AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Últimos temas
· Malaika · ID
2 participantes
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· Malaika · ID
▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲
Malaika
▲EDAD▲
28 años aparentes, 56 años reales
▲ESPECIE▲
Cambiaformas
▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲
Clase Baja
▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲
Heterosexual
▲LUGAR DE ORIGEN▲
África
▲HABILIDADES/PODERES▲
► PODERES Y ATRIBUTOS INNATOS:
- Innatos:
- → Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.
→ Atributos: Longevidad. Atributos felinos
→ Transformación: Habilidad de cambiar de forma humana a animal y viceversa. Cuando el cambiante está en su forma transformada aumenta un 50% su potencia física.
→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento, si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.
→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros cambiantes o licántropos cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida y su característico olor.
► PODERES PROPIOS:
→ Ojo superior: Habilidad para tener visión aún con los ojos cerrados o en la oscuridad. El cambiante posee naturalmente una visión más aguda, pero no se compara con esta habilidad que se puede igualar a la visión de un halcón.
→ Mimetismo: La capacidad de confundirse con el entorno para protegerse o disimular su presencia.
→ Rastreo: Poder de rastrear la localización de un objeto o criatura. El personaje puede descubrir la situación de cualquier persona a la que conozca, donde quiera que esté el blanco en un radio de veinte kilómetros.
- Conversión:
- En su tribu, todos los integrantes son capaces de transformarse en leopardos (panteras negras) y en felinos menores (gatos), pero se considera casi como una ofensa transformarse en otra cosa que no sea una pantera.
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/2/2a/Black_Panther_-_India.jpg/1024px-Black_Panther_-_India.jpg
https://www.ecoticias.com/userfiles/2015/Nov_20/GATOS26_62_original.jpg
Las personalidades fuertes se construyen en la adversidad. En el caso de Malaika, esto no es un simple dicho, sino una realidad. Con más cicatrices en su alma de las que puede contar, la única forma de mantenerse en pie, con la cabeza alta, es usar esa fortaleza interior, de espíritu, que siempre la ha caracterizado. Es una mujer que nunca se rinde, a pesar de las dificultades que se presentan en su camino, a pesar de equivocarse, de fracasar, o de caer mil veces. Siempre volverá a ponerse en pie, por ella y por la persona más importante de su vida: su hija.
Siempre se muestra firme en sus decisiones, y dado que no recula en las mismas, utiliza muchísimo tiempo para meditarlas antes de ponerlas en marcha. Equivocarse no es una opción cuando no tienes nada, y cuando te ves en la necesidad de proteger a alguien que depende por completo de ti. Si llegado a un punto se da cuenta de que, en efecto, se ha equivocado, no rumia en el error y simplemente pasa a la siguiente etapa. De nada sirve arrepentirse de los errores, una persona sabia aprende de ellos para no volver a cometerlos, y eso es a lo que siempre ha aspirado. Es muy tozuda, y no muestra temor a la hora de defender sus opiniones, siempre desde el respeto, pero dejando ver nuevamente la dureza de su carácter. A pesar de saber cuál es su sitio, y que le debe respeto a su Amo, no es sumisa en ningún sentido de la palabra. Alzará la voz si cree que algo es injusto, sin importarle demasiado las consecuencias.
Serena cuando debe serlo, cuando la ocasión lo amerita, y puro nervio y emoción cuando se trata de defender aquello que considera suyo, preciado. Enseñará los dientes y peleará con palabras, pero también con acciones, si cree que representas un peligro. Es muy territorial, no consigo misma, pero sí con sus seres más cercanos. Y aunque está más que capacitada para liderar, siempre ha sido más estratega que otra cosa, prefiriendo tener un perfil bajo, trabajar entre las sombras. ¿Qué otra opción tiene? Lleva años huyendo de su pasado.
Siempre se muestra firme en sus decisiones, y dado que no recula en las mismas, utiliza muchísimo tiempo para meditarlas antes de ponerlas en marcha. Equivocarse no es una opción cuando no tienes nada, y cuando te ves en la necesidad de proteger a alguien que depende por completo de ti. Si llegado a un punto se da cuenta de que, en efecto, se ha equivocado, no rumia en el error y simplemente pasa a la siguiente etapa. De nada sirve arrepentirse de los errores, una persona sabia aprende de ellos para no volver a cometerlos, y eso es a lo que siempre ha aspirado. Es muy tozuda, y no muestra temor a la hora de defender sus opiniones, siempre desde el respeto, pero dejando ver nuevamente la dureza de su carácter. A pesar de saber cuál es su sitio, y que le debe respeto a su Amo, no es sumisa en ningún sentido de la palabra. Alzará la voz si cree que algo es injusto, sin importarle demasiado las consecuencias.
