Morrigan Craig

por **Morrigan Craig** Lun Sep 12, 2022 1:13 pm

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Morrigan Craig

▲EDAD▲

24 reales y aparentes

▲ESPECIE▲

Vampira

▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲

-

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Realeza

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Heterosexual

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Escocia

▲HABILIDADES/PODERES▲

Bloqueo mental: Es la habilidad para bloquear su mente y nadie (ni siquiera los vampiros que leen mentes) pueden saber lo que piensa.

Persuasión: Habilidad para controlar las acciones o el razonamiento de otra persona. Este poder logra que otras personas realicen acciones, sin que éstas puedan negarse o incluso darse cuenta, mediante palabras con entonación imperativa, es decir, ordenándolas.

Clarividencia: Habilidad para ver y oír sucesos a distancia. Este poder se activa de forma instantánea y sólo tiene que concentrarse en un lugar o persona para ver y oír lo que sucede a su alrededor. Las visiones pueden ser pasadas o presentes.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Morrigan posee, lo que llamaba su madre, la gracia.

Camaleónica, frágil y complaciente. Unas características que si bien consideró una imposición, con el tiempo aceptó de buena gana. La sonrisa en la sombra, los dedos cruzados en las promesas. Puede ser vaporosa y distinguida, explosiva y áspera.

Tiene un alto sentido de la justicia y debilidad por las cosas rotas, ningún reparo en tender una mano amiga o tomar cartas en el asunto cuando la situación lo requiere. Viviendo alejada de los suyos con un apellido desdibujado, Morrigan tuvo que cincelar su personalidad a la perfección. Una mujer dulce conocedora de su poder femenino, de lenguaje afilado y sonrisa cautivadora; una mujer con una bonita coraza, llena de grietas.

Buena escucha y confidente, de esas de las que después sabes poco o nada. No es dada a compartir sus verdaderos sentimientos y ello, en ocasiones, le produce episodios de ansiedad. Morrigan, después de una niñez cohibida, no acepta un no por respuesta y si ello indica hacer las cosas a su manera, que así sea. Temeraria, leal, brillante y rota.

HISTORIA

En toda historia hay un villano y en esta, por suerte o por desgracia, Morrigan lo es. Aunque aún no lo sabe.

Generaciones atrás la familia del clan Craig vivía humildemente con las riquezas propias de un clan al borde de su extinción. Años atrás, cuando la guerra aún no había estallado y las tierras escocesas eran aún prósperas, la familia Craig poseía poder y dignidad; pero después de la batalla de Culloden muchos de los clanes desaparecieron y muchas familias se vieron forzadas al destierro. Quizás es por eso que, cuando los abuelos de Morrigan tuvieron la oportunidad de cambiar su futuro, la tomaron. Aunque fuese con sangre. Todo el mundo se preguntó qué le sucedió a la familia de los O'Caladh aquella noche de invierno, y todos y cada uno de los presentes vieron cómo los Craig lloraban sus muertes. Nadie sospechó, por supuesto, ambas familias habían estado aliadas durante más de un siglo hasta que el destino quiso que los O'Caladh tuvieran un trágico final. Poco después los Craig recibieron un golpe de suerte y las gentes del pueblo lo achacaron al buen corazón de la familia. Una herencia de un familiar lejano convirtió a los abuelos de Morrigan en duques y pronto la riqueza de la pareja creció como la espuma. Los nuevos duques se establecieron en el Du9cado de Beaumont dejando Escocia y el pasado turbulento atrás. Pronto tuvieron un hija hija que en un futuro daría vida a Jacob y más tarde a la propia Morrigan.

Una familia que había visto la guerra y un golpe de suerte. Esa podría haber sido la historia si no fuera porque los Craig portaron durante años un belicoso secreto.

Cuando los Craig descubrieron que el clan de los O'Caladh tenía en su poder las reliquias de un demonio mayor dudaron del estado mental de sus amigos. Con el tiempo comprendieron lo que significaba la confesión y, traicionando la unión entre ambos clanes, los Craig asesinaron a los O'Caladh9 y robaron las reliquias. Dichos objetos no parecían tener un valor especial, nada que los hiciera destacar, pero el poder que emanaban era suficiente para dejar de poner en duda su existencia. Pronto los Craig recibieron el golpe de suerte, un deseo concedido bajo el poder de las reliquias y así, durante el paso de los años, la suerte les sonrió.

