Paisajes soñados

por **Epoch** Vie Sep 07, 2018 5:48 am

Veo como el Tiempo pinta el mundo y encuentro al cuadro, no solo falso sino vano y superficial.

Vivir del sueño y para el sueño, deshaciendo el universo y recomponiéndolo, como si fuera una distracción, confiere más apego al momento consagrado a soñar- Hacer esto consciente, muy conscientemente, de la inutilidad y la herejía que significa hacerlo. Ignorar la vida con todo el cuerpo, perder la realidad con todos los sentidos, abdicar del amor con toda el alma. LLenar de arena vana los cántaros de nuestra ida a la fuente y vaciarlos para volver a llenarlos y vaciarlos de nuevo con total futilidad.

Tejer guirnaldas para destejerlas, luego de acabadas, por completo y minuciosamente.

Formar tintas y mezclarlas en la paleta sin tela en la que pintar. Mandar traer piedra para esculpir sin tener buril y sin formación alguna como escultor. Hacer de todo un absurdo y refinar, para que sean fútiles, todas nuestras estériles horas. Jugar a las escondidas con nuestra consciencia de existir y oír las horas que nos dicen que existimos con una sonrisa de encantamiento e incredulidad.

Y así pensar en frases que se contradigan, hablando alto con sonidos que no son sonidos y colores que no son colores. Decir (* y comprender, algo que por lo demás, es imposible) que tenemos consciencia de no tener consciencia y que somos lo que somos.

Explicar todo esto por un sentido oculto y paradójico de las cosas tengan su aspecto divino y no creer demasiado en la explicación para que no tengamos que abandonarla. Esculpir en silencio nulo nuestros sueños de diálogo Hacer encallar en sopor todos nuestros pensamientos de acción y sobre todo esto, como un cielo azul, el horror de vivir sobrevuela como un delirio.

por **Epoch** Sáb Sep 08, 2018 4:56 pm

Es una bodega anónima, un sitio oscuro en la campiña al que nadie acude. Un lugar en las orillas del Gran Tumulto que ofrece el refugio de su silencio para que el bullicio de mis pensamientos inquietos pueda expandirse con soltura, abrazado a la oscuridad.
Apenas unos rayos de luz se filtran en la lejanía, los cuales iluminan difusamente la penumbra reinante, dibujando las siluetas de las barricas que huelen a humedad.
Estas sensaciones son la verdad, la única verdad. Lo demás en el mundo es paisaje, marcos que encuadran las sensaciones. Encuadernaciones de lo que pienso.

Y lo es tanto el paisaje colorido de las cosas y de los seres - los campos, las casas, los carteles, las vestimentas - como el paisaje incoloro de las almas monótonas, subiendo por un momento a la superficie en palabras viejas y gastados gestos.

Por eso vengo aquí, a la paz que duerme en el vino por que en la intimidad de mi alma, lo que yo de veras quiero es que cesen las nubes átonas que enjabonan de gris el cielo; lo que yo quiero es ver la claridad difusa que comienza a subir entre las sombras, verdad cierta y clara por que nada es ni nada quiere.

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