Bifurcaciones [Yin Lee]

por Invitado Lun Abr 11, 2011 2:08 am

Hablaba quedo, solo como un hombre que ha perdido la cordura, caminaba con paso rápido, llevaba un ritmo en compases perfectos, caminaba con música incluso, sus zapatos sobre las piedras, uno tras otro, cuatro sobre cuatro era su compás. Cuando se percató, lo único que escuchaba era eso, la melodía elemental de sus pisadas y se detuvo, se había alejado de las calles más concurridas en algún punto de la ciudad, sus pensamientos lo distrajeron del enredado laberinto de las calles más pequeñas de la ciudad y ahí estaba, en ese callejón solitario, afianzó su violín bajo el brazo como si eso le brindara protección extra, porque no estaba muy seguro de dónde se encontraba.

Miró a un lado, y luego al otro, a sus espaldas y al frente, supuso que lo mejor era continuar para salir de ahí. Otra vez sus pasos sobre las piedras... uno, dos, tres y cuatro, una pieza tosca y primitiva de sus zapatos contra el suelo, y ahí, en medio de su música corporal un sonido rompió la armonía, un "click-clack" a contratiempo.

-¿Quién anda ahí? -se detuvo sinceramente asustado, aunque con suerte sería un gato callejero o un peatón al que su existencia no importaba.

por Invitado Lun Abr 11, 2011 2:24 pm

¿Cuántos días llevaba desde mi arribo a estas tierras? En realidad eran 4 pero según yo parecían demasiado tiempo, aun no me acostumbraba del todo a este lugar, la gente, sus prejuicios, las miradas extrañas. Pero ¿desde cuándo yo me preocupaba por aquello? Reí ante mi pensamiento lo menos que me importaba en ese momento era lo que la gente anduviera hablando de mí, y mejor para mi si me tenía miedo, ya que amigable no era y la mayoría de las veces tenía más enemigos que amigos. Termine de tomar mi café y salí a deambular por las calles mis ropas eran las típicas mi tierra, con algunos adornos que brillaban dándome la gracia única que no se encontraba por las tierras parisinas.

Tome entre una de mis manos uno de mis shuriken de punta y comencé a dar golpecitos con aquella arma en una de mis manos mientras el sonido de mis zapatos eran lo único que podía oír, me aleje lo más que pude de toda la multitud y me adentre por los callejones que parecían desolados y muy oscuros, no les tenía miedo pero siempre podía pasar algo más, el ruido de un gato pelear con otro en un tejado me asusto de un momento, me agache tome una piedra y se las tire para que se dejaran de tonterías. Seguí adentrándome en ese callejón llevando mi mente a su estado más simple, más puro y con la tranquilidad total para poder hacer maravillas si desease en ese mismo momento, mi extraña manera de meditar era lo que más adoraba de todo lo que los monjes me habían enseñado.

Llego un momento que mi cuerpo avanzaba solo, ya no podía escuchar, sentir o premeditar que pasaría, estaba en la cumbre de la meditación, caminar por inercia y como si de alguna melodía extraña comencé a golpear dos de mis armas, "click-clack" sin sentido, sin melodía pero a la vez en mi estado era lo más gracioso y armonioso en ese momento. Mi vista estaba perdida, mi corazón ausente, era una presa fácil a esas horas de la noche; hasta que una voz hizo que me detuviera en seco, mi corazón se aceleró y mi vista recobro lo que había dejado de ver. -¿Quién anda ahí? – hice la misma pregunta mientras intentaba ver quien había hablado, ya que el cambio de la ensoñación a la realidad hacia que mi vista aun mintiera de lo que en realidad pasaba. Descuidadamente solté una de mis armas y me refregué mis ojos para lograr ver una silueta, sin más me acerque. ¿Que se suponía que tuviera que responder a una pregunta cómo esa?

por Invitado Lun Abr 11, 2011 6:18 pm

Mi primer pensamiento fue huir al escuchar aquella réplica, pero estaba congelado, caminé dos pasos torpes en dirección a la voz.

-No tengo nada, no me hagas daño -fue lo único que se me ocurrió decir, pues era la verdad y quería mantener el violín a mi lado, podían amedrentarme pero por este violín daría la vida, di otro par de pasos y frente a mi estuvo esta mujer que obviamente no era francesa, pero con el tiempo he aprendido que no porque se trate de una fémina deba sentirme seguro, algunas son más letales que los hombres.