Serena cuando debe serlo, cuando la ocasión lo amerita, y puro nervio y emoción cuando se trata de defender aquello que considera suyo, preciado. Enseñará los dientes y peleará con palabras, pero también con acciones, si cree que representas un peligro. Es muy territorial, no consigo misma, pero sí con sus seres más cercanos. Y aunque está más que capacitada para liderar, siempre ha sido más estratega que otra cosa, prefiriendo tener un perfil bajo, trabajar entre las sombras. ¿Qué otra opción tiene? Lleva años huyendo de su pasado.
Nacida en una tribu compuesta por cambiaformas en el extremo sur de África, lo que en su día consideraba como lo más normal del mundo era la pura y absoluta necesidad de luchar para sobrevivir. A diferencia de los leopardos normales, que tienden a ser solitarios, o a estar únicamente cerca de sus parejas y progenie, la tribu de los "Swart", las panteras negras, estaba compuesta al inicio por una decena de familias (llegando a ser cuarenta con el tiempo) quienes, con la misión de obtener un territorio más seguro para asentarse y comenzar a crecer, se habían puesto de acuerdo y se habían unido a pesar de su naturaleza independiente. Por supuesto, lo más importante para los ancianos de la tribu, los que la constituyeron, era la pureza de su raza. Sin excepción, todos los miembros tenían la característica de que su pelaje, en lugar de ser moteado como el del resto de leopardos, era completamente negro. Cualquier niño nacido con otro tipo de pelaje, o que al crecer mostrara transformaciones distintas a la de la conocida "pantera negra" era bien repudiado, ocultado, abandonado, o en los casos más extremos, asesinado. Aunque esto solía ocurrir cuando las crías nacían defectuosas en otros aspectos también, como muestra de su "bondad", para ahorrarles el sufrimiento.
Su linaje, hablando de forma simple, era absolutamente impecable. Su familia fue una de las originales, y desde que se formara la unión y, por consiguiente, la tribu, entre los suyos nunca había habido un nacido que se saliera de la norma. Todos los niños y niñas, al llegar a la madurez suficiente, eran instruidos en cómo cambiar (siendo la edad exacta lo que variaba de uno a otro, ella cambió por primera vez a los doce años), y jamás hubo sorpresas. Panteras negras, primero en forma de crías, simples cachorros de cabellera suave y azabache, y luego grandes felinos que se movían con gracia y desprendían ferocidad, enseñados a defender su territorio no sólo de otros depredadores, sino también de otras tribus que se habían ido instalando cerca de ellos con el paso de los años, al darse cuenta de que la tierra que habían elegido era muy fértil, y por tanto, la posibilidad de cazar era mucho más simple que en otras partes. Era un autentico paraje en medio de la compleja climatología del continente. Por supuesto, el crecimiento de otras tribus suponían una amenaza más de la que debían protegerse. Pero estaban confiados. Ellos eran más, y como mantenían su pureza, eran más fuertes...
O eso es lo que explicaban los ancianos a los nuevos miembros, a los niños cuando tenían la edad suficiente. Y es algo que ella jamás aceptaría del todo, lo cual la llevaría a convertirse en la oveja blanca de entre los suyos. Malaika siempre pensó que no tenía sentido mantenerse cerrados a otras tribus, a otros cambiaformas, por una obsesión tan excesiva con el aspecto físico de sus transformaciones. Para ella, en la naturaleza, había un sinfín de posibilidades, y las mezclas no sólo no debían ser consideradas como malas, sino que a veces resultaban importantes. Por supuesto, su opinión fue totalmente acallada, y considerada casi una blasfemia, pero su posición, el hecho de que fuera una de las hijas mayores de la familia más importante, hizo que eso tampoco le causara demasiados problemas. Al menos, al principio.
Al llegar a la edad fértil, las hembras eran entregadas a otros machos para aparearse. Normalmente, el macho escogía una compañera, de la que debía hacerse cargo desde la unión, y con la que debía aparearse cada noche hasta que los primeros síntomas de embarazo aparecieran. Si esto tardaba más de seis meses, la hembra era considerada infértil (y repudiada por ello), y el macho podía escoger a la siguiente hembra. En otras ocasiones, incluso, a pesar de tener una pareja fértil, el macho podía solicitar una segunda, pero para ello debía construir una "casa" lo bastante grande, y resultar victorioso en una de las peleas con otras tribus. La hembra no tenía la posibilidad de elegir, ni tampoco de negarse al macho que la había escogido. Incluso cuando en muchos casos las uniones tenían lugar entre miembros de la misma familia. Para Malaika, el simple hecho de que se refiriera a ellas en términos animalísticos le volvía el estómago del revés, así que nadie se sorprendió cuando, al ser escogida por su hermano mayor, quien estaba obsesionado con ella, la mujer se negó en redondo y escapó.
