AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Erhard May - ID
2 participantes
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Erhard May - ID
por Erhard May Vie Mayo 26, 2023 6:51 am
▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲
Erhard May▲EDAD▲
31▲ESPECIE▲
Humano; Cazador▲FACCIÓN A LA QUE PERTENECE▲
- ▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲
Clase Baja▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲
Heterosexual▲LUGAR DE ORIGEN▲
Salzburgo. Imperio Austríaco▲HABILIDADES/PODERES▲
- Caballero:
- Descripción:
- Erhard, como todo descendiente de la Casa May, ha sido adiestrado extensivamente en todas las formas tradicionales en las que la Orden da caza a los seres de la noche. Lleva entrenándose en el uso de distintas armas cuerpo a cuerpo desde su más tierna infancia, asi como en el empleo y mantenimiento de armaduras, y equitación.
Erhard puede defenderse con soltura siempre y cuanto el arma que emplea la haya usado uno de los ancestros de su orden.
- Tirador:
- Descripción:
- La pólvora supuso un avance sin parangón tanto en lo militar como en el ámbito científico. Cuando las armas de fuego empezaron a extenderse por Europa, la Orden no tardó en implementarlas en su arsenal y, pronto, se convirtió en un pilar fundamental de la doctrina militar que empleaban.
Erhard es versado en el mantenimiento y uso de este tipo de armas, portando siempre consigo hasta tres de ellas y siendo capaz de recargarlas más rápido que el usuario promedio de las mismas.
- Destino de Cazador:
- Descripción:
- Desde su fundación la Orden del Búho se ha centrado principalmente en un solo propósito: Vencer a la noche. Para cumplir con esto, todo niño independientemente de su género nacido en el seno de la Orden es entrenado para morir y luchar por los ideales a los que pertenece su Casa.
Es por esto por lo que Erhard cuenta un físico y una resistencia por encima de la media, siempre, por supuesto, dentro de los estándares humanos.
Erhard, como la Orden a la que pertenece su familia, es un anacronismo.
Considerado una persona afable y cordial, es alguien que sigue viendo en buena luz los actos de compasión, rectitud y sacrificio por lo que las antiguas Ordenes de Caballería se solían regir. Su papel en el mundo, según él, es la de ser un escudo, la proporcionar el servicio de ser parte de la barrera que mantiene alejada a la Gran Noche de las multitudes.
Posee un buen sentido del humor, quizás un tanto absurdo, cosa que desentona vivamente con el adiestramiento que ha recibido desde pequeño. Algo debido al hecho de que la Casa May es la casa con el estatus más bajo dentro de la Orden de los Búhos, dónde la gran mayoría son descendientes de la antigua nobleza del Sacro Imperio Romano.
Esto último ha sido, quizás, lo que le ha hecho estar más comprometido con el pueblo llano, el ser más consciente de los pesares que estos viven en su día a día.
Es una persona crédula por naturaleza, siendo una de sus certezas más intrínsecas en su persona la de que, si se puede conversar con alguien, se puede razonar con ese alguien; Vampiros y otros seres de la noche incluidos. Afirmación que le ha hecho acabar, entre otras cosas, en Paris para salvaguardar el honor de la Casa May.
A pesar de esto último, y aunque se suela mostrar diplomático en la mayoría de las ocasiones, May no es alguien que tema a hacer uso de la fuerza en el caso de ser necesario.
Su condición de “Caballero” sin embargo, le ha hecho ser cabezota con sus ideas preconcebidas por lo que es, por normal general, alguien a quien es difícil hacer cambiar de opinión una vez tiene algo que, desde su punto de vista, es evidente y no necesita más argumentos.
No le resulta fácil hacer amigos.
Le apasiona perder el tiempo libre mirando a las multitudes de Paris ir y venir. La simpleza de los pequeños detalles, tiende a llevar una pequeña libreta consigo en la que dibuja bosquejos de todas las personas con las que se cruza y le resultan interesantes.