Había algo en los extranjeros como yo que me tranquilizaba, el sentido de pertenencia (o de no pertenecer aquí, tal vez), aún así me mantuve alerta, esperando que ella hiciera o dijera algo, miré a sus pies y estaba esta especie de arma filosa que yo nunca había visto.

por Invitado Lun Abr 11, 2011 7:09 pm

¿Había escuchado bien? ¿Hacerle daño? Ni que fuera una bestia, aunque todos los meses me convertía en una pero no había luna y a menos que el me hiciera algo yo no le tocaría ni un pelo, además tenía mis sentidos desarrollados y por el aroma que emanaba de él podía distinguir que era como yo, ambos compartíamos la misma maldición de la luna llena eso era ya un gran punto a su favor. Cuando ya mi vista se acostumbró por completo observe al joven que tenía enfrente y lo que más llamó mi atención fue aquel violín que resguardaba bajo al brazo, ¿sería un músico? Pensé para mí mientras aun en silencio le estudiaba, sus rasgos, su atuendo, su porte todo; nada se me escapaba y ahora mucho menos.

No te voy hacer nada – dije sonando un tanto preocupada y eso que yo nunca me preocupaba de más por las personas ni mucho menos por sus actos, sabia defenderme muy bien como para ser ahora la presa de cualquier infeliz que se ose a tocarme sin mi consentimiento. Pero la gracia que emanaba de él era diferente a la que muchas veces vi en mi pasado, no era ni el primer Lican y el último, tenía seguridad de aquello, que conocería por estas calles parisinas. Note que aun tenía mi daga en la mano y con un movimiento sutil la guarde recordando que eran un shriken y una daga. ¿Dónde estaba lo otro? Mi vista se posó en el suelo y vi como con un inusual brillo alardeaba de su presencia aquella herramienta que conocía a la perfección me agache lentamente y recogí aquel objeto y lo puse en mi mano. ¿Qué tenía que hacer, seguir mi camino o intentar sociabilizar? -Soy Yin Lee – dije al fin, está bien había que admitir que había llamado mi completa atención aquel violinista.

Quizás este encuentro sea más divertido de lo que podría verse. Sin luna llena tenía más tiempo para disfrutar de cosas buenas y de otras no tanto, sin más reparo comencé a mover el shuriken en mi mano mientras no le quitaba la vista al joven.

por Invitado Lun Abr 11, 2011 7:29 pm

Aún me encontraba alerta, pero poco a poco mi sistema se fue normalizando y aquella mujer no sólo era extranjera, como yo, sino que sobre ella también giraba el buitre de una maldición, la misma que yo. Algo era seguro, en París era más fácil toparse a licanos y vampiros que en Barcelona por ejemplo, no sé cómo me hace sentir eso y ahora no quiero pensar en dicha cuestión.

Escucharla decir que no me hará nada y luego su nombre me brinda algo de seguridad, no está mintiendo, su voz suena segura.

-Soy Pablo -pauso, qué caso tiene dar mi apellido, pero al final lo hago-: Pablo Díaz-Reixa -me acercó a ella para tenerla de frente, me gusta su belleza venida de otra latitud-, ¿no es muy tarde para que andes sola? -lo digo por decir algo, por su mirada y por todo me indica que es una mujer que puede cuidarse sola.

por Invitado Lun Abr 11, 2011 7:58 pm

Pablo repetí en mi mente, haciendo memoria si conocía a otra persona con su nombre cuando no recordé a nadie guarde su nombre en mi memoria, agradecía tener ese don de poder recordar todo hasta los más mínimos detalles de una persona, de alguna situación o de lo que fuera, mi mente era mi mayor logro y por ello meditaba a diario para intentar encontrar el equilibrio que muchas veces necesitaba para estar bien en cuerpo y en alma.

Su cercanía en cualquier otra situación me hubiera molestado pero con él era algo diferente saber algo más allá de lo que los simples ojos observaban le daba un voto de confianza aun así sin siquiera conocerlo más allá de su nombre. Seguridad en sus palabras aquello ya comenzaba a formar una especia de conversación más agradable. Su pregunta en primera instancia me desconcertó pero luego pensé que tenía cierta razón, era inseguro vagar sola por las calles parisinas aun cuando podía defenderme sola. Las sorpresas estaban a la vuelta de la esquina. – En realidad iba camino a casa y de un momento a otro me desvié – aquello era cierto llego un momento que estaba desorientada totalmente y aunque ahora quisiera buscar el mejor camino lo más seguro que se seguiría alejando del lugar donde residía por estos días.