Pero todo tiene un precio muchos años después, cuando ya eran un ducado establecido y la hija de los Craig portaba en su vientre a su primer bebé, el demonio mayor apareció. No le importó cómo habían acabado sus reliquias en nuevas manos y, aunque las reclamó como suyas, no pudo arrebatarlas. Entre la familia de los Craig y las reliquias había una unión de sangre y solo podían ser cedidas voluntariamente. ¿Dejar a un lado el poder? Por supuesto que no. Ante la osadía, el demonio mayor Abaddon les concedió una fecha límite y una advertencia. Cazaré y torturaré a vuestras hijas, y a las hijas de de vuestras hijas si no recupero mis reliquias.

Abaddon no volvió a aparecer y, aunque la familia vivió bajo la sombra del miedo durante años, siguieron haciendo lo mejor que sabían hacer, disfrutar del poder.

La noche que Morrigan nació, cinco años después que su hermano, el peso de la verdad fue demasiado para los padres del bebé. Los abuelos dictaminaron que el bebé debía morir. Los padres, horrorizados, se negaron. Al final llegaron a un pacto y durante los primeros años de vida del bebé la vistieron y nombraron varón. Una niña camuflada en la vida de un niño. Nadie sospechó, Abaddon jamás apareció y la vida de los Craig siguió su curso. Cuando los primeros signos de pubertad comenzaron a ser visibles en la pequeña, sus padres la enviaron a un internado para jovencitas, de gran anonimato y discreción. Es por tu bien, mi vida, le decía su madre, es lo mejor que podemos darte. El joven varón de los Craig se dio muerto por una fiebre.

Si bien Morrigan creía que sus padres la querían recibir tres cartas al año y ninguna visita pronto comenzó a desvanecer su vínculo fraternal para con ellos. La joven creció y se educó bajo una tutela estricta y se convirtió en una señorita ejemplar para un futuro que ni ella comprendía. Jacob la visitaba a escondidas lleno de remordimiento. Se culpaba a sí mismo por el destino de su hermana y en sus encuentros hablaba de una maldición. Morrigan creía que su pobre hermano estaba tan acongojado por la culpa que desvariaba. Él vendrá a por ti, Mor, y no puedo permitirlo. Haré lo que esté en mi mano para mantenerte a salvo.

Los años pasaron y sin opción para salir del internado, Morrigan se convirtió en asistente del profesorado, resignada a permanecer para siempre en la institución pese a las promesas de su hermano. Hasta aquel día. La correspondencia llegó pasada la medianoche con carácter urgente. Las palabras escritas por Jacob parecían atropelladas y dispares. El sobre contenía un anillo simple, un documento con todas las pertenencias de los Craig a su nombre y una piedra preciosa dentro de un guardapelo. En su carta, su hermano le pedía que ocultara ambos objetos preciosos. La maldición de nuestra familia se acaba aquí, le decía, vende toda nuestra fortuna y huye antes de que te encuentre.

Morrigan no comprendió ni una sola palabra, pero hizo caso a su instinto y siguió los consejos de su hermano, escondiendo el anillo y el guardapelo en el lugar más seguro que pudo imaginar y abandonó la institución.

Pero, por supuesto, Abaddon la encontró.

En la actualidad, Morrigan tiene vagos recuerdos de lo que ocurrió. Al parecer, a ojos de la sociedad la joven heredera de los Duques de Beaumont que ha aparecido en París poseía desde muy pequeña una salud precaria. Tanto que durante el último año permaneció en coma presa del dolor que le causó la muerte de toda su familia. Si bien muchos se cuestionaron el origen de la muchacha, el parentesco era más que evidente y, con las conexiones adecuadas Morrigan se hizo un hueco entre la alta sociedad Parisina como Duquesa. Pero algo mantiene a la muchacha alejada de los paseos al atardecer o los desayunos en el club de mujeres, solo asistiendo en ocasiones a las veladas después de la puesta de sol, con su belleza etérea y su presencia enigmática. Sin duda, la joven duquesa esconde algo, y cerca de ella es mejor no susurrar.

Para ella el pasado es una sombra y la realidad pesadillas. Los meses de enfermedad fueron en realidad momentos de adaptación a su nueva condición. Pese a que Morrigan no recuerda nada debido a las manipulaciones de Abaddon, se convirtió en vampira bajo su mordida y él mismo se ocupó de mantenerla vigilada y alimentada. Abaddon la mató. Abaddon la creó. La mayor parte del tiempo sedienta, sufriendo por algo que no podía controlar ni aceptar. Ahora, Morrigan es un peón fruto de una venganza y Abaddon no es el único que desea algo de ella.

DATOS EXTRA

por **Nicolás D' Lenfent** Jue Sep 22, 2022 10:39 am

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