Sus años peleando contra vampiros le hacen tener pesadillas constantes.
Al haber perdido a todos sus hermanos mayores en distintas cacerías a lo largo de los años, la presión de ser el nuevo heredero le hace dudar de muchas de sus decisiones.
Considerado una persona afable y cordial, es alguien que sigue viendo en buena luz los actos de compasión, rectitud y sacrificio por lo que las antiguas Ordenes de Caballería se solían regir. Su papel en el mundo, según él, es la de ser un escudo, la proporcionar el servicio de ser parte de la barrera que mantiene alejada a la Gran Noche de las multitudes.
Posee un buen sentido del humor, quizás un tanto absurdo, cosa que desentona vivamente con el adiestramiento que ha recibido desde pequeño. Algo debido al hecho de que la Casa May es la casa con el estatus más bajo dentro de la Orden de los Búhos, dónde la gran mayoría son descendientes de la antigua nobleza del Sacro Imperio Romano.
Esto último ha sido, quizás, lo que le ha hecho estar más comprometido con el pueblo llano, el ser más consciente de los pesares que estos viven en su día a día.
Es una persona crédula por naturaleza, siendo una de sus certezas más intrínsecas en su persona la de que, si se puede conversar con alguien, se puede razonar con ese alguien; Vampiros y otros seres de la noche incluidos. Afirmación que le ha hecho acabar, entre otras cosas, en Paris para salvaguardar el honor de la Casa May.
A pesar de esto último, y aunque se suela mostrar diplomático en la mayoría de las ocasiones, May no es alguien que tema a hacer uso de la fuerza en el caso de ser necesario.
Su condición de “Caballero” sin embargo, le ha hecho ser cabezota con sus ideas preconcebidas por lo que es, por normal general, alguien a quien es difícil hacer cambiar de opinión una vez tiene algo que, desde su punto de vista, es evidente y no necesita más argumentos.
No le resulta fácil hacer amigos.
Le apasiona perder el tiempo libre mirando a las multitudes de Paris ir y venir. La simpleza de los pequeños detalles, tiende a llevar una pequeña libreta consigo en la que dibuja bosquejos de todas las personas con las que se cruza y le resultan interesantes.
Sus años peleando contra vampiros le hacen tener pesadillas constantes.
Al haber perdido a todos sus hermanos mayores en distintas cacerías a lo largo de los años, la presión de ser el nuevo heredero le hace dudar de muchas de sus decisiones.
Erhard May nació en el seno de la familia May, en la ciudad de Salzburgo, en pleno corazón del Imperio Austríaco. Fue el séptimo de lo que después se convertirían en doce hermanos; Y, desde el mismo momento en el que sus pulmones clamaron aire por primera vez, su destino estuvo sellado.
La Casa May pertenecía, después de todo, a la Orden de los Búhos.
Fundada durante el reinado de Carlos IV de Alemania, durante el punto álgido del Sacro Imperio Romano, la Orden fue una respuesta a una sucesión de misterios inexplicables y asesinatos que, poco a poco, se fueron volviendo evidente para doce, entonces, Casas Nobles de dicho Imperio.
Proteger a los justos de la “Gran Noche” es el papel inicial y más fundamental de los Búhos.
Convertirse en cazadores que aparecen cuando cae el ocaso.
En el momento de su fundación, no tardaron en ser tachados en nobles descerebrados con demasiado tiempo libre y, en la actualidad, son tratados como un anacronismo del que reírse, un culto trasnochado en el que siguen jugando con armaduras y cuyos miembros debían de ocultarse.
Erhard nació ahí.
Y, por ende, sus primeros años fueron exclusivamente de formación militar. Desde espadas hasta rifles de chispa, pasando por equitación y por tácticas militares, para lo que debía de saber leer, además.
