía que no era capaz de saber si estaba bien de verdad o no es que estaba confundido conmigo, porque los dos éramos iguales y aunque no nos gustaba reconocer cuando estábamos heridos y realmente jodidos yo podía ver las mentiras que él quisiera soltarme, ¿el motivo? Porque los dos éramos dos gotas de agua y hasta en ese nos parecíamos. Bien sabía que si estaba allí en esos momentos era únicamente porque sabía que algo grave había pasado, otras veces me había conformado con su “estoy bien” como antaño había sucedido, sin embargo esa noche había notado el peligro que le había acechado, la advertencia de muerte que había quemado mi omoplato haciéndome saber que las cosas se estaban poniendo complicadas por momentos. Su misión, esa que le habían otorgado y de la que apenas sabía nada me hacía ver que era la causa de su estado en esos momentos. Estaba jodido y lo sabía porque ni siquiera se había levantado de la cama cuando había escuchado que alguien estaba en la casa y no eran sus sirvientas, se empeñaba en “esconderlo” cuando era una soberana tontería por su parte porque podía verlo, echar un vistazo a su estado y a su aura para darme cuenta de cómo se encontraba mi gemelo. Lancé un suspiro sentado en el borde de su cama cuando lo vi coger por tercera vez el habano sabiendo que tenía propiedades que le harían calmar su dolor, otro signo más de lo jodido que estaba y de lo bien que intentaba aparentar que estaba. Enarqué una ceja cuando me dijo que se encontraba mejor cuando me había hablado para quizás tranquilizarme, con lo cual me hacía pensar por qué no había mejorado desde el momento en que me lo dijo hasta ese instante. Ladeé ligeramente la cabeza cuando me dijo que mirara su traje como si necesitara una confirmación de los hechos, algo que no iba a hacer porque no tenía que ir detrás de él para comprobar si me mentía o me decía la verdad.
-¿Qué no fueron de consideración? No intentes tergiversar los hechos Tohrment, sentí la maldita marca por tres veces en la noche mientras estaba en mitad de una cacería, tres jodidas veces que quemaron con el infierno haciéndome ver que estabas en peligro... ¿y me dices que no fue de consideración cuando ni siquiera puedes levantarte de la cama? Mentirme no te va a servir de nada cuando las pruebas son tan evidentes –hice un gesto con la cabeza haciendo ver que me refería a su estado, esperé a que al menos me contara de qué iba su misión y clavé mis ojos en los suyos cuando comenzó a hablar sobre dicha misión. Una mujer, al parecer una hechicera del norte la cual le habían enviado matar por ser una hereje, una concubina del demonio que no hacía más que servir al diablo y que debía de pagar por ello, o bien torturada hasta la muerte o bien quemada en una maldita hoguera para purificarla por completo- te enviaron a matar a una maldita bruja, una hereje que debía de ser erradica de la faz de la tierra.... al menos espero que la maldita zorra esté muerta tras lo que te ha hecho –la rabia salía de mis labios, era mentar aquellos que eran herejes y la rabia me poseía por completo- espero que la hicieras pagar por esto... me habría gustado ver su sufrimiento antes de morir –mis ojos fueron hacia la mesa que había en el lugar y enarqué una ceja cuando me dijo si traía alguna poción para curase, aunque negué con la cabeza- no traigo ninguna encima pero puedo terminar de preparar una –me levanté de la cama acercándome a donde las tenía a medio hacer viendo lo que faltaba, apenas un par de minutos y estaría lista para ser utilizada- y dime, ¿cómo mataste a esa zorra? ¿Tan poderosa era para dejarte así?
-¿Qué no fueron de consideración? No intentes tergiversar los hechos Tohrment, sentí la maldita marca por tres veces en la noche mientras estaba en mitad de una cacería, tres jodidas veces que quemaron con el infierno haciéndome ver que estabas en peligro... ¿y me dices que no fue de consideración cuando ni siquiera puedes levantarte de la cama? Mentirme no te va a servir de nada cuando las pruebas son tan evidentes –hice un gesto con la cabeza haciendo ver que me refería a su estado, esperé a que al menos me contara de qué iba su misión y clavé mis ojos en los suyos cuando comenzó a hablar sobre dicha misión. Una mujer, al parecer una hechicera del norte la cual le habían enviado matar por ser una hereje, una concubina del demonio que no hacía más que servir al diablo y que debía de pagar por ello, o bien torturada hasta la muerte o bien quemada en una maldita hoguera para purificarla por completo- te enviaron a matar a una maldita bruja, una hereje que debía de ser erradica de la faz de la tierra.... al menos espero que la maldita zorra esté muerta tras lo que te ha hecho –la rabia salía de mis labios, era mentar aquellos que eran herejes y la rabia me poseía por completo- espero que la hicieras pagar por esto... me habría gustado ver su sufrimiento antes de morir –mis ojos fueron hacia la mesa que había en el lugar y enarqué una ceja cuando me dijo si traía alguna poción para curase, aunque negué con la cabeza- no traigo ninguna encima pero puedo terminar de preparar una –me levanté de la cama acercándome a donde las tenía a medio hacer viendo lo que faltaba, apenas un par de minutos y estaría lista para ser utilizada- y dime, ¿cómo mataste a esa zorra? ¿Tan poderosa era para dejarte así?
Sephirot Fairchest- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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Re: FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
Es como un perro con su hueso, no lo va a soltar hasta que se satisfaga por completo y entonces, es capaz de seguir con él para ir a enterrarlo asegurándose de que nadie más lo va a tocar. Se frustra por sus preguntas curiosas. ¿Por qué? ¿De cuándo acá le oculta algo a Sephirot? Descubre que desde compartió su pacto con la Hechicera. Le fastidiaría que su gemelo le recriminara el rito que llevó a cabo de forma inconsciente. Cierra los ojos bajando la cabeza en una franca actitud de derrota. De culpa. De remordimiento. Se acaricia la nuca con la siniestra mano, la que puede mover de mejor forma. - Tuve el enfrentamiento con la hechicera, vine a casa, me cambié, estaba bien. Por eso te lo dije cuando nos comunicamos. Sí, la pelea fue crítica, aún estoy divagando en qué diablos pasó. No te miento por más que lo pienses así, hace dos horas y media mi magia pareció abandonarme dejando que mi cuerpo empezara a reflejar mis heridas. Hace dos horas y media, Sephirot - entre más le explica, más extraño le parece todo.
Si se niega a decirle toda la verdad, hasta para él es una excusa estúpida, incomprensible. La esperanza de su gemelo provoca que la manzana de Adán se remueva visible, es su forma de reflejar la culpa, el error. Está tragando saliva con dificultad. Está haciendo visible su fracaso. Desvía la mirada hacia su diestra fingiendo que observa la luna por la ventana, esquivo, callado, escueto. Sí, la había hecho pagar por su osadía. Sólo que las palabras de Sephirot contrastaban con los recuerdos de su gemelo en cuya mente podía verse penetrando una y otra vez la vagina de la hechicera obligando a que gritara que era suya, a que gimiera de esa manera tan audible. Tanto que esta vez, el dolor del costado es ignorado al tiempo que sus manos acomodan mejor las mantas para que el otro no pueda ver cómo está de empalmado de sólo rememorar su delicioso cuerpo.
Deja que le dé la espalda para respirar más acompasado, mitigando la punzada de excitación que le embarga. En tanto su hermano se aleja, acaricia las sábanas a su lado deteniéndose en una mancha que seguro es de sus fluidos entremezclados con sangre. La cubre con las mantas para que sea su secreto. - Eh... - ¿Y ahora qué debería decirle? Lo peor era cuando le pedía detalles. - La apuñalé - baja la voz sin saber qué más contarle cuando en otro momento estaría hablando hasta por los codos. Parte de ello era cierto, más el resto. Y por instinto, alza la mirada recordando algo que para su gemelo podría ser crucial. El hechizo de la Salamandra sobre el escritorio deja algunos rastros que para Lynae serían invisibles, para Sephirot no. Y sabría que fue reciente. Se rasca la nuca, todo ésto de ocultar información a su par, está siendo demasiado problemático.
Si se niega a decirle toda la verdad, hasta para él es una excusa estúpida, incomprensible. La esperanza de su gemelo provoca que la manzana de Adán se remueva visible, es su forma de reflejar la culpa, el error. Está tragando saliva con dificultad. Está haciendo visible su fracaso. Desvía la mirada hacia su diestra fingiendo que observa la luna por la ventana, esquivo, callado, escueto. Sí, la había hecho pagar por su osadía. Sólo que las palabras de Sephirot contrastaban con los recuerdos de su gemelo en cuya mente podía verse penetrando una y otra vez la vagina de la hechicera obligando a que gritara que era suya, a que gimiera de esa manera tan audible. Tanto que esta vez, el dolor del costado es ignorado al tiempo que sus manos acomodan mejor las mantas para que el otro no pueda ver cómo está de empalmado de sólo rememorar su delicioso cuerpo.
Deja que le dé la espalda para respirar más acompasado, mitigando la punzada de excitación que le embarga. En tanto su hermano se aleja, acaricia las sábanas a su lado deteniéndose en una mancha que seguro es de sus fluidos entremezclados con sangre. La cubre con las mantas para que sea su secreto. - Eh... - ¿Y ahora qué debería decirle? Lo peor era cuando le pedía detalles. - La apuñalé - baja la voz sin saber qué más contarle cuando en otro momento estaría hablando hasta por los codos. Parte de ello era cierto, más el resto. Y por instinto, alza la mirada recordando algo que para su gemelo podría ser crucial. El hechizo de la Salamandra sobre el escritorio deja algunos rastros que para Lynae serían invisibles, para Sephirot no. Y sabría que fue reciente. Se rasca la nuca, todo ésto de ocultar información a su par, está siendo demasiado problemático.
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Re: FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
Mientras preparaba y terminaba una de las pociones que él tenía a medio hacer viendo lo que faltaba para terminarla y que estuviera lista, algo que ayudaría a mi gemelo a paliar el dolor que debía de sentir si ya había dado en el poco tiempo que estaba allí tres caladas al habano que tenía cerca, reposando en el cenicero de su mesilla al lado de la cama. Eso no hacía más que confirmar que no se encontraba bien por mucho que intentara disimularlo, ¿con qué propósito lo estaba haciendo? ¿Desde cuándo Tohrment me ocultaba las cosas? Sí era cierto que en lo que a relaciones íntimas, a la privacidad, cada uno respetaba al otro... pero entre nosotros no había secretos porque era imposible que los ocultáramos ante el otro sabiendo cómo actuábamos, los gestos que hacíamos y que eran idénticos... era como intentar engañarse a uno mismo y eso no siempre funcionaba. Bufé ante el hecho de que se hubiera descuidado en ese sentido sobre su curación en lo que escuchaba la explicación que me estaba dando, en lo que yo terminaba de mezclar unas hierbas para añadir a la mezcla mientras esperaba que me dijera el encuentro con la hechicera y cómo había finalmente terminado. Enarqué una ceja cuando dijo que la pelea había sido crítica y que no sabía qué había pasado, ¿cómo que no sabía qué había pasado? No entendí lo que me estaba diciendo hasta que finalmente dejé que continuara con su explicación, me turbó que dijera que hacía dos horas y media su magia le había “abandonado” y que por eso mismo las heridas habían sido más evidentes... aquello no tenía ningún tipo de sentido para mí, ¿cómo que le había abandonado su magia? Él, que había sido toda por los ángeles y que su magia provenía de estos era imposible que su magia lo abandonara porque yo la sentía latente por toda la habitación, la veía en su aura aunque quizá ese pequeño matiz que había notado al principio pudiera ser que tuviera más sentido con sus palabras. Sin embargo que la magia lo abandonara no era algo normal ni corriente, sino algo extraño que tendría que averiguar qué ocurrió en el enfrentamiento con la hechicera para saber el motivo.
-Entonces, ¿le diste a esa zorra su merecido? –Pregunté volviendo a saber qué había hecho y cómo la había matado, sin embargo me encontré con tres palabras y un escueto “la apuñalé” que no era propio de mi gemelo ya que de la forma en la que la hubiera matado me habría dado muchos más detalles, joder, exactamente todos y cada uno de estos para ser exactos. Algo no me estaba cuadrando en su explicación, algo que se me escapaba de control y que no estaba entendiendo pero que llegaría al fondo del asunto- ¿desde cuándo eres tan malditamente escueto? La apuñalaste, ¿y ya está? ¿Una hechicera que te ha dejado tan jodido y solo me dices que la apuñalaste? –Terminé la poción que había estado preparando para que se curara extrañado por lo escueto y breve de su explicación, fue en el momento en que iba a girarme de nuevo hacia él cuando me percaté de algo que, hasta ese momento, había pasado desapercibido- ¿qué...? –Pregunté frunciendo el ceño acercándome hasta la cómoda donde podía ver en un cenicero restos de un habano consumido por completo, la magia que parecía fluctuar por el lugar latente, pero sobre todo una marca casi invisible para cualquiera excepto para quienes la conocían que era lo más indicativo de todo aquello y que sin duda reconocí al instante: El hechizo de la Salamandra. Y lejos de lo que cualquiera pudiera pensar era reciente, tan reciente como que había sido quizás apenas una hora porque además de consumir todo un habano dejaba una huella imborrable en el lugar, una pequeña marca distintiva que era lo que había hecho que supiera de lo que se trataba. Fruncí aún más el ceño sin saber por qué Tohrment habría hecho aquel hechizo protector, pero sobre todo, ¿a quién? Empezaba a entender que había cosas que no me estaba contando pero que estaba dispuesto a que me lo explicara le gustara o no a él- Tohrment, ¿por qué cojones has tenido que hacer el hechizo de la Salamandra? O mejor dicho, ¿a quién? –Iba a girarme furioso con él, por el hecho de que era un hechizo potente que no todos se merecían, mi cabeza empezó como a hilar de repente con la información que tenía atando los cabos sueltos que él no quería decirme pero que al final sabría qué me estaba ocultando. Y como si el hecho de haber visto aquel hechizo quitara una “venda” en mis ojos y la apartara... fui consciente del charco de sangre que había en el suelo, algo que había pasado por alto al principio pero que en ese instante no. Y supe que no era su sangre, porque él no tenía herida alguna visible, ni ninguna maldita venda sobre su cuerpo... apreté con fuerza mis manos en sendos puños al igual que apreté la mandíbula sintiendo como la sangre en las venas me quemaba y ardía como si fuera lava líquida, mis ojos furiosos se clavaron en los suyos, con eso le bastaría para saber cómo me encontraba- ¡Qué cojones es lo que has hecho, Tohrment! ¡Has utilizado el hechizo de la Salamandra sabiendo lo potente que es, sabiendo que era para protegernos a nosotros únicamente! –Gruñí porque me ocultaba cosas y no había algo que odiara más que las mentiras y que no me dijeran las cosas- esta no es tú sangre –aseguré negando con la cabeza- ¡¿A quién has traído aquí?! ¡¿A quién le has dado el colgante con el hechizo?! –Lancé la poción que se estrelló contra la pared haciéndose añicos, desparramándose por la pared mientras el contenido caía sobre esta y yo estaba cabreado y furioso con mi gemelo- ¡Dime la maldita verdad, Tohrment! No me obligues a tener que sacártela, en el estado en el que estás me será demasiado fácil –gruñí sabiendo que no podía tocarlo, que nuestra magia nos protegía incluso de uno mismo y del otro... pero si no me decía la verdad la acabaría sabiendo- ¡habla! –Gruñí dando un golpe con el puño a la pared exigiéndole que hablara, porque si no lo hacía, sería mucho peor.