-¿Qué hay de ti, por que tan solo por estos callejones? – me tome la osadía de preguntar, al menos eso podía hacerlo con algo de libertad. Tome el shuriken que tenía en la mano y me lo acomode en el peinado que llevaba puesto dejando solo una punta afuera.

por Invitado Lun Abr 11, 2011 8:24 pm

Me sentí aliviado al escucharla continuar con la conversación, a veces soy lo que llaman "socialmente incómodo", no sé cómo actuar o qué decir la mayoría de las veces. Comprendo lo que me dice, yo mismo me perdí en este laberinto de caminos bifurcados, como ramas de un árbol seco que se extienden infinitamente

-Creo que también me perdí -confieso y me doy cuenta que al decirlo me siento avergonzado de mi propia torpeza-, creo que es fácil perder el rumbo cuando no eres de aquí -me atrevo a decir, tal vez es una error confesarle que no soy oriundo de París, pero qué se supone que haga, es la verdad y mentir no es algo que se me de muy bien, excepto en ciertos aspectos, como mi condición de licántropo que no ando divulgando por ahí. Frente a mi esta esta mujer que es como yo, tampoco tendría por qué mentirle sobre eso, si es que pregunta, claro.

-Si quieres... si quieres podemos caminar juntos -ofrezco tartamudeando un poco, creo que sería mejor para ambos tratar de encontrar la salida juntos, ahora sé que estoy seguro con ella, que su intención no es hacerme daño, pero no sé que otra persona me puedo topar por ahí y las posibilidades que sea un ladrón o algo parecido son altas, no quiero tentar a mi suerte. Como reflejo, una vez más, acomodo el violín debajo de mi brazo.

por Invitado Lun Abr 11, 2011 10:26 pm

Una media sonrisa se posó en mi rostro al escuchar sus palabras aunque para mi persona perderse no significaba más que encontrar otro lugar donde esconderse y siempre podía conocer algo más de aquella ciudad que parecía ser tan grande y nosotros unas simples hormigas que seguían los caminos predispuestos por la sociedad, ese era el gran punto por lo que amaba el bosque y todo lo que tuviera naturaleza, uno podía transitar en libertad y aunque uno se perdiera solo había que seguir el alma de aquello.

-Parece que esta ciudad es un laberinto sin salida – añadí mientras comenzaba a caminar - Seria un grato placer caminar junto a usted - ya comenzaba yo con esas formalidades pero era inevitable cuando alguien me causaba gracias y más si tenía fe que de alguna forma u otra conocía mi secreto que para él era un secreto a voces. -¿desde cuándo tocas el violín? – no podía quedarme callada después de ver que tanto protegía su instrumento. Además como el sonido de aquel no había otro, amaba aquellas melodías provenir de esas cuerdas.

La noche traía consigo sorpresas y acababa de toparme con una. ¿Cuántas más nos depararía la noche? Esperaba ansiosa en cualquier momento escucharle tocar alguna melodía de su tierra más yo podría hacerle una grata compañía con algún baile ancestral de los cuales me sabía mucho ya que mi entrenamiento era en base a bailes sutiles y simples como el movimiento de una pluma al caer.

por Invitado Lun Abr 11, 2011 11:07 pm

En cuanto vi que ella emprendía camino la seguí de inmediato y mantuve su paso, hombro con hombro. El camino se haría más corto en compañía de alguien, eso era seguro.

-Desde los 7 años -contesto a su pregunta y recuerdo esa etapa exacta de mi vida, todo en mi es una maldición, incluso mi memoria que deja las huellas en la arena de mis recuerdos intactas lejos del océano para que nunca se las lleve y pueda recordar con lujo de detalle la tarde misma en la que fui abandonado, todo en mi es una maldición, menos la música. Me golpea de frente como casco de caballo desbocado la melancolía al recordar como los que se hacían llamar mis padres no se tentaron el corazón y me dejaron a mi suerte bajo la lluvia, pero también, claro, recuerdo a mi madre, a la verdadera, a la que me educó a partir de ahí, la que me regaló este violín y cuyos amigos gitanos me enseñaron a tocarlo, recuerdo las danzas romaníes que fueron las primeras melodías que comencé a interpretar, incluso en esa etapa en la que no hablaba porque aún no aceptaba mi realidad, la de un lobo rondando mis pesadillas, y la del abandono, la de ver la casa en la que pasé mis primeros años ahora desde afuera y a lo lejos.