El cometido de Erhard como descendiente de Franz May era el de morir en la oscuridad para que los demás pudiese vivir a la luz. Y nunca le puso pega alguna a ello, era su vida, era tan normal para él como lo podía ser respirar.
Pese a ser descendiente de una casa noble, hacia generaciones que los May no vivían como tal. Una modesta vivienda en las afueras de la ciudad que le vio nacer era todo lo que poseían y, ante las autoridades del Imperio Austriaco, no eran más que simples zapateros.
No llegó a tener muchos amigos realmente, pero los justos como para que pudiese ser capaz poseer una perspectiva que, como sabría después, muchos de sus compañeros en clases más pudientes no eran capaces de tener.
El resto del tiempo socializaba con los adultos que le formaban y con los compañeros de entrenamiento de dichas clases. Sus hermanos mayores estaban demasiado ocupados saliendo a cacerías y los menores entrenando, por lo que, realmente, la vida en su propio hogar era relativamente aislada.
Los días se convirtieron en años, y los años se sumieron en la monotonía. La dificultad de su adiestramiento aumentó, cambiando ligeramente su cometido, pero no su final.
A los catorce años Erhard participó en su primera cacería como “Escudero”, solo murieron tres cazadores, uno de ellos experimentado. Aun sigue teniendo pesadillas con la sangre vertida ese día.
A los diecisiete se enamoró por primera vez. Alessandra Juli era parte de otra familia de bajo rango dentro de los Búhos; era carismática y entusiasta, dominaba el arco, pese a que ninguno de ellos tenia ya necesidad de hacerlo, líder por naturaleza.
A los dieciocho comenzaron a salir juntos. Después de un más que vergonzoso acto de cortejo que involucro unas veinte palomas, varias rosas y más de una treintena de arañazos debido al fútil intento de transportar las palomas y las rosas al mismo tiempo.
Al poco de que Erhard cumpliese veinte años Alessandra Juli murió en una cacería.
La muerte era una constante en la Orden. Los Búhos lo tenían interiorizado, asumido, era parte de quienes eran; enfrentarse a la Noche era una tarea ardua y desagradecida, caer en combate era la mejor hazaña que un miembro de las doce casas podía realizar.
Por eso el séptimo May empujó aquellos sentimientos a un lado, aquella sensación de vacío que nunca había sentido y que no sabía exactamente de dónde salía. Se centró en lo que tenía directamente delante de él, en la caza, en el futuro de la familia May.
Y pasaron los años. Y Erhard May continuó con su cometido con una voluntad férrea, casi como un autómata, confiando en que era lo mejor. En que estaba haciendo del mundo un lugar mejor.
Para cuando había cumplido los veintisiete ya se había ganado una multitud de cicatrices y cinco de sus hermanos mayores habían caído peleando contra vampiros; Con treinta se convirtió en el heredero de la casa cuando el último descendiente May por encima de él murió en Polonia contra un licántropo desbocado.
La sensación de vacío no se marchaba.
Iba a peor.
Y ahora tenía más responsabilidades, más que perder.
Quizás fue eso por lo que instó a proponer ideas más “descabelladas” a ojos de los más veteranos de la Orden. Los vampiros, al final del día, eran seres con los que se podía conversar, no habían sido los pocos que habían clamado por ser dejados en paz, por admitir que su única fuente de sangre era de personas plenamente consciente de lo que estaban haciendo.
Era evidente que no podían mantener una guerra abierta en la que todos eran enemigos. No podrían mantener la Orden con un ritmo de bajas a un nivel tan constante. Podían centrarse solamente en los problemáticos, en los que realmente mataban, esclavizaban y bebían a placer.
Estaban a un par de generaciones de extinguirse a lo sumo, tres si era completamente optimista.
Evidentemente, que el heredero de la familia May fuese soltando ideas tan disparatadas supuso una revuelta entre los altos cargos los Búhos. Primero fueron pequeñas sanciones y, con el paso de los meses, se convirtió en ataques más directos.
