Maldito gato! {Lestat}

Menuda suerte tenía Lyuba! Por un maldito gato del campamento, ahora ella tenía que pasar frío. Un gato de color negro decidió dar un paseo por la Laguna en mitad de la noche . Como una gitana valiente, Lyuba salió en su búsqueda con la esperanza de encontrarlo temprano, antes de que la Luna hiciera su gloriosa presencia en el cielo. Pero no, como si el gato deseaba hacer la vida imposible a Lyuba, este no aparecía – Odio los gatos.. – murmuraba una y otra vez la morena mientras arrastraba sus piernas por la laguna. Se paró justo delante de un árbol , escuchando un maullido desde arriba . Con suavidad, miró hacía de donde provenía el maullido – Agh! Maldito peludo, baja.. – le ordenó la morena. Esperó unos segundos pero el gato no quería bajar . Lyuba, a punto de explotar cerró los ojos para tranquilizarse, los abrió y volvió a decirle con una voz mucho mas calmada – Venga..gatito.. – convenció con un tono de voz falsamente dulce.

No tenía alternativa, iba a subir ella misma para hacerle bajar. Sin perder mas tiempo , con dificultad, trepó hacía el gato, con cierto cuidado – Estúpido – insultó malhumorada la joven . Justo cuando quiso tomarlo entre brazos , la rama se rompió y la gitana cayó en la Laguna . Una gran curiosidad era que la rumana podía nadar, pero no tan bien como para sobrevivir. Su cuerpo estaba flotando en el agua fría , inundando casi sus pulmones . Lyuba esperó unos segundos como si fuera un sueño, ella despertó y comenzó a bucear hacía la superficie. Su cuerpo estaba helado y sus labios habían tomado un color morado a causa del frío que hacía afuera y también por la temperatura del agua. Torpemente movió sus brazos para llegar a tierra. Al llegar se tumbó sobre la hierba descubierta y en aquel momento dio gracias a Dios de que la nieve había desaparecido al menos en algunas zonas. Parpadeó un par de veces sin levantarse .No era capaz. Su cuerpo temblaba a causa del frío.

Su cuerpo se había helado con rapidez , tiritaba como nunca había tiritado en sus pocos años. Y todo por un maldito gato negro! . Sus labios, que tenían aquel color rosa como dos pétalos que incitaban ser mordidos a cada segundo, ahora habían tomado un color oscuro..parecía más bien una muerta que una viva. Las gotas del agua acariciaba su cuerpo mientras que sus ropas estaban pegadas a su cuerpo, prestándole mucha más atención a las curvas bien definidas de su cuerpo tan sensual . Trago saliva con cierta dificultad, sintiendo como su garganta estaba realmente seca. Volvió a parpadear con la misma dificultad que antes. No se había dado cuenta de que una persona, conocida para ella, estaba justamente delante de ella y como si fuera poco con aquel maldito gato entre sus brazos. Como pudo y con cautela, se levantó sintiendo aun mas frío cuando su melena se había pegado hacía su cuerpo.

Buscó con la mirada , una mirada celeste que demostraba poca confianza . Lestat, le había conocido unos días atrás. Era un vampiro. Se había dado cuenta con facilidad. El no tenía ni la menor idea cuanto detestaba la morena su persona. Sus gestos y su maldita eterna vida. Hizo una mueca con sus labios al ver al gato en brazos del enemigo. La mirada del vampiro le estaba inquietando a la joven y con crueldad comentó - ¿Qué? ¿ Es la primera vez que ha visto una chica mojada? – su pregunta había sido tan ácida que ni ella se lo había creído. Lograba, a veces, asombrarse a si misma y también a los demás. No se movió, sus ojos parpadearon una vez más volviendo a fijar su vista celeste en los ojos poco amigables del viejo vampiro.

