[ID] Dyenutza Vennehaläel.

   
Habilidades:
I. Hechicería: Habilidad para hacer que cosas sucedan, ya sean a favor o en contra de alguna persona, por medio de conjuros, hierbas y pociones. Esto incluye altos conocimientos de herbolaria que les permiten hacer también curaciones.
II. Percepción del aura:
Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder les permite reconocer a licántropos y cambiantes cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida.

Poderes:
I. Reminiscencia: Poder para bucear en los recuerdos humanos de los mortales e inmortales.
II. Limpieza: Permite borrar toda huella mágica, todo efecto de magia o todo lo que sea relacionado con ella, de los objetos y en ocasiones de la mente ajena y pasar desapercibido.
III.  Creación de Ilusiones: Habilidad que le permite crear ilusiones a su alrededor; imitará texturas, sonidos, olores, etc., desconcertando así a su oponente y brindándole una excelente arma defensiva. El poseedor de este don será capaz de entrar a la mente de su adversario con sus ilusiones.

Descripción Física:
Físicamente Dyenutza siempre se ha destacado por ser una muchacha bastante bonita, de una altura bastante mediana siendo de 1,60, lo que más les gustaba a la gente era el color de cabello que ella tenía, tan color cobre y muy sedoso.  Tiene unos dedos bastante delgaditos y largos con unas uñas bastante bien cuidadas, posee unas mejillas bastante rosaditas también teniendo un color de piel muy blanquito casi de porcelana.  La sonrisa también es una de las características más fuertes, se le solía nombrar “la niña de la sonrisa encantadora”. Sus ojos y la mirada que tiene es la característica más puntual que tiene,  siempre fue una mirada dulce pero a la vez fuerte, sus ojos de un color miel siendo medio verdoso le daba siempre un toque profundo.


Descripción Psicológica:
Dyenutza se caracteriza por ser una muchacha con mucha calma, muy paciente y buena persona. La educación que se le dio siempre hizo que su personalidad fuera muy extrovertida a pesar de que fuera muy callada, nunca se guardó lo que pensaba ni las cosas que le parecieran malas. Siempre le ha sido fiel a sus principios e ideales, tiene la buena costumbre de informarse antes de opinar cualquier cosa ya que piensa que la ignorancia es la peor cualidad que una persona puede tener. La discreción nunca fue de su parte, nunca pudo adoptar esa cualidad de una forma muy correcta, uno de sus fuertes es la perseverancia y la resiliencia. A pesar de ser una muchacha calmada, cuando entra en confianza es muy cariñosa y muy atenta, ya sea con sus amigos o con su pareja.  La mayoría de las veces casi siempre se deja ver lo que se sabe pero cada persona tiene la invitación de conocerla más a fondo.

Historia:



Dyetnuza nació del seno de la familia Vennehaläel  en Opia, siendo la hija del medio de tres hijos, siempre se caracterizó por ser una muchacha bastante extrovertida y muy sociable, aunque escondía el gran secreto de la soledad que ella sentía al ser tan apartada de su familia ya que nunca fue muy apegada a eso, lo que conllevó que creciera con una carencia bastante fuerte. Muchas veces solía salir con su tía que tenía una personalidad casi muy similar haciendo que ambas tuvieran una conexión bastante especial.  Su familia era bastante adinerada pero ella demostró un lado diferente, era más sencilla y no le gustaba hacer alusión lo que su situación económica fuese.

Cuando recién comenzó su etapa estudiantil, Dye era bastante tímida y desarrolló una actitud más introvertida e insegura de sí misma, casi nunca socializaba con sus compañeros ya que se sentía diferente, en realidad, lo era pero nunca fue capaz de aceptarlo del todo. A pesar de todas las adversidades que atravesó durante toda su época escolar, tuvo la constancia de sobresalir con sus calificaciones y eso para ella era un gran logro que le ayudaría más adelante con su vida o salir beneficiada en algunas cosas.