Finalmente, al poco de cumplir los treinta y un años, Erhard May fue asignado con la misión de viajar a Paris y limpiarla para restaurar su honor y el de su Casa además de organizar una cabeza de playa para que cazadores de la Orden puedan movilizarse con más facilidad hacía al oeste.
Con su propio padre Sieghard H. May en su contra, Erhard no tuvo más remedio que partir hacia Paris sin nada más que su propio equipo y un puñado de ordenes abstractas.
Se lo tomó como una oportunidad.
Podría demostrar lo que de verdad pretendía.
La Casa May pertenecía, después de todo, a la Orden de los Búhos.
Fundada durante el reinado de Carlos IV de Alemania, durante el punto álgido del Sacro Imperio Romano, la Orden fue una respuesta a una sucesión de misterios inexplicables y asesinatos que, poco a poco, se fueron volviendo evidente para doce, entonces, Casas Nobles de dicho Imperio.
Proteger a los justos de la “Gran Noche” es el papel inicial y más fundamental de los Búhos.
Convertirse en cazadores que aparecen cuando cae el ocaso.
En el momento de su fundación, no tardaron en ser tachados en nobles descerebrados con demasiado tiempo libre y, en la actualidad, son tratados como un anacronismo del que reírse, un culto trasnochado en el que siguen jugando con armaduras y cuyos miembros debían de ocultarse.
Erhard nació ahí.
Y, por ende, sus primeros años fueron exclusivamente de formación militar. Desde espadas hasta rifles de chispa, pasando por equitación y por tácticas militares, para lo que debía de saber leer, además.
El cometido de Erhard como descendiente de Franz May era el de morir en la oscuridad para que los demás pudiese vivir a la luz. Y nunca le puso pega alguna a ello, era su vida, era tan normal para él como lo podía ser respirar.
Pese a ser descendiente de una casa noble, hacia generaciones que los May no vivían como tal. Una modesta vivienda en las afueras de la ciudad que le vio nacer era todo lo que poseían y, ante las autoridades del Imperio Austriaco, no eran más que simples zapateros.
No llegó a tener muchos amigos realmente, pero los justos como para que pudiese ser capaz poseer una perspectiva que, como sabría después, muchos de sus compañeros en clases más pudientes no eran capaces de tener.
El resto del tiempo socializaba con los adultos que le formaban y con los compañeros de entrenamiento de dichas clases. Sus hermanos mayores estaban demasiado ocupados saliendo a cacerías y los menores entrenando, por lo que, realmente, la vida en su propio hogar era relativamente aislada.
Los días se convirtieron en años, y los años se sumieron en la monotonía. La dificultad de su adiestramiento aumentó, cambiando ligeramente su cometido, pero no su final.
A los catorce años Erhard participó en su primera cacería como “Escudero”, solo murieron tres cazadores, uno de ellos experimentado. Aun sigue teniendo pesadillas con la sangre vertida ese día.
A los diecisiete se enamoró por primera vez. Alessandra Juli era parte de otra familia de bajo rango dentro de los Búhos; era carismática y entusiasta, dominaba el arco, pese a que ninguno de ellos tenia ya necesidad de hacerlo, líder por naturaleza.
Tenía una sonrisa inolvidable.
A los dieciocho comenzaron a salir juntos. Después de un más que vergonzoso acto de cortejo que involucro unas veinte palomas, varias rosas y más de una treintena de arañazos debido al fútil intento de transportar las palomas y las rosas al mismo tiempo.
Todavía es capaz de recordar el color de sus ojos aquella noche.
Al poco de que Erhard cumpliese veinte años Alessandra Juli murió en una cacería.
No le dejaron ver su cuerpo.
La muerte era una constante en la Orden. Los Búhos lo tenían interiorizado, asumido, era parte de quienes eran; enfrentarse a la Noche era una tarea ardua y desagradecida, caer en combate era la mejor hazaña que un miembro de las doce casas podía realizar.