Su voz, aunque la morena no reconocía, le daba escalofríos y más si estaba acompañada de aquella expresión molesta e irritante , pintada en el rostro muerto de Lestat. Tal vez era un vampiro muy respetado por los suyos, un vampiro viejo. Aunque Lyuba pensaba que tan solo era un vampiro solitario, maldecido para vivir sus siglos solo. Acompañado de una soledad putrefacta. Por un momento sintió pena. ¿Pena?.¿Por seres que mataban para su propio bien?. No. Últimamente la morena sentía pena por cualquier criatura, claro que tenía el cielo asegurado ,por hacer cosas buenas, pero…con sus enemigos!. Desvió la vista sin mirar los ojos del vampiro. No conseguía con sus ojos azules claros derrotar el muro de aquel corazón tan frío del viejo vampiro. Sus palabras molestaron a Lyuba y mientras se abrazaba aun mas, frunció las cejas dándole un aspecto mucho mas divertido que antes.

“¿Desagradable?!” pensó mirándole con la misma frialdad que antes. “ No soy yo la que bebe sangre..” siguió pensando. “Agh..sal de mi mente” volvió a pensar esta vez con cierta arrogancia. Relajó su rostro por completo, mostrando cierta arrogancia y superioridad hacía tal vampiro de clase alta. Su ceja derecha se arqueó en un gesto de crueldad y sus labios se curvaron fríamente. Ambos parecían tener la misma piel, desde siempre Lyuba poseía una tez blanca, muy blanca, al igual que aquellos seres condenados. Justo cuando iba a despegar los labios para hablar con aquel vampiro, el, justamente el, extendió su chaqueta. Parecía pensar muy bien y a la misma vez parecía conocer a la morena. Había un verdadero debate dentro de ella, tenía frío y no podía abandonar cualquier ayuda que se le otorgaba. Ante todo, educación. Eso seguía poseyendo desde la muerte de sus amados padres. Tal vez su conciencia y sus perspectivas no estaban correctas pero..¿como corregir todo aquello si a su paso se topaba con cazadores de vampiros y licántropos?.


Finalmente, la morena suspiró dejando de abrazarse en el intento de calentar su cuerpo. Estiro su mano sin observar los ojos burlones del vampiro. Al tomarla, sin querer rozó sus dedos con los de el. Un momento que nunca iba a olvidar. Un momento donde sintió un verdadero cosquilleo dentro de ella. Ante tal sentimiento, reacción , la morena retiró su mano junto con la chaqueta, colocándosela como si su vida dependiera de ello. Miró al gato negro que estaba en brazos del vampiro y que parecía que estaba disfrutando ya que comenzó a ronronear . “Por tu culpa. De ahora en adelante te usaré para mis hechizos, maldiciones y todo lo demás ,pequeño” pensó traviesamente. Pero…¿antes no debía dar las gracias a un vampiro?. Apretó los dientes y relajada susurró – Gracias,monsieur – sin dejar que el silencio interrumpiera aquello , volvió a hacer que su voz sonase tal cual la voz engañadora de una sirena - ¿Qué le trae por aquí? – preguntó sintiendo menos frío que antes. Lo que mas odiaba de aquello, era que iba a tener la fragancia de Lestat durante un tiempo. Y eso era una verdadera tortura para ella.

El cuerpo de Lyuba parecía entrar en calor y sus labios el color normal que estos tenían, un tono rosado, llamativo con la mezcla de su pálido rostro. A veces, cuando se miraba en el espejo se preguntaba porque era tan diferente. Todos los gitanos proporcionaban una piel mucho mas oscura que ella y una personalidad fija, no una personalidad bipolar como ella poseía. Pensaba que tal vez debía de ser un poco normal, con las preocupaciones de una gitana y no de las cosas extrañas que ocurría en Paris. Dejó de pensar, el vampiro iba a hurgar de nuevo en su mente y era lo que menos deseaba en aquel momento. Paciente, esperó la respuesta de el sin apartar su vista de los ojos de aquel vampiro. Era impresionante estar frente e uno de ellos, viejos, con unos conocimientos verdaderamente curiosos. Pero a la misma vez, eran seres que mataban por su propio bien y eso a Lyuba no le parecía nada bien, aunque así era su naturaleza. Tal vez a algunos de ellos les juzgaba, algunos eran vegetarianos, pero aquel vampiro que tenía en frente . No era uno vegetariano si no carnívoro. Sus palabras estaban acompañadas de un timbre normal, como si hablara del viento. Aquella frase “ luego de cenar” apreció provocar en Lyuba una furia interna, su sangre latía con mas rapidez que antes ,concluyendo que el vampiro sentiría aquel cambio de humor tan repentino. Sin embargo, no podía obligar a que su sangre tomara el rumbo y la tranquilidad de siempre. La culpa la tenía Lestat, por haber compartido aquella información extra que Lyuba no había pedido en ningún momento.

