Anticuarios de mal gusto (Libre)

por **Kyra** Lun Ago 13, 2018 8:10 pm

Nadie sabia que podía hacer aquella tarde. Todo estaba previsto para que ella no tuviera problema alguno para sobrevivir. Desde que le robaron en la tienda, tuvo que cerrar momentaneamente para poder ganar de otra manera el dinero y no, no era de ese "otro" modo. Tenía un contacto que le ayudaría en sus cosas y en como poder recobrar el dinero perdido de su tienda. Es evidente que buscaría un rincon menos evidente que el de la caja registadora, tenía que estar pendiente de no ser tan evidente con el sitio en el que tendria que guardar el dinero, por lo que fue de escaparate en escaparate viendo maneras o para poder coger ideas de a hacer algo al respecto.

Mientras paseaba, miraba los conjuntos de las mujeres que pasaban por su lado. Sintiendose un poco anticuada ahora no podia permitirse comprarse un vestido que le fuera al dedillo, sería malgastar el dinero. Por lo que prefirió esperarse a estar estable. Conforme caminaba por las calles de París, Kyra recordaba el pasado de vez en cuando, rezaba para no volver a su manada aunque si eras expulsada ¿Como iba a ser posible volver? Todo porque de ella tenían envidia o algo por el estilo. No hizo ni un ademán hacia el pasado, ella seguiría mirando hacia delante, hacia el presente y hacia el futuro. En un cuarto de hora, las calles que estaban medianamente completas, ahora estaban a rebosar. Eran las once de la mañana, aún al menos era muy temprano estar fuera de la cama. La gente, al menos la más holgazana se levantaba a esa hora o el más enfermo se levantaba hasta tres dias de su mejora.

El caso es que Kyra no quería distraerse más.

Se paró por lo que parecía un anticuario con bastante espacio en el interior de la tienda. Entró y conforme ya fue mirando cada artículo se quedó curiosa sobre un objeto en particular, un libro, que al abrirlo este era hueco. Se le ocurrió que el escondite podría ser perfecto para poder esconder el dinero que le fuera prestado, pero claro, ahora mismo le era dificil comprar dicho objeto que le interesaba aunque este transmitia un aura demasiado oscura. Miró al dependiente con una sonrisa seca y salio corriendo del establecimiento hasta el lugar en donde se encontraría con su amigo, aquel, que la salvaría de su ruina y de su rutina de vida.