-Entonces, ¿le diste a esa zorra su merecido? –Pregunté volviendo a saber qué había hecho y cómo la había matado, sin embargo me encontré con tres palabras y un escueto “la apuñalé” que no era propio de mi gemelo ya que de la forma en la que la hubiera matado me habría dado muchos más detalles, joder, exactamente todos y cada uno de estos para ser exactos. Algo no me estaba cuadrando en su explicación, algo que se me escapaba de control y que no estaba entendiendo pero que llegaría al fondo del asunto- ¿desde cuándo eres tan malditamente escueto? La apuñalaste, ¿y ya está? ¿Una hechicera que te ha dejado tan jodido y solo me dices que la apuñalaste? –Terminé la poción que había estado preparando para que se curara extrañado por lo escueto y breve de su explicación, fue en el momento en que iba a girarme de nuevo hacia él cuando me percaté de algo que, hasta ese momento, había pasado desapercibido- ¿qué...? –Pregunté frunciendo el ceño acercándome hasta la cómoda donde podía ver en un cenicero restos de un habano consumido por completo, la magia que parecía fluctuar por el lugar latente, pero sobre todo una marca casi invisible para cualquiera excepto para quienes la conocían que era lo más indicativo de todo aquello y que sin duda reconocí al instante: El hechizo de la Salamandra. Y lejos de lo que cualquiera pudiera pensar era reciente, tan reciente como que había sido quizás apenas una hora porque además de consumir todo un habano dejaba una huella imborrable en el lugar, una pequeña marca distintiva que era lo que había hecho que supiera de lo que se trataba. Fruncí aún más el ceño sin saber por qué Tohrment habría hecho aquel hechizo protector, pero sobre todo, ¿a quién? Empezaba a entender que había cosas que no me estaba contando pero que estaba dispuesto a que me lo explicara le gustara o no a él- Tohrment, ¿por qué cojones has tenido que hacer el hechizo de la Salamandra? O mejor dicho, ¿a quién? –Iba a girarme furioso con él, por el hecho de que era un hechizo potente que no todos se merecían, mi cabeza empezó como a hilar de repente con la información que tenía atando los cabos sueltos que él no quería decirme pero que al final sabría qué me estaba ocultando. Y como si el hecho de haber visto aquel hechizo quitara una “venda” en mis ojos y la apartara... fui consciente del charco de sangre que había en el suelo, algo que había pasado por alto al principio pero que en ese instante no. Y supe que no era su sangre, porque él no tenía herida alguna visible, ni ninguna maldita venda sobre su cuerpo... apreté con fuerza mis manos en sendos puños al igual que apreté la mandíbula sintiendo como la sangre en las venas me quemaba y ardía como si fuera lava líquida, mis ojos furiosos se clavaron en los suyos, con eso le bastaría para saber cómo me encontraba- ¡Qué cojones es lo que has hecho, Tohrment! ¡Has utilizado el hechizo de la Salamandra sabiendo lo potente que es, sabiendo que era para protegernos a nosotros únicamente! –Gruñí porque me ocultaba cosas y no había algo que odiara más que las mentiras y que no me dijeran las cosas- esta no es tú sangre –aseguré negando con la cabeza- ¡¿A quién has traído aquí?! ¡¿A quién le has dado el colgante con el hechizo?! –Lancé la poción que se estrelló contra la pared haciéndose añicos, desparramándose por la pared mientras el contenido caía sobre esta y yo estaba cabreado y furioso con mi gemelo- ¡Dime la maldita verdad, Tohrment! No me obligues a tener que sacártela, en el estado en el que estás me será demasiado fácil –gruñí sabiendo que no podía tocarlo, que nuestra magia nos protegía incluso de uno mismo y del otro... pero si no me decía la verdad la acabaría sabiendo- ¡habla! –Gruñí dando un golpe con el puño a la pared exigiéndole que hablara, porque si no lo hacía, sería mucho peor.
Sephirot Fairchest- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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Re: FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
En toda su existencia el único credo por el que peleaba, la razón del por qué hacía cosas estúpidas como iniciar un rito para atar su alma y su vida a alguien, era por Sephirot. Lo ama con todas las fuerzas de su ser, lo protege, lo cuida, le da todo lo que necesita, quiere y más. Le cumple caprichos en todo lo posible y en lo imposible también. Se ha hecho a un lado cuando alguna dama le gusta para que la pruebe primero. Se ha quitado el bocado de la boca cuando su plato se vacía para dárselo a sabiendas que es su favorito y se ha quedado con ganas de más. Ha estudiado con ahínco para darle todos los conocimientos posibles sobre hechizos poderosos para que se proteja y pueda ser más letal en sus misiones. ¿Por qué ahora le oculta algo tan critico para sus existencias? Aprieta los ojos con fuerza cuando se aleja, pide detalles de la muerte de una hechicera que, al contrario de lo que ambos esperarían, sigue viva.
¿Por qué? ¿Por qué ató su existencia a la suya? Ésto le generará un problema mayúsculo con su par. Su alma gemela, su amado hermano. Es cuando entiende la verdadera magnitud de lo hecho, de sus palabras de poder, de su promesa inquebrantable. No sólo es poner en riesgo a Sephirot, es romper un lazo que durante treinta y largos años les ha mantenido unidos, fuertes, únicos. Le escucha hacer la mezcla, la poción que el propio Tohrment necesita para aminorar su dolor, para recuperar la movilidad de su cuerpo. Le ansía demasiado, podría utilizar un hechizo más eso significaría perder algo que sólo quiere usar en caso de extrema necesidad. Le tardó más de seis meses completar dicho hechizo, por lo que evitará su uso si es que ahora puede paliar todo con alguna pócima. En tanto su hermano termine, podrá continuar con todo ésto.
¿Y qué decirle? Sephirot conoce a la perfección todas las muertes que él infringió. Un solo detalle mal dado y su memoria perfecta le hará sufrir durante décadas. Si hay algo que su hermano no soporta son las mentiras, por eso ha jugado con la verdad durante todo este tiempo. - Sí, le di su merecido - por supuesto, se la folló, la humilló, la mancilló, la obligó a hacer lo que le venía en gana y de paso, le dio el hechizo más poderoso de los Fairchest y no conforme con eso, le había enseñado cómo potenciarlo. Se pasa la mano por la nuca de nuevo, siente las gotas de sudor recorrer su rostro. ¿Pensaría que es por dolor? Ojalá fuera así, porque en realidad es del nerviosismo que siente porque Sephirot descubra sus actuares. Debió limpiar todo rastro de evidencia antes de... ¿De qué? Si en cuanto iba a hacerlo, empezó a sentir los dolores, cayó de bruces vomitando sangre. Un charco que tampoco limpió. Las fuerzas van mitigando, puede sentirlo.
Insiste, sigue metiendo el dedo en la herida. Tohrment no sabe ya qué decirle - no me siento bien - es cierto, su cuerpo exige un consuelo. Su mente solicita paz y descanso para encontrar la manera de sortear este maldito conflicto que se presenta como un gran terremoto que amenaza con dejar fisuras en su relación. Unas tan grandes que serían imposibles de reparar. Teme perder a su hermano. Odiaría que dejara de hablarle. Se cubre los ojos con la palma de la siniestra mano sintiendo la punzada de nuevo. Se acaricia la zona que está sangrando por dentro, comprueba esta vez que el cardenal se hizo más grande desde la última vez que lo midiera. Deja que el aire salga por su boca de forma audible, su mano se alarga para dar una nueva calada al habano tan potente, que casi devora tres milímetros del mismo. El opio hace lo que puede, sólo que sin una pócima que pueda ayudarlo, fallará en su empresa. Aprieta los dientes con la siguiente punzada.
Y para rematar todo, escucha algo que le deja frío. Toda su columna se tensa en unión de sus hombros en el instante en que brama lo del hechizo de la Salamandra. El por qué es fácil de contestar, la siguiente pregunta es la que le deja sudando frío. Las gotas recorren su rostro bajando por su firme mentón hasta caer en su tórax. Aprieta los ojos, la manzana de Adán vuelve a deslizarse con dificultad. Agacha la cabeza en ese mohín culpable antes de gruñir - ahora mismo carece de importancia, Sephirot - rechina los dientes con la siguiente punzada. Cada vez son más frecuentes. Y el carácter, corrección, el mal genio Fairchest hace su aparición con ese terremoto humano que es su hermano. El cual fija su mirada en sus idénticos orbes, su alma conectada y fragmentada en dos comprende todo, manda la información de uno a otro recipiente humano. El reclamo es brutal, el estallido incontenible ante el que ahora mismo está incapacitado para soportar siquiera uno solo de sus embates. Y las palabras caen como espadas contra su cuerpo penetrando y lacerando cada parte de su epidermis. La peor es la que se instala en su corazón.
Sephirot pocas veces se torna tan histérico con él, tan agresivo. Entiende todo lo que está pensando, lo compartiría de estar en sus zapatos. Más ¿Acaso le es incomprensible que sus actos son siempre en pos de defender, de cuidarlo, de dejarlo a salvo? Exactas son sus palabras que marcan una pauta. "Para protegernos" dice. ¿Y qué más hace Tohrment si no eso mismo? ¡Protegerlo! Su rictus se torna agónico. - Es mi sangre, puedes revisarla cuando quieras. ¡ES MI PUTA...! - jadea de dolor al tiempo que su gemelo rompe el recipiente con la pócima llevado por su propia rabieta. - Es mi sangre - traga saliva de nuevo con una dificultad visible en esa manzana de Adán, echa atrás la cabeza escuchando sus exigencias sintiéndose cada vez peor - no sé qué es lo que más me encabrona. Si tu rabieta o tu desconfianza - termina la frase con el primer grito de dolor.
Las marcas de sus omóplatos quema. Apostado contra las almohadas, es imposible que Sephirot vea cómo brilla en plateado, porque él mismo vuelve a sentirla, esta vez mucho más potente por la cercanía de sus cuerpos.
¿Por qué? ¿Por qué ató su existencia a la suya? Ésto le generará un problema mayúsculo con su par. Su alma gemela, su amado hermano. Es cuando entiende la verdadera magnitud de lo hecho, de sus palabras de poder, de su promesa inquebrantable. No sólo es poner en riesgo a Sephirot, es romper un lazo que durante treinta y largos años les ha mantenido unidos, fuertes, únicos. Le escucha hacer la mezcla, la poción que el propio Tohrment necesita para aminorar su dolor, para recuperar la movilidad de su cuerpo. Le ansía demasiado, podría utilizar un hechizo más eso significaría perder algo que sólo quiere usar en caso de extrema necesidad. Le tardó más de seis meses completar dicho hechizo, por lo que evitará su uso si es que ahora puede paliar todo con alguna pócima. En tanto su hermano termine, podrá continuar con todo ésto.
¿Y qué decirle? Sephirot conoce a la perfección todas las muertes que él infringió. Un solo detalle mal dado y su memoria perfecta le hará sufrir durante décadas. Si hay algo que su hermano no soporta son las mentiras, por eso ha jugado con la verdad durante todo este tiempo. - Sí, le di su merecido - por supuesto, se la folló, la humilló, la mancilló, la obligó a hacer lo que le venía en gana y de paso, le dio el hechizo más poderoso de los Fairchest y no conforme con eso, le había enseñado cómo potenciarlo. Se pasa la mano por la nuca de nuevo, siente las gotas de sudor recorrer su rostro. ¿Pensaría que es por dolor? Ojalá fuera así, porque en realidad es del nerviosismo que siente porque Sephirot descubra sus actuares. Debió limpiar todo rastro de evidencia antes de... ¿De qué? Si en cuanto iba a hacerlo, empezó a sentir los dolores, cayó de bruces vomitando sangre. Un charco que tampoco limpió. Las fuerzas van mitigando, puede sentirlo.
Insiste, sigue metiendo el dedo en la herida. Tohrment no sabe ya qué decirle - no me siento bien - es cierto, su cuerpo exige un consuelo. Su mente solicita paz y descanso para encontrar la manera de sortear este maldito conflicto que se presenta como un gran terremoto que amenaza con dejar fisuras en su relación. Unas tan grandes que serían imposibles de reparar. Teme perder a su hermano. Odiaría que dejara de hablarle. Se cubre los ojos con la palma de la siniestra mano sintiendo la punzada de nuevo. Se acaricia la zona que está sangrando por dentro, comprueba esta vez que el cardenal se hizo más grande desde la última vez que lo midiera. Deja que el aire salga por su boca de forma audible, su mano se alarga para dar una nueva calada al habano tan potente, que casi devora tres milímetros del mismo. El opio hace lo que puede, sólo que sin una pócima que pueda ayudarlo, fallará en su empresa. Aprieta los dientes con la siguiente punzada.
Y para rematar todo, escucha algo que le deja frío. Toda su columna se tensa en unión de sus hombros en el instante en que brama lo del hechizo de la Salamandra. El por qué es fácil de contestar, la siguiente pregunta es la que le deja sudando frío. Las gotas recorren su rostro bajando por su firme mentón hasta caer en su tórax. Aprieta los ojos, la manzana de Adán vuelve a deslizarse con dificultad. Agacha la cabeza en ese mohín culpable antes de gruñir - ahora mismo carece de importancia, Sephirot - rechina los dientes con la siguiente punzada. Cada vez son más frecuentes. Y el carácter, corrección, el mal genio Fairchest hace su aparición con ese terremoto humano que es su hermano. El cual fija su mirada en sus idénticos orbes, su alma conectada y fragmentada en dos comprende todo, manda la información de uno a otro recipiente humano. El reclamo es brutal, el estallido incontenible ante el que ahora mismo está incapacitado para soportar siquiera uno solo de sus embates. Y las palabras caen como espadas contra su cuerpo penetrando y lacerando cada parte de su epidermis. La peor es la que se instala en su corazón.
Sephirot pocas veces se torna tan histérico con él, tan agresivo. Entiende todo lo que está pensando, lo compartiría de estar en sus zapatos. Más ¿Acaso le es incomprensible que sus actos son siempre en pos de defender, de cuidarlo, de dejarlo a salvo? Exactas son sus palabras que marcan una pauta. "Para protegernos" dice. ¿Y qué más hace Tohrment si no eso mismo? ¡Protegerlo! Su rictus se torna agónico. - Es mi sangre, puedes revisarla cuando quieras. ¡ES MI PUTA...! - jadea de dolor al tiempo que su gemelo rompe el recipiente con la pócima llevado por su propia rabieta. - Es mi sangre - traga saliva de nuevo con una dificultad visible en esa manzana de Adán, echa atrás la cabeza escuchando sus exigencias sintiéndose cada vez peor - no sé qué es lo que más me encabrona. Si tu rabieta o tu desconfianza - termina la frase con el primer grito de dolor.