Ella tampoco esperaba tener compañía aquella noche. De hecho ni había pensado en compañía, solo en tomar al pequeño gatito de aquellas tierras y llevarlo con su gente donde pertenecía. Menos mal que ella se había animado a ir a por el, si fuera una niño en un lugar seguramente se convertiría en el postre del vampiro . Lyuba aun seguía mirándole con la poca confianza que esta tenía ante el vampiro viejo, y con suavidad y ligereza comentó – Yo tampoco tenía el pensamiento de compartir esta divertida situación con alguien..-murmuró un poco mas tranquila , esbozando una pequeña sonrisa . Inexpresiva, lo mas normal que podía llegar a ser. Sus palabras volvieron a hacerse escuchar, haciendo que Lyuba mirase alrededor. Negó una vez con la cabeza, ladeándola y observándole con la misma sonrisa que había esbozado antes. Parecía que aquello era lo único que irradiaba su rostro – No creo convertirme en la cena de nadie esta noche y si es así, no tengo nada que perder..- sus palabras decían la verdad en sí. No tenía familiares para echarla de menos, por lo tanto su muerte no iba a llegar a ser una tragedia total – Pero..gracias por las advertencias, sé cuidarme sola.. – murmuro lo último desviando la vista hacia la bola de pelo negra, se acurrucaba ante la piel fría de Lestat, ronroneando como si estuviera en el paraíso. Para no permitir que su sangre volviera a hervir de furia, desvió la mirada hacía el césped, mirándolo mientras se colocaba mejor la chaqueta del vampiro.

De nuevo sus ojos cristalinos volvieron a la estatua blanca que tenía en frente. Sentía curiosidad ante el, poseía una belleza llamativa y una inteligencia astuta pero eso no le quitaba el derecho de sentirse en un futuro la victima de Lyuba. Se tomaba en serio los ejercicios que tenía que hacer para llegar a ser una cazadora de seres como el que tenía en frente. Parecía una hormiga al lado de un elefante, pero todos la subestimaban. Su optimismo la había llevado hasta muy lejos, y su astucia no permitía a nadie poseerla de ninguna manera, ya fuera física o psíquica . Se abrazó a aquella chaqueta cargada de un olor suave pero a la vez masculino, sinceramente a ella le parecía el olor a muerte. Hizo una pequeña mueca con sus labios solo en pensar que mañana iba a oler tal cual un muerto – Seguro.. – comentó con la frente bien alta refiriéndose al gato, el había sido el motivo de Lestat. Si fuera ella sola, dudaría de que el se acercaría a ella y lo cierto, que le importaba bien poco. ¿No pretendía alimentarse de ella?. Ah no,claro que no. Prefería aprovecharse y luego alimentarse de ella. ¿Cómo podía confiar alguien en una persona muerta, sin corazón, sin vida?. Era ilógico. Lyuba arrugó su frente volviendo a atacarlo verbalmente, desde luego no creía ninguna palabra del vampiro – Claro, y yo soy un demonio – irónizo con frialdad - No me importa que sea un vampiro neófito. Todos los vampiros tienen algo en común - prosiguió con la misma frialdad que antes. No era la primera vez que escuchaba palabras similares. “Tranquila, no te haré daño” y al final se convertía en el postre o peor, en una persona donante de sangre.