A la edad de 13 años, Dyenutza estando aburrida una noche cualquiera, pensó en hacer algo divertido en una aburrida tarde de viernes por lo que decidió en salir tranquilamente por la ciudad encontrando algo bueno que hacer, se dirigió a la plaza central de la ciudad encontrándose con un show de teatro que habían en esos tiempos. Observó fijamente a una de las personas y por un momento en su mente visualizó recuerdos de aquella persona cuando era más pequeña, negó con la cabeza echándose para atrás estando confundida totalmente con lo que recién había visto. Los años fueron pasando y se dio cuenta que ella tenía algo como un poder o una condición bastante diferente a los demás, luego de un tiempo analizando y pensando, había llegado a la conclusión de que podría ser bruja o podría estar ligada con la magia, en ese momento todo en su vida había cambiado de forma drástica.

A sus cortos 19 años, tomó la gran decisión que debía contárselo a sus padres aunque en ese momento las cosas iban de mal en peor, casi ya no hablaban y seguían concentrados en hacer felices a sus otros dos hijos, cuando se plantó frente a ellos, solamente pudo tomar algo de aire y comenzar a contar…

“— Uhm, llevo un par de años sintiendo cosas medias extrañas. Puedo ver los recuerdos de los demás, puedo hacer tantas cosas que estoy segura que nadie puede. — Musitó con una pequeña risita de nervios, expectante a lo que sus padres podrían responder.
—Jamás fuimos los mejores padres, Dyenu, lo sabemos bien. Debimos haberte dicho antes las cosas que estaban sucediendo. — Su padre se volvió a enderezar en su asiento, miró a su esposa, tragó su saliva y prosiguió hablando. — Tanto tu madre como yo escondemos un secreto que jamás fuimos capaces de decírselos, teníamos miedo de que les hicieran algo. — Se levantó frente a ella y se colocó en cuclillas para tomarle de las manos y así darle un beso. — Tanto como ella, tus hermanos, yo y tú, somos hechiceros pero creo que tú te llevaste la peor o la mejor parte de esto.”

La vida de Dyenutza había cambiado todo luego de aquella confesión, tuvo que aprender a controlarse, a ser mucho más filtrante con las cosas que decía y obviamente con las cosas que hacía. Una vez estando en el centro de la ciudad, una anciana le descubrió haciendo un hechizo lo que convirtió que lo divulgara por toda la ciudad y así saliera al descubierto tanto ella como su familia.

Comenzó el tiempo en donde la perseguían queriendo asesinarla por ser una hereje, por estar “ligada” al diablo, sin embargo, sabía cómo salvarse. Una noche pasando tiempo con algunos amigos que estaban al mismo nivel que ella, llegó un grupo de gente totalmente dispuesta a llevarla a su muerte, pudo escapar gracias a un hombre. Al llegar a su casa, tomó todas sus cosas y se dispuso a irse sin despedirse de nadie sin antes haber tomado un poco de dinero para poder vivir de alguna manera, ya no deseaba seguir haciendo daño a sus seres queridos.

Estuvo un par de días caminando por la carretera casi llegando a la frontera de Grecia, antes de llegar conoció una pequeña familia francesa, sin entender mucho el idioma, se subió con ellos sin ninguna expectativa de lo que sería su nueva vida. Llegó un poco esperanzada luego del largo viaje a la nueva ciudad, sin familia y nadie que conociese, solamente estaría con ella sus poderes, una cadenita que jamás se la sacaba y ella misma, dispuesta a conquistar Francia o correr de su pasado tan dañino. Pasó varios momentos con la familia que le había “adoptado”, los sentía como su segunda familia hasta que todo se derrumbó cuando el papá que tenía se enfermó y terminó por morir un par de meses después.

Con el paso de algunos años, Dyenutza comenzó a trabajar de diferentes formas, tanto de sirvienta y como de vendedora, esos eran los trabajos más recurrentes. De esa forma comenzó a juntar el dinero suficiente para poder impulsarse en el mundo de las ventas, creando un pequeño negocio en su vivienda de algunas especias un poco exóticas que incluso pueden ser afrodisíacas. El negocio comenzó a hacerse bastante popular lo que comenzó que sus ingresos aumentaran de una manera bastante sorprenderte, al punto de ya comprarse un hogar que fuera totalmente para ella y poder sus riquezas.

Luego de casi cinco años en Francia, a veces las pesadillas suelen venir hacia a ella haciéndole recuerdo lo que es y de todo el daño que pasó. Sin embargo, se mantiene al pie de la letra y trata de esconder lo que más puede su más grande secreto.