Las marcas de sus omóplatos quema. Apostado contra las almohadas, es imposible que Sephirot vea cómo brilla en plateado, porque él mismo vuelve a sentirla, esta vez mucho más potente por la cercanía de sus cuerpos.
Tohrment Fairchest- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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Re: FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
Si había algo que odiara más por encima de todas las cosas era sin duda alguna que me mintieran y que me ocultaran la verdad y la información. Porque había quedado claro que había descubierto, o empezaba a hacerlo, lo que había pasado en aquella habitación y lo que podría haber ocurrido para que estuviera tan débil, porque el hechizo que había lanzado presentía que había sido después de su encuentro ya que hacía poco tiempo que había sido realizado. Las cosas parecían que empezaban a formarse y a cuadrar poco a poco mientras que veía a mí gemelo esperando las respuestas que necesitaba porque el silencio no era algo que contemplara y mucho menos necesitaba en esos momentos, quería saber la verdad y bien me conocía él para saber que se la sacaría de ser necesario y de poder hacerlo. Sin embargo le estaba dando la oportunidad de que me lo contara por sus medios porque en el estado en el que estaba dudaba mucho que pudiera evitar que le sacara la información aunque sin dolor, evidentemente. Había estampado la poción contra la pared de la rabia que me había entrado, del cabreo monumental porque él hubiera hecho aquel hechizo tan potente que solo era para nosotros, para protegernos en caso de urgencia... ¿a quién le había dado el maldito colgante, a quién? Bullía de la rabia que llevaba en mi interior y que no podía controlar, que salía a raudales que me hacía apretar la mandíbula así como los puños de mis manos para contenerme allí mismo, aunque ganas me daban de utilizar mi magia y rastrear en lo posible a quien llevara dicho colgante con la necesidad fluyendo por todo mi cuerpo. Gruñí más fuerte cuando me dijo que carecía de importancia porque no era el caso, porque alguien importante debía de haber sido para que le diera dicho hechizo, alguien que me había estado ocultando todo aquel tiempo y que sin duda alguna intentaría averiguar quién era, y oh, tarde o temprano siempre conseguía lo que me proponía. Que me recrimine que no era su sangre cuando no veía heridas externas en su cuerpo, aunque sí tenía heridas internas porque veía los hematomas era algo que me encabronaba muchísimo más, algo que podía ver en mis ojos porque me conocía y como no me diera respuestas juraba que yo mismo se las sacaría.
-¡No me vengas con putas mentiras! ¡Soy igual que tú Tohrment, a mí no puedes engañarme! –Porque ambos somos conscientes del actuar y del proceder del otro porque lo hemos asimilado como nuestro también, somos dos gotas de agua idénticas en todos los sentidos. Fruncí el ceño cuando lo vi que le dolía el esfuerzo en lo que volvió a repetir que era su sangre, apretaba tanto mi palma que podía sentir que me estaba haciendo herida porque empezaba a doler y a escocer un poco. Reí de forma sarcástica cuando me dijo que no sabía lo que más le dolía de mí- a mí lo que más me encabrona es que me mientas y me ocultes cosas... ¿vas a decirme que lo que hay sobre la cómoda no son los restos del hechizo? ¿A quién cojones se lo has hecho? No lo voy a volver a preguntar de nuevo Tohrment, no soy un ingenuo de tres al cuarto y veo las cosas... igual que veo el matiz en tú aura –comenté mordaz porque lo veía y quizás ahora entendía por qué estaba ahí, ahora lo relacionaba todo. Iba a recriminarle de nuevo cuando de pronto sentí la quemazón de mi propia marca, ardía como el mismo infierno que abrasaba mi piel mucho más potente por la cercanía de estar juntos y eso solo podía significar una cosa: se moría- ¡Joder! –Exclamé mitad de dolor, mitad encabronado con todo pero me giré de nuevo soportando el dolor que tenía para de nuevo hacer una de las pociones que, necesarias para él, había estrellado contra la pared por la rabia que me había embargado y que ahora necesitaba para que siguiera con vida- ¡aguanta Tohrment! –Dije mientras me daba toda la prisa que podía terminando una de las pócimas que había sobre la mesa, esa vez cuando la tuve terminada me acerqué a la cama viendo su estado y la marca quemando y doliendo todavía más al estar pegado a él, lo incorporé como pude y la acerqué a su boca- vamos bebe.... te calmará –él había sido el experto, el que había estudiado para hacer dichas pociones que tenían un efecto brutal sobre las heridas y las curaba en menor tiempo, incluso las de mayor gravedad. Volví a recostarlo sobre la cama dejándole unos minutos solamente para que la poción hiciera su efecto y lancé un suspiro cerrando los ojos, incluso en esos momentos de calma se me pasó por la cabeza utilizar un hechizo donde pudiera ver sus recuerdos, pero quería que él me contara lo que había pasado por sí solo.
-¡No me vengas con putas mentiras! ¡Soy igual que tú Tohrment, a mí no puedes engañarme! –Porque ambos somos conscientes del actuar y del proceder del otro porque lo hemos asimilado como nuestro también, somos dos gotas de agua idénticas en todos los sentidos. Fruncí el ceño cuando lo vi que le dolía el esfuerzo en lo que volvió a repetir que era su sangre, apretaba tanto mi palma que podía sentir que me estaba haciendo herida porque empezaba a doler y a escocer un poco. Reí de forma sarcástica cuando me dijo que no sabía lo que más le dolía de mí- a mí lo que más me encabrona es que me mientas y me ocultes cosas... ¿vas a decirme que lo que hay sobre la cómoda no son los restos del hechizo? ¿A quién cojones se lo has hecho? No lo voy a volver a preguntar de nuevo Tohrment, no soy un ingenuo de tres al cuarto y veo las cosas... igual que veo el matiz en tú aura –comenté mordaz porque lo veía y quizás ahora entendía por qué estaba ahí, ahora lo relacionaba todo. Iba a recriminarle de nuevo cuando de pronto sentí la quemazón de mi propia marca, ardía como el mismo infierno que abrasaba mi piel mucho más potente por la cercanía de estar juntos y eso solo podía significar una cosa: se moría- ¡Joder! –Exclamé mitad de dolor, mitad encabronado con todo pero me giré de nuevo soportando el dolor que tenía para de nuevo hacer una de las pociones que, necesarias para él, había estrellado contra la pared por la rabia que me había embargado y que ahora necesitaba para que siguiera con vida- ¡aguanta Tohrment! –Dije mientras me daba toda la prisa que podía terminando una de las pócimas que había sobre la mesa, esa vez cuando la tuve terminada me acerqué a la cama viendo su estado y la marca quemando y doliendo todavía más al estar pegado a él, lo incorporé como pude y la acerqué a su boca- vamos bebe.... te calmará –él había sido el experto, el que había estudiado para hacer dichas pociones que tenían un efecto brutal sobre las heridas y las curaba en menor tiempo, incluso las de mayor gravedad. Volví a recostarlo sobre la cama dejándole unos minutos solamente para que la poción hiciera su efecto y lancé un suspiro cerrando los ojos, incluso en esos momentos de calma se me pasó por la cabeza utilizar un hechizo donde pudiera ver sus recuerdos, pero quería que él me contara lo que había pasado por sí solo.
Sephirot Fairchest- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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Re: FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
¿Qué quería que le dijera? ¿Que ya sabía lo que le molestaba? ¡Por supuesto que sí! Y ahora mismo intentaba organizar sus ideas porque ni él mismo entendía qué había pasado con esa hechicera, comprendía la mayor parte, el deseo, la atracción, la forma en que se detuvo porque su magia le golpeaba una y otra vez causando estas heridas que ahora le cobraban un alto precio por su osadía. Se lleva de nuevo la siniestra mano al rostro restregándoselo con impaciencia, con el ardor en la herida que cada vez se pone peor. Rechinando los dientes para soportar la quemadura de sus -ahora- dos runas que están clamando por atender sus dolencias. Está muriendo en tanto su hermano sigue echándole en cara todo. Está desesperado, se siente desnudo, impotente como nunca, frustrado y dolorido por lo que le causa a Sephirot, por esa rabia que él mismo comparte más que debe ser frenada para el bienestar de los tres. ¡Tres! Como si no fuera suficiente con cuidarse y cuidar de su gemelo.
Ahora tenía que hacer frente a una nueva persona de la que nada sabía más que los informes inquisitoriales. El gruñido se hace más fuerte con la siguiente punzada. - Sé que no puedo engañarte - dice con un hilo de voz en tanto un par de lágrimas resbalan por sus mejillas del tormento que sufre su cuerpo y ahora su alma, su psique. La cabeza entra en un estado de migraña terrible. Empieza a toser de nuevo, se tapa la boca con la palma izquierda dejando rastros de sangre en ella. La herida está cada vez peor y por fin, como si Sephirot entendiera que su hermano se le muere, se repliega a repetir la poción. Habla de un matiz en su aura, él no puede apreciarlo. Está cegado por su propia magia. ¿Por qué ahora tras tantos años se le vuelve en contra? Escucha que le pide aguantar. ¿Qué ha estado haciendo todo este tiempo? Su respiración agitada, el corazón a toda marcha, procura calmar todos los indicios de su colapso.
Y justo cuando siente que no puede más, la imagen de la hechicera se le pasa por los ojos. ¡Puta madre! ¿Acaso sigue atormentándolo? ¿No le es suficiente todo lo que hizo? Y se reconoce que él tuvo la culpa de la mayor parte de las cosas. Se cubre con las mantas sintiendo un sudor frío recorriendo su ser. Otro grito es apagado con su puño. Está cada vez peor, hasta que su gemelo por fin le da la bebida que traga con dificultad, tomando su mano con la suya dejando un rastro sanguinolento en ella. Amarga y asquerosa le sabe por la propia bilis y la sangre en su cavidad oral. Hace muecas más traga todo su contenido. Cuando se la termina, queda apoyado contra la cama, reposando, relajando su cuerpo. Le observa aún intentando regularizar su situación, las punzadas van espaciándose, el dolor de su marca deja de ser tal. Alarga la mano para tomar la de Sephirot.
Sonríe con ironía, mirando al techo antes de susurrar - no pude matarla. Me moría cada vez que la atacaba. No pude matarla - se cubre con las sábanas hasta el cuello para acomodarse de espaldas a él - ahora puedes burlarte de mí, reclamarme lo que quieras. Más sí, le di un hechizo de protección. Nadie puede tocarla. Nadie que no sea yo - y en parte tiene razón. Lo que no significa que sea por su odio a ella, todo lo contrario, quisiera tocarla de nuevo, poseerla - no puedo matarla. Se me va la vida en ello - confiesa con amarga sonrisa, con la espalda bien cubierta en tanto sigue mirando a un punto en la pared - ya puedes decirme lo inútil que soy, cómo eché por la borda toda la reputación de los Fairchest. Ya puedes reírte de mí - se cubre el rostro con ambas manos sintiéndose derrotado, rebajado, humillado. En tanto Lynae estuvo en su habitación, sabía que estaba haciendo bien.
Ahora que la hechicera se ha ido y que su gemelo está presente, no sabe qué hacer. Entiende que todo fue un error tras otro, estuvo pisando fango y se hundió hasta el cuello. Salir de ahí es imposible. Perder el respeto de Sephirot lo hace mil veces peor. Le duele, le atormenta, le humilla. Quisiera darle todo, cumplir todos sus caprichos. Ahora se encuentra más desesperado que nunca - sí, fallé. Fallé. No puedo matarla, así que fallé. Ya puedes echarme en cara lo idiota, inútil y estúpido que soy. Sólo no me reclames que dejo de protegerte - golpea el colchón con rabia. Sintiéndose derrotado como pocas veces en su existencia, como aquélla vez cuando Sephirot moría en la cama.
Ahora tenía que hacer frente a una nueva persona de la que nada sabía más que los informes inquisitoriales. El gruñido se hace más fuerte con la siguiente punzada. - Sé que no puedo engañarte - dice con un hilo de voz en tanto un par de lágrimas resbalan por sus mejillas del tormento que sufre su cuerpo y ahora su alma, su psique. La cabeza entra en un estado de migraña terrible. Empieza a toser de nuevo, se tapa la boca con la palma izquierda dejando rastros de sangre en ella. La herida está cada vez peor y por fin, como si Sephirot entendiera que su hermano se le muere, se repliega a repetir la poción. Habla de un matiz en su aura, él no puede apreciarlo. Está cegado por su propia magia. ¿Por qué ahora tras tantos años se le vuelve en contra? Escucha que le pide aguantar. ¿Qué ha estado haciendo todo este tiempo? Su respiración agitada, el corazón a toda marcha, procura calmar todos los indicios de su colapso.
Y justo cuando siente que no puede más, la imagen de la hechicera se le pasa por los ojos. ¡Puta madre! ¿Acaso sigue atormentándolo? ¿No le es suficiente todo lo que hizo? Y se reconoce que él tuvo la culpa de la mayor parte de las cosas. Se cubre con las mantas sintiendo un sudor frío recorriendo su ser. Otro grito es apagado con su puño. Está cada vez peor, hasta que su gemelo por fin le da la bebida que traga con dificultad, tomando su mano con la suya dejando un rastro sanguinolento en ella. Amarga y asquerosa le sabe por la propia bilis y la sangre en su cavidad oral. Hace muecas más traga todo su contenido. Cuando se la termina, queda apoyado contra la cama, reposando, relajando su cuerpo. Le observa aún intentando regularizar su situación, las punzadas van espaciándose, el dolor de su marca deja de ser tal. Alarga la mano para tomar la de Sephirot.
Sonríe con ironía, mirando al techo antes de susurrar - no pude matarla. Me moría cada vez que la atacaba. No pude matarla - se cubre con las sábanas hasta el cuello para acomodarse de espaldas a él - ahora puedes burlarte de mí, reclamarme lo que quieras. Más sí, le di un hechizo de protección. Nadie puede tocarla. Nadie que no sea yo - y en parte tiene razón. Lo que no significa que sea por su odio a ella, todo lo contrario, quisiera tocarla de nuevo, poseerla - no puedo matarla. Se me va la vida en ello - confiesa con amarga sonrisa, con la espalda bien cubierta en tanto sigue mirando a un punto en la pared - ya puedes decirme lo inútil que soy, cómo eché por la borda toda la reputación de los Fairchest. Ya puedes reírte de mí - se cubre el rostro con ambas manos sintiéndose derrotado, rebajado, humillado. En tanto Lynae estuvo en su habitación, sabía que estaba haciendo bien.
