Octavius Rinaldi

» Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.

» Atributos: Colmillos afilados, uñas afiladas (en algunos casos), piel y cuerpo resistentes (aunque suave al tacto y a la vista), e inmortalidad.

» Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento, si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.

» Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros vampiros e identificar a los licántropos gracias a su aura colorada y su característico olor.

» Bloqueo mental: Es la habilidad para bloquear su mente y nadie (ni siquiera los vampiros que leen mentes) pueden saber lo que piensa.

» Persuasión: Habilidad para controlar las acciones o el razonamiento de otra persona. Este poder logra que otras personas realicen acciones, sin que éstas puedan negarse o incluso darse cuenta, mediante palabras con entonación imperativa, es decir, ordenándolas.

» Manipulación de la memoria: Concede la amnepatia y la recuperación mental, además ver los recuerdos de la gente y si se quiere proyectarlos en imágenes visibles para todos. También se puede aturdir a la gente mediante confusiones mentales dejándolos como "Enfermos mentales", pero solo temporalmente. Es muy difícil usar esta capacidad sin contacto ya que se requiere de mucha experiencia.

Toda su vida humana se vio rodeado de sangre, desde el momento mismo en que naciera. Siendo él y su hermana gemelos, y él el último en venir al mundo, su padre puso en sus hombros el peso de la muerte de su madre. Lo odiaba por ello. Verlo, le recordaba la pérdida de la única mujer que alguna vez había amado.

Ese odio le provocó a Octavius incontables castigos que no pararían hasta verlo sangrar. Su madre se había desangrado durante el parto, y su padre no descansaría hasta verlo morir desangrado igualmente.

Convertirse en vampiro, un ser que se alimenta de sangre, a los 33 años (edad que tenía su madre al morir), no fue sino la gota que rebasó el vaso. Lo que no sería sorpresa después de aquel evento, sería pasar las primeras décadas de su inmortalidad prisionero de una asociación, apenas en proceso de creación, cuyo principal propósito en aquel momento era exterminar seres sobrenaturales.

La muerte habría sido un regalo divino para él en ese entonces, pero aquella asociación descubrió fácilmente su linaje, decidiendo mantenerlo prisionero en caso de necesitarlo eventualmente. Lo mantuvieron durante años al borde de la muerte, alimentándolo apenas lo suficiente para que su organismo continuase funcionando, pero nunca lo bastante para que ganase la fuerza necesaria y destruyese y escapase de su prisión.

En todo aquel tiempo, no tuvo fe de salir con vida de ese lugar, ni por un instante. ¿Quién podría buscarlo? A su padre no le interesaba y ninguno de sus hermanos movería jamás un dedo por él, pues sabían que, de hacerlo, ganarían igual desprecio de su progenitor. Intentó advertirle de aquello a sus carceleros. Todo fue en vano.

Cuando ya había perdido la cuenta de los años y décadas transcurridas encerrado en aquel pestilente calabozo, una voz demasiado conocida se hizo escuchar en su cabeza, le decía que iba a por él. Demasiado débil para bloquear aquella voz, simplemente decidió ignorarla. No había nada que nadie pudiera hacer para sacarlo de allí. En eso estuvo equivocado.

Fue su gemela quien, al final, siempre lo estuvo buscando y no descansó hasta encontrarlo.

Enorme fue su sorpresa al descubrir que, como él, ella había sido convertida en vampiro, durante el mismo año incluso. “Estamos destinados a estar juntos, hermanito”. Habían sido sus palabras al momento de rescatarlo.

Desde aquel momento hasta la actualidad, Otto y su hermana se han encontrado y separado incontables veces. Siendo su relación bastante complicada, han preferido ir cada quien por su camino y aceptar cuando éstos se cruzan nuevamente por azares del destino.

Por su parte, este vampiro ha pasado su existencia viajando de un lugar a otro. Estableciéndose durante un par de décadas antes de moverse nuevamente en busca de nuevos rumbos, que, en esta ocasión, lo llevaron por primera vez en siglos, al territorio ahora conocido como París.

Bajo su propio criterio, no es bueno ni malo. Hace lo que debe hacer para sobrevivir y lo que piensa que es correcto. Tiene un alto sentido del honor y dignidad. Jamás ha tomado algo que no ganase, mereciese o pagase.

No protege ni odia a la humanidad, simplemente le parecen seres inferiores en muchos sentidos, especialmente llenos de prejuicios, miedos y ambición, capaces de pasar por encima de cualquiera, incluso de su propia raza, para obtener cosas materiales tan banales como el dinero u otras intangibles como un título.

En cuanto a otras razas, incluyendo la propia, no se le puede considerar alguien social. Prefiere la soledad o, en su defecto, la compañía de animales, siendo considerados por él los únicos seres realmente honestos. "Si no les gustas, simplemente gruñirán o morderán la mano." Eso no quita que tenga alguno que otro aliado por mutuo interés.

Se le puede considerar un poco amargado, pues la mayor parte del tiempo tiene cara de enojo, cosa que no representa realmente su humor. Es un "hombre" de pocas palabras, odia que le pregunten cosas personales, especialmente de su vida como humano, preguntas que siempre ignorará o responderá de forma vaga.

Vive en un profundo e irremediable hastío. Ha pasado ya más de un milenio desde que algo le causara curiosidad o interés alguno.

» Irónicamente, se gana la vida trabajando para humanos pertenecientes a la realeza o clase alta, sirviendo como guardaespaldas. No es que necesite dinero para comprar comida, pero al menos lo mantiene ocupado.
» Su relación con su hermana es bastante peculiar. Aunque tienden a discutir con frecuencia y por cualquier motivo, se entienden a la perfección en la intimidad.
» Su existencia no tiene un propósito, deja que el tiempo transcurra y la vida lo lleve a donde mejor le parezca. Ha dejado de tomar su destino en sus propias manos. Sabe que debe cambiar esto, pero… Tiene toda la eternidad para ello, ¿No?