Sí, acepto. - [Heloise Chénier]

Incluso el clima mostraba una buena cara. Época de crudo inverno, pero justamente hoy, el clima parecía mejorar. El viento azotaba con fuerza las elegantes ropas de los invitados, los elaborados peinados de las damas amenazaban con encontrar la muerte en cualquier instante, la mujer envuelta en pureza permanecía a la entrada de la iglesia, lista para enfrentarse a su nuevo destino, uno sin duda algo incierto al lado de su futuro esposo. Heloise, una de las más bellas criaturas en el planeta, era obvio. El vestido blanco de novia que llevaba encima, sabia resaltar lo bella que era y su rostro denotaba una nota de sentimientos encontrados. Pero no era la única, Nigel permanecía de pie dentro de la iglesia, de pie, con una postura impecable, con un semblante tranquilo y seguro, pero su interior era muy diferente.

¿Y si mandaba todo al demonio? No, imposible, no había razón para hacerlo…
Todo estaba hecho, el anillo estaba entregado, el compromiso esta hecho. Tratándose de Nigel, todo era posible, de haber querido cancelarlo todo hubiese bastado decirlo, poco le importaba lo que la gente pensara de el. Pero no era ese el problema, si no lo que lo había orillado a comprometerse con otra: La ambición de querer aumentar su fortuna a costas de su cónyuge, pero sobre todo, los celos y el despecho de no poder tener a la mujer que realmente amaba. Claire. El solo nombre le producía dudar de todo. ¿Y si ella estaba arrepentida de rechazarlo? ¿Y si justo ahora ella estaba esperándolo para llevar a cabo una reconciliación? Patrañas, puras patrañas.

Dejo escapar un suspiro resignado, era inútil creer que todo eso era posible. Claire jamás lo había visto como algo mas que solo su mejor cliente, solo eso, era tan solo una prostituta. Las dudas desaparecieron por arte de magia cuando una ola de rencor nuevamente hizo de las suyas, se sintió más seguro que nunca de lo que estaba a punto de hacer. Una vez casado, Claire no tendría dudas de que ese hombre no tenía problema en rehacer su vida, no tendría dudas de que Nigel era más fuerte y más orgulloso de lo que ella pensaba.

La música nupcial se hizo presente en el momento en que Heloise empezó a andar por el pasillo de la iglesia, cientos de ojos viajaban de ella a el y viceversa. No hubo parientes por parte de Nigel, pero tampoco le eran necesarios, no era una ceremonia real, un simple contrato a llevar a cabo. ¡Incluso odiaba la iglesia!, por supuesto que nada iba en serio.

Avanzo unos cuantos pasos al frente en cuanto la novia estuvo lo más próxima a el, alzo su brazo con delicadeza y fingió ser un futuro esposo de ensueño al escoltarla para darle frente al cura por el cual no sentía el mínimo respeto. Fingió atención, fingió felicidad incluso, con Nigel todo era posible, incluso hacerle creer a la mujer que tenia al lado que verdaderamente tendría una vida feliz de ahora en adelante.