Ahora que la hechicera se ha ido y que su gemelo está presente, no sabe qué hacer. Entiende que todo fue un error tras otro, estuvo pisando fango y se hundió hasta el cuello. Salir de ahí es imposible. Perder el respeto de Sephirot lo hace mil veces peor. Le duele, le atormenta, le humilla. Quisiera darle todo, cumplir todos sus caprichos. Ahora se encuentra más desesperado que nunca - sí, fallé. Fallé. No puedo matarla, así que fallé. Ya puedes echarme en cara lo idiota, inútil y estúpido que soy. Sólo no me reclames que dejo de protegerte - golpea el colchón con rabia. Sintiéndose derrotado como pocas veces en su existencia, como aquélla vez cuando Sephirot moría en la cama.
Tohrment Fairchest- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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Re: FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
Al menos había podido volver a hacer de nuevo una de las pociones para que Tohrment se curara y se pusiera mejor ya que yo mismo sentía el ardor y la quemazón de la marca de la espalda ante la evidencia de que le pasaba algo y su muerte estaba próxima de no hacer algo. Podía escucharlo toser mientras yo me apuraba a terminar la poción sintiendo el dolor que cada vez parecía ser más intenso conforme los segundos pasaban y el tiempo se le agotaba a mi gemelo. Pude terminar a tiempo para acercarme a él y que la bebiera ayudando a incorporarlo un tanto para dejarlo descansar sobre la cama, una pequeña parte de la rabia se había evaporado al verlo en esa situación sin embargo que él me hubiera mentido y engañado era algo que no me gustaba, se suponía que para protegernos debíamos de saber absolutamente todo para no cometer ningún fallo, y el hecho de que hiciera aquel hechizo sin duda alguna era un error que podría costarnos caro porque no hacíamos ese tipo de hechizos y de pactos con nadie, uno poderoso y potente que ayudaría a la otra persona y eso no me hacía sino que pensar en por qué él debía de protegerla, y sobre todo, de quién. Su mano alcanzó la mía manchándola más con la sangre que tenía sobre esta, había estado a punto de caer y yo cegado por mi ira y mi rabia casi lo había hasta permitido y consentido... pero odiaba que intentara engañarme cuando los dos éramos siempre uno, cuando todo estaba tan medido y estudiado que era imposible engañarse el uno al otro. Lo dejé descansar porque había estado al borde de la muerte y aunque quería seguir sabiendo lo que había pasado y por qué había hecho aquel hechizo con el colgante cerré los ojos por unos segundos intentando calmarme, seguro que debía de haber una buena explicación y dejaría que se normalizara para que siguiera hablándome, al fin y al cabo era complicado que saliera de esa habitación en las próximas horas y bien sabía él que no dejaría así el asunto porque sí, sino que hasta que no supiera lo que necesitaba y quería oír no lo dejaría tranquilo para nada. Esperé a que la poción fuera haciendo efecto y curara su cuerpo de las heridas y se fuera regenerando, divagaba en mis pensamientos cuando entonces su voz débil por las heridas y por casi morir sonó en la habitación haciendo que elevara mis ojos para enfrentarse con los suyos. Una confesión que no había esperado y que no entendía, ¿cómo que no había podido matarla? No entendía nada mientras dejaba que hablase y me explicase las cosas, pero fallar no era una opción para un Fairchest, teníamos una reputación que mantener ya que nuestra familia llevaba generaciones trabajando para la Inquisición con un expediente impoluto... nosotros no fallábamos. Sin embargo sus palabras me confundían más y más, ¿no había sido capaz de matarla porque él moría en el intento? No entendí el significado de sus palabras aunque podía hacerme una ligera idea, una que me parecía demasiado surrealista. Abrí ligeramente los labios cuando dijo que el hechizo de protección había sido para ella... ¿cómo podía haber hecho una cosa así?
-¡¿Hiciste el hechizo de protección para ella?! ¡¿En qué narices estabas pensando, Tohrment?! ¡Ayudar a una hereje es algo que no se debe de hacer nunca! –Volví a cabrearme de nuevo, ¡le había dado el maldito hechizo protector a una puta bruja que debería de estar ardiendo en el infierno!- A ella... ¡se lo diste a ella! –Golpeé el colchón con el puño en lo que estudiaba sus palabras frunciendo el ceño- explícate; ¿no puedes matarla porque tu magia no te lo permite? –Nuestra magia reaccionaba cuando intentaban atacarnos y estábamos en peligros, era como un mecanismo de defensa... lo extraño es que me dijera eso porque no tenía sentido- no tiene sentido alguno.... –volví a fruncir el ceño- ¿solo tú puedes tocarla? –Gruñí porque entendí un segundo sentido en la frase que, desde luego, no me gustó en absoluto- Y la trajiste aquí... hiciste el hechizo y se lo diste –apreté la mandíbula con fuerza enfadándome cada vez más conforme él me iba diciendo las cosas a cuenta gotas- no sé qué se te pasó por la cabeza, pero sabes que esa maldita bruja debe morir –conciso y claro, la Inquisición había emitido la orden de que debía de estar muerta y mi gemelo en vez de matarla se había dedicado a protegerla y a saber qué más habría hecho con ella- y si tú no eres capaz de matarla, entonces lo haré yo por ti –sentencié de manera firme e irrevocable; una maldita bruja no mancharía nuestro largo e impoluto expediente creado desde hacía generaciones. No pensaba consentirlo ni permitirlo.
-¡¿Hiciste el hechizo de protección para ella?! ¡¿En qué narices estabas pensando, Tohrment?! ¡Ayudar a una hereje es algo que no se debe de hacer nunca! –Volví a cabrearme de nuevo, ¡le había dado el maldito hechizo protector a una puta bruja que debería de estar ardiendo en el infierno!- A ella... ¡se lo diste a ella! –Golpeé el colchón con el puño en lo que estudiaba sus palabras frunciendo el ceño- explícate; ¿no puedes matarla porque tu magia no te lo permite? –Nuestra magia reaccionaba cuando intentaban atacarnos y estábamos en peligros, era como un mecanismo de defensa... lo extraño es que me dijera eso porque no tenía sentido- no tiene sentido alguno.... –volví a fruncir el ceño- ¿solo tú puedes tocarla? –Gruñí porque entendí un segundo sentido en la frase que, desde luego, no me gustó en absoluto- Y la trajiste aquí... hiciste el hechizo y se lo diste –apreté la mandíbula con fuerza enfadándome cada vez más conforme él me iba diciendo las cosas a cuenta gotas- no sé qué se te pasó por la cabeza, pero sabes que esa maldita bruja debe morir –conciso y claro, la Inquisición había emitido la orden de que debía de estar muerta y mi gemelo en vez de matarla se había dedicado a protegerla y a saber qué más habría hecho con ella- y si tú no eres capaz de matarla, entonces lo haré yo por ti –sentencié de manera firme e irrevocable; una maldita bruja no mancharía nuestro largo e impoluto expediente creado desde hacía generaciones. No pensaba consentirlo ni permitirlo.
Sephirot Fairchest- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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Re: FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
Los Fairchest son una familia ancestral dentro de la Inquisición, han dejado su huella entre los soldados y los espías. Algunos más entre los bibliotecarios y muy pocos entre los tecnólogos. Es una tradición ser un Fairchest y pertenecer al Santo Oficio. Por eso es que tienen una biblioteca tan nutrida, son tan buenos estrategas, porque las memorias de sus ancestros están escritas al alcance de su mano. Desde que se trasladaran a París, Tohrment mandó traer algunos libros importantes de su estirpe para tenerlos a la mano y consultarlos en caso de necesidad. Saber que ha fallado en esta empresa es una verdadera mancha en un expediente limpio. Donde todo se complica. Intercambiar la misión con su gemelo es impensable esta vez porque es la magia que les dieron a ambos la que se opone terminante a que aniquilen a esa hechicera. De eso puede estar seguro, porque la suya es una calca de la magia de Sephirot.
Que la otra parte de su alma se escandalice por sus palabras, que le grite frenético es una consecuencia bastante lógica. Él mismo se siente como nunca, derrotado, frustrado, molesto porque es imposible completar esa misión. Debería hacer algo con la hechicera para sacarla del foco de la Inquisición porque en caso de mandar a Septimus o peor, a Milo, estarán en problemas grandes. Milo no se tocará el corazón de matarla porque es una hereje y punto. Septimus podría entenderlo un poco más y si no, podrían presionarlo con las hermanas para que se aleje de la hechicera. Y piensa en plural, lo nota y gruñe golpeando de nuevo la cama en tanto su hermano está blasfemando y haciendo notar todo lo que él está analizando ahora mismo.
Se sienta procurando que él no mire su espalda, sabe que tarde que temprano va a notarlo. ¿Cómo ocultar algo tan tremendo como eso? Se restriega el rostro con impaciencia - ya lo sé, no tienes que hacer notar lo obvio. Más es cierto, tuve que protegerla - porque si no, él podría morir también. ¿Cómo explicarle algo que ni siquiera él entiende? Tiene que investigar al respecto, ver por qué el lazo les unió. Por qué es que ahora están en estos aprietos los tres, sacar a Sephirot es estúpido. Entiende bien todo lo que implica, más no las razones. El golpe en el colchón lo obliga a posar sus ojos en él en tanto su cabeza sigue haciendo cuentas y recordando datos.
Se pasa la mano por la nuca con impaciencia, ¿Cómo describírselo? - No, rebota. Mi magia rebota cada vez que quiero atacarla. Por eso me lastimé así. La ataqué tres veces, tres veces con la magia y las tres veces terminé de culo en el callejón sintiendo cómo me partía en dos. Y ni siquiera la toqué, es como si tuviera un escudo reflector que al hacer contacto con mi poder, me impulsara atrás dándome el mismo daño que quería provocar - es lo mejor que puede decirle. La manera en que él mismo parece meditar le da una oportunidad de explicar. Decirle todo hará que brama de ira, que casi le mate de no ser porque al hacerlo, él también muere.
Echa atrás la cabeza recargándose contra las almohadas. ¿Cómo explicar lo que le hizo sentir? ¿Cómo hacerle ver sus razones? - Sí sólo yo. Nadie más va a intervenir porque ésto es algo que me pasó y quiero solucionarlo - cierra los ojos derrotado, confundido, desorientado - ella dijo que alguien iba tras sus pasos, que le habían hecho una profecía de que alguien le mataría por obtener su magia, para absorberla. Pensaba que era yo su verdugo, que estaba ambicionando su poder. Más sólo era una misión para mí, impensable sería descontrolar lo que ya tenemos con creces ¿Para qué aumentar una magia entregada por los propios ángeles? ¿No sería pervertirla? - razona en tanto el otro sigue iracundo.
Esa es la diferencia que nadie nota en los gemelos. Que en tanto la ira consume a Sephirot, él es más centrado y busca todas las razones a lo acontecido para encontrar una solución y con ella, atacar de nuevo. Escuchar su sentencia con todos los datos vertidos es la conclusión más lógica entre ellos. La consuetudinaria forma que tienen para resolver un conflicto. Ahí donde Tohrment pone todos los datos, Sephirot concluye y sentencia. Es así, siempre ha sido así. Sólo que esta vez, el gemelo niega con la cabeza - no sé si funcionaría, Sephirot. Si nuestra magia es igual, ¿Quién te dice que no te matará? ¿Escuchaste lo que te dije? Mi magia rebotó en la suya, en ese escudo que poseía. Como si... no entiendo. Lo más incomprensible es que en cuanto partió, media hora después, caí al piso y todas mis heridas se hicieron visibles. Como si estando con ella se compensara mi cuerpo, me regenerara gracias a su magia - gruñe restregándose de nuevo el rostro.
Está tan agitado con todo, grita iracundo golpeando el colchón con los puños a cada lateral de su cuerpo - ¡No lo entiendo! ¡No lo entiendo! Sólo sé que se fue y empecé a sentirme mal. Reconozco las heridas porque las infringimos no una, muchas veces. Es un estadio entre lo que debió ser y un paso después de la curación leve. Es decir, debí morirme con el último ataque que le hice, sin embargo, lo resistí. Y en cuanto se marchó, como si mi magia fuera insostenible sin su presencia, me abandonó. Sentí que me abandonó y entonces empecé a vomitar sangre, a sentirme mal. Mis heridas son las que debieron quedar en su cuerpo mucho más profundas, en cambio, cuando se fue, es como si hubieran sanado un paso más y al ser críticas, se detuvieran en el proceso de curación para seguir su curso ¿Entiendes o estoy cada vez más desquiciado? - intenta que él siga la línea de sus pensamientos, que le dé su opinión. Dos cabezas piensan mejor que una y sabe bien que su gemelo de igual de inquisitivo que él.
Que la otra parte de su alma se escandalice por sus palabras, que le grite frenético es una consecuencia bastante lógica. Él mismo se siente como nunca, derrotado, frustrado, molesto porque es imposible completar esa misión. Debería hacer algo con la hechicera para sacarla del foco de la Inquisición porque en caso de mandar a Septimus o peor, a Milo, estarán en problemas grandes. Milo no se tocará el corazón de matarla porque es una hereje y punto. Septimus podría entenderlo un poco más y si no, podrían presionarlo con las hermanas para que se aleje de la hechicera. Y piensa en plural, lo nota y gruñe golpeando de nuevo la cama en tanto su hermano está blasfemando y haciendo notar todo lo que él está analizando ahora mismo.
Se sienta procurando que él no mire su espalda, sabe que tarde que temprano va a notarlo. ¿Cómo ocultar algo tan tremendo como eso? Se restriega el rostro con impaciencia - ya lo sé, no tienes que hacer notar lo obvio. Más es cierto, tuve que protegerla - porque si no, él podría morir también. ¿Cómo explicarle algo que ni siquiera él entiende? Tiene que investigar al respecto, ver por qué el lazo les unió. Por qué es que ahora están en estos aprietos los tres, sacar a Sephirot es estúpido. Entiende bien todo lo que implica, más no las razones. El golpe en el colchón lo obliga a posar sus ojos en él en tanto su cabeza sigue haciendo cuentas y recordando datos.
Se pasa la mano por la nuca con impaciencia, ¿Cómo describírselo? - No, rebota. Mi magia rebota cada vez que quiero atacarla. Por eso me lastimé así. La ataqué tres veces, tres veces con la magia y las tres veces terminé de culo en el callejón sintiendo cómo me partía en dos. Y ni siquiera la toqué, es como si tuviera un escudo reflector que al hacer contacto con mi poder, me impulsara atrás dándome el mismo daño que quería provocar - es lo mejor que puede decirle. La manera en que él mismo parece meditar le da una oportunidad de explicar. Decirle todo hará que brama de ira, que casi le mate de no ser porque al hacerlo, él también muere.
Echa atrás la cabeza recargándose contra las almohadas. ¿Cómo explicar lo que le hizo sentir? ¿Cómo hacerle ver sus razones? - Sí sólo yo. Nadie más va a intervenir porque ésto es algo que me pasó y quiero solucionarlo - cierra los ojos derrotado, confundido, desorientado - ella dijo que alguien iba tras sus pasos, que le habían hecho una profecía de que alguien le mataría por obtener su magia, para absorberla. Pensaba que era yo su verdugo, que estaba ambicionando su poder. Más sólo era una misión para mí, impensable sería descontrolar lo que ya tenemos con creces ¿Para qué aumentar una magia entregada por los propios ángeles? ¿No sería pervertirla? - razona en tanto el otro sigue iracundo.