Por eso el séptimo May empujó aquellos sentimientos a un lado, aquella sensación de vacío que nunca había sentido y que no sabía exactamente de dónde salía. Se centró en lo que tenía directamente delante de él, en la caza, en el futuro de la familia May.
Y pasaron los años. Y Erhard May continuó con su cometido con una voluntad férrea, casi como un autómata, confiando en que era lo mejor. En que estaba haciendo del mundo un lugar mejor.
Para cuando había cumplido los veintisiete ya se había ganado una multitud de cicatrices y cinco de sus hermanos mayores habían caído peleando contra vampiros; Con treinta se convirtió en el heredero de la casa cuando el último descendiente May por encima de él murió en Polonia contra un licántropo desbocado.
La sensación de vacío no se marchaba.
Iba a peor.
Y ahora tenía más responsabilidades, más que perder.
Quizás fue eso por lo que instó a proponer ideas más “descabelladas” a ojos de los más veteranos de la Orden. Los vampiros, al final del día, eran seres con los que se podía conversar, no habían sido los pocos que habían clamado por ser dejados en paz, por admitir que su única fuente de sangre era de personas plenamente consciente de lo que estaban haciendo.
Era evidente que no podían mantener una guerra abierta en la que todos eran enemigos. No podrían mantener la Orden con un ritmo de bajas a un nivel tan constante. Podían centrarse solamente en los problemáticos, en los que realmente mataban, esclavizaban y bebían a placer.
Estaban a un par de generaciones de extinguirse a lo sumo, tres si era completamente optimista.
Evidentemente, que el heredero de la familia May fuese soltando ideas tan disparatadas supuso una revuelta entre los altos cargos los Búhos. Primero fueron pequeñas sanciones y, con el paso de los meses, se convirtió en ataques más directos.
Finalmente, al poco de cumplir los treinta y un años, Erhard May fue asignado con la misión de viajar a Paris y limpiarla para restaurar su honor y el de su Casa además de organizar una cabeza de playa para que cazadores de la Orden puedan movilizarse con más facilidad hacía al oeste.
Con su propio padre Sieghard H. May en su contra, Erhard no tuvo más remedio que partir hacia Paris sin nada más que su propio equipo y un puñado de ordenes abstractas.
Se lo tomó como una oportunidad.
Podría demostrar lo que de verdad pretendía.
Erhard es un hombre de tez olivácea, y aspecto formal que nunca se ha caracterizado por cuidar demasiado de su aspecto por lo que es dueño de ojos cansados de color ocre a juego con un peinado corto que facilita el no preocuparse demasiado por peinarlo.
Barba de tres días adornan la sonrisa que suele aparecerse en su rostro cada vez que entabla algún tipo de conversación. Sus facciones, algo angulosas, marcadas, siempre le han hecho parecer algo más viejo de lo que en realidad era y, solamente en la actualidad, se ajusta a su edad real.
Es fornido, y alcanza fácilmente el metro ochenta de altura, su cuerpo esta cubierto por una miríada de cicatrices de más de una pelea que se encarga de ocultar bajo ropajes sencillos, de colores oscuros, similares a los que se pueden ver en cualquier transeúnte de la ciudad.
Si, por otro lado, ha salido de caza, su vestimenta cambia considerablemente. Lo suficiente como para ser evidente que la persona que tienes delante tiene aficiones raras o es un mercenario de algún tipo.
Le ha metido ya en algún encontronazo con las autoridades locales.
Su indumentaria usual, relativamente moderna, empieza a verse acompañada por placas metálicas en brazos y piernas, asi como una coraza en el pecho y hombreras que completa con una capa de color azul oscuro.
Posee incluso un yelmo.
La antes mencionada capa está pensada para tratar de ocultar pobremente las armas de cazador que tiende a llevar consigo, cosa que a decir verdad no es capaz de conseguir. Dicho equipo, comúnmente encontrado en multitud de forjas y tiendas a lo largo y ancho de Europa, no tiene realmente nada de especial.