Recuerdo que tengo compañía y giro para verla, seguimos caminando.

-Cuando quieras, puedo tocar para ti -ofrezco, porque digo mejor las cosas con canciones que con palabras.

por Invitado Mar Abr 12, 2011 12:11 am

Yo a esa misma edad comencé con un duro entrenamiento- acote, sí que fue el más duro que me tocó vivir, desde muy corta edad empezaron a enseñarme las historias de las artes marciales, tanto para que servían como la utilidad que les podía dar, apenas tuve conciencia plena de mis actos ósea a los siete comencé con el trabajo físico, movimientos como si fuera una simple pluma moviéndose al viento, siempre me igualaron a una pluma al caer, silenciosa sutil e inesperada. Mi crecimiento fue siempre bajo la tutoría del maestro y monje que me vio al nacer Kenichi… Di un suspiro y luego oi lo que realmente me interesaba en ese momento.

Te cobrare la palabra – no pudo ser la propuesta más acertada mientras el camino se ponía cada vez más oscuros, los escasos faroles que habían por esos callejones parecían que se fueran a pagar por completo. – Me encanta el sonido de aquellas cuerdas – confesé al mismo tiempo que le miraba de reojo para no dejar escapar ninguna de sus facciones que ya podría decir me las sabía de memoria. - ¿de dónde eres Pablo? – pregunte ya que no quería quedarme callada los callejones ya eran muy silenciosos como para que ambos guardáramos un silencio más.

por Invitado Mar Abr 12, 2011 12:45 am

Supuse, pues, que si quieres ser ducho para algo, lo que fuera, debías iniciar a tan temprana edad.

-¿Entrenar? -me intrigó, yo lo llamo ensayar, ensayar día y noche para ser el mejor violinista que Europa y las nuevas tierras hayan conocido-, ¿qué?, si se puede saber -recordé los pocos modales que aún me quedaban y pensé que tal vez me estaba entrometiendo demasiado.

Al escucharla aceptar la invitación la ingravidez regresó a mi corazón, yo siempre estoy dispuesto a tocar para aquel que quiera prestarme su atención aunque sea por unos minutos. Toco el violín o muero, esas son mis dos opciones. Una sonrisita taimada se dibujó en mi rostro cuando ella continuó: "Me encanta el sonido de aquellas cuerdas" y la miro de reojo y la pequeña sonrisa se acentuó.

-Ciertamente el violín posee un sonido único -qué podía decir yo, es mi pasión.

-Soy de Barcelona, tierras de Su Majestad Carlos IV -respondo a su pregunta-, ¿y tú? -porque es obvio que tampoco es de París.

por Invitado Mar Abr 12, 2011 2:28 pm

Dude algunos segundos si era necesario decir que era lo que entrenaba o no, pero de igual forma no encontré ninguna salida como para no hacerlo, además él no era un peligro pero siempre era un riesgo decir a que me dedicaba, ¡diablos! ¿Que se suponía que le dijera? – Artes marciales – dije al fin sabía que había más de un arte pero en general había practicado unas cuantas y en aquello iba todo mi potencial. A pesar de ser un frio tempano las artes marciales me habían enseñado a ser algo más dócil.

-Yo suelo danzar con el sonido del vibrar de aquellas cuerdas, bueno si es que a lo que hago se le puede llamar danza – mordí mi labio inferior ya que de eso tenía ciertas dudas, era una danza extraña que solo dejaba llevar mi cuerpo por el sonido, haciendo movimientos suaves y libres… quizás ni danza era aquello

Yo vengo de muy lejos de un lugar que pocos conocen de Japón del templo Mugen Tenshin ahí me crie, crecí y aprendí todo lo que se hasta ahora.- Ser extranjera en un lugar como Paris al parecer tenia sus pro y sus contra pero esta vez era mejor ser de afuera... ambos de otro país le daba un toque a esta conversación.

por Invitado Mar Abr 12, 2011 6:24 pm

-Artes marciales -repito para mi mismo, he escuchado algo sobre eso, pero nunca he visto cómo son y porque llevan la palabra "arte" involucrada; arte, para mi mente occidental es la pintura y la escultura, el teatro y la literatura, y desde luego, claro, la música-, tal vez puede ser algo recíproco -le digo finalmente-, toco para ti y tu me enseñas algo de lo que son las artes marciales.