Esa es la diferencia que nadie nota en los gemelos. Que en tanto la ira consume a Sephirot, él es más centrado y busca todas las razones a lo acontecido para encontrar una solución y con ella, atacar de nuevo. Escuchar su sentencia con todos los datos vertidos es la conclusión más lógica entre ellos. La consuetudinaria forma que tienen para resolver un conflicto. Ahí donde Tohrment pone todos los datos, Sephirot concluye y sentencia. Es así, siempre ha sido así. Sólo que esta vez, el gemelo niega con la cabeza - no sé si funcionaría, Sephirot. Si nuestra magia es igual, ¿Quién te dice que no te matará? ¿Escuchaste lo que te dije? Mi magia rebotó en la suya, en ese escudo que poseía. Como si... no entiendo. Lo más incomprensible es que en cuanto partió, media hora después, caí al piso y todas mis heridas se hicieron visibles. Como si estando con ella se compensara mi cuerpo, me regenerara gracias a su magia - gruñe restregándose de nuevo el rostro.
Está tan agitado con todo, grita iracundo golpeando el colchón con los puños a cada lateral de su cuerpo - ¡No lo entiendo! ¡No lo entiendo! Sólo sé que se fue y empecé a sentirme mal. Reconozco las heridas porque las infringimos no una, muchas veces. Es un estadio entre lo que debió ser y un paso después de la curación leve. Es decir, debí morirme con el último ataque que le hice, sin embargo, lo resistí. Y en cuanto se marchó, como si mi magia fuera insostenible sin su presencia, me abandonó. Sentí que me abandonó y entonces empecé a vomitar sangre, a sentirme mal. Mis heridas son las que debieron quedar en su cuerpo mucho más profundas, en cambio, cuando se fue, es como si hubieran sanado un paso más y al ser críticas, se detuvieran en el proceso de curación para seguir su curso ¿Entiendes o estoy cada vez más desquiciado? - intenta que él siga la línea de sus pensamientos, que le dé su opinión. Dos cabezas piensan mejor que una y sabe bien que su gemelo de igual de inquisitivo que él.
Tohrment Fairchest- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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Re: FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
Me quedé callado escuchando las explicaciones que mi gemelo tenía que darme, necesitaba saber qué es lo que había pasado con la hechicera, saber todo lo que había ocurrido con su encuentro para así poder hacerme una idea y un esquema de la situación en la que se encontraban ahora. Porque si le había hecho el hechizo de protección algo debió de haber pasado, pese a que el único pensamiento que surcaba mi mente era precisamente el de buscar a la hechicera y acabar con la misión por él, darle el fin que se esperaban de nosotros y acabar con lo que él había empezado. No sería la primera vez que a mitad de una misión nos intercambiábamos y el otro acababa el trabajo y al ser tan parecidos nadie solía notar el cambio que hacíamos ya que nuestros movimientos estaban medidos y estudiados, solo bajábamos la guardia cuando estábamos los dos solos y nadie podía vernos. Fruncí ligeramente el ceño cuando dijo su magia rebotaba cuando la atacaba, ¿cómo es que podía ser eso? Era extraño que eso sucediera y era la primera vez que nos pasaba, que nuestra propia magia rebotase y nos hiciera el mismo daño que pensábamos infligir era algo extraño, sobre todo porque no era normal que eso ocurriera y que le hubiera pasado con la magia que él poseía que era una dada por los ángeles era lo más extraño de todo. Lo que me llevó a preguntar qué tipo de magia sería la que tuviera ella, de dónde era su procedencia y por qué ese escudo que él decía que tenía y que parecía protegerla de nuestra magia, porque no era un idiota y si la magia de él le rebotaba entonces conmigo pasaría exactamente lo mismo. Mordí mi labio cuando dijo que sería él quien solucionara aquel problema en lo que parecía que el cabreo se iba pasando poco a poco escuchándolo, no porque me olvidara, sino porque simplemente necesitaba pensar con claridad y tener la mente despejaba para solucionar aquel inminente problema que teníamos y que sin duda alguna iba a afectarnos a ambos por igual. Tampoco me gustaba escuchar que alguien iba tras ella pero, ¿acaso eso importaba en algo? ¿Por qué hacerle el collar si lo que le sucediera a ella no nos importaba en absoluto? Si otro la mataba que no fuera nosotros no nos repercutiría en nada, no tendríamos porqué sufrir las consecuencias de ello y no nos afectaría en nada... salvo a la reputación, pero nada más. Seguía sin entender por qué el hechizo de protección hacia ella, por qué llevarla allí para darle algo tan poderoso y que era exclusivamente nuestro y que ella no debía de tener, puesto que no se lo merecía. Ladeé ligeramente la cabeza cuando dijo que no quería su magia puesto que la suya provenía de los mismos ángeles, no quería mancillarla y hacerla impura. Solté un suspiro porque cuando parecía que entendía algo resultaba que me equivocaba y volvíamos de nuevo a empezar, habían cosas que no entendía y otras que necesitaba de explicación porque parecía que me faltaban algunos cabos todavía por atar.
-Si solo te hieres cuando la atacas tú con tú magia... ¿por qué entonces hacer el hechizo de protección Tohrment? Ese hechizo sabes que es potente y no debería de tenerlo ella, no entiendo de qué la quieres proteger o con qué motivo lo harías... ella es solo un objetivo más, ¿qué importa que la mate otro al que no le afecte su magia? Nuestro expediente quería con una pequeña mancha por no terminar la misión, pero no estarías tan jodido como ahora por intentar matarla. No entiendo por qué le diste ese hechizo y ese colgante, ¿hay algo que no me has contado? Porque tengo la sensación de que me estás diciendo verdades a medias... las cosas no encajan y tú mismo deberías de darte cuenta de ello –comenté entrelazando mis dedos entre mis manos dejándolas sobre mi regazo, pensando el motivo por el cual él podría haberle dado aquel hechizo en lo que dejé que siguiera explicándose. Al parecer cuando ella había estado allí sus heridas habían estado bien, pero el solo irse estas se habían manifestado y habían cobrado la importancia que tenían... ¿cómo es que podía ser eso? Era la primera vez que escuchaba aquello y que él, que había sido el que más había estudiado todos los documentos que teníamos sobre todo lo que habían recopilados nuestros ancestros, no supiera qué era lo que estaba pasando. ¿Desde cuándo eso podía ocurrir con dos magias? Escuchaba sus palabras de fondo mientras mi mente comenzaba a pensar y a intentar hilar las cosas porque me sentía perdido en lo que sucedía con todo aquello... él decía que yo si yo intentaba atacarla también me pasaría lo mismo, mi magia rebotaría y yo obtendría el daño que quisiera infligirle a ella. ¿Se podían conectar dos magias? Entonces como si esa mera pregunta me diera las respuestas, o parte de ellas, alcé la cabeza para observarlo y ver ese pequeño matiz que había visto en su aura y que al principio había pasado desapercibido pero que más tarde, justo ahora, tenía un significado diferente que aunque fuera una idea loca y descabellada... incluso hasta podría tener sentido- Tohrment –dije cortándole cuando terminó de hablar con la voz seria, con rostro serio por lo que tenía que decir porque con todo lo que me había dicho quizás, y solo quizás, pudiera ser lo que estaba pensando- ¿no te recuerda en algo lo que me has contado, la explicación que me has dado? –Dije para ver si él había llegado a la misma solución que yo o por el contrario todavía le costaba- a mí me recuerda a lo mismo que nos pasa a ambos –hice una pausa observándolo- antes te dije que había visto algo en tu aura diferente que no sabía lo que era, un pequeño matiz distinto. Dime que no se han conectado vuestras magias –porque era muy parecido a lo que teníamos nosotros, sino, ¿qué otra cosa podría hacer?- Dime que lo que estoy pensando no tiene sentido y que es una idea descabellada... porque todo cuadra, podría tener sentido. La pregunta es, ¿por qué? ¿cómo es que pasó todo esto?
-Si solo te hieres cuando la atacas tú con tú magia... ¿por qué entonces hacer el hechizo de protección Tohrment? Ese hechizo sabes que es potente y no debería de tenerlo ella, no entiendo de qué la quieres proteger o con qué motivo lo harías... ella es solo un objetivo más, ¿qué importa que la mate otro al que no le afecte su magia? Nuestro expediente quería con una pequeña mancha por no terminar la misión, pero no estarías tan jodido como ahora por intentar matarla. No entiendo por qué le diste ese hechizo y ese colgante, ¿hay algo que no me has contado? Porque tengo la sensación de que me estás diciendo verdades a medias... las cosas no encajan y tú mismo deberías de darte cuenta de ello –comenté entrelazando mis dedos entre mis manos dejándolas sobre mi regazo, pensando el motivo por el cual él podría haberle dado aquel hechizo en lo que dejé que siguiera explicándose. Al parecer cuando ella había estado allí sus heridas habían estado bien, pero el solo irse estas se habían manifestado y habían cobrado la importancia que tenían... ¿cómo es que podía ser eso? Era la primera vez que escuchaba aquello y que él, que había sido el que más había estudiado todos los documentos que teníamos sobre todo lo que habían recopilados nuestros ancestros, no supiera qué era lo que estaba pasando. ¿Desde cuándo eso podía ocurrir con dos magias? Escuchaba sus palabras de fondo mientras mi mente comenzaba a pensar y a intentar hilar las cosas porque me sentía perdido en lo que sucedía con todo aquello... él decía que yo si yo intentaba atacarla también me pasaría lo mismo, mi magia rebotaría y yo obtendría el daño que quisiera infligirle a ella. ¿Se podían conectar dos magias? Entonces como si esa mera pregunta me diera las respuestas, o parte de ellas, alcé la cabeza para observarlo y ver ese pequeño matiz que había visto en su aura y que al principio había pasado desapercibido pero que más tarde, justo ahora, tenía un significado diferente que aunque fuera una idea loca y descabellada... incluso hasta podría tener sentido- Tohrment –dije cortándole cuando terminó de hablar con la voz seria, con rostro serio por lo que tenía que decir porque con todo lo que me había dicho quizás, y solo quizás, pudiera ser lo que estaba pensando- ¿no te recuerda en algo lo que me has contado, la explicación que me has dado? –Dije para ver si él había llegado a la misma solución que yo o por el contrario todavía le costaba- a mí me recuerda a lo mismo que nos pasa a ambos –hice una pausa observándolo- antes te dije que había visto algo en tu aura diferente que no sabía lo que era, un pequeño matiz distinto. Dime que no se han conectado vuestras magias –porque era muy parecido a lo que teníamos nosotros, sino, ¿qué otra cosa podría hacer?- Dime que lo que estoy pensando no tiene sentido y que es una idea descabellada... porque todo cuadra, podría tener sentido. La pregunta es, ¿por qué? ¿cómo es que pasó todo esto?
Sephirot Fairchest- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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Re: FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
Está tan frustrado que la mente se le embota, sigue pensando en la historia una y otra y otra vez cual bucle sin encontrar una respuesta favorable. Se restriega de nuevo las manos contra el rostro hasta caer de espaldas de nueva cuenta en el respaldo sintiendo cómo su cuerpo empieza a sentirse mejor. Podría sentir un alivio, más al contrario, le genera ganas de empezar a caminar. De paliar así su ansiedad en tanto su hermano está con el mismo rictus concentrado meditando todo lo que le dijo. Se le bajó un poco el coraje, lo cual provoca una sonrisa en Tohrment. En ocasiones, es Sephirot el que más rápido explota. Su mano se alarga acariciando su mejilla con suavidad durante unos instantes hasta darle un par de palmadas sin mucha fuerza para ir esta vez por el habano descubriendo que se consumió. Aplasta el resto de la colilla contra el cenicero para asegurarse de que está bien apagado antes de quedarse pensando con las preguntas que le siguen.
Porque por supuesto que si para él sería incomprensible todo, para Sephirot es peor con la mitad de la información. - Podrías matarme de no ser porque morirás al mismo tiempo - apertura la siguiente confesión con ello, puede ver cómo sus hombros se tensan - ve y trae el whiskey, quiero ir a mear y lo necesitaremos - porque claro que Tohrment prefiere un trago de alcohol en lugar de la sensación amarga que tiene en la boca y para su hermano, será mucho mejor si tiene algo con qué paliar su ansiedad oral. En tanto Sephirot hace lo que le pide, en cuanto se asegura de que no puede verle la espalda, se escapa al baño sacando la verga y hacer lo que todo hombre hace de pie. Cuando termina, sube la bragueta lavándose las manos para ponerse una camisa encima de su cuerpo sin cerrarla.
Aprovechará así el momento de tranquilidad de su gemelo antes de que las cosas se salgan de madre y se niegue a razonar. Se acerca para tomar la botella sintiéndose mejor - te explicaré - da un trago de la propia boquilla sin problema alguno de compartir saliva con su hermano. No va a empezar ahora tras treinta y tantos años de experiencias conjuntas. Se acerca a la caja de habanos tomando dos, para después encender el primero con una vela, llevando el segundo para Sephirot con el cenicero en la mano. Se sienta a su lado aspirando fuerte. Se limpia la frente con el borde de la camisa dejando el sudor acumulado por el dolor antiguo en ésta. - Paso a paso, sólo que si te alteras, dejo de contarte - advierte mirándole sabiendo bien que para Sephirot sería imposible no interrumpir. Si eso sucede, estarán ahí horas y horas.
Se queda pensando - la encontré, fui tras ella por las calles de París, iba a disparar con la escopeta y de pronto, la solté. Dominación, sin duda alguna. Así que medí poderes, la hice hincarse en el piso, sabía que estaba bajo mi influjo, matarla sería fácil. Algo brilló en su pecho, era un colgante. Después me dijo que contenía su magia más potente, la menos controlable que me golpeó haciendo que arrastrara los pies hacia atrás de la potencia con que estalló. Desde que eso pasó, mi cabeza, mis pensamientos cambiaron, ahora puedo entenderlo. Me provocó a medir fuerzas y mi magia salió con mayor potencia, ese fue mi error. Le puse en bandeja de plata mi propia magia intentando dominar su voluntad y hacerla trizas. Mis venas se tornaron doradas como siempre que uso gran parte de mi potencial. Y se me ocurrió la estupenda idea de tomarla del cuello y digo eso, porque desde el maldito momento en que la toqué, es como si ella tuviera Encandilación, estuve todo el tiempo mirándola, la tomé del cuello para matarla y en lugar de eso, sólo pensaba en follarla. Besarla, estupideces así. No puedo explicarte cuánto la deseaba y me provocó, me dijo que jamás sería mía y eso me enojó tanto, porque sólo pensaba en que era mía. Había una voz en mi mente pidiendo que me rindiera ¿Yo? ¿Rendirme? Imposible, así que continúe y la besé - da otra calada al habano para olvidar un poco lo que había sentido al recordarlo, esa electricidad que recorrió todo su cuerpo hasta alojarse en su estómago.
Expulsa el humo para continuar - por supuesto, en tanto la besaba, mi mano fue a mi daga y se la incrusté en el cuerpo. ¿Cómo iba a dejarla escapar tan fácil por más que estuviera bien erecto? Porque lo estaba, no entiendo cómo diablos pasó, mi pene clamaba por meterse en ella - sin cortarse explica porque seguro que su hermano podría comprender mejor que él lo que pasó. Sephirot ha tenido veces en que no piensa más que en follarse a la hereje que va a matar siempre y cuando haga eso al final, arrebatar la vida de la pérfida. Toma la botella dando otro trago - y ahí fue donde todo se salió de madre - pasea su músculo bucal por los labios limpiando los restos del licor - Su magia estalló, me obligó a caer de espaldas contra el piso metros atrás, ahí fue la primera vez que sentí cómo me dolía el costado. Fue cuando me dijo por primera vez que era una vasija que contenía un gran poder mágico, que quien lo quisiera tendría que matarla. Y que su propia magia la defendería. Invoqué al viento para enfrentarla, el colgante brilló de nuevo, la temperatura descendió y de sus manos salieron tres esferas negras. No sé qué clase de magia sea esa, desconozco un poder así - y si él no lo sabía, su hermano menos porque siempre comparten sus peleas al otro.
Golpea el habano contra el cenicero haciendo memoria - la real batalla empezó, yo hacía uso del viento, ella de esas esferas. Traté de invocar a los rayos y algo en mi cabeza me dijo que no, intenté combatirlo y la primer esfera me golpeó, caí al piso con un corte en la mejilla, con la electricidad recorriendo todo mi cuerpo impidiendo que me levantara rápido. Puedes reírte cabrón, más nunca me sentí más indefenso. Mi magia no respondía y la suya estaba empeñada en alejarme. Y huyó. Invoqué la electricidad ¿Y qué crees que pasó? Me electrocuté solo - se ríe, se ríe porque de no hacerlo, va a aventar todo y a romperlo por la rabia que siente y que le provoca todo ésto - ¡Mi propia magia la defendía, hermano! ¡Mi propia magia me traicionó! Y si te piensas que fue una vez, no. Volví a invocar la electricidad y otra vez al piso con el cuerpo todo estúpido - avienta el cenicero contra la pared de frustración, se levanta caminando ya histérico - ¡LA HIJA DE PUTA SE ME ESCAPABA Y YO DE PENDEJO LANZANDO ELECTRICIDAD QUE ME CAÍA DIRECTO AL CUERPO! ¡ME CAGO EN TODOS MIS ANTEPASADOS! - brama iracundo ahora que siente de nuevo la frustración.
Da otra calada al cigarro - así que dejé la magia para correr tras ella, de nuevo, a toda velocidad, olvidándome de usarla porque me estaba haciendo daño. Pensé que fue un cortocircuito cuando su primer bola de energía me tocó ¿Cómo si no, mi magia me golpeaba? Eso debía ser, quise ignorar lo que dijiste, que nuestras magias se combinaron, se unieron y corrí, corrí y la alcancé. O eso intenté, porque mi runa me quemó como nunca, me obligó a irme de bruces contra el piso, como si quisiera que no la alcanzara. Soy un Fairchest, dejarla ir es impensable, estabas en mi mente riéndote como idiota porque había dejado que escapara y me fui tras ella con una rabia mayor, un coraje y una frustración por no poderla matar. ¡Yo, Tohrment, no podía matar a una hechicera! - se restriega la cara con impaciencia, da un puñetazo al escritorio donde fue a llegar haciendo que la madera se cuarteara - la alcancé, alcé la daga para hundirla en su cuerpo cuando puso una mano frente a mí. Una mano. Y ¿Qué crees que hice? - le mira con sonrisa enloquecida, demente.
Porque él mismo, cuando lo pronuncia, no puede creerlo - Bajé la mano para matarla, miles de manos me detuvieron el golpe, era tanta fuerza contra la mía que no podía bajarla, la runa me quemaba como nunca, tú estabas bien, yo estaba bien ¿Por qué la advertencia? Y como si fuera un gran rayo del cielo, justo cuando iba a tocarla ¿Qué crees que pasó? ¡SÍ, ME REBOTÓ DE NUEVO! MI PROPIA MAGIA ME REBOTÓ - rompe la superficie de la mesa esta vez, creando boquetes de los puñetazos que le da iracundo, frustrado, enajenado - y entonces lo comprendí. La runa no me brillaba porque ella fuera a matarme. No. Brillaba y quemaba porque si la mataba, me moría ahí. ¡NO SÉ CÓMO, PERO ME UNÍ A ELLA SIN SABERLO! ¡MI MAGIA ME ADVERTÍA QUE SI LA MATABA, NOS MORÍAMOS LOS DOS! - mira el escritorio roto en tanto ríe, ríe porque le parece hilarante, enloquecedor, estúpidamente enfermizo. En tanto sus manos están laceradas con las astillas sangrando.
Porque por supuesto que si para él sería incomprensible todo, para Sephirot es peor con la mitad de la información. - Podrías matarme de no ser porque morirás al mismo tiempo - apertura la siguiente confesión con ello, puede ver cómo sus hombros se tensan - ve y trae el whiskey, quiero ir a mear y lo necesitaremos - porque claro que Tohrment prefiere un trago de alcohol en lugar de la sensación amarga que tiene en la boca y para su hermano, será mucho mejor si tiene algo con qué paliar su ansiedad oral. En tanto Sephirot hace lo que le pide, en cuanto se asegura de que no puede verle la espalda, se escapa al baño sacando la verga y hacer lo que todo hombre hace de pie. Cuando termina, sube la bragueta lavándose las manos para ponerse una camisa encima de su cuerpo sin cerrarla.
Aprovechará así el momento de tranquilidad de su gemelo antes de que las cosas se salgan de madre y se niegue a razonar. Se acerca para tomar la botella sintiéndose mejor - te explicaré - da un trago de la propia boquilla sin problema alguno de compartir saliva con su hermano. No va a empezar ahora tras treinta y tantos años de experiencias conjuntas. Se acerca a la caja de habanos tomando dos, para después encender el primero con una vela, llevando el segundo para Sephirot con el cenicero en la mano. Se sienta a su lado aspirando fuerte. Se limpia la frente con el borde de la camisa dejando el sudor acumulado por el dolor antiguo en ésta. - Paso a paso, sólo que si te alteras, dejo de contarte - advierte mirándole sabiendo bien que para Sephirot sería imposible no interrumpir. Si eso sucede, estarán ahí horas y horas.
Se queda pensando - la encontré, fui tras ella por las calles de París, iba a disparar con la escopeta y de pronto, la solté. Dominación, sin duda alguna. Así que medí poderes, la hice hincarse en el piso, sabía que estaba bajo mi influjo, matarla sería fácil. Algo brilló en su pecho, era un colgante. Después me dijo que contenía su magia más potente, la menos controlable que me golpeó haciendo que arrastrara los pies hacia atrás de la potencia con que estalló. Desde que eso pasó, mi cabeza, mis pensamientos cambiaron, ahora puedo entenderlo. Me provocó a medir fuerzas y mi magia salió con mayor potencia, ese fue mi error. Le puse en bandeja de plata mi propia magia intentando dominar su voluntad y hacerla trizas. Mis venas se tornaron doradas como siempre que uso gran parte de mi potencial. Y se me ocurrió la estupenda idea de tomarla del cuello y digo eso, porque desde el maldito momento en que la toqué, es como si ella tuviera Encandilación, estuve todo el tiempo mirándola, la tomé del cuello para matarla y en lugar de eso, sólo pensaba en follarla. Besarla, estupideces así. No puedo explicarte cuánto la deseaba y me provocó, me dijo que jamás sería mía y eso me enojó tanto, porque sólo pensaba en que era mía. Había una voz en mi mente pidiendo que me rindiera ¿Yo? ¿Rendirme? Imposible, así que continúe y la besé - da otra calada al habano para olvidar un poco lo que había sentido al recordarlo, esa electricidad que recorrió todo su cuerpo hasta alojarse en su estómago.
Expulsa el humo para continuar - por supuesto, en tanto la besaba, mi mano fue a mi daga y se la incrusté en el cuerpo. ¿Cómo iba a dejarla escapar tan fácil por más que estuviera bien erecto? Porque lo estaba, no entiendo cómo diablos pasó, mi pene clamaba por meterse en ella - sin cortarse explica porque seguro que su hermano podría comprender mejor que él lo que pasó. Sephirot ha tenido veces en que no piensa más que en follarse a la hereje que va a matar siempre y cuando haga eso al final, arrebatar la vida de la pérfida. Toma la botella dando otro trago - y ahí fue donde todo se salió de madre - pasea su músculo bucal por los labios limpiando los restos del licor - Su magia estalló, me obligó a caer de espaldas contra el piso metros atrás, ahí fue la primera vez que sentí cómo me dolía el costado. Fue cuando me dijo por primera vez que era una vasija que contenía un gran poder mágico, que quien lo quisiera tendría que matarla. Y que su propia magia la defendería. Invoqué al viento para enfrentarla, el colgante brilló de nuevo, la temperatura descendió y de sus manos salieron tres esferas negras. No sé qué clase de magia sea esa, desconozco un poder así - y si él no lo sabía, su hermano menos porque siempre comparten sus peleas al otro.
Golpea el habano contra el cenicero haciendo memoria - la real batalla empezó, yo hacía uso del viento, ella de esas esferas. Traté de invocar a los rayos y algo en mi cabeza me dijo que no, intenté combatirlo y la primer esfera me golpeó, caí al piso con un corte en la mejilla, con la electricidad recorriendo todo mi cuerpo impidiendo que me levantara rápido. Puedes reírte cabrón, más nunca me sentí más indefenso. Mi magia no respondía y la suya estaba empeñada en alejarme. Y huyó. Invoqué la electricidad ¿Y qué crees que pasó? Me electrocuté solo - se ríe, se ríe porque de no hacerlo, va a aventar todo y a romperlo por la rabia que siente y que le provoca todo ésto - ¡Mi propia magia la defendía, hermano! ¡Mi propia magia me traicionó! Y si te piensas que fue una vez, no. Volví a invocar la electricidad y otra vez al piso con el cuerpo todo estúpido - avienta el cenicero contra la pared de frustración, se levanta caminando ya histérico - ¡LA HIJA DE PUTA SE ME ESCAPABA Y YO DE PENDEJO LANZANDO ELECTRICIDAD QUE ME CAÍA DIRECTO AL CUERPO! ¡ME CAGO EN TODOS MIS ANTEPASADOS! - brama iracundo ahora que siente de nuevo la frustración.
Da otra calada al cigarro - así que dejé la magia para correr tras ella, de nuevo, a toda velocidad, olvidándome de usarla porque me estaba haciendo daño. Pensé que fue un cortocircuito cuando su primer bola de energía me tocó ¿Cómo si no, mi magia me golpeaba? Eso debía ser, quise ignorar lo que dijiste, que nuestras magias se combinaron, se unieron y corrí, corrí y la alcancé. O eso intenté, porque mi runa me quemó como nunca, me obligó a irme de bruces contra el piso, como si quisiera que no la alcanzara. Soy un Fairchest, dejarla ir es impensable, estabas en mi mente riéndote como idiota porque había dejado que escapara y me fui tras ella con una rabia mayor, un coraje y una frustración por no poderla matar. ¡Yo, Tohrment, no podía matar a una hechicera! - se restriega la cara con impaciencia, da un puñetazo al escritorio donde fue a llegar haciendo que la madera se cuarteara - la alcancé, alcé la daga para hundirla en su cuerpo cuando puso una mano frente a mí. Una mano. Y ¿Qué crees que hice? - le mira con sonrisa enloquecida, demente.
Porque él mismo, cuando lo pronuncia, no puede creerlo - Bajé la mano para matarla, miles de manos me detuvieron el golpe, era tanta fuerza contra la mía que no podía bajarla, la runa me quemaba como nunca, tú estabas bien, yo estaba bien ¿Por qué la advertencia? Y como si fuera un gran rayo del cielo, justo cuando iba a tocarla ¿Qué crees que pasó? ¡SÍ, ME REBOTÓ DE NUEVO! MI PROPIA MAGIA ME REBOTÓ - rompe la superficie de la mesa esta vez, creando boquetes de los puñetazos que le da iracundo, frustrado, enajenado - y entonces lo comprendí. La runa no me brillaba porque ella fuera a matarme. No. Brillaba y quemaba porque si la mataba, me moría ahí. ¡NO SÉ CÓMO, PERO ME UNÍ A ELLA SIN SABERLO! ¡MI MAGIA ME ADVERTÍA QUE SI LA MATABA, NOS MORÍAMOS LOS DOS! - mira el escritorio roto en tanto ríe, ríe porque le parece hilarante, enloquecedor, estúpidamente enfermizo. En tanto sus manos están laceradas con las astillas sangrando.
Tohrment Fairchest- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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Re: FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
Lancé un suspiro cuando me pidió que le trajera una botella de whisky antes de que me contara lo que había sucedido con todo lujo de detalle, dos pensaban mejor que uno y lo cierto es que cuantos más detalles me diera mejor podría entender lo que había pasado. Hice una mueca cuando me dijo que podía matarlo pero que de hacerlo yo también moriría y ni siquiera le contesté a eso, simplemente me levanté para ir a por la botella que me había pedido hasta el salón donde estaba guardado en y volví de nuevo a la habitación donde él ya se había levantado y se había puesto una camisa sin abrochar, di el primer trago a la botella y se la pasé mientras me sentaba en la silla del escritorio esperando a que me contara la historia y analizaba cada una de sus palabras. Reí de forma irónica cuando me dijo que si me alteraba ya no me contaría nada quizás consciente de que si me contaba acabaría cabreándome más pero ¿acaso teníamos opción? Necesitaba saber lo ocurrido porque solo así de esa manera tendría una visión clara y limpia de lo que había ocurrido. Mientras él me iba contando con lujo de detalles ahora sí lo que había pasado en mi mente podía hacer una reconstrucción mental del momento y de la situación, conforme él me iba diciendo cosas yo iba proyectándolas en mi mente de forma que así pudiera entender mejor la escena que me describía. No era la primera vez que ambos detallábamos tanto una escena de lucha en una de las misiones que teníamos, lo cierto es que siempre lo habíamos hecho para no dejar ningún cabo suelto ante las demás personas que pensaban que éramos el mismo ya que a veces la gente no pensaba que éramos dos personas diferentes, sino el mismo. Fruncí ligeramente el ceño cuando me dijo que al tocarla sintió el deseo y la atracción hacía ella, algunos hechiceros tenían ese poder pero si ella lo hubiera tenido de primeras hubiera sido más fácil encandilarlo y hacer que se olvidara de su misión sobre matarla. Había algo que no cuadraba en ese sentido, yo entendía esas ganas porque había veces en que no se podía negar el atractivo del objetivo al que nos mandaban eliminar, éramos hombres y hereje o no los ojos no entendían sobre eso cuando una mujer era bella. No comenté nada al respecto porque yo mismo había tenido esos pensamientos, de hecho, había acabado follándome a la mujer desquitándome para luego matarla como me habían ordenado cumpliendo con lo que se pedía de mí. Ladeé ligeramente la cabeza cuando comentó que hundió la daga en su cuerpo mientras la besaba en una táctica de distracción infalible, aunque al parecer lo que se suponía que la situación debía de estar controlada se había puesto más complicado. Di otro trago a la botella esperando a que continuara sin hablar para saber qué había ocurrido; me sorprendió que me dijera que su magia “estalló” y que lo había lanzado varios metros haciéndole caer de espaldas al suelo, eso no era algo normal y menos que sintiera dolor en el mismo lado donde había hundido su daga. Enarqué una ceja cuando le dijo que tenía poder en su interior y que para conseguirlo había que matarla, poco a poco iba entendiendo un poco más las cosas conforme me iba contando. Sobre todo era muy extraño que su magia le rebotara y acabara afectándole a él porque no era algo común que sucediera a menudo. Visualizaba en mi mente la pelea conforme me la estaba contando imaginándolos a los dos luchando, con la propia magia de mi gemelo rebotándole como si ella tuviera un escudo de protección o un hechizo “reflejo” que lo que fuera para ella acababa atacándolo a él.