Pasó dos meses desaparecida, dos meses en los que descubrió lo que era el verdadero amor, y también lo terrible que resultaba el mismo cuando tu propia gente lo considera como un pecado. Una Swart no podía unirse con un leopardo, a pesar de que los dos fueran tribus vecinas, a pesar de que los dos fueran cambiantes, a pesar de que se quisieran. Cuando se la llevaron a rastras de la cueva en la que el único amor de su vida había tratado sus heridas, y le había prometido un futuro, lo único que pidió a los cielos era otra oportunidad para verlo. Sabía que en cuanto regresara tendría que pasar por el ritual de apareamiento con su propio hermano. Sabía que quedaría encinta de sus hijos, y estaría condenada a una vida de injusticias, obligada a subyugarse a una pareja a la que jamás amaría.
Su primera vez fue mucho más tarde que el de las demás integrantes de la tribu, único privilegio que tuvo por ser la hija de uno de los jefes. Y por supuesto, su hermano consiguió profanar su interior con su semilla, probablemente en el primer intento. La sorpresa llegó en el nacimiento. La tez del niño era más clara que la de la mayoría de la tribu, pero esto en sí mismo no era señal de alarma. El problema llegaría unos años más tarde, cuando se le empezó a instruir a cambiar, a convertirse. Más rápida en sus aprendizajes que el resto de niños, apenas con ocho años, Enya se transformó. En un leopardo moteado. La rabia de su hermano no tardó en llegar, quien la acusó de haberse quedado encinta en sus dos meses de escapada, y haber hecho pasar el bebé como suyo. Siendo honestos, quiso estrangularlo, no solamente le había robado su dignidad, ahora renegaba del milagro. El pelaje moteado era mejor, en cuanto a adaptación se refería, y que sus progenitores lo tuvieran negro no implicaba que las crías también. Todos lo sabían. Pero era Malaika. Aquella que quería que se mezclaran con otras tribus, con otros cambiantes, que se ensuciara su linaje. La niña era una amenaza.
No esperó a que se dictara la sentencia para escapar con su hija. Y no miró atrás en ningún momento.
Su linaje, hablando de forma simple, era absolutamente impecable. Su familia fue una de las originales, y desde que se formara la unión y, por consiguiente, la tribu, entre los suyos nunca había habido un nacido que se saliera de la norma. Todos los niños y niñas, al llegar a la madurez suficiente, eran instruidos en cómo cambiar (siendo la edad exacta lo que variaba de uno a otro, ella cambió por primera vez a los doce años), y jamás hubo sorpresas. Panteras negras, primero en forma de crías, simples cachorros de cabellera suave y azabache, y luego grandes felinos que se movían con gracia y desprendían ferocidad, enseñados a defender su territorio no sólo de otros depredadores, sino también de otras tribus que se habían ido instalando cerca de ellos con el paso de los años, al darse cuenta de que la tierra que habían elegido era muy fértil, y por tanto, la posibilidad de cazar era mucho más simple que en otras partes. Era un autentico paraje en medio de la compleja climatología del continente. Por supuesto, el crecimiento de otras tribus suponían una amenaza más de la que debían protegerse. Pero estaban confiados. Ellos eran más, y como mantenían su pureza, eran más fuertes...
O eso es lo que explicaban los ancianos a los nuevos miembros, a los niños cuando tenían la edad suficiente. Y es algo que ella jamás aceptaría del todo, lo cual la llevaría a convertirse en la oveja blanca de entre los suyos. Malaika siempre pensó que no tenía sentido mantenerse cerrados a otras tribus, a otros cambiaformas, por una obsesión tan excesiva con el aspecto físico de sus transformaciones. Para ella, en la naturaleza, había un sinfín de posibilidades, y las mezclas no sólo no debían ser consideradas como malas, sino que a veces resultaban importantes. Por supuesto, su opinión fue totalmente acallada, y considerada casi una blasfemia, pero su posición, el hecho de que fuera una de las hijas mayores de la familia más importante, hizo que eso tampoco le causara demasiados problemas. Al menos, al principio.