Barba de tres días adornan la sonrisa que suele aparecerse en su rostro cada vez que entabla algún tipo de conversación. Sus facciones, algo angulosas, marcadas, siempre le han hecho parecer algo más viejo de lo que en realidad era y, solamente en la actualidad, se ajusta a su edad real.
Es fornido, y alcanza fácilmente el metro ochenta de altura, su cuerpo esta cubierto por una miríada de cicatrices de más de una pelea que se encarga de ocultar bajo ropajes sencillos, de colores oscuros, similares a los que se pueden ver en cualquier transeúnte de la ciudad.
Si, por otro lado, ha salido de caza, su vestimenta cambia considerablemente. Lo suficiente como para ser evidente que la persona que tienes delante tiene aficiones raras o es un mercenario de algún tipo.
Le ha metido ya en algún encontronazo con las autoridades locales.
Su indumentaria usual, relativamente moderna, empieza a verse acompañada por placas metálicas en brazos y piernas, asi como una coraza en el pecho y hombreras que completa con una capa de color azul oscuro.
Posee incluso un yelmo.
La antes mencionada capa está pensada para tratar de ocultar pobremente las armas de cazador que tiende a llevar consigo, cosa que a decir verdad no es capaz de conseguir. Dicho equipo, comúnmente encontrado en multitud de forjas y tiendas a lo largo y ancho de Europa, no tiene realmente nada de especial.
- Equipo:
- - Espada Corta (Cinto): Clásica espada de Acero. Rápida y precisa, fácil de blandir con una mano. La compró bajo la idea de que contenía cierto porcentaje de plata en su interior; Algo que es mentira.
- Espada Bastarda (Espalda): Gigantesca espada ideada para ser blandida con ambas manos. Capaz de cercenar una extremidad con relativa facilidad contra un oponente humano; contra un vampiro o un licántropo... la cosa se complica.
- Cuchillos. Son... cuchillos, pueden cortar el pan o lanzarse. Dependiendo de tu estado de ánimo.
- Dreyse Model 1841 (Espalda): Fusil de Cerrojo de largo alcance. Su mecanismo permite la introducción de munición rápidamente y es capaz de hacer uso de municiones de distintas aleaciones.
- Aston Model 1842 (Parte Trasera Cinto x 2): Pistolas de un solo disparo ideales para espacios cerrados. A un humano una bala de este calibre puede hacerle estragos, un vampiro sentiría cierta incomodidad como mucho dependiendo del tipo de munición.
- Erhard no sabe nadar.
- Les tiene miedo a las serpientes. (El dice que “Las respeta”)
- En sus ratos libres le gusta dibujar paisajes, tambien dibuja bosquejos de las personas que le resultan interesante en su libreta.
- La libreta de la que nunca se separa hace las veces de diario.
- Técnicamente esta comprometido con una descendiente de otra de las casas por “política” interna de la Orden. Nunca ha llegado a mencionarse nada al respecto desde que se propuso.
- La Orden del Búho está compuesta por doce Casas: Januar, Februar, März, April, May, Juni, Juli, August, September, Oktober, November, Dezember.
- El Lord comandante de la Orden se decide mediante votación unánime teniéndose en cuenta el carisma, la capacidad de liderazgo, la inteligencia, las hazañas como cazador y la diplomacia del candidato; genero, estatus social o Casa no se tienen en cuenta.
- La Casa May actualmente esta en 12º posición. La última.
- El lema de la Orden es: “Fe, Acero, y Pólvora”
- Les tiene miedo a las serpientes. (El dice que “Las respeta”)
- En sus ratos libres le gusta dibujar paisajes, tambien dibuja bosquejos de las personas que le resultan interesante en su libreta.
- La libreta de la que nunca se separa hace las veces de diario.
- Técnicamente esta comprometido con una descendiente de otra de las casas por “política” interna de la Orden. Nunca ha llegado a mencionarse nada al respecto desde que se propuso.