No entendía demasiado de lo que me decía porque era la primera vez que sucedía algo así, igual que el comentario sobre las esferas negras que ella había utilizado y que me hizo fruncir el ceño, ¿qué clase de magia sería esa tan potente? Mi gemelo comenzó a reírse fruto de la frustración que lo recorría mientras yo le seguía con la mirada dejando que terminara de hablar anotando los datos en mi mente para hilar y atacar cabos, a causa de como estaba el cenicero fue lo que se estampó contra la pared en un intento por controlar lo que sentía y así calmarse. Comprendía por qué se sentía así, debía de ser frustrante que tus ataques te rebotaran y acabaran afectándote a ti sin que pudieras hacer nada. La cosa no terminó porque incluso cuando fue a atacarla sin magia de por medio había algo que le impedía hacerlo, fruncí el ceño sin entender ni comprender nada porque cuanto más me explicaba más extraño y confuso sonaba, dio un golpe en el escritorio con fuerza mientras terminaba de relatarme lo que había sucedido hasta que llegó al final de su explicación. Su runa no quemaba porque estuviera en peligro, sino porque le advertía que no podía atacarla... ¿en qué momento las tornas se podían cambiar de esa forma? Tohrment se reía histérico por los acontecimientos mientras yo asimilaba las últimas palabras que había dicho. ¿Estaban enlazados? Por dios, eso era lo último que necesitábamos en esos momentos en el que nuestras vidas corrían peligro como le pasara algo al otro. ¿Qué clase de locura era esa? Fruncí el ceño de nuevo observándolo porque no se mostraba contento en absoluto y lo cierto es que no podía estarlo, las cosas no se ponían a su favor y Tohrment siendo como yo que le gustaba tener todo bajo control ahora se le escapaba aquello. Cerré los ojos unos segundos para abrirlos y observarlo de manera detenida por unos cuantos segundos en lo que él saca lo que lleva dentro, no lo detengo ni tampoco le digo nada por ello.
-¿Fue por eso por lo que la trajiste aquí y le diste ese hechizo protector? –Había dicho que alguien quería su poder y que lo conseguiría matándola- ¿Por qué sabías que si alguien iba a por ella eso también nos afectaría a nosotros? –Si a él le afectaba, a mí me afectaba indirectamente. Me levanté del asiento quedando a unos pasos de él, crucé mis brazos sobre el pecho manteniendo o intentando mantener una calma que se me escapaba por momentos conforme iba sabiendo la verdad- ¿estáis enlazados? ¿te has unido a ella? –Sabía que no lo decía en un sentido figurado, sino en un sentido totalmente literal de la palabra- Dime que no es lo que estoy pensando, hermano –estaba cabreado, ¿él unido a una maldita bruja hereje que debía de matar? ¡Aquello era inconcebible! Esa maldita bruja debería de estar muerta pero algo me decía que si la mataba mi gemelo correría la misma suerte y, por ello, yo también. De ahí su opción de darle el hechizo para que no le pasara nada- ¡Joder! –Gruñí al saber que ahora aquello no era cosa de dos, sino de tres. Si de dos era algo complicado y ya nos había costado hacer que nadie supiera nada para diferenciarnos mucho más complicado añadiendo a una mujer en la ecuación. Le di la espalda mientras me paseaba por la habitación dando vueltas llevando mi mano a mi pelo, rascándome la nuca con preocupación- tenemos que tenerla vigilada Tohrment, no podemos dejar que campe a sus anchas y que le pase algo que nos afecte a los dos. Dijiste que iban a por ella, tendremos que averiguar quién aunque todo esto me joda como el maldito infierno –gruñí dando un golpe en la pared- ¿quién es? –Pregunté alzando mis ojos para mirar a mi gemelo ya que no había dicho su nombre- dime que al menos sabes quién es y cómo poder localizarla... no habrás sido tan imbécil como dejar que se largara sin más sabiendo el peligro que conlleva –porque él no era un ingenuo, pero yo en su situación... ¿qué cojones habría hecho yo?
No entendía demasiado de lo que me decía porque era la primera vez que sucedía algo así, igual que el comentario sobre las esferas negras que ella había utilizado y que me hizo fruncir el ceño, ¿qué clase de magia sería esa tan potente? Mi gemelo comenzó a reírse fruto de la frustración que lo recorría mientras yo le seguía con la mirada dejando que terminara de hablar anotando los datos en mi mente para hilar y atacar cabos, a causa de como estaba el cenicero fue lo que se estampó contra la pared en un intento por controlar lo que sentía y así calmarse. Comprendía por qué se sentía así, debía de ser frustrante que tus ataques te rebotaran y acabaran afectándote a ti sin que pudieras hacer nada. La cosa no terminó porque incluso cuando fue a atacarla sin magia de por medio había algo que le impedía hacerlo, fruncí el ceño sin entender ni comprender nada porque cuanto más me explicaba más extraño y confuso sonaba, dio un golpe en el escritorio con fuerza mientras terminaba de relatarme lo que había sucedido hasta que llegó al final de su explicación. Su runa no quemaba porque estuviera en peligro, sino porque le advertía que no podía atacarla... ¿en qué momento las tornas se podían cambiar de esa forma? Tohrment se reía histérico por los acontecimientos mientras yo asimilaba las últimas palabras que había dicho. ¿Estaban enlazados? Por dios, eso era lo último que necesitábamos en esos momentos en el que nuestras vidas corrían peligro como le pasara algo al otro. ¿Qué clase de locura era esa? Fruncí el ceño de nuevo observándolo porque no se mostraba contento en absoluto y lo cierto es que no podía estarlo, las cosas no se ponían a su favor y Tohrment siendo como yo que le gustaba tener todo bajo control ahora se le escapaba aquello. Cerré los ojos unos segundos para abrirlos y observarlo de manera detenida por unos cuantos segundos en lo que él saca lo que lleva dentro, no lo detengo ni tampoco le digo nada por ello.
-¿Fue por eso por lo que la trajiste aquí y le diste ese hechizo protector? –Había dicho que alguien quería su poder y que lo conseguiría matándola- ¿Por qué sabías que si alguien iba a por ella eso también nos afectaría a nosotros? –Si a él le afectaba, a mí me afectaba indirectamente. Me levanté del asiento quedando a unos pasos de él, crucé mis brazos sobre el pecho manteniendo o intentando mantener una calma que se me escapaba por momentos conforme iba sabiendo la verdad- ¿estáis enlazados? ¿te has unido a ella? –Sabía que no lo decía en un sentido figurado, sino en un sentido totalmente literal de la palabra- Dime que no es lo que estoy pensando, hermano –estaba cabreado, ¿él unido a una maldita bruja hereje que debía de matar? ¡Aquello era inconcebible! Esa maldita bruja debería de estar muerta pero algo me decía que si la mataba mi gemelo correría la misma suerte y, por ello, yo también. De ahí su opción de darle el hechizo para que no le pasara nada- ¡Joder! –Gruñí al saber que ahora aquello no era cosa de dos, sino de tres. Si de dos era algo complicado y ya nos había costado hacer que nadie supiera nada para diferenciarnos mucho más complicado añadiendo a una mujer en la ecuación. Le di la espalda mientras me paseaba por la habitación dando vueltas llevando mi mano a mi pelo, rascándome la nuca con preocupación- tenemos que tenerla vigilada Tohrment, no podemos dejar que campe a sus anchas y que le pase algo que nos afecte a los dos. Dijiste que iban a por ella, tendremos que averiguar quién aunque todo esto me joda como el maldito infierno –gruñí dando un golpe en la pared- ¿quién es? –Pregunté alzando mis ojos para mirar a mi gemelo ya que no había dicho su nombre- dime que al menos sabes quién es y cómo poder localizarla... no habrás sido tan imbécil como dejar que se largara sin más sabiendo el peligro que conlleva –porque él no era un ingenuo, pero yo en su situación... ¿qué cojones habría hecho yo?
Sephirot Fairchest- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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Re: FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
Voltea a mirarle cruzándose de brazos mostrando sus manos llenas de sangre al tiempo que alza un ceja. En tanto Sephirot va entendiendo todo, Tohrment sabe que debe continuar hasta sus últimas consecuencias, así que toma de nuevo la botella dando otro trago, como siga así, se la terminará y deberá ir por más - la traje desmayada para tenerla a la vista al contacto, al alcance hasta que despertara y pudiera saber bien lo que iba a hacer con ella. La desnudé para limpiar su herida y, vamos, hermano. Un manjar como ese pocas veces en la vida. Aún inconsciente, tras haberla curado, me deleité con ella, le hice sexo oral y ¿Qué crees? Era virgen. Sentí su himen con la lengua, así que me contuve, debía ser un caballero ¿No? - se mofa. Sólo su gemelo podría comprender la lascivia en sus palabras y la ansiedad por ella. No hay mejor sexo que el que se tiene con una virgen. Y más si es tan duro que le duela durante días.
Va a por otro habano para encenderlo, necesita paliar toda esta ansiedad oral que le genera el tema, - despertó en mi cama, ¿Dónde más la iba a tener? Una cosa llevó a la otra, terminé teniendo sexo con ella, la mancillé, la poseí, más algo no termina de cuadrar. Quería que me dijera que era mía, sólo mía, que jamás sería de otro. Y no es por posesividad, es algo más. Eso no es normal en mí y lo sabes, porque aún siento esa necesidad. Tuvimos sexo y cuando terminó, le pedí que prometiera que nuestros caminos seguirán unidos para seguir teniendo sexo. ¿Por qué? Porque no lo sé. Sólo quería seguir teniendo sexo y lo hizo. Prometió - por instantes guarda silencio - llegamos al orgasmo, me recosté cuando empezó a quemar - se quita la camisa dejando que vea la otra marca que por supuesto esta vez no está hecha con tinta, si no con la misma textura que la otra - nos marcamos. Porque ella tiene una igual. Por eso le di el colgante con la protección hasta saber qué diablos está pasando. Por qué se creó una marca en ella. Y mientras la tuya brilla en dorado en mi cuerpo. La de ella es plateada. Mientras mi runa brilla en plateado en tu cuerpo, en ella brilla dorado. ¿Por qué? - se restriega la nuca suspirando.
Se queda pensando durante instantes acariciando su cardenal que va disminuyendo - esta herida es parecida a la de ella, casi podría ser idéntica. Sí, me uní a ella, no sé por qué. Se llama Lynae, es una Hechicera, la Inquisición me ordenó matarla. ¿Ahora qué voy a hacer? Decir que fallé es lo de menos porque van a mandar a otro para matarla y si lo hacen, moriremos los tres ¿O no? Necesito mis libros ya - da un largo trago a la botella hasta casi terminarla dando una larga calada al habano. - ¿Se te ocurre algo? Sí, prometí, hice una promesa con ella, sólo que contigo hubo necesidad de un aquelarre para que la marca apareciera. Hubo necesidad de hierbas, minerales, lo que fuera. ¿Cómo te explicas? ¿Cómo nos enlazamos? Y ésto es diametralmente opuesto a lo tuyo conmigo - mira sus uñas antes de dirigir sus ojos a la figura de su gemelo. Esperando a que él le explique, que él le diga qué diablos hacer.
Va a por otro habano para encenderlo, necesita paliar toda esta ansiedad oral que le genera el tema, - despertó en mi cama, ¿Dónde más la iba a tener? Una cosa llevó a la otra, terminé teniendo sexo con ella, la mancillé, la poseí, más algo no termina de cuadrar. Quería que me dijera que era mía, sólo mía, que jamás sería de otro. Y no es por posesividad, es algo más. Eso no es normal en mí y lo sabes, porque aún siento esa necesidad. Tuvimos sexo y cuando terminó, le pedí que prometiera que nuestros caminos seguirán unidos para seguir teniendo sexo. ¿Por qué? Porque no lo sé. Sólo quería seguir teniendo sexo y lo hizo. Prometió - por instantes guarda silencio - llegamos al orgasmo, me recosté cuando empezó a quemar - se quita la camisa dejando que vea la otra marca que por supuesto esta vez no está hecha con tinta, si no con la misma textura que la otra - nos marcamos. Porque ella tiene una igual. Por eso le di el colgante con la protección hasta saber qué diablos está pasando. Por qué se creó una marca en ella. Y mientras la tuya brilla en dorado en mi cuerpo. La de ella es plateada. Mientras mi runa brilla en plateado en tu cuerpo, en ella brilla dorado. ¿Por qué? - se restriega la nuca suspirando.
Se queda pensando durante instantes acariciando su cardenal que va disminuyendo - esta herida es parecida a la de ella, casi podría ser idéntica. Sí, me uní a ella, no sé por qué. Se llama Lynae, es una Hechicera, la Inquisición me ordenó matarla. ¿Ahora qué voy a hacer? Decir que fallé es lo de menos porque van a mandar a otro para matarla y si lo hacen, moriremos los tres ¿O no? Necesito mis libros ya - da un largo trago a la botella hasta casi terminarla dando una larga calada al habano. - ¿Se te ocurre algo? Sí, prometí, hice una promesa con ella, sólo que contigo hubo necesidad de un aquelarre para que la marca apareciera. Hubo necesidad de hierbas, minerales, lo que fuera. ¿Cómo te explicas? ¿Cómo nos enlazamos? Y ésto es diametralmente opuesto a lo tuyo conmigo - mira sus uñas antes de dirigir sus ojos a la figura de su gemelo. Esperando a que él le explique, que él le diga qué diablos hacer.
Tohrment Fairchest- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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Re: FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
Dejé que Tohrment hablara y me contara sobre lo que había pasado con aquella maldita bruja que ya debería de estar muerta, que debería de haber matado como le habían indicado en la misión y sin embargo las cosas se habían torcido de una manera que ni él mismo había podido imaginar o prever. Lo contemplé mientras lo veía beber de la botella en lo que hacía una mueca conforme iba hablando y me explicaba qué había pasado, ladeé la sonrisa de forma ladina cuando me dijo que la bruja era virgen. Sí, en eso ambos coincidíamos en el mismo punto porque a ambos nos gustaban dar con vírgenes para quitarles su pureza y disfrutar de la sensación que eso provocaba, su sexo cerrado mientras lo desvirgábamos, la sensación de presión en nuestro miembro conforme nos íbamos adentrando en sus confines, su cuerpo tenso hasta que cedía igual que lo hacía su sexo con nuestro miembro... sí, no había nada más placentero que tener a una virgen bajo tú cuerpo y podía entender esa sensación que él mismo tuvo cuando estaba en su cama, sin embargo eso no explicaba el resto de las cosas y tampoco me decía cómo es que habían acabado de esa manera, porque empezaba a entender cada vez más que su unión tenía que ver en algo parecida a la que teníamos él y yo... y si era cierto eso solo podía generarnos problemas. No dije mucho más al respecto dejando que él fuera hablando y me contara lo que había sucedido, fruncí ligeramente el ceño cuando me dijo que le pidió que le prometiera que sus caminos seguirían encontrándose, algo bastante extraño teniendo en cuenta que nosotros nunca solíamos repetir el mantener relaciones sexuales con la misma mujer dos veces... que dijera aquello era algo totalmente fuera de lo común entre nosotros y por ello enarqué una ceja. ¿Desde cuándo mi gemelo pedía que prometieran tal cosa? Algo completamente inusual que no tenía demasiado sentido o al menos carecía de tenerlo para mí, sin embargo lo miré cuando dijo que fue cuando ella lo prometió que alcanzaron el orgasmo que sintió la marca que quemaba, gruñí porque sin necesidad de que me dijera mucho más supe que por la “marca” se refería al hecho de las mismas que ambos teníamos en nuestros cuerpos. Se bajó la camisa que llevaba dejando al descubierto la marca que tenía en su omoplato, la misma que yo también tenía grabada en tinta pero que sin embargo la suya tenía textura igual que nuestras marcas mágicas. ¿Cómo era posible que hubiera ocurrido aquello? Las que nosotros teníamos habían costado de que aparecieran y habían requerido de varias personas así también como de diferentes y distintos materiales, ¿cómo es que ahora ellos tenían esas marcas en sus omoplatos igual? Porque sí, si uno tenía dicha marca el otro también la tenía de igual manera, aunque era extraño que los colores siempre fueran plata y dorado, y ahora en mi gemelo brillaran ambos colores para diferentes personas. Entendía por qué le había dado el colgante y, tras saberlo, era la mejor opción porque de alguna forma inexplicable estábamos los tres conectados y lo que le pasara a uno... afectaba al resto.
-No me hace demasiada gracias que te hayas enlazado a una bruja hereje, hermano, y menos que esta tenga también una marca como la nuestra conectándonos a todos los efectos que pueda tener –apreté la mandíbula, ¡una hereje encadenada a mi hermano! El destino se tenía que estar riendo de nosotros no contentos con todo lo que habíamos pasado que ahora nos hacía esta jugarreta como si no fuera suficiente todo lo que teníamos encima- Es demasiado extraño que vuestras magias se unieran, ahí tiene que haber algo más que nos estamos saltando Tohr, no es normal que por una promesa así quedéis enlazados ni marcados... tú magia ya te advirtió desde el momento en que la conociste y luchaste contra ella, quizás tenga algo que ver con su magia –hice una pequeña pausa viendo que él bebía de la botella- quizás deberíamos de estudiar su magia para ver qué es lo que ha pasado y así podamos sacar alguna conclusión del porqué –dije levantándome para tomar la botella antes de que él se la terminara y darle un trago. Escuché que se llamaba Lynae pero que no decía nada más y me hizo enarcar una ceja- ¿no sabes nada más que su nombre? Joder hermano, ¡tienes que estar más atento! Si le pasa algo a esa maldita mujer nosotros también vamos a sufrir las consecuencias, ¿en qué mierda estabas pensando para no saber más de ella o como localizarla? –Gruñí enfadado porque se suponía que muchas veces el que era más calmo y pensaba las cosas era él, no yo- tenemos que buscar una solución y pensar en algo para que no vayan a por ella, al menos la Inquisición. Algo nos inventaremos para que no manden a nadie más y crean que está muerta, no me gusta engañarlos pero en estos momentos estamos realmente jodidos y si saben que sigue viva mandarán sin duda a alguien a terminar tú trabajo. Lleve o no el colgante tenemos que buscarla y averiguar qué es lo que ha pasado y por qué ha sucedido esto, lo único que se me ocurre es que tiene que ser por la magia de ella... es lo único que puede tener sentido. Tú magia reaccionó a ella, quizás sea verdad que posee un gran poder en su interior y que por ello ha pasado todo esto –chasqueé la lengua porque si eso era cierto, y la buscaban, estábamos realmente jodidos- tú descansa, yo iré a traerte lo que necesites mientras recuperas energías y mejoras. Pero mañana mismo partimos en su búsqueda para hallar respuestas, no pienso quedarme de brazos cruzados sabiendo que hay una hechicera la cual es buscada por Inquisición y por alguien que quiere su poder si eso puede afectar a mi vida –le indiqué que volviera a la cama a descansar porque en esas condiciones no iba a poder hacer nada, que descansara y luego partiríamos en busca de la maldita zorra que había quedado enlazada a mi gemelo, y en cuanto solucionáramos ese pequeño e inconveniente problema: acabaría con su maldita vida.
-No me hace demasiada gracias que te hayas enlazado a una bruja hereje, hermano, y menos que esta tenga también una marca como la nuestra conectándonos a todos los efectos que pueda tener –apreté la mandíbula, ¡una hereje encadenada a mi hermano! El destino se tenía que estar riendo de nosotros no contentos con todo lo que habíamos pasado que ahora nos hacía esta jugarreta como si no fuera suficiente todo lo que teníamos encima- Es demasiado extraño que vuestras magias se unieran, ahí tiene que haber algo más que nos estamos saltando Tohr, no es normal que por una promesa así quedéis enlazados ni marcados... tú magia ya te advirtió desde el momento en que la conociste y luchaste contra ella, quizás tenga algo que ver con su magia –hice una pequeña pausa viendo que él bebía de la botella- quizás deberíamos de estudiar su magia para ver qué es lo que ha pasado y así podamos sacar alguna conclusión del porqué –dije levantándome para tomar la botella antes de que él se la terminara y darle un trago. Escuché que se llamaba Lynae pero que no decía nada más y me hizo enarcar una ceja- ¿no sabes nada más que su nombre? Joder hermano, ¡tienes que estar más atento! Si le pasa algo a esa maldita mujer nosotros también vamos a sufrir las consecuencias, ¿en qué mierda estabas pensando para no saber más de ella o como localizarla? –Gruñí enfadado porque se suponía que muchas veces el que era más calmo y pensaba las cosas era él, no yo- tenemos que buscar una solución y pensar en algo para que no vayan a por ella, al menos la Inquisición. Algo nos inventaremos para que no manden a nadie más y crean que está muerta, no me gusta engañarlos pero en estos momentos estamos realmente jodidos y si saben que sigue viva mandarán sin duda a alguien a terminar tú trabajo. Lleve o no el colgante tenemos que buscarla y averiguar qué es lo que ha pasado y por qué ha sucedido esto, lo único que se me ocurre es que tiene que ser por la magia de ella... es lo único que puede tener sentido. Tú magia reaccionó a ella, quizás sea verdad que posee un gran poder en su interior y que por ello ha pasado todo esto –chasqueé la lengua porque si eso era cierto, y la buscaban, estábamos realmente jodidos- tú descansa, yo iré a traerte lo que necesites mientras recuperas energías y mejoras. Pero mañana mismo partimos en su búsqueda para hallar respuestas, no pienso quedarme de brazos cruzados sabiendo que hay una hechicera la cual es buscada por Inquisición y por alguien que quiere su poder si eso puede afectar a mi vida –le indiqué que volviera a la cama a descansar porque en esas condiciones no iba a poder hacer nada, que descansara y luego partiríamos en busca de la maldita zorra que había quedado enlazada a mi gemelo, y en cuanto solucionáramos ese pequeño e inconveniente problema: acabaría con su maldita vida.
Sephirot Fairchest- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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Re: FB - Just one mistake is all it will take [Sephirot Fairchest]
Juguetea con la camisa sin saber cómo proceder, cómo pensar, cómo hacer para que todo ésto tenga sentido para él, para su hermano. Se da cuenta que ni él tiene respuestas. Cuando la mayor parte del tiempo el que investiga es Tohrment, ha sucedido que el propio Sephirot le sorprende enunciando algunos datos que denotan que también se cultiva, no al mismo nivel que el espía, más hace lo propio. Se queda mirando la tela antes de echarla a un lado para beber de la botella, necesita en estos momentos sentir ese embotamiento de los sentidos para relajar los músculos que cada vez siguen tensos, provocando un malestar generalizado a todo su cuerpo. El sabor de la bebida es extraordinario denotando cuán bueno es, cuáles son las opciones que tienen ellos gracias al dinero y por lo tanto, cuál es su estatus social dentro y fuera de la Inquisición. Tener una mancha en su historial sería una vergüenza.
Sephirot le quita la botella - puede ser así, que mi magia haya reaccionado con la suya y por ello se reflejase en mi contra. Prefiero consultar el viejo libro de madre para revisar las opciones y consecuencias del ritual que hicimos hace tantos años. Quizá ahí obtenga respuestas - se cruza de brazos tomando asiento en la cama, sintiendo cómo le va bajando la presión poco a poco. Si bien la medicina fue buena, toda la adrenalina que sentía, el bombeo de su corazón al máximo nervioso por cada perspectiva, le obligaba a exigir demasiado de su cuerpo. Bosteza una primera vez grande y profundo, haciendo notar, al no taparse la boca, hasta la campanilla al final de su cavidad bucal. - ¿Tengo que estar más atento a qué, Sephirot? En muchas ocasiones no investigamos más allá de nuestras víctimas, sólo llegamos a matarlas y listo. Somos demasiado efectivos, jamás se nos ocurriría que tuviéramos un revés como el que te platiqué. Así que dime, ¿Qué más tengo que investigar que no sean sus habilidades, lo que puede hacer y de paso, su ubicación para atacarlo? - entiende que Sephirot esté preocupado, más cuando las misiones parecen "fáciles", así es su modus operandi.
Echa la cabeza atrás sintiendo una punzada en el costado, decide ir caminando hacia la cama para recostar su cuerpo de nuevo, comerse la mente pensando es estúpido. Se relame los labios en tanto su hermano sigue planeando - investigaré primero en los libros. Falso es que no tenga su ubicación, si no ¿Cómo la encontré? Si es su magia, veremos la manera de romper este vínculo y pensé que la Inquisición no tendría por qué sospechar de que no murió, tengo suficiente sangre en las mantas para que puedan pensar que la maté, así que las llevaré a con los jefes - la propuesta de su hermano va más o menos por el mismo sentido, así que se queda recostado en la cama mirando a su gemelo con molestia en los ojos. La pócima dejó de hacer su efecto sedante, el dolor se empieza a incrementar. - Ve a nuestra oficina en la Inquisición, tráeme el libro con la portada de los ángeles. Sabes cuál, necesitamos investigar, mientras más pronto, mejor - se reacomoda contra los almohadones. En cuanto Sephirot se va alejando, cierra los ojos para descansar. Ha sido una larga jornada y su hermano tiene razón en algo, tendrán que investigar, que asegurarse de que lo que están haciendo, es decir, la parte más importante que tiene que ver con saber por qué están unidos, sea desvelada hasta lograr una comprensión mayor. Mientras tanto, estar especulando tiene sus consecuencias que son, en realidad, una probable pérdida de tiempo.
Los gemelos Fairchest tienen mucho por hacer, más esta es otra misión para ellos. Una que si bien, trata de conocimiento, sólo es necesario un mal paso para morir.
Sephirot le quita la botella - puede ser así, que mi magia haya reaccionado con la suya y por ello se reflejase en mi contra. Prefiero consultar el viejo libro de madre para revisar las opciones y consecuencias del ritual que hicimos hace tantos años. Quizá ahí obtenga respuestas - se cruza de brazos tomando asiento en la cama, sintiendo cómo le va bajando la presión poco a poco. Si bien la medicina fue buena, toda la adrenalina que sentía, el bombeo de su corazón al máximo nervioso por cada perspectiva, le obligaba a exigir demasiado de su cuerpo. Bosteza una primera vez grande y profundo, haciendo notar, al no taparse la boca, hasta la campanilla al final de su cavidad bucal. - ¿Tengo que estar más atento a qué, Sephirot? En muchas ocasiones no investigamos más allá de nuestras víctimas, sólo llegamos a matarlas y listo. Somos demasiado efectivos, jamás se nos ocurriría que tuviéramos un revés como el que te platiqué. Así que dime, ¿Qué más tengo que investigar que no sean sus habilidades, lo que puede hacer y de paso, su ubicación para atacarlo? - entiende que Sephirot esté preocupado, más cuando las misiones parecen "fáciles", así es su modus operandi.
Echa la cabeza atrás sintiendo una punzada en el costado, decide ir caminando hacia la cama para recostar su cuerpo de nuevo, comerse la mente pensando es estúpido. Se relame los labios en tanto su hermano sigue planeando - investigaré primero en los libros. Falso es que no tenga su ubicación, si no ¿Cómo la encontré? Si es su magia, veremos la manera de romper este vínculo y pensé que la Inquisición no tendría por qué sospechar de que no murió, tengo suficiente sangre en las mantas para que puedan pensar que la maté, así que las llevaré a con los jefes - la propuesta de su hermano va más o menos por el mismo sentido, así que se queda recostado en la cama mirando a su gemelo con molestia en los ojos. La pócima dejó de hacer su efecto sedante, el dolor se empieza a incrementar. - Ve a nuestra oficina en la Inquisición, tráeme el libro con la portada de los ángeles. Sabes cuál, necesitamos investigar, mientras más pronto, mejor - se reacomoda contra los almohadones. En cuanto Sephirot se va alejando, cierra los ojos para descansar. Ha sido una larga jornada y su hermano tiene razón en algo, tendrán que investigar, que asegurarse de que lo que están haciendo, es decir, la parte más importante que tiene que ver con saber por qué están unidos, sea desvelada hasta lograr una comprensión mayor. Mientras tanto, estar especulando tiene sus consecuencias que son, en realidad, una probable pérdida de tiempo.
Los gemelos Fairchest tienen mucho por hacer, más esta es otra misión para ellos. Una que si bien, trata de conocimiento, sólo es necesario un mal paso para morir.
TEMA FINALIZADO
Tohrment Fairchest- Condenado/Hechicero/Clase Alta
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