Al llegar a la edad fértil, las hembras eran entregadas a otros machos para aparearse. Normalmente, el macho escogía una compañera, de la que debía hacerse cargo desde la unión, y con la que debía aparearse cada noche hasta que los primeros síntomas de embarazo aparecieran. Si esto tardaba más de seis meses, la hembra era considerada infértil (y repudiada por ello), y el macho podía escoger a la siguiente hembra. En otras ocasiones, incluso, a pesar de tener una pareja fértil, el macho podía solicitar una segunda, pero para ello debía construir una "casa" lo bastante grande, y resultar victorioso en una de las peleas con otras tribus. La hembra no tenía la posibilidad de elegir, ni tampoco de negarse al macho que la había escogido. Incluso cuando en muchos casos las uniones tenían lugar entre miembros de la misma familia. Para Malaika, el simple hecho de que se refiriera a ellas en términos animalísticos le volvía el estómago del revés, así que nadie se sorprendió cuando, al ser escogida por su hermano mayor, quien estaba obsesionado con ella, la mujer se negó en redondo y escapó.
Pasó dos meses desaparecida, dos meses en los que descubrió lo que era el verdadero amor, y también lo terrible que resultaba el mismo cuando tu propia gente lo considera como un pecado. Una Swart no podía unirse con un leopardo, a pesar de que los dos fueran tribus vecinas, a pesar de que los dos fueran cambiantes, a pesar de que se quisieran. Cuando se la llevaron a rastras de la cueva en la que el único amor de su vida había tratado sus heridas, y le había prometido un futuro, lo único que pidió a los cielos era otra oportunidad para verlo. Sabía que en cuanto regresara tendría que pasar por el ritual de apareamiento con su propio hermano. Sabía que quedaría encinta de sus hijos, y estaría condenada a una vida de injusticias, obligada a subyugarse a una pareja a la que jamás amaría.
Su primera vez fue mucho más tarde que el de las demás integrantes de la tribu, único privilegio que tuvo por ser la hija de uno de los jefes. Y por supuesto, su hermano consiguió profanar su interior con su semilla, probablemente en el primer intento. La sorpresa llegó en el nacimiento. La tez del niño era más clara que la de la mayoría de la tribu, pero esto en sí mismo no era señal de alarma. El problema llegaría unos años más tarde, cuando se le empezó a instruir a cambiar, a convertirse. Más rápida en sus aprendizajes que el resto de niños, apenas con ocho años, Enya se transformó. En un leopardo moteado. La rabia de su hermano no tardó en llegar, quien la acusó de haberse quedado encinta en sus dos meses de escapada, y haber hecho pasar el bebé como suyo. Siendo honestos, quiso estrangularlo, no solamente le había robado su dignidad, ahora renegaba del milagro. El pelaje moteado era mejor, en cuanto a adaptación se refería, y que sus progenitores lo tuvieran negro no implicaba que las crías también. Todos lo sabían. Pero era Malaika. Aquella que quería que se mezclaran con otras tribus, con otros cambiantes, que se ensuciara su linaje. La niña era una amenaza.
No esperó a que se dictara la sentencia para escapar con su hija. Y no miró atrás en ningún momento.
- En su largo viaje, hasta llegar a París, donde se ha establecido, se ha topado con numerosas dificultades. El idioma, el color de su piel... Casi todo estaba en su contra.
- Uno de los terratenientes con los que se topó en el norte de África, se prendó de ella, y le ofreció la posibilidad de llevársela (a ella y su hija) a Francia, donde trabajaría en el campo. Sin tener un lugar a dónde ir, acabó aceptando, a pesar de que es bastante consciente de sus intenciones.
- Aunque trata de acallar sus temores, sabe que su hermano (y esposo) la está buscando, y que no parará hasta encontrarla.
- Aún no se ha olvidado de su primer amor, de aquel leopardo que le prometió el mundo y del que tuvo que separarse antes incluso de que ella pudiera darle una respuesta.
- Su hija tiene doce años, y dado las características de su raza, aparenta unos seis.
- Uno de los terratenientes con los que se topó en el norte de África, se prendó de ella, y le ofreció la posibilidad de llevársela (a ella y su hija) a Francia, donde trabajaría en el campo. Sin tener un lugar a dónde ir, acabó aceptando, a pesar de que es bastante consciente de sus intenciones.
- Aunque trata de acallar sus temores, sabe que su hermano (y esposo) la está buscando, y que no parará hasta encontrarla.
- Aún no se ha olvidado de su primer amor, de aquel leopardo que le prometió el mundo y del que tuvo que separarse antes incluso de que ella pudiera darle una respuesta.
- Su hija tiene doce años, y dado las características de su raza, aparenta unos seis.
Malaika Ṣwart- Cambiante Clase Baja
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Fecha de inscripción : 18/07/2018
Re: · Malaika · ID
FICHA APROBADA
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¡ENHORABUENA! YA ERES PARTE DE VICTORIAN VAMPIRES Y TE DAMOS LA MÁS CORDIAL BIENVENIDA.
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¡QUE TE DIVIERTAS!
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Bárbara Destutt de Tracy- Humano Clase Alta
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Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour