Kassandra Vanya Silverstone

-Nombre del Personaje:

Kassandra Vanya Silverstone

-Edad:

Aparenta 18 años, en realidad tiene 36 años

-Especie:

Licántropa

- Tipo y Nivel Social:

Clase media

- Sexualidad:

Bisexual

-Lugar de Origen:

Londres

-Habilidad/Poder:

Como licántropa, sus sentidos son mucho más sensibles que los de cualquier humano normal, sobre todo la vista, el olfato y el oído. Además tiene una agilidad y unos reflejos sobrehumanos, siendo esto muy útil si en algún momento debe mantener un enfrentamiento. Además, cuenta con el don de la visión fotográfica, pudiendo recordar cualquier imagen que haya percibido su ojo pase el tiempo que pase. Otro de sus poderes, es la visión compartida o visión remota, con la cual puede ver a través de los ojos de otra persona, o hacer que esta misma vea lo que ella está observando. El último pero no menos importante don, es el de la longevidad. Ella vivirá muchos más años que un humano corriente.

-Descripcion Fisica:

A pesar de su naturaleza salvaje y descontrolada, Kassandra tiene un aspecto delicado de muñeca de porcelana. Su cuerpo es esbelto, con excasas curvas pero igualmente sensual y provocador si lo usa para ello. Tiene una piel pálida, tersa, suave… exquisita para la vista y las manos que se atrevan a tocarla. Sus ojos son de un intenso color verdoso, aunque en algunas ocasiones puede verse más oscuro o más claro, según la luz o el hambre que tenga en ese momento. Su rostro es fino, de rasgos redondeados e incluso se podría considerar juvenil, aniñado… muy inocente a pesar de su forma de ser arrasadora.
Lo que quizás haya que resaltar más de ella, es su larga cabellera negro azabache, que le llega casi por debajo de la cintura, y cae desordenada, revuelta… incontrolable, sobre unas estrechas caderas. Sus manos son finas, de dedos largos y uñas igualmente estilizadas. No las suele llevar decoradas o pintadas, pero sí arregladas. Le gusta vestir de forma sencilla, algo no muy bien visto en una mujer de la época. Sin adornos, joyería o cualquier tipo de accesorio que la pueda molestar.
Sus labios son jugosos, gruesos… que ocultan unos dientes blancos. Su nariz es respingona, terminada en una suave punta y no demasiado ancha, sino más bien estrecha y delgada, acorde con todo el resto de su cuerpo. De hombros más bien suaves, delicados… hermosos. El maquillaje no suele contar como algo básico de su aspecto, pero de vez en cuando sí le gusta arreglarse, verse bonita… seducir y ser seducida. Sus pies son pequeños, quizás demasiado teniendo en cuenta su estatura.
Posee una pequeña cicatriz en la base de la espalda, una herida mal sanada que quizás se hiciese en una etapa previa a su transformación… aunque es algo que no muchas personas pueden ver, ya que ella lo cubre con especial énfasis. Es bajita, de aspecto manejable… pero tras esa diminuta estatura, se esconde toda una fiera en forma de mujer.

Spoiler:

-Descripcion Psicologica:

La mejor palabra para describir a Kassandra, es salvaje. A pesar de su aspecto delicado e infantil, ella es una mujer de armas tomar, difícil de controlar. Le gusta saltarse las normas, descontrolarse ya sea mediante el alcohol, las drogas, las fiestas… o simplemente peleándose con alguna persona. Por ello podría considerarse una persona problemática, con la que no se puede tener una amena charla sin terminar gritando u odiándola. Ella es cabezota y orgullosa, no deja que nada ni nadie la supere sea cual sea la situación. Libre de ataduras, se dedica a llevar a cabo el maravilloso dicho del Carpe Diem, es decir: vive el momento. No le importa demasiado pisotear a los demás con tal de pasarlo bien.
Segura de sí misma y de sus propias capacidades, sabe que no es una belleza de en sueño, pero se saca el mejor de los partidos. Le gusta salir, encontrar una presa, seducirla y volver a esa persona completamente loca. Le encanta que le bailen el agua, que le den lo que quiere, cuando lo quiere y como lo quiere. No suele aceptar un no por respuesta, y hasta que no consigue su objetivo no para.
Además, es una persona que pregunta después de actuar, sin pararse a pensar en las consecuencias de sus acciones antes de llevarlas a cabo. Es impulsiva, pasional… totalmente descontrolada. Intentar comprenderla es como buscarle sentido al comportamiento de un animal salvaje. Ella se deja llevar por su instinto, sus deseos… y eso la puede convertir en alguien entrañable o en una persona quizás demasiado peligrosa.
Es sincera en exceso. No le importa decir la verdad aunque eso dañe a cualquier otra persona… En ocasiones podría incluso ser sarcástica, cínica y con menos tacto que un papel de lija. Por ello no cuenta con demasiadas amistades, pero las que tiene las conserva como oro en paño. Quizás por eso, es una loba solitaria, que prefiere enfrentarse a sus propios problemas en soledad antes que pedir ayuda y arriesgarse a una puñalada por la espalda.
Seductora, letal… el sexo para ella es como el aire para los pulmones. Necesita un método mediante el cual descargar toda esa energía que porta dentro de su cuerpo. Cuando no consigue una buena pelea, lo más sencillo para ella es buscar a alguna persona ingenua, llevársela a la cama y agotarla en todos los sentidos.
Guarda su pasado, su presente y su futuro en un cofre bajo llave, escondido en un recóndito lugar de su alma que casi nadie logra alcanzar. Ella cela mucho su intimidad, no le gusta que la gente meta las narices donde no les llaman. Por ello, podría considerarse también como una persona extremadamente irascible, fácil de enfadar u ofender, a pesar de que en algunas ocasiones la gente no vaya con mala intención.
Ella es desconfiada por naturaleza, y porque sencillamente… la vida la ha hecho así. No es capaz de creer en palabras bonitas si no hay acciones de por medio que las demuestren. Los sentimientos, el amor sobre todo, son algo que no es capaz de comprender. Para ella, amar es atarse a una persona, y le gusta demasiado su libertad como para considerar seriamente esa posibilidad.

