Randulf el tirano

   
PSICOLOGÍA:

Randulf Dag se puede definir como un psicópata cruel y malnacido que le hace la vida imposible a todo aquel que osa contradecirlo. En un tirano, un líder que gobierna por su mano dura, porque infunde el miedo y el dolor en todos aquellos que no se unen a su causa.

Es un psicóta salvaje sin sentimientos, difruta con el dolor ajeno, con la crueldad y el maltrato. Su ambición de poder no tiene límites, su mente trastornada lo hace verse encumbrado a la gloria y la eternidad a base de oprimir, doblegar y tiranizar a su pueblo y a los rebeldes que le plantan cara. Se cree el único capaz de gobernar el norte como debe ser, cree en los dioses, pero sólo cuando éstos sirven a sus propósitos y no duda en aliarse con hechiceros, vampiros, licántropos y todo aquel que puede ayudarle a erigir su reinado de terror.

No hay atisbo de humanidad en este monstruo que no ha cejado en su empeño de destruir a todos los rebeldes que tienen su base en Akershus. Es extremadamente inteligente y taimado, maneja la política de forma sibilina y cuando la diplomacia manipulada falla, entonces obliga mediante el puño de hierro a que se haga su voluntad. La palabra "remordimiento" es algo que no existe en su persona y es incapaz de  sentir algo por alguien, excepto orgullo por su monstruoso hijo Hati. Odia con toda su alma a su sobrino Höor y es contra él contra quien más odio escupe.

HISTORIA:

Randulf y Thyra, la madre de Höor, eran hermanos y crecieron juntos bajo el mandato del viejo rey. Ella era oráculo, poseía el don de la visión y Randulf era un muchachito mediocre y malcriado que hasta el servicio temía porque le gustaba torturar a gatos y perros. Pronto empezaron a darse cuenta que el chico no era normal, que presentaba una ausencia de sentimientos y empatía tan grande que asustaba. Se encaprichó de su hermana, aunque entendía que no podía tocarla porque perdería el don de la premonición tan valorado por los norteños, pero Thyra se enamoró de un hombre que se la llevó lejos de su familia y con él tuvo un hijo.

Randulf enloqueció de rabia, porque siendo el varón, la heredera era ella por ser mayor y ahora que tenía un hijo pasaría el trono a su bastardo malnacido que la había hecho perder el Don. Thyra educó a su hijo en la corte y en las armas, pero cuando Randulf consiguió capturarlos, los obligó a vivir en el castillo bajo estrecha vigilancia; jamás le perdonaría a Thyra su traición, la mancha que suponía ese niño llamado Höor. El pequeño lo castigó de todas las formas malvadas que se le ocurrieron, desde palizas hasta latigazos, lo mandó a morir a primera fila en cualquier guerra que estuviera sucediendo, pero el chaval parecía estar protegido por los dioses porque maltrecho y herido siempre regresaba a plantarle cara a su tío el tirano.

Cuando se presentó la ocasión, los leales al viejo rey encabezados por Ulf el cambiante, sacaron a Höor y a su madre del castillo de los horrores y comenzó la rebelión que dura hasta hoy en día.

Randulf tuvo varios hijos, la mayoría fruto de violaciones y relaciones que acabaron en muerte pues el rey loco sólo conoce el dolor y la destrucción, pero todos ellos, su favorito es Hati, el licántropo. Es su orgullo y su sucesor. A día de hoy se dedica a hacer pactos con cualquiera que pueda garantizarle más poder, más riqueza, más ejércitos y más dolor para los rebeldes.