Jhada Blackbird.

Personalidad

A Jhada se le podría describir a la perfección con una única palabra: Hedonista. Su obsesión es la búsqueda del placer y el bienestar en todos los ámbitos de la vida, la teatralidad y recorrer el inexorable camino hacia la perfección en forma de belleza, de arte.

Es el único Blackbird que no antepone la familia a cualquier otra cosa, pues es egoísta y vanidoso hasta el extremo. Sin embargo, sus dotes como actor le permiten pasar desapercibido en ese aspecto, incluso ante Maxwell, el cabeza de familia. Es fiel a su creadora, Morrigan, pero su reciente fanatismo hacia Magpie, la loba, le ha hecho perder el norte de un modo que aún él mismo desconoce.

La locura llegó a él cuando, debido a un accidente cuando aún no era vampiro, sufrió serias deformaciones en el cuerpo, lo que le llevó a esa actual obcecación por la hermosura.

Historia

Jhada fue, por decirlo de un modo amable, encontrado por Maxwell en plena calle. Era un niño al que le gustaba actuar para los transeúntes, un muchacho sin hogar que se entretenía logrando captar la atención de todos al pasar. Ya desde niño era muy vanidoso y adoraba admirarse en el reflejo de las ventanas, el río o incluso los sucios charcos. Pero tenía algo, un don para atraer a la gente, para formar un corro a su alrededor, para sonsacar sorpresa y aplausos de personas con vidas tristes que, al cruzarse con el joven en su camino, descubrían lo que era el color. Fue eso mismo lo que llamó al padre cuervo e hizo que se lo llevara a casa, ofreciéndole cobijo y una familia.

Fue entonces cuando el chico conoció a Morrigan Blackbird, la hermana de Maxwell. Se convirtió en su primera obsesión al creer haber encontrado en ella, la verdadera perfección. La facilidad que tenía el muchacho para adular fue lo que hizo que la lujuriosa cainita, prestara atención a un jovencito aún imberbe. Un dúo ideal a ojos de cualquiera, porque él se sentía complacido junto a tan hermosa dama y ella satisfecha con sus halagos y atenciones. Sin embargo, la vampiresa era recelosa a compartir su condición con nadie. Siempre era su hermano el que convertía a aquellos que consideraba dignos, pero con el joven Jhada no parecía dispuesto a dar ese paso, y tampoco tenía intención de hacerlo la morena.

Pasaron los años y aquel niño creció hasta convertirse en un hombre, y aún entonces, siguió corriendo el tiempo para él, mientras para los cabecillas parecía estancado. Empezó entonces la desconfianza, el miedo y la tortura para la mente del mortal que se veía crecer y envejecer, que se imaginaba volviéndose anciano, arrugándose su piel, saliéndole canas. Le tenía pánico a eso, a perder su rostro atractivo, su perfecta barba que siempre cuidaba con sumo esmero. Le pidió, no, le suplicó a Morrigan que le convirtiera mientras aún fuera hermoso y ésta se negó, lo que hizo que, ofuscado y enojado con el mundo, abandonara la mansión. Aquella misma noche, sufrió un accidente que le llenó de cicatrices, desfigurando su cara, su torso, su brazo derecho. Alguien había soplado su idílico castillo de naipes.

Perdió la cabeza por completo, se volvió absolutamente loco. Los gritos desgarradores llegaron a oídos de los Blackbird y fueron a su encuentro, topándose con un Jhada a las puertas de la muerte. Sólo entonces, y por puro egoísmo, Morrigan decidió convertirlo en vampiro. Sin embargo, aunque le “salvó la vida”, aquel hombre ya no era el mismo, ni por dentro ni por fuera. Se vio obligado a usar máscara para ocultar su horrendo rostro y los primeros meses como neófito fueron los peores para todos. Incontrolable, sumido en pesadillas, convirtiendo en terror todo aquello que tocaba. Su sed nunca remitía y no podían dejarle suelto porque la única vez que lo permitieron, hubo una masacre. Pasó recluido casi tres años hasta que, finalmente, le dejaron cierta libertad de nuevo.

Con el paso del tiempo logró ganarse, una vez más, la confianza de los Blackbird, hasta ser un miembro más de la familia con plenos derechos.

Poderes

→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.

→ Atributos: Colmillos afilados, uñas afiladas (en algunos casos), piel y cuerpo resistentes (aunque suave al tacto y a la vista), e inmortalidad.

→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento, si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.

→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros vampiros e identificar a los licántropos gracias a su aura colorada y su característico olor.

→ Seducción: Esta habilidad hace que cualquier persona se sienta atraída ya sea físicamente o emocionalmente a la persona poseedora del poder. El vampiro seduce a los demás hasta lograr controlar las emociones de su adversario a su antojo. Funciona en cualquiera de los dos sexos. Este poder funciona únicamente como atracción.

→ Persuasión: Habilidad para controlar las acciones o el razonamiento de otra persona. Este poder logra que otras personas realicen acciones, sin que éstas puedan negarse o incluso darse cuenta, mediante palabras con entonación imperativa, es decir, ordenándolas.

→ Confusión: El vampiro puede hacer que su víctima se sienta completamente desorientada sin más que mirarle a los ojos y hablar con él. La víctima sólo será consciente de fragmentaos sueltos de sus propios recuerdos. Se sentirá confuso constantemente y vagará de un lado a otro, aturdido y sin saber que hacer exactamente. La confusión es temporal.