-Historia:

La historia de Kassandra, no fue precisamente un cuento de hadas, en el cual una princesa es secuestrada y un apuesto príncipe acude en su rescate. Para ella, la vida no fue ni es fácil, y por ello quizás se haya convertido en la mujer que en la actualidad, no deja que nadie llegue a su corazón.
Ella nació en el seno de una familia londinense acomodada. No tenían mucho dinero, pero su padres, Darius Silverstone, era el dueño de una empresa textil, que exportaba materiales a muchos lugares del mundo, y por lo tanto podían llevar una vida fácil y sencilla, con caprichos y una buena casa en la que vivir. El nacimiento de Kassandra fue bien recibido por el matrimonio, que siempre deseó tener una niña dulce a la que poder casar con un hombre rico de provecho. Sorna, la madre de la pequeña, fue la que crió como buena ama de casa a su hija. Ya desde pequeña, Kassandra demostraba ser poseedora de una belleza exótica que a muchos dejó cautivados. Con el paso de los años, la niña fue haciéndose mayor. Era sociable, divertida… simpática. Tenía muchos amigos y amigas con los cuales jugar, y se sentía querida por todos.
Pero como en toda historia, siempre hay un problema que desmenuza el paraíso. En esta ocasión, fueron los problemas entre sus padres los que dieron comienzo a lo que más tarde se convertiría en un auténtico infierno. Sorna y Darius no se encontraban en el mejor de los momentos. Discutían cada día, o por la costumbre de ella de comprarse ropa, o por el vicio de Darius de asistir a los casinos y perder grandes cantidades de dinero. Ambas situaciones estaban llevando a la familia a una delicada situación económica que sólo iba a poder solucionarse mediante préstamos bancarios, y es bien sabido que cuando en un hogar el dinero escasea… la familia puede tener grandes problemas. Las riñas entre ambos cónyuges fueron subiendo poco a poco de tono, hasta que llegó un momento en el cual Darius perdió completamente el control. Se dio a la bebida, el alcohol, las drogas… Llegaba ebrio al hogar familiar, y la emprendía a golpes con su hija y su esposa, cuando esta primera no era culpable de nada.
Kassandra aprendió a esconderse, se encerraba en el armario durante horas y horas hasta que llegase la calma, esperando con terror que su padre no la encontrase. Ella no sabía…que en realidad no estaba sola ante ese monstruo en el que se había convertido su progenitor. Entre las sombras del jardín de la casa, una oscura silueta pasaba las horas muertas observando a los moradores de ese edificio, en especial a la pequeña Kassandra, que por aquel entonces contaba con apenas diez años. Se trataba de un licántropo, Alsan. El lupino había conocido a Kassandra días atrás, cuando había salido a pasear al parque de la mano de su madre. Había quedado prendado de esa inocencia, de ese candos que la embargaba… y por ello, se había obligado a sí mismo a vigilarla, protegerla de cualquier mal… Él tuvo que observar con terror cómo Darius la maltrataba, le gritaba, la insultaba… apretando los puños y obligándose a sí mismo a no intervenir.
Hasta que una fatídica noche… no pudo seguir siendo un mero espectador a la espera de lo inevitable. Darius volvió a llegar a la casa borracho, pero esta vez además… su enfado era todavía más notable debido a que había perdido una partida muy importante de Póker. Kassandra no pudo siquiera esconderse. Después de darle una horrible paliza a su esposa, Darius la emprendió con la niña, lanzándola contra un espejo y haciendo que un cristal se clavase en la espalda de la niña. La sangre, el terror que vio en los ojos de Kassandra… hicieron que Alsan no pudiese esperar más. Entró en la casa arrasando con todo, y atacando con especial furia al cabeza de familia. Lo mató. Examinó a Sorna, pero ella… ya no tenía ninguna posibilidad. Su marido le había asestado un golpe mortal en el pecho. Pero con la niña… él sentía que debía hacer algo por ella. No sabía el qué… no sabía cómo ayudarla. Finalmente, desconcertado y dolido por la situación… mordió a la muchacha, y… la convirtió. Durante mucho tiempo él supervisó su transformación, la cuidó como si fuese su propia hija, su amiga, su pareja… quién sabe.
Pero lo que él no se esperaba… era que ella rechazase completamente el hecho de ser licántropa. Cuando Kassandra despertó y fue consciente de lo que había sucedido… odió a aquel ser que la había convertido. Se sentía como un monstruo, y sabía que su vida no volvería a ser la misma a partir de ese momento. Renegó de Alsan, y salió corriendo en busca de alternativas para rehacer su mundo o para morir en el intento.
Descubrió que según los informes, ella era la única superviviente del ataque de un animal salvaje en el que había sido su hogar, y como única persona viva de la familia… lo que quedaba de la fortuna de sus padres le correspondía como herencia. Con ese dinero, se mudó a París y empezó allí una nueva etapa. Un nuevo comienzo… en el cual espera conocerse a sí misma, sus capacidades… su naturaleza. Y asumir lo que realmente es.


-Datos Extras:

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