Narcisa Belacqua

Narcisa Belacqua

Narcisa es una joven mujer de cuerpo femenino. No posee unas curvaturas marcadas por su estructura ósea, sino que posee curvas femeninas y voluptuosas, sin llegar a salirse de los cánones de delgadez y dejar de resultar esbelta. Al ser inglesa, posee una estatura por encima de la media europea, ronda casi el metro setenta, lo que la hace parecer aún más una mujer imponente en cuanto a belleza y físico. Posee una dorada melena poco marcada por ondas en la parte más baja del cabello, el cual acostumbra a llevar peinado con recogidos que dejan que la melena caiga sobre uno de sus hombros en una cascada de encaprichados tirabuzones. La mayor suerte para ella, es haber nacido rubia natural en una época en la que las mujeres y hombres, empolvaban sus cabellos para parecer más nobles y ricos de lo que pudiesen ser. Pues en aquellos tiempos, el cánon de belleza era la palidez en piel y cabellos. Los ojos de Narcisa son de un brillante color grisáceo, que recuerda al color de los reflejos argénteos de la luna sobre el mar, en las noches de plena-luna. La nariz fina, destaca poco en la armonía de su rostro, pero sus labios sí que destacan algo, siempre poseen un tono carmesí suave, similar al del rubor de sus mejillas. Y, al ser de aspecto carnoso, resultan realmente apetecibles para un hombre.
Ser cortesana, no es sinónimo de mal gusto, por ello, al pertenecer a la clase alta de la sociedad parisina, puede permitirse vestir de forma discreta y elegante, denotando en cada uno de los detalles de su indumentaria un aspecto que para nada podría llevar a pensar que la dama que hay frente a ti, se trata de una cortesana, y no de una joven y bella dama de alta cuna. No le gusta llevar ropas oscuras, al menos en sus vestidos, aunque para la ropa interior considera que una prenda de encaje negro, puede resultar de lo más sugerente.

La dulzura es un aspecto muy presente en el carácter de Narcisa, trata de ser benevolente con todo el mundo, pues nunca haría nada a nadie, que ella no desease que le hiciesen. Cree mucho en el tema del Karma, quizás por ello, obra siempre de manera correcta. Para nada se comporta de forma absurdamente seductora con un hombre, sino que siempre permanece de forma discreta. No le gusta para nada llamar la atención ni venderse como si su cuerpo tuviese un precio. En ella no existe el rencor ni la venganza. Pero aunque parezca ser todo dulzura, también tiene un lado fuerte y rudo. Aunque sea paciente y taimada, cuando la paciencia llega a su límite, muestra un caracter fuerte y temperamental. Es bastante tozuda, aunque suele mostrarse conformista con tal de no discutir. Sus ideas e ideales son claros e inquebrantables.

-Historia:
Narcisa nació en Londres, hace 21 años. Procede de una familia de clase alta, conocida en la sociedad pudiente de Inglaterra. Su madre de nacionalidad Inglesa, y su padre Italiana, de ahí que posea el apellido Belacqua. Tiene dos hermanos varones, uno de ellos mayor que ella, y otro menor. Vivió la mayor parte de sus años en Inglaterra, trasladándose durante los meses de verano a Escocia, dónde su familia poseía una villa. Gracias a las riquezas de su familia, pudo acceder a una educación que pocas personas podían permitirse en aquella época. Cuando aprendió protocolo y todo lo que debía saber sobre cultura general, decidió separase de de su familia y conocer la hermosa ciudad de París. Famosa entre los nobles ingleses por la riqueza arquitectónica y la belleza que desprende en cada una de sus calles parisinas. Tantas historias sobre aquella ciudad, cegaron por completo a Narcisa, invitándola a visitar y vivir en Francia. Por ello aprendió francés en sus años de adolescente, para poderse preparar para el día de mañana poder irse a vivir a Francia.
Por suerte, sus padres no le concertaron ningún matrimonio, quizás porque eran una familia algo visionaria y creían en aquello de que cada uno de sus hijos sería lo suficientemente maduro como para encontrar a una pareja digna.
Narcisa salió con pocos jóvenes ingleses, pues no tenía intención alguna de permanecer en el país. Cuando cumplió la mayoría de edad, se embarcó hacia Francia, instalándose con unos tempranos 18 años, en un pequeño piso en el centro de París. Tardó poco en cansarse de la soledad del piso, y decidió que quizás lo que sería mejor es alquilar de forma permanente o semipermanente una habitación en algún hotel acorde con su estatus social.
Pero pagar una habitación de hotel, resultaba más caro que la manutención de un piso. Justo en ese mismo hotel conoció a una chica que la dejó cautiva de su belleza. Era elegante, y cada noche estaba acompañada por un hombre distinto. Poco a poco fue trabando amistad con aquella dama, hasta que sin darse apenas cuenta, se vió envuelta en el mundo de la prostitución, sólo que ella no era considerada una prostituta o cortesana, sino una dama de compañía.
Su educación y modales refinados, le permitían acompañar a hombres importantes, los cuales, la mayoría de las veces, no pagaban por sus servicios sexuales, sino por su simple compañía.

-Datos Extras:
Cuando tenía 20 años, estuvo a punto de casarse con un Lord Inglés, pero al final resultó que aquel hombre se estaba enamorando de la prostituta que había en Narcisa, y no de la persona en sí