Seguimos caminando y sonrío al verle esa expresión al confesar que danza.

-Danzar es sentir la música e interpretarla con tu cuerpo, si eso haces, claro que danzas -trato de hacerle un cumplido, aunque nunca la he visto, de hecho danzar.

Aquel lugar del que ella hablaba suena lejos e inusitado, tal vez algún día podré ver las lejanas tierras de oriente, o tal vez no, aunque no niego que me gustaría pues es totalmente distinto a lo que conozco aquí, en la Europa continental.

-¿Extrañas Japón? -me atrevo a preguntar.

por Invitado Miér Abr 13, 2011 11:15 am

En realidad es un arte aunque no lo parezca, es el arte de los movimientos para defenderse –Añadí conocía el significado pero solo para entenderlo había que vivirlo, la experiencia era el verdadero arte, los movimientos como si fueran una danza, el golpe en si como si fuera tan solo una caricia pero para hacer daño al oponente, si seguía pensando de seguro me quedaría más tiempo en silencio que hablando así que despeje mi mente y gire mi cara para ver al violinista. –Yo encantada de enseñarte algo de mi arte – di otro suspiro y le sonreí de lado.

Cuando escucho el vibrar de aquellas cuerdas mi cuerpo comienza a moverse armoniosamente, hace que mi alma dirigía cada suave movimiento. – Di un suspiro, el camino parecía hacerse más corto pero a la vez no tenía idea donde estábamos. Aunque no me quejaba de la compañía siempre que salía estaba en la completa soledad y disfrutar de alguien era lo mejor.

Si, cada día extraño esas tierras mágicas – respondí a su pregunta sintiendo un vacío en mi corazón cuando pronuncie esas palabras, una parte de mi anhelaba esas tierras y la otra quería estar lo más alejados de aquellos tormentos. -¿Y tú extrañas Barcelona?

por Invitado Miér Abr 13, 2011 3:50 pm

Asentí al escucharla que algún día me enseñaría algo de lo que ella llamaba artes marciales, sería interesante verlo de alguien que al parecer es un experto, como una forma de arte desconocida para mi debía ser hermoso y letal, que de ahí viene lo de marcial, supongo.

-Podría tocar y tú danzar al ritmo de mis notas -propuse, era una chica hermosa y verla bailar sería una experiencia única, con su belleza que no pertenece a Europa y su menuda figura, pero tal vez fuerza también, de aquellos entrenamientos que ha mencionado.

La escucho añorar su país y me siento un poco mal de haber provocado esa reacción.

-¿Yo?, ¿Barcelona? -rememoré -no tanto como pudieras imaginar, aunque sí hay cosas que extraño, ahí también yace un pasado que quiero dejar atrás -la casa de los Sant Jordi y mi maldición en especial.

por Invitado Miér Abr 13, 2011 4:36 pm

¡Yo encantada de danzar al ritmo de tus notas! –dije con cierto ánimo, era algo que me gustaba hacer, danzar aunque quizás para la mayoría de los espectadores fuera una danza extraña, ya eso me valía. Además lo que importaba era yo, la música y el violinista, no hacía falta nada más para que la danza estuviera completa. Aunque muchas veces bailaba al ritmo de la naturaleza seguir las notas no era para nada difícil.

Bueno, en realidad yo vengo escapando de Japón… digamos que ocurrieron ciertas cosas que cambiaron mi mundo del cielo a la tierra – confesé, no sabía por qué pero hablar con aquel joven me sentía en total confianza, algo que realmente muy pocas personas me transmitían quizás el hecho de que compartíamos la misma naturaleza. A demás de que sentía una extraña conexión pero… no, no era de pensar más allá de lo que podía prever.

No sé cómo, ni en qué momento pero comencé a sentir que alguien seguía nuestros pasos, un extraño escalofríos recorrió mi cuerpo advirtiéndome que algo no andaba del todo bien. No había luna sí que la trasformación no era el problema, era otro lo que empezaba a incomodarme en ese momento. ¿El sentirá también que no están siguiendo? Vagué por mi interior pensando que quizás sí. Pero siempre había posibilidad de lo contrario.

por Invitado Miér Abr 13, 2011 5:25 pm

Sonreí abiertamente ante su entusiasmo, sonaba como a la posibilidad de volvernos a encontrar y es que era en verdad grato conversar con personas que cambiaban con la luna como yo. Pero pronto cambié mi expresión al escuchar los motivos por los cuáles había dejado su país y lo suyo.