Sus ojos no paraban en observar sus movimientos, no temía por su vida. Muy adentro sabía perfectamente que Lestat tenía paciencia, hasta tal punto y el temor era que en cualquier momento este podía deshacerse de ella en dos segundos . Se acercó con sigilo hacía el vampiro, estirando sus manos hacía arriba para tomar al gato en sus manos – No es mío, es un gato muy querido por el campamento – dijo secamente mientras lo tomaba con cuidado pero a la misma vez fastidio – Desafortunadamente, no me incluyo – finalizó sin mostrar ningún afecto con el gato. Este parecía sentir que no poseía dulzura ni paciencia y con brutalidad, clavó sus uñas en el brazo de la morena, justamente en la muñeca donde la vena poseía un color mas oscuro, dejándose ver libremente debido al frío y la furia que sentía ante tal animal. Soltó al gato dejándolo caer sobre la tierra y este huyó de nuevo con un maullido detrás de el. Lyuba se tapó la herida, ignorando la presencia del vampiro y también la situación en la que estaba. La sangre no dejaba de brotar y mientras intentaba taparse, el abrigo se había caído al suelo. Olvidaba por completo el frío que volvía a apoderarse de su cuerpo, ahora su antención estaba posada en su muñeca.

Lyuba aun estaba sumergida en la atención que debía otorgar a su herida, escuchando a la misma vez los comentarios irónicos que el viejo vampiro estaba dejando escapar. Arrugó ambas cejas ante el comentario del demonio. Se notaba que amaba el nuevo hobbie “ Molestar a la gitana con comentarios absurdos”. Lyuba rodó los ojos mientras relajaba su rostro – Muy gracioso usted – volvió a ironizar apretando los dientes y maldiciendo al pequeño gato. “ En cuanto te pille te juro que te arrancare la cola y la daré de comer a los animales salvajes. Te sacaré los ojos y te los haré tragar , te cortaré las uñas de todas las patas y tu órgano reproductor lo destrozare para evitar que te reproduzcas ,maldito gato” la morena seguía maldiciendo y planeando una tortura para el felino. El causante de aquella situación tan embarazosa pero peligrosa. Otra cicatriz mas se sumaba a las tantas que su cuerpo inocente poseía. A veces se preguntaba si existía algún hechizo para hacer que su cuerpo estuviera liberado de aquellos recuerdos cicatrizados.

Lyuba se asustó al sentir a Lestat tan cerca de ella e hizo un pequeño intento de echarse atrás. Su rostro estaba dominado por la curiosidad de los actos que Lestat podía hacer. Iba a convertirse en el postre del vampiro , de eso estaba segura. Su mandíbula parecía mucha mas notable y sus dientes afilados se podían ver con facilidad. Aquel silencio y aquel segundo que Lestat había obligado a la gitana por sumergirse parecieron eternos. Lyuba desvió la vista de su antebrazo para observar los ojos del vampiro, una mirada retadora. “¿Qué vas a hacer demonio maldecido? . ¿ Lastimarme? “ sus pensamientos fríos y provocadores estaban presentes hasta en su mirada. El mismo había dicho que no iba a lastimarla. Parecía que no estaba muy seguro de el ni de sus acciones como debería estar un vampiro viejo. En el momento que creyó que sus dientes afilados iban a apoderarse de su antebrazo , ocurrió justo lo contrario. La soltó con rapidez , colocándose detrás de ella para poner la chaqueta donde antes había estado: sobre los hombros de Lyuba. La morena parecía haber estado en momentos de shock, no sabía si era un sueño o simplemente la realidad de que Lestat no estuviera manchándose los labios con su sangre. Su voz la sacó de dudas y centrándose en sus palabras , buscó el pañuelo en la chaqueta. Con movimientos torpes lo encontró y lo colocó sobre la herida , prohibiendo que esta volviera a sangrar como antes. Su mirada estaba perdida en el suelo al verle tan lejos de ella, no entendía el porque no había bebido su sangre. Se estaba conteniendo y desconocía la razón, pero por eso no iba a bajar la guardia en agradecerle aquello y sin articular palabra alguna, clavó sus azules ojos en los del vampiro.