- La Orden del Búho está compuesta por doce Casas: Januar, Februar, März, April, May, Juni, Juli, August, September, Oktober, November, Dezember.
- El Lord comandante de la Orden se decide mediante votación unánime teniéndose en cuenta el carisma, la capacidad de liderazgo, la inteligencia, las hazañas como cazador y la diplomacia del candidato; genero, estatus social o Casa no se tienen en cuenta.
- La Casa May actualmente esta en 12º posición. La última.
- El lema de la Orden es: “Fe, Acero, y Pólvora”
Última edición por Erhard May el Mar Mayo 30, 2023 12:33 pm, editado 1 vez
Erhard May- Cazador Clase Baja
- Mensajes : 13
Fecha de inscripción : 24/05/2023
Re: Erhard May - ID
por Nicolás D' Lenfent Sáb Mayo 27, 2023 3:23 pm
FICHA APROBADA
bienvenido/a a victorian vampires
¡ENHORABUENA! YA ERES PARTE DE VICTORIAN VAMPIRES Y TE DAMOS LA MÁS CORDIAL BIENVENIDA.
RECUERDA QUE A LA HORA DE ROLEAR HAY QUE RESPETAR LO ESPECIFICADO EN TU FICHA, PORQUE ÉSTA YA HA SIDO REVISADA Y APROBADA. NO PUEDES ALTERAR LA INFORMACIÓN Y AÑADIR A TU PERSONAJE COSAS DIFERENTES COMO PODERES O HABILIDADES DISTINTAS A LO QUE AQUÍ HAS SEÑALADO. DE OCURRIR ASÍ, LA ADMINISTRACIÓN TENDRÁ TODO EL DERECHO DE LLAMARTE LA ATENCIÓN Y/O PEDIRTE QUE HAGAS MODIFICACIONES, ALGO QUE NO QUEREMOS QUE OCURRA.
TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADO/A DE TODO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MALOS ENTENDIDOS. A CONTINUACIÓN TE DEJO LOS LINKS MÁS IMPORTANTES PARA QUE PUEDAS CONOCER LA INFORMACIÓN, Y SI DESPUÉS DE LEER SIGUES TENIENDO ALGUNA DUDA, PUEDES CONTACTARME A MÍ O A OTRO DE LOS ADMINISTRADORES. ESTAMOS PARA SERVIRTE.
¡QUE TE DIVIERTAS!
I M P O R T A N T E:
RECUERDA QUE A LA HORA DE ROLEAR HAY QUE RESPETAR LO ESPECIFICADO EN TU FICHA, PORQUE ÉSTA YA HA SIDO REVISADA Y APROBADA. NO PUEDES ALTERAR LA INFORMACIÓN Y AÑADIR A TU PERSONAJE COSAS DIFERENTES COMO PODERES O HABILIDADES DISTINTAS A LO QUE AQUÍ HAS SEÑALADO. DE OCURRIR ASÍ, LA ADMINISTRACIÓN TENDRÁ TODO EL DERECHO DE LLAMARTE LA ATENCIÓN Y/O PEDIRTE QUE HAGAS MODIFICACIONES, ALGO QUE NO QUEREMOS QUE OCURRA.
TE INVITO A LEER LAS NORMAS QUE TENEMOS EN EL FORO PARA QUE ESTÉS BIEN ENTERADO/A DE TODO Y ASÍ EVITARTE FUTUROS MALOS ENTENDIDOS. A CONTINUACIÓN TE DEJO LOS LINKS MÁS IMPORTANTES PARA QUE PUEDAS CONOCER LA INFORMACIÓN, Y SI DESPUÉS DE LEER SIGUES TENIENDO ALGUNA DUDA, PUEDES CONTACTARME A MÍ O A OTRO DE LOS ADMINISTRADORES. ESTAMOS PARA SERVIRTE.
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