-Siento escuchar eso, pero espero pronto puedas regresar -dije sincero -y que al menos disfrutes París mientras estás aquí -complementé.

La conversación y caminata había sido amena hasta ese momento cuando la noté alerta y agucé el oído para poder detectar cualquier sonido que no fuera el de nuestros pasos y el de nuestras voces. La miré para saber si el delirio de persecución no era sólo idea mía.

por Invitado Miér Abr 13, 2011 5:40 pm

Aunque no estaba en mis planes regresar quizás algún día tenga que ir a enfrentar ese pasado tormentoso del cual no quería saber nada. Por la simple razón de que había cometido un delito, pero moví la cabeza y sentí la alerta provenir de parte de Pablo ¿él también la sentía? Aquello provocó una cierta ansiedad en mi interior y como acto reflejo le tome de la muñeca para que ambos nos detuviéramos.

¿Sien…. Sientes que alguien nos sigue? – pregunte con ciertas dudas en mis palabras, no era que dudara de poder defenderme si no que no quería que nada le pasara ni al violinista ni a mí. Le quede mirando a los ojos y pude notar algo de lo que no me había percatado antes, era guapo. Diablos que estoy pensando… alguien nos sigue y parece esconderse tras la oscuridad que medianamente dejábamos atrás.

Di un suspiro y lentamente gire mi cabeza hacia donde sentía aquella amenaza teniendo claro que no era una persona sola sino más bien dos o quizás tres. Todo en mí se puso alerta y sentía un extraña adrenalina correr por mi cuerpo, yo… no… no podía mostrarme así… sentía inseguridad de lo que él pudiera pensar de lo que yo hacía. Me mordí el labio para callar a mi interior que parecía querer ir tras la amenaza. Note que aún le tenía tomado de la muñeca y lo solté suavemente, esperando que no se molestara por mi intromisión a su espacio personal.

por Invitado Jue Abr 14, 2011 1:18 am

Fui tomado por sorpresa por Yin, de pronto se detuvo y me ciñó por la muñeca, no lo hizo ni brusco ni con fuerza, pero pude notar precisión en sus movimientos, noto ese tipo de cosas sin importancia porque en la música todo es precisión, y pasión, claro.

-Pensé que sólo yo lo sentía -todavía tenía su mano sobre mi brazo y cuando la sentí soltarme algo en mi se entristeció, me había gustado el contacto de esa chica, porque era hermosa e inteligente, y como yo, sobre todo como yo. La miré fijamente preguntándole con los ojos qué era lo que íbamos a hacer, para mi la salida era correr, desde luego, pero tal vez correr era ir como presa fácil a quien nos estuviera siguiendo-. ¿Qué hacemos? -éramos cómplices en aquel lance, y juntos íbamos a salir de aquello.

por Invitado Vie Abr 15, 2011 5:40 pm

Un choque electrizante sentí recorrer mi cuerpo, al sentir que su mirada se tornaba diferente ¿Qué era aquello? Mi corazón comenzó a palpitar con fuerzas y gire completamente mi cuerpo hacia donde sentía la amenaza y logre distinguir a dos tipos, altos y robustos la silueta mas diría que su sombra podía espantar a cualquiera pero a mí no, mas no quería ser la fiera que tenía dentro ni mucho menos frente a Pablo, si algo había que me lo impedía.

Yo… yo puedo acabar…. No… - moví la cabeza en negación, no podía. ¿Qué me pasaba por que estaba pensando de más en vez de actuar? Los tipos se acercaron y con ello no pude evitar tomarle la mano a mi acompañante – ¡Vamos! – tenía que suponer que él era rápido como su condición lican, por mi parte si lo era y aunque podía acabar con ellos prefería no alejarme de él. No ahora, comenzamos a correr por los callejones siempre seguidos por esos tipos, mi corazón se agitaba mi respiración también mi mente se ponía en blanco, no debía ser así NO.

por Contenido patrocinado

Bifurcaciones [Yin Lee]

Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]

Re: Bifurcaciones [Yin Lee]